[Ciudad de Paso] Una elección importante

Prólogo de Myriddin Law Watson

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Sab Ago 15, 2015 1:12 am

¿Cómo podría describir aquello? Parecía estar perdido nada más atravesarlo, una sensación rara y extraña me invadía. Era bastante simple lo que Ryota me pidió, de volver a casa. Pero esa sensación no se olvidaba, como la mirada vacía de aquel chico. Sensaciones que confundían todos mis pensamientos lógicos y establecidos que tenía ya en mente. No encontraba adjetivos que no mostrasen falsas abstracciones de oscuridad, podría decirse que era atractivo para mi todo aquello que no viniese con la mano del gusto general. Pero si pensaba que era fría ya la celda de aquel lugar, el suelo en el que caí era de símil temperatura. ¿Irme a casa? Era gracioso, tuve la peor idea del universo en ir hacia el portal de aquel guaperas. Todo por un simple detalle, un minúsculo detalle, ¿¡De qué me sirve escapar si sigo con las malditas e indeseables esposas!?

No sabía bien donde acabé pero presumiblemente en Ciudad de Paso, por suerte parecía el ruido metálico de las cadenas y el sonido seco de un buen golpe contra el suelo no había llamado la atención a nadie. Ahora faltaba una cosa, librarme de esta cosa. ¿Cómo? Ni idea. Traté de tirar, intentando hacer fuerza para intentar romper al menos un eslabón. Pero sólo pudo servir el ver cómo tenía otra parte de un esqueleto como símbolo. Esta vez un cráneo. ¿Cómo podría ir a casa con esta mierda encima? Pues pensando estuve unos minutos. Ya era de tarde y no tenía medio de contacto con Holmes. ¿Hace cuanto que me buscaba? No me moví del lugar, quizá para no tener que estar arriesgándome el cuello. ¿Qué otro lugar podría ir? ¿Podría intentar escalar los edificios e ir por…? Me partiría el cuello y eso sin grilletes, con ellos seguro que me quedaría tetrapléjico en menos de lo que se dice esternocleidomastoideo. Me senté en una esquina del callejón mientras pensaba en una gran idea. Aprovechando que llevaba bata y camiseta lo mejor era la idea de… Oh, era cierto, las esposas no permiten quitarse las mangas de la bata. Un buen plan para el cubo de la basura mental que tenía. ¿Qué más podría ser? Sé que podría intentar hacer algo y así que lo intenté.

Casi haciendo contorsionismo, por que dolía un poco y tenía de hacer malabares para sacarme la bata hasta que las mangas se quedaran atascadas en los grilletes. Lo siguiente era doblarla de cualquier manera posible ocultando los grilletes. Con eso creía ya que a pesar de ser algo chapucero solo quedaba buscar cómo hacer que no se vieran las cadenas. Por la espalda no, la bata era blanca y destacarían. ¿Por el cuello? Era una idea simple y nadie se fijaría ni pondría atención. Callejearía por callejones hasta mi casa llamaría a la puerta o sacaría la llave bajo el felpudo que teníamos en la entrada, pegado con una cinta americana. Y así fue, tomé aire para evitar tener ansiedad por estar con gente a mi alrededor. No lo soportaba, prefería los sucios y poco visitados callejones. Me guiaba más por esas zonas de la ciudad, y así que nada más tener oportunidad de ir por esa zona descansaría los brazos. Mirando por todos lados, especialmente mi espalda. Con la mano ocultando parte de la cadena, caminé ignorando a las personas. Odiaba mirar a la gente que vivía en su mundo feliz lleno de sonrisas y creyendo cualquier cosa que les contaran. Yo siempre he sido un escéptico, pero lo de hoy casi hacía que llegase a mi límite del día en cuanto a experiencias vividas. Podría suicidarme y decir que ya estaba harto de tanto lío.

Llegando al edificio y llegando a la puerta tuve la suerte de que siguiera la llave. Así que la saqué mientras miraba que no hubiera nadie por el pasillo y abrí la puerta para poder cerrar y ver que no estaba Holmes. ¿Dónde estaba ese pelirrojo? No podía ni ducharme, ni cambiarme de ropa. Pero en mi mente venía una sola a la cabeza, ¿lo que me dijo aquel hombre? ¿Qué si pronto me buscarán esos Villanos Finales? ¿Dónde estaría Holmes ahora? ¿Me estarían buscando? Nada de eso. Lo que pensaba ahora era una maldita taza de café.

Café, todo este día valía su peso en café… O como otros dicen, en oro. Me hice una taza mientras esperaba que el tiempo pasara, con una taza me refería a casi unas 4 tazas. Necesitaba reponer energía y doparme a cafeína. Cogí la taza, la tercera, para posarla en los labios y comenzar a servirme de su amargo sabor el microondas sonó para avisar que la pizza que puse y que teníamos para cenar esta noche (una para cada uno, claramente). Yo saqué la mía con cuidado y me puse a leer el libro que estaba leyendo Holmes esta madrugada. Me sacaba una sonrisa porque él escribía en los márgenes de los libros, los subrayaba, examinaba y señalaba las páginas. Yo por mi parte llenaba los libros de trozos de papel con todo lo que escribía y llenaba la contraportada con bolígrafo y lapicero, eran incontables las veces que ponía “Cliché” en los libros sobre las partes que ya me daban ganas de llenar de corrector líquido. Hice otra lectura rápida al libro esperando a la noche, a la cuarta taza y media pizza me venía en la cabeza el palo que tendría que superar si seguía con eso en mis muñecas. Era pesado y quizá si seguía así podría hacerme unas bonitas marcas. Cogí el tercer trozo de la pizza con anchoas, para entonces la puerta se abrió y mostró al chico con gafas de sol que parecía preocupado. Su mirada de asombro era para retratarla, quizá había dado unas caminatas buscándome pero cambió a una sonrisa llena de alivio.

Alivio, eso sentíamos los dos al vernos. Cerró la puerta pero su mirada de alegría pasó a una llena de molestia. —Dos horas más y juro que llamaba a mi padre… ¿Has vuelto a irte por ahí? —Su voz en aquel momento era estridente y llena de molestia. Aparté la mirada y puse el marca-páginas. Él se aceró y yo no respondía, sólo me levanté y le mostré el precioso regalo que me ataron encima. Me miró con incredulidad y parecía tartamudear—¿Q-qué haces con eso, tío?

Esto ha sido un regalo de un subordinado de nuestro nuevo alcalde — Contesté, terminé la taza para dejarle tiempo poder recibir su mirada de los sermones, ahora tendría un discurso. Otra cosa más para añadir al día, toda una gracia. —Hoy he tenido un día movidito, mira mi hombro… ¿Lo sueltas ya? — pregunté para levantarme para hacer otro café, seguramente esta noche tendría una diarrea por sus efectos laxantes pero tenía que aguantar la noche despierto. Todo en el caso de que aquel Rey Calado volviera y me encontrara. Si era así tendría un gran problema pero las palabras de aquel hombre no me parecían mala idea. Era lógico quedarme aquí, aunque fuera por tener esta ofrenda a mi autoestima. Me daban ganas de estrangular a alguien, pero quien más parecía con esas ganas era Dylan que movió mi bata y mi camiseta para ver mi hombro vendado. —Esto no lo has hecho tú, no lo haces tan chapuza… ¿Puedes decirme todo lo que ha pasado? No se lo diré mi padre.


Sonreí y me señaló el sofá para sentarme, yo hice caso mientras bajaba la mirada y jugué con mis dedos. Evitaba mirarle a los ojos, pero él cogía su taza de café y con la máquina que compramos a base de ahorrar y quedándonos casi sin platines. Me dio otra taza de café, y seguía bebiendo. Era tan caliente como el infierno al que iría si hubiera seguido en aquella celda así que comencé a hablar cuando se puso cómodo.

Esta mañana, como siempre hago salí a la librería… Eso ya lo sabes, pero en el camino me choqué con un chico extraño. No le di importancia aunque me vino una idea loca de hacer una secta y todo ese rollo. ¿Después? Pues entré, una monada de chica atendía con malos modales… De tu tipo me parece que era pero no creo que sea legal.

Sin embargo, al poco de irse a por el periódico, todo se llenó de agua y un tío me atacó y acusó de que portaba la Llave Espada.


¿Por qué te acusaron de eso? ¿Y acaso es algo ilegal? — discutió si bien algo dudoso de las acciones de Rey Calado.

No tengo ni idea pero me derribó, conmoción cerebral y me desperté en una celda. ¡Tuve un genial compañero de celda! Un esqueleto que me atacó y casi me devora la cara, muy majo el huesitos. Me salvó un hombre que no parecía mala persona ni estaba nada… —Paré en seco por una aclaración de garganta de mi compañero de piso. No podía decirle que estaba para mojar a aquel hombre teniendo en cuenta que odiaba la homosexualidad. También recordé una cosa, era que antes pensaba en contusiones en vez de una conmoción, ¿por qué pensé en eso? Quizá por la incapacidad de pensar claramente pero tenía que terminar mi historia. —Bueno, me sacó de allí y vine.

Un suspiro y un trozo de pizza, de mi pizza, que entró a su boca y pegué un puñetazo a la mesilla. —Lo siento, no me di cuenta. — El sabía bien que odiaba que cogieran de mi comida, mis tazas y mis cosas. Un trozo de pizza que era de la mía, era mía. No le dije que pudiera cogerlo. Así que lo miré amenazantemente y él se levantó a hacer la suya mientras yo cogía el trozo robado y lo cogí como si mi anillo para gobernarlos a todos y solamente servía para volver invisible fuera. Mientras se calentaba, él se acercó a mi para coger de los grilletes y ver que no había una cerradura clara. —No servirá usar un clip o una ganzúa. Podríamos romper las cadenas pero alertarán a los vecinos el ruido y puede que te vean así y nos encierren a los dos. Tenemos que pensar que hacer. — Soltó sin seguir hablando cogió cuadernos y bolígrafos y nos sentamos. Estaba claro que pasarían algunas horas o minutos, no recordaba la hora en verdad, sentados pensando en ideas para quitarme el premio a mi mala suerte.
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Ronda #9 - Una elección importante

Notapor Astro » Mar Ago 18, 2015 6:54 pm

En un momento de la conversación entre Watson y Holmes, el segundo se quedó dormido de repente. Fue algo inesperado y raro, porque en un segundo se le habían cerrado los ojos y su cuerpo se había dejado caer sobre su asiento cual peso muerto.

No te preocupes, sólo está dormido. Despertará dentro de un rato, pero antes tengo que hablar contigo en privado.

De alguna manera, Ryota había aparecido sin hacer ruido alguno en la habitación. Mientras Myriddin asimilaba lo que sucedía, el hombre se limitó a ojear un libro que cogió de la mesa antes de acercarse hasta el chico. Sacó un objeto del bolsillo, una pequeña calavera de cristal, y la puso sobre las esposas. Al instante se soltaron, cayendo al suelo, aunque Ryota las atrapó de un rápido movimiento.

Tecnología curiosa, ¿no crees? Cerraduras que no son cerraduras, ideadas para inutilizar el poder de las Llave Espadas. No ha sido nada fácil conseguir esto —comentó, sentándose en una silla con elegancia y guardando en un bolsillo tanto la calavera como las esposas.

Guardó silencio durante unos instantes bastante incómodos, en los que se limitó a observarle de arriba a abajo.

Supongo que tendrás muchas preguntas. Si me permites, me gustaría ser el primero en preguntar. ¿Qué opinas de lo que te ha sucedido hoy, Myriddin Watson?
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Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Mié Ago 19, 2015 12:43 am

¿Quién lo iba a decir? Mi vida se había vuelto el foco de los clichés nada más el pelirrojo apellidado Holmes se desmayó en medio de la conversación. Desmayarse, a razón de que dormirse era casi imposible tras dos tazas de café, las dos con leche por que es un quejica y dice que sólo es demasiado amargo. Me levanté del sitio lo más rápido que aquellas condenadas esposas me dejasen para ver si era una bajada de azúcar, que también dudaba por las dos pastillas de sacarina que suele meter en cada taza, o si era algo repentino cómo que… Don Salvación y “salva inocentes” habló. En mi maldita casa, sin hacer ruido alguno. Debería decirle a Holmes que pusiera una mejor alarma, ese tío se había colado sin hacer ningún ruido y según él durmió a un tío cargado de café, que a él le causaba problemas de no poder dormir durante una noche. Yo que iba cargado ya casi con mi quinta taza temía cómo podría dormirme. —Pues casi me haces que me de un ataque… — murmuré expresando mi malestar de esa situación. Dirigí mi mirada a Holmes, parecía un peso muerto ahí sentado. Quizá si no estuviera ahí también el guaperas de Ryota me hubiera levantado a besarle como si de una princesa en un largo sueño maldito fuera. Con tal de poder saber cómo eran esos labios. Seguramente si despertara estaría más muerto que la planta de plástico que teníamos en la entrada.

Me fijé en el hombre, que tras ojear el libro se acercó a mi sacando de su bolsillo un tipo de calavera de cristal, que si lo encontrase a la venta en una joyería podría ahorrar sin comer bien, a base de fideos instantáneos y pizza, para poder comprarla y ponerla como llavero. Pero ese no era su uso, al mero hecho de tocar mi prisión de movilidad se soltaron debido a su atracción hacia el suelo y antes de llegar Ryota lo cogió. La razón sería simple, ese ruido podría hacer que un vecino llamase a quejarse o que Dylan se despertara. Era alguien rápido, eso estaba claro, pero su comentario hizo confirmar mis sospechas. No era de ellos, claramente eso lo deduje antes pero además sabía que no iba a funcionar con lo que llaman Llave Espada. Eso sólo logró hacerme deducir que debía saber sobre el grupo de personas que busca el alcalde y sus agradables secuaces. —Muchas gracias — Susurré para sentarme en mi sofá. Al sentarse con un estilo que me hizo levantar una ceja de impresión al ver que no solo era por ropa si no que era hasta elegante al sentarse. Eso lo hacía más irresistible, por desgracia para mi. Pero antes de eso guardó las esposas y la calavera de cristal. ¿Cómo podría guardar eso en sus bolsillos? Yo en los míos no entraría ni en broma con esos grilletes.

Aunque me incomodaba más su mirada examinándome, mientras cogía otra taza de la mesa para sentarme curvado mirando hacia el suelo. Estaba con una mano con la taza y otro tocando donde estaba en aquel brazo la sensación de estar atado. Por el momento podría decirse que un resoplo de alivio pasó por mis labios. ¿Qué pasó con el cuaderno? Lo dejé a mi lado del sofá, cuando lo vi dejé de recuperar la capacidad del tacto en esas áreas para dejarlo bajo la mesita. Pero cuando Ryota dejó de lanzarme esa mirada de arriba hacia abajo, empezó ya la charla. Sus suposiciones no podían ser más equívocas, yo no quería saber más. Un lío que me llevó a la cárcel sin sentido, intentar caminar disimulando las cadenas y grilletes regalados. Tras su pregunta yo lo que hice fue mirarle algo más seriamente.

¿Qué opino? Bueno, que mi mala suerte siempre me ataca cuando menos espero. — declaré a aquel hombre, mi vida era una espiral de mala suerte en peor. Si ya tenía la mala suerte de no recibir trabajo, que me encerraran fue una gota más que casi colma el vaso del infortunio…—Estoy acostumbrado a que me pasen cosas malas, pero lo de hoy si que me está siendo molesto… — añadí a mi respuesta. ¿Pero qué más podría decir? Yo estaba al borde de un ataque de ansiedad en aquel lugar y mi genial idea de atacar al Señor Huesitos Come-caras fue un desquite de mis ganas de comprarme un bisturí y rajar a todo el mundo. Pensando en un bisturí recordé que tenía algo pendiente sobre cortar y medicina. Una bonita herida, lo que hice fue claramente hacer con las vendas que tenía puestas el quitarlas y ponerlas bien para evitar ir tan chapucero. ¿Cómo? Moviendo el cuello hasta el hombro como pudiera. —Bueno, yo sólo tengo dos preguntas… — Casi al borde de llamarlo Mister Elegancia me tocaba preguntárselas. —La primera, ¿es seguro al menos para mi, tal y cómo están las cosas, seguir por aquí? Y claramente la segunda es, ¿Quieres una taza de café? —enumeré las dos preguntas para levantarme y servirme otra taza. Si aceptaba se la haría, si no pues otra más para mi.
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Ronda #10 - Una elección importante

Notapor Astro » Mié Ago 19, 2015 11:30 pm

No, gracias —contestó al ofrecimiento de la taza de café, rechazándola con educación.

Antes de entrar en la primera cuestión, Ryota reparó en el hombro de Myriddin al observar los movimientos de cuello que hacía. Con un leve gesto de la mano, una energía verde rodeó de arriba a abajo al joven. Cuando desapareció, todo dolor que pudiera tener en el hombro se había esfumado. Es más, si se quitaba las vendas descubriría que ya no quedaba rastro alguno del corte que le había hecho el Rey Calado en la librería. Como por arte de magia, nunca mejor dicho.

Respecto a lo primero, no puedo estar seguro. —Se llevó una mano a la barbilla, pensativo—. Por lo que he podido averiguar, sólo aquel que te apresó te identificó como Caballero de la Llave Epada. Ningún otro pudo corroborarlo, y ni siquiera se molestaron en fichar tu nombre ni en hacerte una foto. Diría que te pusieron en la celda con aquel esqueleto para que te devorara y así librarse de cualquier rastro que pudieras dejar.

»Me aseguraré que esto —Dio un par de toques con el dedo al saquito que llevaba en el cinturón, donde había guardado las esposas y la calavera—, vuelve a donde debe estar. Con tu huida y ninguna prueba de tu estancia allí, no deberías de tener problemas salvo que te volvieras a cruzar con aquel que te detuvo. Pero, como he dicho antes, no puedo darte ninguna garantía.

Se levantó de la silla, caminando con total tranquilidad y las manos en la espalda hasta una ventana. Observó en silencio las vistas nocturnas de la ciudad, mientras Myriddin digería la información que le acababa de dar.

Hacía mucho que no visitaba Ciudad de Paso. Estuve... indispuesto una temporada. Ahora, veo que todo ha cambiado. El Emperador ha impuesto su visión sobre la Llave Espada y aquellos que la portan, y parece que los habitantes le apoyan. Una lástima.

Giró sobre sus talones, para mirar directamente hacia el joven Watson y clavar sus ojos en los suyos.

»Y tú, Myriddin, ¿crees que por tener esto soy malvado?

Extendió el brazo, y con un fogonazo de luz un objeto alargado se materializó en su mano. A simple vista parecía una espada, pero con una forma bastante peculiar. Porque además de una espada, también era una llave. Era una Llave Espada.

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Ryota, sin añadir ni una palabra más, espero una respuesta.
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Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Jue Ago 20, 2015 1:17 pm

Negando el café sólo logró decepcionarme un poco. Quizá no eran horas de tomar cafeína pero yo me iba a caer de sueño si no tomaba como unas cuantas tazas más. Así que me lo serví. Antes de todo eso, creo, él se dio cuenta de mi malestar en el hombro, ahí me di cuenta que hizo algo increíble o quizá mágico. Curó la herida, con un tipo de una energía verdosa. Algo que recorrió mi cuerpo y que hizo que aquella fea herida que planeaba, tras todo esto, pedir a Holmes traerme desinfectantes y una poción. No me gustaba depender de esos objetos, la pociones, prefería que las heridas se curasen bien sin ayuda especial. Ahora que vi que Ryota las curaba tocando y por arte de magia avada kedavra se curaba.

Pero lo intrigante era su respuesta. ¿Entonces debería librarme de ver a ese anegado ser? Miré al café, pensando en cómo fue lo que dijo, aquel detestable ser que decidí ponerle un mote para quizá olvidarlo más fácilmente. Era molesto pensar cómo me encontró y que quizá sería fácil para él encontrarme. Ahora no podría salir tanto de casa. La frase que me molestó y quedó clavada en mi mente era la de “¡Puedo sentir la Llave Espada que tienes en tu interior a kilómetros de distancia!” Desde que recuperé el conocimiento en esa letal y fría celda, podía pensar que decía la verdad. Parecía convencido de su denuncia, si se pudiera llamar así, y hasta me capturó sin poder yo demostrarle lo contrario. Pude pensar hasta que lo negase Ryota, que quizá podría ser cierto, pero no veía coherencia en culpar quizá la más improbable pero no imposible de las opciones. Siempre era muy maniático a culpar a otros pero sabía que esta desgracia no venía por mi culpa, al menos conscientemente. Pero me hizo sentir feliz al saber que no me habían fichado. Eso significaba que si seguía allí me hubieran ya fichado felizmente y no podría escapar… O me ejecutarían al momento al ver que su máquina de matar esquelética la había palmado.

Cuando mostró atención a su saquito del cinturón puse una mueca de duda y desconcierto. ¿No era que guardó las esposas y la calavera en su bolsillo? Quizá lo cambió de lugar al ver que no entraba y lo metió ahí mientras yo cogía el café. Era lo más plausible en aquel momento. Aunque seguía siendo como un grano en el trasero la idea de que no tenía garantía de que pudiera volver a tomar mi vida común y corriente de trabajos parciales y vivir con las ayudas que nos daba el padre de Dylan. Aunque fuera todo plan de un par de años para cuando Dylan terminase sus estudios de Física y pudiéramos abrir la agencia de investigaciones. Esa idea de ser detectives privados que nos gustaba de novelas de ficción y de género policial. Podría sacar de nuestros casos ideas para volverme escritor. Ya estaba hasta echándole un ojo a una máquina de escribir, me gustaba lo clásico y así quizá ganaba dinero si lo publicaba en periódicos o lo llevaba a una editorial para que me lo publicaran. Novelas de enigmas sin resolver con acertijos destartalados y llenos de misterios que dejarían con la boca abierta a lectores de todas las edades.

Cuando giré la mirada hacia el galán de Ryota, ya no estaba sentado. Se levantó para ver la ciudad desde las vistas que teníamos en mi apartamento. Yo me mantuve callado en todo momento pensando en qué podría pasar si me encontraba aquel hombre azul. Ahí intervino todo el silencio con su punto de vista hacia la actual Ciudad de Paso. Que llevaba tiempo sin poder venir debido a estar indispuesto. Le miré fijamente, yo me preguntaba de qué manera y cuánto pudo haber estado de esa manera. Pero lo último que relató, fue algo verídico que se leía en las noticias, en pancartas y en todo artículo que le involucraba. El Emperador, el nuevo alcalde, había impuesto que los que portaban la susodicha Llave Espada, que de paso es lo que me culpó aquel incompetente azulado, eran malvados y no bienvenidos a la ciudad. Por suerte Dylan y yo pasábamos de ese tema, no nos gustaba la idea de que un alcalde impusiera su punto de vista a toda una población. Eso era discriminación y autoritarismo. Las elecciones eran democráticas y él bajo el nombre del emperador solo podíamos creer que en un poco cantidad de tiempo… Ciudad de Paso pasase a ser una dictadura de aquel hombre. Tenía su ejército, los Villanos Finales, y el apoyo de una gran parte de la población. Tenía los medios de comunicación bajo su poder, poco a poco esta ciudad seguramente se volvería un peligro para aquellos que no estén de acuerdo con ese punto de vista.

Entre ellos este hombre que clavó sus ojos en mi. Me hizo una pregunta muy simple que más de uno en esta ciudad se lanzaría a llamar gritando sobre su existencia. De una manera, también mágica, pudo llamar en un resplandor un arma. Un arma peculiar que si no fuera por el contexto y por mi habilidad para atar cabos velozmente dudaría si en verdad era una Llave Espada. Así que lo miré en silencio un par de minutos, tomé aire y me rasqué la cabeza. —¿Prefieres la versión Oficial que nos quiere meter en la cabeza ese futuro dictador o la personal? — contesté con un tono de burla para darle un trago tras la pregunta a mi amargo amigo. —Es irónico que los que dicen que sois malvados lleven “Villano” en el nombre del grupo. Yo sé bien una cosa, en toda afirmación existe una excepción.

»Es como preguntar a alguien que si parezco un delincuente por mi aspecto, no se sabe a primera vista sino se descubre según sus actos. Ryota, si ellos fueran trigo limpio no hubiera acabado así. Tú por tu parte me salvaste la vida y me liberaste, pude haberte mentido o pude haber rechazado tu oferta de salvar mi trasero. ¿Acaso crees que voy a creer en la maldad de alguien cuando los que predican ese ideal son peores?
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Ronda #11 - Una elección importante

Notapor Astro » Jue Ago 20, 2015 7:01 pm

Buena respuesta —comentó Ryota, asintiendo y haciendo desaparecer su Llave Espada—. Tienes una visión muy curiosa de las cosas.

Caminó con calma hasta volver a sentarse a la silla, observando de nuevo a Watson en silencio. Mantenía una expresión misteriosa, como si estuviera decidiendo qué hacer a continuación. Como si, lo que estuviera apunto de decir, pudiera cambiarlo todo para Myriddin.

Lidero la Orden de la Llave Espada de Bastión Hueco. A diferencia de la de Tierra de Partida, nuestros jurados enemigos que solo buscan la supremacía de la luz, nosotros defendemos el auténtico equilibrio entre la Luz y la Oscuridad por todos los mundos. Es duro, pero necesario, y en ocasiones nuestros actos provocan que no seamos bien recibidos, como ocurre en este mundo. Antes de la llegada del Emperador, ya éramos mal vistos por una serie de desafortunados incidentes.

Ryota se levantó, pero esta vez se quedó en el sitio, clavando su mirada en los ojos de Watson.

Te preguntarás por qué te estoy contando esto. Desde el primer momento en el que te vi en la celda, noté algo especial en ti, Myriddin Watson. Hoy, fuiste acusado falsamente de ser un aprendiz de la Llave Espada. Pero ahora, soy yo quien te ofrece convertirlo en realidad.

»¿Te interesaría unirte a nosotros?

De nuevo, guardó silencio, esperando una respuesta a la bomba que acababa de soltar. No era una propuesta que Watson debía tomarse a la ligera, pues lo que decidiera podía cambiar su vida por completo.

Era una elección muy importante.
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Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Jue Ago 20, 2015 10:11 pm

Me felicitó por mi respuesta, quizá por que le había gustado. Estaba claro que aprovechar cuando bebía el café para tener una respuesta elaborada y plausible para aquel hombre fue mi mejor idea.

No era por nada pero, yo por mi parte era muy poco de hablar y cuando lo hacía o lo pensaba antes o me costaba saber que decir. Normalmente sin pensar soltaría palabras que mostrarían lo borde que era con la gente o lo afilada que era mi lengua al insultar a alguien en su cara. No quería quedar tan bajo frente a Ryota debido a que le debía mi vida. Pero sólo eso y que me parecía un hombre interesante hacía mella para poder contestar u ofrecerle a una taza. Ni Holmes con casi con más de diez años de relación de ser medio-hermanos llegaba a agradarme. Me gustaba cómo era, y Ryota también parecía ser el tipo de persona con modales, elegancia y sabiduría. Era increíble cómo pude aguantar el no ser borde con él desde el primer minuto, quizá era a razón de ese minúsculo sentimiento en mi interior llamado culpa. Pero una culpa que no podría echar hacia alguien para sentirme mejor conmigo mismo.

Tras la desaparición de su arma y sentarse de nuevo no pudo hacer otra cosa más que poner una cara que me ponía desesperado por que Dylan se despertara. Quizá por las ganas de que se liase a hacer el estúpido al ver a un desconocido en nuestro hogar. Conociéndole se pondría a cubrirse con un libro como si sirviera de algo. Cuando terminé la taza pensando en esa escena se me escapó una sonrisa. Mi mirada iba hacia el bello durmiente que no tenía mucho de bello. Por entonces el que portaba la Llave Espada en esta sala y en verdad era un portador comenzó a relatar quien era, cuales eran sus objetivos y la situación actual de estas “Órdenes”. Tras su relato se levantó, maldije la estrella bajo la que nací. Una mala estrella probablemente, pero la escena de aquel libro que esta mañana me hacía gritar y decir tacharla con la palabra de “cliché” o “típico” parecía volverse realidad. Tiré a la basura aquel libro y seguramente seguía ahí lleno de papelitos y sentenciado a pudrirse. No me lo preguntaba, es que era lo típico en toda novela de ficción sobre héroes y villanos dónde el protagonista recibía una pequeña parte de la información, le ofrecían y este sin dudar aceptaba. Luego lo que continuaba se dividía en traiciones o en una línea recta en hacerse fuerte para ganar al jefe final.

Mi mirada bajó al suelo me llevé las manos a la cabeza y suspiré tras su pregunta. ¿Qué demonios iba a contestar? Me tentaba la idea de irme, quizá poder tener oportunidad de vivir como un comparsa de una novela barata de héroes y villanos. Si alguien me leía la mente seguramente me preguntaría si no quería ser un protagonista, ¿pero qué gracia tiene saber que vas a ganar desde el primer capítulo de tu ficticia vida? Odiaba ese tipo de lecturas repetitivas, casi si no fuera por que me había caído bien cómo era mi reclutador lo hubiera llamado como solía hacerlo bajo el concepto de Deux Ex Machina. Parecía que por petición del guión me hubiera salvado antes para ahora poder hacerme partícipe de su causa. Era graciosa la vida conmigo, la de burlas que me había realizado y en ocasiones me había hecho arrepentirme.

Pero yo era un adulto serio, por mucho que algunos les costase aceptar. Serio y escéptico bajo este tipo de ofrecimientos. Una persona normal, aceptaría bajo su sentido del deber y de la justicia. Yo no tenía esa moralidad, de la justicia bajo ningún coste. Tras un poco de pensamientos organizados para elaborar por mi boca unas preguntas no tan cómodas cómo una simple respuesta. —Es fácil para un necio aceptar a ciegas una propuesta tan tentativa, pero yo no pienso aceptar tan rápido. Antes deberás responderme, para saber en qué fregado me meteré. ¿Puedo empezar con la avalancha de preguntas? — cuestioné su propuesta para mirarle a los ojos en busca de que fuera sincero, al menos parcialmente. —¿Cómo piensas realizar tal equilibrio? ¿Cómo son las relaciones con esa Orden de Tierra de Partida? ¿Cómo resulta que antes de el dictador ya erais mal vistos? ¿Por qué os odian tanto El Emperador y sus secuaces?

»Y finalmente, ¿Es grande, si es que tenéis, la biblioteca?

Sabía bien que cada elección era importante, especialmente en mi caso que siempre podía ser la mejor elección de mi vida o la peor. Esta no era una excepción.
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Ronda #12 - Una elección importante

Notapor Astro » Vie Ago 21, 2015 6:53 pm

Ryota asintió con total normalidad, dando vía libre a la avalancha de preguntas, como las había llamado Watson. La primera, fue sobre el equilibrio.

Es complicado. Buscamos que la luz deje de imponerse siempre sobre la oscuridad, luchando contra el opresor. Quedándose sentado viendo cómo el equilibrio se desmorona no lograremos nada, debemos actuar aunque en ocasiones tengamos que hacer lo que no gusta a nadie.

La segunda fue sobre Tierra de Partida. La mirada del hombre se desvió durante un momento, adoptando una expresión pensativa. Incluso con un aire de tristeza, tal vez. Pero fue muy breve, y no tardó en recomponerse y responder:

Los rumores que hayas podido escuchar son ciertos, las dos órdenes estamos en guerra. Tierra de Partida son nuestros enemigos y las relaciones con ellos se han vuelto hostiles. Pero me temo que no puedo explicar mucho más sin tener la garantía de que te unirás a nosotros.

»Hubo varias misiones llevadas acabo aquí, en Ciudad de Paso, que no salieron del todo bien. Los vecinos culparon en su momento a los aprendices y maestro que las llevaron a cabo, y con el paso del tiempo el malestar hacia nosotros fue extendiéndose por la población —relató, haciendo referencia a las siguientes dos preguntas—. Sobre el Emperador y aquellos que lo siguen, es difícil de decir. Desde el primer momento que nos encontramos hemos chocado con ellos, y parece que nuestras acciones interfieren en los planes que puedan tener en mente, pero no podemos más que hacer suposiciones.

Sí, la biblioteca del castillo es grande —dijo, a la vez que sonreía, al haber encontrado graciosa la pregunta—. Cuenta con dos pisos repletos de estanterías llenas de libros provenientes de innumerables mundos. Si te gusta leer, allí encontraras tanto libros para disfrutar, como para aprender.

Con las respuestas dadas, Ryota se puso una última vez más de pie.

Es una elección importante, Myriddin. Si vienes conmigo, viajarás por todos los mundos conocidos y por aquellos por descubrir. Aprenderás a luchar, a defenderte a ti y a otros, además de adentrarte en los misterios de la magia. Dejaré que lo medites bien durante la noche. —Caminó hasta la puerta, dispuesto a marcharse—. Volveré por la mañana a visitarte, y para entonces tendrás que haberte decidido. Piénsalo bien. Ah, y te agradeceré que no compartas nada de nuestra conversación con nadie. Buenas noches.

Como había venido, se fue, aunque al menos esta vez Watson sí que pudo verle usando la puerta. No pasó ni un minuto desde su salida, y Holmes ya había despertado.

A Myriddin Watson le esperaba una noche de pensar mucho. A la mañana siguiente, al poco de salir el sol, el timbre de la casa sonaría. Detrás de la puerta aguardaba Ryota, esperando una respuesta.

¿Cuál sería?
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Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Sab Ago 22, 2015 12:32 am

Era un alivio que aceptara las preguntas que recitaban por mi boca mis dudas y sospechas. Claramente no era alguien muy enterado en la situación de este mundo, quien leía las noticias era Holmes mientras que yo pasaba de querer enterarme que pasaba. Claramente el también pasaba alguna que otra vez de ellas. Pero ahí estaba lo que esperaba que contestase.

¿Cómo no iba a resultar en algo tan simple? Un equilibrio que se veía roto por el radicalismo de la luz. Sería como un escenario nocturno dónde hubiera un grupo de luciérnagas que componen una escena hermosa donde los focos estuvieran en armonía… Si se añadiese más luciérnagas poco a poco nos cegaríamos, si se exterminaran no veríamos en la negra nocturnidad. Así que el caso que veía eran dos maneras, o exterminarlas o hacer más fuerte esa oscuridad. Una oscuridad que a cualquiera haría temblarse por el pavor de sucumbir a ella y perder aquel bello paisaje. Lo que esperaba era que admitiera que hacían cosas que a otras personas no les resultaría agradable, ¿a quién no le da la pena de quitar una vida de un ser fascinante? Pero cuando es una plaga lo primero que pensamos en exterminarlos sin miramientos. Estaba claro que se iba a crear un conflicto, pero quizá fue que quería ver la confirmación por la parte de Ryota. Parecía por unos segundos melancólico, pero se recomponía con brevedad, seguramente alguien como él no le agradaba la idea de una guerra. Claramente no dudó en querer contarme todo si aceptaba su oferta, yo reflexioné sobre eso.

Era un conflicto que era totalmente ajeno a mis problemas personales. ¿Pero qué importa si seguiré en una rutina, que simulaba a un bucle sin fin de repeticiones de actos diarios, que sólo en contadas ocasiones podría decirse que hacía un cambio? Seguramente sobre eso, cuando despertara cierta persona, le preguntaría por quizá si en verdad son tal mal vistos. Claramente, la gente no se agradaba en que hubiera gente que se pelease entre dos ideales, uno radical y otro neutral. Sería gracioso que saliera en poco una facción que fuera radical pero con la oscuridad. Aunque algo me llamó más la atención, que ellos parecían tener el conflicto con los susodichos Villanos Finales debido a que posiblemente interferían en sus planes.

Aunque lo que hizo que soltase una pequeña sonrisa era la existencia de una buena biblioteca, Según lo describía parecía un lugar perfecto para mi, especialmente para poder tener algún libro a mano en aquellas noches inundadas de pesadillas. Pero no podía aceptar en ese momento, el fue más lógico dejándome la noche para consultarla con la almohada. Con la promesa de que mañana podía aceptarlo ya que volvería no dudé en despedirme y con eso… Me levanté a tomar algo para la acidez y el dolor de estómago. Sabía bien que no podía con la comida basura y precocinada, mi cena de hoy era una pizza de las baratas a la que le puse anchoas para apaliar su mal sabor. No era más que cosas que aguantaba para poder pagarme los caprichos. Caprichos como libros, café, más libros y más café (en ocasiones se añadiría ropa). No pasó poco desde que se fuera Ryota y yo saliera disparado a coger algo para la acidez para ver al bello durmiente levantarse de su siesta.

Parecía cómo siempre le pasaba cada mañana. Se estiraba en el sitio y bostezó con fuerza para verme bebiendo de la medicina. Él por su parte me miraba algo confuso, quizá por que se había quedado dormido involuntariamente. Su pizza estaba medio fría ya que no la había probado casi y con el tiempo de sueño no pudo darle un bocado así que cogió un recipiente plástico algo grande y puso los trozos restantes ahí para meterlo en la nevera.

No tienes buena cara, ¿puedes decirme cómo me he quedado dormido si me tomé dos tazas de café y estábamos bien despiertos o me lo imagino? — Tonto no era, más bien era casi un genio aunque fuera en matemáticas siendo casi una calculadora humana. Pero más que eso, él siempre era desconfiado con todo lo extraño y a su vez se fascinaba. —Por cierto, no intentes mentirme… Sé cuando mientes a pesar de tu constante inexpresividad.

No ha pasado nada.

¿Por eso no tienes esas esposas y miras a otro lado? — el presionó más para poder soltar todo, pero yo le miré a los ojos y suspiré… Justo cuando iba a comenzar a hablar él me irrumpió. —Si hay datos para omitir hazlo, ya tuviste un mal día. Pero quiero que recuerdes, que cuentas conmigo en cualquier cosa… Menos en que te saques novio.

El que me salvó antes vino…

¿Y qué pasó?

Miré a otro lado, si bien era que quería hacerle caso a Ryota. No quería involucrar al pelirrojo. —Me quitó los grilletes y bueno al parecer ni me ficharon. Pero puede ser esta la última noche que pasemos juntos. — Su mirada que siempre parecía de alguien sereno, calmado, que parecía importarle un comino cualquier cosa pasó a mirarme más seriamente, buscaba en mis ojos la respuesta a lo que pasase. Nuestra relación llevaba más de una década y sabía que cuando él se ponía serio y dejaba de ser tanta alegría y tranquilidad suponía que estaba esperando por mi parte ser lo más sincero posible. —Ese hombre, era uno de esos portadores de la Llave Espada y me ha ofrecido a unirme a ellos…

¿Lo has aceptado? Supongo que si dices que es tu última noche es que vas a aceptar.

Aún no, mañana vendrá y me pedirá una respuesta.

Bien, pues lo mejor que podrías hacer ahora es tu maleta. — Para mi sorpresa, no parecía enfadado conmigo ni nada por el estilo. Incluso volvió a su sonrisa de siempre y empezó a buscar en el armario empotrado la maleta. Me quedé mirándolo algo confuso y anonadado. El miró mi cara para reírse de ella.

¿Qué te pasa? ¿Tengo monos en la cara?

¡N-no! Es que pensaba que ibas a enfadarte o negarte a que aceptase… —contesté para yo empezar a recoger las cosas. Tras discutir un poco sobre que llevar, él no preguntaba nada. No me preguntó a dónde, durante o si estaba realmente seguro de irme. Él mantenía una sonrisa pero alguien que le conociera reconocería esa mirada triste. Era una persona que sonreía casi siempre a pesar de estar triste. Quizá además cuando me acerqué pude ver cómo empezaba a llorar callado. —Ahora podrás traerte una chica al piso sin pensar que me puede molestar. — comenté para intentar animarle. —¡Además ya no tendrás este desastre de compañero tacaño que siempre quiere tener razón!

Él no lloraba más que en contadas ocasiones, pero tras casi más de una década viviendo juntos… Uno sabía que acabaríamos los dos llorando al separarnos. Era inevitable, por mucho que odiase sonreír, llorar o reír… Una lágrima bajaba por mi mejilla derecha para cuando él me abrazó. Ese maldito pelirrojo me abrazó para acabar yo rodeándolo con mis brazos y meter los dedos de mi mano en su pelo y sentir ese pelo largo suyo. Las gotas bajaban gradualmente en mayor número. Solo faltaba una lluvia para hacer ese momento más triste. Creo que ninguno había pensado en este escenario. Casi ni pensábamos en separarnos, pero la vida a veces da un golpe a los planes. Cuando terminamos de recoger la casa y de hacer la maleta. Dylan se fue a su cuarto con un ≪adiós≫ que correspondí.

A la mañana siguiente, el timbre me despertó, no parecía haber pasado mucho desde el amanecer. Me vestí rápido para ver que Holmes seguía durmiendo en su habitación. No pude evitar deslizar una sonrisa en mi cara. Cogí la maleta para dejarla al lado del pasillo y abrir. Era Ryota, quizá esperando mi respuesta. —Creo que con abrirte la puerta basta para aceptar tu propuesta… ¿Vamos antes de que mi compañero se despierte?
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Ronda #13 - Una elección importante

Notapor Astro » Sab Ago 22, 2015 5:57 pm

Ryota sonrió al escuchar la respuesta de Watson. Asintió cuando propuso marcharse antes de que su compañero de piso se despertara, y aunque fue a decir algo, calló al ver que el joven ya había sido previsor y tenía la maleta preparada. A ritmo ligero, salieron a la calle, a aquellas horas desértica, y con mucha precaución le guió hasta volver al callejón donde el día anterior había caído tras salir de la cárcel.

Podrás volver de visita pronto, no te preocupes —comentó el hombre, tras asegurarse de que estaban seguros—. Sin embargo, he de advertirte de algo: como Portador de la Llave Espada, los sincorazón te perseguirán más que a nadie. Pero no temas, como tu Maestro, te enseñaré a defenderte.

Hizo aparecer de nuevo su Llave Espada en la mano y, con un rápido y preciso movimiento, la giró en el aire para agarrarla por la hoja con cuidado, ofreciéndole la empuñadura a Myriddin.

»Si así lo deseas, toma mi Llave Espada y conviértete en mi aprendiz. Recibirás tu propia llave, pero deberás respetar siempre nuestras normas. No intervendremos en los problemas internos de los mundos, solo si los sincorazón u otras fuerzas exteriores están involucradas. Y nunca revelerás a nadie ajeno a la Orden la existencia de otros mundos.

Guardó silencio, dejando que Watson tomara su decisión. Cuando por fin cogiera la Llave Espada de Ryota, esta aguantaría unos segundos en su mano antes de desaparecer en pequeñas luces. Sin embargo, algo habría cambiado. dentro de Myriddin, una luz se había encendido. Una luz que lo cambiaría todo para él.

Prueba tú ahora. Extiende tu brazo, e invoca tu propia Llave Espada. Con desearlo será suficiente.

Tenía razón. Con muchísima facilidad, su propia Llave Espada acudió al joven. La suya tenía un diseño diferente a la del Maestro, más clásico y sin tantos detalles. Aun así, desprendía un extraño poder totalmente nuevo para él.

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Será mejor que nos vayamos antes de que nos detecten. —Con un movimiento del brazo, hizo aparecer un nuevo portal de oscuridad—. En otras circunstancias te enseñaría cómo nos desplazamos los Portadores entre mundos, pero me temo que tendrás que esperar a que lleguemos al castillo. Si lo intentáramos aquí, seríamos bombardeados por las defensas del Emperador.

Se hizo a un lado, invitando a su nuevo aprendiz a ser el primero en cruzar el portal.

»¿Preparado?


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Re: [Ciudad de Paso] Una elección importante

Notapor A Nerd Girl » Dom Ago 23, 2015 6:55 pm

Fue de agrado saber que le había gustado mi repuesta, A decir verdad, me alegré de tenerlo todo ya terminado… Antes de irnos miré al interior de ese piso que había sido mi hogar desde que nos independizamos de Sheldon. El señor Holmes, padre de Dylan y mi segundo padre adoptivo, siempre decía que ni la muerte nos separaría de lo unidos que éramos. A pesar de ser el mayor por casi cuatro años de diferencia, Dylan se portaba más como el hermano mayor que siempre lograba defenderme ante cualquier abusón o matón ya fuera en la calle o en los estudios. Pero no pude evitar volver a sentir tristeza con la simple idea de dejarle sólo.

Fuimos de camino de vuelta a dónde aparecí con aquel portal que anteriormente había aparecido para sacarme de aquella mugrienta jaula. Las calles estaban desérticas, vacías de ese bullicio que siempre tienen y la gente que habita en este mundo. ¿Cómo podría decirlo? Me sentía, a mi parecer, bastante liberado. No había gente, ni incordios, y no hacía falta aclarar que me encantaba único ruido de nuestros pasos y las ruedas de la maleta. ¿Cuánto pasará hasta volver a ver estas calles? Ryota lo contestó sin que yo llegase a preguntarle, me aliviaba saberlo. Aunque lo que seguía no tanto. Ya tuve percances pasados con los sincorazón, me libraba por los pelos a base de huir o de no salir del primer distrito. Sin embargo con la promesa de aprender a defenderme, podría aceptar el problema que acarrearía ese camino. Seguido de hacer aparecer su arma, cambió la forma de cogerla de manera que me ofrecía el empuñarla. Explicando la razón y un par de normas que tendrían su lógica, cuando terminó de hablar hice caso. Era extraña la sensación, al muy poco rato de sostener ese arma, se disipó en pequeñas luces. No pude evitar sobresaltar un poco, ¿qué era eso?

Si bien estaba en duda, el castaño me ofreció invocar mi Llave Espada. En ese momento puse una mirada dudosa, sobre si lo que añadió fuese tan simple. ¿Y el cogerla? ¿Qué pasó con su arma? No podría quejarme, por que cuando hice caso, ahí estaba. No era la misma que la de él. Para mi gusto eso si que parecía una Llave Espada, aunque fuera bastante infantil para mi parecer. Al mirarla un par de segundos esperé que desear que se fuera para evitar problemas, que quizá ya sabía quien, funcionara para que hiciera caso omiso y poder tener la mano libre. Aunque parecía que ambos temíamos lo mismo. Ahora que no había solo un portador, si no dos podría decirse que faltaba un cartel luminoso y una cuantiosa cantidad de flechas rodeándonos. Para entonces, él abrió un portal cómo el de la mugrienta celda en la que estuve para explicarme que con el otro método de transporte podríamos ser como la mejor presa para esos Villanos Finales. No era por nada pero quería salir de ese lugar sin agujeros o volviendo a estar en peligro de muerte. Él me ofreció ir primero y esperando que pudiera estar preparado para dar aquel paso, —Eso espero, Ryota… — respondí para adentrarme en aquel mar de oscuridad esperando llegar a la salida.

Bienvenido a la vida de una novela mala de aventuras y ficción que se había hecho realidad.
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Final - Una elección importante

Notapor Astro » Mar Ago 25, 2015 6:32 pm

Myriddin cruzó el portal y, tras atravesar un mar de oscuridad, llegó a Bastión Hueco. Aquel castillo que se alzaba sobre una ciudad en ruinas, se convertiría en su nuevo hogar. Aquella elección cambiaría su vida para siempre, aunque puede que él todavía no fuera consciente de lo que le deparaba el destino.

Ryota, por su parte, no se hizo de rogar. Sin embargo, antes de cruzar el portal, giró un momento la cabeza para mirar al tejado de una casa. Allí, un gato persa de pelo naranja le observaba con sus grandes ojos.

¿Devolviste las esposas y la llave?

El gato asintió, a lo que el maestro respondió con lo mismo. El felino se marchó corriendo por el tejado, mientras que Ryota volvió a Bastión Hueco cerrando el portal tras de si. Tenía un nuevo aprendiz al que enseñar el castillo, además de otorgarle su armadura y enseñarle a usar el glider.

La elección había sido tomada.


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¡Fin del prólogo!

¡Y damos la bienvenida al rol a Myriddin Watson! Espero que te haya gustado el prólogo, que ha sido la primera vez que he llevado uno hasta el final (ya era hora), y que lo pases muy bien en tu nueva etapa en el rol.

Sobre tu actuación, tengo algunos detalles que comentarte. Escribes mucho y profundizas mucho en tu personaje, lo cual es bastante bueno y lo has sabido llevar bien, aunque a la hora de escribir lo haces muy seguido y aunque utilizas comas y puntos queda bastante confuso. Sobre todo a la hora de colocar los diálogos: procura ponerlos en una línea aparte para que sean más cómodos y claros de leer.
También tienes que tener cuidado con los tiempos verbales, que muchas veces has mezclado presente y pasado. Y cuidado con las repeticiones, que he visto varias veces que has usado la misma palabra muy seguida.

Con todo esto, ¡ganas 17 PX!
¡Watson sube a nivel 2!
¡Obtienes Cadena del Reino!
¡Obtienes Armadura y Glider! (Al actualizar el nivel, puedes añadir las imágenes de ambos si quieres, ya que en el prólogo no has podido usarlos)
¡Obtienes Habilidad: Materialización del arma!

¡Suerte, y bienvenida a Bastión Hueco!
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