Nilan: ¿Pero adónde va ahora esta? En fin, tendré que esperar por aquí.
El chico se apoyó en una barandilla de la plaza frente a las olas del mar, las que salpicaban de vez en cuando sus pies. Aquella ciudad portuaria tenía mucha vida, a pesar de todos los problemas y misterios que le rodeaban, disfrutó bastante al ver tanta gente y un paisaje tan bello. Se sumió en sus propios pensamientos, olvidando el mundo exterior.
* * * * *Daril: ¡Rápido hijo, huye, ahora!
Nilan: Padre... ¿¡Por qué!?
Daril: No hay tiempo que perder, debes huir, eres la única esperanza que nos queda...
Nilan: ¡No entiendo nada!
Daril, su padre, de cabello rubio, piel blanca junto con una llamativa y atractiva barba dorada, vestía en ese momento las ropas típicas de un campesino, pues su familia no era muy reconocida en Mystical, no poseían poderes económicos muy grandes, a pesar de ello, eran importantes, eran la última esperanza.
Tanto Nil como aquel hombre, ambos, se hallaban en un bosque en llamas bajo la luz de la inmensa luna color rosa. Los soldados de Ferión se aproximaban a la zona y no podían permitirse perder ni un instante, cada segundo era valioso. Daril se giró para agarrar a su hijo por ambos hombros y mirarlo con desesperación y amargura.
Daril: Hijo... Nunca quise hacerte esto, nunca quise cargar tal responsabilidad en tu vida, pero puedes confiar en mí, siempre, SIEMPRE, te estaré apoyando en todo. Ahora, ¡ve! ¡Huye!
Nilan estalló en llanto, no podía creer lo que estaba escuchando.
Daril: Cecil, Bel, tu madre, todos tus amigos, los profesores, el alcalde Wattson, todos sin excepción, han muerto. Ferión ha exterminado nuestro pequeño reino. Eres nuestra única esperanza, debes sobrevivir, aunque ahora no entiendas nada, todo llegará a su momento, ¡siempre contarás con mi apoyo!
Nilan: Pe-pero... ¡No, no quiero dejarte, sé que vas a morir, no te dejaré solo!
Daril se intentó secar el sudor de su frente, completamente amargado y desesperado.
Daril: Hijo, vete de una vez. No hay vuelta atrás, ya verás que con el tiempo todo mejorará, ahora huye. Corre, sólo debes avanzar recto y salir del bosque hacia la frontera de Ferión, una vez allí intenta huir hacia cualquier lugar, pero que los soldados no te encuentren, ¿entendido?
Nilan: Bi-bien... Lo intentaré...
Las lágrimas se secaron al instante por efecto del abrasador calor de la zona.
Soldado de Ferión: ¡Por allí, ahí los veo!
Daril: Vamos, huye, no... ¡Vive!
Los ojos del muchacho se abrieron como platos al escuchar la última palabra, intentó con todas sus fuerzas no mirar atrás y corrió desesperado entre llantos hacia la frontera de Ferión y el reino de Leithard. Pudo escuchar diversas explosiones y gritos en el interior del bosque, no era el único que estaba huyendo, algunos aldeanos más lo intentaban pero... Les estaban dando caza, uno por uno, sin piedad.
Capitán Leonard: ¡Uno menos por aquí!
Aldeano: ¡Aaaaah, s-socorro, noo por favor! ¡Aaah!
Soldado de Ferión: ¡Muerte a los traidores!
Aldeana: ¡No, aaahh!
Nilan debía seguir corriendo, no mirar atrás, tenía que sobrevivir a cualquier coste... Y así lo hizo. Sobrevivió, fue el único superviviente de la masacre que se llevó a cabo entre las llamas y la sangre. Sin embargo, no comprendía qué hacía allí, ¿cómo es que corría entre el fuego y gritos de agonía? ¿Cómo es que su padre se había sacrificado por él? Nada tenía sentido, pero él, debía sobrevivir.
Nilan: Uf... No puedo más, ayuda...
El chico llegó a un pequeño risco, comenzó a llover y las montañas se aclararon un poco más. Se hacía de día. Se intentó tapar con los brazos, pues sus ropas no le protegían lo más mínimo. El chico se quedó allí, completamente traumatizado por lo que había sucedido, lo último que recordaba era esta la tarde del día anterior jugando con Cecil, con Bel y con Tom cerca del corral de Kazurras pero... ¿Cómo es que terminó en el bosque? Nilan, por muy sorprendente que pareciese, no recordaba absolutamente nada.
Pasaron las horas.
Nilan: Padre, madre... Bel, Cecil... Tom... Viejo Wattson...
Soldado de Ferión: ¡Aquí hay alguien!
Nilan se sobresaltó por el terror que recorrió todas y cada una de las células de su cuerpo. Miró a su alrededor, no tenía posibilidad de escape, solo le quedaba el suicidio. Entonces las palabras de su padre le vinieron a la mente...
“Vive”No podía morir. Esperó allí, completamente congelado y destrozado, aguardando a los militares que vendrían a rematar su lamentable existencia, sin embargo, habían pasado ya muchas horas desde la matanza, ¿seguirían teniendo sed de sangre?
Soldado de Ferión: Mira, es éste crío, ¿quién es y de dónde es? Será mejor apresarlo y llevarlo a las Mazmorras del castillo.
Junto a aquel soldado venía otro, éste último sacó de una gran maleta de cuero unas cadenas y grilletes, se disponía a capturar a Nil allí. El chico no opuso ninguna resistencia, no debía cometer ninguna locura, no debía morir.
Fue entonces cuando ambos militares lo llevaron por un sendero de rocas saliendo del bosque. Media hora después la lluvia seguía y frente a ellos se alzaba un puente...
* * * * *Viria: Vaya, vaya, el tío bueno por aquí, ¿qué me cuentas guapetón?
Nilan volvió en sí tras escuchar esa voz femenina tan familiar, todavía permanecía apoyado en la barandilla frente al mar, en la pequeña plaza junto al bar. Miró a su lado, y allí, apoyada también, estaba la chica que le robó la noche anterior. ¿Cómo se atrevía tan descaradamente a presentarse allí? Nil se sobresaltó.
Nilan: ¡Tú! ¡Tú fuiste quién me robó en la cueva!
El chico la señaló completamente nervioso, miró a su alrededor intentando ver a Bismarck, Suly, o Zetrya, pero no encontró a nadie a primera vista, había mucha gente.
Viria: Oye, señalar es de mala educación, ¿no te lo habían dicho?
La chica se aproximó y le bajó el brazo, agarrándole de la mano y mirando al mar, sin soltar esta.
Viria: No me puedo creer que fueras tan pardillo, ¿has venido a la ciudad para buscarme y vengarte o algo así? Bueno, aquí me tienes.
Nilan soltó su mano de manera agresiva y brusca, evitando darle cualquier confianza. Estaba claro que la adolescente no era de fiar, en absoluto.
Nilan: ¡Oye, qué me has robado mis cosas! ¿¡Tú de qué vas tía!?
Viria: Pero bueno, ya te lo dije, mi estómago iba antes que lo que llevas entre las piernas, tengo que comer, ¿sabes? Una linda chica como yo tiene que estar bien alimentada, ¡y mírame! ¡En los huesos estoy!
Nilan: ¡Cállate, deja de irte por las ramas, dime dónde están mis cosas a la de ya o...!
Viria: ¿O qué? ¿Me vas a pegar? Lo estoy deseando...
La astuta mujer se acercó rápidamente al chico, apoyando una de sus manos sobre su pecho y dejando su rostro a centímetros del suyo. Éste se vio presionado, no debía dejarse llevar, estaba claro que sus intenciones no eran buenas para nada, le volvería a robar o hacer alguna jugarreta sin duda. Éste la apartó bruscamente de un golpe.
Nilan: ¡Tía, no te enteras, que me devuelvas mis cosas!
Viria: Grr, ¡estás hecho una fiera! Mira, ¿qué tal si vamos a comer a la taberna? Yo invito, es lo menos que puedo hacer por ti después de haberte dejado sin blanca.
Nilan: ¿¡Qué...!?
El chico no soportaba más aquello, su paciencia estaba en sus límites, sin embargo, un rugido proveniente de su estómago lo calmó. Se llevó una mano hacia éste y miró avergonzado a la chica.
Nilan: Vale, tú invitas, pero te tendré vigilada.
Viria: Je, parece que tu estómago ha hablado por ti machote. Vamos.
Y así la escurridiza mujer se adelantó entre la gente y las mesas hasta adentrarse en la taberna de la plaza. Nilan obviamente la siguió con extrema cautela. Una vez en su interior la chica se sentó al fondo, junto a unas preciosas vistas del mar, la brisa jugaba lentamente con su alborotado y descuidado cabello. Nil se sentó al otro lado de la mesa, sin saber bien qué decir, la tal Viria le iba a invitar a comer después de haberle robado, ¿qué se proponía realmente? Difícil era saberlo, o tal vez no.
Nilan: ¿Y bien?
Viria: Pide lo que te parezca, todo lo que quieras y hártate a comer, yo misma haré eso. ¡Camarero!
Un camarero que rondaba por la zona se aproximó para tomar nota de sus pedidos. La chica no se quedó corta, pidió de absolutamente todo, tenía pensado darse un buen banquete, Nil por el contrario dudaba de qué pedir, no estaba seguro de estar haciendo lo correcto, pero por el momento decidió seguir su juego.
Viria: Mmm, esto está delicioso, ¿qué te pasa? ¿No comes?
Nilan: Oh, sí, sí, pero primero he de ir a lavarme un poco las manos, ahora vuelvo.
El chico se levantó de la mesa y se dirigió a los lavabos, su higiene era lo primero. Viria que era muy astuta aprovechó la ocasión para sacar un pequeño frasco de uno de sus bolsillos, en su interior se podía distinguir un extraño líquido de color rosa. Lo derramó en la bebida de su invitado y disolvió éste con una cuchara, impecable, ni siquiera se notaba. Siguió comiendo como si nada pasase tras tirar el frasco rápidamente al mar por la ventana, nadie se percató de sus acciones.
Nilan: Ya estoy, vaya, ¿he tardado?
Viria: Un poco, creo que se te ha enfriado, espabila y come, pide todo lo que quieras, ¡qué yo invito!
Y así el jovencito aprovechó la invitación de la mujer y se hartó a comer, aunque en ningún momento bebió agua. Viria comenzaba a desesperarse, si él no bebía ella misma tendría que pagar, pues la idea era dejarlo dormido y cargarle el muerto.
Viria: ¿No bebes?
Nilan: ¿Em? No, no tengo sed la verdad... Por cierto, dime de una vez dónde has metido todas mis cosas, si me lo dices prometo no hacerte nada ni delatarte.
Nilan tenía que aprovechar aquella ocasión para sacarle toda la información posible, era una oportunidad única, y también ganaría tiempo hasta que llegaran sus compañeros.
Viria: Bueno vale, te lo diré si es lo que quieres...
Nilan: ¿De verdad? Vamos mujer, no te cuesta nada, solo espero que no las hayas vendido.
Viria miró al suelo tras escuchar sus últimas palabras, mostrando un aparente arrepentimiento, obviamente, fingía.
Viria: Pues me temo que ya las vendí, pretendía gastarme el dinero para invitarte a comer, ¿acaso he hecho algo malo?
Aquello de hacer teatro le venía en la sangre. Sus ojos se mostraron llorosos por unos instantes, llegando incluso a preocupar al inocente hombre que se hallaba al otro lado de la mesa.
Nilan: Oh, si esa era tu intención... No, no has hecho nada malo, pero deberías haberme preguntado primero, esas cosas eran muy valiosas para mí.
Y tanto que lo eran, la ladrona se había forrado como nunca. Cargarle la cuenta de aquel banquete a él y no gastarse ni un Bíbel para luego gastárselo todo por ahí, sin duda, no era ninguna tonta. Pese a todo, si Nilan no bebía su plan fracasaría estrepitosamente, necesitaba que comiera y comiese hasta que sintiera la necesidad de beber algo.
Viria: L-lo siento mucho... Es que de hecho, el mercader al que se las vendí se dirigía ahora mismo a Lemuria, por eso ya no es posible recuperar tus cosas.
De sus ojos brotaron unas pocas lágrimas, lo peor es que el chico se creía al pie de la letra su actuación, y algún que otro personaje de por allí les miró con malos ojos, pues pensaban que Nil le había dicho algo inapropiado a la jovencita. Éste intentó corregir eso a toda costa.
Nilan: Oh, Lemuria...
No tenía ni idea de lo que era. Se levantó algo nervioso y se dirigió hasta ella.
Nilan: Si me acompañas durante el viaje te prometo que no le diré nada a nadie cuando todo termine, podrás seguir campando a tus anchas, pero por favor, esto sí te lo ruego... ¡Dime cómo llegar!
El chico hasta se arrodilló suplicándole.
Viria: Vale, pero primero, terminemos de comer. Anda, bebe un poco de agua, te vendrá bien.
El chico asintió y volvió a su asiento, las pocas personas que se preocupaban por la situación volvieron a lo suyo inmediatamente, más que preocuparse, querían enterarse de asuntos ajenos.
Nil bebió un trago de agua, en ese momento los ojos de la chica brillaron como nunca, había triunfado. Sin embargo, en ese preciso instante llegó Zetrya al bar.
Zetrya: ¡Ahí estás!
Viria: ¿Y está quién es?
Viria se molestó por la presencia de aquella mujer, ¿sería acaso amante o pareja del chico? Fuera lo que fuese, ya no podría elaborar su plan, le tocaba pagar pero... Siempre había una manera de escapar. Nilan comenzó a verse algo confuso o mareado, no tardaría en caer al suelo, y ni siquiera había terminado de beberse el vaso entero.
Zetrya: Vaqueros ajustados, cabello rosa, chaqueta... Con que tenemos aquí a la misma que ha provocado todo este lío, ¿eh?
Viria se encogió de hombros, presionada, fulminó con una mirada llena de odio a la mujer que inesperadamente había hecho acto de presencia allí.
Viria: ¿De qué estás hablando? Bueno, ¡yo no tengo más tiempo que perder, me piro a Lemuria, nos vemos!
Viria se levantó descaradamente intentando huir de allí lo más rápido posible, pero fue incapaz, Zetrya le agarró del hombro con fuerza, inmovilizándola allí.
Zetrya: ¿A dónde te crees que vas, niña?
Viria: ¡Quita tus sucias manos de encima golfa!
Nilan no pudo seguir la conversación, cayó dormido al suelo. Por otro lado la ladrona salió disparada hacia la salida, saltando sobre algunas mesas y empujando a los camareros que en su camino se encontraban.
Zetrya: ¡Vamos chico, corre que se escapa!
La mujer se viró hacia el muchacho, pero para su sorpresa éste estaba fuera de juego. Intentó cargar con el cuerpo del chico hasta la salida, no sin antes observar la bebida, en ese momento lo comprendió todo, pues sus amplios conocimientos la ayudaron a lograrlo.
Zetrya: Vaya, vaya, muy astuta la niña.
Sin embargo, al final el plan de Viria mordió el polvo estrepitosamente. Suly y Bismarck entraban en la taberna cuando ella estaba dispuesta a salir, se chocó con estos y cayó al suelo, disgustada y nerviosa.
Viria: ¡Pero quién...! ¡No me jodas, tú!
Suly: ¡Ella, ella misma es la que nos robó anoche!
Bismarck: ¿Y qué hace aquí? Bueno, mira el lado positivo, ya no tenemos que buscar.
Viria: ¡Lo que me faltaba, perdeos pringados!
La chica sacó de su bolsillo una bola gris que pretendía lanzar al suelo y, con ello, llenar la taberna de gas para poder escapar, pero Bismarck apareció fugazmente a su espalda y le agarró fuerte el brazo con el que sujetaba dicha esfera, para después cogerla él mismo y guardarla.
Bismarck: No amiga, resígnate, has perdido.
Suly: ¡Por fin, sabía que Bismarck no nos fallaría, al fin te atrapamos niñata!
Viria: ¡Cómo es posible! ¡No, esto no puede estar pasandooooo!
La chica forcejeó con todas sus fuerzas, pero en vano, la resistencia de Bismarck era inquebrantable, el hombre no se movía del lugar.
Había sido capturada definitivamente.
Zetrya subió por las escaleras concentrada, el cuerpo de Nilan levitaba en el aire gracias a unas peculiares corrientes de aire que lo mantenían ahí.
Zetrya: Al fin te hemos capturado, pretendías burlarte otra vez de este chico, muy lista.
Suly: ¡Juas, no contabas con que teníamos aliados, ¿verdad!?
Suly se acercó y le agarró los mofletes, burlándose de ella y en parte, vengándose. Esta reaccionó de forma violenta y agresiva, apartando su mano de su cara.
Viria: ¡Cállate, mantén esa boca cerrada hijo de...!
Bismarck: Basta ya, has perdido, ahora salgamos de aquí, claro, después de que hayas pagado todos los destrozos.
Viria: ¡No, no, me niego, tengo que escapar!
Seguía forcejeando, pero Bismarck no se movía ni un centímetro.
Camarero: Perdonad pero...
Zetrya: Sí, ahora mismo te pagamos.
La mujer agarró un bolso que llevaba la ladrona cerca de la cintura y lo abrió, en efecto, estaba a rebosar de dinero, el que había obtenido tras vender las pertenencias de Nilan.
Zetrya: Para usted, lamentamos los destrozos.
Y le lanzó el bolso al camarero, quién no se lo pensó dos veces y lo atrapó en el aire.
Camarero: Perfecto, es impresionante, ¡cuánto dinero! Pero por favor, ¿pueden irse ya? No queremos ver más estragos aquí dentro.
El hombre mostró una amplia sonrisa al ver la desorbitada cantidad de dinero que le habían entregado, daba para pagar todos los desperfectos e irse de vacaciones al menos tres o cuatro años. Viria miró perpleja la escena, se había quedado completamente pálida, lo perdió todo.
Viria: ¡No, noo, dadme eso malnacidos! ¡Es mío, yo lo conseguí! ¡Qué me lo deis de una puta vez jodeeeeeer!
Zetrya le bofeteó en la cara con fuerza, la chica calló asustada y resignada. Había perdido.
Zetrya: Nos vamos.
Y salieron todos del local, Suly tuvo que cargar con el cuerpo de su amigo, pues éste todavía estaba durmiendo. Una vez en la plaza el grupo se detuvo a interrogar en una esquina algo aislada a la chica, ahora presa entre los fuertes brazos de Bismarck.
Zetrya: Bien, ya vas soltando qué has hecho con las cosas de estos chicos.
Viria no respondió, se limitó a mantenerse en silencio, impotente y furiosa. Fulminaba con la mirada a la otra mujer.
Zetrya: No dices nada, bien...
Otra bofetada.
Zetrya: Venga, desembucha niña, no tenemos todo el día.
La chica siguió callada, retando a Zetrya a que le bofeteara cuantas veces quisiese, ella no diría absolutamente nada.
Bismarck: Creo que esta no es la solución, así no soltará prenda.
Suly colocó a su amigo junto a un muro para adentrarse luego en el núcleo de la discusión.
Suly: Si llevaba toda esa pasta encima, quiere decir que ya ha vendido las cosas, ¿pero a quién?
Viria: Seguid soñando si creéis que voy a decir algo hijos de...
Zetrya: La niña está hoy respondona.
Y le pegó otra bofetada en la cara.
Suly: Te lo tienes merecido.
Viria fulminó en un primer momento con su mirada a Suly, pero luego comprendió que sería absurdo seguir así, solo lograría que le golpearan de nuevo.
Viria: ¿Qué haréis una vez os lo diga? ¿Acabaréis conmigo? ¿Me llevaréis a una mazmorra? Pf, vosotros no necesitáis robar para sobrevivir, ¿verdad? Me dais asco, hipócritas.
Bismarck soltó a la chica y esta se vio impresionada por tal acto, ¿acaso querían que escapase? Viria no tomó tal acción, estaba completamente rodeada, intentar escapar le serviría para llevarse otro bofetón.
Zetrya: ¿Qué pretendías con Nilan en la taberna?
Viria: Lo veis durmiendo, ¿verdad? Si yo me largaba de allí él tendría que pagar todo, yo no quería gastar absolutamente nada, dormir a ese memo era la mejor opción, quería aprovecharme de él una última vez. ¿Feliz ya?
Suly: Madre mía con la niña... Si tonta no es.
Bismarck: Suponiendo pues que todos esos Bíbeles eran de lo que vendiste, ¿dónde están sus pertenencias pues?
Viria suspiró, no quería seguir respondiendo nada, pero la impotencia y las ganas de querer irse de allí podían con ella.
Viria: Se lo vendí todo a un mercader, éste se fue a Lemuria antes en un barco. ¿Feliz ya?
Suly: ¿¡Qué!? ¿¡Lemuria!? ¿¡Cómo vamos a llegar ahora!?
Suly se llevó las manos a la cabeza debido a los nervios.
Zetrya: ¿Lemuria? Bismarck...
Zetrya miró con seriedad al líder de su clan, ¿qué querría decir?
Bismarck: Entiendo, bien. Viria, si nos ayudas a recuperar las cosas te pagaremos lo que habías recuperado al vender las mismas, ¿te parece? Buen trato es he de admitir.
Viria: ¿Qué? ¿Cómo estáis tan seguros de que vais a hacerlo y no me llevaréis a unas mazmorras luego?
Suly: No te fías ni de tu sombra, ¿eh?
Viria: No.
Zetrya: Bismarck, tú puedes volver a la sede del clan, yo los llevaré hasta Lemuria, y Viria, si quieres que nos ganemos tu confianza, lo mínimo que puedes hacer es ayudarnos para compensar lo que has hecho, ¿no te parece? Si no aceptas, podemos detenerte aquí mismo y llevarte a unas mazmorras.
Viria retrocedió, casi asustada por sus palabras. ¿Confianza? Eso le daba mucho miedo a la chica, auténtico terror. Sin embargo, podía sacar provecho si viajaba, incluso podría huir, aceptaría con mucho recelo.
Viria: Bien, acepto, no tengo alternativa.
Suly: ¿Podremos fiarnos de ella?
Bismarck: Si quiere recuperar lo que ha perdido y ganarse nuestra confianza, así será. Yo volveré con la gente, si queréis algo, usad a Duendecillo.
Una nube de humo surgió en el hombro de Bismarck, en cuanto se disipara todos podrían ver a un pequeño duende que ya conocerían de antes, excepto Viria.
Bismarck: Podéis confiar en él ciegamente, es muy leal, ¿a qué sí?
Bismarck le acarició la cabeza y la mimosa criatura respondió con alegría.
Suly: Pero, esperad, ¿qué se os ha perdido en Lemuria? ¿Estáis dispuestos a ir tan lejos?
Zetrya: Es cierto, tenemos asuntos que resolver allí, si no los tuviésemos da por hecho que no os hubiésemos podido acompañar.
El diminuto duende saltó al hombro de Zetrya, esta no pareció incomodarse por su presencia.
Viria: ¿Entonces, nos vamos ya o qué?
Suly: ¿Desde cuándo tienes tanta prisa por ir?
Viria: ¿A ti qué te importa?
Viria había encontrado sus razones para viajar con ellos: Encontrar al mercader al que le vendió las armas y robárselas.
Otro infalible plan, ¡qué interesada!
Bismarck: Bien, os dejo pues. Os desearía suerte, pero sé que no la necesitáis.
Y Bismarck se perdió entre el populacho. Nilan seguía dormido, aquel potente veneno lo había dejado soñando con los angelitos más dulces, o angelitas. Suly cargó con su cuerpo de nuevo y junto a las dos mujeres, se dirigieron al puerto, al norte de la ciudad.
Suly: ¡Hala, hoy sí que hay barcos!
Viria: Chico, ¿de dónde has salido, de una cueva?
Inmensos galeones atracaban y zarpaban ese día, muchos otros barcos traían ingentes cantidades de criaturas marinas entre sus redes, otros simplemente llevaban turistas en sus cubiertas. Un bonito paisaje junto con el fuerte olor del agua del mar.
Zetrya: Creo recordar que el alcalde de la ciudad nos avisó de que había todavía un barco que zarpaba a Lemuria hoy. Debe ser ese...
Viria: Pues andando.
Capitán del barco: ¡El barco hacia Lemuria está a punto de zarpar, rápido!
Zetrya se acercó al capitán del barco, pues ya estaban soltando marras y en apenas unos segundos zarparían.
Zetrya: Hola capitán, ¿podemos subir?
Capitán del barco: ¡Oh, dichosos ojos, Zetrya! ¿Tú eres la invitada especial hoy? Muy bien, sube.
Zetrya: Sí, pero me gustaría que estos chicos que me acompañan subiesen conmigo hacia Lemuria.
Capitán del barco: ¡Oh claro, todos los que te acompañan son bienvenidos, mucho gusto!
El capitán saludó a todos y cada uno de los presentes a medida que fueron entrando en el barco, se extrañó bastante al ver a Nilan durmiendo sobre Suly, y Viria le miró de mala gana, pero acompañaban a la famosa Zetrya, por lo que les dejaría a su aire.
Una vez a bordo, el galeón zarpó. Su destino, Lemuria.
Esa misma tarde Nil se despertó aturdido en su cama correspondiente, Suly y Viria estaban allí sentados sin decirse nada, desconfiaban el uno en el otro y esperaban con paciencia a que su amigo se despertase.
Nilan: Ug, ¿qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿¡Por qué se mueve el suelo!?
Viria: Estás en un galeón, nos vamos a Lemuria.
Suly: Una historia muy larga Nil, descansa que te vendrá bien.
Nilan: Pero... Lemuria... ¿Eso qué es? Yo estaba comiendo en la taberna junto a ti.
Y señaló a la chica de cabello rosa y llamativos ojos.
Viria: ¿No sabes lo qué es Lemuria? ¿Qué has salido, de una cueva?
Suly: Nah, simplemente explícaselo. La chica esta que tenemos aquí al lado te puso una especie de suero en la bebida para dejarte allí durmiendo e irse sin pagar. Estaba forrada hasta las cejas gracias a tus cosas.
Nilan: ¿Pero cómo pudiste? ¡Qué descarada, yo confié en ti y te creí!
Viria: Porque eres idiota...
La chica miró en otra dirección, se negaba a aceptar que alguien confiase en ella. ¿Qué le había sucedido para terminar siendo tan desconfiada? Una vida dura, lo más probable.
Nilan: ¿Fue cuándo fui al lavabo? ¿Utilizaste el suero ahí? Jo, si es que no se te puede dejar ni un momento.
Viria: ¡Vale, ya ha pasado, os ayudaré, POR AHORA! Nada más que decir.
Nilan: Oh, vale...
Suly: A ver, que cuando te quedaste dormido entramos en la taberna a buscarte. Fui con Bismarck a la casa del alcalde a preguntarle unas cosas acerca de Félix, luego nos topamos con Zetrya por las calles y volvimos hasta la plaza aquella junto al mar, pero no estabas. Y nada, entramos de casualidad en la taberna de allí y vimos a Viria intentando huir, al final no le quedó otra que ayudarnos, pues dice que el mercader que tiene tu espada está allí, en Lemuria.
Nilan: Ahora me lo cuentas otra vez...
Nilan se rascaba los ojos y la cabeza, estaba completamente aturdido y el balanceo del navío no ayudaba en absoluto a mejorar, al contrario, empeoraba.
Suly: Te dije que era una historia muy larga. Y creo recordar que Paradox nunca te enseñó nada acerca de Lemuria, por lo que te lo explicaré ahora.
Viria: ¿¡Paradox!?
Viria se giró de inmediato hacia los chicos, ¿qué relación tenían con aquel anciano? Su curiosidad por ellos se despertó de pronto pero se mantuvo al margen de la conversación en todo momento, acechando entre bostezo y bostezo.
Suly: Lemuria es un reino situado al sur... Veamos, tengo un mapa por aquí, mira, es este.
Nilan observó con curiosidad y asombro el mapa, cierto era que había estudiado ese último año acerca de las distintas localizaciones y reinos del mundo, pero desconocía todo lo referente a Lemuria.
Nilan: Parece que ese mapa es más reciente que el que nos entregó Félix.
Suly: Sí, el de Félix creo recordar que se lo habían dado en la escuela cuando era pequeño, uno muy, muy viejo. Y en definitiva, eso, vamos hacia Lemuria, qué es allí a dónde ha ido el comerciante, ¿cierto?
Suly le dedicó una mirada incómoda a la muchacha, esa se lo tomó de mala manera y estuvo a punto de contestar con insultos, pero debía sacarles información acerca de Paradox, y ganarse una falsa confianza con ellos para traicionarlos y robarle todas las cosas al mercader.
Viria: Sí, allí mismo se dirigía el tipo aquel. Has oído bien, Lemuria. ¿Te lo repito?
Nilan: Oye Viria, ¿así te llamabas no? ¿Por qué hiciste eso? Quiero decir... Mira en el lío en el que te has metido por robar a cualquiera, ¿qué es de tu familia? ¿Acaso no tienes?
Viria escuchó cada una de sus palabras, al comienzo se burló del pobre muchacho, ¿lío? ¿Cuál? Iba a ganar más beneficios que nunca y les iba a dar para el pelo, sin embargo, se quedó de piedra al escuchar acerca de su familia. Ella no tenía familia, nunca la tuvo. Se mantuvo unos momentos pensativa.
Viria: Pues... No, no tengo familia, nunca la tuve, ¡pero eso no os incumbe!
La chica molesta por verse obligada a hablar de sus miserias se enfureció y salió del camarote golpeando con fuerza la puerta al salir, necesitaba coger aire y alejarse de allí.
Nilan: Qué genio tiene...
Suly: Las tienes a todas loquitas, jajaja.
Nilan: ¡Su-suly! ¡Deja de pensar en eso todo el rato!
Suly: ¿Yo? ¡Pero sí eras tú quién se volvió loco con Zetrya en la playa! ¿Te fijaste en las miradas que te echaba? Vamos, le gustas.
Nilan: ¡Deja de decir tonterías, hazme el favor!
Suly: En fin chico, tienes menos sentido del humor que el Capitán Zack, oh diosa, siempre quise decir eso, jajaja. Cuando lo vea se lo diré.
Nilan suspiró y volvió a echarse en la cama, tapándose con las mantas.
Nilan: Te matará.
Suly: Pues nada, yo me piro para afuera, tardaremos unos dos o tres días en llegar, ¡así que descansa!
Nilan: Ten cuidado...
Nilan volvió a echarse una siesta allí, los efectos secundarios del suero de Viria le habían mareado, no sería de extrañar que tuviese que ir al baño de un momento a otro.
Por otro lado Suly subió a la cubierta para admirar el paisaje, el eterno océano. Entre la increíble cantidad de personas que rondaban por allí, el chico miró al horizonte en todas las direcciones, y el mar lo cubría todo. La tierra había desaparecido. También pudo ver a Viria apoyada en una de las barandillas, decidió acercarse y conversar con ella, pues era bastante misteriosa.
Suly: Parece que te has enfadado cuando han nombrado a tu familia...
Suly se apoyó igual que ella frente al mar, el galeón era inmenso y las olas ni siquiera se aproximaban a ellos. Comenzaba a hacerse de noche, ambos fueron testigos de un atardecer espectacular.
Viria: Es que eso no os incumbe, cotillas. ¿Qué habéis hecho vosotros para que merezcáis saber eso? ¡Nada!
La chica suspiró, realmente no quería hablar de sus asuntos, pero la puesta de sol era realmente hermosa desde allí, merecía la pena quedarse.
Suly: Mmm, no te lo tomes todo tan mal, para las pocas veces que nos hemos visto me has dado la impresión de que te ves presionada por algo, no sé, engañando a la gente y siempre a la defensiva, ¿qué te lleva a hacer eso chica? Nosotros no te hicimos nada, ni nunca te lo hubiésemos hecho.
Viria: Jajajaja, tienes que estar bromeando, vosotros no, pero yo tengo que comer, ¿sabes? Yo nací en una familia adinerada, en Leithard.
Suly: ¿De verdad? ¿Y por qué estás así ahora? ¿Los perdiste o algo?
Suly se empezó a preocupar, su bajo tono de voz en las últimas palabras así lo mostraba, no quería hacerle recordar nada malo a la chica pero a esta no le importó en absoluto, habló sin remilgos.
Viria: Sí, perdí a mi familia, la perdí desde el momento en el que los conocí. ¿Que qué quiero decir? Muy simple, me daban asco. Lo abandoné todo, prefería vivir yo sola a vivir allí una vida propia de una hipócrita, no me sentía a gusto con ellos, de hecho, sufría estando allí. Eran unas personas simplemente asquerosas, no en higiene, sino moralmente. Y bueno, aquí he terminado. ¿Contento ya? ¿Qué más quieres saber?
Viria se intentaba cerrar a Suly, pensó que si se ganaba su confianza contándole su vida le sería en un futuro más fácil robarle, sin embargo, la única a la que estaba engañando era a ella misma, realmente decía todas esas cosas porque quería tener amigos, quería tener a alguien en su vida.
Estaba completamente sola.
Suly: ¿De verdad? Es muy triste, en serio, aunque en parte te pareces a mí, mi familia es de Ferión, de hecho uno de sus Capitanes es mi padre, y hace ya un año que no voy para allá, me han tildado de criminal por ayudar a Paradox, el famoso Sapien.
Viria se vio impresionada por dentro, hablaba con alguien que tampoco tenía familia, decidió abandonar a la misma porque lo tomaban como un criminal. En ese instante sintió gran curiosidad por Nilan y el propio Suly, ¿qué les había llevado hasta allí? Parecían más importantes de lo que aparentaban... Y la muchacha también, por primera vez en su vida, sintió felicidad, la felicidad de poder conocer a alguien similar. Aunque al final siguió intentando engañarse a sí misma y continuó con aquella faceta suya tan antipática y misteriosa.
Viria: Una pena, también. En fin, el mundo es un asco, tanto que predican lo de La Diosa y nosotros así, de verdad, ¿a quién pretenden engañar? A mí por supuesto que no, esa deidad no es más que un invento para manipular al populacho. Todos hipócritas, todos viviendo en esa utopía falsa que se han inventado, llenos de ego y poder en esa burbuja de locura enfermiza mientras yo tengo que pasar hambre y robar por ahí para poder sobrevivir. He soportado lo insoportable, ¿y ha hecho La Diosa algo por mí? ¡Nada de nada!
Aquel discurso impresionó de sobremanera a Suly, Viria le estaba confesando sus ideales, y tenía mucha razón. Era realmente sabia e inteligente, decidió pasar por mil y una penurias para intentar alejarse de ese mundo tan cruel que llevaba el planeta al inminente colapso. La chica continuó.
Viria: En serio, no lo entiendo, ¿por qué Ferión y Leithard provocan tantas guerras por esa cosa que ni siquiera existe? ¡Es todo mentira! ¡Interés puro y duro! Están todos como cabras, ¿y tú vienes de allí? Lo siento mucho por lo que he dicho, pero es lo que pienso.
Suly: No, en absoluto, de hecho es impresionante que tengas tan claras las cosas... ¿Sabes? Creo que tienes razón.
Viria: ¿Crees? Le estás dando cuartelillo al ideal de Ferión. Piensa lo que quieras.
Suly: Mujer, no es fácil para mí pensar así de golpe, he crecido allí, me cuesta creerlo, no, mejor dicho, me cuesta aceptar la verdad, pero lo que dices tiene mucha razón.
Viria: ¿Acaso lo dudabas? ¿Y vosotros? ¿Qué os ha traído hasta aquí? ¿Cuál es vuestra historia?
Suly sonrió un poco, lleno de nostalgia. Comenzaba a oscurecer.
Suly: Pues fue toda pura casualidad, como cosa del destino, no sabría decirlo bien.
Viria arqueó una ceja confusa, ¿se terminaría explicando aquel muchacho o seguiría mareando la perdiz?
Suly: Veamos, yo vivía tan feliz en Ferión con mi padre, el Capitán Barock. Mi madre murió años atrás y bueno, a partir de ahí él fue incapaz de atenderme por toda la responsabilidad que llevaba encima, así que hizo un trato con Paradox, que vivía cerca de la frontera entre Leithard y Ferión, y vamos, el trato consistía en irme yo allí de vacaciones para que me entrenase, si el viejo cumplía sin hacer ninguna locura podría incluso vivir en paz... Mejor dicho, mi padre se encargaría de dejarlo vivir en paz, sin necesidad de Pactos ni nada.
Viria: Entonces esa es tu relación con él...
Suly: En efecto, sin embargo, un día todo cambió. Por aquel entonces mi reino estaba en guerra con Mystical, arrasaron ese pequeño lugar sin dejar apenas supervivientes y de pura casualidad viajando hacia la casa de Paradox me topé con uno de ellos. ¿Adivinas quién?
Viria: ¿El guap...? Digo, ¿tu amigo?
Suly: Sí, Nil. Me lo llevé a la casa de Paradox conmigo, no supe bien porqué, pensé que necesitaba ayuda y me parecía muy injusto que unos militares apresaran a un niño, es más, pude ver como lo maltrataban por el camino. Al final el Capitán Ridley nos dio caza y nos vimos obligados a asesinarlo, no... ¡no tuvimos opción!
Suly parecía realmente arrepentido por la muerte de aquel hombre.
Viria: ¿¡Asesinasteis a uno de esos!? ¡Vaya, vaya, al final sí que me caeréis bien! Algo había oído de que un Capitán murió en la guerra, y ahora me entero de que lo vencieron unos niños y un anciano. ¡Esto es de risa!
Suly: Sí, pero lo siguiente sí fue más espectacular, nos vimos obligados a huir pues el ejército de Ferión nos buscaba sin descanso por aquellas tierras. Huimos al norte, a Los Montes Lunares, una vez allí cogimos un encargo para poder burlar a los militares y nos fuimos hasta Argón a por unas piedras preciosas, ¡imagínate! Aquello fue una completa locura, y en dos meses nada más. Terminamos venciendo a una banda criminal llamada T.A. o algo así, vete tú a saber los nombres raros que les ponen, terminamos en unas ruinas ancestrales a Kilómetros o quién sabe cuánta altura bajo tierra, y todo, para salir de allí por Dishael. Cumplimos el encargo y nada, escapamos por los pelos de los Capitanes que enviaron.
Viria escuchó asombrada todo su discurso, aunque aparentemente mostraba poco interés. Anocheció totalmente y el frío hizo acto de presencia.
Viria: Bueno, yo me estoy congelando, me voy a dormir. Y por cierto, bonita historia, casi me duermo.
Suly: Ya te vale, encima que lo cuento todo... Descansa.
Viria pareció ignorar sus últimas palabras y se adentró en el barco, apenas quedaba nadie ya en la cubierta excepto unas pocas personas, el joven se estiró completamente agotado, aquel día no había parado.
Suly: Uf, creo que me quedaré por aquí un poco más antes de irme a la cama...
Inmediatamente se le acercó una mujer de extravagante y siniestro vestido, ojos y cabello azules, éste último con cierto tono plateado similar al gris. Parecía joven, eso sí, rondaría los veinticinco años a simple vista. Lo primero que le llamó la atención fue su serio semblante, no mostraba emociones, era totalmente neutro.
Mujer misteriosa: Hola joven, ¿acaso no vas a dormir? Ha anochecido.
Suly se extrañó en un primer momento, pero no le dio importancia, al fin y al cabo era una pasajera más que quizás buscaba conversación.
Suly: No, no tengo sueño la verdad, ¿y qué hay de ti, cómo te llamas?
Martiria: Me llamo Martiria, un placer.
La dotada mujer se llevó una mano al pecho cuando dijo su nombre y en ningún momento modificó su semblante. ¿Quién demonios era esa mujer? Seguramente, alguien normal.
Suly: Yo me llamo Suly, mucho gusto también. Dime, ¿qué te ha llevado hasta Lemuria?
Martiria: Realmente no lo sé, viajo y viajo, intentando recordar pero... No logro obtener lo que deseo.
Suly no sabía a lo que se refería, aun así prefirió dejar un poco ese tema de lado, no es que le interesase saber la vida de cualquiera que pasase por allí, con Viria tenía suficiente.
Suly: Sea como sea, nunca te rindas, los problemas están para hacernos fuertes. Estoy seguro de que podrás recuperar eso que tanto deseas.
Por un momento los ojos de la mujer se abrieron como platos, sin embargo, sería un momento efímero, Suly no distinguía entre si realmente fue imaginación suya o algo real.
Martiria: Quién sabe, éste mundo es tan misterioso... Todavía quedan muchas cosas por descubrir, creo que me iré a la cama, realmente ha sido de agrado conversar con usted, Suly.
Suly: Buenas noches, Martiria. Creo que yo también debería irme a dormir...
Y así ambos se fueron a sus respectivos camarotes, otro día pasaría...
Las horas pasaron y Nilan sufrió de nuevo una de sus raras alucinaciones en sus sueños. ¿Qué significaban?
Voz enigmática: Nilan... ¿Me escuchas?
Nilan: ¿Quién... eres?
Voz enigmática: No sé por cuánto tiempo más aguantará esto... Debes... Una de ellas... Dishael.
Nilan: ¿Qué sucede... con Dishael?
Voz enigmática: Al norte... otra, Nilan debes... cuidado, ellos...
Nilan: No entiendo nada... lo siento...
Voz enigmática: ¡Nilan...!
Inmediatamente el chico visualizó las ruinas ancestrales que había visitado hace ya año y algo, parecía viajar a gran velocidad por ellas, atravesando los objetos que se interponían en su camino y, poco a poco, escuchando un rugido se hacía cada vez más fuerte, rugido que terminó transformándose en el grito agónico de alguien... Nilan despertó de golpe, estaba en la cama de su camarote y era de día, estaba completamente solo allí.
Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, estaba claro que algo no iba bien... ¿¡Pero el qué!? Estaba claro que por ahora no iba a encontrar la respuesta.
Nilan: Uf, creo que me estoy volviendo loco o quizás... ¿Será ese poder del que habló la Guardiana de los Sapiens? ¿Por qué tengo yo ese poder? No entiendo nada.
El chico se llevó las manos a la cabeza sin saber bien qué hacer o qué pensar acerca de eso, pero a ese ritmo se volvería loco, estaba claro.
Al poco de vestirse y prepararse, Nil encontró sobre la mesilla situada junto a la salida una nota, era de Suly.
“Nil, Viria y yo estaremos por la cubierta del barco cogiendo aire, si quieres vernos, estaremos por allí. Zetrya estuvo toda la noche emborrachándose con el capitán así que dudo que se vaya a levantar hoy, ¡y no hagas nada raro!
Atentamente: El pesado de Suly”
Nilan: A sus órdenes, don pesado. Vamos a salir afuera pues.
El chico no tuvo que coger nada puesto que se lo habían robado dos noches atrás. Salió de su camarote y avanzó por el interior de aquel inmenso galeón, sentía curiosidad por explorarlo.
Entre sus inmensos pasillos pudo apreciar alucinantes estatuas de peces u otros animales acuáticos, estatuas de oro puro que decoraban el interior del lugar, dándole un aspecto acogedor e impresionante. Además, se topó con una banda de música compuesta por cuatro seres de lo más variopintos. Uno de ellos era un Hume, como él, otro era un Sapien se bajísima estatura y no parecía tener barba, de hecho tenía una perilla muy atractiva, y los últimos dos miembros eran una especie de oso bastante peludo color blanco y negro, con un sombrero del cual salía una pluma color negra, y una especie de Hume, femenina, pero con alas blancas y curiosos cuernos en su cabello dorado.
La gente de la zona acudía allí a escuchar a la banda tocar, a esa hora no salían a la cubierta pues hacía demasiado calor, tampoco había dónde sentarse.
Nilan: ¡Halaa, qué chulo! Tocan muy bien.
Efectivamente, la banda compuesta por esos cuatro seres tocaba canciones excelentes, deleitantes y maravillosas, su técnica era magistral. Saltaba a la vista que los cuatro poseían mucha experiencia. Nilan se aproximó a ellos pero sin llegar a adentrarse en la muchedumbre que los rodeaba, con escuchar desde allí se conformaba.
Félix: ¡Anda, tú por aquí!
Nilan se sobresaltó al ver a... ¿¡Félix!? Efectivamente, era él, aunque algo cambiado y con su característico cabello castaño más largo, esta vez llevaba una ligera coleta.
Nilan: ¿¡Fe-félix!? ¿¡Eres tú!?
Félix: Claro, ¿no me ves? Ha llovido mucho desde entonces, ¿verdad?
Nilan: Oh, increíble, no esperaba verte aquí, vaya.
Félix: Jeje, yo tampoco. Veo que has crecido bastante, incluso te ves más fuerte que por aquel entonces, ¡me empiezas a intimidar!
Félix apoyó una de sus manos en el hombro de Nilan entre risa y risa. Sin embargo el protagonista no se lo tomó tan a broma, le quitó bruscamente su mano del hombro y le miró con seriedad. Era la oportunidad más inesperada y perfecta para sacarle toda la información posible a aquel chico.
Nilan: Félix, sé sincero por una vez, ¿conoces a Cecil?
Félix retrocedió un poco, ¿quizás alterado por el inesperado comportamiento de Nilan o confuso por la brusquedad de éste? Fuera como fuera, fingió de lo lindo.
Félix: ¿De qué hablas Nilan? Yo no conozco a ningún Cecil. Oye, ¿te encuentras bien? ¿Qué tal si vamos a un lugar más tranquilo para hablar?
Nilan: Sí, me parece bien la propuesta, vamos.
Nilan lo desconocía en ese momento, pero se dirigía a una potencial trampa. Una vez llegasen a un lugar aislado, retomarían la conversación.
Félix: En fin, ha pasado mucho tiempo y me he preguntado que te había sucedido. Realmente me llegué a preocupar.
Mentía como un descosido, ¿o quizás no?
Nilan: No te vayas por las ramas Félix, sé que conoces a Cecil, le estoy buscando. Por favor, dime dónde se encuentra.
Félix: Oye, que te he dicho que no conozco a...
Para sorpresa de ambos una mujer hizo acto de presencia, agarrando fuertemente la mano del Félix situado a espaldas de Nilan. Éste último se sobresaltó un poco.
Nilan: ¿Pero qué...?
Martiria: Sería muy triste que un chico como él muriese tan joven, ¿no le parece?
El Félix con el que hablaba Nilan se evaporó como si de un espejismo se tratase... El chico miró hacia atrás impresionado y vio a Félix con una daga, efectivamente, lo iba a asesinar por la espalda, suerte que aquella misteriosa mujer de cabello azul y expresión triste o neutra le había salvado. Nilan retrocedió, poniéndose en guardia.
Nilan: ¡Félix, ¿qué pretendías!?
Félix: Psh, estaba a punto de matarte por fin y... ¡Aparece esta de la nada!
Félix forcejeó con fuerza liberándose de la mujer, más bien ésta lo soltó, ¿hacía lo correcto? Félix estaba armado, pero sin nadie esperarlo, guardó su arma de nuevo en la riñonera que llevaba en la cintura.
Nilan: ¿¡Matarme!? ¿¡De qué estás hablando, por qué!?
Félix: Je, Nilan, Nilan... ¿Es que no te has dado cuenta? En el momento en el que te toqué el hombro caíste en mi ilusión, sigues siendo tan patético como siempre. Y pensar que tú...
Martiria se mantuvo al margen pero observaba cada detalle de la conversación.
Nilan: ¿¡Qué yo qué!? ¿Por qué aquí todos parecen saber cosas de mí y yo lo desconozco todo? ¡¡Félix, dime dónde está Cecil!!
El rostro de Nilan mostró ira y cierta desesperación, iba en serio. Félix se mantuvo tranquilo, seguro de sí mismo y sin cambiar esa cara llena de arrogancia. Era completamente opuesto a la persona con la que se había topado Nil minutos atrás.
Félix: Pf, como si te lo fuera a decir, ¿qué vas a hacerme para que te lo diga? Sí que lo conozco y sé dónde está, pero te quedarás sin saberlo.
Nilan se abalanzó y le golpeó un fuerte puñetazo en la cara, tirándolo al suelo.
Félix: No eres más que un crío que piensa que ir por ahí montando en Kazurras y venciendo criminales para hacer justicia es lo correcto o divertido. ¡Eres un chiste! ¡Y encima tienes el Oráculo contigo! ¿¡Con qué derecho!? ¡No me jodas!
Félix parecía un auténtico lunático gritando aquellas cosas en el barco. Nilan se quedó perplejo al escuchar eso de un tal Oráculo, estuvo a punto de preguntarle pero Félix se marchó de allí, no sin antes dirigir una mirada de odio a la mujer.
Félix: Nilan...
Se detuvo.
Félix: ... Ten bien claro que nos veremos las caras de nuevo, y la próxima vez me encargaré de matarte con mis propias manos.
Nilan tragó saliva, intimidado pero a la vez enfurecido. ¿Ese sujeto era realmente Félix? Corrió directamente hacia él con el fin de alcanzarle y obligarle a responder, pero la mujer extendió su brazo ante él, impidiéndole avanzar.
Nilan: ¡Déjame pasar!
Martiria: No puedo, si le sigues morirás.
Nilan: ¡Esto no es asunto tuyo, debe responder!
Martiria: Un no es un no.
Nilan se resignó, no quería herirla y por eso permaneció allí, impotente.
Nilan: ¿A qué se refería con Oráculo? Yo no tengo nada de eso... Aquí todos saben todo de mí, ¡pero yo no sé nada!
Martiria: No le des más vueltas, vamos, ve con tus amigos.
Y la mujer se marchó tranquila sabiendo que Félix era ya un destino inalcanzable para el joven.
Nilan: Amigos, sí... Espera, ¿cómo sabes tú...?
Se quedó con la palabra en la boca pues la mujer desapareció sin dejar rastro alguno.
Nilan: Ahora estoy más preocupado... ¿Qué es eso del Oráculo? Yo no tengo nada de eso, que yo sepa al menos...
La profunda reflexión de Nilan se vio interrumpida por un fuerte golpe en el casco del navío, el galeón se zarandeó con muchísima violencia. La gente comenzó a gritar en la cubierta.
Nilan: ¿¡Pero qué...!?
El chico de vio obligado a agarrarse a lo primero que pilló, pudo ver como diversas personas cayeron por las ventanas al mar abierto, rompiendo las mismas en el proceso. Tras ellas les siguieron diversos muebles y objetos de todo tipo.
Nilan: ¡No, Suly y Viria estaban en la cubierta!
Nilan se apresuró a ir hacia arriba, fue difícil, los bruscos movimientos del barco parecían querer impedir que llegase hasta la cubierta. Sin embargo, no fue más que el comienzo, la tarea se dificultó todavía más cuando extrañas criaturas con escamas y garras afiladas subieron a bordo a través de las ventanas rotas. Eran criaturas marinas, sin duda.
Nilan: ¡Lo que me faltaba!
Las criaturas comenzaron a asesinar a los pasajeros indefensos que no veían ninguna salida, hubo quiénes se encerraron en los camarotes en masa y otros que se tiraron al mar por propia voluntad. Las criaturas de escamas y garras afiladas no tardarían en percatarse de la presencia del joven. Se abalanzaron hacia él sin piedad, rodeándolo.
Nilan: ¿Queréis que os dé leña? Bien, vosotros os lo habéis buscado.
Asesino del Océano: ¡Kyahh!
Las criaturas, apodadas como “Asesinos del Océano” por su fama de cazar gente en medio del océano, no esperaron ni un segundo y se lanzaron hacia el chico con la intención de almorzar. Uno de ellos saltó, pero gracias al brusco movimiento del barco se desvió y le aruñó levemente la mejilla al chico, cayendo luego por una ventana al mar.
Nilan: ¡Son rápidos! Tengo que tener cuidado si voy a luchar aquí, no me gustaría que los inocentes muriesen por mi culpa... Bien, solo queda una opción.
A Nilan le rodearon aproximadamente unas trece o quince criaturas, si con una apenas fue capaz de reaccionar, ¿qué haría frente a quince de ellas? Estaba perdido.
Nilan: ¡Vamos, Ifrit, yo te invoco!
Extendió el brazo derecho al techo y unas llamas lo rodearon lentamente hasta recubrir su cuerpo, sin hacerle ningún daño, inmediatamente una explosión de llamas surgió del propio Nilan y abrasó a todos los enemigos que allí se encontraban, ahora eran peces listos para servir en bandeja. De la humareda surgió la feroz criatura a la que se tuvo que enfrentar en la Cueva de la Sabiduría.
Nilan: ¡Bien, directos a la cubierta!
Y se subió en el hombro del monstruo, éste concentraría gran poder mágico a su alrededor y con una inmensa llamarada disparada al techo, saltó hasta la cubierta por las diversas plantas del navío.
Mientras tanto, en la cubierta Suly y Viria se enfrentaban a más y más peces de aquellos.
Suly: ¡Genial, con éste ya van cinco!
Viria: Parece que sabes luchar, te subestimé, aunque yo ya he derribado a seis. Voy ganando.
Una explosión de fuego surgió en la cubierta del barco, abrasando la madera de esta. Inmediatamente un monstruo en llamas emergió del agujero con un gran salto hasta caer ante los dos chicos. Nilan se bajó del hombro de Ifrit y Suly silbó, impresionado.
Viria: ¡Impresionante! ¡Oh vaya, pensaba que eráis más débiles!
Suly: Suerte que has decidido ayudarnos, somos bien fuertes, y tenernos en tu contra es lo peor que te puede pasar.
Viria: ¡No lo jures!
Nilan: ¡Chicos, estáis bien!
Pero antes de seguir con la conversación, el culpable de aquella situación salió de las entrañas del océano. Un pulpo inmenso, uno de sus tentáculos era más grande que el propio galeón, se trataba del Kraken. Los peces asesinos huyeron al mar o al interior del barco en busca de víctimas, aterrorizados por la presencia del tirano de los mares.
Nilan: ¡Mirad eso, es enorme!
Y tanto que lo era, el cielo se oscureció por la inmensa criatura dejando así a todos bajo la oscuridad. Un espectacular rugido proveniente del coloso marino los paralizó a todos, estaba dispuesto a devorar el barco.
Viria: ¡No puede ser, yo todavía soy muy joven y guapa, no puedo morir aquí, en la flor de la vida!
Suly: ¡Vamos, nosotros podemos con esto!
Viria: ¡¿Pero tú lo has visto bien!? ¡Bueno, cómo para no verlo!
Suly: ¿Y qué pretendes, quedarte quieta sin hacer nada?
Nilan: ¡Ifrit, sin piedad!
Nilan materializó una especie de arco de llamas en sus brazos, apuntaba al inmenso monstruo para después atacar con flechas de fuego, su invocación tampoco se quedó quieta y comenzó a disparar potentes ráfagas de fuego por su hocico.
El Kraken no se inmutó ante ningún ataque, de hecho, ni los sintió.
Martiria: Permitid que os ayude.
Suly: ¡Martiria!
Viria: ¿Mari-qué?
Nilan: Oh, con que así te llamabas... ¡Claro, acabemos con esta cosa!
Martiria: Excelente.
La mujer avanzó varios pasos y con un gesto del brazo invocó una inmensa ráfaga de truenos que devastó una zona de grandes dimensiones en la piel del monstruo, éste retrocedió dolorido.
Suly: ¡Alucinante!
Martiria: Segunda parte, Magia Doble.
La mujer extendió el brazo derecho, mantuvo en todo momento su triste rostro, ¿acaso no sentía emociones? ¿No le preocupaba su vida? Parecía ser que no. En su brazo se fueron acumulando grandes cantidades de aire, las cuales serían disparadas hacia el gigantesco cuerpo del Kraken a una velocidad descomunal.
Ninguno de los protagonistas vio la ráfaga de aire, pues en menos de un segundo dos tentáculos del Kraken se separaron de su cuerpo debido a la potencia y velocidad del ataque. A los dos segundos apreciaron en el horizonte, kilómetros y kilómetros en la lejanía, como el mar salía despedido hacia arriba debido a la potente ráfaga que disparó la mujer.
Se quedaron con la boca abierta.
Viria: ¡Wow, pero, wow! ¿¡De dónde ha salido esta!?
El Kraken agonizó, furioso, estaba claro que se vengaría en cuanto se recuperase. Por otra parte, Martiria no sintió ningún cansancio ni nada similar, tan seria como siempre.
Suly: En serio, ¿quién eres realmente?
Suly se arrepintió de no haber cotilleado la noche anterior acerca de su vida, parecía esconder grandes secretos y mucho potencial.
Nilan: ¡No nos rindamos, Ifrit!
La criatura creó esferas de fuego en la palma de ambos brazos, las golpeó y estas salieron disparadas al cuerpo del monstruo, exactamente la zona dañada por los truenos, pareció sentir algo de dolor. Sin embargo, Nilan cayó de rodillas al suelo jadeando, ¿tantas fuerzas consumían la invocación? Se vio obligado a retirar a su fiel aliado ígneo.
Nilan: Para ser la primera vez que nos ayudamos, no has estado nada mal, Ifrit. Puedes retirarte.
Suly: ¡Bien, ahora mi invocación, Pandemorium!
Viria se quedó sin palabras ante aquello, ambos sabían utilizar invocaciones y en el fondo, no se lo esperaba ni por asomo.
La invocación de Suly surgió del fondo del mar también, una inmensa tortuga, muchísimo más grande que el Kraken, el enorme galeón ya parecía una hormiga comparado con los dos titanes allí presentes.
El monstruo no perdió ni un segundo más y agarró con sus inmensos y pegajosos tentáculos a la invocación de Suly, levantando olas de varios kilómetros de altura.
Viria: ¡Cuidado, agarraos a lo primero que pilléis!
Nilan: ¡No tengo fuerzas para ir a ningún lado!
Suly: ¡Nil, corre!
Zetrya: ¡Ven aquí muchacho!
Martiria: Impresionante, para ser tan jóvenes tienen muchísimo talento. Aunque al fin y al cabo, no es tan extraño sabiendo que...
Las olas impactaron contra el barco, éste de milagro no se hundió, pero eso sí, todos terminaron empapados y, Martiria desapareció, nadie fue capaz de escuchar sus últimas palabras. ¿Había muerto junto con algunos pasajeros que contemplaban aterrorizados el espectáculo? Nadie supo la respuesta.
Nilan: ¡Ze-zetrya!
Zetrya: Hola guapo, ¿qué tal estás hoy? ¿Quieres desayunar conmigo?
En efecto, la mujer agarró al adolescente y lo puso a salvo, muy cerca de su cuerpo apenas sin ropa. Viria infló los mofletes y frunció el ceño al verlos juntos, celosa.
Suly: ¡Vamos Pandemorium, acabemos con esto!
El Kraken, por más que quisiese, era incapaz de agarrar el cuerpo de la gigantesca tortuga, a lo sumo le podía inmovilizar una o dos patas, pero era demasiado grande para él. La enorme invocación rugió y todos los que se encontraban allí se vieron rodeados por un aura dorada. Nilan, Suly, Viria y Zetrya, sin excepción, todos vieron como sus heridas, su cansancio, sus habilidades y su poder, ¡todo aumentaba! De sus cuerpos emanaban un ligero polvo dorado.
Suly: Ya veo, Hechicería Naranja a la máxima potencia, ¡nada mal!
Viria: ¡Me siento muy pero que muy fuerte!
Nilan: ¡A mí se me ha quitado el cansancio! ¿¡Qué tal si saco de nuevo a Ifrit!?
Zetrya: No lo hagas, cuando el efecto de su invocación termine sentirás el doble de cansancio y terminarás muriendo. A partir de aquí me encargo yo.
Nilan: Oh...
La inmensa tortuga rugió de nuevo, hundiendo su colosal cuerpo en el mar. Desapareció. ¿En aquello consistía Pandemorium? ¿En ofrecer inmunidad a cualquier Hechicería y aumentar todas las habilidades y cualidades de los usuarios afectados por su poder? Nada mal.
El Kraken no pudo impedir que la tortuga desapareciese, y de nuevo, se centró en el galeón, lo aniquilaría con todas sus fuerzas. Empleó varios tentáculos para destrozar el navío, y así fue, destrozó varias velas y mástiles de éste que no tardaron en precipitarse sobre el mar o el mismo barco, provocando grandes destrozos.
Pasajero: ¡No puede ser, a este paso estaremos perdidos!
Pasajera: ¡Hija, por favor, quédate aquí y no te muevas!
Otro profundo rugido del monstruo marino los intimidó a todos, ¡pero no debían perder tiempo! Zetrya juntó sus manos e invocó una especie de cangrejo gigante, éste se limitaría a pellizcar con fuerza la jugosa piel del coloso, arrancándola en pedazos.
Zetrya: Y esa es mi invocación, ahora pasemos al ataque.
Nilan: ¡Increíble, no podía esperar menos de ti!
Viria: ¡Oye, que también estamos nosotros por aquí, no nos olvides!
Zetrya lanzó de sus brazos diversas cuchillas de aire que impactaron en el Kraken, provocando ligeros desgarros en su cuerpo. Éste cada vez más furioso empleó un tentáculo para partir el galeón por la mitad.
Suly: ¡Cuidado!
Nilan: ¡Y no se rinde! ¿¡De dónde ha salido!?
Zetrya: Es el...
Viria: ¡Es el Kraken, un monstruo enorme del océano, suele aparecer en alta mar para destrozar navíos y comerse a sus pasajeros!
Sin duda, los celos podían con ella.
El barco se partió por la mitad, ambas partes se hundían irremediablemente en el líquido. No tenían salvación, la fuerza bruta de aquel monstruo era muy superior.
Nilan: ¡A por él, ataquemos con todo!
Todos asintieron y comenzaron a atacar, Nilan lanzó incontables ráfagas de fuego, hielo, y truenos, aunque el monstruo ni las sentía. La invocación de Zetrya seguía provocando heridas en el Kraken y la propia invocadora se dedicó a lanzar cuchillas de aire sin descanso. Viria prácticamente se quedó al margen, pues desde aquella distancia no podía luchar. Y Suly, éste clavó la lanza en el suelo y comenzó a congelar el mismo hasta llegar al Kraken, su intención era congelar su cuerpo de coloso.
Nilan: ¡Un poco más, que ya cae!
Pese a todo, fallaron, o mejor dicho, fue un empate. El Kraken tras la oleada de ataques cayó sobre el barco, derrotado y sin fuerzas expresando su último alarido. Todos fueron aplastados sin remedio por su gigantesco cuerpo y el hundimiento del inmenso monstruo provocó un remolino de proporciones enormes que terminó hundiendo a los protagonistas en el fondo del mar...
¿Sobrevivieron Félix o la extraña mujer llamada Martiria?