por Pictor Iocus » Lun Nov 17, 2008 9:31 pm
Perdon por el retrasooo!!! esque otra vez ha habido problemas al pegar el texto desde el word T.T. Pero bueno, espero que os guste el capitulo =S aunque no se si estaba muy inspirado que digamos =P. Espero que os gusteee (LEX LO SIENTOOOOOO)
Capitulo 1
La lluvia había cesado su furia, así que las calles de Tokyo comenzaron a llenarse nuevamente, volviendo a respirarse un ambiente ruidoso y concurrido. Por este motivo era algo normal que algunos buscaran un poco de calma en parques o calles secundarias.
En uno de los parques más grandes se encontraba sentada una chica de unos dieciséis años, de pelo corto y oscuro y unos grandes ojos que miraban el infinito. A pesar de estar en un sitio conocido por sus habitantes, ella se encontraba allí por el azar.
Perdida en sus pensamientos, el flotar de una hoja rompió su ensimismamiento. La siguió con la mirada hasta que se posó en el libro que estaba en sus piernas, y entonces la apartó para poder cerrarlo. A continuación se incorporó y comenzó a caminar por el húmedo parque, preguntándose dónde podría dirigirse a continuación.
Mientras andaba iba observando el precioso parque, que se extendía hasta llegar a un pequeño lago. Se agachó en la orilla con aire curioso, con la intención de ver algún pez extraño que no conociera, ya que se encontraba lejos de su casa, muy lejos.
Entonces, para su sorpresa, vio cómo unas pequeñas burbujas comenzaron a formar un remolino, cada vez más grande, lo que hizo que se levantara de un salto.
- ¡¿Pero qué?! De dónde ha salido es… ¿eh? – enmudeció al ver que en medio de aquel remolino se formó una atmósfera azulina y ondulante que a los pocos segundos estalló y tiró de espadas a la joven.
- Uuh… qué daño – dijo incorporándose con torpeza a causa del golpe. Y a continuación miró hacia la orilla. Cuál fue su sorpresa al ver que donde antes estaba el remolino, un chico de pelo negro había quedado semihundido en el agua, bocabajo. – ¡Eh! ¡Que te vas a ahogar! – gritó la chica corriendo hacia él mientras intentaba asimilar lo ocurrido, pero el cuerpo no se movió, lo que le hizo comprender que tenía que sacarlo de allí cuanto antes. Y eso hizo, con todas sus fuerzas tiró de una de las largas mangas que el muchacho tenía hasta sacarlo por completo del agua y lo puso boca arriba.
Ella miró el cuerpo, jadeando, aún sin comprender lo que estaba pasando. Se sorprendió al ver su extraño atuendo: una extraña camiseta holgada con grandes mangas de color blanco, a juego con el pantalón; unas zapatillas negras, o quizá sandalias, no supo concretarlo, y una cinta que lucía en plata una especie de signo que adornaba su frente.
- ¿De dónde has salido?. ¡Hola! ¡¿me oyes?! – había visto que respiraba con normalidad, así que no se preocupó por su vida, lo que tenía que hacer era conseguir que se despertara.
Entonces el chico comenzó a abrir los párpados, dejando ver su blanco iris, que parecía haberse tragado sus pupilas. La chica puso su cara contra la de él esperando que reaccionase del todo.
- …qué… ¿qué pasa? – dijo el chico con un hilo de voz ronca. - ¿…quién eres?
- ¡Bien! ¡puedes hablar! – exclamó la chica aliviada. – …me llamo Yuki. Estabas en el agua y te he sacado.
- ¿Agua? – preguntó él algo más espabilado, entonces calló en la cuenta de que estaba empapado. – uh… no sé qué ha pasa…. ¡¡!! – de repente éste se incorporó con una rapidez que asustó a Yuki, que se tapó la cara como gesto de defensa. El desconocido miraba con asombro en todas direcciones, hasta que se levantó y miró a la chica. - ¿Dónde estamos?
- ¿Eh? ¿a qué te refieres? – se extrañó Yuki al ver sus acciones.
- ¿Dónde nos encontramos en este momento? – insistió él con impaciencia.
- Pues…. no sé. La verdad es que no conozco nada de Tokyo.
- ¡¿Tokyo?! Yo vengo de Konoha, ¿la conoces?
- ¿¿Konoha?? ¿qué lugar es ese? ¿eres extranjero? – pero al mismo tiempo que lo preguntaba, el joven alzó los brazos con una gran sonrisa en la cara.
- ¡¡¡Lo he conseguido!!! Tiene que serlo. Tiene que ser otro mundo
- ¿Otro mundo? – Yuki cada vez estaba más segura del deteriorado estado mental de su acmpañante.
- Sí. …bueno, es que vengo de muy lejos. Si no me equivoco no conoces el país del Fuego, país del Agua , país del Viento, país de la Tierra o el país del Rayo ¿verdad?
- ¿De qué estás hablando?
- Lo suponía – añadió él aún más contento. – Por cierto, me llamo Yik, encantado de conocerte… ¿Yuki?
- …sí. Lo mismo digo… supongo – respondió ella entre extrañada y asustada.
- Perdona pero… ¿podrías contarme algo sobre Tokyo mientras damos una vuelta? Es que tengo mucha curiosidad.
- …bueno.
Con estas palabras comenzaron a pasear por las calles de Tokyo, y aunque Yuki no conocía mucho de ella, intentó serle útil al extraño. Poco a poco la joven se dio cuenta de que no era alguien a quien debiera temer, así que en cierto modo se alegraba de no estar sola.
Al cabo de un rato acabaron frente a un edificio gigantesco con muchas ventanas y un amplio jardín. En la entrada podía leerse: “Instituto Seiko”.
- ¡Qué grande!, seguro que en este instituto llevan uniforme hasta la graduación – Comentó Yuki.
- ¿Instituto? – se extrañó Yik. En su país no conocía ningún edificio con ese nombre.
- Sí, mira. Allí hay un estudiante – dijo señalando a un chico con aspecto desaliñado que ayudaba a una joven que estaba sentada en el suelo. La chica tenía un largo pelo claro y sus facciones eran bastante bellas, pero llevaba puesto un extraño traje. Parecía desorientada, y el estudiante intentaba ayudarla, aunque sus movimientos eran algo tímidos y torpes, por lo que decidieron acercarse a ellos.
Mientras andaba, un escalofrío recorrió el cuerpo de Yik. Notaba la presencia de una gran energía, una energía que crecía más y más. Procedía del edificio, que poco a poco comenzó a oscurecerse y a deformarse.
- ¡¿Qué pasa?! – exclamó Yuki mirando a Yik cada vez más asustada. El estudiante y la acompañante se encontraban ahora de pie observando el edificio.
- ¡Tened cuidado! – gritó Yik, pero la joven que acompañaba al estudiante se había anticipado a sus palabras, ya que tiraba del otro alejándolo del edificio.
Las paredes se deformaban cada vez más, formando como alargados tentáculos de hormigón y ladrillos. En escasos segundos pudieron ver que lo que antes era un espacio cúbico, se había convertido en un gigantesco monstruo. Tenía una cabeza inmensa y roja, y cuya boca de grandes dientes afilados abarcaba la mayoría de su superficie; y con ocho patas puntiagudas y afiladas, las mas grandes a su espalda. Recordaba a una gran y deformada mantis diabólica.
Pero eso no fue todo, en ese momento, por el cielo apareció un objeto volador, una especie de cohete propulsado por grandes llamaradas, que al pasar cerca del monstruo fue derribado por una de sus pinzas y se estrelló en el jardín. A continuación, el monstruo dirigió su cabeza hacia la posición en la que se encontraban Yuki y Yik, aún atónitos, y dirigió veloz una de sus afiladas patas hacia la chica.
- ¡¡¡¡Ahhh!!!!
-------- FIN DEL CAPÍTULO UNO -----
Algunos personajes no han aparecido, pero lo he hecho a propósito. Como me resultaba algo raro que se encontraran todos a la vez en el instituto, lo he hecho un poco más dinámico, ya que Leonhart es el que esta en el cohete que se ha estrellado, y Serene e Ichi (los que faltan), e pensado que es mejor que aparezcan en el siguiente capitulo en la pelea. Osea, que acuden a ese sitio porque perciben al monstruo , y asi queda algo mejor, pero ya que el siguiente decida cómo ace cada uno su papel ^^. Saludosss
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Pictor Iocus el Jue Ene 22, 2009 5:39 am, editado 3 veces en total