[La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Prólogo de Celeste

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Suzume Mizuno » Vie May 22, 2015 2:28 am

Creo… que fue en la catedral. Sí, vi el primero en Notre Dame poco antes de irme —dijo Celeste—. Cuando Frollo se marchó y yo me escabullí por el balcón para que no me viera. ¿Por qué? ¿Creéis que tiene algo que ver con la Iglesia? Cuando habéis dicho que los demonios podían estar siguiendo órdenes de alguien, ¿os referíais a alguien de dentro?

Ryota frunció el ceño y calló un minuto que a la chica se le debió antojar eterno.

Así que el juez Frollo…—Tras un momento meneó la cabeza—. No sabría decirte si tiene que ver con la Iglesia o con alguien de fuera. Pero si te ha visto tenía que encontrarse dentro de Notre Dame.

Volvió a guardar silencio, meditando para sus adentros. Entonces Celeste experimentó un escalofrío y les vio.

Unas sombras oscuras, dos pares de ojos amarillos en la entrada del callejón.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Ryota se adelantó un par de pasos y levantó una mano. Celeste escuchó un violento silbido y el callejón se vio inundado por una ráfaga de viento que hizo golpear los batientes de las ventanas. Hizo un gesto de muñeca y una de las criaturas se partió por la mitad. La otra se fundió con el suelo y trató de retroceder, pero Ryota apretó el paso y fue tras ella.

Celeste se quedó atrás. De pronto escuchó algo y si se daba la vuelta vería que un tercer demonio estaba emergiendo de la pared, clavándole los ojos y dispuesto a darle un zarpazo. Debía actuar rápido. Tenía un barril destartalado y vacío a la derecha. También un fragmento de una escoba y una botella rota.

Ryota estaba al fondo del callejón y todavía no se había dado la vuelta. Celeste no tuvo tiempo para ver qué estaba haciendo.

Tenía que decidir de inmediato qué hacer.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Denna » Vie May 22, 2015 11:46 pm

Ryota, pensativo, calló durante un largo minuto. Ya empezaba a creer que no diría nada más cuando sacudió la cabeza y respondió:

Así que el juez Frollo… No sabría decirte si tiene que ver con la Iglesia o con alguien de fuera. Pero si te ha visto tenía que encontrarse dentro de Notre Dame.

Eso reduce la lista —comenté, quizás con más petulancia de la necesaria—. Ahí sólo había el archidiácono, los monaguillos, todas las personas que rezaban y Quasimodo, el campanero. Frollo no llegó a verme —añadí con cierto asco al pronunciar su nombre—. Que rabia. Pensaba que sería él. Sólo Frollo podría pactar con demonios para matar gitanos.

Me crucé de brazos, enfurruñada. No tenía sentido seguir con cavilaciones absurdas, pues tampoco tenía pruebas de que el juez fuese culpable. Aún. Ahora que tenía esa pequeña pista, quizás podría investigar un poco…

Noté su presencia antes de verlos; un escalofrío que ya había sentido hace no mucho volvió a ponerme los pelos de punta.

Me puse en tensión inmediatamente, pero hice caso a Ryota y permanecí detrás de él. El corazón me latía con fuerza bajo la mirada de cuatro ojos amarillos envueltos en oscuridad.

Ryota avanzó y levantó el brazo. Por tercera vez en el día de hoy, el viento se levantó furioso, acompañado por un fuerte silbido y golpeando las ventanas. Un movimiento de muñeca fue suficiente para que el vendaval embistiera a los demonios y partiera uno por la mitad. Observé, presa de una macabra fascinación, como la criatura moría; su compañera, por otra parte, se sumergió bajo tierra para escapar. Antes de que pudiera decir nada, Ryota se fue tras ella.

No sabía si seguirle o quedarme quieta, pero no tuve tiempo a decidir. Oí un ruido detrás de mí y, al girarme, un tercer demonio surgió de la pared. Me alejé a toda prisa, pero sabía que no podía escapar; ese nuevo tipo de demonio parecía mucho más fuerte que el otro. Y tenía unas zarpas más grandes.

Ah, no, de ninguna manera volveré a caer en esto —gruñí.

Miré a mi alrededor, buscando algo con lo que defenderme. Mis opciones, pero, eran algo limitadas: sólo tenía un barril vacío, un palo de escoba partido y una botella rota.

Ya había podido comprobar de la peor manera que los objetos cortantes no surtían efecto alguno contra los demonios, pero seguían siendo corpóreos. No creía ser capaz de derrotar a uno a base de golpes, pero al menos podía desorientarle y debilitarle el tiempo suficiente como para pensar un plan mejor.

Enseguida saltaría sobre mí. Entonces utilizaría el barril para bloquear su salto e intentar apartarle. Probablemente se rompería, dado el estado de la madera, pero supuse que sería suficiente como para poder agarrar el trozo de escoba y utilizarlo como arma para defenderme un rato.

¡Qué pena no poder controlar el viento a mi gusto!
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Denna
29. Dragón
29. Dragón
The Unknowns
 
Mensajes: 852
Registrado: Lun Mar 09, 2015 11:26 pm
Dinero: 522,716.96
Banco: 15,528.00
Ubicación: Invernalia.
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 2

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 26, 2015 12:20 am

Celeste interpuso el barril entre ella y la criatura en el último instante. La madera cedió al instante y las astillas le hirieron las manos y los brazos. Logró, al menos, evitar un golpe mortal. Aun así el impulso del demonio la arrojó hacia atrás y se dio un buen batacazo contra el suelo.

Al escuchar el estruendo, Ryota se volvió en su dirección. Esta vez no hubo aire, sino que una hoja de oscuridad atravesó la distancia que lo separaba de su objetivo y lo cortó en pedazos. El hombre se acercó a ella y le extendió una mano para ayudarla a incorporarse.

Tienes buenos reflejos.—No era una pregunta—. Y reaccionas bien en situaciones tensas.—Se quedó callado un momento y de pronto sonrió con suavidad—. Creo que te debo unas pocas explicaciones, sin embargo, no puedo hacerlo sin más.—Señaló con un gesto el lugar desde el que había aparecido el Sincorazón—. Ahora está claro que te estaban persiguiendo. No sé si lo seguirán haciendo después de esto. Es posible que no. Aun así, considero que estás en peligro. Si estás dispuesta a asumir que necesitas aprender a defenderte, puedo enseñarte cómo, pero no permaneceré en París más que un par de días.—Guardó un silencio—. Puedo enseñarte magia, si lo deseas, así como a pelear. Pero será una vida peligrosa, ya que nosotros nos dedicamos entre otras cosas a luchar contra criaturas como las que has visto. Defendemos a la gente, ya que persiguen a aquellos con corazones fuertes como el tuyo.

»Serías una buena guerrera. Tienes lo necesario. Claro que es posible que no busques este tipo de vida.


Ryota aguardó a que Celeste absorbiera aquella información.

Sé que es inesperado, pero a menos que estés dispuesta a comprometerte, no podré darte explicaciones.—Esperó por si la chica quería decir algo y dijo—: Si necesitas tiempo, puedo concedértelo. Dos días antes de que me vaya. Si no… Piensa que no hay vuelta atrás.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Denna » Sab May 30, 2015 10:11 pm

Funcionó… a medias. El barril me salvó la vida, probablemente, pero el impacto fue más fuerte de lo que había imaginado. La madera se rompió al instante y me cortó en las manos y los antebrazos; por suerte, sólo eran heridas muy leves, nada que me impidiera seguir dedicándome a mi música.

El choque me hizo perder el equilibrio y caí de espaldas al suelo con un fuerte golpe que me dejó aturdida durante unos preciosos segundos. Maldije en voz baja, intentando reincorporarme, cuando una hoja de oscuridad partió a mi enemigo en dos. Ryota. Debía de haber acabado ya con el segundo demonio. Se acercó a mí y me tendió la mano para ayudarme.

Se la acepté con desgana, ya que me temblaban las rodillas y me costaba levantarme. ¡No me gustaba nada tener que deberle tanto a nadie!

Gracias…

Tienes buenos reflejos. Y reaccionas bien en situaciones tensas. —Le miré con incredulidad. ¿Reflejos? ¿Yo? Ni en broma. Como mucho, un poco de suerte. Ryota sonrió— Creo que te debo unas pocas explicaciones, sin embargo, no puedo hacerlo sin más.

¡¿Qué?! —exclamé— Eso no es justo. ¡Casi muero por culpa de esos bichos! ¡Dos veces! ¡Y sólo por estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado!

Ryota señaló la boca del callejón.

Ahora está claro que te estaban persiguiendo. No sé si lo seguirán haciendo después de esto. Es posible que no. Aun así, considero que estás en peligro.

“Posible”. Bien. Maravilloso. Ya me imaginaba la Corte infestada de demonios de ésos en plena noche. La mera idea me provocó un escalofrío.

Si estás dispuesta a asumir que necesitas aprender a defenderte, puedo enseñarte cómo —prosiguió Ryota—, pero no permaneceré en París más que un par de días. Puedo enseñarte magia, si lo deseas, así como a pelear. Pero será una vida peligrosa, ya que nosotros nos dedicamos entre otras cosas a luchar contra criaturas como las que has visto. Defendemos a la gente, ya que persiguen a aquellos con corazones fuertes como el tuyo.

No entendía absolutamente nada. ¿Nosotros? ¿Corazones fuertes?

Serías una buena guerrera. Tienes lo necesario. Claro que es posible que no busques este tipo de vida.

Yo no soy una guerrera —fue todo lo que pude decir—. Ni siquiera soy una gitana, ni alguien con auténticos recursos, ni… ni… bueno, ni nadie en realidad.

Sé que es inesperado, pero a menos que estés dispuesta a comprometerte, no podré darte explicaciones —repitió Ryota. Me limité a asentir; no iba a poder sonsacarle nada—. Si necesitas tiempo, puedo concedértelo. Dos días antes de que me vaya. Si no… Piensa que no hay vuelta atrás.

¿Cambiaría algo si dijera que sí? —pregunté con un susurro apenas audible. De repente, me habían entrado unas ganas enormes de llorar— Decidme la verdad. Por favor. Necesito saber si podría llegar a proteger a mi familia con un poder así. Es obvio que necesito aprender a defenderme, ya que esos demonios no parecen tener muchas ganas de marcharse de París… pero mi gente ya lo pasa muy mal sin esa amenaza y… q-quiero poder hacer algo útil por ellos…

Me trabé, y terminé por callarme. Incroyable. ¡Quién hubiera imaginado que alguien que lleva tantos años viviendo de su habilidad con las palabras y la actuación sería capaz de desmoronarse de esa manera! Pero realmente no tenía ni la menor idea de qué hacer a continuación. Y eso me fastidiaba.

Respiré profundamente, intentando serenarme.

Lo que quiero decir es que sí, que me gustaría aprender a pelear como es debido y a usar magia. Pero como ya he dicho, tengo familia y no sé si sería capaz de dejarla de lado por ello. Así que me gustaría pensarlo bien si es posible… esto… ¿monsieur?

Esperé su respuesta, aunque ya había tomado mi decisión. Tenía tiempo para no precipitarme, y aprovecharía cada segundo.

Habéis dicho que partíais en dos días —añadí después—. Si os parece bien, me gustaría hablar con vos una vez más para comunicaros mi respuesta… ¿tal vez el segundo día, a la misma hora, en las afueras? Imagino que sabréis cómo llegar, cruzando el puente y todo eso…

Si Ryota prefería otro lugar u otro momento, no me importaba. Había elegido las afueras por su cercanía a la Corte; no solía haber demasiados guardias por ahí. De todos modos, podía moverme por casi cualquier lugar de París a menos que estuviese demasiado cerca del Palacio de la Justicia.

No hubo mucha más conversación después de eso. Emprendí el camino de vuelta a la Corte de los Milagros a paso ligero, con más ganas que nunca de llegar a esas siniestras catacumbas que escondían el refugio gitano.

Me llevé una buena bronca por parte de Fleur, en parte por mi tardanza («¡Nos has tenido muy preocupados!») y en parte por no haber hecho las compras que me habían encargado. Por suerte, Alphonse y Jaelle no tardaron en tranquilizarla, y Gilbert se ofreció a ir mañana en mi lugar. Esa noche fui a dormir con el estómago vacío, pero con la cabeza llena de ideas que podía considerar, en el mejor de los casos, absolutamente locas.

Pasé los dos días siguientes sin salir de la Corte por mi propia seguridad. Dudaba mucho de que el asunto de la “bruja” hubiese quedado olvidado, y era mejor permanecer lejos de miradas indiscretas. Por otro lado, la amenaza de los demonios sí que me preocupaba hasta el punto de llegar a pedir ayuda para aprender algo de peleas cuerpo a cuerpo. Sólo por si acaso. El resultado, pero, fue nefasto: los hermanos Gérald y Jérôme habían vivido un centenar de peleas tanto en tabernas como en callejones, pero apenas tenían paciencia y yo tampoco era una alumna excepcional. Las clases duraron poco, y no había manera de dejar de darle vueltas y vueltas a la propuesta de Ryota. El tiempo pasaba, pero no era capaz de avanzar.

El alba del segundo día llegó antes de lo que me habría gustado. Había pasado esa noche en vela, revolviéndome de un lado para otro encima de la manta que me hacía de cama. ¿Qué hacer? No había mentido al contarle a ese desconocido mágico que quería poder para ayudar a mi familia. Habían hecho tanto por mí… y quería devolverles ese enorme favor. Por otro lado, si Ryota se iba de París, yo también debería irme. ¿Adónde? No tenía ni idea. Pero sería un lugar lleno de extraños, lejos de las pocas personas que me querían. Estaría sola de nuevo, y en peligro constante.

Mi mente viajó cuatro años atrás a esa noche de luna llena en que todo cambió, y esta vez no hice nada para impedir que las lágrimas resbalaran por mis mejillas. Aún recordaba la promesa que había hecho mientras caminaba por las sucias calles de París, aún vestida de niña rica.

No olvidaré esto. Pienso acordarme de lo terriblemente mal que me han hecho sentir hoy. Y así, cuando esté asustada y lo que quiera que vaya a ocurrirme empiece a ocurrir, recordaré que nada puede ser tan malo como estar encerrada al otro lado de esa ventana. ¡Nada!

Cuatro años habían pasado desde entonces. Los cuatro años más felices de mi vida, pero todo tenía que acabar. Mi futuro no estaba entre los encantadores gitanos que me habían acogido como a una más, a pesar de mis orígenes. No podía depender de ellos y esperar que todo lo malo pasara de largo.

¿Es eso lo que intentas decirme, Dios? ¿Qué debo avanzar y dejar París atrás? ¿Qué puedo cambiar y llegar a perdonarme a mí misma por mi debilidad si lo hago?

Porque, en ese caso, por fin he tomado una decisión.

***


Faltaba muy poco para la hora acordada, pero aún no había salido. Las dudas me asaltaban, por supuesto, pero creía estar haciendo lo correcto en marcharme sin decir nada. Sería menos doloroso…

¿Vas a alguna parte?

Su voz me asustó tanto que casi se me cae la lira al suelo.

¡Maldita sea, Gilbert! ¡Haz ruido o algo! —grité, con las mejillas encendidas— Casi me muero de miedo.

Hacía tiempo que no te asustaba así. Tienes que concedérmelo, Charleen.

Gilbert rió con suavidad y se apoyó de espaldas a la pared. Charleen había sido el nombre con el que me había presentado ante él hacía ya cuatro años, y aún seguía usándolo.

¿Y bien? ¿Sales? Tu madre te matará si se entera de que te vas por ahí después de lo que pasó con ese guardia…

Eso no volverá a pasar, Gil.

No puedes saberlo.

Sí, sí que puedo… porque me voy de París —solté sin más. ¡Ya lo había dicho! Aunque el hecho de hacerlo no me hacía sentir para nada mejor.

¿Cómo… que te vas de París? —balbuceó Gilbert, reincorporándose.

Yo… han pasado cosas que no puedo contarte, Gil, pero esas… cosas… me han hecho entender que no puedo permanecer siempre aquí. No es que no me guste la Corte o la ciudad, sabes que me encantan, pero no puedo quedarme toda la vida. Necesito hacer algo por mi misma de una vez.

¿Todo esto tiene que ver con tu madre? —preguntó, casi interrumpiéndome. Esta vez, el tono con el que había pronunciado “madre” era totalmente distinto— Porque no necesitas demostrarle nada a nadie, Char, ¿me oyes? ¡Nada!

No es por ella, lo prometo. Esto es algo que hago únicamente por mí. Necesito que lo comprendas.

Estaba enfadado, podía notarlo. Pero nada me haría quedarme atrás. Podía gritar, intentar retenerme, incluso avisar a otros para ello; pero no lo conseguiría. Gilbert sabía lo cabezota que era yo, y sabía que era tarde para hacerme cambiar de idea, porque trató de relajarse.

¿Estarás bien por tu cuenta?

Eh, no te preocupes por mí. Me las arreglo bastante bien, ya me conoces. ¡Y no creas que me voy para siempre! Volveré a tiempo para la boda —añadí con una sonrisita irónica. Gilbert se puso rojo como un tomate.

¡Charleen! ¡Q-qué cosas dices..! J-Jaelle y yo no…

Ya, ya. Pero no te cases antes de que vuelva. Dales las gracias a Alphonse y a Fleur por todo… y a Jaelle. Siento todas las molestias que haya podido causar.

Había llegado el momento de partir. Me anudé bien la pequeña bolsa que siempre llevaba conmigo a la pierna, cogí la lira, y salí al exterior. No hubo abrazos ni lágrimas. A Gilbert no le gustaba especialmente el contacto físico, y a mí no me gustaba llorar.

Además, era cierto que no pensaba irme para siempre.

Spoiler: Mostrar
Creo recordar que no pasaba nada si los posts eran muy largos(? Bueno, espero que haya hecho bien lo de los dos días, si no, pues a repetirlo o algo xD
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Denna
29. Dragón
29. Dragón
The Unknowns
 
Mensajes: 852
Registrado: Lun Mar 09, 2015 11:26 pm
Dinero: 522,716.96
Banco: 15,528.00
Ubicación: Invernalia.
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 2

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Suzume Mizuno » Dom May 31, 2015 12:45 am

Sé que es inesperado, pero a menos que estés dispuesta a comprometerte, no podré darte explicaciones —repitió Ryota. Me limité a asentir; no iba a poder sonsacarle nada—. Si necesitas tiempo, puedo concedértelo. Dos días antes de que me vaya. Si no… Piensa que no hay vuelta atrás.

¿Cambiaría algo si dijera que sí? —pregunté con un susurro apenas audible. De repente, me habían entrado unas ganas enormes de llorar— Decidme la verdad. Por favor. Necesito saber si podría llegar a proteger a mi familia con un poder así. Es obvio que necesito aprender a defenderme, ya que esos demonios no parecen tener muchas ganas de marcharse de París… pero mi gente ya lo pasa muy mal sin esa amenaza y… q-quiero poder hacer algo útil por ellos…

Ryota la observó en silencio unos instantes, como valorándola. Entonces le rozó un hombro con amabilidad.

El poder que adquieras podrás emplearlo para defender cosas importantes. Tu familia puede estar entre ellos. Sin embargo, es algo que no deben saber. Es algo tuyo, algo nuestro, un secreto. No necesitamos que nadie nos tenga miedo abiertamente.

Lo que quiero decir es que sí, que me gustaría aprender a pelear como es debido y a usar magia. Pero como ya he dicho, tengo familia y no sé si sería capaz de dejarla de lado por ello. Así que me gustaría pensarlo bien si es posible… esto… ¿monsieur?

Ryota sonrió con suavidad y asintió con la cabeza.

Habéis dicho que partíais en dos días . Si os parece bien, me gustaría hablar con vos una vez más para comunicaros mi respuesta… ¿tal vez el segundo día, a la misma hora, en las afueras? Imagino que sabréis cómo llegar, cruzando el puente y todo eso…

Las afueras es un término algo ambiguo para alguien que no es de aquí, pero creo que sé a qué puente te refieres. Estaré esperando, Celeste.
****


Tal y como había prometido, Ryota esperaba fuera de los muros de la ciudad. Se había sentado a la alargada sombra de un árbol mientras hojeaba un libro con distracción. En cierto momento, cuando Celeste todavía se encontraba lejos, debió percatarse de su presencia porque alzó la mirada, saludó con un gesto y se puso en pie. Su expresión no se alteró hasta que la muchacha estuvo frente a él.

Buenas tardes, me alegra verte aquí. Pero antes de que me des una respuesta definitiva, creo que es mi deber… y una necesidad advertirte sobre lo que vas a hacer: si aceptas, no habrá vuelta atrás. Tendrás que dedicarte a aprender magia y muchas otras cosas, pasarás a formar parte de un mundo distinto, literalmente. Incluso si estás dispuesta a dejar esta vida de lado, piensa que es un tesoro que no vas a tener si vienes conmigo. A donde vamos encontrarás amigos, camaradas, puede que incluso el amor, y, espero, un hogar. Pero no habrá una familia esperándote. Perderás tu vida cotidiana y la echarás de menos, te lo aseguro. Esta vida es un tesoro.

»Aunque también puede que lo sea la que voy a ofrecerte, Celeste. ¿Hasta tal punto estás dispuesta a dejar atrás a tu familia, aunque sólo sea para protegerla, para obtener conocimiento o poder?


Por su tono, por la seriedad con la que la observaba, Celeste comprendería que no quería que se echara atrás, sino que se lo pensara bien para no tener que arrepentirse en el futuro.

Spoiler: Mostrar
¡No hay ningún problema con hacer posts largos! No te preocupes, no hay que repetirlo ni nada xD
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Denna » Dom May 31, 2015 5:57 pm

Cuando llegué a las afueras, Ryota ya me esperaba. Estaba sentado bajo un árbol y leía. ¿Le habría hecho esperar demasiado? No había contado con que Gilbert me entretuviese, mas había hecho lo posible por ser puntual.

Me di prisa. A pesar de estar bastante lejos aún, su instinto de mago debió de advertirle de mi presencia, ya que enseguida me vio y se levantó. Saludé con la mano al llegar.

Buenas tardes, me alegra verte aquí —dijo Ryota—. Pero antes de que me des una respuesta definitiva, creo que es mi deber… y una necesidad advertirte sobre lo que vas a hacer: si aceptas, no habrá vuelta atrás.

Asentí. Sabía que era una decisión importante, no por nada le había pedido esos dos días.

Tendrás que dedicarte a aprender magia y muchas otras cosas, pasarás a formar parte de un mundo distinto, literalmente. Incluso si estás dispuesta a dejar esta vida de lado, piensa que es un tesoro que no vas a tener si vienes conmigo. A donde vamos encontrarás amigos, camaradas, puede que incluso el amor, y, espero, un hogar. Pero no habrá una familia esperándote. Perderás tu vida cotidiana y la echarás de menos, te lo aseguro. Esta vida es un tesoro.

»Aunque también puede que lo sea la que voy a ofrecerte, Celeste. ¿Hasta tal punto estás dispuesta a dejar atrás a tu familia, aunque sólo sea para protegerla, para obtener conocimiento o poder?

Esperé pacientemente a que terminara y sospesé sus palabras.

Agradezco vuestra preocupación. Lo he pensado bien. Puede que ahora mismo esté nerviosa, no obstante, no me da miedo lo que está por venir; y si algo he aprendido a lo largo de estos años es que la familia no tiene nada que ver con la sangre. Echaré de menos París, eso es verdad, pero puedo hacer de ese nuevo sitio un hogar y encontrar una familia ahí. Sé que puedo. Y cuando sea fuerte, volveré y nadie volverá a pasarlo mal en esta ciudad.

Sí, ese era un buen objetivo. Me haría tan fuerte que, gitano o no, ningún ciudadano de París volvería a ser amenazado.

Y sabía por quién empezar.

Esa es mi respuesta —concluí con una sonrisa—. No me echaré atrás.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Denna
29. Dragón
29. Dragón
The Unknowns
 
Mensajes: 852
Registrado: Lun Mar 09, 2015 11:26 pm
Dinero: 522,716.96
Banco: 15,528.00
Ubicación: Invernalia.
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 2

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Suzume Mizuno » Mar Jun 02, 2015 4:51 am

Ryota asintió, conforme. Entonces le indicó que se sentara a su lado y comenzó a hablar:

Pertenezco a una Orden que se dedica a guardar el equilibrio entre la luz y la oscuridad, entre los diferentes mundos que conforman este universo. Mira al cielo, Celeste. ¿Ves alguna estrella? Estoy seguro de que alguna vez te has detenido por la noche a preguntarte cómo serían. Pues son mundos. Y París no es más que uno de tantos. Los hay de todos los tipos, de todas las épocas. Algunos tienen magia, otros, no. Pero todos se ven asolados por los Sincorazón, esas criaturas que te persiguen y que son fuerzas de la oscuridad. Nosotros, los Caballeros, hemos de rechazarlos y evitar que devoren los corazones de la gente, si bien algunos de nosotros pueden controlarlos a su voluntad… Al menos a los más débiles.

Quizás al ver que iba muy deprisa, Ryota calló durante un rato para que Celeste asimilara 1lo que le acababa de soltar. Entonces, tras comprobar que no había nadie en los alrededores, extendió una mano y en ella apareció una extraña arma después de que un resplandor pillara desprevenida a Celeste y casi la cegara.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Esta es mi Llave Espada. Se trata de un arma mágica, que emergerá de tu propio corazón una vez te unas a nosotros. Puede adoptar diferentes formas y también servir a diferentes propósitos. La usamos para derrotar de forma definitiva a los Sincorazón: sin ella, estos vuelven a formarse de la oscuridad y continúan alimentándose de corazones.—La observó de reojo, esperando para ver si estaba preparada para que siguiera hablando—. Además aprenderás magia y el uso de diferentes armas. Dependiendo de lo que mejor se te de, te especializarás en uno u otro tipo.

»Celeste, si te unes a nosotros tendrás que viajar conmigo a Bastión Hueco, el mundo donde vivimos. Existe también otra Orden, contraria a nosotros, pero te lo explicaré cuando lleguemos. Ahora sería demasiado para ti. Lo que importa es que comprendas que tendrás que obedecer nuestras leyes, ir a donde nosotros te digamos y volcarte en tu educación. Y, cuando estés hayas dado los primeros pasos de tu educación, podrás ir a donde quieras, visitar los mundos que te plazca y aprender de ellos.


Ryota volvió a callar. Escuchó las preguntas de Celeste y las respondió. Después se puso en pie y le dijo:

Si estás preparada, tomarás mi Llave Espada y te convertirás en mi aprendiza. Recibirás entonces tu propia arma.—Cuando dijo esto, cogió su Llave Espada por la hoja y le ofreció la empuñadura a Celeste—. Cógela y, si quieres ser un Caballero, jura:

»Nunca intervendrás en el devenir de un mundo. Nuestro deber se limita a los Sincorazón y a aquellas fuerzas exteriores, no a los problemas internos del mismo
.—Hizo una pausa y la observó con seriedad. El mensaje era muy claro. Celeste no podría volver a inmiscuirse en los problemas de los gitanos. Al menos, no de forma directa—. Nunca desvelará la existencia de los mundos a nadie que no esté relacionado con la Orden.—Cuando Celeste completara el juramento, Ryota asentiría y volvería a coger su Llave Espada por la empuñadura—: Ahora es tu turno. Invoca tu arma. Con desearlo, es suficiente.

Ryota tenía razón. Celeste no necesitó más que pensarlo para que hubiera un estallido de luz y en su mano apareciera una Llave Espada:

Spoiler: Mostrar
Imagen


El hombre sonrió.

Bienvenida, Celeste. Eres oficialmente una aprendiz de Caballero.

Acto seguido le entregó lo que parecía ser un grueso y amplio brazalete con un botón. Le indicó que lo pulsara. Cuando lo hiciera, el cuerpo de Celeste se cubriría por una armadura.

La usamos para viajar entre los mundos. Jamás pases de uno a otro sin usarla, Celeste: la oscuridad te devoraría. Bien, ahora, imítame.—Lanzó su Llave Espada al cielo. En lo alto hubo un pequeño estallido de luz y cuando la Llave cayó... Bueno, ya no era una Llave. Era una especie de transporte metálico... ¡Que flotaba en el aire!—.Esto es un glider. Puedes volar en él, pero no usarlo dentro de los mundos. Sólo para trasladarnos de una a otra dimensión. Practica cuanto quieras: yo te ayudaré.

Celeste tendría todo el rato que quisiera para probar su nuevo método de transporte. Ryota volaría a su lado si era necesario para enseñarle cómo debía manejar su glider, sosteniéndola para que no perdiera el equilibrio e infundiéndole con serenidad coraje. Sin duda, volar para alguien que nunca había despegado los pies del suelo debía ser una experiencia tanto mágica como aterradora.

Entre tanto, el sol iba descendiendo y a lo tonto ya no faltaba mucho para que se hiciera de noche. Qué rápido pasaba el tiempo. Y Celeste sin duda sabría que se acercaba el momento de partir.

Spoiler: Mostrar
¡Última ronda! Espero que no se te haya hecho muy pesado el prólogo pero, ¡al fin terminamos! Tienes este último post para plasmar las impresiones de Celeste, poner las posibles preguntas que quiera hacer y despedirte del mundo. También, si quieres (no hay prisa, puedes elegirlos dentro de un tiempo) tienes la posibilidad de escoger la forma de tu glider y tu armadura. Si quieres hacerlo, inclúyelas con una imagen en el siguiente post para que pueda ponerlas en tu ficha.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Denna » Dom Jun 07, 2015 1:28 am

Ni en mil años habría sido capaz de descifrar su expresión, pero Ryota pareció aceptar mi respuesta. Asintió, y me hizo un gesto para que tomara asiento a su lado.

Y entonces, empezó a hablar.

Pertenezco a una Orden que se dedica a guardar el equilibrio entre la luz y la oscuridad, entre los diferentes mundos que conforman este universo. Mira al cielo, Celeste. ¿Ves alguna estrella? —Así lo hice, y me sorprendí al ver los cientos de puntitos blancos que brillaban en la lejanía. ¿Tan tarde era ya..?— Estoy seguro de que alguna vez te has detenido por la noche a preguntarte cómo serían. Pues son mundos. Y París no es más que uno de tantos.

¿Mundos? ¿Todos ellos? ¡Pero si debe de haber millones ahí arriba!

Los hay de todos los tipos, de todas las épocas. Algunos tienen magia, otros, no. Pero todos se ven asolados por los Sincorazón, esas criaturas que te persiguen y que son fuerzas de la oscuridad.

Sincorazón… así se llamaban en realidad los demonios. El nombre evocó los recuerdos de mis dos desafortunados encuentros con ellos, y se me erizó el vello de los brazos.

Nosotros, los Caballeros, hemos de rechazarlos y evitar que devoren los corazones de la gente, si bien algunos de nosotros pueden controlarlos a su voluntad… Al menos a los más débiles.

Un segundo… ¿Caballeros? —pregunté con una mueca. Ya decía yo que todo era muy bonito; ¡no había nada que odiara más en el mundo que un caballero!

Ryota hizo una pausa, quizás para asegurarse de que lo iba entendiendo todo. No me apetecía nada contarle los motivos de mi desprecio contra todos ellos, así que me apresuré en fingir que no pasaba nada.

Da igual. Entonces tenemos todos esos mundos en las estrellas, colmadas de demo… de Sincorazón que hay que matar y… ¿habéis dicho que pueden controlarse? —pregunté, dándome cuenta entonces de lo que acababa de decir— ¿Vos podéis hacerlo? Y yo, ¿sería capaz? Q-quiero decir —añadí, avergonzada por haber sonado como una niña pequeña—, con el debido entrenamiento y eso… ¿o sólo pueden hacerlo los más fuertes?

Esperé pacientemente a que me contestara para poder seguir escuchando. Después, Ryota miró a su alrededor como asegurándose de que no había nadie más y extendió la mano. ¿Qué pretendía? La respuesta vino acompañada de un fogonazo de luz que casi me dejó ciega. Parpadeé varias veces para encontrar que en la mano antes vacía de Ryota ahora se hallaba… ¿El qué? Era difícil de describir. Parecía una espada, pero saltaba a la vista que no lo era. Le miré, confundida, esperando una explicación.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Esta es mi Llave Espada —dijo—. Se trata de un arma mágica, que emergerá de tu propio corazón una vez te unas a nosotros. Puede adoptar diferentes formas y también servir a diferentes propósitos. La usamos para derrotar de forma definitiva a los Sincorazón: sin ella, estos vuelven a formarse de la oscuridad y continúan alimentándose de corazones.

¿Armas mágicas? Claro, ¿por qué no? —me reí nerviosamente, más para mí misma que otra cosa— Entonces, los Sincorazón de antes no murieron de verdad, ¿no? Porque no fueron derrotados por la… este… Llave Espada, si no por magia. ¿O también sirve para usar magia? Me estoy haciendo un lío…

Además aprenderás magia y el uso de diferentes armas. Dependiendo de lo que mejor se te de, te especializarás en uno u otro tipo.

¿Y si no se me da bien nada?

Celeste, si te unes a nosotros tendrás que viajar conmigo a Bastión Hueco, el mundo donde vivimos. Existe también otra Orden, contraria a nosotros, pero te lo explicaré cuando lleguemos. —Ah, maravilloso. Aquello no sonaba nada bien— Ahora sería demasiado para ti. Lo que importa es que comprendas que tendrás que obedecer nuestras leyes, ir a donde nosotros te digamos y volcarte en tu educación. Y, cuando estés hayas dado los primeros pasos de tu educación, podrás ir a donde quieras, visitar los mundos que te plazca y aprender de ellos.

De verdad, pensaba que lo del mundo distinto era una metáfora. ¿Y ese Bastión Hueco es muy diferente a París? ¿Hay muchos Caballeros de esos o también vive gente normal? Y en cuanto a ese bando contrario… ¿de qué se trata? ¿Acaso hay una guerra o algo así?

Al parecer no sólo en París había hostilidad entre bandos. Me preguntaba lo poderoso que sería esa otra Orden, si alguien tan fuerte como Ryota no se había encargado ya de ellos.

Después de contestar, Ryota se levantó y, aún con la Llave Espada en mano, se paró frente a mí.

Si estás preparada, tomarás mi Llave Espada y te convertirás en mi aprendiza. Recibirás entonces tu propia arma. —Mientras hablaba, hizo girar la Llave de modo que me ofrecía la empuñadura—. Cógela y, si quieres ser un Caballero, jura:

»Nunca intervendrás en el devenir de un mundo. Nuestro deber se limita a los Sincorazón y a aquellas fuerzas exteriores, no a los problemas internos del mismo.

Detuve mi mano a pocos centímetros de la Llave para volver a retirarla lentamente. La pausa significativa y la mirada que me dedicó no fueron necesarias para que captara la idea: “Los gitanos ya no son tu problema”. Me mantuve inexpresiva, intentando que no se me notara el enfado, y asentí para que continuara.

Sí, necesitaba su ayuda para ser fuerte. Estaba dispuesta a dejar a mi familia y a mi mundo. Incluso aceptaría hacerme llamar Caballero si era necesario. Pero de ninguna manera olvidaría todo el daño que habían sufrido los gitanos. Era mi guerra, y me daba igual que Ryota no pudiera entenderlo. Yo iba a luchar por mi gente.

Nunca desvelará la existencia de los mundos a nadie que no esté relacionado con la Orden —finalizó.

Pero levantar un vendaval en medio de una taberna llena de gente es perfectamente válido…

Ahora me tocaba a mí empuñar la Llave Espada y repetir el juramento, y lo hice con toda la naturalidad posible. Me sentí rara sabiendo que tenía pensado romper el juramento tarde o temprano. Ryota asintió, aparentemente sin sospechar nada, y le devolví la Llave Espada.

Ahora es tu turno. Invoca tu arma. Con desearlo, es suficiente.

¿En serio podía? Parecía realmente fácil, así que me aterrorizaba la idea de no ser capaz de lograrlo. Quizás había sido todo un gran malentendido y yo no tenía las cualidades necesarias para invocar una…

Un segundo resplandor silenció mis molestos pensamientos. Una reluciente Llave Espada apareció en mi mano izquierda; más sencilla, pero también parecía más práctica. Tuve que contener otro brote de risa histérica. ¡Lo había conseguido!

Spoiler: Mostrar
Imagen


Bienvenida, Celeste. Eres oficialmente una aprendiz de Caballero
—dijo Ryota con una sonrisa. Entonces me ofreció una especie de brazalete con un botón y me indicó que lo pulsara. Y al hacerlo…

Esto tiene que ser una condenada broma.


Spoiler: Mostrar
Imagen


Una armadura. De caballero. Bien parecida a las de los guardias de la ciudad, bien pomposa y reluciente, sólo que ésta parecía hecha a medida para mí.

La usamos para viajar entre los mundos. Jamás pases de uno a otro sin usarla, Celeste: la oscuridad te devoraría
—explicó con gravedad—. Bien, ahora, imítame.

Y, de repente, lanzó su propia Llave al aire. Cayó transformada en algo aún más extraño y difícil de describir; sólo podía reconocer que era de metal. Y que… bueno… flotaba en el aire.

Esto es un glider. Puedes volar en él, pero no usarlo dentro de los mundos. Sólo para trasladarnos de una a otra dimensión. Practica cuanto quieras: yo te ayudaré.

No. De eso nada. Yo no vuelo —dije, cruzándome de brazos aún con la vista clavada en el glider o como se llamara—. Los pájaros vuelan. Las personas no. Y yo soy una persona. Simple.

»…No tengo otra opción, ¿a que no?

Esto es una mala idea. Una muy, muy mala idea. Me voy a caer, y me romperé la cabeza, y me haré daño. ¿A quién se le ocurre? Ese trasto no es nada seguro. ¿Y si me caigo de camino a otro mundo?

Pensamientos cada vez más y más alarmantes se iban amontonando en mi cabeza mientras lanzaba mi arma hacia el cielo y ésta regresaba en forma de glider. “Voy a acabar en el fondo de un río.” Inspiré hondo y me acerqué lentamente al vehículo del demonio. ¿Cuántas personas habrían muerto por culpa de un glider? Seguro que más de una.

Di un pasito detrás de otro hasta que al final subí. El glider se tambaleó un poco ante mi peso y me agarré con tanta fuerza que me dolieron los dedos.

¿Y esto cómo representa que va? —pregunté con un hilo de voz. Adieu, monde cruel.

***


De una forma u otra, al final sobreviví. Ya casi había caído la noche cuando Ryota decidió que estaba lo suficientemente preparada como para manejar el glider por mi cuenta. Por mi parte, ya no le tenía tanto miedo a volar como al principio, pero seguía recelando. Aún me preocupaba la idea de caerme entre un mundo y otro.

Había pedido unos minutos para descansar, así que aproveché para caminar un rato. Me había quitado la armadura, y jugueteaba distraída con el brazalete entre las manos. A lo lejos, la ciudad entera parecía brillar bajo la luz de la luna. ¡Me costaba tanto creer que fuese a marcharme! ¡Y a saber por cuánto tiempo! Tuve que repetirme que era lo correcto, que hacía bien en irme de ese lugar tan corrompido y lleno de odio…

Pero era mi hogar.

Lo arreglaré —musité—. Haré que este mundo cambie de una vez para mejor. Lo prometo. Por eso emprendo este viaje… no estoy siendo una egoísta al dejarlo todo atrás.

Eché un último vistazo a París antes de darme la vuelta y regresar. Sabía que si volvía la vista atrás, quizás no sería capaz de mantenerme firme.

Perdón por la tardanza —le dije a Ryota, esbozando una pequeña sonrisa que no llegaba a mis ojos—. Estoy preparada, Ryota. Por mí, podemos partir ya.


Spoiler: Mostrar
Pues nada, se acabó~ Confío en que la imagen de la armadura valga (sin el escudo y la espada, obviamente xD). Y aparte de eso, gracias de nuevo por llevar mi prólogo; me ha gustado mucho y me lo he pasado muy bien escribiendo. Nos leemos :)
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Denna
29. Dragón
29. Dragón
The Unknowns
 
Mensajes: 852
Registrado: Lun Mar 09, 2015 11:26 pm
Dinero: 522,716.96
Banco: 15,528.00
Ubicación: Invernalia.
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 2

Re: [La Cité des Cloches] Un tesoro llamado...

Notapor Suzume Mizuno » Sab Jun 13, 2015 3:23 pm

Da igual. Entonces tenemos todos esos mundos en las estrellas, colmadas de demo… de Sincorazón que hay que matar y… ¿habéis dicho que pueden controlarse? —pregunté, dándome cuenta entonces de lo que acababa de decir—. ¿Vos podéis hacerlo? Y yo, ¿sería capaz? Q-quiero decir , con el debido entrenamiento y eso… ¿o sólo pueden hacerlo los más fuertes?

Dependerá de tu naturaleza y de lo rápido que desarrolles tus habilidades. No es algo reservado a los más fuertes de forma exclusiva, aunque sí con cierta experiencia y magia a sus espaldas—respondió Ryota con tranquilidad.

Cuando le mostró su Llave Espada, Ryota escuchó sus preguntas esbozando una leve sonrisa.

Lo que importa es que sea un Caballero quien las destruya. La Llave Espada es un arma que borra Sincorazón, si bien la magia también es útil. Mientras veas que el Corazón ha sido liberado, sabrás que la criatura está destruida.

De verdad, pensaba que lo del mundo distinto era una metáfora. ¿Y ese Bastión Hueco es muy diferente a París? ¿Hay muchos Caballeros de esos o también vive gente normal? Y en cuanto a ese bando contrario… ¿de qué se trata? ¿Acaso hay una guerra o algo así?

Ryota respiró hondo, no con impaciencia, sino planteándose cómo responder de forma clara a sus inquietudes.

Bastión Hueco es muy diferente. Fue un mundo… próspero pero ahora no lo es. Podrás verlo con tus propios ojos. No es el lugar más alegre, pero lo que importa es que nos protege. Encontrarás algunas criaturas llamadas moguris, si bien sólo viven allí los Maestros y los aprendices de Caballero como tú. Respecto al bando contrario, será mejor que te lo explique cuando lleguemos a Bastión Hueco, pero sí, son nuestros enemigos.

No comentó nada sobre levantar el vendaval en una taberna: se limitó a sonreír. Celeste misma no había descubierto que se trató de él hasta que le vio emplear su magia directamente. Así que en su caso no había habido peligro.

Luego las preguntas se acabaron, porque llegó el momento de que Celeste aprendiera a perder el miedo a las alturas.


***




Perdón por la tardanza —anunció Celeste después de tomarse un pequeño descanso—. Estoy preparada, Ryota. Por mí, podemos partir ya.

Ryota la observó unos instantes y después le puso una mano en el hombro.

Nada se convierte tanto en un tesoro como cuando lo dejamos atrás. Cuando regreses, podrás tratarlo tal y como se merece.

Dicho esto, lanzó su Llave Espada al aire y volvió a invocar su glider. Guiando a Celeste, los dos se elevaron en el cielo, cogiendo poco a poco velocidad. Su nuevo Maestro señaló al frente con una mano y abrió en el cielo un portal oscuro. Se echó a un lado para que Celeste lo atravesara.

Ya casi era de noche. El cielo azul oscuro en el horizonte, tachonado de estrellas, se extendía y hacía retroceder los últimos rayos del sol que iluminaban las torres de Notre Dame, desde donde le llegaba el tañido de sus claras campanadas.

Se marchaba, pero un día volvería. Más fuerte, más experimentada. En definitiva, cambiada.

Celeste abandonó el mundo de la Cité al mismo tiempo que el eco de sus campanas se perdía en la distancia y las aves remontaban el vuelo para despedir al sol.

Spoiler: Mostrar


¡Fin del prólogo!

Lo primero de todo, quería pedirte perdón por el retraso. Ha sido una mala temporada con exámenes y llevando el global, necesitaba un pequeño descanso para recargar pilas xD.

Lo segundo, ¡enhorabuena por finalizar tu primer tema! ¡Bienvenida a la Orden de los Caballeros! Espero que disfrutes tu estancia~

Sin más, pasamos a las puntuaciones, apuntes personales y felicitaciones:

Me ha gustado mucho cómo has llevado a Celeste. En realidad considero que ha sido uno de los mejores prólogos que he tenido que llevar, así que se agradece mucho. Celeste es un personaje resuelto, que hace moverse la historia y eso es muy importante porque coincide con tu ficha. Sabes escribir y empleas bien la puntuación, así como el uso de rayas. No tengo mucho que decir en general, excepto un par de aclaraciones:


-He visto que a menudo no sabes bien cómo usar la puntuación en los diálogos, así que vamos a ello: Cuando abres una oración después de raya (—) debe haber un punto. Por ejemplo:

« —¡Maldita sea, Gilbert! ¡Haz ruido o algo! —grité, con las mejillas encendidas— Casi me muero de miedo.»
Debería ser así:

« —¡Maldita sea, Gilbert! ¡Haz ruido o algo! —grité, con las mejillas encendidas—. Casi me muero de miedo.»

La excepción es si no estás abriendo una oración y sólo has metido las rayas para aclarar algo. Por ejemplo:

«—No, Gilbert —dije con tranquilidad—, eso no es correcto».

No sé si te has dado cuenta, pero la coma la he puesto después de la raya.

-Por otra parte, es importante saber cuándo se ponen mayúsculas y cuándo minúsculas al usar raya.

1). Cuando usas un verbo de habla (dije, contesté, añadí) se usa minúscula. En general lo has hecho muy bien, pero te lo digo para resaltarte el contraste con lo que viene a continuación:

2). Cuando empleas un verbo que no es de habla o directamente no empleas verbo depende de si la oración se ha cerrado antes. Primero te voy a poner un ejemplo de cuándo sí debería ponerse mayúscula (y punto) y luego de cuándo está bien usar la minúscula:

a) «—En realidad, señor, quisiera comentarle una cosa—aquél era un buen momento como cualquier otro. Me aseguré de que me estaba escuchando antes de proseguir—.»

Aquí deberías haber puesto mayúscula. ¿Por qué? Porque si te fijas la oración se ha terminado. Es más, al final de la segunda raya hay un punto. De modo que «Aquel» debería ir con mayúscula y tener un punto antes.

«—En realidad, señor, quisiera comentarle una cosa.Aquél era un buen momento como cualquier otro. Me aseguré de que me estaba escuchando antes de proseguir—.»

b) Si quieres que haya minúscula, entonces la frase debería haber sido algo así (es un ejemplo para que lo entiendas, que conste):

«—En realidad, señor, quisiera comentarle una cosa —aquél era un buen momento como cualquier otro. Me aseguré de que me estaba escuchando antes de proseguir— que es algo complicada».

No hay coma, no hay punto, por tanto la oración entre rayas puede empezar en minúscula.



Siento si todo es muy caótico. Cualquier duda consúltamela por privado xD.

Por lo demás tienes un buen vocabulario, buenas reacciones, no has controlado el entorno y en sí hemos llevado bastante buen ritmo. Me alegra que hayas disfrutado y espero que te lo pases genial en las tramas, que pronto van a abrirse, si quieres apuntarte. Si tienes dudas o lo que sea, no dudes en preguntarme a mí o a cualquier GM por público o por privado.

¡Puntuación!

19 PX. ¡Subes al nivel 2! Faltan 6 PX para alcanzar el nivel 3.

Obtienes:

-Llave Espada, Cadena del Reino

-Armadura.

-Glider.

-Habilidad: Materialización del arma.

Pásate por Actualizaciones, dudas, sugerencias y quejas V.2 para actualizar tus estadísticas y habilidades.

¡Un saludo y nos vemos!
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Anterior

Volver a Prólogos

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado