Una toalla que desprendía un desagradable olor golpeó la cara de aquel muchacho que tenía justo en frente justo cuando iba a contestar. El muchacho, enfadado por la asquerosa sensación de aquella toalla lalanzó de lleno hacia aquel tipo con pintas de erudito.
Miré en silencio aquella escena sin hacer ninguna clase de gesto que demostrara mi desagrado. No sabía muy bien si aquel tipo de situaciones eran comunes entre los lugares con mucha gente por lo que no quería juzgar nada sin estar seguro al cien por cien.
—Yo...vengo de un lugar llamado Mundo Inexistente—Contesté con una voz calmada y serena evitando hacer contacto visual con aquel sujeto.