[La Red] Gift for you

Prólogo de Ban Oswald

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Jue Jun 20, 2013 1:01 am

La batalla continuaba igual que antes, o peor. Ban no pudo encontrar nada útil para poner la balanza a su favor, y tanto él como Martha empezaban a notar el cansancio en sus cuerpos. Además, la gafotas también tenía que esforzarse en proteger a su compañero, que seguía paralizado de miedo. Por su parte, Alexis seguía a lo suyo con su consola, hasta que un grito de dolor de la pelirroja pareció hacerle cambiar de idea. Suspiró, apagó su consola y sentó de rodillas en el suelo, contemplando la escena.

De verdad, sois patéticos.

Con un movimiento de manos, la niña hizo aparecer de la nada dos grandes bolas de energía que aplastaron a las hormigas que quedaban. Ban parpadeo perplejo, intentando comprender lo que había pasado, mientras que Martha probó a acercar el brazo a las esferas. Un gran peso invadió su mano y le hizo caer de rodillas al suelo.

La curiosidad mató al gato —se mofó Alexis, sacando la lengua—. ¿No te han dicho que no debes tocar las habilidades de otros en plena acción? Podría matarte sin querer.

¿Habilidades? ¿Podían utilizar habilidades? Oswald recordaba haber escuchado sobre habilidades cuando consiguió el disco y desbloqueo logros, algo sobre Defender con una Coraza...tal vez podría preguntarle a la paliducha, pero el orgullo del rubio y la actitud de la niña se lo impedían. Ya lo descubriría él mismo tarde o temprano.

Ugh —gruñó Martha, intentando alejar la mano de la fuerza que desprendía la esfera. Alexis se adelantó, y para cuando el la habilidad finalizó, los enemigos se habían evaporado sin dejar rastro—. ¿¡J'ok!?

Con cara de preocupación, la chica corrió hasta el ser de los tentáculos. Y aunque J'ok repetía que se encontraba bien, sus heridas y el miedo en su cara decían todo lo contrario. Aferrado a la ropa de Martha, Skropp parecía un niño pequeño muerto de miedo a punto de echarse a llorar...¿cuántos años tendría? Ban ni siquiera sabía qué tipo de criatura era el compañero de la gafotas, o de dónde había salido. ¿Y si de verdad era un niño?

Enhorabuena: Martha Whedon, rol Maga negra nvl 1; J'ok Skropp, rol Guerrero nvl 1; Alexis Blackblood, rol Apoyo nvl 3; Ban Oswald, rol Defensor nvl 2. Habéis superado la prueba.

¿Qué? ¿Superamos la prueba y no subimos ni un nivel? Qué timo.

Ban se cruzó de brazos, enfadado. Estaba cansado y aunque todo había pasado, seguía con el susto en el cuerpo. No habría imaginado que estas pruebas pudieran ser peligrosas de verdad, aunque se había sorprendido a si mismo por lo bien que había aguantado la pelea contra las hormigas. Pero aún quedaba una prueba más...¿podría aguantar?

¿A qué estás esperando para deshacerte de él? —intervino Alexis, dirigiéndose a Martha.

¿Qué acabas de decir? —rugió la chica, fulminando con la mirada a la otra.

No tienes un compañero, sino un estorbo —dijo Alexis, levantándose del suelo y acercándose a ambos—. Los de ahí arriba se han divertido con el espectáculo del bufón, pero lo novedoso se convierte en coñazo al poco tiempo.

Oswald arqueó una ceja, sorprendido por lo que estaba escuchando. Era cierto que J'ok sólo había servido para que "los de arriba" se rieran y para ser un estorbo, pero de ahí a querer matarle...

» Si no lo matas tú, lo matarán ellos.

¡Déjate de gilipolleces! ¡Tú no tienes derecho a decidir lo que tengo que hacer! ¡Es más, tú no has ayudado a tu compañero!

No necesitaba mi ayuda. Habría sido demasiado fácil desde un principio, ¿no? —una tétrica sonrisa apareció en sus labios mientras una humareda se concentraba en su diestra— Además, si no quieres mancharte las manos de sangre...

La paliducha empezó a acercarse a la pareja de compañeros, amenazante.

Me encargaré yo por ti.

Unos aplausos resonaron por la sala, alabando lo que parecía ser un...¿intento de asesinato?
Ban se quedó pillado, sorprendido por el giro de los acontecimientos y sin saber muy bien qué hacer. Él tenía claro que sólo tenía que preocuparse por si mismo, y en el fondo poco le importaba lo que les pasara a los demás. Mucho menos iba a enfrentarse contra Alexis, quien había demostrado ser bastante peligrosa. Pero si la chica iba en serio con lo de matar, él tampoco podía quedarse sin hacer nada.

Eh, Blackblood, déjale en paz —intervino Oswald, con los brazos cruzados y manteniéndose al margen—. Tú lo has dicho, si no lo matas tú lo hará la siguiente prueba. Por lo menos nos servirá como escudo o para entretener a los enemigos. No todos tenemos tus habilidades.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Jue Jun 20, 2013 6:40 pm

Alexis se giró a Ban y relajó el puño, dejando que aquella humareda concentrada en su diestra se disipara y desapareciera a ojos de los espectadores.

Vaya, pensé que serías como la gafotas y me suplicarías como un estúpido, pero tu idea no es tan mala después de todo —dijo, acercándose a Ban—. Será divertido usarlo de escudo si deciden dispararnos. Quién sabe, puede que acabe hecho un queso gruyer.

El pequeño alien tragó saliva y se escondió tras su protectora. Ésta le acarició la cabeza, agachándose a él e intentando tranquilizarle. Pero Ban estaba demasiado lejos de ellos como para adivinar qué se estaban contando. La mirada de odio de la gafotas confirmaba que se había ganado aún más la sospecha de que fuera el culpable de que estuviesen allí atrapados.

Pero él no había hecho nada, ¿o sí?

Unas puertas se abrieron frente a los presentes.

Avanzad a la siguiente prueba.

* * *


La siguiente sala no estaba a oscuras, sino perfectamente iluminada. Como para no estarlo, pues estaba formada por diversas plataformas que se movían para poder avanzar. Abajo del todo había enormes vacíos, pozos que a saber si tenían fondo. Martha retrocedió un poco junto a su compañero.

¿Qué coño hay que hacer ahora?

Las plataformas eran tan minúsculas que mínimo podrían caber dos personas si se apretujaban lo suficiente. No tres, ni cuatro. Una pareja debía quedarse mientras la siguiente pasaba. Parecía sencillo, pero escuchar la estridente voz de aquella mujer les lograría poner los pelos como escarpias.

Ey, parece que no tiene fondo. Una caída eterna, morir por deshidratación antes de encontrar un suelo donde convertirte en puré.

>> ¡Me gusta!


¡Estás chiflada! —exclamó la compañera del alien, claramente nerviosa.

De pronto se escuchó un pitido que reventó como bola de plasma cerca de Martha y Alexis. La primera puso una mueca de auténtico terror, pues si hubiese estado unos centímetros más cerca se habría quedado sin cara. Alexis, por el contrario, sonreía.

Desde ahora, menos charla y más muerte.

Una bruma de aquellas hormigas de la sala anterior apareció a su alrededor. Los aplausos se volvieron a escuchar en la lejanía, presenciando el inicio de la siguiente prueba. Había varias opciones, pero sólo dos personas como mínimo podían subir a la plataforma. Y aquellas criaturas no estaban dispuestas a ponerlo fácil.

Vamos a hacerlo más divertido, ¿no os parece? —de repente la plataforma por la que querían pasar el foso se atascó en medio del recorrido, antes de que llegara al filo donde se encontraban ellos. El otro lado anunciaba la salida a la última prueba— Rol Guerrero, acaba con el enemigo para que se mueva la plataforma. Tu disco es el único capaz, no intentéis usar los demás pues os fundiremos el cerebro, y, por lo tanto, sufriréis. Pues moriréis. Si no lo usas, tu existencia y la de los demás será aniquilada. Buena suerte.

Rol Guerrero. Aquel era J'ok.

Temblando de arriba abajo, el pequeño contempló a los de su alrededor, sin saber qué hacer. La mirada de su compañera, la cínica sonrisa de Alexis y el rostro de Ban expresando cual quiera que fuese su emoción en aquel momento.

Era cuestión de vida o muerte.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Vie Jun 21, 2013 12:23 am

Vaya, pensé que serías como la gafotas y me suplicarías como un estúpido, pero tu idea no es tan mala después de todo —contestó Alexis, relajando el puño y haciendo desaparecer la humareda de su diestra—. Será divertido usarlo de escudo si deciden dispararnos. Quién sabe, puede que acabe hecho un queso gruyer.

Para Ban fue toda una sorpresa que la paliducha le hiciera caso, y aún más la actitud siniestra de la niña. ¿De dónde había salido? Por su parte, Martha intentaba tranquilizar a J'ok con unas palabras que Oswald no llegaba a oír. Cuando la pelirroja se dio cuenta de que les estaba mirando, le dirigió al rubio una mirada llena de odio. Maldita paranoica.

Las puertas de la sala se abrieron de golpe a la vez que la mujer volvía a hablar.

Avanzad a la siguiente prueba.

* * *


La nueva sala estaba perfectamente iluminada, dividida por diversas plataformas en movimientos. Entre plataforma y plataforma, había un enorme vacío en el que no se veía el fondo.

¿Qué coño hay que hacer ahora?

Avanzar hasta el otro lado, supongo…pero las plataformas no son muy grandes, dudo que puedan ir más de dos personas a la vez.

En efecto, las plataformas eran tan pequeñas que una de las parejas tendría que ir antes. Y Ban tenía claro cuál de las dos iría primero.

Ey, parece que no tiene fondo. Una caída eterna, morir por deshidratación antes de encontrar un suelo donde convertirte en puré.

>> ¡Me gusta!


¡Estás chiflada! —exclamó Martha, nerviosa.

Lo está —afirmó Ban.

Un fuerte pitido resonó por la sala, llamando la atención de los cuatro usuarios. La mujer blanca volvió a hablar.

Desde ahora, menos charla y más muerte.

Un grupo de hormigas volvió a aparecer alrededor de los cuatro, acompañadas de varios aplausos de "los de arriba".

¡Demonios! ¡Blackblood, vamos!

Vamos a hacerlo más divertido, ¿no os parece? —de pronto, la plataforma a la que Ban quería saltar para huir de las criaturas se atascó en medio del recorrido antes de que llegara al filo donde se encontraban ellos— Rol Guerrero, acaba con el enemigo para que se mueva la plataforma. Tu disco es el único capaz, no intentéis usar los demás pues os fundiremos el cerebro, y, por lo tanto, sufriréis. Pues moriréis. Si no lo usas, tu existencia y la de los demás será aniquilada. Buena suerte.

¡¿Qué?!

A Ban casi se le salen los ojos de las órbitas cuando reparó en quién era el Guerrero: J'ok. El pequeño alien había empezado a temblar de arriba a abajo, sin saber qué hacer. Pero Oswald ya no podía aguantar más la actitud del marciano, y estalló.

¡Tú, miedica, ya la has escuchado! ¡Mueve el culo, los demás no podemos hacer nada! —Ban estaba enfadado, pero también asustado. Si Skropp no reaccionaba, estaban muertos— Escucha, yo también tengo miedo, pero...¡No me quedo quieto esperando a que me salven o que me maten, demonios!

»Así que si no quieres que ésta
—señaló a Alexis— te tire al vacío de cabeza, ¡pelea!
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Dom Jun 23, 2013 7:56 pm

El pequeño contempló a Ban completamente paralizado, pero sus palabras consiguieron que éste al menos alzara su mano, aun asustado, para encontrarse a su espalda con el disco que los salvaría a todos. Ban percató decisión en sus ojos, le había animado a ser el héroe y salvar la vida de sus compañeros, de aquella muchacha que le había protegido incontables veces desde que aparecieron en aquel terrible lugar.

Y lanzó el disco.

Mas su puntería cabría de desear. A pesar de usar una determinante fuerza, desde aquella posición sólo consiguió dar con una de aquellas hormigas. El disco volvió a su mano, pero no se rindió. Lanzó de nuevo su arma y dio con tres más al chocar de forma consecutiva el disco en una de las esquinas de la sala. Una sonrisa se esbozó frente a Ban, agradecido por darle algo de valentía cuando lo necesitaba.

Pero no había tiempo. Los monstruos dejaban a los jugadores al filo de una caída eterna. Sin suelo en el que apoyar sus pies una vez dieran otro paso hacia atrás, el pequeño fue a recoger su disco, cuando de pronto Alexis se lo arrebató antes de que el disco llegara a las manos de su auténtico dueño.

¿¡Q-Qué haces!? ¡¡D-Devuélvemelo!!

A este paso estaremos todos muertos —dijo la compañera de Ban, mostrando un rostro ensombrecido y sin duda tétrico—. No voy a dejar que eliminen mi existencia por un enano miedica como tú.

Alexis lanzó el disco y para sorpresa de todos consiguió eliminar una gran horda de aquellas criaturas, haciendo que la plataforma llegara al filo del precipicio digital. ¿Acaso podía arrebatar el disco Guerrero a su verdadero propietario y usarlo?

¡Subamos, rápido! —exclamó Martha, llevando a su compañero consigo. Alejándose con la plataforma mientras Ban y Alexis seguían en tierra, el joven escucharía un "lo siento" de los labios de la gafotas.

¿Acaso les estaban traicionando? Bueno, en realidad Alexis había sido quien le había robado al alien su disco, pero eso no suponía matarlo, ¿no?

¡No, joder!

La plataforma regresaba al punto de partida. Obligó con un empujón a que los dos salieran de ella y la voz femenina no tardó en comentar:

Qué malotes —bufó, oyéndose aplausos y abucheos a su alrededor—. ¿Acaso pensáis que somos tontos? Tontos sois vosotros. Lo sois. No hay por qué discutirlo, ¿verdad?

La plataforma volvía a alejarse para los cuatro jugadores.

Juguemos al pilla-pilla. Y Rol Apoyo, aunque seas APOYO, equivocas el concepto. Da gracias a que somos buenos y no te hemos fundido el cerebro de inmediato. Nos... gustas. No cometas más estupideces. Muchos de aquí se sentirían tristes por tu pérdida.

Las criaturas volvían a alzar sus garras sobre ellos.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Lun Jun 24, 2013 5:18 pm

Skropp escuchó a Ban con cara de terror, completamente paralizado. El rubio temía que el alien verde rompiera a llorar en cualquier momento, pero para sorpresa de todos éste llevó uno de sus tentáculos a su espalda y agarró su disco. Con decisión, y aún temeroso, el extraño ser finalmente hizo lo que debía: lanzar su disco…con muy mala puntería. Sólo consiguió dar a una hormiga, y por pura suerte.

¡Apunta mejor, demonios!

J'ok lanzó de nuevo su arma, y esta vez consiguió eliminar a tres enemigos. El marciano le lanzó una sonrisa de agradecimiento a Ban como recompensa por haberle animado a luchar, pero no tenían tiempo para distracciones. A pesar de que Skropp se esforzaba en repeler a las hormigas, éstas habían arrinconado a los usuarios en el borde del precipicio. Ya no tenían lugar al que huir.

Pero todo cambió cuando el Guerrero fue a recoger su disco: alguien se le adelantó y lo cogió antes. Alexis.

¿¡Q-Qué haces!? ¡¡D-Devuélvemelo!!

A este paso estaremos todos muertos —respondió la paliducha, mostrando un rostro siniestro y tétrico—. No voy a dejar que eliminen mi existencia por un enano miedica como tú.

De un rápido movimiento, Alexis lanzó el disco eliminando a una horda de hormigas de golpe. A Ban no le sorprendió, esa chica no era nada normal, pero tuvo que reconocer que la idea de quitarle el disco había sido brillante. ¿Por qué no se le habría ocurrido antes a él?

¡Subamos, rápido! —gritó Martha de pronto.

Cuando Oswald quiso darse cuenta de lo que ocurría, ya era demasiado tarde. La plataforma había comenzado a moverse, y la pelirroja no había dudado en subirse arrastrando a su compañero con ella y dejando a la otra pareja en tierra. Aunque a Ban le pareció escuchar un "lo siento" por parte de la gafotas y él mismo había planeado hacer lo mismo, aquello no le pudo sentar peor.

¡Maldita gafotas, eres una rata traidora! ¡Ésta me la pagas!

¡No, joder!

Para alegría del rubio, la plataforma regresó al punto de partida y obligó con un golpe a que la pareja se bajara.

¿Ibais a alguna parte? —les preguntó Ban, con una sonrisa de oreja a oreja.

Qué malotes —habló la mujer blanca, acompañada de aplausos y abucheos de fondo—. ¿Acaso pensáis que somos tontos? Tontos sois vosotros. Lo sois. No hay por qué discutirlo, ¿verdad?

Y tú estás para que te encierren en un manicomio, ¡psicópata!

Juguemos al pilla-pilla. Y Rol Apoyo, aunque seas APOYO, equivocas el concepto. Da gracias a que somos buenos y no te hemos fundido el cerebro de inmediato. Nos... gustas. No cometas más estupideces. Muchos de aquí se sentirían tristes por tu pérdida.

Enhorabuena, eres la favorita de los zumbados. Igual te dejan unirte a su club si salimos de esta… —se mofó Oswald, dirigiéndose a Alexis.

Habían dejado claro que no se podían hacer "trampas", tenía que ser Skropp quien acabara con las hormigas. Hormigas que volvían a la carga con las zarpas listas para descuartizar a los usuarios. Tenían que reaccionar como fuese.

» ¡Blackblood, devuelve el disco! ¡Y tú, miedica, apunta mejor!

Poco podía hacer Ban, salvo agarrar su propio disco e intentar utilizarlo como escudo si le atacaba una hormiga. Si tan solo supiese cómo utilizar la habilidad de la Coraza
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor EspeYuna » Sab Jul 13, 2013 5:32 pm

Alexis observó furiosa a su compañero. Mas no le quedaba otra que obedecer. Le tiró el disco de mala gana al alien y refunfuñó, de brazos cruzados y sentándose. Cualquiera diría que no se daba cuenta de que tampoco era necesario ponerse en ese plan, tan tranquilo y despreocupado. Pero parecía que Alexis era una jugadora especial, muy especial.

Sacó su consola y la encendió.

Avisadme cuando esto termine.

En medio segundo la espalda de Ban fue fieramente atacada por las garras de aquellos monstruos. Notó como algo líquido bajaba por su espalda, y si llegaba a tocarla, su mano se mancharía de sangre.

Pero antes de que fuese rematado por otra hormiga infernal, el disco de J'Ok la atravesó y la partió en dos en el aire.

El pequeño se armó de valor por salvar a su compañera, pero tampoco iba a dejar morir a quien le había transmitido algo de sensatez ante aquella situación, quien le había dado fuerzas.

La plataforma llegó de nuevo, invitándoles a saltar a ella y salvar sus vidas.

¿Avisar o no a Alexis? ¿Entrar Ben primero o dejar atrás a la gafotas y al alien?

¿Ser un héroe o salvar el pellejo?
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mié Jul 24, 2013 11:39 am

A regañadientes, y tras echarle una mirada llena de furia a su compañero, Alexis le devolvío el disco al alienígena. Enfadada, la chica se sentó en el suelo a jugar con su consola, volviendo a mostrar una actitud tranquila y despreocupada como si la pelea que estaba sucediendo en aquel lugar no fuese con ella. Algo que ya era propio de ella.

Avisadme cuando esto termine.

¡Pero no te quedes ahí quieta sin hacer...!

» ¡¡AAHHH!!


Ban no pudo terminar la frase. Aprovechando que el rubio estaba distraído hablando con Alexis, las hormigas le habían arañado la espalda con sus garras. Por suerte, y antes de que los monstruos pudieran acabar con el chico, Skropp reaccionó a tiempo rechazando el ataque con su disco y salvando al joven Oswald.

Demonios...¡presta más atención!

Aunque le había salvado, el rubio le reprochó al alien que no hubiera evitado el ataque. Ban apretaba los puños con fuerza mientras aguantaba el dolor, sin querer llevarse la mano a la espalda. Estaba seguro de lo que se iba a encontrar, y prefería no ver la sangre. Su sangre.

Mientras, la plataforma había llegado de nuevo. Y en cuanto la vio, Ban no se lo pensó dos veces.

¡Vamos, Blackblood, a la plataforma!

Oswald saltó a la plataforma, esperando que su compañera hiciese lo mismo. No le importaba en absoluto dejar a la gafotas y al alien detrás, pues al fin y al cabo ellos podían defenderse con el disco de Guerrero. Y mientras él estuviese con Alexis, las tenía todas para conseguir ganar estas estúpidas pruebas.

En el fondo, lo único que importaba era salvar el pellejo. El pellejo de Ban Oswald.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Soul Artist » Dom Ago 25, 2013 9:46 pm

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Tras hablarlo con Espe vuelvo a retomar el Prólogo. Ha estado haciendo un trabajo excelente en este tiempo, así que lo primero es agradecérselo por mi parte, porque ha sabido mantener la emoción en todo momento. Siento todo retraso ocasionado, Astro; prometo retomar el Prólogo y no hacerte esperar casi nada entre post y post.

¡L-lo siento!

El alienígena se sentía mal por el reproche de Ban pese a haberle salvado el pellejo en el último momento. Siguió luchando hasta que llegó la plataforma alcanzó su posición, ante lo cual mostró cierta alegría por poder huir finalmente de allí. Sin embargo, Alexis, llamada por el grito del humano, apartó a J'ok con brusqueza y lo tiró al suelo para subir a la plataforma.

¡Eh! ¡¡Eh!! —gritó Martha, dando la espalda a las hormigas y agachándose a recoger a J'ok—. ¡Levanta, tenemos poco tiempo!

La plataforma comenzó a alejarse del punto de partida, dejando atrás al alienígena y a la chica de las enormes gafas. La niña miró a Oswald y le guiñó un ojo con su siniestra sonrisa, sabiendo que ya estaban a punto de terminar aquel juego.

Y, como un rayo del cielo, una extraña melodía sonó del vestido de Alexis. La chica sacó un teléfono móvil de aspecto antiguo, de color negro y cuya pantalla se guardaba sobre sí mismo tras una carcasa de plástico. Lo abrió para ver que la llamada entrante era de un chico de piel morena, con un pelo negro y bien levantado, a la par que un tatuaje en su ojo izquierdo. Bajo su foto venía el nombre de Andrei.

Alexis contestó a la llamada y puso el manos libres de inmediato, probablemente interesada en que Ban escuchara también la llamada.

Hola, Saavedra.

¿¡Tanto cuesta hacerme caso!?

Oh, venga ya. Sólo quería divertirme un poco toqueteando tu ordenador —inquirió Alexis, pasándose la mano por el pelo y dirigiendo un vistazo rápido a Ban y riéndose como una niña mona—. Y creo que ha salido bien.

Un día te matan, Alexis, un día te...

¿Me vas a sacar o no?

Un bufido sonó al otro lado del teléfono. La plataforma se detuvo justo delante del final de la prueba: un largo pasillo que se dirigía hasta unas escaleras de las que no sólo parecían llevar hasta el exterior del futurista recinto en el que se encontraban, sino que los gritos del público parecían hacerse más fuertes cuanto más cerca estaban. Alexis se bajó de la plataforma con un salto, desatendiendo el teléfono y dirigiendo su mirada hacia adelante.

Usuarios, ese teléfono no debería estar funcionando. Es imposible que lo haga.

Hay algo en la seguridad de este mundo. Se me está resistiendo, espera...

Un flash surgió frente a Alexis y Ban, dando lugar a lo que parecía ser una puerta hecha de oscuridad bloqueando todo el pasillo. La chica dio un gritito de alegría y corrió hacia ella, dispuesta a salir de inmediato de aquel lugar.

Infiltración en el sistema. Eliminando puertos externos.

Bueno, chico, ha sido un placer. Ya nos veremos —la chica corrió hacia el portal, pero se detuvo a unos pocos pasos para girarse hacia el chico—. O... No. ¿Por qué no vienes conmigo? Puede ser divertido. Hay tanto que puedes aprender, tanto que ellos te pueden enseñar. Tienes potencial, y estarías mejor con nosotros que con esos nazis de la luz. Vamos, vente. No es que tengas muchas más salidas.

No, rol Defensor, quédate —resonó la voz de la mujer cibernética, incitándole a hacer lo contrario—. La usuaria que te acompaña es una asesina y torturadora. Probablemente quiera hacer un pastel de carne contigo.

¿Vas a fiarte de la zumbada? Venga ya, Oswald —Alexis le indicó con la cabeza que se dirigiese al portal—. Será divertido.

Configuración —anunció la mujer en alto, cambiando de color todas las luces de la posición en la que se encontraban Martha y el alienígena a uno naranja violento—. Cambiando roles de Ban Oswald y J'ok Skropp. Cambiando función de la plataforma a móvil a "sólo en uso".

El disco de Ban desapareció de su mano y volvió a aparecer con un color distinto, identificándolo inmediatamente como el de su compañero. Escuchó un grito proveniente de Martha proveniente de la plataforma y vio cómo el alienígena caía al suelo, con su brazo izquierdo siendo atravesado por una de las hormigas... Y desapareciendo en el aire con puñado de datos digitales como rastro.

¿Vuestra conciencia es capaz de soportar que mueran cuando sois los únicos en poder salvarles?

Alexis contestó encogiéndose de hombros y corriendo hacia el portal, junto al cual se colocó para volver a dirigir su mirada hacia Ban. La única salida que tenían ambos comenzaba a cerrarse poco a poco: había tiempo de entrar, pero si volvía a por la chica de las gafas o el alienígena probablemente no siguiese ahí. La niña gritó a Ban una vez más.

¡Vamos! Ambos sabemos que sólo quieres salvarte el cuello. Han sido un grano en el pompis desde que el juego empezó. Si no eres capaz de mancharte las manos para estar con nosotros, ve y sacrifícate por esos idiotas. Tú eliges, chico.

La plataforma de vuelta a la ubicación de sus dos compañeros saldría de su sitio sólo de nuevo si alguien se colocaba sobre ella, pues la mujer había cambiado la configuración. Era cierto, podía salvar su pellejo y quedarse con Alexis. Pero aunque intentase mostrarse siempre rastrero, pese a su carácter de cara al exterior, ¿sería capaz de dejarles atrás?

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Bueno, esta decisión puede cambiar tu bando, obviamente. Por lo que piénsalo bien.

Como dije, no me voy a retrasar con los posts de ningún modo, prometido. En cuanto vea tus posts me pondré de inmediato. Gracias por tu paciencia de nuevo.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Lun Ago 26, 2013 12:35 pm

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Gracias, y no te preocupes si alguna vez te tienes que retrasar que no pasa nada :wink:


Ban fue el primero en subir a la plataforma y aunque J'ok también lo intentó, Alexis, avisada por el grito del rubio, no dudó en tirarle al suelo para subir ella en su lugar.

¡Eh! ¡¡Eh!! —gritó la gafotas, ayudando a levantarse al alien—. ¡Levanta, tenemos poco tiempo!

La plataforma ya se alejaba con la pareja Oswald-Blackblood encima, dejando a Whedon y a Skropp en tierra. Y aunque Ban les observaba intentando convencerse de que no había hecho nada malo, no podía evitar sentirse un poco culpable. Pero, ¿por qué? ¡Si Skropp era el único capaz de luchar contra las hormigas, los demás no podían hacer nada! Solo había procurado ser el primero en pasar la prueba, asegurándose de paso de seguir junto a Alexis para tener más posibilidades de sobrevivir en la siguiente prueba. La gafotas y el miedica solo tenían que aguantar un poco más hasta que la plataforma volviese y la estúpida prueba terminaría para todos.

Alexis, que le había guiñado el ojo al rubio cuando subió a la plataforma, seguía con su extraña actitud cuando de pronto una música empezó a sonar proveniente de su vestido. Con total tranquilidad, la niña sacó de su bolsillo un móvil negro de aspecto antiguo, y en cuya pantalla se reflejaba la llamada de un chico más mayor que Ban, de piel morena, pelo negro y con un tatuaje en el ojo izquierdo. Según el móvil, se llamaba Andrei.

¿¡Has tenido un móvil todo este tiempo!? ¡Podríamos haber llamado antes a la policía o a alguien que nos ayudara!

Mientras Oswald alucinaba en colores con la actitud de la niña, ésta contestó a la llamada activando el mano libres al instante, permitiendo que su compañero escuchase la conversación que iba a tener.

Hola, Saavedra.

¿¡Tanto cuesta hacerme caso!?

Oh, venga ya. Sólo quería divertirme un poco toqueteando tu ordenador —contestó Alexis con una risita, fingiendo ser una niña inocente mientras miraba de reojo a Ban—. Y creo que ha salido bien.

Un día te matan, Alexis, un día te...

¿Me vas a sacar o no?

Mientras el tal Andrei o Saavedra, o como se llamase, bufaba como respuesta, la plataforma llegó a su destino: el otro extraño de la sala, el final de la prueba. Delante se alargaba un pasillo que dirigía hasta unas escaleras que parecían llevar por fin al exterior de estos extraños edificios, aunque sin dudas los gritos "del público" también se oían más fuertes. ¿La última prueba era a plena vista de los responsables de estos Juegos?

Alexis se bajó de la plataforma, seguida por Ban. Aprovechando que la conversación telefónica había parado unos segundos, el rubio no perdió la oportunidad de preguntar por ese "sacar" que había mencionado.

Supongo que, para variar, no me vas a explicar quién es ese Saavedra o cómo te va a "sacar" de aquí, ¿verdad?

Usuarios, ese teléfono no debería estar funcionando. Es imposible que lo haga —la voz de la mujer volvió a resonar por la sala, buscando una vez más cómo fastidiar la situación.

Hay algo en la seguridad de este mundo. Se me está resistiendo, espera...

Frente a la pareja de Usuarios surgió un extraño flash del que aparecio una especie de puerta compuesta por oscuridad, como si fuese la entrada a un pasillo. En cuanto la vio, Blackblood dio un gritito de alegría y echó a correr hacia ella dispuesta a cruzarla. Por su parte, Ban parpadeaba perplejo, sin entender qué demonios estaba sucediendo. ¿Eso era una salida?

Infiltración en el sistema. Eliminando puertos externos.

Bueno, chico, ha sido un placer. Ya nos veremos —la chica corrió hacia el portal, pero pareció cambiar de idea a pocos centímetros de cruzarlo y se giró hacia el rubio—. O... No. ¿Por qué no vienes conmigo? Puede ser divertido. Hay tanto que puedes aprender, tanto que ellos te pueden enseñar. Tienes potencial, y estarías mejor con nosotros que con esos nazis de la luz. Vamos, vente. No es que tengas muchas más salidas.

¿Ir contigo...? ¿Adónde? —respondió el chico, cada vez más confuso por todo lo que veía y escuchaba— ¿Eso es una salida de este sitio?

No, rol Defensor, quédate —intervino la voz de la mujer cibernética, incitándole a hacer lo contrario—. La usuaria que te acompaña es una asesina y torturadora. Probablemente quiera hacer un pastel de carne contigo.

¿Vas a fiarte de la zumbada? Venga ya, Oswald —Alexis le indicó con la cabeza que se dirigiese al portal—. Será divertido.

¡D-dejadme pensar, demonios! —protestó el aludido, intentando aclarar sus ideas.

Cierto era que no sabía nada de Alexis ni del lugar al que iría si cruzaba ese portal, pero por otra parte permanecer en estos Juegos era otra locura aún mayor. Ya había sido herido en la espalda, quedaba la última prueba y sin Alexis a su lado las tenía muy negras para sobrevivir. Fiarse de una niña loca o quedarse para que le hagan pedazos unas hormigas asesinadas. Entre dos locuras, elegiría la menor: ir con Alexis.

Yo...

Configuración —interrumpió la mujer en alto, cambiando de color todas las luces de la posición en la que se encontraban Martha y el alienígena a uno naranja violento—. Cambiando roles de Ban Oswald y J'ok Skropp. Cambiando función de la plataforma a móvil a "sólo en uso".

Por un segundo el disco de Ban desapareció de su mano para volver a aparecer con otro color, el color del rol Guerrero. Antes de que pudiese entender qué pretendía la mujer, un grito de Martha hizo que se girase para ver que J'ok había caído al suelo con su brazo izquierdo, atravesado por una hormiga, desapareciendo en el aire dejando un puñado de datos digitales.

¿¡Qué demonios!? ¡No!

Ban había comprendido el truco de la mujer: él era ahora el Guerrero, el único capaz de dañar a las hormigas. Si se iba con Alexis, les dejaría sin medio de protección y condenaría a la pelirroja y al alien a una muerte segura.

¿Vuestra conciencia es capaz de soportar que mueran cuando sois los únicos en poder salvarles?

¡Hija de puta! —estalló Oswald, lleno de rabia y odio hacia la mujer— ¡No puedes hacer esto! ¡No!

Alexis se limitó a encogerse de hombres y avanzar hasta colocarse al lado del portal, esperando a que Oswald solucionase su dilema moral. Pero el portal de oscuridad se empezaba a cerrar poco a poco, y el tiempo apremiaba. Tenía que decidir rápido, pero...¿qué debía hacer? ¿Lo correcto, quedarse a ayudar, o asegurarse de salvar su vida pero condenando a dos personas a la muerte?
Ban apretó los puños con fuerzas, reprimiendo las ganas de llorar por pura rabia e impotencia. Se veía incapaz de decidir algo así, no podía dejar morir sin más a dos personas que han sido sus compañeros; pero por otra parte si se quedaba estaba seguro de que lo más probable es que él también acabase muerto. ¿No había otra solución? ¿Alexis no podía hacer nada por ayudar?

¡Vamos! Ambos sabemos que sólo quieres salvarte el cuello. Han sido un grano en el pompis desde que el juego empezó. Si no eres capaz de mancharte las manos para estar con nosotros, ve y sacrifícate por esos idiotas. Tú eliges, chico.

Aunque fueron palabras duras, Blackblood tenía razón. Lo único importante desde el principio de estos Juegos había sido sobrevivir como fuera, pensar solo en su propia seguridad. Y no debía olvidarlo. Quedarse significaba morir, casi suicidarse, y Ban no quería morir. No aún.

T-tienes razón...

Girando sobre sus tobillos, Ban dio un par de pasos y dejó caer el disco del Guerrero en la plataforma antes de que ésta volviese a avanzar hacia el otro extremo de la sala. Se iba con Alexis, y lo único que podía hacer por Martha y J'ok era mandarles el disco con la plataforma. No podía hacer más.

Lo siento.

Incapaz de mirar hacia la otra pareja y rezando por no escuchar ningún grito de ellos, Oswald avanzó hasta ponerse al lado de Alexis. Aunque ahora defitinivamente se sentía culpable y sabía la razón, había tomado una decisión.

» Iré contigo.

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Acepto el cambio de bando, a Bastión Hueco que voy.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Soul Artist » Lun Ago 26, 2013 3:04 pm

Mientras Martha socorría a J'ok notó cómo algo caía a su lado: el disco que anteriormente poseía su compañero, el cual se quedó observándolo unos segundos atónita. Lo recogió rápidamente y observó hacia su origen, esperando ver a Alexis o Ban. Pero sabía que no iba a ser así. Sabía que estaba atrapada, pues la plataforma no volvería a ellos si nadie se subía encima.

No dijo nada. Sólo se quedó en silencio sabiendo cuál iba a ser su destino mientras miraba hacia el techo. Sabía que había sido traicionada y dejada de lado. Desde el principio había tenido razón y ahora podía confirmarlo: no debía fiarse del joven que se hacía llamar Ban Oswald.

El precio de hacerlo era la vida.

¡No! ¡¡No!!

Mientras Ban corría en dirección al portal este comenzó a cerrarse mucho más rápido, probablemente con las funciones de defensa del edificio para erradicar la posibilidad de cualquier salida. Las paredes, suelo y techo a su alrededor se conviertieron en decenas de pantallas en las que el joven podía ver su decisión: las hormigas se estaban abalanzando sobre sus dos compañeros.

El primero en caer fue J'ok, cuyos gritos escuchó irremediablemente junto con un sonido chasqueante y digital. No dejó rastro alguno de su cuerpo; desapareció en una ola de datos, al igual que su brazo. Alarmada por el suceso, Martha se levantó para combatir a las criaturas; fue inútil. Una de las sombras se lanzó sobre ella, dañándole el pecho y tirándola al suelo.

Alexis entró al portal sin quitar la vista de su compañero mientras apenas se convertía en un pequeño agujero por el que pasar. Alzó su brazo para cogerle y no dejar que quedara atrás, de ninguna de las maneras. Y alcanzó la mano de Oswald, de la cual tiró hacia el interior del portal, demasiado pequeño para entrar.

Antes de poder pasar Ban se obligó a ver el destino final de su ex compañera. Tres hormigas se abalanzaron sobre ella mientras soltaba su disco al suelo, gritando horrorizada por la terrible muerte inminente que se abalanzaba sobre ella.

El portal se volvió un poco más grande de golpe y frente al grito de la mujer loca, Alexis tiró de Ban para meterle adentro.

* * *

Cuando Ban volvió a abrir los ojos comprobó que, por segunda vez en aquel día, todo a su alrededor había cambiado bruscamente. Tirado en el suelo comprobó que ya no se encontraba en un edificio semifuturista de paredes monócromas y luces de neón, sino que había sido transportado a través del portal hasta lo que parecía ser unas instalaciones subterráneas.

Frente a él se encontraba un enorme ordenador con un gigantesco teclado, controlado por el mismo chico moreno que había visto en el móvil de Alexis; pero él perdía toda clase de importancia cuando frente a él se abría un enorme y gigantesco vacío, con lo que parecían ser cápsulas a ambos lados de la gigantesca estancia.

Alexis se acercó a Ban y le ofreció su mano para levantarse. Después de ayudarle a recuperarse le sonrió y le invitó con un gesto de su brazo a maravillarse con todo cuanto se abría ante él.

Bienvenido a mi hogar: Bastión Hueco.

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Te agradecería para el futuro que dejaras de traer basura de tus viajes, Alexis —soltó el joven del ordenador, demasiado concentrado como para dignarse a mirar a la cara a Ban y sin importarle su presencia como para insultarle—. Y sobre todo que dejes el ordenador en paz. Tengo demasiado trabajo, niña, y tus videojuegos van a acabar estropeando todo a lo que me dedico.

Ni caso, Ban. Cuesta coger cariño a Andrei, pero acaba siendo tan encantador como yo.

Qué halagado me siento... —se burló el joven con un tono de burla y desprecio, sin dejar de concentrarse en el monitor que tenía delante—. ¿Qué piensas hacer con el crío? ¿Usarlo de mascota? Esperemos que no sufra el mismo accidente que aquel cachorro de hace un mes.

Espera aquí, Ban —pidió Alexis al chico, riéndose por lo bajo como una niña mona e inocente pese a que lo que acababa de contar Andrei más bien desestimase cualquier intento de parecerlo—. Voy a presentarte a mi Maestro. No saques de los nervios a nuestro gitano favorito.

La niña salió corriendo a la salida de la habitación, desapareciendo tras el marco de la puerta en la pared a la derecha que llevaba directamente a un especie de ascensor ascendente. Ban se quedó a solas con el joven borde, el cual ignoró su presencia durante un minuto mientras seguía trabajando en el ordenador.

Alexis invitando a amigos al castillo. Lo que me faltaba —se lamentó Andrei, llevándose la mano al cuello y dejando por fin el ordenador mientras se apagaba tras él—. Si te ha traído como voluntario para sus jueguecitos ya aviso de que yo no pienso limpiar nada. Pareces un niño mimado, pero deberías saber la sangre es increíblemente difícil de lavar.

Quizás no hubiese sido buena idea ir allí después de todo...
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Mar Ago 27, 2013 6:26 pm

¡No! ¡¡No!!

Los esfuerzos de la mujer cibernética por evitar la huida de los dos usuarios empezaron a tener efecto en el portal de salida, que cada vez se cerraba más y más rápido. Pero, sin duda, lo peor fue que tanto las paredes como el suelo y el techo alrededor de Ban se transformaron en decenas de pantallas en las que el joven Oswald podía ver las consecuencias de su decisión: J'ok desapareciendo en datos tras ser masacrado por las hormigas y Martha a punto de sufrir el mismo destino.

Ban no pudo seguir mirando y cerró los ojos con fuerza, rezando para que lo que estaba viendo no fuese real. Ni siquiera siguió avanzando hacia el cada vez más pequeño portal, estaba paralizado. Era una pesadilla. Pero por suerte para el muchacho, Alexis no le dejó atrás. Le agarró de la mano y tiró de él hacia dentro, obligándole a entrar por el pequeño portal antes de que éste se cerrara.

Los gritos de terror de Martha y los chillidos furiosos de la mujer blanca fueron lo último que Ban Oswald escuchó antes de abandonar aquel horrible lugar.

* * *

Con un dolor de cabeza horrible, Ban abrió los ojos tras haber viajado a otro mundo por segunda vez en un día. Y, como en la última ocasión, se encontraba en un sitio completamente desconocido y diferente. Un enorme ordenador con un gigantesco teclado tras el que se abría un infinito vacío, con lo que parecían ser cápsulas a ambos lados de la estancia. Por lo menos esta vez no parecía un escenario sacado de un videojuego.

El chico del móvil de Alexis, Andrei, se encontraba frente al teclado observando a los recién llegados. La niña, con una sonrisa en la boca, ayudó al rubio a levantarse y pasó a presentar el escenario al que acababan de llegar.

Bienvenido a mi hogar: Bastión Hueco.

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¿Qué...? —dijo el chico, todavía aturdido por todo lo que acababa de ocurrir.

Ban se golpeó la frente con fuerza, intentando calmar el dolor que sufría y, sobre todo, quitarse de la cabeza la imagen de J'ok desapareciendo y los gritos de Martha.

Te agradecería para el futuro que dejaras de traer basura de tus viajes, Alexis —protestó el joven del ordenador, sin dignarse a mirar a Ban a la cara—. Y sobre todo que dejes el ordenador en paz. Tengo demasiado trabajo, niña, y tus videojuegos van a acabar estropeando todo a lo que me dedico.

Ni caso, Ban. Cuesta coger cariño a Andrei, pero acaba siendo tan encantador como yo.

Qué halagado me siento... —se mofó Andrei con un tono de burla y desprecio, sin dejar de concentrarse en el monitor que tenía delante—. ¿Qué piensas hacer con el crío? ¿Usarlo de mascota? Esperemos que no sufra el mismo accidente que aquel cachorro de hace un mes.

No soy ninguna mascota —contestó Ban con firmeza, fulminando con la mirada al joven.

Espera aquí, Ban —le pidió Alexis, riéndose como una niña inocente pese a lo que había dicho Andrei—. Voy a presentarte a mi Maestro. No saques de los nervios a nuestro gitano favorito.

¡E-espera, Blackblood!

Pero la chica ya había salido de la sala, dejando a los dos chicos solos. El gitano siguió trabajando con el ordenador e ignorando al rubio durante un momento, hasta que finalmente se dignó a girarse.

Alexis invitando a amigos al castillo. Lo que me faltaba —se quejó Andrei mientras el ordenador se apagaba tras él—. Si te ha traído como voluntario para sus jueguecitos ya aviso de que yo no pienso limpiar nada. Pareces un niño mimado, pero deberías saber la sangre es increíblemente difícil de lavar.

No sé de qué me hablas, así que déjame en paz —repuso el chico, al que el gitano cada vez le caía peor.

Con un largo suspiro, el pequeño Oswald intentó poner en orden sus ideas. Necesitaba distraerse y mantenerse activo para no pensar (y sobre todo recordar) en lo sucedido en los Juegos, y de paso conseguir respuestas a nuevas preguntas. Había seguido a Alexis a este lugar llamado Bastión Hueco, del que no sabía absolutamente nada.

A ver, listillo, empecemos por el principio. ¿Qué es este sitio? ¿Quiénes sois vosotros?

Esperemos que el joven Ban no haya huido del fuego para caer en las brasas.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Soul Artist » Mié Ago 28, 2013 1:36 pm

A ver, listillo, empecemos por el principio. ¿Qué es este sitio? ¿Quiénes sois vosotros?

Andrei dirigió la mirada hacia Ban y le sonrió maliciosamente. Se sentó en el suelo apoyando su espalda sobre el ordenador tras él, desviando sus ojos hacia el techo mientras echaba una carcajada al aire; se mofaba de la ignorancia del niño.

¿Has venido aquí sin saber nada de verdad? Patético. Los demás al menos tenían una mínima idea de qué somos, lo que hacemos... Pero tú no llegas ni a comprender dónde vives. Pues tengo nuevas para ti, niño mimado.

Volvió a clavar sus ojos en el muchacho, haciéndole una señal con el dedo de que estuviese atento a él. Extendió su mano y, alrededor de su puño, una masa de sombras se acumularon hasta hacer aparecer una alargada arma con la curiosa forma de una llave. Su filo era negro y destacaba especialmente por las calaveras como motivo decorativo del arma, a la par que un pequeño láser morado recorriendo parte del arma.

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Somos los auténticos guardianes de la galaxia, muchacho. El lugar del que vienes no es más que una estrella entre miles. ¿Has mirado alguna vez al cielo? ¿Nunca te has sentido pequeño e insignificante? Eso es porque no eres nadie, ni tampoco lo ha sido tu mundo. Hay cientos de lugares que tus ojos no han contemplado, paisajes de los que sólo habrás leído o que jamás creíste posibles. Y este es uno de ellos: un castillo rodeado de una ciudad atrapada en el hielo de la oscuridad, antaño uno de los mayores jardines del universo y capital de los moradores de la luz.

»Protectores de la oscuridad frente al despotismo de la luz, eso es quienes somos. Los auténticos Caballeros de la Llave Espada.

Andrei se volvió a levantar y se acercó a Oswald lentamente, dirigiendo el filo de su extraña arma directamente hacia él. Retrocediese el chico o intentara esquivarle, al final el gitano logró colocar la punta de su arma en su pecho, apretando ligeramente. Algo en el corazón de Ban se retorció, casi atraído por la llamada de la nombrada Llave Espada; quería salir, liberarse de su cuerpo carnal.

Cuando un corazón cae preso de la oscuridad da lugar a un ser tan despreciable como penoso: los Sincorazón —explicó Andrei, acercando su rostro al del joven y sonriéndole, casi tocando su nariz con la suya. Hablaba casi en susurros, intentando relajarle mientras su arma le empujaba hasta la pared más cercana—. Entre otros objetivos, buscamos el poder dominar esas criaturas para proteger a los mundos de forma auténtica. Nuestros métodos pueden no ser aprobados por todos, pero dime: ¿es mejor conocer a tu enemigo y doblegarlo a tu voluntad, o sencillamente eliminarlo por ser diferente?

Ban notó cómo la mano libre de Andrei se pegaba a la pared, acorralándole más mientras el gitano apretaba más con su arma en su pecho y acercaba su cuerpo al suyo, notando el calor que desprendía. Saavedra sonrió de mejilla a mejilla, esperando alguna reacción nerviosa por parte del chico, mientras seguía hablando:

Así que, cuéntame, chico mimado. ¿Serías capaz de dominar el poder de la Llave y luchar por un mundo mejor...?

El arma dejó de apretar el pecho de Oswald para, sin apartarse ni un centímetro de él, Andrei agarrara el filo con fuerza y le invitase a tomar de la empuñadura. Le estaba dando entrega de su espada sin importarle las consecuencias, mientras notaba su aliento pegado a su nuca.

¿... O prefieres ser uno de esos Sincorazón el resto de tu penosa existencia?
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Jue Ago 29, 2013 8:12 pm

La carcajada de Andrei resonó por la sala. El gitano, sentado en el suelo con la espalda apoyada en el ordenador, encontraba la ignorancia de Ban de lo más divertida.

¿Has venido aquí sin saber nada de verdad? Patético. Los demás al menos tenían una mínima idea de qué somos, lo que hacemos... Pero tú no llegas ni a comprender dónde vives. Pues tengo nuevas para ti, niño mimado.

Estaba demasiado ocupado salvando mi vida, ¿sabes? —se defendió el chico con sarcasmo.

Con un gesto para llamar la atención del rubio, Saavedra extendió su brazo y, alrededor de su mano, se formaron unas extrañas sombras que se acumularon hasta hacer aparecer un objeto alargado. El joven Oswald dio un paso hacia atrás, mirando esa cosa con desconfianza. No habría sabido decir qué era, pues parecía una especie de llave gigante, pero también tenía un aire a espada.

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¿Q-qué demonios es esa cosa?

Somos los auténticos guardianes de la galaxia, muchacho. El lugar del que vienes no es más que una estrella entre miles. ¿Has mirado alguna vez al cielo? ¿Nunca te has sentido pequeño e insignificante? Eso es porque no eres nadie, ni tampoco lo ha sido tu mundo. Hay cientos de lugares que tus ojos no han contemplado, paisajes de los que sólo habrás leído o que jamás creíste posibles. Y este es uno de ellos: un castillo rodeado de una ciudad atrapada en el hielo de la oscuridad, antaño uno de los mayores jardines del universo y capital de los moradores de la luz.

»Protectores de la oscuridad frente al despotismo de la luz, eso es quienes somos. Los auténticos Caballeros de la Llave Espada.

Esta vez fue el rubio quien soltó una carcajada, mirando al moreno con incredulidad.

Sí, claro, lo que tú digas. Ahora voy yo y me lo creo —esta vez fue el rubio quien soltó una carcajada, mirando al moreno con incredulidad—. Me voy a buscar a Blackblood...

Ban ni siquiera había prestado atención a las palabras de Andrei, era demasiado escéptico como para creerse ese cuento chino. Incluso con lo que había visto hoy, la idea de otros mundos y unos Caballeros que los defendían era más propia de los cómics que de la vida real. Podía aceptar que se hubiera visto atrapado dentro de un videojuego por una tecnología muy avanzada, pero lo que le contaba Saavedra era más propio de la "magia". Y hacía muchos años que Ban había dejado de creer en las hadas.

El chico Oswald fue a abandonar la habitación, pero se encontró de frente con Andrei apuntándole con su arma y avanzando hacia él. Asustado por lo que pudiera hacerle, el rubio retrocedió todo lo que pudo hasta chocar contra la pared con la punta de la llave del gitano en su pecho, apretando ligeramente. Una sensación extraña envolvió el corazón de Ban, como si el órgano se viese atraído por la Llave Espada del joven.

¡Apártate de mí!

El miedo empezaba a apoderarse de Ban. ¿Qué pretendía hacer Andrei?

Cuando un corazón cae preso de la oscuridad da lugar a un ser tan despreciable como penoso: los Sincorazón —Andrei acercó su rostro al del rubio sonriéndole, casi tocando su nariz con la suya. Casi en susurros, como si intentara relajarle, seguía hablando mientras su arma le empujaba más hacia la pared—. Entre otros objetivos, buscamos el poder dominar esas criaturas para proteger a los mundos de forma auténtica. Nuestros métodos pueden no ser aprobados por todos, pero dime: ¿es mejor conocer a tu enemigo y doblegarlo a tu voluntad, o sencillamente eliminarlo por ser diferente?

Andrei colocó su mano libre en la pared, acorralando más al pequeño Oswald mientras el gitano apretaba más su arma contra el pecho del chico y acercaba su cuerpo al suyo, casi pegados. Incluso podía notar el calor que desprendía el moreno. Saavedra, con una sonrisa de mejilla a mejilla, prosiguió con su discurso:

Así que, cuéntame, chico mimado. ¿Serías capaz de dominar el poder de la Llave y luchar por un mundo mejor...?

Ban notó como el arma dejó de apretar su pecho para que, sin apartarse ni un centímetro, Andrei agarrara el filo y le ofreciera la empuñadura. ¿Le estaba dando su propia arma? ¿Qué demonios pretendía?

¿... O prefieres ser uno de esos Sincorazón el resto de tu penosa existencia?

Cansado, con un dolor de cabeza horrible y un mal humor que aumentaba por momentos, Ban tenía que admitir que estaba asustado. Si no había sido suficiente lo ocurrido en La Red, ahora un gitano loco le había arrinconado contra la pared ofreciéndole entrar en lo que parecía una secta de locos.

Estaba harto. El rubio solo quería salir de allí, volver a casa y poder olvidar todo lo que le estaba pasando. Y cuando vio la oportunidad, no lo dudó.

¡Prefiero que me dejes en paz, zumbado!

Ban agarró la Llave Espada de Andrei por la empuñadura y, nada más la tuvo en la mano, la utilizó para golpear la cabeza del gitano con fuerza. Le diera o no, si Saavedra se apartaba de encima el chico echaría a correr por la puerta por la que había salido antes Alexis en busca de una salida.

Tenía que salir de allí.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Soul Artist » Sab Ago 31, 2013 4:46 pm

Ban contestó violentamente al acercamiento íntimo de Andrei a su cuerpo. Tomó la Llave Espada de sus manos y la blandió para intentar golpearle en la cabeza, pero el arma desapareció con un flash antes de llegar a tocarle la frente. El chico sonrió ampliamente y acercó más su rostro al del recién llegado, clavando sus ojos en él y susurrando muy, muy bajo:

Ahora me perteneces, chico mimado.

Su cuerpo se apartó del suyo, dejando de acorralarle con sus brazos y su pecho, permitiéndole la huida. Oswald, viendo su oportunidad de por fin escapar de aquella locura de conversación, salió corriendo en dirección adonde se había dirigido Alexis. Podía notar cómo los ojos de su nuevo compañero se clavaban en él, feliz por su reacción nerviosa y acelerada. Los habitantes de aquel castillo tenían una forma extraña y curiosa de dar la bienvenida a los novatos al parecer.

No le siguió, sin embargo, por lo que podía correr en paz. La habitación contigua a la sala de ordenadores disponía de un elevador de avanzada tecnología al fondo, el cual no se encontraba en aquella planta, y unas escaleras para subir el mismo camino. Había otra salida en la habitación junto a la pared que Andrei le había acorralado, pero no era nada apetecible volver allí. La única salida que Ban podía estar buscando, por tanto, se encontraba o por las escaleras o llamando al ascensor.

Pero antes de poder decidir escuchó que el elevador se ponía en funcionamiento. Viente segundos exactos después las puertas de este se abrieron para dar paso a una figura: Alexis había vuelto a por él. La niña sonrió siniestramente y le saludó con un simple movimiento de mano.

¿Te has divertido con Andrei? —preguntó la niña, casi como si supiera lo que había pasado en aquella habitación en su ausencia—. Vamos. Él quiere verte.

Alexis se hizo a un lado para dejar pasar a Ban. El interior del ascensor no era tan tecnológico como las puertas automáticas de acero que daban acceso a él; parecía una gran jaula en la que perfectamente podían entrar más de quince personas. Si entraba, las puertas del ascensor se cerrarían y comenzarían a ascender entre las paredes del castillo.
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Re: [La Red] Gift for you

Notapor Astro » Sab Ago 31, 2013 6:15 pm

El plan de Ban resultó ser todo un fracaso. La Llave Espada de Andrei desapareció de las manos del chico antes de que pudiera tocar al gitano, quien sonrió ampliamente y se acercó aún más al rubio. Mirándole directamente a los ojos, susurró en un tono muy bajo:

Ahora me perteneces, chico mimado.

Y para sorpresa de Oswald, Saavedra se apartó. Apartó sus brazos de la pared y se alejó lo suficiente como para que Ban echara a correr hacia la salida. Sabía que los ojos del gitano estaban clavados en él mientras se alejaba, pero no se giró. Quería salir de esa habitación y, sobre todo, perder de vista al rarito de Andrei. ¿Qué demonios era eso de que ahora le "pertenecía"? Otro que estaba loco perdido.

Corriendo, Ban llegó a la siguiente habitación. Tras suspirar aliviado al comprobar que el listillo no le seguía, observó que la nueva estancia tenía una especie de ascensor moderno al fondo de la sala, el cual no se encontraba en aquella planta, y al lado unas escaleras para acceder a los pisos superiores a pie.

Genial, ¿dónde demonios estará Alexis? —se preguntó el chico, malhumorado, mientras avanzaba hacia el elevador.

Encontrar a la niña era su plan actual, pues parecía la única capaz de ayudarle (a su manera) a volver a casa. Pero si Andrei había dicho la verdad y realmente estaban en un castillo, la niña podría estar en cualquier parte. Ban fue a llamar al ascensor, pero antes de que presionara el botón escuchó que la maquinaria estaba en movimiento: el aparato descendía hacia su planta.

Y, por suerte para él, cuando las puertas se abrieron dieron paso a quien estaba buscando: Alexis le saludaba con un gesto de la mano y una sonrisa siniestra.

¿Te has divertido con Andrei?

¡Ese tío está loco! —protestó el chico, aunque en el fondo estaba aliviado de ver a la paliducha— ¿Cómo se te ocurre dejarme solo con él? Creo que quería que me uniera a una secta, o algo peor.

Vamos. Él quiere verte.

¿Él? ¿Quién, tu maestro? Antes has dicho que ibas a buscarle.

Sin pensarlo mucho, aunque de mala gana, el joven Oswald entró en el ascensor cuyo interior era enorme. No era tan moderno como parecía por fuera, pero allí dentro podían caber casi quince personas. Con los dos jóvenes dentro, las puertas se cerraron y la máquina empezó a subir.

Pasado el mal rato con Andrei, ahora parecía ser el turno de conocer al Maestro de Alexis. ¿Será otro loco más, o alguien que por fin ayude al pobre Ban a volver a casa?
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