[Agrabah] La Amenaza Djinn

Aka Salmón II Participantes: Celeste, Saeko, Fátima y Malik Extras: Saito y Light

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor H.S Sora » Sab Oct 08, 2016 12:29 am

Dolía tanto que apenas era consciente de lo que estaba pasando. ¿Cuando me había caído al suelo de rodillas? ¿Eran esos mis gritos?

Todo me sonaba demasiado lejano. Todo, menos la amenazante voz del Djinn:

¿No era esto lo que querías? Poder. Ahora lo tendrás.


No estaba seguro de si de verdad había dicho eso, o era producto de mi imaginación. Lo único que sabía era que en cualquier momento explotaría. Ya fuera en lava u oscuridad, mi cuerpo no toleraría esta intrusión tan extrema que Ifrit estaba llevando a cabo mediante el...¿cristal?

Había pasado muy de prisa, tanto que no había tenido tiempo de reaccionar. Ni yo ni nadie, y ahora iba a morir.

Mi mirada no estaba enfocada a nadie en particular, pero en aquel momento me hubiera gustado estar al lado de Saeko, o al de Celeste. Que alguien me hubiera podido decir que todo acabaría pronto, que alguien estaba a mi lado.

Y el silencio más absoluto se hizo de golpe. Alguien me había agarrado, y me había salvado arrancándome el cristal.

¿Maestra Na…?

¡Magicita recuperada! ¡Misión completada!

¿...Kefka?

Cerré los ojos, agotado. El mundo se cernía sobre mí, en un cálido y mortal abrazo del que yo ya no tenía fuerzas para escapar.

***


Spoiler: Mostrar


No podemos sacrificar todo el mundo por Badra.

Abrí los ojos y me reincorporé, ante la voz de la Dama de Hierro. Todos estábamos reunidos, con la lámpara en el centro. Ifrit ya no estaba, pero el fuego seguía amenazando con destruir Agrabah de un momento a otro.

Y sólo tuve que sumar dos más dos para adivinar lo que íbamos a discutir en aquel momento. La vida de Badra por la de su mundo. Parecía un trato justo… ¿pero lo era?

Todavía algo mareado, traté de pensar en la mejor decisión posible, por muy obvia que fuera. Pero no podía. Yo no era nadie para decidir quién vivía, y quién moría. No había querido utilizar el deseo antes por si alguno de nosotros resultaba tan herido como ella, pero ahora era algo distinto.

Por mucho que Agrabah no tuviera la culpa de nuestro fracaso, Badra tampoco.

Miré al cielo, que seguía irradiando aquel fuego mortal. A cada segundo que pasaba, la decisión era mucho más difícil de tomar.

Me duele decir esto… pero creo que es lo que ella querría, si el mundo es destruido los nómadas como ella no podrán reconstruir su hogar, después de todo.

Entonces, ¿eso vamos a decir para sentirnos mejor con nosotros mismos? Está bien. No me voy a oponer. Pero será mejor darse prisa.

Celeste...

¿Habría alguna manera de salvar a todos con un solo deseo?

Tiene que haberla, alguna manera de engañar a Yafar, pero como, como...

He comprendido algo viendo mejor a Ifrit. Él no es un Djinn como creía, es algo distinto... Más antiguo, algo ancestral y lleno de furia y... Miedo. Hay algo que hizo que atacase Agrabah, estaba cegado, abrumado por ver un lugar desconocido. No lo había comprendido hasta ahora... De haber entendido todo ésto antes, tal vez podríamos haber derrotado a Ifrit en su momento o tal vez... No habría sido necesario luchar contra él.

Poco importaba ya lo que no habíamos hecho. Se habían llevado a Ifrit en ese cristal que Kefka se había encargado de incrustarme, a sabiendas de que el demonio trataría de huir por esa vía… a saber lo que querían de él. Aunque por como lo habíamos dejado, de mucho no les iba a servir.

O eso intentaba creer.

Fue entonces cuando vi a Badra, o lo poco que quedaba de ella ya, tratar de tocar a Kamra. Ella también estaba empezando a desaparecer, nuestro esfuerzo se había derrumbado en un maldito momento. Era como estar peleando a contracorriente, sin ninguna oportunidad de lograr nada.

¿Así iban a ser las cosas a partir de ahora?

No es vuestra culpa. —Miré a Fátima Laforet—. Nadie puede saberlo todo… Y ya hicisteis suficiente en vuestro momento. ¿De verdad podríais vivir sabiendo que os antepusieron a todo vuestro mundo?

Ni siquiera lo hemos intentado…

Las palabras no salían de mi boca, todo el mundo parecía haber llegado a una decisión.

No podemos condenar al resto del mundo, ni quedarnos mirando mientras se abrasan los inocentes. Lo mejor sería… aliviarla… Lo más rápido posible…

Ojalá pudiéramos salvarla. Ojalá… —Ahora era el turno de Malik—. Quisiera… poder arreglarlo todo, pero no puedo. No soy tan fuerte. Este mundo es mi hogar y no quiero que se destruya y caiga en la Oscuridad… No quiero, y no puedo soportarlo. Desearía poder salvar a Badra, somos… somos paisanos después de todo… Lo siento, lo siento mucho…

Tiene razón. Ya ha sufrido bastante, por nuestra negligencia y para nada.

Miré alarmado a Celeste, mientras invocaba una daga en su mano y se la tendía a la Maestra Nanashi. No estaba haciéndolo en serio, tenía que ser una broma.

Ella también se había dado por vencida.

¿Haréis los honores, Maestra?

Lo haré yo, maestra. No tiene porqué hacerlo, lo haré yo. —Malik se había adelantado para mi sorpresa—. No soy el mejor de nadie, pero...

Se acercó a Badra. Lo iba a hacer. La mataría.

¡No!

Utilizaría el Baile de Sombras para que agarrara la muñeca con la que el hombre aferraba la daga de Celeste. No podía dejar que lo hiciera, no sin que no lo hubiéramos intentado.

Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

Me callé en el acto, tratando de pensar a toda velocidad. Todo lo que había dicho era absurdo: a Yafar no le interesaría salvar a Badra, estaba seguro de que nos recomendaría devolver a Agrabah a la normalidad. ¿Por qué habría tenido que ser el genio? Ojalá hubiera sido otro el que hubiera pedido ese deseo,

Un momento…

Se me acababa de ocurrir algo.

Invoque a Yafar, por favor —le pediría a Nanashi—.Y use el último deseo para convertirme en en un Djinn… ¡No hay tiempo para pensárselo! —exclamaría, con el corazón acelerado y sin tiempo de pensar en las represalias por mi atrevimiento.

»Es el único modo de poder salvar a Badra y a Agrabah… hágalo, se lo ruego.

¿Estaba seguro? No. Pero tampoco quería dejarla morir ahí.

No quería resignarme a perder a nadie más, ya había perdido suficiente en mi camino de Portador. Tampoco quería quedarme mirando como lo hacía Tierra de Partida, ni resignarme a lo más práctico como lo había hecho la Maestra Nanashi y Celeste.

Nunca. Nunca más si podía evitarlo. Sería un monstruo, un demonio, o lo que hiciera falta.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tsuna » Sab Oct 08, 2016 3:22 am

Explosiones de oscuridad, golpes a una velocidad vertiginosa, invocaciones... La batalla contra Ifrit fue muy tensa, rápida y dinámica, Saeko sentía la adrenalina y el corazón latiendo a toda prisa, más cuando en cierto punto se encontró en el punto de mira del Djinn que estaba a muy poco de escupir una fiera llamarada. Una suerte que Malik interviniera con su caballo alado para salvarla en el último segundo. Saeko tragó saliva, intentando mantener la compostura y secándose el sudor con la ropa.

La batalla se prolongó algo más, hasta que la maestra Fátima hizo uso de una increíble habilidad de agua que la dejó sin palabras. Ella se consideraba buena en magia, pero en comparación con la maestra la diferencia era abismal. Saeko sintió miedo cuando vio que el monstruo seguía en pie, retrocedió un poco, abrumada por el hecho de que el combate fuera a continuar. Pero Ifrit hizo algo que no esperaba: se lanzó a por Saito, más en concreto, a por su cristal. Una luz roja lo envolvió todo.

Saeko gruñó cegada por el repentino resplandor y se cubrió la cara por unos momentos, esperando muy desde el fondo que Saito estuviera bien, porque tampoco es que le deseara la muerte, como parecía hacer él con Tierra de Partida. A los pocos segundos escuchó una risa que ya le empezaba a causar cierto pánico, abrió los ojos como platos, aun cubierta, cuando escuchó su voz, y un sentimiento de rabia resurgió de sus entrañas.

¡Magicita recuperada! ¡Misión completada!

¡Cabrón!

A Saeko se le ocurrían un par de calificativos más, pero estaba muy cansada como para ponerse a insultar a aquel loco. Igualmente, ella había dado por hecho que los maestros les dieron un buen escarmiento, estaba comprobando que no, que les habían engañado. Los Villanos Finales eran unos seres despreciables, por su culpa Nikolai tenía serios problemas con su mundo, y Badra había acabado en aquel estado, por no hablar del secuestro de Yasmín, así como su frenética aventura en el Reaper's Game de Ciudad de Paso.

¡Nos vemos panolis! Muchas gracias por todo, sin vosotros ésto no habría sido posible

¡Vuelve aquí!

Deseó con todas sus fuerzas que Fátima le atravesara con uno de sus ataques, pero no hubo manera, se percató de que Kuja también estaba al acecho. No importaba lo que hicieran, esos individuos tenían muchos trucos bajo la manga y se empezaba a sentir muy impotente. Eso no era todo, sino que ahora tenían a Ifrit... ¿capturado? ¿Qué era una magicita, igualmente? En esos momentos pensar en el futuro la amargaba en exceso, así que se dio la vuelta y miró al resto del grupo, fijándose en Kamra, y luego en Badra. Prefería centrarse en el presente.

La maestra Nanashi los reunió a todos en torno a la lámpara oscura de Yafar, la recordaba muy bien, e imaginar la enorme sonrisa de satisfacción que debía tener aquel visir le resultaba hasta repugnante.

No podemos sacrificar todo el mundo por Badra —comentó Nanashi, aunque Saeko ya imaginaba lo que iban a decidir todos, no pudo evitar bajar la vista, no quería pensar en nada.


Spoiler: Mostrar


Pasaron unos momentos en silencio, todos sabían por qué, todos querían el mismo desenlace. Hasta que las respuestas se empezaron a decantar por la opción más lógica y razonable. A Saeko le costaba aceptarla, pero gracias a Malik lo entendía bien, si su mundo, si su familia estuviera en peligro, elegiría también lo mismo que todos los demás.

Lo sé… Me duele decir esto… pero creo que es lo que ella querría, si el mundo es destruido los nómadas como ella no podrán reconstruir su hogar, después de todo. —Saeko miró al maestro consternada, sin creerse que lo estuviera diciendo en serio.

Entonces, ¿eso vamos a decir para sentirnos mejor con nosotros mismos? Está bien. No me voy a oponer. Pero será mejor darse prisa.

Saeko abrió los ojos como platos cuando vio a Celeste decir eso, le costaba creer que fuera ella la misma que quiso encarar a Nanashi por la decisión que ahora estaba tomando.

¿Habría alguna manera de salvar a todos con un solo deseo?

Estaba convencida de que debía haber alguna manera.

He comprendido algo viendo mejor a Ifrit. —intervino entonces Kamra, captando la atención de todos—. Él no es un Djinn como creía, es algo distinto... Más antiguo, algo ancestral y lleno de furia y... Miedo. Hay algo que hizo que atacase Agrabah, estaba cegado, abrumado por ver un lugar desconocido. No lo había comprendido hasta ahora... De haber entendido todo ésto antes, tal vez podríamos haber derrotado a Ifrit en su momento o tal vez... No habría sido necesario luchar contra él.

Lo hecho, hecho está —A Saeko no le cabía duda de que las palabras del maestro eran duras, pero también ciertas—. Gracias, muchas gracias, a las dos por todo lo que habéis hecho. Nunca lo olvidaré.

No es vuestra culpa. Nadie puede saberlo todo… Y ya hicisteis suficiente en vuestro momento. ¿De verdad podríais vivir sabiendo que os antepusieron a todo vuestro mundo? No podemos condenar al resto del mundo, ni quedarnos mirando mientras se abrasan los inocentes. Lo mejor sería… aliviarla… Lo más rápido posible…

Aunque no le conocía, apuesto a que tu padre hubiera estado muy orgulloso de ti. —Rayim...—. Has sido muy valiente…

»Lo siento


Ojalá pudiéramos salvarla. Ojalá… Quisiera… poder arreglarlo todo, pero no puedo. No soy tan fuerte. Este mundo es mi hogar y no quiero que se destruya y caiga en la Oscuridad… No quiero, y no puedo soportarlo. Desearía poder salvar a Badra, somos… somos paisanos después de todo… Lo siento, lo siento mucho…

Tiene razón. Ya ha sufrido bastante, por nuestra negligencia y para nada. ¿Haréis los honores, Maestra?


Lo haré yo, maestra. No tiene porqué hacerlo, lo haré yo —musitó casi ahogado—. No soy el mejor de nadie, pero...

Comentario tras comentario, y palabra tras palabra, Saeko simplemente estaba muda, no sabía qué decir, solo quería desaparecer de allí. Intentó persuadir a Nanashi desde el comienzo y la maestra había seguido empeñada en esa decisión, sus peores presagios se terminaron cumpliendo: alargaron el sufrimiento de Badra... para absolutamente nada. Ver a Celeste tomar aquella decisión de forma tan tajante la desconcertó también, todos los maestros estaban de acuerdo con la decisión, era inútil salir a protestar, a decir que no, solo iba a conseguir que la miraran mal y la dejaran de lado para luego hacer lo que quisieran. Aunque en el fondo estaba siendo muy hipócrita porque se empeñaba en proteger a Badra solo por ser la hija de Rayim, aunque ella quería creer que, aun siendo una nómada cualquiera, también hubiese tomado la misma decisión. Nadie merecía pasar por lo que estaba pasando, y tenía muy claro que no se quería hacer responsable de su muerte. Ya cargaba suficientes tragedias encima como para vivir toda su vida arrepentida por no haber tomado la decisión correcta.

Porque estaba segura de que la había, ¿pero cómo?

Entonces Saeko se dio cuenta de que la vida daba muchos giros y muchas vueltas, encogida como estaba y con la cabeza gacha, amargada por tanto dolor y con el mundo en llamas a sus espaldas, abrió los ojos como platos ante la protesta de cierta persona...

¡No!

Vio de primera mano cómo Saito intentaba detener a Malik, sorprendida.

«Tampoco es de extrañar, siempre has sido así de inconsciente...»

Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

Invoque a Yafar, por favor. Y use el último deseo para convertirme en en un Djinn… ¡No hay tiempo para pensárselo!

»Es el único modo de poder salvar a Badra y a Agrabah… hágalo, se lo ruego.

¡Yafar nos tiene contra la espada y la pared, debe ser el único que está disfrutando todo esto, Saito! Nos tiene a su merced. —intervino, claramente nerviosa.

Saeko dudaba mucho de que fuese a cambiar la opinión de cuatro maestros, cuando todos tenían tan claro cómo proceder. Pero irónicamente, ahora Saito era la única persona que apoyaba su decisión, no dejaba de resultarle todo una broma de mal gusto. No obstante, tenía esperanza en que sus palabras pudiesen cambiar algo, o al menos, dejar clara su postura, hacerles ver que no todos estaban tomando el camino fácil. Por lo que se adelantó, buscando el apoyo de Saito.

Es cierto lo que dijo Saito, que he cometido demasiados errores en mi vida como Caballero y me acuerdo de ellos todos los días de mi vida —empezó a relatar, muy nerviosa y acelarada, desesperada, sin mirar a nadie en particular, observando el fuego en la lejanía—. Es por eso que no quiero volver a cometer un error, no quiero seguir viviendo con más arrepentimientos. No quiero hacerme responsable de su muerte —se llevó ambas manos al pecho. Le daba igual que su opinión pudiese sonar egoísta, la de los demás también lo era—. Quiero tomar una decisión que salve ambas partes, estoy segura de que podemos encontrarla. Aladdín, ¿crees que es posible invocar a Genio a nuestro lado? ¿O convertir a Saito en un Djinn? —esa última posibilidad le seguía pareciendo estrafalaria y ridícula, pero no tenían muchas más opciones. Esperó el apoyo de Aladdín también.

»Si aun así se toma esta decisión, yo no quiero formar parte de ella. —miró a la maestra Nanashi, luego a la maestra Lyn, y después recorrió con la vista a los demás.

Estaba claro, no quería más arrepentimientos en su vida. Si elegían matar a Badra, esa sería su decisión, no la suya propia. Tan solo esperaba que Aladdín, Yasmín o Saito la apoyaran, ellos conocían a Genio, y si no, al menos podían intentar cambiar las tornas. Luego desvió la vista, lo último que quería era sincerarse de esa manera y en ese momento. Pero su opinión era necesaria, por muy egoísta que pareciera.

Solo quedaba ver qué les deparaba el destino.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Sombra » Mié Oct 12, 2016 1:56 am



Lo sé… —admitió Light estando de acuerdo con las palabras de Nanashi—. Me duele decir esto… pero creo que es lo que ella querría, si el mundo es destruido los nómadas como ella no podrán reconstruir su hogar, después de todo.

>>¿Habría alguna manera de salvar a todos con un solo deseo?

Lyn abrió la boca, haciendo ademán de decir algo. Sin embargo, todo quedó en un amago. La Maestra bajó la mirada con una profunda expresión de dolor que no intentó ocultar... Y es que era imposible, ¿qué deseo podría salvar a todos? ¿Era posible siquiera?

Kamra desaparecía. Su voz sonaba cada vez más lejana, la Maestra observaba con pena a la moribunda nómada, cuya vida se escapaba con más velocidad cada vez. Sus palabras sonaban tristes.

No es vuestra culpa. Nadie puede saberlo todo… Y ya hicisteis suficiente en vuestro momento.

Gracias, Fátima —sonrió la mujer—. Pero al final... No hemos conseguido matar a Ifrit y lo que es peor... Aquellas personas se lo han llevado, y quien sabe que oscuras intenciones tienen para él.

>>Por fortuna, incluso si tratasen de utilizarlo para hacer daño al menos ya no sería un ser invencible como fue cuando nos atacó... Y aunque a costa de la vida de Badra podremos salvar a muchos más.

Kamra clavó sus ojos en Celeste, cuyo enfado era palpable para la semi-Djinn, no solo por la contestación que momentos antes le había dado a Light, sino porque ella prácticamente podía sentirlo en su propio cuerpo. Light se aproximó a Badra y agarró su mano con suavidad.

Aunque no le conocía, apuesto a que tu padre hubiera estado muy orgulloso de ti. Has sido muy valiente…

»Lo siento


Badra, que estaba consciente tiró de la ropa de Light levemente para acercarle a ella. A penas era capaz de hacer fuerza, pero en aquella situación era difícil no hacerle caso. La mujer depositó un beso en la mejilla de Light mientras una lágrima se resbalaba por su mejilla.

Gracias... —le susurró con dificultad—. No me arrepiento de nada.


¿De verdad podríais vivir sabiendo que os antepusieron a todo vuestro mundo? No podemos condenar al resto del mundo, ni quedarnos mirando mientras se abrasan los inocentes. Lo mejor sería… aliviarla… Lo más rápido posible…

La propuesta de Fátima fue lógica, la mejor opción. Si Badra iba a morir de todos modos... Lo más humano era aliviarle el dolor. Badra asintió, estaba preparada para morir.

Ojalá pudiéramos salvarla. Ojalá… Quisiera… poder arreglarlo todo, pero no puedo. No soy tan fuerte. Este mundo es mi hogar y no quiero que se destruya y caiga en la Oscuridad… No quiero, y no puedo soportarlo. Desearía poder salvar a Badra, somos… somos paisanos después de todo… Lo siento, lo siento mucho…

Tiene razón. Ya ha sufrido bastante, por nuestra negligencia y para nada —intervino Celeste en aquel instante. La aprendiza materializó su daga y no dudó en ofrecer su mango a Nanashi, a quien le guardaba un notable rencor por todo lo sucedido durante la misión—. ¿Haréis los honores, Maestra?

Nanashi fulminó con la mirada a Celeste. El tono impertinente que habóa usado para referirse a ella era algo que a nadie se le habría escapado, sin embargo no dudó a la hora de acercarse a ella y coger la daga. Sin embargo, antes de que la Maestra pudiese coger el arma, Malik se le adelantó.

Lo haré yo, maestra. No tiene porqué hacerlo, lo haré yo —pidió el aprendiz de Tierra de Partida—. No soy el mejor de nadie, pero...

¿Estás seguro? —quiso saber Nanashi, sin embargo. Malik no necesitó responder, había tomado ya su decisión.

El aprendiz, ante la mirada de todos se agachó al lado de Badra. Yasmín y Aladdín, aún al lado de una Kamra muy cercana a desaparecer miraban en silencio aquel último sacrificio para salvar el mundo. Badra era una heroína.

Siento mucho todo esto, siento todo lo malo que te he dicho… Si algún día me perdonases me daría más que por satisfecho.

Malik podía ver como Badra lloraba, sin embargo... Pese aquello sonreía.

Tengo miedo, pero... Sé que mi muerte tendrá un significado. Si tan solo pudiese vivir un día más... Me habría gustado volver a conoceros. —Dirigió una última mirada a Light.

Badra movió sus manos para dejar paso al filo de la daga cuando ésta descendiese sobre su pecho. Cerró los ojos y contuvo la respiración. Malik bajó la daga...

Más ésta nunca llegó a su objetivo.

Los brazos de Malik se habían visto repentinamente sujetados por unos "lazos" de oscuridad que impidieron que diese aquel final a la mujer.

¡No! —exclamó Saito, que acababa de ejecutar su habilidad para detener al aprendiz del bando contrario—. Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

Hubo unos segundos de silencio.

Invoque a Yafar, por favor —pidió Saito—.Y use el último deseo para convertirme en en un Djinn… ¡No hay tiempo para pensárselo!

»Es el único modo de poder salvar a Badra y a Agrabah… hágalo, se lo ruego.

¡Yafar nos tiene contra la espada y la pared, debe ser el único que está disfrutando todo esto, Saito! Nos tiene a su merced. —dijo de pronto Saeko, que había estado en silencio hasta aquel momento.

>>Es cierto lo que dijo Saito, que he cometido demasiados errores en mi vida como Caballero y me acuerdo de ellos todos los días de mi vida. Es por eso que no quiero volver a cometer un error, no quiero seguir viviendo con más arrepentimientos. No quiero hacerme responsable de su muerte. Quiero tomar una decisión que salve ambas partes, estoy segura de que podemos encontrarla. Aladdín, ¿crees que es posible invocar a Genio a nuestro lado? ¿O convertir a Saito en un Djinn?

No puedo invocar a Genio... Pero Yafar se convirtió en uno pidiéndoselo a Genio —meditó Aladdín—. ¡Podríamos pedir que Saito sea un genio y pedirle a él que salve a Badra, detenga la destrucción de Agrabah y liberarlo después!


Nanashi y Lyn intercambiaron miradas. Nanashi, cogió la lámpara de tonos oscuros y la frotó. Estaba decidida a pedir el último deseo, tal vez la única manera de salvarlos a todos y también de tener poder suficiente como para evitar que Yafar causase más daños de los que ya había hecho en el pasado.

Una humareda surgió de la punta de la lámpara, de la que surgían chispas eléctricas de aspecto amenazante. El genio de colores cálidos surgió de entre la bruma, que desapareció momentos después.


A sus órdenes... Mi ama —hizo una reverencia. El antiguo visir sonreía ampliamente sabiendo que su liberación estaba a un paso de cumplirse puesto que en cuanto el segundo deseo se hubiese formulado... El tercer deseo se haría realidad.

Nanashi, con un rostro serio y amenazante alzó su voz con potencia:

Deseo que Saito sea un Genio.

Eso está hecho —rió Yafar, como si acabase de recordar un mal chiste que tan solo él comprendía.

El genio apuntó con su dedo índice a Saito y un rayo de energía impactó contra él. Saito sentiría como su cuerpo se llenaba de energía, como sentía que su mente se abría a un abanico de conocimientos que jamás había llegado a comprender. Física, química, matemáticas, literatura, arquitectura, tecnología... Su mente funcionaba mejor que nunca y por eso entendió antes que nadie lo que había pasado...

Yafar había usado su poder, sí... Pero había retorcido el significado de "Genio". Ahora, Saito era endemoniadamente inteligente, de hecho... Sentía que si tuviese tiempo podría curar a Badra y detener la destrucción del mundo con algún invento que podría funcionar... El problema era que no tenía ni los recursos para fabricar algo así. El malvado visir había jugado con ellos... Y ahora ni podrían salvar Agrabah ni salvar a Badra. Estaban condenados.

Ahora, es la hora de mi liberación —exigió Yafar.

La boca de Saito empezó a moverse sola, casi parecía que incluso había elegido que Saito fuese quien dijese aquellas palabras sólo para irritarle más de lo que ya debía estarlo en aquel momento... O tal vez como simple venganza por lo sucedido cuando habían confinado al malvado visir.

Unas palabras claras como el agua salieron de la boca de Saito, daba igual que el aprendiz no quisiese decir aquellas palabras o incluso si intentaba sujetarse la boca con ambas manos. El poder de un Djinn era demasiado grande como para poder resistirse a su influjo. Por eso, en algún momento, por mucho que se resistiese Saito acabaría diciendo lo siguiente:

Deseo tu liberación. Yafar.

El efecto fue inmediato. El malvado genio había ganado y no tenían forma de luchar contra él y Kamra... Kamra había desaparecido finalmente.

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! —rugió Yafar con aires triunfantes. El cielo pareció volverse mucho más oscuro, y las pocas estrellas que podían verse detrás de la luz rojiza que la lava emitía se apagaron—. Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

El genio señaló a Saito, Saeko y Aladdín. Una extraña energía se acumuló en sus mano... Y en aquel momento, la lámpara negra estalló de golpe.

Un relámpago azul acababa de impactar contra la lámpara, que se había hecho añicos súbitamente.

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! —escucharon—. ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

Junto a Aladdín, un Djinn de piel azul hizo acto de presencia. Al contrario que Yafar, éste parecía mucho más amigable, algo que se notaba por su forma de hablar. El Djinn azul silbó sorprendido.

¡Menudo lío habéis montado en un par de días que me fui! —exclamó con falso reproche.

Yafar gritó con fuerza y cambió de objetivo, apuntó con sus dedos a Genio para matarlo... Pero cuando vio sus manos se dio cuenta de una cosa. Sus manos ya no eran grandes y de color roja. Su piel había vuelto a la normalidad, su cuerpo se había estilizado hasta convertirse en el de un hombre delgado y ahora vestía las mismas prendas que llevaba el día que se había convertido en un djinn.

Spoiler: Mostrar
Imagen


¡Yasmín! ¿Has perdido peso? —preguntaba mientras Genio, que ignoraba a un muy enfadado visir.

Yo...

¡¡¡PAGARÉIS POR ÉS...!!!

Yafar no pudo completar la frase. Genio acababa de señalarle provocando que literalmente desapareciese del mapa tras una explosión de luz. Pero no fue lo único que hizo.

Genio, materializó una montaña que tiró sobre el antiguo castillo de Salomón deteniendo al instante la lava que empezó a caer... En forma de lluvia. Una lluvia que refrescó a todos, que les curó y restableció por completo su magia e incluso dejarían de sentirse fatigados por todo lo acontecido. Incluyendo a Badra.

Badra se levantó del suelo confundida. Había esperado su final, sin embargo ahora estaba allí, viva. La nómada se sonrojó y evitó mirar a Light en un principio, pero finalmente le dedicó una amplia sonrisa.

Todos los deseos que Yafar había concedido se borraron en el momento que éste dejó de ser un Djinn (cuando la lámpara fue destruída), incluyendo aquello de que Saito fuese un genio, por lo que rápidamente olvidó todo aquello que había comprendido y todas las ideas que le habían surgido para futuros y revolucionarios inventos quedaron en meras ideas que no sabría ni como empezar a llevar a cabo.

Al final, todo (más bien casi todo) había salido bien y en cierto sentido habían terminado su misión. Ya no quedaba nada más que hacer en Agrabah.

Tan solo quedaban las despedidas.

¡Última ronda! Dadle un buen final, princesos.

Fecha límite 17/10/2016
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Light » Dom Oct 16, 2016 12:28 am

Gracias... No me arrepiento de nada —expresó Badra con dificultad tras el beso.

Light, afligido, permaneció cerca de la mujer herida, en silencio, mientras escuchaba lo que cada uno de los presentes tenía que decir. Fátima y Malik estaban a favor de salvar el mundo, y en cuanto a Celeste… se notaba que estaba enfadada y tenía sus motivos. No pasó desapercibido para él la mirada asesina de Nanashi.

La aprendiza le ofreció su daga a la Maestra para ahorrarle el sufrimiento a Badra. Fue Malik quien la cogió.

Siento mucho todo esto, siento todo lo malo que te he dicho… Si algún día me perdonases me daría más que por satisfecho.

Tengo miedo, pero... Sé que mi muerte tendrá un significado. Si tan solo pudiese vivir un día más... Me habría gustado volver a conoceros.

Le devolvió la sonrisa a la mujer, una sonrisa triste.

No podía hacer más que sonreír y hacer que sus últimos momentos no fueran tan amargos. Ya lloraría después.

Malik se disponía a ponerle fin cuando un hechizo de oscuridad se materializó, inmovilizándole. Light, alarmado, se levantó del suelo y dirigió la mirada hacia el lanzador de aquel conjuro.

¡No! —exclamó Saito, que acababa de ejecutar su habilidad para detener al aprendiz del bando contrario—. Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

¿Tienes una idea? —Fue el primero en romper el silencio. ¿Habría una manera de salvar a todos?

Invoque a Yafar, por favor —rogó a Nanashi—. Y use el último deseo para convertirme en en un Djinn… ¡No hay tiempo para pensárselo! Es el único modo de poder salvar a Badra y a Agrabah… hágalo, se lo ruego.

Malik ya se lo había explicado, aquellas criaturas eran capaces de hacer casi cualquier cosa con sus poderes cósmicos. Por tanto, la idea de convertirse en Djinn podía funcionar, aunque… ¿No sonaba muy descabellada? ¿Estaba dispuesto el aprendiz a llegar tan lejos?

¡Yafar nos tiene contra la espada y la pared, debe ser el único que está disfrutando todo esto, Saito! Nos tiene a su merced.

>>Es cierto lo que dijo Saito, que he cometido demasiados errores en mi vida como Caballero y me acuerdo de ellos todos los días de mi vida. Es por eso que no quiero volver a cometer un error, no quiero seguir viviendo con más arrepentimientos.
—Aquellas palabras de Saeko… le recordaron a él mismo—. No quiero hacerme responsable de su muerte. Quiero tomar una decisión que salve ambas partes, estoy segura de que podemos encontrarla. Aladdín, ¿crees que es posible invocar a Genio a nuestro lado? ¿O convertir a Saito en un Djinn?

No puedo invocar a Genio... Pero Yafar se convirtió en uno pidiéndoselo a Genio. ¡Podríamos pedir que Saito sea un genio y pedirle a él que salve a Badra, detenga la destrucción de Agrabah y liberarlo después!

Hagámoslo entonces…

Por supuesto, como no conocía a ningún Djinn ni al mismo Yafar no se imaginaba que éste pudiera jugársela. No le veía fallos al plan de Saito, pero… si por cualquier razón fallaba, las consecuencias serían devastadoras. Temía que el mundo se fuera al traste.

Nanashi intercambió miradas con Lyn y finalmente invocó al Genio, una criatura rojiza.

A sus órdenes... Mi ama.

Deseo que Saito sea un Genio.

Eso está hecho.

Aquella risa le daba muy mala espina. La criatura señaló al aprendiz con su dedo y liberó un rayo que impactó contra él. Se suponía que, a partir de ahora, era otro Djinn, un Genio capaz de hacer cosas increíbles. Más le valía curar pronto a Badra y salvar el mundo.

¡Venga, tienes que salvar a todos! —exclamó impaciente para que el aprendiz actuara ya. No se imaginaba que no era capaz debido a la triquiñuela de Yafar.

Ahora, es la hora de mi liberación.

Por lo que Saito procedió a liberarle, sin poder evitarlo:

Deseo tu liberación. Yafar.

Y así fue. Light se puso en guardia cuando el Djinn resultó liberado. Tenía un mal presentimiento y solía acertar.

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! —gritó. El cielo además se oscureció, ¿un mal presagio?—. Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

Se refería a Aladdín, Saeko y Saito, pero… antes de que pudiera hacerles daño, un rayo azul impactó contra la lámpara oscura, rompiéndola. A partir de ese punto todo se volvió muy confuso.

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

¿¡Quién eres tú!? —le preguntó, anonadado.

Un Djinn, azul y simpático, bastante opuesto a Yafar, había hecho acto de aparición.

«Espera… ¿Un Djinn?», orientó la mirada hacia la Badra agonizante, con una pizca de esperanza. La Maestra Kamra ya no permanecía con ellos, su desaparición había sido inevitable, pero todavía podían salvar a la hija de Rayim.

¡Menudo lío habéis montado en un par de días que me fui!

Sin bajar la guardia, volvió a observar a Yafar… y comprobó que su aspecto había cambiado bastante. Ya no era ningún Djinn, sino un humano como ellos, vestido con ropajes rojos y oscuros.

¡Yasmín! ¿Has perdido peso? —«¿¡Acaso es momento para preguntar eso!?», abrió la boca, estupefacto: la mera presencia de aquella criatura azul le aturdía.

Yo...

¡¡¡PAGARÉIS POR ÉS...!!!

Genio todavía no le había aturdido del todo. Logró, literalmente, arreglar toda la situación (solo le hubiera faltado traerles la magicita de Ifrit). En primer lugar, hizo desaparecer al antiguo Genio con una explosión luminosa; después, invocó una montaña que sirvió para taponar el chorro de lava (sí, exactamente eso, una montaña). Para rematar, convirtió la lava en una lluvia curativa que borró sus heridas y su fatiga. Además, les restableció la magia.

«¿Qué cojones?», no dejó de repetirlo durante la exhibición de los poderes de Genio.

Badra estaba confundida, y resultaba normal, él también. Y pensar que casi se había hecho a la idea de que moriría. También desvió la mirada y además se rascó la sien, algo avergonzado, pero después la dedicó otra amplia sonrisa. Aunque la misión había resultado un fracaso y no habían impedido que los villanos se llevaran a Ifrit… estaba contento.

Pues ya está, todo arreglado. Muchas gracias, te debemos mucho —expresó agradecido al amigo azul de Aladdín—. Eres… increíble. —Tras ver sus poderes estaba, simplemente, alucinado.

»Bueno, ¿nos vamos? —Observó a Nanashi y a Lyn, las Maestras veteranas—. Un placer conoceros a todos, y gracias. —Hizo una rápida reverencia y después se dirigió a Badra en particular—. ¿Quieres venir con nosotros? —preguntó, aunque se imaginaba la respuesta, por lo que procedió a añadir—: Lo sé, tienes que reconstruir el hogar de los nómadas y eso, espero que los Sincorazón os den un respiro. La próxima vez que venga tienes que enseñarme más de estas tierras.

Realmente le apetecía pasar más tiempo con Badra y aprender más de Agrabah. Y seguro que era una estupenda compañera de entrenamientos, pues era bastante fuerte y afín a Tierra como él.

Spoiler: Mostrar


Tras las despedidas, se marchó con sus compañeros Portadores. Aprovecharía algún momento en que Aladdín y el resto de gente ajena a la Orden no les escuchara para dirigirle la palabra a Saeko.

Saeko, antes te oí decir algo y… me recordaste a mí. No quieres cometer más errores y no quieres vivir con arrepentimiento, es normal. Pero nadie es perfecto, ni los Maestros ni vosotros, y es natural que cometamos errores. —Le recordó mientras miraba a Celeste un momento. Tampoco le había agradado el tono con el que se había dirigido a su mentora—. Lo más importante es que aprendamos de ellos, sin obsesionarnos demasiado.

»Dime, salvar el mundo o a Badra, ¿qué hubiera hecho tú de no estar nosotros y de no haber otra posibilidad? —Volvió a plantearle aquel dilema y le dejó escasos segundos para responder—. Entiendo que no quisieras formar parte de esta elección, pero… a veces no nos queda otra que mojarnos y tomar una decisión dolorosa. Lo peor que puedes hacer en estos casos es no hacer nada —indicó, muy serio.

A él le había pasado ya en varias ocasiones, como cuando tuvo que matar a Wix y abandonar a Yami por el bien de una ópera y Tierra de Partida respectivamente. Hace poco, en su Examen, recordó aquellos acontecimientos, y ahora volvía a rememorarlos. Saeko le recordaba mucho a él, sin duda.

Lo siento por darte la chapa, es que… yo he tenido que tomar decisiones así y sé lo que se siente. A veces es dura nuestra carga, ¿verdad? Las vidas de mucha gente dependen de nosotros. Por eso debemos ser fuertes y superar nuestros errores —admitió, rascándose la cabeza, y sonrió. Ya se había enrollado demasiado—. No te rayes demasiado, has luchado muy bien, tú y los demás. —Finalizó con una felicitación.

¿Había sido un buen Maestro al decirle todo eso? Ahora el entrenamiento de los aprendices formaba parte de su responsabilidad y debía ayudarles en todo lo posible, por supuesto que sí. Esperaba no haberla cagado con ese discurso (¡pero no era una regañina en absoluto!). Aunque él y Saeko habían tenido una enemistad en el pasado, aquello no era excusa para no ayudarla.

Tocaba marcharse de Agrabah. Su próximo destino: Tierra de Partida. Estaba deseando echarse un sueñecito después de aquella improvisada misión.

Spoiler: Mostrar
Un inmensisimoooo placer hacer estado en esta trama y gracias a todos. Ya la comentaré en el tema correspondiente xD
Post editado por idas de olla varias (?)
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Suzume Mizuno » Lun Oct 17, 2016 8:36 pm

Gracias, Fátima —sonrió la Sultana—. Pero al final... No hemos conseguido matar a Ifrit y lo que es peor... Aquellas personas se lo han llevado, y quien sabe que oscuras intenciones tienen para él. Por fortuna, incluso si tratasen de utilizarlo para hacer daño al menos ya no sería un ser invencible como fue cuando nos atacó... Y aunque a costa de la vida de Badra podremos salvar a muchos más.

Después de eso, Badra asintió ante la propuest de Fátima de acabar cuanto antes y se le encogió el corazón. Casi no se percató de la forma que Celeste se dirigió a Nanashi, que cogió la daga para acabar con Badra. Entonces Malik se adelantó.
Lo haré yo, maestra. No tiene porqué hacerlo, lo haré yo. No soy el mejor de nadie, pero...

Malik…—murmuró Fátima, hundiendo los hombros.

¿Estás seguro?

La voz de Badra, áspera y casi inaudible, los envolvió mientras decía sus últimas palabras. Fátima se sentía fuera de lugar, casi no la conocía. Pero no iba a alejarse. No iba a dejar a Malik solo.

Tengo miedo, pero... Sé que mi muerte tendrá un significado. Si tan solo pudiese vivir un día más... Me habría gustado volver a conoceros.

¡No! —exclamó Saito, atrapando con un hechizo de oscuridad los brazos de Malik. Fátima dio un paso al frente, pero el joven se apresuró a decir—: Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

Lo demás sucedió muy rápido y Fátima no terminó de comprender. Pero quiso confiar en Nanashi, que parecía dispuesta a convertir a su aprendiz en genio gracias al poder de… otro genio. Uno de color rojo y un tamaño más que impresionante que le puso los pelos de punta.

Eso está hecho —rió el genio, que disparó un rayo de energía contra Saito—.Ahora, es la hora de mi liberación.

Deseo tu liberación. Yafar —dijo Saito a continuación, pero de una forma extraña, mecánica, casi como si…

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! —rugió Yafar, haciendo retemblar el suelo y oscureciendo el cielo—. Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

«Oh, genial.»

Fátima estaba exhausta, pero aferró su Llave Espada y preparó un hechizo de agua. Pero no hizo falta. La lámpara negra explotó cuando un relámpago azulado salido de la nada los cegó a todos.

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

«¿Y ahora qué…?

Un hombre azul acababa de aparecer. Y el resto volvió a pasar demasiado rápido para Fátima. De pronto Yafar era un tipo larguirucho y no un imponente genio. Luego hubo una explosión de luz y…

Fátima se preguntaría más tarde si había visto una montaña aplastar la columna que surgía del castillo de Solomón o si solo se lo había imaginado. También se preguntaría si el agua que les cayó encima era de verdad lava antes de convertirse en agua sanadora. Desde luego, regresó a Tierra de Partida sin heridas… Pero bien podría haber sido todo un sueño precisamente por eso.

Pero mientras estuvo allí, solo pudo ver que Badra estaba bien, sana y salva. Y sintió un arrollador golpe de estupefacta alegría. Luego se preguntaría por qué el genio no había aparecido antes, pero en ese momento solo pudo volverse hacia Malik y rodearle el cuello con los brazos, exclamando:

¡Agrabah está a salvo!

Había sido una locura y todavía no conseguía entender la mitad de lo que había sucedido, pero estaban vivos y salvo.

****



¿Kamra…?

Fátima la buscó después de dejar a Malik para que hablara con Badra y quien necesitara. Pero no estaba por ningún lado. Debía haberse desvanecido junto con los deseos que habían pedido a Yafar. Se pasó una mano por los párpados y secó las lágrimas. En realidad estaba demasiado cansada, incluso si le habían curado las heridas, para asumir el golpe que significaba su desaparición. No quería ni saber cómo debía sentirse volver a la conciencia para luego, sin más…

Cerró los ojos, se calmó y buscó la Llave Espada. Por favor, tenía que estar por algún lado. Había dicho que la llevaría al Cementerio de las Llaves Espada y quería hacerlo, pero temía que se hubiera desvanecido con Kamra.

Si la encontraba, se la llevaría consigo para dejarla descansar junto a los demás Caballeros, como le correspondía. Si no, se acercaría al genio —que no parecía tener un nombre propio— y muy, muy incómoda, diría:

Siento… siento molestarle señor pero… Antes había aquí una mujer, una Sultana del pasado y… Bueno, en realidad era su alma, fusionada con su arma. Me gustaría poder recuperar esta para llevarla a donde me pidió que fuera…—Había hecho aparecer una Montaña. Suponía que podría darle la Llave Espada. Luego, tanto si había encontrado antes el arma de Kamra o no, se acercaría igualmente para decirle—: Muchísimas gracias por la ayuda. Sé que no sirve de mucho, pero no lo olvidaremos en el futuro.

Qué grandes poderes, costaba creer que pudieran existir seres como él o Ifrit. Y en cuanto a Ifrit… ¿Para qué lo querrían los Villanos? Tendrían que investigarlo como fuera. No podían permitir que manipularan a una criatura tan monstruosa. Pero ojalá, si lo intentaban, que les estallara encima.

Fátima se dirigió hacia Nanashi. Todavía tenía algo más que hacer. Antes casi no se había dado cuenta por culpa del combate, pero Nanashi…

Maestra—dijo con nerviosismo. Su relación con ella era complicada. Todavía no sabía si la había perdonado por abandonarla, por lo ocurrido en el mundo de Port Royal y otros tantos sitios… Pero sí que la respetaba. Hasta ahora había imaginado que Nanashi la despreciaba, pero quizás… Aunque solo hubiera sido por pragmatismo—. Gracias por curarme antes.

Intentó decir algo más, pero no le salió. Inclinó la cabeza, agradecida. También se inclinó delante de la princesa y Aladdín. No los había conocido lo suficiente para decir nada, pero era un alivio que ambos hubieran salido intactos. Además, tenía la impresión de que cualquier cosa que pudiera comentar sonaría prepotente. Así que solo si tenía la Llave Espada de Kamra prometería a Yasmín:

Me aseguraré de que repose en un lugar digno.

Luego regresó junto a Lyn y sus compañeros. En especial, cogió la mano de Malik y entrelazó los dedos con los de él, feliz por él, porque hubieran salido las cosas bien a pesar de todo, de que nadie hubiera tenido que morir.

Nadie excepto Kamra… Apretó un puño contra su pecho. Averiguaría lo que pudiera de ella. no dejaría que su memoria cayera en el olvido.

No lo permitiría.

Spoiler: Mostrar
Y fin por mi parte :3 Gracias a Sombra por dejarme entrar en la trama y por llevarla hasta el final.
¡Nos vemos cuando aparezca el padre de Aladdin, juju!
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Denna » Mar Oct 18, 2016 7:06 pm

Ninguna emoción cruzó el rostro de Nanashi salvo la ira. Su mirada era tan gélida que sentía que me cortaba con ella, y no pude aguantársela más que unos momentos. Pero poco importaba. Gran parte de lo ocurrido con Badra era culpa suya.

Sujeté la daga por el filo educadamente.

Lo haré yo, maestra —intervino Malik. Alcé las cejas, sorprendida, pero no podía echarme atrás ahora—. No tiene porqué hacerlo, lo haré yo. No soy el mejor de nadie, pero...

¿Estás seguro?

«Maldita sea». Claro que lo estaba. A regañadientes, le cedí el arma en silencio. Tenía que ser Nanashi, no él. Ni nadie. Quería acabar de hacer a la Maestra responsable de todo, poder odiarla con la misma libertad que a Kamra. Quería desligarme por completo de ese asesinato.

Chasqueé la lengua y, apretando los puños, me di la vuelta. Sin embargo, alguien me detuvo.

La expresión mortificada de Malik hizo que me diera un vuelco el corazón.

Siento mucho todo esto, siento todo lo malo que te he dicho… Si algún día me perdonases me daría más que por satisfecho.

Intenté zafarme por puro instinto, sin éxito. Estaba tan débil que apenas debió notar el movimiento.

N-no hay... No hay nada que perdonar. Intentas proteger tu mundo. Yo habría... hecho lo mismo.

»No eres culpable de nada.


Incómoda por la situación, retrocedí un par de pasos. Lancé una última mirada a Badra, de repente mareada por toda la situación. Estaba tumbada, con la cabeza en el regazo de Kamra. Y, de pronto, quedé clavada en el suelo, con la vista fijada en ella. No podía moverme ni un ápice. Presa del terror, me vi obligada a ver cómo Malik se arrodillaba junto a la nómada moribunda, cómo el fuego arrancaba un destello a la daga, que bajaba, que...

«¿Has venido a darme el golpe de gracia? »


No...

¡No!

* * *


Parpadeé como si despertara de un sueño. Y es que lo que acababa de pasar no parecía menos.

Resté inmóvil, a la espera de... algo. Lo que fuera. Cualquier cosa que me sirviera de explicación para el último deseo de Saito, los dos djinn, la montaña, la...

...La salvación de la ciudad.

Parecía imposible. ¡Era imposible! Con la tontería de la lámpara casi habíamos mandado el mundo entero al traste. Pero todo estaba bien. Todo había salido bien. Gracias a esa... criatura azul tan chillona...

Me llevé las manos a las sienes, ahora llenas de agua, y de ahí a mi cara. Estaba a nada de derrumbarme. Si antes pensaba que Ifrit me había dado el susto de mi vida, no tenía qué envidiarle al estrés de estos últimos minutos, cuya resolución ahora parecía tan sencilla. Giré y di la espalda al grupo, abrazándome los costados para que nadie viera lo mucho que temblaba, ya fuera de alivio o por los malos recuerdos, y me permití unos segundos antes de volver a abrir los ojos. Prefería la visión de la lluvia mágica cayendo sobre Agrabah a la que mi subconsciente me ofrecía, del monstruo y del fuego y de los Villanos y de la muerte.

Levanté la cabeza de golpe, recordando, y eché un vistazo alrededor, pero Kamra ya no estaba. Habría desaparecido en medio del caos, tras liberar al djinn rojo. Aún así, la busqué con la mirada, esperando encontrar al menos un pálido fantasma de la sultana, una sombra a la que poder mirar y hablar. No estaba segura de qué le habría dicho, presa de las emociones otra vez, pero... ¿de verdad ése era su final? ¿No podíamos volver a verla? ¿Jamás?

Suspiré. Tenía la mirada perdida en los demás; Fátima hablaba el djinn que nos había rescatado, Light con Badra, recuperada y más radiante que nunca... Les dejé hablar a solas, sintiendo que aún no debía aproximarme. Sin darme cuenta, en vez de eso, me centré en Saeko, y avancé unos pasos hacia ella.

Hola. —Me acerqué, titubeante. Era increíble que, de entre todos los presentes, recurriera a Saeko. A quien, al principio de la misión, estaba segura de no haberle caído nada bien—. Parece que nos iremos pronto y... y nada, sólo quería decir que me ha gustado formar equipo contigo, a pesar de todo.

Miré un momento a Nanashi. La actitud de la Maestra había mejorado bastante a lo largo de la misión, al menos respecto a ella, pero otros en cambio...

He aprendido de ti hoy. E-es decir, estos días —me apresuré a corregirme—. Tenía algunos prejuicios en tu contra por ser del bando que eres, pero estaba equivocada. Contigo y con los demás —añadí hacia el resto de Aprendices y Maestros de Tierra de Partida—. Y ahora lo veo.

No iba a disculparme por mis acciones ni por mis palabras. Seguía manteniendo que habíamos sido negligentes, que haber utilizado mejor la lámpara nos habría ahorrado muchos problemas, y que alargar tanto el sufrimiento de Badra nos convertía en monstruos. A todos. Fuera por los motivos que fuera, más o menos nobles, aquello había sido una tortura. Pero también lo había sido empujar a Malik a intentar asesinar a alguien.

Creo que soy yo la que debería disculparse, después de todo —murmuré, dirigiéndome a él.

Dicho todo eso, saludé a Lyn, Fátima y Light y esperé a que éste último se acercara a hablar con Saeko para llamar la atención de Badra. Tras lo ocurrido, no sabía cómo mirarle a la cara, ni mucho menos cómo pedir disculpas, pero tenía que hacerlo. A ella se las debía casi más que a nadie.

Badra, yo... Nada de lo que pueda decir justifica lo que he hecho. Aunque fuera por el bien mayor o cualquiera de esas chorradas, ¡hemos estado a punto de matarte! ¡Que esa..! ¡Que te hicieran daño fue por nuestra culpa! ¿No estás enfadada? —pregunté, casi exigí. La voz me fallaba, haciéndome parecer más pequeña y tonta que nunca—. Tendría que... Tendríamos que habernos asegurado de que estabas a salvo. Si ni siquiera podemos hacer eso, entonces... entonces...

«Entonces quizás no valgo para ayudar a nadie».

Apreté los puños. No. No, no, no —si empezaba a pensar así estaba perdida. Creer eso mataba la persona en la que quería convertirme. No podía hacerme eso a mi misma, ni a mi mundo, ni a la gente a la que había jurado proteger. No. Era la última vez que dejaba que un inocente sufriera daño. Fuera quien fuera. Ya era hora de empezar a mejorar, aunque eso significara correr peligros más grandes. Nunca más volvería a quedarme paralizada ni muerta de miedo, por terrible que fuera el monstruo que se me pusiera delante.

Volví a mirar a Badra. Puede que sí estuviera enfadada o puede que no, pero eso ya no estaba en mi mano. Lo mínimo que podía hacer era respetar sus deseos, y si esos eran que me largara, que así fuera.

Cuídate mucho. Y, en serio, pásate por Tierra de Partida algún día. Tengo entendido que es un sitio precioso.

Me despedí con un gesto de Yasmín, Aladdín y del Genio, y me acerqué adonde estuvieran Saito y Nanashi, a la espera del portal que nos llevaría de vuelta a Bastión Hueco. Intenté que el chico quedara entre las dos y —en el peor de los casos— mantenerme imperturbable si Nanashi me decía algo.

Gracias, por cierto —le susurraría a Saito antes de partir—. Aunque haya salido un poco mal, ha sido gracias a ti que ella se haya salvado.

»Y... perdona. Por todo lo demás.


Spoiler: Mostrar
CHÁN.
¡Y fin por aquí también! Tras un año de trama casi me da pena que termine xD. Pero, en fin, un placer rolear con todos vosotros, espero que coincidamos también en Salmón 3~ <3

*se sienta a esperar el castigo de Nanashi
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Denna
29. Dragón
29. Dragón
The Unknowns
 
Mensajes: 852
Registrado: Lun Mar 09, 2015 11:26 pm
Dinero: 522,716.96
Banco: 15,528.00
Ubicación: Invernalia.
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 2

Calling out your name.

Notapor H.S Sora » Mié Oct 19, 2016 8:01 pm

Dejé que la lluvia me empapara. A pesar de que me estaba recuperando, de que las heridas se sanaban y la magia volvía a mi cuerpo, no podía dejar de sentir como si tuviera un boquete en el pecho. Un mucho más profundo, y que no era fruto del cristal endemoniado de Kefka.

Cerré los ojos.

He vuelto a fracasar...

***


Todas las miradas estaban sobre mí. No quería dejar morir a Badra, ni quería dejar que Agrabah quedará reducida a cenizas. Pero existía otra opción, y estaba dispuesto a darlo todo por ella. A pesar del tiempo que había pasado, no olvidaba los inocentes que habían muerto en mi primera misión en aquel mundo.

Y todo porque yo no había movido un dedo por ellos.

¡Yafar nos tiene contra la espada y la pared, debe ser el único que está disfrutando todo esto, Saito! Nos tiene a su merced.

La miré, y no supe interpretar lo que veía en sus ojos. ¿Angustia? ¿Dolor? Lo único que sabía era que había dejado de prestarle atención al resto de los presentes por un momento. Incluso el cataclismo que asolaba Agrabah parecía haberse detenido.

Es cierto lo que dijo Saito, que he cometido demasiados errores en mi vida como Caballero y me acuerdo de ellos todos los días de mi vida. Es por eso que no quiero volver a cometer un error, no quiero seguir viviendo con más arrepentimientos. No quiero hacerme responsable de su muerte. Quiero tomar una decisión que salve ambas partes, estoy segura de que podemos encontrarla.

Comprensión. Eso era lo que podía ver… algo que nunca había faltado entre nosotros. Algo que había echado en falta desde los sucesos del Castillo del Olvido.

Aladdín, ¿crees que es posible invocar a Genio a nuestro lado? ¿O convertir a Saito en un Djinn?

No puedo invocar a Genio... Pero Yafar se convirtió en uno pidiéndoselo a Genio. ¡Podríamos pedir que Saito sea un genio y pedirle a él que salve a Badra, detenga la destrucción de Agrabah y liberarlo después!

Estoy dispuesto a hacerlo —contesté rotundo, mirando a Nanashi y Lyn—. Es la mejor opción que tenemos ahora, la única para evitar la muerte de toda la gente inocente de este mundo.

»No nos volveremos a equivocar.

Busqué el apoyo de Saeko. Era la única que por ahora parecía defender mi postura, respiré hondo tratando de calmarme. El silencio de las Maestras sólo me ponía más y más nervioso, ¿era necesario pensárselo tanto?

Al final la Dama de Hierro tomó la iniciativa, y frotó la lámpara oscura con la que podríamos solucionarlo todo. La espesa humareda dio paso a la aparición de Yafar en esa forma que tantos problemas nos daría después… pero al menos todos estarían a salvo.

Ya habría tiempo para encargarse de él.

A sus órdenes... Mi ama.

Deseo que Saito sea un Genio.

Pisé el suelo con impaciencia, y algo de nerviosismo. A este paso de nada serviría que me convirtiera en Djinn.

La risa de Yafar me inquietó. ¿Qué tendría de divertido todo aquello? De su dedo índice surgió un rayo de energía que me golpeó de lleno. No me doblegué, no lo haría. No volvería a arrodillarme de nuevo ante la adversidad.

Todo el conocimiento y poder del mundo a mi abasto, todo…

¡Venga, tienes que salvar a todos!

Antes de realizar el ademán para curar a Badra, entendí lo que había hecho. No era magia lo que recorría mi cuerpo, tan solo conocimiento. “Genio”, había dicho Aladdín, “Genio”, había dicho la Maestra Nanashi siguiendo el consejo del nativo.

Y en eso era en lo que me habían convertido.

¡KALAB! —grité en su mismo idioma, preso de la ira.

Invoqué la Llave Espada. Lo despedazaría ahí mismo, podía hacerlo si reaccionaba lo suficientemente rápido. Si más no, a su lámpara, la rompería en mil pedazos.

Y luego clavaría uno de los pedazos hasta lo más hondo de su putrefacto corazón.

Tras romper el contrato, y si las Maestras me traían lo necesario de Tierra de Partida y Bastión Hueco, sería capaz de hacerlo. Podía fabricar algo que los salvase a todos, necesitaba tiempo y recursos, pero podía…

¿Por qué nadie había empezado a moverse todavía?

Ahora, es la hora de mi liberación.

Iba a gritar que espabilaran, que se movieran, pero no tuve tiempo. Mi mandíbula empezó a moverse, y yo peleé con todas mis fuerzas. No iba a darle la satisfacción de hacerlo, iba a resistir hasta que mi boca se quebrara. Me arrancaría la lengua si era necesario.

Pero por mucho que yo fuera un genio, él tenía los poderes mágicos necesarios para moldear la realidad. Y así lo hizo. Al borde de mi rotura cervical, no tuve otra opción que decirlo:

Deseo tu liberación. Yafar.

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

Traté de interponerme por si trataba de atacar a Saeko. Fue un solo momento, pero por mi nueva cabeza empezaron a pasar un flujo pensamientos que no podía detener al fijarme en ella. Era extraño, hasta el punto de no saber lo que querían decir.

O no querer aceptar lo que decían.

Y fue entonces cuando un relámpago azul descendió del cielo, destruyendo el artefacto mágico. Y una voz chirriante que reconocí a duras penas apareció.

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

»¡Menudo lío habéis montado en un par de días que me fui!

Genio había hecho acto de aparición.

Sentí un mareo envolver mi cuerpo, sobre todo mi cabeza, necesitando que me sentara en la arena. Y desde ahí miré con cierta incredulidad todo lo que sucedía. Yafar había recuperado su apariencia de visir, pero eso no le impidió frenar su ataque.

Aunque el Djinn azul lo volatilizó antes de que pudiera llegar a tocarlo.

Y entonces, llegó la lluvia.

***


Spoiler: Mostrar


Abrí los ojos, y me levanté sacudiéndome la arena de la ropa. De nada había servido mi idea, ni tan sólo coger la lámpara. Al contrario, nos había traído más desgracias que alegrías. Pero al menos todo había salido bien…

No, no es cierto.

Era momento de dejar de engañarme a mí mismo. La misión había sido un completo fracaso. Habían apuñalado a Celeste, Yafar había quedado en libertad e Ifrit estaba ahora en las manos de los Villanos Finales, y de nuevo yo había sido el medio más fácil para conseguirlo: el más débil, al que habían utilizado.

Apreté los puños con fuerza.

A este paso nunca llegaría a ser un Maestro. Todos parecían más capaces que yo, incluso algunos ya lo habían conseguido, cosa que yo por ahora solo podía soñar. Me froté las sienes, la cabeza me latía con fuerza.

El efecto del último deseo que le había pedido a Yafar se había esfumado al impactar el ataque de Genio. Y todos los pensamientos que había tenido se habían ido con él… pero tenía la amarga sensación de que olvidaba algo.

Algo importante.

Fruncí el ceño, tratando de recordar, pero tan solo conseguí que la cabeza me martilleara aún más. Ya volvería a intentarlo una vez volviera a Bastión Hueco, para lo cual no quedaba mucho por lo que estaba viendo.

Me acerqué a Aladdín y Yasmín, para despedirme de ellos.

Espero que volvamos a vernos, y mucha suerte a los dos. —Esbocé una sonrisa—. Y lamento de nuevo lo sucedido en el templo, pero era nuestra única opción. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido.

Me dispuse a irme, ya no tenía nada más que hacer.

Es por eso que no quiero volver a cometer un error, no quiero seguir viviendo con más arrepentimientos. No quiero hacerme responsable de su muerte.


Pasé por su lado, y me giré. En mi semblante no había ahora acidez, ni sarcasmo, dejé todo eso de lado por un momento. Podía hacerlo, al menos por un minuto. Ahora solo se reflejaba la misma comprensión que yo había sentido con ella momentos antes, ascuas de la complicidad que había existido entre nosotros.

No somos héroes, yo menos que nadie, lo sabes bien. Y quizá no siempre podamos salvarlos a todos como hoy. Por eso elige siempre lo que te permita vivir con la conciencia tranquila, haz lo que creas que salvará a todos.

»Aunque eso te convierta en una inconsciente.

O en un monstruo.

Eché andar, en dirección a la Maestra Nanashi. Había sido una misión larga y dura, una de la que tardaría en recuperarme por mucha lluvia mágica que me cayera encima. Esperaba el portal que nos llevaría a casa cuando una voz me sobresaltó: Celeste.

Gracias, por cierto. Aunque haya salido un poco mal, ha sido gracias a ti que ella se haya salvado.

¿De verdad lo crees? —comenté, mirando a mi amiga—. Bueno, lo importante es que ella y Agrabah se han salvado. Gracias a ti también, por todo.

Me sentía mejor gracias a su comentario, ahora sonreía con sinceridad. Quizá después de todo no lo había hecho tan mal… aunque eso no quitaba lo que había pensado. No dejaría morir a nadie más, sin importar lo que tuviera que hacer.

Y... perdona. Por todo lo demás.

Abrí los ojos con sorpresa, sin saber por un momento a lo que se refería. ¿Agrabah? No, tampoco había sido para tanto, tenía que ser la Ópera. Los dos sabíamos que lo sucedido aquella noche había cambiado nuestras vidas, aunque ella no fuera consciente hasta qué punto lo había hecho la mía.

Ni ella ni nadie.

Yo también lo siento.

Y no sabes cuánto.

Spoiler: Mostrar
Y colorín colorado, la trama se ha acabado. Ha sido un placer, como siempre :33 Espero que volvamos a coincidir en otra tanda de tramas, o en Salmón III, lo que llegue antes xDD
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Tsuna » Dom Oct 23, 2016 3:37 am

No puedo invocar a Genio... Pero Yafar se convirtió en uno pidiéndoselo a Genio. ¡Podríamos pedir que Saito sea un genio y pedirle a él que salve a Badra, detenga la destrucción de Agrabah y liberarlo después! —comentó Aladdín rompiendo todas las esperanzas de Saeko sobre invocar a Genio.

Estoy dispuesto a hacerlo —respondió Saito con total seguridad en sí mismo—. Es la mejor opción que tenemos ahora, la única para evitar la muerte de toda la gente inocente de este mundo.

»No nos volveremos a equivocar.

Saito buscó el apoyo de Saeko, y esta, desesperada por la idea de no dejar morir a Badra ni tomar una decisión que la hiciese arrepentirse el resto de su vida, estuvo de acuerdo con la elección. No iba a poder vivir tranquila con la amargura de imaginar que, de haberse esforzado todos un poco más, podrían haber encontrado una solución que salvara a todo el mundo. No quería tomar la elección de los maestros, no podía...

Hagámoslo entonces…

Saeko escuchó las palabras del maestro Light como si fueran un auténtico alivio. La esperanza empezó a crecer en su corazón, se empezó a sentir optimista pero el corazón le seguía latiendo a toda velocidad, estaba cansada, sudaba, no pensaba con la suficiente claridad y no quería rendirse, aun así. Las dos maestras más experimentadas, Nanashi y Lyn, intercambiaron miradas en busca de alguna respuesta, que no tardó en llegar. La maestra alzó la lámpara y convocó al antiguo visir de Agrabah, una enorme criatura rojiza y aterradora, Saeko se encogió al presenciar de nuevo su aspecto.

A sus órdenes... Mi ama.

Escuchar de nuevo su voz, tener su presencia delante como si nada... era imposible sentirse segura. Aquel ser había destruido un Bégimo con solo desearlo.

Deseo que Saito sea un Genio.

Eso está hecho.

Yafar, muy a su sorpresa, cumplió las órdenes de la maestra y convirtió a Saito en un Djinn, o eso creía Saeko, que contemplaba todo expectante, sin estar segura de que aquello fuese a salir del todo bien, sentía que algo se le escapaba.

¡KALAB! —gritó Saito en un idioma desconocido, ¿el deseo había funciondo o qué?

Y finalmente, llegó el peor momento que se pudo haber dado.

Deseo tu liberación. Yafar.

Que fuera precisamente él quien lo deseara le dolió bastante, pero ante una situación así no podía hacer nada. Al menos no habían matado a Badra... aun.

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

El tiempo se congeló para Saeko, se le erizó el vello y contempló al visir con mucho miedo e impotencia. Solo un movimiento de mano y la haría desaparecer para siempre. Quizá, si hubiesen matado a Badra, el resultado hubiera sido distinto. Sintió una fuerte angustia por dentro mezclada con todo el cansancio que llevaba encima.

«Niko...»

No pudo hacer más que quedarse ahí plantada mirando a Yafar, al contrario que la mayoría, que no conocían de primera mano de lo que era capaz el visir, ella sabía bien de sus capacidades. Echar a correr o luchar... era inútil, era un ser terriblemente poderoso.

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

¿¡Quién eres tú!?

A Saeko le costó asimilar todo lo que sucedió a continuación. La aparición milagrosa de Genio, la pérdida de poderes de Yafar y su desaparición, la lluvia, y la salvación...

****


Spoiler: Mostrar

Badra estaba recuperada, Agrabah estaba salvada, y ella se encontraba ahora empapada y recuperada. Saeko se mantuvo con la cabeza alzada y dejando que le cayeran las gotas encima, con ojos cerrados. Después de haber viajado al infierno y haber estado a punto de morir, lo que más necesitaba en ese momento era relajarse, olvidarse de todo, del diablo de Kefka, de los Sincorazón, y del susto que le había pegado Yafar. Parecía un sueño lo que estaba viviendo.

Hola. —habló una voz bien conocida que la sacó de sus pensamientos—. Parece que nos iremos pronto y... y nada, sólo quería decir que me ha gustado formar equipo contigo, a pesar de todo.

Saeko esbozó una leve sonrisa, no se esperaba un comentario así por parte de nadie, normalmente ella actuaba por iniciativa propia, o así lo consideraba, pero al final sí iba a resultar que era buena trabajando en equipo. Tenía ya experiencia suficiente para ello.

He aprendido de ti hoy. E-es decir, estos días. Tenía algunos prejuicios en tu contra por ser del bando que eres, pero estaba equivocada. Contigo y con los demás —Saeko la miró con sorpresa, Celeste no paraba de darle sorpresas en esa aventura—. Y ahora lo veo.

Abandoné Bastión Hueco —aclaró tajante y sin tapujos, quería dejar bien claro ese tema con Celeste porque saltaba a la vista que el asunto de los bandos era muy delicado para la chica. A ella en ese momento le daba igual, y se veía muy reflejada en la aprendiz por muchos aspectos. Sentía que podía darle los consejos que ella tuvo que aprender poco a poco.

»Trabajando contigo me he puesto nostálgica, lo siento. Pero es verdad que ahora pertenezco a Tierra de Partida. Yo también tenía prejuicios como tú, era mucho peor, pero al final comprendes que el bando da igual. No puedes obsesionarte con ello —la miró con cierta severidad, quería que Celeste reflexionara. Luego miró en derredor para asegurarse de que Nanashi no estaba cerca, y añadió—. Aunque la maestra Nanashi sea estricta, creo que hiciste bien en quedarte atrás cuando Ifrit, no merece la pena tirar tu vida por la borda. —expresó con cierto lamento, ella había estado a punto de perder su corazón por culpa de la temeridad que intentó con Gabriel.

Se despidió de Celeste con un gesto de mano, intentando mostrarse sonriente para darle seguridad aunque en el fondo estuviese deseando caer sobre su cama. Quería acercarse a ciertas personas, a las que no tuvo ocasión de despedir la última vez, pero alguien pasó a su lado. Era Saito. Por inercia se le tensó el cuerpo.

No somos héroes, yo menos que nadie, lo sabes bien. Y quizá no siempre podamos salvarlos a todos como hoy. Por eso elige siempre lo que te permita vivir con la conciencia tranquila, haz lo que creas que salvará a todos.

»Aunque eso te convierta en una inconsciente.

No encontró palabras, quiso decirle algo pero no sabía el qué. Saeko se mantuvo ahí plantada reflexionando mientras le veía andando hacia el grupo del Bastión. Le había dicho exactamente lo que ella quiso intentar evitar esa última misión, pero ahora entendía que solo era cuestión de tener más cuidado. De hacer realmente lo que quisiera. Si no hubiese sido por la locura de convertirse en Djinn Badra hubiese muerto a manos de Malik.

Alcanzó entonces a Genio, Aladdín y Yasmín, quería despedirse de ellos como la ley mandaba, no irse a su bola como la última vez. Aun con la sonrisa cansada, les saludó.

Genio... Gracias, de verdad, creo que aun estoy viviendo un sueño, te debemos tanto que agradecimentos como estos no son nada. Yasmín, y Aladdín, siento no haber estado en la Tumba para poder evitar la discusión, me he sentido impotente... —dejó las palabras en el aire unos momentos, y añadió—. Ha sido una aventura muy peligrosa para todos, pero por favor, prometedme que os cuidaréis hasta que nos volvamos a ver. Todavía tengo pendiente una visita en el bazar. —miró a Yasmín, sabiendo que ella la entendería.

Tras las despedidas volvió con su grupo, parecía que tocaba el momento de marcharse, no obstante el maestro Light quiso hablar con ella. Saeko le miró con desconcierto, muy intrigada.

Saeko, antes te oí decir algo y… me recordaste a mí. No quieres cometer más errores y no quieres vivir con arrepentimiento, es normal. Pero nadie es perfecto, ni los Maestros ni vosotros, y es natural que cometamos errores. Lo más importante es que aprendamos de ellos, sin obsesionarnos demasiado. —precisamente ella se obsesionaba en exceso.

»Dime, salvar el mundo o a Badra, ¿qué hubieras hecho tú de no estar nosotros y de no haber otra posibilidad?

Saeko bajó la cabeza pensativa, desvió la vista en varias direcciones barajando posibilidades, y finalmente contestó con dificultad.

Habría hecho lo mismo que vosotros... pero no me lo podría haber perdonado. —era la hija del maestro Rayim, nunca se hubiera planteado ser la responsable de su muerte, como exactamente sucedió. Aunque tampoco se arrepentía de su decisión, de no querer formar parte, era lo único que realmente conseguía aliviarla.

Entiendo que no quisieras formar parte de esta elección, pero… a veces no nos queda otra que mojarnos y tomar una decisión dolorosa. Lo peor que puedes hacer en estos casos es no hacer nada.

Lo siento por darte la chapa, es que… yo he tenido que tomar decisiones así y sé lo que se siente. A veces es dura nuestra carga, ¿verdad? Las vidas de mucha gente dependen de nosotros. Por eso debemos ser fuertes y superar nuestros errores. No te rayes demasiado, has luchado muy bien, tú y los demás.

No me arrepiento de la decisión que he tomado, pensar que no he tenido que mojarme, como dices, es lo único que me hace tener la conciencia tranquila. Porque al final todo ha salido bien —le costó decir esas palabras, aun no se lo creía. Esperó unos momentos para tranquilizarse, volver a recordar esa situación la alteraba—. Muchas gracias, maestro.

Suspiró a causa del cansancio y miró una última vez a Agrabah, aquel mundo no dejaba de estar lleno de sorpresas. Se preguntó muchas cosas, qué había sido de Yafar, de Ifrit, si la parejita de Yasmín y Aladdín estaría bien, y también, cómo estaría Nikolai. No deseaba otra cosa que volver a su habitación para descansar, escribir en su diario y luego contarle sus aventuras al rubio.

Una increíble aventura que llegaba a su fin.

Spoiler: Mostrar
Se ha terminado, me he puesto nostálgica escribiendo este último post, recordando todo lo que ha durado el arco, y me da mucha penita que se acabe ya. Me lo he pasado en grande, sobre todo en el segundo arco donde se han incorporado más jugadores y la trama ha tenido más vidilla.

Encantada de haber roleado con vosotros, y gracias a Sombra por su increíble trabajo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Agrobah] La Amenaza Djinn

Notapor Tanis » Mar Nov 08, 2016 6:02 am

¡No! —exclamó Saito. Enseguida Malik sintió que le sujetaban de los brazos, impidiéndole ejecutar su acción. Al mirarse vio que lenguas de oscuridad de Saito eran lo que le sujetaban—: Hablemos con Yafar, es al primero al que no le interesa quedarse encerrado en una bola de fuego. Quizá…

¡No, no se os ocurra! —gritó Malik, quitándose de encima los tentáculos oscuros del aprendiz.

Sin intentar matar a Badra de nuevo, se levantó y se dirigió hacia los demás, con toda la intención de quitarles la lámpara de las manos. Sin embargo llegó tarde, y la invocación de Yapar hizo que retrocediera. De repente se sintió desesperado, mientras contemplaba al genio, rojo como la lava que empezaba a cubrir el cielo de su Mundo. Sobrecogido, también sintió rabia e impotencia.

Eso está hecho —rió el genio, que disparó un rayo de energía contra Saito—.Ahora, es la hora de mi liberación.

No, no lo hagas…

Deseo tu liberación. Yafar —dijo Saito, a sabiendas…

¡¡¡AL FIN LIBRE!!! —rugió Yapar. El suelo tembló y retumbó y el cielo se puso negro—. Y para estrenar mi liberación... Empezaré con vosotros.

Cansado y enfadado con el mundo, se dispuso a empuñar su arma y a convocar el agua en su mano, a pesar de que sabía que era inútil enfrentarse a un ser así. Sin embargo, no tuvieron que pelear, porque antes de que Yapar pudiera atacarles, un relámpago azul intercedió y…

Yo no estaría tan seguro Yaf... ¡Al, viejo amigo! ¿¡Te puedes creer que Leonardo ganó un Oscar!?

«¿Qué…?».

Aturdido, Malik contempló la magia del genio azul y, maravillado, cómo la lava se convertía en agua y les curaba las heridas. También a Badra, a quién ya no tenía que matar, por quien no tenía que sacrificar un poco de sí mismo. Aun sin podérselo creer, sintió que Fátima le echaba los brazos al cuello y le abrazaba. Malik la abrazó de vuelta y se sintió aliviado, calmado…

¡Agrabah está a salvo!

Él sonrió y la levantó un poco en su abrazo, riendo de pura alegría.

«Está a salvo, Agrabah está a salvo».

****

Malik se acercó a Badra, cuando todos los demás le hubieran dicho lo que querían, y la miró con arrepentimiento.

Espero que puedas perdonarme, Badra… —dijo, con un murmullo y la vista en ella—. Nunca habría intentado hacer lo que… lo que casi he estado a punto de hacer… Nunca he matado a nadie, pero… Sé que si cualquiera de los demás hubiera tenido que hacerlo, les habría marcado peor que a mí… —Dijera lo que ella dijera en respuesta, le tendería la mano y el brazo como despedida, y si ella aceptaba estrecharlos, él haría lo propio—. Espero poder volver pronto Agrabah y ver cómo te va.

Pudiera ser que hubieran sobrevivido y el mundo estuviera a salvo de momento, pero los Villanos se habían llevado a Ifrit y eso no auguraba nada bueno. Malik se alejó de Badra con sus mejores deseos y se distanció a solas sólo para observar el incesante mar de arena que cubría su mundo. Era hermoso a su manera, lo más hermoso que recordaba, aparte del océano y el cielo sobre las nubes. Despacio se dio la vuelta y caminó hacia el grupo, en silencio, al tiempo que Fátima se acercaba a Lyn.

Sonrió a Fátima, cogió su mano y levantó la vista. La sultana Karma había desaparecido, consecuencia de acabársele la magia. Sin embargo Badra vivía, al igual que todos. Y su mundo, sobre todo su mundo, al que no pensaba dejar que le pasara nada.

Spoiler: Mostrar
Y fin. Siento mucho el retraso, no tengo excusa posible, ni siquiera los estudios XD Pero me alegro de haber participado en esta trama (siento el final tan caca >< )
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Agrabah] La Amenaza Djinn

Notapor Sombra » Mié Nov 09, 2016 4:44 am



Todo se había solucionado en lo que duraba un suspiro e incluso había pillado por sorpresa a Aladdín y a Yasmín pese a que ya sabían de los poderes de Genio.

Fátima buscó a Kamra con la mirada, pero lo único que encontró fue una vieja Llave Espada de aspecto deteriorado en mitad de la arena, la Maestra la reconoció al instante; era la de Kamra. Tras aquello, Fátima se acercó a donde Genio estaba quien estaba siendo alabado (con razón) por Light.

Pues ya está, todo arreglado. Muchas gracias, te debemos mucho —dijo, presa del asombro ante los poderes de Genio—. Eres… increíble.

¡Ay! Pero que cosas me dices, chicarrón —Mientras hablaba, Genio se había transformado en una versión de él mismo con peluca rubia, un vestido y con la cara llena de maquillaje. Era imposible no caer en el tono de voz forzado que puso.

No tardó en transformarse de nuevo para volver a su apariencia "base". Genio le guiñó finalmente el ojo.

Muchísimas gracias por la ayuda. Sé que no sirve de mucho, pero no lo olvidaremos en el futuro.

¡Todas aquellas personas que son amigas de Al y Yas lo son mías! —exclamó Genio con un tono de cierto orgullo—. O de Saito y Saeko, por supuesto. ¡Aunque me parece muy mal que no vinieseis a visitarme! —replicó lanzando una mirada de indignación a ambos aprendices.

Bueno, ¿nos vamos? —Propuso Light a las Maestras veteranas. Ambas asintieron al unísono.

Vamos a tener que preparar un informe, así que no esperéis llegar a Tierra de Partida y marcharos a descansar. Lo primero es lo primero —dijo Lyn dirigiéndose a los dos Maestros novatos.

Maestra—llamó Fátima en aquel momento a Nanashi. La segunda al mando de Bastión Hueco miró a Fátima—. Gracias por curarme antes.

Tú habrías hecho lo mismo por mí, simplemente era algo que debía hacer —respondió Nanashi con un tono menos frío de lo normal. Nanashi se despidió de Fátima con una leve reberencia con la cabeza, que si bien era muy discreta viniendo de ella parecía majestuosa, digna de una dama de la nobleza.

Tras aquello, Fátima se dirigió a Yasmín portando la vieja arma que una vez había pertenecido a la sultana Kamra.

Me aseguraré de que repose en un lugar digno.

Confío en que así sea —sonrió la joven princesa—. Ha sido un placer conoceros, aunque me habría gustado haberlo hecho en otras circunstancias más propicias.

Light también se despedía de todos los presentes, dispuesto a partir por el portal de luz que Lyn estaba convocando para abandonar el mundo junto a los suyos. Nanashi todavía no había invocado el que llevaría a Bastión Hueco.

Un placer conoceros a todos, y gracias.

Aladdín y Yasmín le dedicaron una pequeña reverencia sonrientes contestando al gesto del Maestro.

¿Quieres venir con nosotros? —Le dijo a Badra momentos después. La nómada quedó clavada en el suelo sorprendida. Sus ojos se iluminaron y por un instante pareció querer aceptar e irse con ellos.

Sin embargo no tardaron en apagarse. Bajó la mirada.

Lo siento, Light. Me encantaría ir contigo... Con todos. Seguir los pasos de mi padre —le tembló la voz—. Pero...

Lo sé, tienes que reconstruir el hogar de los nómadas y eso, espero que los Sincorazón os den un respiro. La próxima vez que venga tienes que enseñarme más de estas tierras.

Badra sonrió.

Entonces, promete volver pronto—pidió—. Me encantaría luchar contigo una vez más.

Finalmente, Light marchó dejando a Celeste hablar con la nómada antes de marchar de vuelta a Bastión Hueco.

Badra, yo... Nada de lo que pueda decir justifica lo que he hecho. Aunque fuera por el bien mayor o cualquiera de esas chorradas, ¡hemos estado a punto de matarte! ¡Que esa..! ¡Que te hicieran daño fue por nuestra culpa! ¿No estás enfadada?

No, no lo estoy —respondió Badra con un tono de voz calmado—. Soy una guerrera. Cuando me uní a vosotros sabía que me exponía al peligro y no fue ninguno de vosotros el que me arrojó aquel mar de llamas encima, hicisteis lo que creíais que era lo mejor. Me mantuvisteis viva porque confiabais en poder salvarme y cuando visteis que todo parecía irse al garete intentásteis ponerle fin a mi sufrimiento.

Tendría que... Tendríamos que habernos asegurado de que estabas a salvo. Si ni siquiera podemos hacer eso, entonces... entonces...

Hiciste lo que pocos podrían haber conseguido —interrumpió—. No merece la pena que te atormentes por el pasado, tan solo mira hacia el futuro. Al final, las cosas no han salido del todo mal. Tienes potencial, serás una guerrera magnífica.

Cuídate mucho. Y, en serio, pásate por Tierra de Partida algún día. Tengo entendido que es un sitio precioso.

Será un poco difícil para mí ir a visitar Tierra de Partida, pero espero que vengáis a visitarnos pronto. Me aseguraré de que todos los nómadas os traten como a uno de los nuestros.

Badra le dio un abrazo a Celeste que duró varios segundos. Mientras tanto, Saito hablaba con Yasmín y Aladdín.

Espero que volvamos a vernos, y mucha suerte a los dos. —Les sonrió—. Y lamento de nuevo lo sucedido en el templo, pero era nuestra única opción. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido.

Ifrit era un enemigo ancestral que incluso aparecía en las historias para no dormir y leyendas de nuestras tierras y nadie pudo derrotarle. Habéis hecho más que nadie en el mundo —contestó Yasmín. Aladdín asintió de acuerdo con ella.

Podéis pasaros por aquí, seréis siempre bien recibidos aquí.

Aladdín, te olvidas de... —intervino Yasmín, que le susurró aquello al joven.

¡Ah! Cierto. Yasmín y yo llevamos tiempo viéndonos como sabrás... Y hemos pensado en hacerlo más oficial... Ya sabes, casarnos —informó a Saito—. Nos habría gustado deciroslo a Saeko y a ti, pero no fue posible informaros hasta ahora. Obviamente estáis invitados todos vosotros, ¡será una boda por todo lo alto!

Tened cuidado en vuestras aventuras. No olvidéis que siempre tendréis amigos aquí.

Con aquello dicho, Saito y Celeste se reunieron para hablar poco antes de partir. Malik se aproximó a Badra con cierta cautela.

Espero que puedas perdonarme, Badra… —se disculpó—. Nunca habría intentado hacer lo que… lo que casi he estado a punto de hacer… Nunca he matado a nadie, pero… Sé que si cualquiera de los demás hubiera tenido que hacerlo, les habría marcado peor que a mí…

—No, no necesitas decir más. Sé que buscabais lo mejor para mí, yo ya estaba preparada. Una guerrera debe estar siempre lista, en el momento en el que decidí convertirme en ésto supe que no moriría tranquilamente en una cama. Cualquier día puede ser el último. Lo tengo asumido —contestó.

Badra no dudó en estrecharle la mano a Malik cuando éste se la tendió en señal de despedida.

Espero poder volver pronto Agrabah y ver cómo te va.

No os resultará difícil encontrarnos, cuando volváis espero que hayamos reconstruído nuestro campamento. Así podréis ver nuestro modo de vida de cerca, tal vez podríais incluso quedaros unos días —ofreció—. Que Alá ilumine vuestro camino.

Finalmente. Tras las despedidas todos acabaron volviendo a sus respectivos castillos. Genio se encargó de llevar a todos a Agrabah donde Badra reunió a los nómadas que se habían refugiado en la ciudad para volver a reconstruir el campamento. Con la ayuda de sus poderes, Genio arregló todos los desperfectos causados por la tormenta de arena con sus poderes (barriendo calles enteras de las toneladas de arena que se habían ido amontonando en todo el mes). Yasmín consiguió calmar a la población y se aseguró de que a partir de aquel momento las desigualdades entre todas las clases sociales de la ciudad fuesen un poco menores distribuyendo raciones de agua y comida para todo el mundo.

Todo empezó a ir bien al cabo de las siguientes semanas.

***




Vagaba hambriento bajo el sol. Llevaba un rumbo fijo con la esperanza de encontrar cualquier indicio de civilización, pero no había nada mirase a donde mirase. Yafar cada vez se sentía más perdido y cansado. Sus fuerzas empezaban a abandonar su cuerpo a la par que la deshidratación iba aumentando paulativamente. Su resistencia natural al calor, gracias a su magia afín a fuego era lo que todavía le mantenía con vida... De lo contrario, no habría durado tanto.

Habían pasado tres días desde lo ocurrido aquella noche. Acababa de ser liberado de su esclavitud como genio cuando aquel entrometido azulado destruyera su lámpara. Normalmente, aquello no debería hacerle nada... Pero su lámpara se había roto cuando todavía no era totalmente libre, aquello había "matado" al Djinn devolviendo a Yafar a su forma humana... Había perdido casi todos sus poderes de genio, aunque no todos. Era mucho más fuerte de lo que habría llegado a serlo jamás de no haberse convertido en un ser mágico... ¿Pero de qué iba a servirle si moría bajo aquel sol?

Yafar tropezó y cayó de bruces contra la arena. Incluso usando su bastón sería incapaz de volver a levantarse. Varias aves carroñeras volaban alrededor de su cuerpo sabiendo lo cerca que estaba de su final.


Spoiler: Mostrar
Imagen


De pronto, cerca de él Yafar vio unas llamas verdes apareciendo de la nada. Una figura estilizada apareció de la nada, se trataba de una mujer que vestía con unas amplias prendas negras. Su piel era de un tono verdoso y... ¿Tenía cuernos?

La mujer se aproximó a él y le arrojó un objeto: Una Ultrapoción.

Yafar se lanzó sin pensarlo dos veces contra el objeto y se lo bebió sin ningún miramiento ante la mirada de aquella misteriosa mujer. Ella le observaba como si estuviese alimentando un chucho sarnoso, pero a Yafar en aquel momento le daba igual. Fuera quien fuese acababa de salvarle la vida.

Eres fuerte —dijo la mujer—. Pero no lo suficiente como para vencer a tus enemigos. Ellos son muchos, tú uno.

>>Te ofrezco conocimiento sobre aquellos que te han humillado. Sabrás cosas que te ayudarán a vengarte y también conseguirás cumplir tus objetivos iniciales... Con el tiempo.

Yafar se levantó, algo más recuperado.

¿Quién eres?

Tu salvadora. Sírveme y tus enemigos caerán —insistió.

¿Por qué debería confiar en ti?

¿Tienes más opciones? —La mujer hizo un gesto de desdén.

Un portal de oscuridad se abrió tras ella. Yafar meditó unos segundos en silencio y avanzó hacia el portal.

Y ya somos uno más... —sonrió Maléfica dejando pasar primero al antiguo visir antes de seguirlo.

El portal se cerró tras ellos dejando el solitario desierto a sus espaldas.

Spoiler: Mostrar


¡Y con ésto y un bizcocho se cierra el arco de tramas de Agrabah!

Ha sido un verdadero placer llevar éstas trama, aunque las primeras de éste mundo flojearon bastante, creo que éstas dos fueron geniales y gracias a los que participasteis en gran medida. Habéis sido muy activos hasta el final (¡Incluso tú, Tanis! Por eso quise esperar tu post antes de cerrar) y creo que en todo momento habéis estado interesados en la trama pese a que en algunos momentos he notado que os enfadabais un poco, como lo que pasó al final con la huída de Kefka y el "robo" de Ifrit (sí, va por ti Light)

He de decir que sé que ésta trama pudo haber sido mucho mejor. Sé que no supe llevar a los NPCs tan bien como me habría gustado, y eso afectó negativamente a la trama pese a que la idea inicial no era mala (vale, dejo de echarme flores).

En fin. Pasemos a lo que importa; las puntuaciones.

Aunque no me voy a poner a analizar por separado a los que no puntuais sí que debo decir que me alegra haberos tenido, aunque fuese como extras. Os lo habéis currado y en serio, no podría hacer a penas una buena crítica porque realmente creo que lo hicisteis fenomenal aunque sí que vi algún que otro fallo gramatical y tal, pero como no puntuabais... Pos nah.

Celeste: 70 PX. ¡Subes de nivel! Creo que tu especialidad es sin duda hacer que Celeste sea un personaje muy creíble y humano. Ya te lo dije en la primera parte de Salomón, pero es algo que repito porque lo sigo pensando. Sabes describir muy bien las cosas y no te olvidas de ningún detalle. Escribes divinamente y no he visto ninguna falta de ortografía o gramatical digna de mención.

Zeix: 64 PX. ¡Subes de nivel! Si bien me gusta como estás enfocando a Saeko y como ha ido madurando en los últimos temas, te he notado un poco más floja en ésta trama. Me habría gustado que hubieses intentado meterte más de lleno en la acción, ya que había momentos en los que Saeko quedaba muy en segundo plano, algo de lo que también pecó Saito, en mi opinión. Por lo demás, no tengo ninguna queja.

Suzu: 68 PX. ¡Subes de nivel! Me encanta como escribes y me das mil vueltas. El cambio de Fátima a Maestra y con la responsabilidad que eso conlleva lo has hecho a la perfección y se nota mucho que te sientes muy cómoda roleando con Fátima. Me encantó el apego que sintió con Kamra y me habría gustado darte la oportunidad de despedirte de ella, pero ya te digo que la desaparición de Kamra fue un "está y ahora no" en el momento en el que Yafar fue liberado por lo que resultaba imposible. No te doy la puntuación perfecta porque has tenido muchísimos errores gramaticales, si hubiesen sido unos pocos no habría pasado nada, pero era bien raro el post donde no tuvieses mínimo 4 errores (va en serio). Son de esos fallos que habrías corregido sin problema de haber releído un par de veces más el post antes de publicarlo, éstos dos puntos que te quito a modo de "penalización" son para que te fijes más la próxima vez.

Malik: 67 PX. ¡No subes nivel! Te digo lo mismo que a Suzu. Ambos lleváis especialmente bien a vuestros personajes y me encanta las reacciones que tiene el personaje sobre su mundo. La responsabilidad que toma Malik al ser el más maduro de los presentes es muy grande y me gusta como intenta cargar con todo pese a que hay personajes más poderosos. Creo que podrías haber explotado más ciertos aspectos de Malik para haber tenido un mayor impacto, pero lo has hecho fenomenal. No te llevas puntuación perfecta por lo mismo que Suzu, pero añado el enorme retraso que has tenido en la última ronda. Sé que has tenido problemas para postear, y por eso solo es un PX de penalización. Por lo demás todo genial.

Y dicho eso, espero teneros en futuras tramas en Agrabah. Sí, habrá más. Aún queda mucho que tocar en éste mundo y que no he querido meter, muchísimas gracias por haber participado y... ¡Hasta más leer!
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Anterior

Volver a Tramas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado