El creador de llaves

[Sora]

Siento el flood, pero podrias ponerlo en spoiler?? es que no sabes lo que me cuesta bajar hasta abajo del todo con el movil D: .

PD: Me podrias decir como se llama la cancion del video? (si puede ser por mp para no hacer mas flood xD)

Gracias de antemano~

Bye~~

[weee man]

A partir de este capítulo empiezan los nuevos, que nunca he publicado, 'espero que los disfruteis!


Capítulo 31: Peligro

- Armudos, bobo, ¿de verdad creías que me podías engañar?
- Sí.
- ...Pues tienes razón, me has estado engañando muy bien. La traición, los planes, todo meticulosamente planeado. Sin embargo no contaste con una cosa insignificante.
- ¿Qué cosa? Es por si vuelvo a traicionar a alguien.
- Puedo ver lo que cualquier ser oscuro ve, incluyendo sincorazones. Fue tan fácil colarme en tu mente y verte charlando con Gabriel, políticos, sincorazones y demás escoria.
- Vaya, eso no está nada bien, espiar está mal.
Aunque nuestra conversación era más bien graciosa, como si no estuviéramos enfadados, en realidad estábamos en una situación muy comprometida.
Todo empezó cuando llegué a donde supuestamente habían visto por última vez a Gabriel, pero el asteroide en el que aterricé estaba desierto. Poco después de llegar apareció Caos, que me atacó sin avisar. Me defendí como pude con todas mis fuerzas, hasta que llegado un momento acabamos succionándonos la oscuridad recíprocamente, él con su gran poder y yo con ayuda de mis llaves. Al llegar a una situación de equilibrio, pues el flujo de oscuridad resultante era casi nulo (nos quitábamos lo mismo), empezamos a hablar.
- ¿Cuánto rato crees que tardarás en quedarte sin oscuridad? – dijo mi enemigo, de forma casual.
- Lo suficiente para tenerte entretenido mientras todos mis planes se llevan a cabo.
- O para lo contrario, ten en cuenta que nunca has sido bueno codificando mensajes.
- Oh… Entonces lo suficiente para no tener que participar en las próximas peleas. Y con suerte para sobrevivir a esta situación.
- Bueno, me parece que tendré que aumentar un poco el nivel.
Tras decir esto empezó a tragarse mi oscuridad un poco más deprisa, a lo cual contestaría aumentando el número de llaves más adelante, prefería no usar toda mi capacidad antes de que lo hiciera él.


- ¡Llegó el lechero! – gritó Gabriel sin motivo aparente.
En una ciudad muy poblada, el oscuro que habían estado rastreando vivía en un rascacielos de los más caros (¡corrupción!). Se teletransportaron dentro y arramblaron en el salón del oscuro, donde estaba viendo la tele.
Fue entonces cuando, profiriendo su peculiar grito de guerra, Gabriel se abalanzó sobre el oscuro y teletransportó a todos los presentes a una zona de bosque en las afueras de la ciudad.
- ¿Ehto qué eh? – dijo el oscuro.
El oscuro era un tipo gordo, bastante gordo. Feo de cara, de aspecto sucio en general, con los dientes amarillos y la ropa arrugada. Desprendía un olor intenso, muy desagradable. Además, su mente estaba corrompida no sólo por la oscuridad, sino que también lo estaba por la lujuria, la ignorancia y la gula. (Basado en un tipo que conozco)
- Oscuro, prepárate para ser…
- ¡¡Lavín ke buena ehtá esa jembra!! – exclamó al ver a Kairi.
El oscuro se lanzó babeando sobre la chica, pero Gabriel lo golpeó con su nueva llave, que lo hirió de manera notable.
- <Gruñidos de cerdo herido>.
- Que efectividad, me encanta como has quedado Bahamut.
El oscuro sacó de su bolsillo un aparato y lo activó. Entonces sacó una cachiporra que agitó con violencia.
- ¡Sus voy a matáh!
Gabriel se puso en posición defensiva en plan “bah, este tipo no tiene ni media leche”, pero el impacto del oscuro contra su llave espada hizo que esta saliera volando a toda velocidad seguida poco después por Gabriel cuando el oscuro acabó su ataque golpeándole en la frente.
- Tened cuidado – dijo Mickey.
Tras esquivar los letales ataques del oscuro, improvisaron una estrategia. El oscuro sólo era capaz de concentrarse en uno, por lo cual mientras este lo entretenía el resto atacaban. Pronto llegó Gabriel, con la cara llena de sangre y lanzándose hechizos de sanación en el cráneo.
- Cuidado, sus golpes son difíciles de curar. – dijo con tono mareado.
- Por ahora sólo te ha dado a ti, sigamos atacando con cuidado – respondió Riku.
La táctica siguió funcionando durante unos minutos, hasta que al oscuro se enfureció e hizo algo sorprendente. Concentró su energía y empezó a corromper la zona que lo rodeaba. La hierba moría, volviéndose ceniza. El aire apestaba. La tierra se resquebrajaba y se volvía árida. El grupo se alejó de la letal corrupción, que afectaba incluso a los hechizos que lanzaron contra el oscuro.
- ¿Cómo atravesaremos esa capa de energía?
- Es una técnica casi invencible, pero este oscuro no sabe que las llaves son inmunes a ese poder. – dijo Gabriel mientras lanzaba una oleada de llaves contra el oscuro.
El oscuro gritó de espanto al ver que su técnica más efectiva era contrarrestrada por sus enemigos, así que la detuvo y empezó a lanzar piedras a sus enemigos.
Lanzar piedras parece algo estúpido, pero cuando las piedras pesan más de 100 kg y vuelan a la velocidad del sonido la cosa cambia.
- ¡Kairi, Donald! ¡Cread una barrera que nos proteja mientras nos acercamos al oscuro! – dijo Riku mientras esquivaba las letales piedras.
- ¡Tened cuidado! – respondió la chica mientras lo hacía.
Los héroes consiguieron acercarse al oscuro esquivando algunas rocas y parando otras gracias a las barreras. Gabriel le agarró un brazo y dijo:
- ¡Inmovilizadle!
Sora y Riku consiguiero inmovilizar el otro brazo y Goofy <que sigue por aquí aunque no lo haya nombrado en los últimos capítulos> le sujetó las piernas.
- ¡Malditoh, oh voy a estrozá poh ehto!
- Ahora.
Todas las llaves oscuras aparecieron y se saciaron en el oscuro, que volvió a ser “humano” en poco tiempo.
- … ¿Dónde ehtoy? – preguntó aturdido.
- No disimules, recuerdas todo lo que ha pasado. Dime cuál es tu planeta natal y te enviaremos allí.
- Coruscant.
- Bonito lugar, ¡Donald ven a ayudarme!
Entre ambos lograron teletransportar al ex-oscuro a su planeta natal.
- Pronto llegarán más oscuros, recuperemos energías.
Los siete se sentaron, disfrutando de la paz del bosque, propiciada en parte por la brutal pelea. De repente un ruido metálico hizo que el suelo retumbara. Gabriel estaba tirando en el suelo mirando con asombro a un oscuro que, si no hubiera sido detenido por una llave, le habría decapitado. A su alrededor había otros oscuros que habían aparecido de la nada.
- ¿Cómo os habeis acercado tanto sin que os sienta? – dijo Gabriel genuinamente asombrado.
- ¿Cómo es posible que haya naves espaciales? ¡La última vez que estuve por aquí acababan de descubrir la rueda! – dijo Maléfica, una de los oscuros, en tono irónico.
- Sois… Muchos, ¿no?
En total sumarían veinte oscuros, entre ellos todos los que sobrevivieron al asalto a Vergel Radiante.
- A algunos os hemos pateado antes, pero el resto no me suenan. – dijo Sora.
- Son extras – contestó Ganondorf a modo de aclaración.
- ¡Yo no soy un extra!
Entre el grupo de “extras” surgió un hombre musculoso, en su pecho desnudo tenía un símbolo enorme y portaba una gran espada.
- Ese tipo se parece a… ¿El padre de Tidus? – dijo Kairi pensativa.
- Hola Kairi, hace tiempo que no te pasas por casa, supongo que ya sois muy mayores para esas cosas – contestó Jecht. – mirad, no es nada personal, pero he logrado un trato de no intervención en nuestro hogar a cambio de que todos murais. Así que tendré que emplearme a fondo.
- ¡A la carga! – gritó Maléfica antes de que algún oscuro pensara en imitar a Jecht y actuar por intereses propios.
Todos los oscuros se abalanzaron sobre el grupo, que comenzó a retroceder para no ser rodeado. Las llaves que volaban como flechas hacia los oscuros obtenían como respuesta bolas de energía y espadazos. Eran demasiados oscuros, los estaban superando. Kairi empezó a combinar poderosos ataques de Fuerza con la efectiva pistola llave, mientras que Goofy usaba su escudo para bloquear a los que intentaban herirla. Donald estaba en el centro del grupo, usando su magia para dificultar a los oscuros sus ataques y proteger al resto. Mientras tanto Sora, Riku, Mickey y Gabriel luchaban contra los oscuros frente a frente. Tras unos segundos un oscuro menor perdió sus poderes y, tras recobrar la conciencia, se teletransportó a algún lugar desconocido. El resto seguía atacando incesantemente, mientras que el grupo estaba cada vez más debilitado. Gabriel empezó a emplear más y más llaves.
- Para usar más llaves tengo que concentrarme, protegedme para que pueda usarlas todas. – dijo con una vena mostrándose inchada en su frente por el esfuerzo.
Cuando Gabriel pudo concentrarse en las llaves surgieron en grandes cantidades. Pronto docenas de llaves atacaban a los oscuros, mientras que las especiales, como arcos, rifles e incluso una caña de pescar hacían cualquier cosa dañina. Aunque una llave normal apenas podía herir a un oscuro, las llaves oscuras que se camuflaban entre todas las armas sí podían, por lo cual los oscuros no podían ignorar los ataques. Pronto tuvieron que dejar de atacar y concentrarse en la defensa. Cuando el grupo estaba a distancia segura las llaves formaron una nube alrededor de los oscuros que los obligaba a defenderse.
- ¿Qué hacemos ahora? – preguntó Riku respirando agitadamente.
- Por ahora no pueden hacernos nada, aunque no durará mucho. Tenemos que ganar tiempo y reducir su número como sea. – dijo Gabriel mientras su atención seguía fijada en la nube de llaves. – Tenemos que actuar como una sola persona. Voy a deciros lo que teneis que hacer por telepatía. Obedecedme al pie de la letra y puede que aguantemos lo suficiente.
Todos dejaron que Gabriel entrara en sus mentes. Cuando entró en la de Sora este sintió un mar de pensamientos, Gabriel estaba realizando un gran esfuerzo mental para controlar todas las llaves y utilizar telepatía al mismo tiempo. Entonces supo con total claridad a quién debía atacar y cómo, mientras sentía que en sus manos aparecían dos llaves oscuras que nunca había usado, pero que parecía conocer a la perfección. Como movido por un resorte saltó hacia la nube de llaves, que abrió un hueco a los tres portadores de llaves.


Capítulo 32: Transformaciones para todos.

-¡Y por eso Obama es negro! – concluyó Anne.
- ¡Claro! Es increíble todo lo que te ha pasado en estos años en ese planeta. –respondió Brael.
- La verdad es que sí, no ha estado mal. ¿Cuándo llegamos?
- Ya queda poco, ve calentando, que con tu edad te puedes dar tirones si peleas en frío.
- Así no se habla a una señorita.
- Señora.
- ¿Te he dicho ya que tienes la coronilla calva y que eres un enano?
- Cambiemos de tema antes de que te pegue con el bastón.
La nave siguió surcando el espacio en el más absoluto silencio hasta que el planeta al que se dirigían era visible.
- Bueno, ese es el planeta, ¿preparada?
- Llevo años deseando luchar contra un oscuro de nuevo, estoy preparada al 100%.
- Recuerda que no está Gabriel solo, están los otros.
- Sí sí, los dos chicos, la chica, el ratón, el pato y el indefinible, me acuerdo.
- Lo digo por si acaso, el fuego amigo nunca es divertido.
Mientras Brael terminaba la frase la nave entraba en la atmósfera del planeta. Pronto estaban justo encima de la pelea.
- Vaya, Gabriel ha enjaulado a los oscuros. Deben ser muchos, ¡vamos! – gritó Anne.
- ¿Pero qué…?
Anne cogió a Brael de un brazo y, abriendo la compuerta de la nave, saltó con él hacia el suelo. Ambos aterrizaron en lo que poco antes era una zona llena de vegetación, que había desaparecido por las explosiones mágicas derivadas del combate.
- ¡Gabriel! ¡Ya estamos aquí! – gritó Anne.
- ¡La escena emotiva luego, ahora hay que luchar! – respondió este.
La nube de llaves se debilitó en el momento de distracción de Gabriel por la llegada de Anne y Brael, permitiendo a los oscuros escapar.
- ¡Rodeadlos! ¡Que no vuelvan a usar esta técnica! – gritó Maléfica.
Mientras Gabriel cesaba el control mental y todos se reagrupaban los oscuros pudieron cumplir su objetivo y rodearlos. Cuando intentaron atacar se vieron repelidos por una explosión mágica creada por Brael. Aprovechando ese momento Anne se abalanzó sobre un oscuro, hundiéndolo en el suelo de un puñetazo potenciado por los guantes que había materializado, que eran “Llave-guantes-oscuros”. Mientras usaba estos guantes para extraer la oscuridad el oscuro intentaba zafarse de ella, pero era incapaz. El resto del grupo se dirigió hacia los demás oscuros. Brael tomó el puesto de Kairi y empezó a lanzar hechizos ayudando a sus aliados mientras Donald y Goofy lo protegían de cualquier ataque. Gabriel seguía atacando con un número considerable de llaves, portando en sus manos a Bahamut y a “otra espada que describí hace por lo menos dos años que se supone era la más poderosa” y con Sora luchando a su lado. Riku y Mickey, con Kairi a la retaguardia luchaban juntos mientras que cada grupo se iba separando del resto. Con la ayuda de Anne y Brael pronto los oscuros más débiles cayeron, quedando sólo los más peligrosos. Nim, la archienemiga de Merlín, lanzó una bola de oscuridad de gran poder a Anne, que ya iba por el tercer oscuro al que tiraba al suelo e inmovilizaba, pero esta simplemente partió en dos el ataque con sus guantes. Mientras Nim seguía atacando Anne atravesaba los hechizos, avanzando hacia su enemiga. Los hechizos que conseguían alcanzarla no parecían surtir efecto sobre ella, hasta que consiguió golpear y sujetar a la oscura.
- ¿Qué haces? ¿Por qué mi magia no funciona? – dijo Nim sumamente enfadada al no poder teletransportarse.
Anne no respondió y se quedó allí, eliminando la oscuridad de su indefenso oponente. Pronto consiguió devolver a la bruja a la normalidad.
- ¿Por qué nadie me deja divertir…? – empezó la bruja, pero se quedó callada mirando asombrada al cielo.
Anne miró en esa dirección y vio a Jecht abalanzándose hacia ella envuelto en llamas negras. Soltó a la bruja, que se teletransportó lejos de allí, e intentó bloquear el golpe de su nuevo oponente. La fuerza del oscuro fue mayor y consiguió dejar aturdida a Anne. Entonces intentó quemarla con un hechizo de fuego, pero las llamas pasaron rodeando el cuerpo de la mujer, que no sufrió daños. Cuando se recobró ambos se enzarzaron en una lucha cuerpo a cuerpo tremendamente destructiva, cada vez que sus puños contactaban el suelo se resquebrajaba y cualquier oscuro que intentara ayudar tenía que retirarse.
Sora estaba luchando con Maléfica. Recordaba su primera lucha en Bastión Hueco, donde consiguió derrotarla. También recordaba que en su lucha contra la Organización XIII le ayudó en dos ocasiones, aunque fuera por interés. Aun así eso no singnificaba que debiera tener compasión, su maldad era enorme y debía acabar con ella.
Sus hechizos eran muy poderosos, pero tras tanto entrenamiento y luchas Sora sabía enfrentarse a ella con eficacia. Aunque conseguía herirla, ella también le había dado con dos hechizos. El primero había sido una simple bola de energía que sólo lo había herido un poco, pero el segundo lo estaba afectando por dentro, pues cada vez le dolían más los pulmones. Había intentado anular esa maldición, pero su magia no era lo bastante poderosa, así que lo único que podía hacer era curarse con magia, lo que reiniciaba la maldición. Si no conseguía vencer pronto se quedaría sin maná y sucumbiría al maleficio. Entonces el maleficio se desvaneció y Sora recuperó parte de su maná, mientras oía la voz de Brael, que dijo: “Déjame esas cosas a mí, concéntrate en luchar.”
Viendo que la pelea avanzaba en su contra, algunos oscuros se desvanecieron, abandonando a sus compañeros. Al final sólo quedaban Ganondorf, Maléfica, Sanctus y Jecht. Maléfica luchaba contra Gabriel y Sora al mismo tiempo, Jecht seguía luchando con Anne y Sanctus se había unido a Ganondorf mientras luchaban contra Riku, Mickey y Kairi. Sanctus fue vencido por un ataque límite de Kairi y Mickey, que combinaba el uso de la Fuerza con ataques de las llaves oscuras, destruyendo sus barreras y eliminando la oscuridad de su cuerpo. Cuando la oscuridad de Sanctus se acabó sólo quedó un cuerpo viejo que murió, pues ya no tenía fuerza para seguir viviendo. Los antes numerosos oscuros ahora estaban en clara inferioridad numérica, la victoria estaba al alcance de los heroes de la luz. Entonces Maléfica usó un hechizo para atraer a ella a los otros dos oscuros y dijo:
- ¡No podemos permitirnos perder! ¡Usemos todo el poder de la oscuridad!
Diciendo esto se transformó en su temible forma de dragón. Mientras tanto Ganondorf mostró su mano derecha, en el dorso un triángulo empezó a brillar mientras el oscuro aumentaba su poder. Jecht cogió su enorme espada con una mano y empezó a crecer y transformarse en un poderoso ser, doblando su estatura. Ganondorf desenfundó una espada mágica luminosa y se abalanzó sobre Gabriel. Mientras tanto Jecht volvió a luchar contra Anne, que era respaldada por Mickey. El resto se enfrentaba a Maléfica, que en su forma de dragón no poseía nuevas habilidades con respecto a la anterior vez que se transformó, pero si era más poderosa.
El grupo esquivaba los letales ataques de Maléfica mientras Brael preparaba un temible hechizo. Cuando lo lanzó Maléfica quedó paralizada, indefensa a las llaves oscuras que consumieron gran parte de la oscuridad. Finalmente el poder de Maléfica consiguió quebrar el hechizo de Brael, a quien atacó para vengarse. La vejez de Brael y su agotamiento tras el hechizo que había empleado le impidió esquivar un golpe de la cola de Maléfica, que lo partió en dos como a una rama seca. Olvidándose del oponente caído Maléfica giró su cabeza en busca del resto, pero se detuvo en seco cuando la zona de su cola manchada de la sangre de Brael empezó a concentrar toda la oscuridad. Cuando toda la oscuridad de su cuerpo estaba en esa zona Sora se teletransportó y la cercenó.
En un instante Maléfica volvió a su forma original, con todos sus poderes oscuros desvanecidos. Cayó al suelo, incapaz de mantenerse en pie. Miró hacia arriba y vio a Brael, cuyo cuerpo se había unido sin que apenas se distinguiera la zona de corte.
- Lo siento, bruja, pero has perdido.
- Malditos, me vengaré de esto…
Riku se unió a Brael y dijo:
- Esta vez me aseguraré de que no vuelvas a atormentar a nadie.
Diciendo esto clavó su llave en Maléfica, que se desvaneció sin dejar ni rastro.
- Volverá – dijo Brael-, la muerte no es un impedimento para un brujo tan lleno de maldad. Ahora ocupémonos de los otros dos.
Mientras Maléfica era derrotada por el grupo, Gabriel luchaba contra Ganondorf. El oscuro tenía gran poder, aumentado tanto por la oscuridad como por el poder sobrenatural que había obtenido en su mundo. Su espada, al repeler su oscuridad, le permitía parar los ataques de las llaves sin que estas consumieran nada. Su única debilidad era la lentitud de sus movimientos, que le dificultaba enormemente defenderse de su oponente. Gabriel atacaba al oscuro utilizando sin parar teletransportes y ataques multidireccionales de las llaves, consiguiendo alcanzarle en numerosas ocasiones.
Gabriel, sintiendose seguro de su victoria, dejó de mantener las barreras mágicas que lo protegían para centrarse en el ataque. Cometió un error fatal, pues el oscuro le sorprendió con un hechizo que lo dejó clavado al suelo justo cuando apareció delante de él para golpearle en la cara. Entonces lo agarró por la cabeza, abarcándola entera con su mano libre, y lo elevó rompiendo su propio hechizo. De la mano surgió energía oscura que quemaba todo cuanto tocaba. Cuando Gabriel centró todos sus esfuerzos en protegerse del maligno poder Ganondorf le clavó su espada, atravesándole el vientre. El oscuro liberó la cabeza de Gabriel, que quedó en el aire sostenido por la espada. Entonces agarró la espada con sus manos manchadas de sangre y gritó:
- ¡Poder prohibido de la sangre! ¡Castiga al profanador de este cuerpo!
La espada sagrada se fue tornando roja mientras absorvía la sangre derramada. Ante la mirada sorprendida del oscuro su arma se transformó en murciélagos de energía sagrada que se abalanzaron sobre él, mordiéndole y robándole oscuridad. Cuando los murciélagos estaban tan llenos de oscuridad que eran totalmente negros volvían a Gabriel y le transferían la energía robada. La parte de oscuridad de esta energía la tomaron las llaves oscuras, dejando sólo la energía vital que curó parcialmente las heridas de Gabriel.
- Si un ángel es herido por un arma sagrada, podrá utilizar el poder de la sangre para reprender al agresor. Me sorprende que no lo supieras.
Gabriel invocó a las llaves oscuras, que golpearon sin cesar al oscuro que ahora sólo podía esquivar parte de los ataques. Cuando se olvidó de Gabriel este lo atravesó por una antigua herida resplandeciente, causada por la espada sagrada, con Bahamut. En pocos segundos Ganondorf perdió la oscuridad que le quedaba y, utilizando el poder del triforce, se convirtió en energía amarillenta y escapó del lugar.
Anne había adoptado una actitud defensiva al predecir la victoria de sus aliados. Cuando todos rodearon a Jecht este seguía intentando golpear a su enemiga, a quien no había logrado herir. Viéndose rodeado detuvo sus ataques y empezó a hablar:
- ¡Vaya! Habéis vencido a todos los demás. Supongo que me rindo. Completad vuestra misión, sea la que sea.
- Jecht - empezó Kairi -, no tienes por qué seguir con la Asamblea. Ven con nosotros y ayúdanos a acabar con ellos. Sólo así podremos vivir sin miedo.
De repente una voz terriblemente familiar y maligna surgió de todas partes.
- Este fracaso no quedará impune. Tú y tu mundo seréis castigados por esto, cuando acabe con los enemigos de la oscuridad.
El cráter humeante que poco antes era un bosque se vio sumido en absoluta oscuridad, que se fue concentrando hasta formar a Urizen, el más antiguo oscuro.
- Los cobardes que escaparon me avisaron de vuestra posición. Tras castigarles por su cobardía he venido a terminar lo que empecé. Esta vez no hay escapatoria.
- ¿Crees que dejaré que acabes con ellos para después “castigar” a mis seres queridos? – preguntó Jecht colérico – No sabes con quién tratas. El poder de la oscuridad no se compara con el poder que me maldice. Yo soy el nuevo Sinh.
Jecht volvió a aumentar de tamaño, esta vez hasta alcanzar proporciones gigantescas. Urizen lo imitó, igualándole.
- Así que ocultabas tu auténtica fuerza. Prepárate para el sufrimiento.
Los dos gigantes comenzaron a luchar, y pronto el resto tuvieron que alejarse para no ser pisados.
- Tenemos que ayudar a Jecht. Mientras luchan debemos robarle toda la oscuridad a Urizen y dársela a Jecht, sólo así podremos vencer a un oscuro tan poderoso.
- ¿Cómo sabrán las llaves que deben darle la oscuridad a Jecht? – preguntó Sora.
- Oh, más les vale hacerlo – fue lo único que respondió Gabriel.
Al estar Urizen compuesto de oscuridad pura las llaves que volaron hacia él penetraron en su cuerpo, absorviendo sin problemas oscuridad. Cuando el oscuro consiguió bloquear la espada de Jecht obligó a las llaves a abandonar su cuerpo con magia. Al mismo tiempo de su espalda surgieron bolas de oscuridad que salieron disparadas hacia los ahora minúsculos heroes, convirtiéndose en humanoides con grandes garras y agilidad.
- ¡Que las llaves oscuras sigan con su labor! – gritó Gabriel. – estos seres pueden caer con ataques convencionales, son como sincorazones.
Mientras el grupo luchaba contra los seres de oscuridad Urizen producía más, de distintas formas y poderes. Por cada uno que caía dos aparecían detrás de él, más fuertes e inteligentes.
- ¿No se cansará nunca? – preguntó Anne tras partir en dos a su oponente.
- No sé cuánta oscuridad puede tener ese tipo, pero lo más probable es que pueda mantener ese ritmo durante mucho tiempo. – contestó Brael mientras lanzaba un hechizo sanador a todos.
- Aún no he usado a Bahamut, lo estoy reservando para cuando llegue el momento. – anunció Gabriel, rodeado de llaves que destrozaban a los adversarios.
La oscuridad que las llaves tranferían a Jecht lo hacían cada vez más fuerte, pese a que Urizen seguía dominando el combate sin problemas. Ambos colosos intercambiaban brutales golpes, capaces de destrozar a cualquiera que se interpusiera. Cuando Jecht consiguió clavar su espada en un brazo de Urizen, este cambió de actitud. Usando toda su fuerza lanzó a su oponente por los aires y se dirigió a la ciudad cercana, que había iniciado su evacuación cuando se oyeron las primeras explosiones.
- ¿Adónde va? – preguntó Riku.
- ¡Hay que detenerlo! ¡Pretende crear oscuros a partir de la ciudad! – gritó Gabriel asustado.
Mucho tiempo atrás, cuando Gabriel aún no conocía a Anne y se dedicaba a estudiar a los oscuros, antes de crear las llaves oscuras, consiguió información de Urizen. Urizen era un oscuro famoso en el universo por ser una representación del Mal en muchos planetas. En sus mejores momentos llegó a tener un culto, que le adoraba como a un dios. Ese culto escribió obras sobre sus poderes y su grandeza, entre los cuales detallaban cómo mirando a una persona digna podía ascenderla y convertirla en un igual, un oscuro. Si era capaz de obtener diez personas capaces de convertirse en oscuros en toda la ciudad podría obtener la victoria.
Aprovechando la lentitud del oscuro el grupo se situó entre la ciudad y él.
- ¿Cómo vamos a detener algo tan grande? – preguntó Sora.
- Yo puedo detenerlo, - dijo la voz de Bahamut – pero necesito algo de tiempo.
- ¿Qué vas a hacer? – preguntó Gabriel.
- Un portal muy grande. Espera y verás.
La llave se elevó por si misma y empezó a acumular energía. Antes de que Urizen puediera acercarse Jecht lo alcanzó y volvió a golpearle, al mismo tiempo que Brael y Gabriel, protegidos de las tropas oscuras por el resto, utilizaban una magia para intentar ralentizarlo. Esa ligera desventaja, unida a la oscuridad cada vez mayor de Jecht, igualó a los dos colosos en combate.
- Insectos, los poderes que poseo escapan vuestra comprensión. Yo soy el Vacío, el Negador de Almas.
En sus manos se materializó una guadaña con una cadena al final del mango. Con un golpe consiguió tumbar a Jecht, pudiendo volver a la ciudad. Antes de que Bahamut pudiera terminar el oscuro llegó a la ciudad. Allí, una nube negra empezó a rodear los edificios y las calles. De la oscuridad que envolvió la ciudad empezaron a surgir las almas de los desdichados que no lograron escapar. Estas almas fueron absorvidas por Urizen, que aumentó su poder más incluso que en el primer momento de la lucha.
- Patético planeta, no he podido alzar ni un oscuro de esta escoria. Preparaos para el miedo.
Urizen volvió hacia el grupo, que no podía acercarse al oscuro sin Jecht para resistir sus ataques.
- Ha llegado el momento de la fusión, Sora. – dijo Gabriel, pálido tras contemplar como miles de almas habían sido erradicadas de la existencia.
Una vez más, los tres portadores de las llaves se unieron en uno solo. Esta vez la fusión fue más controlada, por lo que las llaves espada se mantuvieron en sus llaveros.
- Esa fuerza… Eres muy pequeño para tanto poder.
- El tamaño no lo es todo, aunque en algo tienes razón. Si soy tan pequeño no podré destrozarte.
Sora aumentó de tamaño, alcanzando por poco los hombros de Urizen. Empuñando una extraña llave oscura, la forma suprema atacó a Urizen.
- Esta llave aumenta el tamaño con su portador.
- Sigue siendo un trozo de metal inútil.
Los dos siguieron luchando, consiguiendo Sora tomar cierta ventaja, mientras que acercaba al oscuro a donde Bahamur preparaba el portal.
- No puedes vencer, pronto volverás a ser normal y desapareceréis.
Sora consiguió romper la guadaña de Urizen, aunque al hacerlo la llave se le cayó de las manos. Entonces el oscuro le agarró del cuello y empezó a estrangularlo.
- Sigues siendo un mortal, si no respiras mueres.
Sora intentaba respirar y liberarse, pero la fuerza del oscuro era superior y no podía soltarse. Entonces invocó la llave, que apareció en sus manos, y atravesó el pecho del oscuro, liberándose de él.
En ese momento la voz de Bahamut resonó en su cabeza, indicándole donde se abriría el portal. Sora, sujetando al oscuro por la espada que lo atravesaba, lo lanzó hacia el lugar indicado.
- ¡¿Qué es esto?!
Antes de que pudiera darse cuenta, un enorme portal a la dimensión oscura se abrió y se tragó al oscuro.
Sora volvió al tamaño normal y se acercó al grupo.
- ¿Estáis todos bien? – pregunto con la voz que mezclaba la de las tres personas.
- ¿Lo has… habéis matado? – preguntó Kairi.
- No, lo hemos encerrado en la dimensión oscura.
- ¿Y no se volverá allí más fuerte? – preguntó Mickey.
- Pues… Seguramente sí. Al no tener cuerpo es posible que llegue a abarcar una cantidad de oscuridad mayor a toda la que hay en Kingdom Hearts… Pero no hay problema, es imposible que tal cantidad de oscuridad cruce a nuestra dimensión. Si tuviera suerte y lograra volver sería con una cantidad de oscuridad muy pequeña. De momento no hay que…
En un destello Sora, Riku y Gabriel se separaron.
- Preocuparse de él – dijeron los tres casi a la vez.
- Ahora que hemos luchado con los oscuros, ¿qué hay que hacer? – preguntó Brael.
- El plan era llamar la atención, creo que derrotar al segundo oscuro más poderoso es lo bastante llamativo como para que los oscuros se olviden de su base. Probablemente decidan bombardear esta zona con una flota entera con la esperanza de acabar con nosotros a distancia, así que deberíamos escapar y dirigirnos al planeta donde tienen su centro de mando.
- ¿Y qué hacemos con él? – dijo Kairi señalando a Jecht, que volvía a su forma original.
Todos se acercaron al oscuro mientras se levantaba. Jecht se quedó mirándolos, esperando a que hablaran.
- ¿Qué vas a hacer, oscuro? – preguntó Gabriel.
- Parece que teneis posibilidades de vencer. No se puede confiar en la Asamblea, así que os ayudaré. Pero quiero algo a cambio. Cuando todo acabe quiero que acabeis con Sinh.
- ¿Quién es Sinh? ¿No lo eras tú?
- Os lo explicaré cuando vayais a hacerlo.
- Bien, usa un portal y ve a la sede de la Asamblea. Cuando empiece la batalla les informaré de que eres un aliado para que no te ataquen.
El grupo abandonó el planeta, Brael en su nave y el resto en la de los cazadores, poco antes de que un completo batallón imperial borrara toda la zona a cincuenta kilómetros a la redonda del lugar donde combatieron. No hubos demasiadas bajas, teniendo en cuenta que borraron dos o tres ciudades.

[Sora]

Ya lo he leido, mola mazo ><.
Espero que hoy/mañana cuelgues los otros =D.
me gustaria mucho que leyeras el mio... pero bueno si no quieres pues na xD.

Bye~~

[Narel]

esta muy bien.
espero que tengas bastante inspiracion para escribir los siguientes capitulos y los cuelgues pronto.

[weee man]

Capítulo 33: Reencuentros y nuevos enemigos.

- Riku, ¿puedes pilotar tú? Me gustaría hablar con Anne.
- Por supuesto.
Fui a un compartimento privado para hablar con Anne. Ella fue la primera en hablarme.
- Te he hechado mucho de menos.
- Y yo a ti.
- 30 años he tenido que esperar para poder verte de nuevo, ahora no me querrás porque soy vieja.
- Claro que te amo, ¿crees que podría dejarte sólo por tu físico?
- Claro que no… Pero quería que lo dijeras.
La abracé lentamente, como hacía antes.
- ¿Y dónde has estado estos años?
- ¿Te acuerdas del planeta multidimensional en el que entrenabas la magia? Pues descubrí un planeta en el que el tiempo transcurría cien veces más deprisa.
- Guau, una anomalía tan grande parece imposible.
- Tardé mucho en encontrarlo, pero pude antes de… Antes de que me encontraran los cazadores.
- ¿Los cazadores te buscaban?
- Como desapareciste para ellos fueron a por mí, pero los despisté, ¿siguen por aquí?
- Están muertos. Conseguí derrotarlos con ayuda de estos chicos, aunque tuve que usar la resurrección. Los cazadores eran cáscaras que usaban las llaves originales para actuar, ¡tenían consciencia propia, Anne! Si hubiera podido derrotarlas y estudiarlas… Pero tuve que destruirlas.
- Al menos se acabaron las huidas. ¿Y esos chicos? ¿De dónde los has sacado?
- Los dos chicos y el rey ratón fueron elegidos por las llaves, a las que les dio por irse mientras estaba en la nevera. La chica es una amiga y los otros dos son súbditos del rey.
- Una última pregunta, ¿por qué Bahamut está en una llave?
- Porque los cazadores destruyeron la nave y tuvimos que usar la suya. Aprovechando a Bahamut lo convertí en una llave que en vez de comer oscuridad la teletransporta a la dimensión oscura.
- ¿Por qué no se nos ocurrió antes?
- Porque cuando empecé a crear llaves oscuras no habíamos mandado la oscuridad a otra dimensión.
- Deberías hablarme más de…
Cuando llevaba media hora hablándole de lo que habíamos vivido nos interrumpió Sora.
- Siento interrumpiros, pero deberíais ver esto.
Lo que nos mostró fue un mensaje de voz de Terra, que decía lo siguiente:
- Está todo listo, cuando lleguéis comenzaremos.
- ¿Ese es el oscuro? – preguntó Anne.
- No, es su hijo mayor, Terra. – respondí. – Riku, ya puedes darme los mandos si quieres.
Me puse a pilotar mientras Anne conocía al resto del grupo. Había algo que no cuadraba en su historia, y eso me extrañaba. Anne no solía ocultar cosas. Pensé que lo mejor sería no indagar en el asunto. Si mentía seguramente había un motivo importante.
La verdad es que lo de ya no fuera joven era bastante desmotivador. Podría haberse congelado junto a nosotros, pero cuando se lo propuse se negó en rotundo. Además su extraña inmunidad natural a la magia habría complicado mucho la criogenización, por lo que no insistí.
La batalla final se avecinaba. No conocía el alcance del poder de Caos, pero confiaba en Bahamut, en mi poder, y en el de los demás… ¡Que diablos! ¡Estaba aterrorizado! Me habría gustado mejorar mi magia, aprender nuevos hechizos, estudiar las posibilidades de Bahamut, que los más jóvenes fueran más fuertes… Pero no había tiempo.
- Chicos, esta puede ser la última batalla. Habrá que darlo todo, los oscuros son muy numerosos, y desconocemos la fuerza de Caos. Si lo veis no os enfrentéis a él en solitario, sólo lo venceremos unidos. Es más, si lo veis alejaos y enfrentaros a otro oscuro, que ese da grima.
Cuando llegamos al pequeño planeta y nos acercamos a la ubicación se empezaron a ver explosiones de la batalla. La fortaleza de la Asamblea estaba siendo atacada por un grupo de naves muy diversas. Pese al aspecto medieval de la fortaleza, los cañones de plasma que disparaban desde sus torres y el escudo energético que la protegía mantenía a raya la flota atacante. Me fije en que sólo había tres naves de gran tamaño: el superdestructor de Armudos y dos naves de formas más redondeadas. También había una nube de cazas de ambos bandos luchando en la zona y algunas naves de tamaño intermedio. Por último había un extraño ser gigantesco de aspecto marino flotando y disparando hechizos descomunales. Pronto se oyó la voz de Terra por el comunicador:
- Que bien que estéis aquí. Parte de nuestra flota se ha quedado en el espacio para prevenir un ataque sorpresa del Imperio. Necesitamos ayuda para destruir la barrera que protege la fortaleza. Ni nuestra artillería ni nuestra magia lo ha logrado.
- ¿No puede Armudos atravesarla y romper el generador? Un oscuro no debería tener problemas en… - intenté razonar.
- Mi padre ha desaparecido, nos dejó unas instrucciones y desapareció sin avisarnos.
- Pues que lo haga Jecht.
- ¿No ves que está ocupado?
- ¿Dónde?
- ¿No lo ves? Es la cosa gigante, ¿no?
Entonces me do cuenta de que esa cosa podría ser otra transformación.
- Ah, sí. La otra vez era más pequeño. Pues ya nos las apañaremos.
Anne me cogió del hombro y me dijo:
- ¿Una barrera? De eso me encargo yo, acércate.
Piloté a toda velocidad hacia la fortaleza, buscando el generador que mantenía la barrera en funcionamiento. Pronto dí con él, era relativamente pequeño, poco más de cinco metros de altura, veinte de longitud y diez de profundidad pero a través de la barrera y la nave se podía percibir la oscuridad que emanaba de él y mejoraba su potencia. Sabiendo lo que ahora sucedería dije:
- Chicos, tapaos los ojos.
Mientras me obedecían sorprendidos Anne se desnudó y saltó hacia la barrera por la escotilla. Cuando su cuerpo atravesó la barrera se oyó algo similar a cuando dos metales se rozan con fuerza, pero Anne salió sin ningún contratiempo. Supongo que los oscuros que la vieran se quedarían estupefactos al ver a una cincuentona desnuda atravesar una barrera de gran potencia y destrozar el generador a puñetazos. Cuando la barrera se desvaneció llamé a mi llave-gancho y la extendí hacia Anne, que la agarró y volvió a la nave cuando se retrajo. En poco tiempo se vistió de nuevo y permití a todos abrir los ojos.
- ¿Qué ha pasado? – preguntó Sora.
- Ya no hay barrera, ahora podemos atacar – respondí.
- ¿Cómo lo has hecho? – insistió Sora.
- Eso es un secreto – contestó Anne, guiñándole un ojo.
Accioné el comunicador para hablar con Terra:
- Les hemos dejado sin barrera, ¡borrad la fortaleza del mapa!
Alejé la nave a toda velocidad mientras la brutal potencia de fuego de las naves se concentraba en la fortaleza. Tras varios segundos las naves dejaron de disparar, mostrando la fortaleza intacta.
- ¿Cómo es posible? ¡Son sólo piedras!
Antes de que me diera tiempo a terminar de decirlo, la fortaleza empezó a moverse. Desafiando toda ley física, empezó a levitar y convertirse en algo humanoide.
- Maldita oscuridad, las fortalezas no deberían ser capaces de moverse.
De lo que parecía su boca surgió una voz profunda y cavernosa.
- Destruir… Rebeldes…
La colosal criatura avanzó hacia una de las dos naves que no había visto antes. Aunque las naves eran mucho más grandes, un golpe de esa cosa podía ser peligroso. La artillería seguía siendo inútil contra el ente, para derrotarlo tendríamos que buscar una alternativa. Lo más probable es que dentro hubiera uno o varios oscuros suministrando oscuridad y controlando el coloso como si fuera un robot.
- Hay que meterse dentro para acabar con el que lo controla. Goofy y Donald, llevad la nave al superdestructor y quedaros a la espera para sacarnos. – usé el comunicador para hablar con mi hermano- Brael, movámonos.
Usando su magia, Brael apareció en nuestra nave mientras la suya volvía sola al destructor, entonces salió volando hacia el coloso llevando tras de sí a los chicos en una esfera de energía. Yo cogí a Anne y lo seguí. Pronto encontró una entrada, seguramente con otro hechizo. Lo seguí mientras se acercaba a la base del cuello de la bestia, en la cual había algo que sería una salida secreta o similar cuando era una fortaleza. Con una explosión la escotilla que cubría la entrada salió volando y entramos todos.
Por dentro era peor que por fuera, pues los movimientos de la fortaleza cambiaban la forma del pasillo que recorríamos, por lo que había riesgo de que nos aplastara. Además, el hedor a oscuridad lo envolvía todo. Conseguimos llegar a la zona en la que se originaba la oscuridad, no sin tener que escalar, volar o incluso atravesar paredes. Era una sala circular, bastante grande, ocupada tan sólo por una extraña máscara morada de la cual emanaba toda la oscuridad. Cuando advirtió nuestra presencia se giró hacia nosotros y una voz que era a la vez burlona y maligna surgió de ella.
- ¿Habéis venido a jugar? Sois demasiado débiles, ¡morireis enseguida!
La máscara creció hasta el tamaño de una persona y de su parte trasera surgieron unos tentáculos cargados de oscuridad. La máscara se acercó a nosotros lentamente, preparada para destrozarnos. Los hechizos destructivos que lanzamos no la afectaron, y las llaves oscuras rebotaron en ella sin afectarla.
- ¿Cómo repele las llaves?
Ni siquiera Bahamut logró absorber su oscuridad, esa máscara tenía algún secreto. Sin previo aviso, sus tentáculos se alargaron mucho más de lo que deberían y nos golpearon. Sentí un dolor penetrante, y la zona en la que me golpeó se volvió negra. Inmediatamente hice que las llaves eliminaran esa oscuridad letal de todo el mundo, menos de Anne, la cual estaba tirando del tentáculo que intentó herirla. En ese momento se me ocurrió que los tentáculos podrían ser vulnerables, por lo que lancé una llave a toda velocidad a cortar el que sostenía Anne. La llave cortó el tentáculo, pero no logró quitarle oscuridad. Anne cayó de espaldas con medio tentáculo en las manos, mientras que la máscara regeneraba el miembro perdido. Me di cuenta de que lo que sostenía Anne ya no era negro, sino que tenía un color parduzco. La maldita máscara había dejado esa parte sin oscuridad tan rápido que no me di cuenta.
- ¿Cómo piensas matarla? – dijo Brael.
La verdad es que no estaba seguro, nunca había luchado contra un oscuro como este. Mientras esquivaba los tentáculos intenté atacarla con las llaves, pero no conseguía que la golpearan en la parte trasera. Al fin, Mickey lanzó un Sanctus y la máscara quedó aturdida, por lo que logré que las llaves le robaran oscuridad por su parte trasera. La máscara empezó a girar sobre sí misma y a teletransportarse de un lado a otro, intentando cortarnos con los pinchos de sus bordes. Su técnica fracasó gracias a que conocíamos su debilidad a lo sagrado y combinando ataques pudimos debilitarla.
De repente empezó a chillar y se teletransportó al centro de la sala. De ella surgieron dos brazos, dos piernas y un extraño ojo, que miraba con odio. Si antes se movía deprisa, ahora era difícil verla. La máscara combinaba teletransportes con su velocidad, atacando desde direcciones aleatorias tanto con sus brazos como con esferas de energía. Pese a su velocidad, sus ataques eran débiles, por lo que Anne logró hacerle una técnica de artes marciales y tirarla al suelo, entonces todos atacamos con las llaves.
La máscara se enfadó terriblemente y consiguió zafarse de todos con una onda de energía, mientras volvía a cambiar. Sus extremidades se hicieron más gruesas y lo que antes era un ojo encima de la máscara ahora era una cabeza completa. Sus manos ahora usaban unos tentáculos para atacar, mientras que la máscara se movía con gran agilidad, dificultando nuestros ataques. Los ataques sagrados de Mickey no surtían efecto en esta nueva encarnación de nuestro enemigo, y Anne no podía acercarse lo suficiente para inmovilizarlo. La situación empezaba a complicarse, sus látigos seguían produciendo terribles heridas negras, que mis llaves cada vez tardaban más en absorver, aparte del daño que de por sí causaban los látigos, obviando la oscuridad. Mientras seguíamos intentando encontrar una debilidad un extraño portal surgió encima de nosotros. Era muy extraño, negro y como formado por miles de pequeños cuadrados, y surcado por líneas azules resplandecientes. De su interior surgió un lobo y la criatura del crepúsculo que acompañaba al elfo, Link, cuando iba con nosotros. La criatura convirtió al lobo en Link, que se acercó a nosotros mientras Midna nos hablaba.
- Parece que tenéis problemas, nosotros os ayudaremos.
- Vaya, ¿cómo habéis llegado hasta aquí? – pregunté.
- Armudos ha reunido a muchas personas para luchar, incluidos nosotros dos. – respondió el elfo.
La máscara, que había cesado sus ataques para observar a sus nuevos enemigos, habló con una voz mucho más grave que antes.
- ¡Tú, tú no me dejaste divertirme en Términa! ¡Me las pagarás!
- ¿Os conoceis? – pregunté al elfo.
- Es la máscara de Majora, creía que era una leyenda. Y no, nunca la he visto.
- Pues parece que ella a ti sí.
- Debió enfrentarse a otro, este traje lo han llevado muchos héroes antes que yo.
Asentí mientras me preparaba a luchar de nuevo, pero entonces Midna se adelantó.
- Bonita máscara, te voy a enseñar la mía.
Tres trozos de piedra se materializaron alrededor de la pequeña criatura, que se unieron al que llevaba a modo de casco para formar un extraño casco. Entonces un gran poder emanó del casco, formando un gigante energético de muchos brazos que envolvió a Midna. El gigante luchó contra la máscara, por lo que aprovechamos para debilitarla con las llaves. Cuando se sintió amenazada, la máscara creó unas peonzas de acero y oscuridad que nos atacaron, obligándonos a separarnos. Entre Brael y yo conseguimos encerrarlas con un hechizo conjunto, mientras que el resto seguían hiriendo a Majora. Finalmente, Link dio un golpe final con la llave oscura que le di hace tiempo. La máscara empezó a arder en llamas negras, consumiéndose por completo. Sólo quedó la máscara propiamente dicha, esta vez de tamaño normal. En ese momento sentí un temible poder, tan grande que ningún ser viviente podría contenerlo. Ese inmenso poder apareció ante nosotros como un hombre sonriente que portaba un saco lleno de máscaras.
- Ah, así que aquí se escondía. Me pregunto quién me la robó esta vez. Gracias por encontrarla, pequeños.
El misterioso ser cogió a Majora y desapareció sin más.
- ¿Quién era ese? – preguntó Anne.
Nadie supo responder a la pregunta.
- Mirad, se ha dejado una máscara – señaló Sora.
La máscara era la cara de un elfo, con el pelo y los ojos blancos.
- Me parece que es un regalo, será mejor que alguien se la quede. – dijo Brael.
Link asintió y la cogió, preparándose para ponérsela. Sin embargo un temblor lo impidió. Al desaparecer Majora la fortaleza se estaba desmoronando con nosotros dentro.

[~Keydark~]

La verdad es que se nota que lo hicistes antes de que saliera el BBS jejeje, pero eso no quita que este muy guapo

[weee man]

Capítulo 34: La caida de la Asamblea.

En un instante, Brael teletransportó a todos afuera, excepto a Anne, a quien no le afectaba el hechizo, y a Gabriel. Anne se subió en la espalda de Gabriel y ambos, envueltos en un campo de energía generado por él, salieron disparados atravesando la ahora normal pared de la fortaleza. Poco después de que la abandonaran se terminó de caer, haciéndose añicos. Una nave blanca y roja, con sus alas formando una X y el morro alargado, se detuvo ante ellos. Al abrir la escotilla Luke Skywalker hizo señas para que ambos subieran. Una vez dentro, apretados pues la nave era para una persona, Luke los llevó al superdestructor.
- Es increíble que hayais destruido esa cosa, ¿quiénes sois?
- Mi nombre es Gabriel, ella es Anne, ¿y tú?
- Soy Luke Skywalker.
- Ah… El Jedi, conozco vuestras enseñanzas. Ahora abre la escotilla, no siento las piernas.
Luke obedeció y los tres salieron de la nave.
- ¿Dónde están todos? – preguntó Anne.
- En la sala de actos, por aquí.
Luke los guió corriendo al lugar, donde estaban reunidas cerca de quinientas personas. La gran sala rebosaba de energía de los poderosos guerreros que la llenaban, sentados, en pie o flotando, algunos ya conocidos. Héroes de todos los rincones de la galaxia se hallaban allí, esperando órdenes. Desde el estrado del conferenciante, donde se hallaban Ednia, la líder de la Nueva Organización; Ansem el sincorazón; Aqua; Ven y Terra; quien indicó a los recién llegados que subieran. Cuando llegaron el joven se dirigió a la multitud con un hechizo de amplificación sonora.
- Silencio, por favor, el tiempo apremia y debemos actuar. Hemos logrado destruir la fortaleza de la Asamblea, pero los oscuros siguen con vida. Por el momento están inmovilizados por nuestra artillería y nuestra magia, así que debemos atacar ahora que están entre la espada y la pared. Gabriel, el creador de llaves, liderará el ataque.
Terra dio un paso atrás para que Gabriel hablara.
- Como ha dicho Terra, yo lideraré el ataque. No conozco a la mayoría de los aquí presentes, desconozco vuestro poder y capacidad. Si alguno no tiene el poder de herir a los oscuros podré darle una llave si su corazón tiene suficiente poder, pero quizás no tenga suficientes armas.
En ese momento Terra se acercó y susurró a Gabriel:
- Mi padre dejó una gran cantidad de llaves oscuras para que las suministráramos a estos héroes. Aunque sean inferiores a las tuyas servirán.
- Bueno, po lo que veo todos estáis preparados para lo que se avecina. Entonces sólo tengo que daros una advertencia antes de que partamos: Vamos a enfrentarnos a un número de oscuros muy elevado. La cantidad de oscuridad que hay contenida en ellos es tremendamente grande, por lo que no podemos bajar la guardia ni un momento.
Terra volvió a dirigirse al público:
- La táctica que seguiremos es la siguiente: atacaremos formando un grupo junto a los incorpóreos y los sincorazón. Los primeros se encargarán de apoyar y los segundos de consumir la oscuridad de vuestras armas cuandon estén repletas. Vosotros sois el grupo que se encargará de dejar sin oscuridad a nuestros enemigos. Nuestros hechiceros han conseguido crear una barrera mágica que impedirá teletransportarse a los oscuros fuera de ésta, pero también a nosotros, por lo que la retirada no es una opción.
Sin decir más Terra se puso el casco de su armadura y salió de la sala. Todo el mundo lo imitó, abandonando la sala en pocos instantes. Mientras Gabriel salía cogió a Ansem de un hombro.
- Escucha, sincorazón, ¿cómo pensais permanecer allí sin que los oscuros os devoren?
Ansem miró a Gabriel con cara de asco y respondió.
- En la dimensión oscura hemos hecho algo más que dar vueltas, no somos tan idiotas como para enfrentarnos al enemigo sin posibilidad de victoria.
- ¿Y cómo lográsteis abandonar esa dimensión?
- Esa pregunta se la debes hacer a nuestro líder, ahora deja de tocarme.
Gabriel quitó la mano del hombro del sincorazón, no sin antes aplicar una pequeña pero dolorosa descarga eléctrica.
Siguiendo a Terra por los corredores pronto llegaron a otra habitación donde se encontraban otras personas.
- Gabriel, estas son las personas de tu lista, Armudos los encontró a todos.
Las personas que se hallaban ante el grupo eran, cuanto menos, tétricas. Un hombre vestido en rojo, con sombrero y gafas amarillas, con una pistola enorme en cada mano; el hombre con poderes demoníacos que Gabriel encontró al servicio de los oscuros en el planeta de Algol; el motorista contra el que luchó en Disloquia mientras los chicos entrenaban con los monjes; Dante, el semidemonio; Kratos, vestido con una armadura; y por último un extraño ser, similar a un zombi pero azul y con su cara tapada por una tela marrón, con tres dedos en cada mano y portando una espada cuyo filo era serpenteante.
- Conozco a la mayoría, ¿quién eres tú? – dijo Gabriel, preguntando al hombre del sombrero.
- Alucard.
El extraño hombre sonrió mostrando unos largos colmillos de vampiro.
- ¿Un vampiro? ¿Voy a pelear junto a un vampiro? – preguntó Gabriel con voz molesta.
- Dos vampiros. – respondió el ser azulado. – Yo soy Raziel.
- Supongo que no queda otra opción, pero no esperéis que os ayude en el combate. Ahora los que no teneis una llave oscura coged una.
Gabriel hizo que las llaves oscuras aparecieran ante todos. Dante las fue blandiendo hasta que encontró una que le convenció, mientras que Raziel eligió una con la mirada. El motorista preguntó a Gabriel:
- ¿No tienes alguna que dispare, o que sea como una cadena?
- Bueno… Tengo esto.
Gabriel le dio un revolver de gran tamaño.
- Usa balas que absorben la oscuridad, y no hay que recargarla.
Alucard, a diferencia del resto, no cogió una llave.
- Vampiro, coge una llave.
- Un auténtico vampiro no necesita esas tonterías.
- No me vengas con esas.
- Sólo necesito esto.
El vampiro mostró dos enormes pistolas, que una persona debería sujetar con dos manos.
- Bueno, pues dámelas para que disparen balas de las mías.
Alucard accedió y le dio las pistolas, en las que Gabriel usó un hechizo.
- De acuerdo, ya estamos todos preparados para luchar. ¿No?
- Una cosa, - dijo Sora - ¿de dónde salen esas balas?
- Se teletransportan desde un lugar secreto en el que creé una gran cantidad. Algún día tendré que hacer más. ¿Algo más? Pues a por ellos.
Terra indicó a todos que lo siguieran por los pasillos hasta una sala en la que un grupo de soldados vestidos con togas azules mantenían un portal mágico abierto.
- Al cruzar este portal llegaremos a pocos metros de la barrera. Ya no hay nada más que decir, esto es el final.
Cuando cruzaron se encontraron con la barrera mágica, que impedía ver el interior, y la atravesaron. Nada más entrar Brael usó un hechizo de agua para bloquear una llamarada dirigida hacia ellos. El interior de la barrera era un terrible campo de batalla. Los gritos de batalla, las explosiones, hechizos de gran poder, muerte, todo concentrado en un lugar.
En un momento el grupo se separó, cada uno luchando contra uno o más oponentes, solo o acompañado. Los oscuros que combatían eran la mayoría de baja categoría, algunos eran derrotados por héroes cuyo único poder era su destreza en la lucha o la magia. Los más poderosos se enfrentaban entre sí para evitar grandes bajas entre lo más débiles a manos de los principales guerreros.
Sora se mantenía cerca de Kairi en todo momento, luchando para evitar que la hirieran mientras ella usaba su pistola y la Fuerza para atacar. Gabriel, Brael y Anne luchaban sincronizados, realizando demoledores ataques combinados y apoyándose en todo momento, arrasando con cualquier enemigo que se interpusiera en su camino. Mickey y Riku se unieron a Terra mientras se abría paso hacia sus hermanos. Mientras Gabriel luchaba contra un oscuro que había sido atacado por sincorazones advertió que estos llevaban unas extrañas armaduras blancas, así que preguntó a uno de los que podían hablar:
- ¿Qué es esa armadura?
- Es lo que encontramos en la dimensión oscura. Un material que contiene la oscuridad e impide su paso, es opaco para la oscuridad.
- Tendré que investigarlo cuando todo esto acabe, ¡ahora sigue luchando!
Los incorpóreos eran, sin duda, los que más problemas tenían. Sus armas podían penetrar la oscuridad y herir los cuerpos físicos de los oscuros, pero aún así era como golpear el mar, pues la oscuridad curaba todas las heridas instantáneamente. Pese a ello, el no tener corazón los hacía inmunes a los ataques de oscuridad, por lo cual su mayor utilidad era la de apoyar y proteger a los que portaban llaves oscuras.
El jefe de los sincorazones destacaba por su tamaño. Su espada era ahora del material opaco, por lo que podía atravesar la oscuridad como los incorpóreos. Pese a que sus ataques no mataban a los oscuros, el daño que producía a sus cuerpos los dejaba indefensos a los ataques de las llaves. Pronto otro ser de tamaño similar, una especie de dragón, se enfrentó a él.
Ednia, la líder de la Nueva Organización, se enfrentaba a un oponente de su talla. Contra ella peleaba un hombre con gafas y el pelo castaño, con una armadura naranja y una palanca de hierro como arma. Pese a parecer inofensivo, su uso de la palanca era capaz de igualar la habilidad mágica y física de la incorpórea.
Los demás pronto encontraron oponentes con los que se enzarzaron en largas batallas. Sin embargo, Caos no estaba entre los oscuros. Al no tener ningún líder luchaban desorganizados, mientras que los héroes luchaban coordinados, protegiéndose los unos a los otros.
Gabriel estaba luchando contra un hombre de raza hispana (un sudamericano) que peleaba con machetes. Cuando lo derrotó el tipo corrió hacia los héroes, buscando protección. Muchos de los que perdían la oscuridad hacían lo mismo, mientras que otros morían por las heridas o por los oscuros, sólo una minoría seguía luchando a favor de los oscuros. Terra se unió a sus hermanos, que luchaban contra un ser musculoso de cuatro brazos, al que consiguieron vencer debido a su lentitud. Entre tanto Jecht, transformado en la colosal criatura voladora, entró en la barrera, ocupando todo el espacio aéreo. De su cuerpo surgieron miles de pequeños seres, que se unieron al ataque contra los oscuros, mientras él usaba un poderoso hechizo que le permitía tomar gradualmente la oscuridad de los oscuros. Gabriel y Brael se colocaron cerca del gigantesco ser para protegerlo de los enemigos, mientras que Anne seguía luchando en solitario, sorprendiendo a los oscuros con sus fulminantes ataques y su inmunidad.
Al cabo de una hora el combate estaba casi ganado por los héroes. Sus pérdidas eran mínimas, mientras que los oscuros estaban terriblemente diezmados. Entonces utilizaron un recurso desesperado: canalizar su oscuridad en un único ataque para detruir la barrera y escapar. En una formación crearon otra barrera para evitar ser interrumpidos mientras preparaban el devastador ataque. Anne intentó entrar, pero un oscuro la agarró y se la llevó volando hasta que se quedó sin oscuridad, sacrificándose para evitar que ella atacara.
- ¡No podemos permitirlo! – gritó Terra, mientras se acercaba a la barrera.
Los ataques combinados de todos los héroes no logró romper la barrera a tiempo, pues se abrió por si misma mientras el poderosísimo rayo se dirigía al cielo, desde las manos de un oscuro con aspecto de brujo, que canalizaba todo ese poder por su cuerpo. Entonces Terra supo que, de no impedirlo, los oscuros huirían y jamás los encontrarían a todos, por lo que podrían volver a resurgir, sobretodo porque Caos seguía en alguna parte. Por lo tanto reunió todo su valor y saltó hacia el oscuro, empalándolo con su llave y desestabilizando el hechizo. Una terrible explosión devastó toda la zona alrededor, matando a los desdichados héroes que no pudieron cubrirse. Grandes cantidades de oscuridad quedaron en la zona, por lo que Gabriel hizo un portal con Bahamut para eliminarla. Cuando la oscuridad se despejó lo único que quedaba era un cráter.
La barrera mágica se desvaneció, mientras todos enfundaban sus armas, volvían a sus formas humanas o se encargaban de curar a los heridos y retirar a los muertos. Viendo que el líder, Terra, había muerto con toda seguridad, Gabriel decidió tomar el mando provisionalmente.
- ¡La batalla ha terminado! ¡Llevad a los heridos al destructor, nos encargaremos de nuestros muertos inmediatamente después!
Las siguientes horas fueron relativamente alegres. El heróico sacrificio de Terra inspiró a la mayoría de los soldados y guerreros, que trabajaron sin descanso en reparar las naves, ayudar a los heridos y llevar a los muertos a la cámara criogénica, donde permanecerían hasta que pudieran llevarlos a sus planetas natales para ser enterrados debidamente. Cuando el campo de batalla no tenía ningún cadáver se convocó una reunión de emergencia en la sala donde se reunieron anteriormente. Allí Gabriel, junto al jefe de los sincorazones, que había disminuido su tamaño provisionalmente, Ednia, Aqua y el capitán de la nave comenzaron por felicitar a todos por la victoria, para que, posteriormente, Aqua recitara durante varios minutos los nombres de los caídos, Terra en último lugar, pasando a un minuto de silencio. Tras esto finalizó la reunión oficial. Algunos se quedaron por curiosidad o por los heridos, mientras que otros volvieron a sus mundos usando sus hechizos o los de los magos del imperio. Otros cuantos recibieron el dinero que se les había prometido. Por otra parte, algunos de los oscuros que habían sido despojados de la oscuridad permanecieron en los calabozos, a la espera de que se investigara si realmente habían sido corrompidos por la fuerza o si seguían a la Asamblea voluntariamente.
Mientras tanto, Ednia y el jefe de los sincorazones hablaban en un lugar privado:
- Ahora que hemos acabado con los oscuros nuestra tregua inicial ha terminado – dijo el sincorazón.
- Así es, debemos tomar una decisión diplomática.
- No confío en vosotros, los incorpóreos, pero confío aún menos en los hombres. Ahora que han acabado con los oscuros podrían volverse contra nosotros.
- ¿Significa eso que quieres una alianza?
- No, no una alianza. Pero sí un pacto de no agresión.
- Un pacto de no agresión no me parece adecuado, para asegurar nuestra existencia necesitamos un pacto de mutuo apoyo.
- Entonces los hombres nos temerán y atacarán, si nos ven unidos seremos una amenaza demasiado grande a sus ojos. Un pacto de no agresión es lo máximo que pienso ofreceros a los incorpóreos, los sincorazón no tenemos interés en vosotros, no teneis corazón.
- De acuerdo entonces, seremos neutrales por el momento.
Ambos jefes discutieron las condiciones del pacto durante mucho tiempo. Por entonces Gabriel estaba discutiendo con Aqua.
- Debemos encontrar a mi padre, su presencia es vital.
- Seguramente está con Caos. Lo más probable es que descubriera su traición y lo haya atrapado o asesinado. Por lo tanto es a Caos al que hay que derrotar.
- ¿Cómo lo encontraremos? – preguntó Aqua –. Es imposible.
- Lo encontraremos gracias a tu padre. Cuando nos encontramos por primera vez usé un hechizo sobre él que me permite encontrarlo, a menos que lo descubriera y suprimiera podremos encontarle.
- ¿Entonces a qué esperamos? ¡Vamos a por él! ¡Cuando muera el Imperio caerá con él!
- ¿El Imperio?
- Sí, tras acabar con el Emperador lo sucedió en el poder, por eso es vital derrotarle.
- De acuerdo, voy a avisar a los que me acompañarán y en seguida partimos.
Mientras andaba por los pasillos, la mente de Gabriel funcionaba a toda velocidad: ¿la existencia del Imperio era perjudicial para la Galaxia? ¿Debía desaparecer? ¿Qué pasaría cuando el Imperio desapareciera? Debía andarse con cuidado, sus acciones podrían ser perjudiciales para la Galaxia. Entonces ante él apareció un ser verde, de pequeño tamaño y aspecto anciano, semi transparente y azul.
- ¿Quién y qué eres?
- Tu mente con la duda bulle. Una difícil decisión tomar debes. Tiempos oscuros a la Galaxia esperan, evitarlo tú no puedes. Lo que ahora te digo olvidar no debes: obtener bien de la oscuridad tarea imposible es. En ningún oscuro confiar debes.
Entonces el ser desapareció, dejando a Gabriel confuso. Cuando estaba seguro de que estaba solo siguió caminando.

[weee man]

Capítulo 35: Oscuros, llaves y Heavy Metal.

Poco después del encuentro sobrenatural de Gabriel, y de otros muchos que acontecieron en la nave a muchas personas por sus respectivos destinos, pasados o poderes; todos los integrantes del grupo estaban en una habitación privada.
-La gran batalla ha terminado -comenzó Gabriel-, pero aún tenemos que derrotar a Caos. Entonces habremos vencido.
-¿Dónde está? -preguntó Riku.
Eso lo averiguaremos en seguida, porque gracias a un hechizo mío puedo encontrar a Armudos, y si Caos no está con él al menos sabremos por qué no está aquí.
-¿Entonces a qué esperamos? - preguntó Sora- ¡Vamos a por él!
Quiero que sepáis que probablemente esta sea la pelea más difícil hasta ahora, no sabemos lo poderoso que es Caos, si alguno no quiere luchar no le obligaré.
Todos dijeron que lucharían hasta el final, por lo que sin decir nada más se dirigieron al hangar.
-¿Por qué vamos sólo nosotros? - dijo Kairi- ¿No sería mejor ser muchos?
-No podemos arriesgarnos, si Caos nos tiende una trampa cuantos más caigamos en ella más fácil lo tendrá para acabar con el resto. vamos a la boca del lobo, pero no hay otra opción. - Respondió Gabriel.
Cuando subieron a la nave de los cazadores, Goofy y Donald aparecieron para ir también al combate, pero Gabriel no les dejó:
-Lo siento, pero no puedo permitirlo. No podéis usar llaves oscuras y si morís no me lo perdonaré.
Los dos se marcharon tristemente, pero sabiendo que con una buena razón. Mientras Anne pilotaba Gabriel se concentró, con ayuda de Brael y Mickey, en detectar a Armudos en las profundidades de la Galaxia. Tras unos minutos de esfuerzo mental dio con su localización y se puso al mando. La nave logró teletransportarse a la órbita de un pequeño planeta que estaba siendo consumido.
-¿Los sincorazón atacan ese planeta? - preguntó Sora.
-No, lo estará haciendo Caos, vamos a por él.
La nave pudo llegar hasta la superficie sin problemas con la alteración de la realidad, por lo que todos se bajaron tranquilamente. El planeta ahora era sólo una explanada inmensa de color blanco, sin nada aparte de ellos. Gabriel indicó por dónde estaba Armudos y en cuanto avanzaron unos metros oyeron un extraño ruido. Mientras se apresuraban el ruido aumentaba hasta que llegaron a una gran depresión, como si el propio mundo se hubiera tragado esa porción de espacio cuyo fondo no se veía. El ruido provenía de la zona vacía, por lo que todos saltaron. Conforme caían la temperatura descendía y las paredes del agujero se hacían más lisas aún, mientras que los ruidos se hacían más fuertes. Cuando llegaron al suelo descubrieron que estaban en una gran cueva blanca y esférica. Cerca de ellos vieron a Armudos, rodeado de energía negra que lo rodeaba formando corrientes que se movían a gran velocidad. Frente a él estaba un hombre adulto, con barba y una mirada de locura, cubierto por llaves. De ambos surgían chorros de energía oscura que iban hacia el otro, que se detuvieron al detectar los oscuros la presencia extraña, dejando la caverna en silencio absoluto.
-¡Por fin! ¡Pensé que no nos encontraríais! - dijeron los dos al mismo tiempo, lo que hizo que se miraran con odio y volvieran a robarse energía.
-¿Necesitas ayuda? - preguntó Gabriel.
Armudos lo miró fijamente durante unos segundos y respondió:
-¡Pues claro! ¡Estoy al límite!
-¿Ese es tu límite? ¡Menos mal! Pensaba que eras capaz de más – respondió Caos, con una voz gutural.
Cuando dijo eso la energía que robaba a su oponente se multiplicó, por lo que Gabriel saltó intentando cortar el flujo con Bahamut, obligando a Caos a teletransportarse y detener el ataque. Todos se lanzaron a por el oscuro, que solamente esquivaba los ataques. Sin embargo, cuando vio el puño desnudo de Anne intentar golpearle lo agarró sorprendido.
-¿Intentas derrotarme sin armas? ¿Qué broma es esta?
Pero cuando intentó usar su magia para quemar el brazo de la mujer se quedó estupefacto.
-¿Qué es esto?
En ese momento Gabriel lo golpeó con Bahamut, sacándolo de su estado de asombro y enfadándolo. Anne lo lanzó por los aires con su mano libre y se frotó el puño con asco.
Caos se levantó y creó dos espadas de oscuridad con las que atacó al grupo. Sus golpes eran terriblemente fuertes y rápidos, por lo que cuando se concentraba en un miembro del grupo los demás tenían que obligar a Caos a defenderse, pues en pocos golpes dejaba a sus oponentes indefensos ante un ataque letal. La combinación de hechizos y ataques del grupo era superior a Caos, que recibía golpes continuamente pese a su poder. Cuando Armudos consiguió poner su mano en Caos y quitarle oscuridad el oscuro los repelió a todos con una explosión de energía.
-Sois patéticos. Ni luchando todos contra mí lograréis nada.
Entonces alzó su mano y todas las llaves oscuras desaparecieron de las manos de sus portadores y aparecieron delante de él.
-¡¿Qué significa esto?! - gritó Gabriel, tanto a Caos como a las llaves.
Gabriel, te has vuelto confiado, la oscuridad sólo obedece a la oscuridad. Yo soy el único portador de las llaves oscuras.
Las llaves dieron gran parte de su oscuridad a Caos y comenzaron a atacar al grupo. Brael se ocupaba de curar frenéticamente a todos mientras Anne y Riku desviaban las llaves que se dirigían a él. Gabriel seguía inmóvil, observando a Caos. Cuando una llave oscura intentó golpearle, las llaves normales aparecieron y la aprisionaron en el aire. Entonces Gabriel volvió en sí y, murmurando unas palabras, tocó la llave oscura, que cayó al suelo y no volvió a moverse, mientras que un corazón salía de ella. Mientras Sora, Kairi y Mickey atacaban a Caos, Armudos vio a Gabriel e hizo lo mismo con sus propias llaves, que también se habían revelado, lo que lograron antes sin que Caos lo impidiera.
-Ahora, Gabriel -comenzó el oscuro cuando la última llave dejó de moverse-. Mi victoria es plena. Tus llaves sólo me han hecho más fuerte y ya no puedes dañarme.
-Aún podemos vencerte -respondió Gabriel-.
Caos paró el golpe que le asestó Gabriel con Bahamut, pero mientras la llave le robaba la energía que formaba sus espadas Armudos también le quitó oscuridad desde la distancia. La lucha prosiguió con Gabriel atacando sin parar con Bahamut, Armudos con sus poderes y el resto protegiéndolos de Caos. Armudos dejó de robar energía tras absorber una gran cantidad e intentó acercarse a Gabriel, pero Caos lo agarró con ambas manos.
-¿Qué te pasa? ¿Demasiada oscuridad para ti? ¡Pero si apenas tienes!
Entonces transfirió una gran cantidad de oscuridad a Armudos, que cayó al suelo cubriéndose la cara y gritando. Caos impidió que Gabriel le quitara oscuridad a Armudos hasta que dejó de gritar, se levantó y se fue por un portal a toda velocidad.
-¿Qué le has hecho?
-El pobre Armudos ha tenido una sobredosis de oscuridad. Y la oscuridad llama a la oscuridad, probablemente esté consumiendo el corazón de este planeta mientras hablamos.
-Cuando acabe contigo lo atraparemos, pero ahora tu has perdido mucha oscuridad y tu derrota está más cerca.
Gabriel siguió atacando sin cesar a Caos, combinando hechizos y ataques conjuntos con sus compañeros, logrando poco a poco herir al oscuro. Sin embargo, los ataques de Caos usaban la oscuridad no sólo para dañar, también corrompían de forma inexorable. Aunque Brael intentó quitar la oscuridad del cuerpo de su hermano le era imposible, y al final la oscuridad empezó a dominarlo, rodeándolo y volviendo sus ojos de color amarillo. Aunque seguía atacando a Caos ahora no realizaba ataques conjuntos ni hechizos, e incluso intentó golpear en un par de ocasiones a sus compañeros. Finalmente soltó a Bahamut y se lanzó sobre Sora, que estaba más cerca, intentando acabar con él con sus manos desnudas.
-¡Ayudadme! - gritó el joven mientras Gabriel intentaba despedazarlo.
Bahamut dejó de atacar solo a Caos, golpeó a Gabriel en la cabeza y lo mantuvo pegado al suelo mientras lentamente le quitaba la oscuridad. El resto atacó a Caos, sin lograr herirlo pero deteniéndolo.
-Ahora es cuando morís, contemplad el poder de la oscuridad.
En ese momento lanzó rayos por sus dedos que paralizaron a todos, menos a Anne a la cual lanzó por los aires con sus manos. Entonces juntó las palmas de sus manos y al abrirlas creó una especie de portal, que parecía haberse creado rasgando el propio espacio. A través de ese portal una nube de oscuridad envolvió a Caos. Cuando el portal y la nube desaparecieron el oscuro parecía más fuerte que nunca.
-¡Imposible! ¡Un oscuro no puede hacer un portal interdimensional! - dijo Brael, empapado en sudor.
-¡Simples seres de luz! ¡Vuestra simple existencia es un insulto a la oscuridad! Ahora os convertiréis en nada.
Caos materializó múltiples espadas de oscuridad y atacó con ellas al estilo de Gabriel, con una en cada mano y el resto atacando independientemente. Sus ataques lograron transformar a Sora y a Riku en “anti-formas”, obligando a Anne y a Mickey a luchar con ambos para retenerlos. Brael y Kairi no lograron mantener a raya a Caos con sus ataques a distancia, que apenas le afectaban. Usando sus poderes envolvió a Brael en una esfera negra que empezó a comprimirse más y más. Simultáneamente agarró a Kairi por el cuello y la miró con un intenso odio.
-Tú eres un insulto a la oscuridad. Un ser con un corazón de luz. Pienso acabar con tu corrupción con mi poder.
-¡No, apártate de mi!
Caos, aunque lo parezca, no violó a Kairi ni nada de eso que le gusta a los japoneses, sino que convirtió su mano en una sombra y la introdujo en el pecho de Kairi, en la zona del corazón. La chica empezó a gritar de dolor mientras la zona por donde Caos la había atravesado como un fantasma iba perdiendo el color, volviéndose gris.
-Cuando seas un ser de oscuridad no morirás, sino que te convertirás en mi concubina, el Emperador necesita estabilidad matrimonial... <esta vez si pensaba en cosas guarras el señor oscuro>
Súbitamente una brutal explosión despidió a todos por los aires. Anne, Mickey y Caos, los únicos que conservaban sus facultades intactas, miraron al lugar de procedencia, que parecía un volcán en erupción. Levitando a pocos metros de la cima estaba Armudos, riendo como un maníaco mientras un chorro continuo de oscuridad procedente del cráter volcánico ascendía hacia él. Entonces Anne sacó un extraño artilugio que mezclaba la magia con la “última” tecnología y lo accionó pulsando un botón. Mientras el artilugio brillaba ligeramente se lo volvió a meter en el bolsillo a tiempo para volver a luchar contra Sora y Riku, que aún seguían en anti-forma. Mickey la dejó luchando con ambos mientras corría hacia Armudos para evitar que consumiera el planeta, destruyéndolo y a ellos con él.
La bola que aprisionaba a Brael era del tamaño de una canica para cuando Anne pulsó el botón, pero de ella surgió un minúsculo punto de luz, atravesándola. En cuanto el punto luminoso la abandonó la esfera se contrajo hasta desaparecer, al tiempo que la minúscula partícula iba creciendo hasta transformarse en Brael, para lo cual no tuvo que crecer mucho. Tras dar una ojeada al campo de batalla desapareció y se materializó entre Caos y Kairi, separándolos con un campo de fuerza que creó un cráter en el suelo. Pese a que el contacto físico terminó Kairi seguía gritando y retorciéndose incapaz de otra cosa, por lo cual Brael se acercó a ella, creó una barrera alrededor y le abrió la chaqueta y le subió la camisa, mostrando toda su delantera. <Sí, hoy estoy pervertidete>
Sin mirar lujuriosamente ni nada por el estilo el anciano en cuerpo de senecto convirtió sus manos en energía y las metió en el pecho de la chica, arrancando de dentro la mano oscura de Caos, que intentó sacarle los ojos con dedos como garras. Brael la lanzó fuera de la barrera y la mano volvió andando sobre los dedos hasta su dueño, reincorporándose a su posición. Para terminar Brael lanzó un hechizo sobre Kairi que detuvo la propagación de la oscuridad y el dolor. Le volvió a subir la camiseta, pero antes tocó un seno con un dedo de forma fugaz y sonrió al ver cómo rebotaba.
-Eres... Un... Viejo... Verde... Pero... Gracias... -logró decir Kairi.
Antes de que Brael contestara la barrera se hizo añicos y Caos agarró a ambos, mientras una miríada de espadas negras los rodeaba, dispuestas a ensartarlos sin piedad.
-Se acabó el juego, os mataré a todos, consumiré este mundo y volveré a mi despacho para terminar todos los informes.
Como siempre en este universo, antes de que el malo pudiera acabar con todos, una presencia desconocida apareció en el centro de la cueva. Un hombre se alzaba, vestido con las ropas rojas y negras que usaba Ansem el Sabio como DiZ, pero sin las telas rojas cubriendo su cara. Dicha cara era de rasgos afilados, con apenas un par de arrugas y con un gran bigote que antes de llegar a las mejillas descendía hasta el mentón. El tipo llevaba gafas de sol y un pañuelo atado a lo pirata, dejando su melena castaña caer hacia atrás, y sonreía con media boca. Mientras miraba lentamente a todos los allí presentes levantó una mano y chasqueó los dedos, provocando que una canción de Heavy Metal empezara a sonar por todas partes.
La canción que suena
Posteriormente dio un paso hacia Caos y antes de tocar el suelo con su pie estaba frente a él con las dos manos abiertas y apuntando hacia él. Antes de que una espada de oscuridad pudiera atacar cerró ambas manos, provocando que todas las espadas desaparecieran y Caos se arrodillara, aturdido. El misterioso hombre repitió el proceso con Kairi, y la zona que tenía corrompida volvió a la normalidad instantáneamente. Rápidamente repitió el proceso con Sora, Riku y Gabriel, quienes también volvieron a la normalidad. Gabriel le preguntó:
-¿Quién eres? ¿Por qué vistes así?
-Visto así porque soy DiZ, o al menos un DiZ, no sé si habrá más... Y soy el que va a salvaros a todos.
Anne se acercó a él y le dijo:
-Ya era hora Ian, he tenido que usar la baliza y todo. ¿Te quedaste atrás para comprar esas gafas de sol o qué?
-Es Lemmy, ahora déjame hacer mi trabajo mamá, no hay tiempo para hablar de mi atuendo.
Gabriel se quedó paralizado mirando a ambos. Anne se dio cuenta y dijo:
-Por cierto, este es tu padre Lemmy, es Gabriel.
Lemmy se quitó las gafas y miró a Gabriel, mostrando un ojo azul y otro verde. Un tick nervioso hizo que moviera el párpado inferior del ojo verde, pero a los pocos segundos le tendió la mano y dijo:
-Eh... ¿Encantado de conocerte?
-Hm... Supongo... - respondió Gabriel aún en estado de shock.
Tras darse la mano mirándose uno a otro con cara de confusión tuvieron que saltar para esquivar un ataque explosivo de Caos.
-¡Maldito humano! ¡¿Qué has hecho?!
-He usado el poder del Metal, digo la técnica secreta de los DiZ para que no puedas consumir oscuridad. Chúpate esa.
Caos le lanzó un rayo oscuro, pero Lemmy hizo que desapareciera antes de que llegara a tocarle. Todos los ataques basados en oscuridad de Caos sufrieron el mismo destino, dando tiempo a todos a acercarse y atacarle mientras seguía intentando herir a Lemmy sin éxito. Cuando lo intentó con un hechizo eléctrico de gran potencia, Anne se puso en medio y lo paró sin que le pasara nada.
-¡Podría haberlo hecho yo!
-Claro que sí – respondió Anne mientras volvía a por Caos para darle más golpes.
Caos seguía luchando con la misma furia, pero ahora Lemmy había impedido que obtuviera oscuridad de la dimensión oscura y que proyectara la oscuridad fuera de su cuerpo, cada vez que Bahamut le quitaba algo lo perdía para siempre. Conforme veía que sus posibilidades de victoria desaparecían se fue poniendo más nervioso, hasta que decidió recurrir a medidas desesperadas. Abrió un portal gigantesco, que ocupaba la caverna a lo alto. Del portal empezó a surgir oscuridad sin cesar, tanta que Lemmy sólo podía reducir el caudal del flujo continuo de oscuridad, como si un mar entero quisiera ocupar la zona. Toda esa oscuridad se convirtió en un arma letal a manos de Caos, pues aunque no pudiera absorverla la manipulaba a su antojo, creando miles de ataques simultáneos. Aunque la habilidad y los poderes del grupo evitaba la mayoría de los ataques, algunos lograban impactar hiriendo gravemente.
-Sora, ¡tenemos que fusionarnos los cuatro! -dijo Gabriel.
-Pero, ¡el máximo es tres! - respondió el joven.
-¡He dicho los cuatro!
Cuando lo dijo lanzó un rayo de energía a Sora, cuya ropa empezó a brillar. Entonces Sora activó la fusión y a todos, salvo a Anne, Kairi y Brael, los envolvió una luz cegadora. La luz fue aumentando hasta que ni siquiera se veía el portal de oscuridad, y entonces se concentró en una figura hecha de esta. Mientras todas las llaves de Gabriel giraban alrededor del ente luminoso, la luz fue formando un cuerpo de carne y hueso.
El resultado fue extraño. Al añadirse Lemmy a la fusión la nueva forma de Sora usaba una ropa intermedia entre la de DiZ y la suya propia. La ropa blanca y negra de la forma suprema ahora tenía el manto de Diz por encima y las líneas azules en el pecho. Por otra parte, Sora parecía tener sobre veinticinco años en esta forma, por lo que sus facciones no eran las de un adolescente. Su pelo ahora era más largo, aunque del mismo color. Durante unos instantes parecía confuso, pero en seguida tomó las riendas de su nueva forma y dijo con voz grave:
-¡Eh! ¿Y la música?
Entonces chasqueó los dedos.

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Bieeeeeen, he terminado un capítulo! Ha vuelto la música como un guiño a cuando había, supongo que para lo que queda de fic podría ponerle banda sonora a los últimos capítulos, aunque sea la que pone Lemmy (ligeramente basado en el cantante de Motörhead).

EDIT: Dejad comments que si no me deprimo al hacer doble post.
EDIT2: Putos formatos he tenido que volver a poner todos los guiones en los dialogos.

[TERRBOX]

El titulo me ha recordado a Matrix LoL

[Sora]

Weee ami me pasó lo mismo con mis primeros caps(tengo que cambiar el tres..-) es una putada eso de los dialogos xDD.

Bueno ya solo me falta el último cap >< (he tenido que re-leerme bastante porque no me acordaba D:)

En fin sigue asi =D.

Bye~~

[weee man]

Capítulo 36: El final es el principio es el final.

La forma DiZ (ahora se llama así ) de Sora chasqueó los dedos, por lo que una nueva canción empezó a sonar por todas partes.
http://www.youtube.com/watch?v=vx2u5uUu3DE&ob=av3e
-Ah, así que esa es la famosa fusión. - dijo Caos sonriendo.- Con eso venciste a los cazadores y a Urizen... Me pregunto cuánto tardaré en matarte.
Ambos combatientes desaparecieron y antes de que se pudieran ver sus cuerpos una explosión destrozó la zona en la que aparecieron chocando sus espadas. El poder de DiZ mejorado por la fusión estaba conteniendo gran parte del mar de oscuridad, por lo que la espada de Caos tardó en desaparecer. El oscuro estaba luchando contra un oponente de igual fuerza, ya que no lograba desguarnecerlo con un par de golpes fuertes y precisos. Ambos intercambiaban golpes con sus armas mientras que se lanzaban hechizos de todo tipo sin pronunciarlos siquiera. Para Brael, Anne y Kairi la pelea era como ver fuegos artificiales concentrados en un sitio muy pequeño, pues los hechizos de alto poder destructivo de ambos combatientes se anulaban creando explosiones. Kairi agitó la cabeza y dijo:
-¡Alguien debería ayudar a Mickey! Está luchando solo contra Armudos.
-Sí... Ve tú, yo quiero ver esto. - contestó Brael.
-Pero...
-Kairi, vamos nosotras dos a ayudarle, ¡Brael! ¡No te quedes embobado y prepárate a ayudar a Gabriel si lo necesita! - respondió Anne organizando la situación.
Brael hizo caso y empezó a preparar un hechizo muy potente, dibujando a toda prisa con varias tizas mágicas una estrella mágica en el suelo. Mientras la tiza dibujaba sola Brael iba creando varias barreras mágicas a su alrededor, como las capas de una cebolla.
Kairi y Anne llegaron a la parte de la inmensa cavidad donde Mickey peleaba con Armudos. Mickey, al no poder usar llaves oscuras, no lograba dañar a su oponente, por lo cual la batalla se decantaba hacia el oscuro. Mientras Anne lanzaba a Armudos por los aires a base de puñetazos y patadas en la cara, Kairi curó a Mickey de las heridas.
Sora y Caos seguían luchando al mismo nivel. Aunque por momentos Sora tomaba la delantera, ninguno de los dos lograba herir a su oponente.
- Podría esperar a que tu fusión se terminara para destrozaros, - dijo Caos con arrogacia- pero os mataré ahora para demostraros mi auténtico poder. ¡Lores de la Oscuridad! ¡Liberad el sello!
Del gigantesco portal a la otra dimensión surgió un rayo negro que impactó en el corazón de Caos. El oscuro aumentó aún más su poder y recuperó la capacidad de tomar la oscuridad del entorno. Ahora el combate estaba aún más reñido, y ambos oponentes lograban en ocasiones poner al otro en apuros. Sora empezó a usar las técnicas secretas de Lemmy para debilitar a Caos, ganando poco a poco ventaja. Sin embargo, al hacer esto perdió control sobre el portal, del cual surgió una gran bola de oscuridad que atacó a Sora dividiéndose en miles de puas negras. Sora tuvo que alzar un brazo para desvanecerlas, pero Caos aprovechó ese momento para atravesarle el cuerpo con una espada, lo que hizo que la música cesara.
Mientras Sora, con la cara convulsa de dolor, intentaba poner una mano en la espada de oscuridad para hacerla desaparecer, se dio cuenta de que no era de oscuridad, si no una espada de verdad.
- ¿Creías que eras el único capaz de crear armas? Te presento a Tornasol, la primera espada con el poder del universo oscuro.
- No... Tú no puedes... Haberlo logrado... - jadeó Sora.
- No es necesario que lo comprendas, sólo tienes que morir.
En ese momento Brael lanzó el hechizo que había estado preparando en Sora. Cuando el rayo de energía blanca lo tocó, el chico empezó a brillar intensamente. Con fuerzas renovadas agarró la Tornasol con una mano, impidiendo a Caos sacarla, y con la otra atravesó al oscuro de arriba a abajo desde la clavícula.
- Maldito, esto no acabará conmigo...
- Pero esto sí – respondió Sora, con la boca chorreando sangre. - ¡Oscuridad Al Cero!
En un último esfuerzo Sora combinó el poder definitivo de DiZ con el de Bahamut. El resultado fue que dentro del oscuro se creó un portal que llevaba la oscuridad a su desaparición. De esta forma los poderes de Caos desaparecieron, por lo que el portal gigante se cerró. Sora se sacó la Tornasol del cuerpo mientras Caos caía de rodillas.
- He... ¿Fracasado? No... No puedo... Nuestros... Sueños... Nuestros... Planes...
- Tranquilo, ahora volverás a tu antiguo ser.
- Idiota... ¿Aún crees... que soy un oscuro? Yo soy... Un hijo de la oscuridad...
- ¿Cómo dices?
- Nosotros... Somos los... Nacidos en... La dimensión oscura... Y nos... Vengaremos... Perros de la Luz.
Cuando Caos pronunció la última palabra se oyó un “crack” y uno de sus brazos desapareció.
- Yo... He visto cosas que vosotros no creeríais... Atacar fortalezas en llamas más allá de Oriónx... Rayos Colapso brillar cerca de la Puerta de Tanhauxer... Todos esos momentos se perderán, como sombras en la noche...
Caos hizo un último esfuerzo para levantarse y gritó:
-Soy... ¡Erebo!... El... Más poderoso... ¡NO PERMITIRÉ QUE SOBREVIVAIS A MÍ!
Tras decir esto desapareció y Bahamut volvió a Sora. Sin embargo, pocos segundos después la Tornasol empezó a moverse dando vueltas en el aire, formando un círculo.
- ¡Brael, llevate a las chicas y a Mickey! ¡Yo cojo a Armudos! - gritó Sora.
Brael cogió con sus brazos a Anne, a la que sorprendió lanzando a Armudos por los aires de un rodillazo, y a los otros dos con su magia. Al mismo tiempo Sora agarró a Armudos, neutralizando sus ataques con magia o con Bahamut. Mientras se dirigían hacia la salida la Tornasol dejó de dar vueltas. El círculo que había trazado se había convertido en un surco en el aire que daba a la dimensión oscura. Del surco brotaron cientos y cientos de rayos que entraban en la espada, saturándola por momentos de energía oscura. Gracias a la fusión Sora era capaz de ver ese proceso aunque estuviera ascendiendo por el túnel con Armudos aferrado a él intentando sacarle los ojos. Cuando llevaban un tercio ascendido los poderes de DiZ y Bahamut lograron que Armudos recobrara el control, por lo que sin decir nada cogió a Kairi mientras Sora cogía a Anne para poder ascender todos más deprisa.
- ¡Teletransportaos! ¡Nosotros podremos salir a tiempo! - gritó Sora.
En un momento los únicos que estaban ascendiendo eran Sora y Anne subida a su espalda. La Tornasol terminó de cargarse de oscuridad cuando estaban cerca de la salida, y con todo su poder emitió una onda energética que ascendió a toda velocidad por la salida. De todas partes surgió una voz metálica que gritó mientras surgía el ataque de la espada:
-¡ULTRAARTEMA NEGRA!
El hechizo era tan grande que iba destrozando las paredes de la caída abismal sin perder ni una fracción de su letal poder. Cuando Sora y Anne llegaron a donde estaba el final de la salida de la gruta la hallaron taponada, como si jamás hubiera estado abierta. Sora intentó destruirla pero antes de que pudiera lanzar un hechizo se desvaneció la fusión.
- ¡Rápido, tenemos que abrirnos camino! - gritó Gabriel mientras lanzaba hechizos sin parar a la pared.
La materia de la que estaba compuesto el lugar era terriblemente resistente, por lo que los hechizos destructivos de los cuatro apenas lograban profundizar. Gabriel se dio cuenta de que no lograrían atravesar la pared y dijo:
- Salid todos de aquí. Anne y yo usaremos el propio ataque para atravesar la pared.
- ¡Gabriel! ¡Ese hechizo es demasiado fuerte! - dijo Lemmy. - ¡Lo reduciré con mis poderes!
- ¡No es una sugerencia! ¡Largo de aquí!
- ¡Puedo hacerlo! - gritó Lemmy.
- Claro que puedes, pero márchate – dijo Anne.
Finalmente todos se teletransportaron fuera de la trampa mortal.
- Gabriel, ve con ellos.
- ¿Cómo?
- Hazlo, tú puedes salir de aquí con tu magia, yo me quedaré para intentar salir de la otra forma.
- No lo haré, ese hechizo es demasiado incluso para tí. Entre los dos seguro que lo lograremos.
- De acuerdo, dame el Non Plus Ultra.
Cuando Gabriel materializó la llave escudo, con forma octagonal y preparada para agarrarla con los dos brazos, y se la dio a Anne, la mujer le puso una mano en el hombro y le dijo:
- Lo siento.
Entonces, por primera vez desde que conoció a Gabriel, usó un hechizo que lo teletransportó fuera. Segundos después el hechizo llegó hasta ella, que estaba ya preparada para recibirlo con el escudo. Pese a que las llaves eran teóricamente indestructibles, en la práctica el inconmesurable poder del ataque empezó a resquebrajar el escudo. Pronto Anne se vio envuelta en la magia negra como la noche, que la golpeaba de frente intentando terminar su existencia. Se sintió propulsada por el empuje del hechizo, sin sentir siquiera la pared que la magia atravesaba sin problemas. Lo único que sentía era el atronador ruido de la magia al intentar dañarla. Y de pronto dejó de sentir.
- ¡SOLTADME, DEJADME!
Cuando Gabriel apareció en la nave intentó volver a por Anne, pero Brael se lo impidió con su magia sabiendo lo que Anne estaba haciendo. Entonces Gabriel intentó ir volando, pero Riku y Armudos lo sujetaron. Mientras Sora pilotaba el descomunal ataque salió a la superficie. Sora tuvo que maniobrar para esquivar los trozos de tierra que surgían del planeta. Entonces algo sucedió en el ataque mágico. En una sección a pocos metros de la salida la corriente contínua de magia engordó y explotó, mostrando por unos momentos lo que había al otro lado antes de que el resto de la corriente recorriera la zona, volviendo a ser continua.
- No...
Gabriel dejó de forcejear y cayó al suelo, con las manos tapándose la cara. Nadie pudo ayudarle porque cerca de ellos surgieron más rayos de energía, aunque de menor tamaño.
- ¡Hay que largarse! - dijo Armudos, sacando a Sora de su asiento y pilotando él mismo.
Armudos logró sacarlos del planeta. Los rayos que vieron eran cerca de cien, todos derivados del principal y surgiendo de cerca del centro del planeta. Finalmente los rayos explotaron todos al mismo tiempo, desintegrando una cuarta parte del mundo.
- ¡Maldito Érebo! Casi acaba conmigo – dijo Armudos para sí mismo.
Mientras se alejaban del lugar Gabriel se levantó y se fue a una habitación aparte. Lemmy se dejó caer en un asiento y se puso a mirar al techo como hipnotizado. El resto del grupo se reunió en la zona del piloto para no molestarles. Fue Brael quien rompió el silencio diciendo:
- Chicos, podemos asegurar que hemos perdido a Anne. Sin embargo, ella no querría que nos apenáramos por su desaparición, sino que nos alegráramos de seguir vivos. Debemos ser fuertes por Gabriel, por su hijo y por su memoria.
Todos asintieron, aunque se sintieran apenados intentaron no dejarse llevar por la tristeza.
- Armudos, hemos logrado acabar con la Asamblea. Debemos reunirnos con Aqua, dirígete allí.
Armudos no contestó y se limitó a pilotar mientras el teletransporte se activaba.
Brael fue primero a hablar con Lemmy, quien empezó a hablar:
- Tú eres Brael, ¿verdad? Ella me habló de tí muchas veces... ¿Sabes? Antes de que nos fuéramos del planeta en el que nací me dijo que aquí, en el universo exterior, nos enfrentaríamos a terribles peligros. Yo ya sabía que ella haría cualquier cosa para salvarme, aunque fuera... Sacrificarse. Me preparé mentalmente para ello, pero aún así no se hace fácil.
- Lo superarás, eres un humano fuerte, como lo era ella. El que me preocupa es Gabriel. Los de su especie se ponen muy difíciles al perder a alguien querido, debemos ser fuertes por él.
- Eh... Gracias. Eres un poco raro, ¿sabes?
- Hmf.
Brael se dirigió a la puerta de la habitación donde estaba Gabriel y se quedó quieto, sin llamar siquiera. A los 10 minutos la puerta se abrió y Brael entró. Los dos hermanos estuvieron dentro hasta que la nave aterrizó en el hangar del superdestructor. Aqua los recibió con alegría, incluso abrazando por un momento a su padre.
- Que bueno que hayais vuelto. ¿Habéis acabado con Caos? - preguntó alegremente.
- Sí, ya no es problema. - respondió Armudos – Hija, debemos hablar a solas. El resto descansad, os llamaré en unas horas.
Gabriel suspiró largamente y habló con todos por primera vez:
- Ya lo habéis oido. Disfrutad de la victoria... Y no me busqueis.
Los chicos, por consejo de Armudos, fueron a la cantina. Allí se encontraron con Jecht y Kratos, que habían roto una mesa de acero cuando intentaron echar un pulso. También estaba Ventus, vestido con la armadura y comiendo junto a varios oficiales. Aparte había cientos de soldados y algunos héroes que no se habían marchado aún, comiendo, charlando y divirtiéndose. En cuanto entraron los cinco muchos callaron para verles. Ven se levantó y dijo, en voz de todos:
- ¿Ha muerto Caos?
Brael asintió y la cantina estalló en gritos de victoria y aplausos. Mientras el grupo se acercaba a Ven los soldados se levantaban y saludaban marcialmente, mientras que los diversos “civiles” les dirigían palabras de felicitación, admiración y demás. Los cinco oficiales con los que estaba hablando Ven se levantaron, saludaron al grupo y se fueron para dejarlos solos.
- La noticia que traeis es maravillosa, pero al veros me he hecho muchas preguntas. ¿Quién es este tipo que viste como Ansem? ¿Dónde está Gabriel? ¿Dónde está... La mujer que derrotaba a los oscuros con sus manos?
Brael respondió:
- Este es DiZ, un guerrero capaz de neutralizar la oscuridad. Gabriel ha pedido estar solo... Anne, la mujer por la que has preguntado, ha fallecido en el combate contra Caos.
- Lo siento mucho, no pensé que...
- No hay que disculparse, – le cortó Lemmy – eso no cambiará lo que pasó. ¿Cómo te llamas, chico?
- Soy Ventus, hijo de Armudos. ¿Ha venido padre con vosotros?
- Sí, llegamos a donde estaban él y Caos peleando antes de que tu padre perdiera. - contestó Brael.
- Hoy es un día agridulce... Hemos acabado con la Asamblea en un sólo día, pero hemos perdido a Terra y a Anne... Pero ahora es momento de olvidar las penas y regocijarse en la victoria. Ya tendremos años para llorar por los perdidos. Comed y descansad, habéis vencido a Caos, seguro que estáis agotados.
Mientras comían hablaron sobre cosas triviales, como las labores de Ven ahora que Terra no estaba, o la política de la Federación, sobre la cual dijo Ven: “nos ayudaron para conseguir el pastel entero, pero no permitiremos que esto se convierta en el Imperio Federal Galáctico”.
Finalmente Ven tuvo que irse y Sora aprovechó para preguntarle a Lemmy.
- Lemmy, ¿nos contarás cómo llegaste a ser DiZ?
- Es una historia muy corta chico. Nací cuando madre llevaba unos meses en el planeta. Toda mi vida ha sido entrenamiento, aprendizaje intensivo y conciertos.
- ¿No podrías ser más... Específico? - le dijo Kairi.
- A los diez años ya sabía lanzar la mitad de los hechizos que enseñan en las academias de magos, leer, escribir y hablar cinco idiomas y realizar operaciones matemáticas de nivel universitario. A los quince madre me dejó por un mes y volvió con Ozzy, uno de los pocos DiZ del Universo. A los veinte ya sabía todo lo que sé hasta ahora. Como ya no tenía que aprender teorías ni nada por el estilo, sólo practicar la lucha con madre o con Ozzy, éste me enseñó a tocar la guitarra en los ratos libres. Formé mi propia banda, “Bon Metallic Pantera for my Slipknöthead”, con la que hicimos un par de giras y todo eso.
- ¿Entonces eres un superdotado, DiZ y estrella del Heavy Metal? - preguntó Riku.
- Se podría decir que sí.
- Guay – fue lo único que dijo Sora.
- Y bueno, madre dijo que debíamos salir del planeta, pero que yo me mantuviera al margen hasta que me avisara. Desde que salimos de allí hasta ahora ha pasado un día más o menos, en ese tiempo aproveché para visitar un planeta por curiosidad y me compré estas gafas de sol.
El grupo siguió hablando sobre lo que habían vivido desde que los sincorazón atacaron Islas del Destino, o lo que Mickey había hecho mientras. Incluso Brael dio algunos datos sobre su vida con Gabriel, aunque de forma reservada. Pronto llegaron a un asunto al que todos llevaban dando vueltas:
- Bueno, ahora que todo ha terminado, volveremos a casa, ¿no? - preguntó Sora.
- Yo no voy a volver. - dijo Riku con voz segura.
- ¿Por qué? - dijo Sora sorprendido.
- Los oscuros pueden volver en cualquier momento. Cuando llegue ese momento estaré preparado.
- Ah, estás pensando en las últimas palabras de Caos. - comenzó Brael con voz pausada.- A mí tampoco me han gustado, parece que su muerte no es el final. Yo pienso investigar sobre el asunto cuando se calmen las cosas.
- Haced lo que queráis, yo pienso disfrutar mientras pueda.- dijo Lemmy sonriente.
- Yo tengo que ocuparme de mi reino. - dijo Mickey simplemente.
De repente un soldado se acercó a su mesa y dijo:
- El General Armudos requiere vuestra presencia en su despacho inmediatamente.
El grupo se levantó y siguió al soldado hasta la habitación del oscuro. Allí estaba Armudos, haciendo papeleo frenéticamente.
- Pasad, pasad. En un momento estoy con vosotros.
Mientras todos entraban Armudos quitó los papeles de la mesa.
- ¿Dónde está Gabriel?
- No lo sabemos. - respondió Brael.
- Bueno, esto no puede esperar así que os lo diré a vosotros. Durante mi lucha con Caos pude ver partes de su memoria al consumir su oscuridad. La situación es muy grave: la dimensión oscura está habitada por una civilización de seres como él.
- ¿Tan fuertes? - preguntó Sora.
- No, por supuesto. Él era una especie de campeón galáctico, el más fuerte de todos. Fue enviado a nuestra dimensión para intentar derrotarnos desde dentro. No sé cuales son los planes de estos “Hijos de la Oscuridad”, pero desde luego no son nada bueno. Debemos estar preparados para una guerra interdimensional. Por ello, he decidido convertir la derrota de la Asamblea en un Golpe de Estado. Para evitar que las facciones que nos han ayudado se adueñen de la Galaxia debemos hacer perdurar el régimen actual, con algunas modificaciones.
- ¿Y quién será el nuevo Emperador?
Armudos no pudo evitar sonreir ante la pregunta de Mickey.
- Hasta que la situación permita un cambio en la organización yo asumiré el mando.
- ¿Un oscuro? ¡Estás loco! - dijo Brael.
- ¿Quién mejor que yo? Los Hijos de la Oscuridad, sean lo que sean, pueden ser más propensos a negociar con alguien con oscuridad, como yo. Además, cualquier intento de asesinato será más difícil contra mí que contra una persona normal. Es lo mejor para el Imperio.
- Tienes razón, pero ten por cierto que si tomas el mal camino te enfrentarás a nosotros. - dijo Brael, y se fue.
- Id con él, no tengo nada más que decir.
Nada más salir se chocaron con Aqua, que estaba esperando a que salieran.
- ¿Estáis cansados? Teneis unas habitaciones reservadas, os llevaré yo misma.
Todos estaban cansados tras la terrible lucha y haber comido, así que la siguieron en silencio hasta que Riku rompió el silencio.
- ¿Ha habido algún tipo de represalias?
- Desde luego. Hasta que llegasteis hemos tenido que hacer de todo para evitar que una flota de destructores nos destroce. Afortunadamente en cuanto padre ha llegado ha logrado estabilizar la situación un poco. Pese a ser un oscuro es muy conocido en el ejército imperial y respetado. Casi tanto como Vader o el Gran Moff Tarkin cuando vivían.
- Sabes bastante de la situación de la Galaxia. - comentó Riku.
- Pues claro, ¿crees que iba a viajar por innumerables planetas luchando sin saber para qué? Entonces sería una bárbara que lucha sin motivos.
Este comentario levantó ampollas en el grupo, que solía dar espadazos antes que leer el periódico. Para evitar que se sintieran mal Brael respondió:
- Pues a mi no me ha quedado muy claro lo que Armudos quiere con todo esto del golpe de estado. No sé si le hará gracia a los rebeldes y a la Federación Galáctica eso de pasar de Emperador a Armudos.
- La Federación nos ayudó oficialmente para acabar con el reinado de terror de Palpatine, así que no se atreverán a desdecirse y enfrentarse abiertamente a nosotros. Los rebeldes están desgastados y padre lo devolverá todo a su sitio antes de que piensen en rebelarse contra nosotros.
- ¿Todo a su sitio? - preguntó Riku, - ¿qué quiere hacer exactamente?
- No ha dicho nada, pero está claro que planea restaurar el sistema que había antes de que Palpatine se hiciera Emperador con sus artimañas. Bueno, ya hemos llegado, todas las habitaciones de este pasillo son para vosotros, están libres.
Aqua mostró un pasillo corto con al menos diez puertas. Cada uno se dirigió a una puerta y la abrió. Aqua se iba a marchar cuando Riku le dijo:
- Me gustaría que me contaras más sobre lo que has estado haciendo para Armudos. Ir por ahí dando espadazos y enterarse de lo que pasa a tu alrededor a la vez es complicado.
Aqua sonrió y se llevó a Riku. Mientras tanto el resto habían visto sus habitaciones, simples dormitorios, pues el baño estaba al final del pasillo. Kairi lo ocupó casi instantaneamente para darse un baño tranquilamente. Brael se miró en el espejo para darse cuenta de que estaba algo más joven, aunque seguía arrugado como una pasa. Se quitó la ropa y se tumbó en la cama sin más. Lo mismo hicieron Sora y Lemmy, aunque este último tuvo problemas para dormir. Mickey se fue a buscar a Donald y Goofy y volvió media hora más tarde para dormir también. Una hora después, cuando todos dormían profundamente, Riku llegó a su habitación tras haber estado con Aqua. Cuando iba a abrir la puerta sintió una presencia y se encontró con Gabriel, abriendo la puerta de enfrente.
- Gabriel...
Gabriel se dio la vuelta para mirar al joven. Sus ojos no revelaban nada, similares a los de un muerto. Con voz cansada dijo:
- ¿Algún problema, Riku?
- Ahora no es el momento, pero tienes que saber que Armudos planea convertir la destrucción de la Asamblea en un golpe de Estado para, según él, lograr volver a la normalidad pronto. He estado hablando con Aqua y me ha contado muchas cosas al respecto, mañana te lo diremos todo.
- Bien, mañana hablaremos. Por cierto, disfruta de la compañía de tus seres queridos. Nunca sabes cuando van a desaparecer.
- Lo sé, hasta mañana.
Ambos se metieron en sus habitaciones, Riku pensando que Gabriel estaba bastante alterado y Gabriel con la mente en ebullición.

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La historia toca a su fin, este es el antepenúltimo capítulo.

[Narel]

Esto ya llega a su fin.Estoy impaciente por leer el siguiente capitulo.Para animarte voy a decirte que es uno de los mejores fics que he leído y espero que hagas alguno más.

[weee man]

Capítulo 37: El principio es el final es el principio.

Me desperté de un salto al oir algo extraño. En pocos segundos asimilé dónde estaba y que el ruido era un despertador que sonaba por el sistema de comunicaciones. En unos segundos paró y me pude vestir. Me había puesto un pijama que había en el armario, el pijama de uniforme de los soldados. Era algo ridículo y me quedaba grande, pero era cómodo y estaba limpio. La ropa que me hicieron las hadas es una maravilla, cuando me la puse ya estaba limpia y sin ningún roto. Si no fuera por ello Caos habría muerto por la peste de llevar la misma ropa semana tras semana. Hm... ¿Cómo logran los demás que no huela la ropa? Creo que siempre llevan la misma... Algún día les preguntaré.
Cuando salí de la habitación me encontré a Brael, Mickey y Riku hablando en el pasillo.
- ¿Qué tal habéis dormido? - pregunté.
- Estupendamente Sora, ahora que todo ha acabado puedo dormir tranquilo. - dijo Mickey.
Brael y Riku asintieron a lo que dijo el rey Mickey. Lemmy y Gabriel salieron de sus habitaciones casi a la vez. Pese a que Lemmy llevaba ese bigote de macarra, su cara se parecía a la de Gabriel un poco. Lo que era extraño era que el hijo parecía más viejo que el padre. Ambos se unieron al grupo. Me di cuenta de que todos mirábamos a Gabriel, ya que no sabíamos ni dónde había estado ni qué había hecho. Se dio cuenta y dijo:
- Bueno, no voy a hacer como si no hubiera pasado nada. Lo que hice ayer a solas es cosa mía, así que no voy a decir nada al respecto. Así que actuemos con normalidad y punto.
Asentí, y jamás supe lo que Gabriel hizo aquel día tras la muerte de Anne y Caos. Kairi salió de su habitación y juntos fuimos a desayunar.
Durante cinco días estuvimos en el superdestructor, que el primer día se dirigió a Coruscant, centro de la Galaxia, para hacer el golpe de estado de Armudos. Esos días pasaron con tranquilidad. Conocimos mejor a Ven y Aqua, además de a muchos heroes de planetas distintos. Gabriel recuperó parte de su ánimo, aunque se le notaba que no era el mismo. Lemmy y él hablaban a menudo en privado, pasaban bastante tiempo los dos solos. Brael estuvo tres días en el laboratorio y cuando salió había recuperado la juventud. Seguía siendo pequeño y con los ojos amarillos, no sé si por haber estado transformado en aquello o por sus investigaciones mágicas, pero su cara era la de un hombre joven y su pelo era negro y rizado. Al volver a ser joven se volvió más amigable y nos contaba muchas veces hazañas que había hecho junto a Gabriel en sus tiempos. Donald y Goofy solían estar con el rey, mientras que Riku se iba con Aqua cada día más. Así que muchas veces nos quedábamos a solas Kairi y yo... Siempre que Ventus no estuviera con nosotros. Kairi decía que nos parecíamos mucho, y tenía razón. Ven, Kairi y yo nos lo pasábamos bien juntos, aunque ella y yo notábamos que Ven tenía algo diferente. Quizás fuera perder a su hermano, o tener responsabilidades, pero cuando estaba con nosotros, pese a que se divertía sinceramente, yo notaba algo en él.
De esta forma pasaron los cinco días sin que nos diéramos cuenta. El último día fue cuando llegamos a Coruscant, en ese momento Armudos nos reunió a todos en su despacho, incluidos Gabriel y sus hijos.
- En unas horas entraremos en la órbita de Coruscant. Una vez ahí haré oficial la muerte de Érebo, la destrucción de su sociedad secreta ilegal y mi toma de poder. Os he llamado para saber si quereis seguir en el anonimato o tomar parte en esto como heroes oficiales. Pensadlo bien, porque si decidís ser declarados oficialmente como los que ayudaron a derrocar el Imperio seréis amados y odiados por muchos, pero dificilmente podréis tener una vida anónima.
Mickey empezó a hablar:
- Por el bien de mi reino yo no puedo tomar parte en esto. En breves partiré junto a Donald y Goofy a casa.
Gabriel fue el siguiente:
- Yo tampoco quiero la fama. No quiero volver a ser un superheroe como hace 3000 años, es estresante. Supongo que mi hermano piensa lo mismo.
Brael asintió y Lemmy dijo:
- Yo pienso lo mismo, prefiero ser famoso como músico.
Kairi habló la siguiente:
- Yo quiero volver a casa y a mi vida normal.
En ese momento tomé mi decisión.
- Lo mismo digo.
Miramos a Riku, esperando que dijera lo mismo que Kairi y yo:
- Yo acepto tu oferta, Armudos. Iré contigo a Coruscant y te ayudaré como pueda.
Miré a mi mejor amigo, sorprendido. ¿Riku no quería volver a casa?
- Pero Riku... ¿No quieres volver con nosotros? - dijo Kairi.
- No, no podría. Tras tantos viajes no podría volver a una vida normal. Esto es lo que he decidido.
Armudos habló antes de que pudiéramos cuestionar la decisión de Riku:
- Bien, ya habeis decidido. Para volver a vuestros planetas podeis usar cualquier nave. Hay muchos pilotos que os podrán llevar a vuestros hogares en un santiamén sin problemas.
El oscuro prácticamente nos echó de su despacho, por lo que fuimos sin más al hangar. Nos despedimos todos y Riku prometió que iría a Islas del Destino de vez en cuando. El rey se fue con Goofy y Donald en su nave, mientras que Gabriel y Lemmy se fueron en la nave de los cazadores, aunque antes nos dijo:
- Aunque hayamos acabado con Caos, yo no voy a tomarme vacaciones. He perdido las llaves oscuras, tengo que investigar nuevas formas de luchar contra los oscuros y esta nueva amenaza. Si pasa cualquier cosa contactad conmigo usando el sistema de transmisión de las naves gummi, es rudimentario pero servirá.
Kairi y yo no teníamos nave, por lo que una mujer vestida de oficial se acercó a nosotros.
- Hola chicos, soy Juno Eclipse. Supongo que sois Sora y Kairi. Subid a mi nave y os llevaré a casa.
Seguimos a la guapa oficial hasta una nave distinta a todas las demás, con un extraño propulsor en un lado en vez de detrás. Cuando subimos Kairi puso una cara rara, pero no dijo nada.
- Bueno, decidme el nombre de vuestro planeta.
- Islas del Destino – dije.
- A ver si figura en la lista... Ah sí, aquí está. ¡Agarraos!
Juno arrancó la nave y salió a toda velocidad del hangar, lo que provocó que Kairi y yo nos cayéramos en los asientos que teníamos detrás. Cuando salimos al espacio algo me golpeó la cabeza.
- ¡Ay!
Cogí lo que me había golpeado. Era una especie de tubo de acero con botones, pero antes de que pudiera observarlo mejor Juno me lo arrancó de las manos.
- Eso no se toca, es peligroso.
No repliqué, por si le daba por matarnos con su forma de pilotar. Miré a Kairi y ví que estaba dormida, así que hice lo mismo.

La sala estaba oscura. El suelo era de acero gris. Delante de mí había una persona con capucha, cuando la miré se puso en posición de combate y encendió un sable láser rojo. Intenté llamar una llave pero no pude, sin embargo de mi cinturón colgaba el objeto metálico. Pulsé un botón y se convirtió en un sable láser azul. El encapuchado comenzó a atacar. Sus golpes eran rápidos e impredecibles porque cogía el sable con el filo hacia atrás. Cuando intenté usar un hechizo ví que tampoco podía, sin embargo el encapuchado alzó su mano y un rayo azul me lanzó a la pared. Intenté levantarme, pero no podía. El extraño me quitó el sable con la Fuerza y se acercó a mí. Se quitó la toga y vi que le quedaba poco de humano, si es que lo fue alguna vez. Su cara estaba cubierta por un casco dorado, y su cuerpo cubierto de piezas metálicas. De su cinturón colgaban muchos sables láser, que empezaron a volar a su alrededor. De cada sable surgió una persona empuñándolo. Distinguí un hombre con barba blanca que destacaba por su sable rojo; un ser con la piel roja y negra, cuernos y su sable con doble filo; diversos hombres con espadas verdes o azules y un robot enorme con cuatro brazos. Sus formas espectrales se unieron a mi enemigo en un ataque final.
Desperté jadeando como si hubiera mantenido la respiración una hora. Juno estaba hablando por el comunicador así que no se dio cuenta. Me giré para ver a Kairi y me sorprendí al ver que estaba respirand agitadamente igual que yo.
- ¿Has soñado con...? - empecé.
- Sí, con un hombre con un sable. Cuando le vencí pude ver muchas cosas de su pasado, en esta nave hay una presencia de la Fuera muy fuerte. Mucho odio concentrado hacia alguien.
- ¿Le venciste? A mí me ganó...
Kairi sonrió, aunque a mi no me hizo demasiada gracia que ella hubiera derrotado al encapuchado y yo no. Juno terminó su conversación y se giró:
- Ya casi hemos llegado. En cuanto os deje me tendré que ir, si necesitais usar el sistema de comunicaciones hacedlo ahora.
Ninguno teníamos que hacer llamadas, así que rechazamos la oferta. No dijimos nada sobre los sueños y en unos minutos llegamos por fin a Islas del Destino. Le dije a Juno que aterrizara en nuestra isla para no sobresaltar a nadie. Aterrizó y en cuanto nos bajamos despegó, dejando el planeta en segundos.
- Pues sí que tenía prisa. - comenté.
- Mejor, esa nave no me gusta nada. El tipo de la espada, su esencia estaba allí, había tanto odio en la Fuerza que me costaba respirar.
- Sí que tienes habilidad en la Fuerza, yo no sentí nada.
- Claro, ya que no sé saltar y dar volteretas en el aire tendré que compensar de algún modo.
Sonreí ante su respuesta y miré alrededor.
- Todo sigue igual, deberíamos buscar el bote para volver a casa.
Nos dirigimos a la playa donde estaban los botes, pero por el camino vimos unas figuras sentadas en nuestro árbol de Paopus. Sin decir nada cruzamos el puente de madera. El ruido que hacíamos al pisarlo hizo que se dieran la vuelta. Reconocí a Tidus, pero el otro... ¿Quién era?
- ¡Sora y Kairi! ¡Habéis vuelto!
- Sí, por fin. ¿Quién es tu amigo? - preguntó Kairi.
- Llegó hace un par de días. Se llama Vaan. Le estaba enseñando nuestra isla.
Vaan dio dos besos a Kairi, que se presentó, y me estrechó la mano.
- Soy Sora, espero que lo pases bien con nosotros.
No sabía que más decirle, pero él habló antes de que se hiciera el silencio.
- Eso espero, Tidus y Wakka me han contado muchas cosas sobre vosotros dos y... ¿Riku?
- Eso, ¿dónde está Riku? - preguntó Tidus. - Quiero mostrarle que soy tan fuerte como él.
- Riku ha decidido seguir fuera. Supongo que sabremos pronto de él. - respondí.
Mientras Tidus nos hacía más preguntas sobre Riku y Kairi respondía oí pasos de varias personas por el puente. Al girarme vi un grupo curioso: un hombre con pelo castaño y una especie de coraza, una chica joven, como nosotros, con un mono amarillo y una mujer alta de una raza extraña, pues tenía orejas de conejo y la piel morena.
- ¿Quiénes son estos? - pregunté a Tidus.
- Son los amigos de Vaan.
El hombre habló:
- Bueno, el Strahl ya está listo para volver al espacio. Fran y yo nos vamos ya. Adios chico, cuídate.
La mujer extraña asintió sin decir nada, pero la joven se despidió de los dos y se unió a nosotros mientras Vaan se despedía de los dos extraños con la mano.
- ¡Hola, soy Penelo! - dijo la chica emocionada.
- Yo soy Sora.
- Y yo Kairi.
- Ah, Sora y Kairi, Tidus nos ha hablado mucho de vosotros. Vaan y yo venimos de un planeta que se llama Ivalice, así que este lugar nos resulta extraño.
- Nosotros llevamos aquí desde siempre, o casi. - dije guiñando el ojo a Kairi - ¿Por qué os fuisteis de Ivalice?
- Es una larga historia. - dijo Vaan seriamente.
Comprendí que era mejor no indagar así que cambié de tema.
- Kairi y yo estamos muy cansados, ¿hay botes de sobra?
- Sí, hay dos, usad uno y nosotros usaremos el otro más tarde. - me dijo Tidus.
Nos despedimos y zarpamos rumbo a casa. En ese momento pensé en lo que me esperaba al llegar a casa y deseé haberme quedado con Riku.



En Coruscant la tensión se podía cortar con cuchillo. Armudos había entrado en la abandonada cámara del Senado Intergaláctico y había declarado desde ella su toma de poder. Su discurso había sido apoteósico. Se aseguró de que los militares no se rebelarían prometiendo mantener la estructura militar para evitar que, con la caída de la cúpula de poder, la anarquía y el caos camparan a sus anchas. También insistió en que su gobierno sería de carácter temporal hasta que se pudiera volver a la República. Riku se quedó en la nave con Aqua y Ven, ya que según Armudos: “Si apareceis conmigo desde el primer momento las especulaciones y suposiciones podrían perjudicarnos”. Riku estaba descansando en su habitación cuando alguien llamó a la puerta. Al abrirla se encontró con un androide plateado que dijo:
- Buenas tardes, soy C50-S3, droide de protocolo. Se me ha asignado la tarea de enseñarle a actuar en público, cuando esté listo comenzaremos.
Riku suspiró y siguió al droide. Lo que se hace por la fama y el amor...
Tres días después Armudos lo presentó como el héroe de un pequeño planeta que había derrotado a Érebo, el poderoso guerrero de la oscuridad que había falsificado el testamento de Palpatine para hacerse Emperador. Como el Imperio por primera vez daba noticias relativamente ciertas, Riku fue recibido como lo que Armudos quería que fuera, un ídolo. Para su presentación oficial tuvo que cambiar sus ropas por otras más adecuadas, en concreto un extraño “traje de héroe”, que pese a ser algo hortera Riku aceptó usar porque era muy cómodo y tenía muchos encantamientos, lo que lo hacía mejor que sus ropas normales para el combate.
<El traje http://cache.gawkerassets.com/assets/im ... ger001.jpg >
Aparte de eso y de las lecciones de comportamiento ante los medios pudo comportarse y hablar con relativa naturalidad y sinceridad ante los periodistas. Y lo mejor es que, en el fondo, disfrutaba de la fama, de saber que su labor no sólo era importante, también era reconocido por ello.




Cuando Mickey llegó al castillo Disney con Goofy y Donald fueron recibidos con una gran ceremonia. Pero después de esta, cuando Mickey estaba sólo en su despacho, tuvo que hacer frente a la mayor montaña de papeles que se hubiera creado en la historia.
Más tarde recibió a un embajador de otro planeta, Nickelodeon. El embajador era una estrella de mar rosa llamada Patricio, mano derecha del emperador Bob Esponja, que quería una alianza para fortalecerse mutuamente ante la creciente influencia de Dreamworks, liderada por el rey Shrek. El rey ratón suspiró mientras pensaba “vuelta a la rutina”.



- Ya casi, sólo un poco más...
Lemmy estaba progresando muy bien con la forja. En esta semana casi ha logrado crear una llave espada. Le he estado enseñando con el material que nos dio aquel pirata. He de admitir que hizo bien su trabajo, tenemos materia prima para muchas llaves. Además, los intentos fallidos son relativamente fáciles de separar en sus ingredientes. Aunque al perder pureza ya no sirven para llaves, sí que se pueden usar para crear naves como Bahamut. Brael fue al planeta donde luchamos con Caos y recogió las llaves oscuras, que con una técnica que no pienso dejar por escrito puedo destruir y dejar sólo la materia prima. Con eso bastará para crear mi nuevo set de llaves. Si Caos podía hacer que mis llaves oscuras se rebelasen debo abandonar ese método de ataque para siempre. Por ahora Bahamut ha dado excelentes resultados, aunque la creación de portales puede ser peligrosa en planetas limitantes, contra expertos hechiceros que descifren el funcionamiento de las llaves o directamente contra seres que también abren portales a la dimensión oscura sin problemas como Caos. Caos... Creo una espada con el poder del Universo, o si no lo creó alguien allí. Debo seguir investigando ese camino, Brael dice que no logró encontrar nada aparte de las llaves oscuras. Si esa “Tornasol” es como las llaves originales seguramente volviera sola a su dimensión. Si lograra crear llaves con ese poder podría herir a oscuros e hijos de la oscuridad directamente de forma efectiva, sin tener que quitarles la oscuridad lentamente. Eso me permitiría por fin luchar de igual a igual contra ellos, como Lemmy. Sus poderes de DiZ son muy útiles, es una lástima que sólo él y unos pocos más en todo el universo puedan usarlos.
Algún día volveré al planeta donde las derrotamos, quizás encuentre algun resto de las llaves originales que me permita avanzar en la investigación.
- ¡EUREKA!
Lemmy había logrado crear una llave. Había tardado más de lo que pensaba pero lo había hecho. Algún día sería capaz de crear llaves que no fueran espadas, sino pistolas o... ¿guitarras?
- ¿Qué es eso Lemmy?
- ¡Una llave-guitarra!
- Pero... ¿Crees que funcionará?
- Pues claro, fíjate.
Lemmy cogió su invento y tocó las cuerdas a toda velocidad. La música que surgía del instrumento empezó a hacer boquetes en las paredes y tuve que quitársela.
- ¡Eh!
- ¡No la uses dentro! ¡El material es delicado e irremplazable!
Salimos fuera, por supuesto no le dejé tocar su arma hasta entonces por si acaso. Una vez allí probé a tocar las cuerdas. Cada nota producía un efecto distinto, interesante. Se la dí, asombrado. ¡Ese inútil había creado esto!
Mientras tocaba una canción de las que le gustaban tuve que alejarme, pues era peligroso estar cerca. A los pocos minutos volvió a la base.
- Me he dado cuenta de que cada cuerda hace algo distinto. Tendré que crear otras cuerdas para poder usar distintas habilidades.
- Pero... ¿Puede lanzar el rayo sellador? Si no no será una llave-guitarra, sino una guitarra mágica indestructible.
- A ver...
Desobedeciendo cualquier medida de precaución ragueó todas las cuerdas a la vez sin poner los dedos para las notas. El rayo sellador salió y, aunque lo esquivé, me hizo un agujero en mi bata de científico. Además la guitarra creó una onda expansiva que nos separó varios metros a Lemmy y a mí.
- Esa cosa que has creado... ¡Me encanta! Pero la próxima vez haz una llave-espada normalita.
- Para la próxima quiero crear una como la que usas tú, o mejor aún, una de esas del Universo.
- Como la mía quizás, pero “las del Universo” aún no sabemos cómo se hacen. A ver si se te ocurre cómo ya que has creado una llave-guitarra.
- Yo soy bueno perfeccionando, pero no creando a partir de la nada. No me hice DiZ yo solito, ¿sabes?
- Supongo. Voy a seguir con la remodelación de la nave, si quieres probar la guitarra hazlo fuera.
- Mejor creo unas espadas como la tuya, luchar con las manos contra armas afiladas no es divertido.
Cuando dio los pasos caí en algo y le dije:
- Eh, hazlas que sirvan para luchar. Una llave-cuchillo de motero puede sonar como algo genial, pero una espada es mejor cuando no tienes que llevarla encima.
- Vale Gabriel.
Cuando llegué al hangar Brael seguía trabajando en la nave. Él era el mejor con las máquinas, así que se encargaba de casi todo lo relacionado con la nave. Sus veinte clones mágicos trabajaban en zonas distintas de la nave.
- ¿De verdad puedes hacer todos eso a la vez? Yo con más de diez mezclo las actividades.
- Porque tú eres un ángel normal y yo un humano anormal.
- Hablando de eso... Mi tercera fase comenzó ayer.
Cuando dije eso todas las copias dejaron de trabajar y Brael me miró a mí.
- ¿Ya? Pensé que aún quedaba tiempo.
- Yo también, pero no se puede luchar contra la naturaleza. Qué pena, ¿verdad?
En verdad la tercera fase me había cogido por sorpresa. Los de mi especie tenemos tres fases muy marcadas en nuestra vida, de las cuales somos conscientes. La primera es nuestra niñez, que es muy corta, como la de un humano. La segunda es la madurez, que dura mucho más tiempo en proporción. Como somos una especie guerrera tenemos que mantenernos en nuestra plenitud física el máximo posible. La tercera fase es la de vejez, en ella vamos envejeciendo de forma acelerada, incluso más que un humano. En ese tiempo nos convertimos en maestros de los jóvenes, hasta que nos llega la hora. Me quedaban cuarenta, quizás cincuenta años. Esperé que fueran suficientes para lograrlo todo.
- Se ha adelantado unos cuantos años, ¿será por... Ella?
Probablemente fuera por eso, o quizás por los miles de combates que habría librado, o por la resurrección... Entre tantos factores al menos uno debía acortarme la vida.
- Bueno, aún hay tiempo. Además, sé que, aunque todo lo que haga sea en vano, y no logre acabar con los hijos de la oscuridad, ni desvelar el secreto del Gran Poder, la Luz y los corazones estarán en buenas manos.
- Espero que tengas razón.
Brael volvió al trabajo mientras yo subía otra vez a la superficie, meditando sobre lo que había dicho antes.
En el fondo de mi corazón, tras ver cómo progresaron Sora, Riku y Kairi en los meses que estuvimos juntos, y como mi hijo en una semana había igualado o superado mis habilidades como creador de llaves, tuve el presentimiento de que las nuevas generaciones me jubilarían muy pronto. Anne, ojalá pudieras verlos crecer conmigo.

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Aún queda un capítulo para terminar, aunque la historia como tal acaba aquí. El último capítulo es distinto a todos los demás.

Por cierto, me he dado cuenta de que el capítulo 22 parte 2 ha desaparecido, si por azares del destino alguien lo tiene guardado que me lo pase, si no cuando publique el último capítulo volveré a crear el capítulo perdido.

[weee man]

Epilogo, 40 años después.

Sora se ajustó la corbata, pues le molestaba en la piel del cuello recién afeitada. Apenas podía creer que Gabriel hubiera muerto y que ahora mismo estuvieran en su asteroide-planeta frente a su ataud.
En los últimos 40 años habían pasado tantísimas cosas desde la muerte de Caos y Anne. La lucha contra los Hijos de la Oscuridad y las inestables treguas. El prolongamiento del gobierno de Armudos para ser fuertes en la guerra contra la dimensión oscura. Cómo habían tenido que derrocarle porque la oscuridad gobernaba en él, por lo que ahora era un hombre al borde de la muerte. Este último año había sido tranquilo, Armudos había dejado el poder y había paz temporal con los Hijos de la Oscuridad y sus siervos los sincorazón, que habían encontrado a sus amos naturales. Los incorpóreos seguían siendo una fuerza independiente, que apoyaba a quien les conveniera.
Tras tanto tiempo se habían reunido todos. Kairi y él, Riku, Lemmy, Brael, Mickey, Armudos, Aqua y Ven.
Por otro lado, Kairi y él se casaron hace mucho. Ahora tenían hijos y nietos, y hacía mucho que no empuñaban las llaves contra nadie. Sus hijos eran ahora los grandes heroes que luchaban contra todo, por lo que ellos dos cuidaban de los nietos y les enseñaban a luchar. Riku y Aqua no llegaron a unirse de forma oficial, aunque los dos eran una pareja estable. Sin embargo, Riku no había dejado las armas como sus amigos. Con casi 60 años y poco de humano en él, pues sus combates le obligaron a ir sustituyendo partes de su cuerpo por máquinas, seguía luchando con tanta fuerza como Gabriel en su mejor época, o más. Brael seguía allí, vivo pero muy viejo. Tampoco luchaba, ahora se dedicaba exclusivamente a la investigación y diseño de instrumentos para controlar el poder del Universo, en lo cual avanzaba lentamente pero con resultados. El rey Mickey, como Sora y Kairi, había dejado la lucha y ahora aconsejaba a su hijo, Mickey junior, que era el príncipe y actual cabeza de Disney.
Lemmy aún luchaba. Gracias a su genética y a sus poderes de DiZ se conservaba más joven que los demás. Su poder era increiblemente grande, tanto que ya no luchaba, su sola intervención en una batalla provocaba que los enemigos se rindieran casi siempre. La última vez que hicieron una lucha de prueba, logró derrotar a todo el grupo él solo. Su presencia era precisamente lo que evitaba que los Hijos de la Oscuridad intentaran un ataque contra ellos, ahora que estaban todos reunidos. El ataud de Gabriel despidía luz, ya que al morir su cuerpo se convertía lentamente en luz hasta desaparecer como todos los de su especie. Sora se acercó y vio su cara de paz, surcada por arrugas y cicatrices que nunca desaparecieron. Bahamut, junto a todas las llaves que había creado, estaba allí flotando. Las llaves como él lo obedecían como a un líder, aunque al ser un prototipo fuera menos poderoso.
Ven había salido del armario y se había unido con Vaan, ahora eran dos viejos homosexuales que luchaban de vez en cuando contra los oscuros e Hijos de la Oscuridad. <LOL>
Sora sintió que su nieta, Anne, tiraba de su manga y decía:
- Abuelo, ¿cuándo nos vamos?
- Pronto, pero tu abuelo quiere hablar con sus viejos amigos.
Los jóvenes siempre impacientes. Tras tantos años de combates y muertes Sora se había vuelto muy tranquilo. Las maldiciones y hechizos malignos que nadie pudo eliminar del todo le obligaban a lanzarse varios hechizos protectores todas las noches para dormir sin dolor y le recordaban que debía disfrutar del momento, pues cada día podía ser el último. Su primogénito, Terra, se acercó a él y dijo:
- Tengo que irme, al parecer hay un par de oscuros dando problemas.
- Han elegido un mal momento. - dijo Lemmy, que lo había oido. - Yo iré.
Lemmy desapareció, en unos quince segundos volvió a aparecer.
- Nadie va a interrumpir el funeral de padre.
Sora sonrió, a su hijo le habría costado un largo viaje y una batalla derrotar a dos oscuros, y él mismo con sus achaques y falta de entrenamiento quizás no hubiera podido derrotarlos. Lemmy era sin duda más poderoso que Caos, Urizen o los Espadas Negras, pensó Sora. Desde que logró acceder al Gran Poder y combinarlo con su gran arsenal de poderes anteriores cada día se hacía más fuerte. El gran Tao estaba allí también, para despedirse de su amigo y para ver personalmente a Lemmy, que se había convertido en una especie de mesías para su religión.
- Cariño, Brael me ha dicho que Gabriel nos ha dejado algo en su testamento. - le susurró Kairi al oido-. Tendremos que quedarnos hasta el final.
Mickey se acercó a Riku para hablar con él.
- ¿Que tal la última operación? Parece que tu pierna está bien.
La voz de Riku era metálica por los implantes en su cuello y su lengua falsa.
- Sí, estoy probando a usar biotejido. De momento funciona mejor que la otra.
“La otra” era una pierna de metal de llave-espada, muy útil para el combate pero aparatosa el resto del día, según el propio Riku.
- ¿No crees que ya va siendo hora de... Retirarte? La vida de héroe jubilado no es tan mala. Si quereis mudaros al castillo no hay problema.
- Ni hablar, pienso seguir combatiendo hasta mi último aliento. La vida en paz no es para mí.
- Déjalo, es imposible hacerle cambiar de opinión. - dijo Aqua. - Es un viejo chocho que da espadazos a todo.
- ¡Eh, puedo oirte! Mi oido derecho ahora sí funciona.
- Ya lo sé amor, estaba bromeando.
Brael se acercó a los tres con Kairi y Sora y dijo:
- Es una pena que nos veamos para esto. Y lo peor es que la próxima vez será conmigo en la caja de madera.
- No digas eso, ¡si estás mejor que yo! - dijo Riku.
- Ya, pero mis nanomáquinas están ya fallando. Cualquier día no me levanto de la cama.
- Eso mismo me pasa a mí – dijo Armudos, que también estaba por ahí. - Tu al menos eres poderoso, yo desde que no soy un oscuro no tengo poder.
- Bueno, pero has sido el líder de la Galaxia durante décadas, no te puedes quejar. - respondió Aqua.
- Tienes razón, ¡yo he perdido mi juventud por la democracia!
Ante una mentira tan descarada todos se rieron por lo bajo, intentando no olvidar la tristeza del momento. El resto de conversaciones fueron triviales, y pronto los hijos de Sora y Kairi se fueron con los nietos. Entonces Brael dijo:
- Bueno, hace un par de meses Gabriel sintió que le quedaba poco y escribió un testamento. He de decir que ni siquiera yo sé lo que hay escrito y no lo he leido aún. Así que con su permiso vamos a leerlo.
Brael extrajo de su bolsillo un CD y lo introdujo en un reproductor que había acoplado a la pared de la habitación. La voz de Gabriel sonó por los altavoces:
- Bueno, esto es mi testamento. Si no estoy muerto y estás oyendo esto que sepas que es peor que leer mis informes sin permiso. A lo que voy, voy a hacer un reparto de bienes. Para empezar a mi hermano Brael le dejo el asteroide y la base, para que pueda seguir investigando. Mis llaves espada quedan libres para su uso entre las personas que ya las hayan usado o las llaves en sí consideren dignas. A Lemmy le confío mis informes, incluyendo mis diez informes secretos que están ocultos en mi cuerpo. Cuando ya deje de echar luz aparecerán los papeles, así que no me diseccioneis. A Riku y Aqua os regalo la nave para que podais seguir luchando. A su majestad Mickey os doy los artefactos de la sala secreta de la base, pues sé que os gusta coleccionar ese tipo de objetos. Armudos, como sé que no quieres morirte aún he decidido regalarte unas nanomáquinas que te doblarán la esperanza de vida, pero que se desactivarán con la oscuridad excesiva como las de Brael.
Por último, a Sora y Kairi os quiero dar un regalo especial, para vosotros y vuestros descendientes. Para vosotros, en Islas del Destino, en la cueva de las pintadas, he dejao algo muy especial. Ah, y al maricón de Ven no pienso dejarle nada, vete con tu novio por donde has venido <insultos varios>.
Si hay alguien más escuchando esto lo siento, pero no tengo ningún legado más.
Eso es todo, ya nos veremos al otro lado. Menos a Ven, a ese no lo veré más jajajajajajajajaja.

Ven se enfadó visiblemente, pero Vaan y él se fueron sin decir nada más.
- Me lo esperaba, al fin y al cabo Gabriel siempre ha sido muy conservador con esas cosas. - dijo Brael, encogiéndose de hombros.
- Y porque se les quitó la idea de adoptar, sino es capaz de una locura. - concluyó Lemmy.
- Bueno, creo que Gabriel nos ha dejado unos formidables regalos. - dijo Armudos – Siempre fue una gran persona, yo no me habría perdonado a mí mismo después de todo lo que hice por la oscuridad.
- Como ha dicho, nos veremos al otro lado con él, así que dejemos ese cuerpo vacío para que desaparezca y volvamos a nuestras vidas. - dijo Lemmy. - Ahora estará con madre riéndose de nosotros, o más bien de Ven y Vaan.
Todos se despidieron y se fueron de allí, quizás para no verse hasta el próximo funeral, como dijo Brael.
Cuando Kairi y Sora llegaron a Islas fueron directamente a su isla a ver lo que les había dejado Gabriel. La cueva seguía con los mismos grabados, los niños que ahora ocupaban la isla para jugar no se atrevían a pintar encima. Esa cueva estaba llena de recuerdos. Fue allí donde Sora se encontró con Ansem el Sincorazón, donde indirectamente Kairi y él se declararon su amor, y donde más adelante lo hicieron oficialmente. ¡Esa cueva había vivido incluso noches de pasión de ambos! <si no lo digo reviento>. Allí, en mitad de la cueva, había un cofre. Intentaron abrirlo con las manos, pero estaba sellado, así que Sora utilizó una llave espada para abrirlo. Dentro sólo encontraron una llave muy pequeña. Sora la cogió con cuidado, por la experiencia de que tocar cosas desconocidas puede ser peligroso para tu integridad física, y cuando la sostuvo para mirarla una luz los cegó a ambos. Ante ellos apareció la puerta al corazón de Islas del Destino.
- ¿Tenemos que entrar ahí? - preguntó Kairi.
- Supongo que sí querida. Lo extraño es que nos halla dejado esta cosita, quizás tengamos que abrir la puerta con ella.
- Hazlo y a ver qué pasa.
Sora usó la llave de forma normal <oooooh> y abrió la puerta lentamente. Detrás de ella sólo se veía luz, así que ambos entraron. La luz que envolvía toda la zona era muy intensa, pero no cegadora. Los dos avanzaron despacio hasta que la puerta estaba muy lejos, y entonces ante ellos apareció Gabriel, con su cuerpo joven, sin cicatrices y con una toga blanca.
- ¿Gabriel?
- Hola chicos. Cuánto tiempo. Veo que os sorprende verme aquí con este aspecto y tal. Tengo poco tiempo así que seré breve. Estamos en Kingdom Hearts, esa pequeña llave te permite acceder aquí desde cualquier mundo, aunque será mejor que no la useis mucho, podría crear inestabilidades y destruir el universo o algo así. Aquí dentro puedo estar un rato como vivo gracias al poder de los corazones y a que el Jefe me ha dejado.
Al decir Jefe Gabriel señaló hacia arriba.
- ¿Para qué nos has dado esta llave? ¿Por qué no a Lemmy?
- A eso iba, Sora. Ahora que he muerto he descubierto algo fundamental que los vivos debeis saber. Aparte del equilibrio de la luz y la oscuridad, existe otro equilibrio de poder que podría desequilibrarse y traer la desgracia. Es el equilibrio entre el cuerpo, el espíritu y el corazón. Me explico: el Gran Poder en el que nos hemos centrado los últimos años es el poder del cuerpo, del universo, de lo material. El poder del espíritu se crea por la fe, la cantidad de creyentes de diversos cultos es suficiente para que el Jefe, que es el que posee ese poder, esté al nivel del poder del cuerpo. Sin embargo, ahora mismo el poder de los corazones no tiene ningún avatar, y por ello se está quedando atrás. Las llaves espada se han quedado obsoletas ante las armas que Brael está empezando a crear, las que crean los Hijos de la Oscuridad y los poderes que Lemmy ha conseguido.
- Entonces... ¿Qué tenemos que hacer?
- Devolver el equillibrio. Teneis que encontrar la forma de que el poder de los corazones sea otra vez equivalente al del cuerpo y el alma.
- ¿Kingdom Hearts no es ya un avatar?
- No, Kingdom Hearts es a los corazones lo que el universo al cuerpo o el cielo al espíritu... Hm... Quizás el avatar del corazón deba estar en Kingdom Hearts, al igual que el del espíritu está en el cielo y el del cuerpo en el universo. Bueno, mi tiempo ya se ha acabado. Restaurad el poder de los corazones, si no los sincorazones y los incorpóreos se multiplicarán exponencialmente y las cosas se os pondrán feas.
- Gabriel...
- ¿Sí?
- Menudo regalito, cabrón.
- Ains... En el cofre debería haber un regalo más, cogedlo y ya está.
De repente Anne apareció de la nada y cogió a Gabriel como si fuera un saco:
- ¡Se acabó el tiempo! Adios Sora, adios Kairi, disfrutad de la vida que nosotros disfrutaremos de la muerte.
Los dos desaparecieron, dejando a la pareja algo asombrada.
- ¿Entonces tenemos que hacer eso? - preguntó Kairi.
- Ni hablar, se lo diremos a Terra y que lo haga él.
- Ay, cuánto te quiero.
Kairi le dio un beso a Sora en la mejilla y se fueron cogidos de la mano. Sólo al salir de Kingdom Hearts cayeron en la cuenta de que dentro sus cuerpos habían vuelto a como eran de jóvenes, y ahora eran otra vez viejos.
- Bueno, veamos lo que queda en el cofre y volvamos a casa. - dijo Sora.
Dentro había algo que no estaba antes: una carpeta. Al abrirla vieron que estaba llena de fotos. Muchas eran de Gabriel, Anne y Brael, tomadas antes de que se criogenizaran. Otras eran de ellos, la mayoría hechas por Gabriel con un hechizo grabador sin que los otros se percataran. Había incluso fotos hechas en mitad de una batalla.
- Qué gracia, mira que jóvenes éramos en estas fotos. - dijo Kairi.
- Sí, esta es de antes del primer entrenamiento con los monjes. Mira, esta era la llave oscura que yo usaba... Deberíamos hacer copias y dárselas a todos.
- Sí, las mandamos por los internets esos y ya está, el correo entre planetas tarda y es caro.
- El internet. - corrigió Sora.
- Da igual.
- Por cierto esta noche ponen en la tele un documental sobre Riku otra vez. ¿Lo vemos?
- Bueno, siempre es divertido ver como cambia la historia.
Sin decir nada más salieron volando de la isla y en pocos minutos llegaron a su mansión a las afueras del pueblo (lo de tener un amigo superheroe de gran fama y fortuna tiene sus ventajas).

FIN


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Al escribir FIN he tenido un orgasmo. Lo de reescribir el capítulo ese lo veo chungo, la pereza es mayor que 1/x^20 con x=0

[weee man]

Me auto bumpeo, creo que haciendo triple post, para informar a mis lectores de que he terminado la historia 100%, incluido el capítulo de en medio que se perdió.

¡Por favor comentadme! Encima de que acabo la historia nadie comenta