Players

[Sombra]

Un capitulo excelente...Creo que uno que yo me se es mas cabron por cada momento que pasa

[Dr. Claus]

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Sigo sin saber que ha pasado con Nykai xD y bueno, mis felicitaciones tio, al final te lo estas currando de lo lindo, por favor, haz un final que sea diosable y no acabes como lost, por favor xDDDD y mas cosas... jolines, todo el mundo es familia y tiene relacion con esto xDDDDDD y no sabria que decir mas, que ya queda 4 gatos en el game y puede ocurrir cualquier cosa en esta telenovela que se han montado entre the death, gambit y samurai, suerte! aqui tu lector fiel xD

Silla!

[~Keydark~]

Pues a pesar de tus fallitos, ami me sigue molando, sigue asi

[Miké]

Me encanta ^^
No puedo esperar hasta el final, tío...

Esos dos y el de la guitarra que quedan están dando mucho de sí xD
Continúa, y deja Players por todo lo alto.

[Soul Artist]

El ascensor había llegado.

Las luces de lo más alto del Big Building señalaban la posición del helipuerto claramente. Había tres de estos para tres helicópteros, aunque solamente uno estaba ocupado. Si los Players querían llegar allí, debían pasar por encima de él.

Y Samurái no lo permitiría.

Las puertas del ascensor se abrieron. Y Samurái observó con ira a sus ocupantes; Gambit e Inahf.

Ignoró completamente a la chica; lo que le preocupaba e importaba era su hijo. Le miró con interés y enfado. Empuñaba en su mano derecha su arma, la preciada katana de coleccionismo que compró a Samuel seis años atrás.

Gambit observó bien a su alrededor. Allí sólo se encontraba Samurái, esperándoles abiertamente.

-¿Dónde está mi hermano? –preguntó Gambit en voz alta. Samurái no se movió de su sitio.

-Si me das lo que me pertenece, pensaré en decírtelo.

Gambit observó con odio a su padre. Inahf observó el helicóptero y se lo señaló al Player.

-Allí está –susurró. Samurái sacó unas llaves de la cintura desde el interior de sus ropajes.

-Antes necesitaréis esto.

-¿¡Y mi hermano!?

-¡Efialtes! –llamó Samurái.

De detrás de uno de los focos surgió una figura con una máscara roja y la boca sellada. Llevaba a empujones a Samuel, con la capucha bajada, que tenía la mirada perdida en el suelo. Tenía la cara llena de moratones y de cortes, como si Samurái le hubiese dado una paliza antes.

-Miles, no le des la katana –le pidió su hermano-. Por favor.

-¿Sabes, Miles? –comenzó Samurái- Dicen que Efialtes es el demonio que provoca las pesadillas, y que para alimentarse, toma las almas de aquellos a los que atormenta. Estoy seguro de que no quieres ese destino para tu hermano. Así que –extendió la mano-, dame mi katana.

-Antes suéltale.

Samurái se juntó de hombros.

-Mayor será la cacería. Efialtes, suéltale.

El demonio rojo obedeció y cogió una llave con la cual liberó las esposas de the Death. Samurái empujó a su hijo hacia Gambit, el cual le recogió entre brazos.

-Ahora, sé un hombre de palabra y dame lo que me pertenece.

-Mataste a Freya con este arma –se defendió Gambit, agarrando la empuñadura con fuerza.

-¡Yo no lo hice! –se exculpó el Killer- Yo iba a por ti cuando ella se sacrificó. Murió por ti, por el amor que sentía; de ningún modo fue mi culpa.

-¡Tú empuñabas este arma! –gritó con ira Gambit. Inahf afirmó con la cabeza.

-Las armas quitan vidas. Los responsables son los que están detrás de ellas.

-¡Pero somos juguetes de las armas! No puedes culparnos a los Killers porque nos den un arma y matemos con ella. Esa arma nos define, nos influye y nos domina. Somos marionetas en manos de Venom y de nuestras armas, nunca de nuestras mentes.

-¡Pero estás consciente y despierto! ¡No tienes excusa!

-Tal vez. Pero eso no quita lo que soy. Un Killer. Mira a Efialtes; él y Puppet no son más que juguetes nuevos de Venom. Y jamás dejarán de serlo.

-¿Puppet? –preguntó Gambit. Samurái sonrió detrás de las máscaras.

Una figura atacante apareció entre Inahf y Gambit. Llevaba una especie de cuchillo con la forma de la letra psi y llevaba un casco que ocultaba su cara tras una especie de cristal. Llevaba el pelo recogido en un muño, el cual reconocieron como Choco.

La atacante se dirigió hacia Gambit, pasando de la chica y de Samuel, que cayó en el suelo cuando Gambit le soltó, sorprendido por la chica. Samurái la detuvo con un grito.

-¡Puppet, encárgate de la chica! –ordenó el Killer- ¡Miles es mío!

La extraña mujer se detuvo en seco y giró hacia Inahf. Ésta vio sus intenciones y corrió hacia el helicóptero, buscando esquivarla.

Gambit se vio sorprendido, atacado por su padre de golpe. Había sacado de alguna parte una espada que reconoció como la que su hermano tanto había llevado durante el Game. El muchacho le bloqueó como pudo, con un resultado nefasto y siendo empujado y tirado contra el suelo.

-No tienes ni idea de cómo se lucha con espada, ¿eh? –preguntó Samurái- Esto será fácil.



Sopho entró en escena por la puerta de las escaleras. Estaba algo cansado de tener que subirlas, pero todavía no había terminado su trabajo. Vio que Gambit estaba siendo atacado por el Killer, y que Inahf esquivaba a una extraña mujer. Ignoró ambas peleas y se dirigió directo hacia los focos del edificio.

De golpe, tras el que se dirigía surgió una figura. Dio un paso hacia él y no pudo evitar sentir miedo. Aquello era lo que desprendía ese ser con máscara roja; puro miedo. Pesadillas latentes. Se olía en el aire, hasta casi se podía ver de alguna forma.

-Efialtes, he de suponer –señaló Sopho.

La figura no dijo nada.

-Mi nombre es Caos –se presentó Sopho-. Tengo algo que hacer respecto a ti y a tu amiguita.

-¿De veras?

Sopho se sorprendió al oír aquella voz tras la máscara. Sus ojos se abrieron como platos.

-Siento decírtelo, pero llegas algo tarde –explicó Efialtes-. Se te adelantaron en la misión.

Efialtes se lanzó contra Sopho, sorprendiéndole y golpeándole sin mucha fuerza en el estómago.



Inahf esquivó otra vez a Puppet. La extraña mujer no se lo estaba dejando nada que nada fácil.

Se encontraban cerca del helicóptero, frente a uno de los tres focos del edificio. Inahf se había fijado en que había tres, uno por cada zona de aterrizaje de los helicópteros. Y los tres estaban encendidos, siendo testigos de cada combate allí disputado.

El arma de Puppet rozó el estómago de Inahf, dejando una leve herida en ella. La Player no se quejó y siguió pensando en cómo detener a su contrincante. Si tuviera un arma…

No. Jamás usaría un arma. Lo juró, lo prometió, lo aseguró. Hacerlo iría en contra de todo lo que luchaba, de todo lo que amaba y respetaba; iría contra sus principios.

Pero… ¿Eran sus principios ya los mismos desde que había empezado el Game? Todo lo que había visto, oído, sentido… Todo podía haberla cambiado por dentro.

Puppet lanzó un nuevo ataque, pero Inahf estaba preparada. Se agachó y provocó que la mujer se tropezara con su cuerpo y cayera. Al hacerlo, su arma fue directa al foco, lo que hizo que se apagara. Inahf se alejó levemente y vio cómo Choco, al levantarse, se encontrara desorientada y confusa.

“La oscuridad. ¡Eso es!”

-¡Gambit, apaga los focos!



Gambit escuchó el grito de su compañera y supo qué hacer. Todavía se encontraba en el suelo, preparado para que Samurái acabara con él.

-Oscuridad, ¿eh? No te servirá.

El Killer se agachó a Gambit y le arrancó la katana de sus manos. La observó antes atentamente, con asombro y cariño.

-Ésta –señaló- será tu asesina, no yo.

Samurái se preparó para el ataque final, alzando la katana con sus dos manos.

-Adiós, Miles. Nos veremos en el Infierno.

La katana bajó.

Pero no le tocó.

Samuel se había lanzado contra su padre, salvando por los pelos a Gambit. Le matuvo en el suelo unos momentos, empujándolo contra él y desorientando a Samurái.

-¡Miles, apaga la luz! –ordenó su hermano mayor. Gambit asintió con la cabeza y fue corriendo hacia el foco.

-¡Maldito Samuel! –gritó Samurái.

El Killer se levantó, empujándole, y se dirigió hacia él.

-Llevas demasiado incordiándome.

Gambit alcanzó el foco y vio los cables. Intentó empujarlos, pero estaban demasiado fuertes para él.

-¡Miles!

Gambit observó hacia delante. Samurái había alzado en el aire a the Death, agarrándole por el cuello, mientras llevaba la katana en la mano.

-Tenías razón, Samuel –aseguró Samurái-. No será ésta la espada que mate a tu hermano.

Samurái clavó con fuerza la katana en el estómago de the Death. Éste se quedó con los ojos abiertos como platos y extendió las manos.

-Ha sido la que te ha matado a ti.

-¡No! –gritó Gambit. Empujó los cables con fuerza y apagó las luces, buscando la oportunidad para derribar a su padre en plena oscuridad. Pero era tarde.

Samurái tiró el cuerpo de su hermano del edificio, con la katana aún clavada en él.

-¡Samuel! –gritó Gambit- ¡¡Samuel!!



-Estás destinado a perder, señor “caos” –aseguró Efialtes.

Los golpes de aquel que aseguraban ser un terrible enemigo no eran nada del otro mundo. Sopho se levantó sin esfuerzo.

-¿Es eso lo mejor que tienes?

-Más o menos.

Efialtes le lanzó algo que Sopho recogió en el aire. Eran unas llaves.

-Lárgate y déjame esto a mí.

Sopho se sentía extraño. Nada había seguido según el plan. Pero claro… Los planes no eran lo suyo.

Sin decir nada más, se fue directo al helicóptero.



Samurái agarró el cuerpo de Gambit sin resistencia y lo arrastró hacia la luz. El último atisbo de luz en aquel lugar.

Puppet hizo lo mismo con Inahf, a la que noqueó y llevó allí. Inahf se acercó a Gambit y le agitó.

-¿Gambit? –preguntó, aunque éste no contestase.

Había comenzado a llover. En el horizonte se podía ver la luz en la lejanía; los primeros rayos de sol del día. Las lágrimas por los ojos de Gambit comenzaron a derramarse.

-Hemos perdido, Inahf.

El helicóptero se puso en marcha. Samurái se giró y vio a Sopho en él, justo cuando despegaba y salía de allí. Efialtes observó el mismo helicóptero irse, y el Killer decidió ignorarlo. Observó a su hijo y a la chica.

-Queríamos luchar contra Venom, y no pudimos. No pudimos –continuó Gambit, llorando y con la lluvia golpeándole-. Sopho no hará nada. Lo hemos perdido todo. Incluso lo que ganamos. Hemos… Hemos perdido la partida.

-Así me gusta, hijo.

Samurái levantó su cabeza con la espada de Saixion, la cual empuñaba. Miró directamente a sus ojos color café. Se quitó la máscara y vio su rostro una vez más.

-Ahora, no opongas resistencia. Y deja que extermine tu oscuridad interior.

Puppet se quedó, quieta, observando. Efialtes se unió a ella, mirando fijamente la escena.

Gambit recordó todo lo acontecido en aquellos días.

Conoció al misterioso the Death. Al asustadizo niño llamado Sopho. Freya, con sus voluminosos pechos. El misterioso Madmahon. La supuesta muerte de Choco. El descubrimiento de quién era Bruto. Las revelaciones de Norman Spencer, antiguo Creator. Descubrir quién era su hermano. Quién era su padre. Freya muerta.

-Hazlo.

-Será un placer.

Samurái lanzó su último ataque contra su hijo.



Soledad. Abandono. Exilio.

Amadeus Box Junior, antiguo Sponsor del Game, actual Creator. Se encontraba en el registro de cadáveres, tirado en el suelo, llorando. Se había quedado solo… De nuevo. Había tenido que apartar a sus hermanos, a su familia, a sus amigos… Y todo por aquel Game.

Lloró. Lloró como nunca lo había hecho. Tenía lo que buscaba, pero no lo que quería.

Y allí, en soledad, en un edificio gigante, nadie más podía escuchar sus lamentos. Sólo cadáveres almacenados, y dos en dos cápsulas especiales; Día y Noche.

Pero aquello no era lo que más le preocupaba. Se trataba de lo que su hermano Isaac había intentado advertirle; del cadáver “especial”.

Continuó llorando. Daba igual. Nadie podía escucharle.

Excepto una figura apoyada en la pared, fuera, oculta por la oscuridad, que prestaba atención a todo.



Inahf abrió los ojos. Los había cerrado con fuerza para no ver el asesinato de su compañero. Pero se sorprendió al ver que seguía allí.

Y sin embargo, en el suelo, se encontraba el cadáver de Samurái con un agujero en la máscara.

Inahf lanzó una mirada de asombro a su espalda; Efialtes llevaba un revólver en la mano y miraba fijamente el cadáver.

-¿Qué…? –preguntó Inahf. Gambit se levantó del suelo, mirando fijamente y con ira a Efialtes.

-¿De verdad pensabais que me quedaría de brazos cruzados mientras os mataba?

-Tenía que hacerlo –señaló Gambit-. Debía matarme.

-Pero yo lo he evitado.

-¡¡Tenía que matarme!!

Gambit se lanzó con furia contra Efialtes. Intentó arrancarle la máscara, destrozarla, lo que fuera. Y antes de lograrlo, Efialtes disparó de nuevo contra el cuerpo de Gambit.

El cuerpo del muchacho cayó al suelo, inmóvil. Inahf se quedó asustada en su sitio, incapaz de seguir mirando. Efialtes le miró. Cogió su revólver y se acercó a ella. Pero no la apuntó; le soltó el arma encima de él y se alejó unos pasos.

La chica lo cogió y se levantó del suelo. Hizo lo que le dictó el instinto; quitó el seguro y apuntó hacia el monstruo, que se había detenido a varios pasos de ella, en mitad de aquel lugar.

-El Game no ha acabado aún –garantizó Efialtes.

Se giró hacia ella. Puppet seguía quieta en su sitio, sin hacer ni decir nada.

-Ahora será cuando veamos la auténtica naturaleza de este macabro juego –aseguró el monstruo-. Sí… Aquí y ahora.

>> Inahf… Tú eres una Player especial. Tienes un arma en tus manos; arma que has detestado durante tanto tiempo. Esas armas quitaron la vida de tu padre y la de muchísima gente. Las has odiado tanto… Que te ha nublado demasiado la vista. Pero, ¿habrá hecho este Game el cambio en ti?

Inahf siguió apuntando sin decir nada.

-Esto es técnicamente defensa personal –aseguró Efialtes-, y tienes dos opciones delante.

>> Puedes dispararme. Si lo haces, habrás ganado el Game. Puppet no hará nada, créeme; será tu leal sierva para siempre. Y Venom no te tocará. Es más, tú pasarás a ser la nueva Creator; una luz al final del camino, capaz de crear tu propio juego no sangriento para enderezar a jóvenes que han perdido su futuro, como tú. O…

>> Puedes no dispararme. En tal caso, te mataré. Venom habrá ganado la partida, sin posibilidades de que suceda lo contrario. Preparará más Games y nadie le podrá detener jamás. Muchos más jóvenes morirán sin tener ni la más mínima oportunidad ante él. Y tú también.

Por los ojos de Inahf comenzaron a derramarse lágrimas, sin apartar el arma en dirección del monstruo. Efialtes abrió sus brazos, mostrando rendición.

-La decisión –los ojos verdes de Efialtes se clavaron en ella- es tuya.
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No hay códigos. ¿Qué más dan a estas alturas?

Final de Players - 18 de Julio, 16.00 (hora española). Todo depende de una decisión...

[Zee]

Oooohshit.

Una expresión nunca pudo ser tan explícita.

[Sombra]

Spoiler: Mostrar

La gran final...la unica superviviente: inhaf...Es increible, uno tras otro los players han ido cayendo...Riku,Mike, mad, Neipol...etc Y todo se decide con ella...Espero que decida bien...

[Final Fan]

Nada que decir, espero el final con impaciencia y algo de tristeza al pensar que esto se termina.



















FFFUUUUUUUUUUUUUUUUUUU

[Soul Artist]

La pistola temblaba, como señal de la gran batalla interior que estaba teniendo Inahf en su angustiada mente.

Parte de ella deseaba disparar a aquel cabrón, que acababa de asesinar a Gambit. Realmente, no había ningún motivo aparte de ése para hacerlo. Pero sus instintos le gritaban, le suplicaban que le matara y que lo alejara lo máximo posible. Le pedían que acabara con Efialtes.

Por otra parte, no tenía reales motivos para matarlo. Y ella no era una asesina, ¿o tal vez sí? No lo era antes… Y a partir de aquel momento podía pasar a serlo. Era su única oportunidad para sobrevivir y ganar.

“Las muertes de todos no han podido ser en vano”, le susurraba su mitad deseosa de bañarse con la sangre de Efialtes. “Si te rindes ahora, todo habrá sido un error.”

Inahf cerró los ojos y recordó todo lo importante durante aquel Game.



-¿Lo has matado? –preguntó Inahf nueve días antes, observando con enfado a Mike. Acababa de disparar a Comando en el hombro, mientras Axel no participaba en la discusión.

Mike suspiró.

-¿Qué más da? Es un Traitor –contestó, sin darle importancia.

-Más que eso, diría que es un Killer –señaló Axel, aunque con algo más de pesar.

-¿Existe alguna diferencia? ¡Intentan matarnos! Creo que es motivo suficiente para pegarles un tiro o dos.

Inahf no sabía bien cómo reaccionar. Aquello no estaba bien.

-¿Qué diferencia existe entonces entre ellos y nosotros? –preguntó, casi histérica.

-¡Que nosotros somos los buenos!

-Parad… -pidió Axel, pero Inahf le ignoró.

-¡Si matamos también a gente, nada nos diferencia de ellos! Perdemos todo… ¡Nuestra humanidad! ¿Y qué más da ganar si perdemos eso?

-¡La diferencia es que ganamos un premio a nuestra elección! –opinó Mike- ¡A ti puede no importarte, pero algunos de nosotros nos lo jugamos todo aquí!

-Dejadlo ya… -susurró el mayor nuevamente.

-¿¡Matar gente es el precio de un sucio premio!? –preguntó Inahf- ¡Eres un…!

-¡Dilo, venga! –animó el chico- ¿Soy un qué? ¡Un héroe! ¡He salvado tu bonito trasero! ¡Deberías estar halagándome! O… ¡O algo mejor!



“Y él fue un héroe para ti”, susurró su instinto asesino. “¿Ahora entiendes su filosofía? Disparó para salvarte, porque a veces las armas están para eso, para salvarnos.”

Por los ojos de Inahf se asomaron nuevas lágrimas.

“Las armas nunca me han protegido. Sólo han causado perdición, a mí y a todos los Players.”

“¿De veras? ¿No lo recuerdas?”



La puerta de la fábrica abandonada, dos días antes, se abría poco a poco, dejando entrar la luz de los primeros rayos del día. Uno en concreto cegó a Neipol: el que reflejaba la máscara de Samurái, que aún esperaba en el exterior del edificio mirando la katana que yacía clavada en el suelo.

-Empezaba a aburrirme -reía el Killer, sacando la punta de su espada de la tierra-. Pero bueno… ¡Hora de la carnicería!

-No tan rápido –una segunda voz paró a Samurái.

-Vaya, vaya… -miró hacia atrás con sorpresa fingida.

Comando apuntaba a Samurái directamente a la cabeza.

-Corred. ¡Corred, he dicho! –gritó el portador de las armas de fuego.

Los Players aprovecharon la oportunidad que se les brindaba para salir corriendo hacia el Big Building. Todos habían huido. Todos, excepto Inahf, que se quedó petrificada al ver el Comando defendiendo a los Players.

-¡Y tú también! ¡Lárgate antes de que sea demasiado tarde!

-Pero… Pero… - la chica no podía articular dos palabras seguidas.

-¡Hazlo! ¡Huye ya!

-No… No…

-Niña –interrumpió Samurái - ¿No te han enseñado a hacerle caso a tus mayores?

Aunque el cerebro no le respondiera, Inahf comenzó a correr sin rumbo fijo, lejos de aquel festival carente de cordura.



“Tu padre te protegió con el mismo arma que tú rechazaste. Tu padre te salvó utilizando la metralleta que le entregaron para matar… No mató con ella, te protegió. Las armas matan y también protegen. Y ahora, por tu vida… Debes protegerte.”

Inahf volvió en sí y observó a Efialtes, por primera vez, con ira. Seguía con los brazos abiertos, esperando que le disparara, como un abrazo. Apretó los dientes con fuerza y apretó ligeramente el gatillo.

Pero la batalla interior volvió con nuevos recuerdos.



-No puedo ayudarte si me sigues mintiendo así –le señaló Axel tres días antes.

-Lo siento –se disculpó Inahf-. Es que… No estoy de humor para hablar.

-Pues cuando lo estés, te escucharé. Sea cuando sea.

Inahf levantó la cabeza hacia Axel con una pequeña sonrisa y una lágrima en los ojos. Axel contestó con otra sonrisa.

-Gracias –susurró Inahf.

Se quedaron fijamente mirándose a los ojos durante unos segundos. Axel e Inahf notaron algo que no habían notado tanto antes. Algo que se encontraba en aquellos ojos, algo que mostraba lo que sentían. No necesitaban palabras. No necesitaban gestos. Sus caras comenzaron a acercarse lentamente, deseosos el uno del otro.



Inahf no comprendió aquel recuerdo. Simplemente, siguió observando a Efialtes con ira y apretando ligeramente el gatillo.

Pero los recuerdos no cesaban.



La ráfaga de disparos atravesó el cuerpo del chico, pero no le importó. Le tenía donde quería. Su mano izquierda envolvía con fuerza el cuello de su enemigo. Clavó las uñas con fuerza para tirar del anclaje del chip, antes de desplomarse sobre el suelo.

Comando también cayó. Al arrancar el chip, unas pequeñas jeringuillas inyectaron en el Killer un letal veneno, haciendo descender velozmente sus pulsaciones, sin permitirle dedicar unas últimas palabras a su hija.

-¡No! –gritó la chica, entre lágrimas- ¡Han muerto los dos!

-Vaya… -dijo Axel con un ligero hilo de voz- ¿Ya me das por muerto? –tosió.

-¡Axel! ¡Estás vivo!

-No por mucho tiempo, nena… -susurró.

Inahf no pudo responder. La impotencia le paralizaba las cuerdas vocales.

- No gastes saliva. No la merezco.

Axel cerró los ojos, alegre porque Inahf fuera lo último que viera. Su corazón, aunque arrítmicamente, aún latía. La chica le abrazó con dulzura, haciendo que su inevitable final fuese lo más feliz posible para él.

Al fin y al cabo, murió por ella. Murió por salvar a alguien a quien había hecho tanto daño. Murió por salvar a alguien a quien quería. Murió por salvar a alguien que, a pesar de todo, le quería.



La imagen de Axel se apareció ante ella, bloqueando su vista de Efialtes. Simplemente le sonrió, cosa que ella no fue capaz de devolverle.

“Decidas lo que decidas, no nos olvides”, le pidió el fantasma. “No dejes de ser quien eres.”

Inahf no pudo evitar sonreír con aquello. La imagen desapareció, se volatilizó, volviendo a dejar que se concentrara en su objetivo, inmóvil, pasivo.

-Voy a comenzar una cuenta atrás –anunció Efialtes-. Cinco.

Inahf tragó saliva. Aquello le había pillado por sorpresa. Todo el tiempo de aquellos diez días pasaron ante sus ojos; todo.

-Cuatro.

Todo había sido sobresaltos de un juego al que no debería haber aceptado unirse. Un juego de pesadilla, horrible…

-Tres.

Ahora, todos estaban muertos a su alrededor.

-Dos.

E Inahf no podía permitir que sus muertes fueran en vano.

-Uno.

Ya había tomado su decisión. Apuntó con el arma y su corazón se aceleró.

-Cero.

El tiempo se había acabado. Con él, el Game completo. Y ya era tarde para cambiar su decisión.

Inahf apartó el arma del punto de mira de Efialtes y la bajó hacia el suelo.

-He decidido –anunció- no disparar.

Loas ojos de Efialtes, tras la máscara, se mostraron decepcionados. Caminó hacia ella con algo de pesadez, habiendo deseado con todas sus fuerzas que no hubiese elegido aquello.

-Un acto inútil y decepcionante por tu parte, Inahf –se lastimó el demonio-. Las muertes de los Players no habrán servido para nada por tu terror a las armas.

-No, te equivocas.

Efialtes tomó el arma y observó a los ojos a la chica.

-He descubierto durante este Game que las armas son un problema. Si alguien tiene una, puede matar a otro. Esto lleva a un efecto virus que obliga a muchos a tener una, para “defenderse”. Pero…

>> La defensa personal, la auténtica defensa, no consiste en disparar a alguien antes que el otro, como tú has intentado engañarme ahora. Consiste en luchar, en no rendirte y no dejar tus propios principios. Con un arma puedes disparar a otra persona. Pero mi arma no es esta pistola. Mi arma es la defensa.

>> En la guerra, ¿quiénes curaban y cuidaban a los atacantes? Mi padre y yo, de un lado para otro. Creo que no lo comprendí completamente hasta este Game. Nosotros no debemos disparar, debemos defender. A los heridos, a los débiles o fuertes, a todo aquel que lo necesite porque se ha golpeado a sí mismo al atacar…

Efialtes observó asombrado a la chica. Ésta observó con decisión los ojos del demonio.

-Por eso, las muertes de los Players antes que yo no han sido en vano, ni nunca lo serán. No mientras haya gente como yo que vayamos a defender y luchar por lo que queremos. No mientras haya… Ganadores.

Efialtes se quedó mudo ante aquellas palabras. Tras unos segundos de silencio, se vio obligado a aplaudirla con el arma en la mano izquierda todavía.

-Enhorabuena, ganadora. Has evolucionado de manera positiva. Sólo vi a un Player antes que tú hacerlo. Eres, indiscutiblemente… La vencedora de este Game.

Apuntó con el arma a la cabeza de la Player.

-Y por eso me duele tener que hacer esto. Gente como tú merece más, pero está claro. O me matas, o te mato.

Inahf cerró los ojos con tranquilidad. Daba igual.

-Adiós, ganadora.

Efialtes disparó, dando por finalizado el Game.



Venom se levantó del suelo sin apartar la vista de Noche y Día. Sus creaciones, aunque muertas, seguían guardando su gran belleza y esplendor, como años atrás, cuando apenas eran unas niñas.

-¿No son preciosas? –preguntó para sí mismo, aunque sabía que alguien más estaba allí, detrás suya- Mis primeros experimentos de Sueño… En aquel entonces todavía no era lo que soy ahora. Un capullo de rojo…

La figura detrás de él no dijo nada. Venom simplemente bajó la cabeza.

-El Game ha terminado. Y me he dado cuenta de que yo no soy el ganador.

-Efialtes ha sido liberado de tu prisión mental por Sopho –señaló la figura. Venom negó con la cabeza.

-Te equivocas. Nunca estuvo preso por el chip. Siempre fue libre.



Efialtes se vio tirado en el suelo.

Acababa de disparar en dirección a Inahf, pero ésta no había recibido dicho disparo. Y delante de él, se encontraba su atacante; un fantasma.

Gambit le observaba con furia e ira.

-No es posible –susurró Efialtes-. Estás muerto.

Pero entonces lo vio. Justo, allí donde había disparado, había un colgante que reconoció.

-¿De dónde has sacado eso?

Gambit levantó a Efialtes agarrándolo por el cuello. Le observó con auténtica furia.

-Es lo que me ha dado fuerzas para continuar.



-Creía tener el control de Efialtes hasta hace unas horas –explicó Venom-. Cuando lo supe, era demasiado tarde. También supuse que tú estarías por aquí.

Venom se giró un poco hacia el intruso, todavía sin mirarlo.

-Ya no podía detener a Efialtes. Ni tampoco podía hacer algún movimiento en falso que le alarmara. Así que simplemente, he tenido que obligar a la única persona que me importaba que se fuera.

-Tu hermano.

-Así es.



-Por tu culpa, por la de Samurái… Ella murió –la ira de Gambit se iba acumulando en su brazo, cada vez con más presión en el cuello de Efialtes-. Este Game ha desatado cosas horribles. Tal vez yo sea otra.

El demonio se agarró en el brazo de Gambit, intentando soltarse. El joven lo empujó hasta la cornisa del edificio, donde dejó atontado al demonio unos segundos que aprovechó para volver a levantarlo en el aire por el cuello y dejando sus pies bajo la nada, a noventa y siete pisos de altura.

-Debes pagarlo.



-Alejar a los que me importaban de la isla fue el primer paso –explicó Venom-. Estaba cerca de hacer algo grande, muy grande. Si salía mal y todos morían… No podía permitirme sufrir ese error por segunda vez. Pero cuando supe que Efialtes estaba libre… Isaac no podía correr este peligro. ¿Acaso no estás de acuerdo conmigo? Tú también tienes un hermano por el que harías cualquier cosa.

La figura miró a otro lado, incómoda.



-Gambit, no lo hagas –le pidió Inahf. Las lágrimas se asomaban por sus ojos.

-Ella me ha salvado de ti, monstruo –aseguró, señalándose el pecho-. Tú no mereces ninguna oportunidad.

Efialtes seguía intentando liberarse de su apresor, pero Gambit le agarraba con fuerza y una gran ira.

Inahf lo escuchó entonces. Las astas de un helicóptero acercándose. Observó al horizonte y vio uno dirigiéndose hacia allí.

Estaban salvados.



-Y todavía me asombra lo que has sido capaz de hacerle a la chica –señaló Venom.

La figura se acercó al depósito de cadáveres y volvió a mirar una vez más, como dos días antes.

Allí se encontraba una Player, de nombre Nykai, la cual su salvador había atrapado y le había dado claras órdenes de meterla allí, inyectándole algo llamado “Pesadilla”. Observó que sus ojos habían pasado ahora a un color verde, clavándose en él. El proceso que le había indicado su salvado se cumpliría en breve.

-Jamás te vi capaz de hacer cosas así… Neipol.

Neipol observó con furia a Venom, que se había girado finalmente hacia él.



El helicóptero aterrizó, pero no detuvo las astas. Rápidamente Inahf saltó a su interior, decidida a largarse de allí. Detrás de ella entró Gambit, furioso consigo mismo. El piloto se giró hacia ellos.

-¿Sólo quedáis vosotros? –preguntó. Su mirada se clavó en Puppet, que estaba quieta allí, en mitad de la nada, sin hacer nada.

-Sí –contestó Inahf. Gambit seguía observando fijamente la pista de aterrizaje mientras se elevaban en el aire-. Gracias por venir, ah…

-Llámame Triple Siete –contestó el joven-. Tenía que hacerlo. Es… Personal.

Triple Siete observó la pista de aterrizaje en el aire. Allí, levantándose del suelo, se encontraba Efialtes. Gambit lo observó con ira. Le había dejado vivir.

-Eh –le dijo Inahf-. Has hecho bien. Te hubieses rebajado a su completo nivel.

Entonces, Gambit vio un papel cerca de él, tirado y espachurrado. Lo aplanó y vio que se trataba de una carta dirigida al ganador del Game. No pudo evitar abrirla.



-Creí que eras débil, sin el valor suficiente para hacer lo que hay que hacer –explicó Venom-. Creía que eras el Traitor más inútil… Hasta que me contaste lo de Madmahon. Y entonces, no supe si reír o llorar. Ganar a Mad en uno de sus juegos te convertía en alguien más peligroso. Tenía que eliminarte.

-No sé de qué me hablas –señaló Neipol.

-No tienes memoria. No recuerdas nada antes de despertar en el comedor, ¿verdad? Estás desorientado…

-No lo estoy. Alguien me ayudó.

Venom se sorprendió ante aquellas palabras.

-¿Qué?

-Alguien en nombre de Madmahon me ayudó para traicionarte. Y tengo órdenes claras hacia ti.



Efialtes llamó a Puppet a su lado, y ésta se acercó. Gambit terminó la carta y observó con miedo y odio al demonio, desde lo alto. Éste sólo pudo contestar mirando al cielo y quitándose la máscara.



-¿Un traidor? –preguntó Venom- ¿Creator?

-No –contestó Neipol.

Sacó una jeringa de su bolsillo y agarró a Venom por la cara, apuntando a su cuello.

-Una traición más cercana.



-¿Qué pasa? –preguntó Inahf. Triple Siete también observaba a Efialtes, aunque para él su rostro no fuera ninguna sorpresa. Gambit sólo pudo contestar ofreciendo a su compañera la carta.

Era una confesión de Efialtes diciendo que todo el Game había sido una estafa. Que el auténtico Game había sido entre él y Sponsor, y que, finalmente, Efialtes había ganado.



Neipol clavó la jeringa en el cuello de Venom y lo empujó hacia atrás. Éste simplemente se dejó caer, aturdido y confuso. Sabía bien lo que le había inyectado, y sus consecuencias. Sueño.

-¿Por qué él no quiere matarme? –preguntó.

-Porque esto es lo justo. Has convertido a todos los infectados en tus muñecos, y ahora tú serás su muñeco personal, aunque seas un muñeco inmóvil e inútil.



Inahf terminó la carta dejándola caer. La firma le había dejado completamente sorprendida. Se apresuró a mirar a Efialtes y lo confirmó. Éste se había sacado un sombrero entre sus ropas y se lo había puesto.



-Así que le ayudarás, Neipol… -murmuró Venom, arrastrándose por el suelo. El hombre le agarró y levantó para dejarlo sobre una silla de ruedas que reconoció como la de Creator. Todo se oscurecía a su alrededor desaparecía- Tú… Neipol…

-Mi nombre ya no es Neipol, aunque antes lo fuera.



La carta al final decía, claramente:

“Siento haberos engañado así. Pero vosotros eráis importantes en este Game también. Y yo no podía perder. ¿Sabéis por qué?

Porque yo no existo para el juego.

El juego existe para mí.

Firmado…”



-Mi nombre ahora es Lovepain.

Y con aquellas palabras, el mundo de Venom se desvaneció por completo.



“… Madmahon”



-Vámonos –señaló Triple Siete, pilotando el helicóptero y apartando la vista de Efialtes, que sonreía con fuerza hacia ellos.

Gambit sólo pudo apretar el puño. Todo había sido un maldito juego de aquel chalado. Un juego…

Un juego sin ganador entre los jugadores, sólo entre sus creadores.



El helicóptero se alejó. Efialtes no dejó su sonrisa y se acercó a Puppet, inmóvil todavía.

-Tranquila –le susurró-. Te liberaré de tu prisión. Vamos adentro.

Los dos entraron en el Big Building de nuevo. Madmahon observó al horizonte, con el helicóptero alejándose, y sus ojos verdes brillaron por completo. Se alejaban.

Ahora, todo lo que había ansiado, deseado durante tanto tiempo… Todo el Big Building, todo Game City, toda Goddess Island… Todo…

… Era suyo.

Lovepain apareció al poco de bajar las escaleras. Sonrió hacia él.

-Cuánto tiempo, viejo amigo.

Lovepain hizo una reverencia.

-¿Y qué viene ahora, maestro? –le preguntó a Efialtes. Éste le sonrió.

-Poner en marcha los auténticos planes. Y para empezar, hay que crear algo más grande, ampliar nuestra… Organización.

Efialtes sacó una insignia de entre su ropa, una que ya había visto Lovepain. Un corazón con una luna menguante debajo, apuntando hacia arriba.

-Hay que crear Daimon.

Madmahon entró en el despacho de Amadeus Box Junior. Se sentó en su asiento y observó el helicóptero todavía alejándose. Sonrió hacia ellos, sabiendo que no había acabado. No, sólo había comenzado.

-Volveremos a vernos, amigos.

Y con aquellas palabras, la sonrisa de Mad y seis ojos verdes en completo en aquel despacho, el helicóptero desapareció por completo de los terrenos de la isla, a partir de aquel momento la isla de Efialtes y sus Daimon.
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... Y se acabó.

Queda el epílogo, que si bien no suceden muchas cosas importantes, explica ciertas dudas que surgen en este capítulo final; lo veréis en breve, aunque no aseguro cuándo. Aparte de decir que al final me voy a dar unas pequeñas vacaciones antes de lanzarme sobre Sangre y Poder, la "secuela" de esta historia, me toca el momento emotivo.

En Septiembre comencé esto y ahora lo he... Acabado. Y Dios, sí que han sucedido cosas por el camino. Dos ordenadores estropeados, vacaciones en las que no podía publicar, bloqueo narrativo... Por eso, y para comenzar, agradecer muchísimo la ayuda a Death y Habimaru, que escribieron cuando yo no pude en absoluto por lo que fuera. Gracias de veras.

Y también a Axelpower, por escribir un par de capítulos como invitado. No nos olvidemos de él.

Pero sobre todo, gracias a los lectores.

A los lectores que comentáis, que contribuisteis o no en las fichas, los que no comentáis, los que ni siquiera sé que lo leéis y aun así lo hacéis, los que incluso se molestaron en leer dos líneas y decir "menuda mierda". Gracias desde el corazón.

Ahora, queda publicarlo... ¡Menuda odisea! Antes quiero reescribir escenas, cambiar los nombres, añadir otras escenas (esa Round 0...) y otras tantas cosas. ¡Pero merecerá la pena!

Así que gracias a todos vosotros. Gracias a vosotros...

PLAYERS.

[Habimaru]

Una última cosa que decir:

Un aplauso. Lo has conseguido.

[Dr. Claus]

Mi mas sincera enhorabuena.

Primer proyecto que acabas desde que te conozco (se que tendrias un par mas), espero que consigas reformar la historia para su publicacion, aqui te has ganado a un lector que te ha sido fiel de principio al final (entre otros) y te comprara tu libro.

[Zee]

Spoiler: Mostrar

Neipo l= Lovepain = Túsabesquién

Eres un cabrón xDDDD
Espera..... ¿Neipol es gay? D:?
AXELPOWER MIENTE, NO HAGAS CASO AL SPOILER _SATA

En fin... ¡Enhorabuena! Finalmente has terminado. ¿Verdad que se siente bien?
Todos sabemos que hubiese sido mejor si Zero estuviese montado en ese helicóptero... Pero, meh...
Congrentulades por este logro, de todos modos =D

PD: De nada, cuando quieras (?)

[Ichi]

It's Game Over. Me ha sorprendido completamente el final no me esperaba que Efialtes fuera esa persona. Tampoco que el game se desarrollaria asi lol

Felicidades Narra, por lograr completar esta increible historia, espero que mis escenas sigan intactas en la version escrita (?)

Tambien espero con ansias el comienzo de Sangre y Poder

FUCK, trabajo para Efialtes

See Ya!!

[Sombra]

A terminado! Madre mia, no me esperaba el final. A sido genial, de verdad. Estoy deseando que comience SyP

[Pavitsu]

Legen...dary.
No encuentro palabras que podrian describir lo que se siente al terminar de leer Players. A sido un año interesante, lleno de rounds (a pesar de que hallan pasado unos diez miseros días).
Gracias, Narrador, y espero que nos lo termines de aclarar todo en el epilogo. Todos queremos saber como Efialtes pudo ser quien es.
PD: A mi no me ha sorprendido TANTO su identidad. Yo pense que era él, hasta que recorde que habia muerto. Creia que podria ser una especie de Xion... total, más raro han sido otras cosas...
PD2: Queremos "SYP". Pronto, a ser posible.