Las clases ya habían acabado y estaba agotada.
Pensativa en lo que iba a hacer el fin de semana, alguien se acerco a mi por la espalda.
- cucú ¿Quién soy?
- Laura
- jo, siempre adivinas quien soy
- es que eres la única que me lo hace
Me dedico una burla y me dio un abrazo.
Salimos de clase y nos dirigimos al “lugar de siempre”.
El “lugar de siempre” es una pequeña casa en el árbol que mi padre me hizo cuando tan solo tenía cinco años.
Subimos como pudimos las escaleras.
Un escalofrió me recorre la espalda, desde muy pequeña he tenido vértigo, aunque fui yo la que le pedí a papa que me hiciera la casita.
Cuando ya estábamos arriba, nos colocamos en una esquina y devoramos los bocadillos que nos habíamos preparado para el almuerzo.
-oye Coco, ¿en qué piensas?- dijo Laura después de haber cogido un patata de la bolsa.
-en nada en especial, planificando lo que haré el fin de semana
-pero… ¿no te ibas a ir con tu padre este finde?
-mierda ¡se me había olvidado por completo!
-pero estarás contenta ¿no?
Me quede pensativa.
En absoluto, desde que mis padres se separaron lo he odiado con toda mi alma.
El día en que salió de la puerta sin mirar atrás y yo lloraba desconsoladamente…
Esas cosas no se olvidan y menos después de 10 años, cuando tu madre te dice que vas a pasar el fin de semana con tu padre.
-No, la verdad es que no me alegra la idea de estar con mi padre.
-pero si cuando éramos pequeñas hablabas de él como si fuera un héroe.
-Héroe… claro es cierto ¿Cómo he podido olvidarlo?
Tras cruzar esa puerta, finalmente lo entendí todo.
Debía de cuidar a mama de esos hombres como él.
Personas que no te llaman, que no te envían cartas y que no te visitan.
-¡Ey! ¡Llamando a Coco!
-¿Qué pasa?
-Te llevo llamando un rato ¿estás bien?
-Si solo es que…
De repente empezó a sonar el tema de Justin Bieber - As Long As You Love Me ft. Big Sean.
Tatareando me acerque a la mesilla donde se encontraba el móvil.
-¿Sí?
-Hola Coco
¡Ostras! Es Fernando, mi compañero y… amor secreto.
-Hola Fer ¿Qué tal estas?
-¿Te vas a ir del cole?
-No ¿quién te ha dicho eso?
-Os lo oí a Laura y a ti.
-No, solo me voy este finde con mi padre
-Pero… ¿tus padres no…?
-Si pero ya han hablado sobre ello y me voy este fin, pero el lunes ya estoy aquí
-Jope… con las ganas que tenia de que te fueras
-¡Idiota!
-Jajjaja, xao Coco ya nos veremos
-xao
Fernando es un chico genial, siempre me ha defendido.
El no es como mi padre precisamente.
-¿Has hablado con Fernando?
-Si…
-¿y qué quería?
-Quería saber si era verdad que me iba del instituto
-¿¡te vas!?
-No, es lo que entendió cuando hablaba contigo de irme el finde con mi padre.
-Ah… pero has disfrutado hablando con el ¿verdad?
-Puede que si disfrutara hablando con él.
Vuelve a sonar el móvil, que extraño ¿se le habrá olvidado decirme algo?
Cojo el móvil, solo es mama.
-¿Qué pasa mamá?
-Hija ¿recuerdas que te ibas a quedar con tu padre este fin de semana?
-Si ¿por?
-Ha habido un pequeño cambio de planes
¿Un pequeño cambio de planes? ¿¡Significa que no voy!?
-¿de qué se trata?
-Vas a estar con tu padre durante… tres meses
¿¡Tres meses!? ¿¡Esta de broma!?
Deje caer el móvil y con cara de preocupación mire Laura.
Ella al momento me entendió, se levanto y me dio un tierno abrazo mientras yo lloraba en su hombro.
Ya era tarde y después de las explicaciones de mi madre y el consuelo de Laura bajamos de la casita del árbol y nos dirigimos a nuestras respectivas casas.
Al llegar a casa me di cuenta que mi padrastro había llegado.
Que lata, seguramente el me regañara por cualquier tontería que se le pase por esa minúscula cabeza.
-Hola…
-¡¡¡Hermanita!!!
Se me había olvidado mencionar que tengo una hermanastra de cinco años, es muy cariñosa y afectuosa conmigo.
Con tan solo cinco años sabe perfectamente que es perder a alguien.
-Hola Carolina ¿mamá está en casa?
-Si, está peleando otra vez con papá
Bufe. Inmediatamente me dirigí al salón, a saber qué desastre habrán montado.
Pues no, nada, los dos cabizbajos con cara de preocupación.
-¿Estoy en medio de un funeral o qué?
-Oh, Coco no te habíamos oído llegar.
-…
-¿Se ha enterado ya?- pegunto mi padre.
-Si…
-Lo siento mucho Coco- dijo mi padrastro cogiéndome de las manos.
Tras una pequeña charla, me dirigí a mi cuarto.
No me apetecía chatear, ni hablar con nadie, solo aclarar mis ideas.
-*una semana con papa*- pensé.
Me quede dormida, soñé que no volvía a ver a mi madre…
A la mañana siguiente no tenía ganas de ir al instituto, ni siquiera de levantarme de la cama.
Con gran esfuerzo me arrastre como pude a la cocina.
Unas tostadas y cola cao, justo lo que necesitaba.
Mientras sorbía el cola cao con mucho esmero, mire a la ventana.
-*Asique tres meses con papa…*- pensé.
Comí las tostadas con desgana y apareció Carolina.
-¿te pasa algo hermanita?
-No, nada. Solo estoy algo cansada, me voy ya.
-Yo también me iré a la escuela, que te vaya bien.
-Igualmente adiós
Cogí la mochila y despidiéndome de Carolina, salí de casa.
Durante el camino, me encontré con Pablo, Alex y Blanca.
Ellos no sabían nada de que me iba, solo Laura que también se acercó a nosotros intentando disimular.
-¿Qué toca ahora?
-Me parece que sociales
-Jo, que “rollazo”, a mi no se vosotros pero la historia se me da fatal.
-Y las mates - afirmo Blanca
- Y lengua - puntillo Pablo
-Y también…
-Vale, vale, he captado el mensaje, no hacía falta que me lo recordarais.
Llamaron al móvil.
-Creo que es el tuyo Coco
-Si lo se
Saque como pude el móvil del bolsillo trasero de la mochila y me lo puse en la oreja.
-Si? Mama ¿eres tú?
-Si, cuando vuelvas del instituto haz la maleta, te vas mañana.
-Pero si estamos a miércoles, falta para el fin de semana.
-Tu padre decidió eso
Otra vez papa, cuando lo vea se va enterar de lo que es bueno.
-Vale mama, luego nos vemos
-Adios hija
Colgué y mire hacia arriba.
El viento me acaricio la cara, mis amigos me miraron desconcertados, excepto Laura que me miro triste.
-¿te paso algo Coco?
-No nada, démonos prisa, si no queremos llegar tarde
Sonreí y les apremie como pude.
-¡Esperadme!
Miramos para atrás, era Fernando. Me ruborice.
-Hola, buenos días
-Hola Fernando – saludo rápidamente Alex.
-Hola Coco
-Hola Fernando ¿Qué tal?
-Bien, pero por poco tiempo – dijo mirando a su reloj preocupado- vamos a llegar tarde-
Fernando me cogió de la mano y corrimos como pudimos mientras los demás nos seguían. Mire varias veces para mis amigos que hacían con las manos la forma de un corazón. ¡Qué vergüenza!
Espero que Fernando no mire hacia atrás.
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