Light & DosNinguna de sus armas ni la linterna aparecieron en la mano de Light. La materialización no funcionaba en aquel juego: tendrían que apañarse con lo que entraran en ese nivel.
Así pues, los tres se separaron.
Gaomon fue al salón, donde se encontró en un principio con los muebles estándar de una casa. Un televisor apagado con un reproductor de cintas encima, un sofá viejo, una butaca corroída, varias estanterías, un reloj de pie cuyo péndulo hacía un desagradable ruido metálico, y un montón de periódicos viejos sobre la mesa central.
En principio, ningún peligro a la vista. En la cristalera sobre todo destacaría algo brillante en su interior, pero Gaomon se encontraría con un problema: no podía abrirla. Mejor dicho, no podía tocarla directamente. Como si fuese un holograma, sus manos lo atravesaban. ¿Volvía a tener problemas como cuando no pudo atacar a los sincorazón?
Light, por su parte, acabó en el comedor. En su búsqueda de posibles armas, encontró varios cubiertos viejos, pero tanto los tenedores como los cuchillos estaban desgastados y apenas tenían filo. Podía cogerlos igualmente, pero serían tan útiles como un palo. Al menos, encontró una vela misteriosamente encendida en mitad de la mesa. Al cogerla, sintió de pronto que una mano le apretaba el cuello y algo le lanzaba contra la pared. ¡Susto! Fue cosa de un momento: pudo volver a coger la vela sin problemas, sin que nada ni nadie le amenazara. Pero el susto no se lo quitaba nadie.
Rebuscando por el comedor, lo único que llegó a encontrar fue una nota debajo de la mesa en la que estaba escrito: «Piso de arriba. 976.»
Dos fue la más valiente, y se aventuró a bajar al oscuro sótano. Vale, tenía su linterna-nariz, pero incluso así estaba oscuro. Tuvo que bajar con cuidados los escalones de madera que crujían como mil demonios, pero sobre la mitad del recorrido estos se partieron y la robot acabó cayendo con brusquedad al suelo.
Lo positivo fue que había caído sobre algo: un trozo metálico que recordaba a la mitad de una llave. Lo malo, era que aparte de haber perdido un poquito de vida verde, pudo escuchar la puerta que daba al sótano cerrándose y, a través de la luz de su nariz, pudo ver la silueta de una figura humanoide surgiendo de una esquina del sótano. Gruñía y movía unos brazos que acababan en lo que debían ser garras... ¿o eran cuchillas? Fuera como fuese, a Dos más le valía moverse.
Pero sus opciones eran limitadas. Estaba la idea de luchar, pero no tenía armas y carecía de habilidades de combate. Lo más lógico sería huir de allí, pero aparte de que tendría que saltar el hueco roto de las escaleras (y más le valía hacerlo bien o se caería de nuevo), se encontraría con que la puerta estaba cerrada. ¿Tal vez se podía abrir desde el otro lado? Porque el trozo de llave que había encontrado no servía para esa puerta. Si gritaba, Light y Gaomon podrían oírla, pero tendría que gritar desde cerca de la puerta para que la escuchasen.
¡Sálvese quien pueda!
Light consigue Vela
Dos consigue Trozo de llave
RagunSi Ragun optó por la verde, con la que tendría mucha maniobrabilidad pero sin llegar a correr demasiado, Alexis optó por la contraria: la roja.
—
¿Quieres que haga trampas? Qué mal ejemplo me das, maestro —replicó Alexis con picardía, aunque sin mostrarse reacia a la idea. Al fin y al cabo, a la zombi le gustaba ganar.
Maestro y aprendiz se montaron en las motos, y una vez se pudieron el casco (recordad, la seguridad es importante), estuvieron preparados. En cuanto el cronómetro se puso a cero, las puertas del garaje se abrieron pero la carrera todavía no comenzó: las motos se movieron automáticamente, sin que ninguno de los dos pudiera conducirlas, hasta colocarles en la pista justo en el punto de salida.
Allí, conocieron a sus contrincantes. Y si Ragun esperaba encontrarse otras motos de luz, se llevó un buen chasco: eran sincorazón sobre ruedas. Dos
Chocador Chiflados, tres
Cargadores Magno, y el último era el único que no era un sincorazón. Por su aspecto, parecía un Guardia Negro de la Red, pero iba montado en un ridículo kart más digno de un fontanero italiano que de una carrera de motos. Saludó con la mano de forma efusiva cuando Ragun y Alexis llegaron, pero sin llegar a pronunciar palabra.
Las luces del poste empezaron a parpadear. Rojo. Amarillo. Tres, dos, uno... ¡En marcha!
Los controles se desbloquearon en cuanto se dio luz verde. Como el primer tramo era una línea recta, Alexis tomó la delantera con bastante facilidad seguida de cerca por los dos coches chiflados. Por su parte, los Cargadores Magno tenían otro objetivo: destrozar a Ragun, que se quedó atrás. El maestro tendría que apañárselas para quitárselos de encima o directamente eliminarlos si no quería que fuese él el que acabase fuera.
Por su parte, el Guardia del kart iba a ritmo de tortuga. No sería una preocupación en la carrera.
¡A correr!
Posición de la carrera:
1º- Alexis
2º- Coche A
3º- Coche B
4º- Cargador 1
5º- Ragun
6º- Cargador 2
7º- Cargador 3
8º- Guardia
Maya―
¡Y yo qué se, tu dale al que sea!Ante la poca ayuda de Dark Light y casi sin tiempo, el pánico se apoderó de Maya quien optó por darle a los dos botones a la vez. En cuanto lo hizo, notó de pronto que se había quedado sola. Porque tanto el clon digital como Ukki se habían transportado de golpe al estadio, frente a la
Sombra. Al principio ninguno comprendió lo que acaba de ocurrir, y no pudieron evitar que cada uno se llevase un corte del sincorazón, perdiendo una porción de su vida digital. Ups.
―
¡¡N-no puedo moverme, haz algo!! ―gritó Dark Light, apretando los dientes con furia.
Maya descubriría que sobre los botones había surgido una pantalla táctil con varias opciones. Tenía información tanto sobre su mono como del clon oscuro, y varias opciones como
Atacar,
Habilidad o incluso
Defenderse. En cuanto le diera la orden a alguno de atacar como fuera, la Sombra se haría pedazos y una alarma indicarían que se habían hecho con la victoria. ¡Primer punto conseguido!
Dark Light y Ukki volvieron a transportarse a la plataforma con Maya a los pocos segundos. El programa miró a la chica con una mezcla de enfado y confusión, como si considerara lo que estaba ocurriendo.
―
Debe de ser algún tipo de juego de duelo de monstruos. Tú pasaste primero por la puerta, así que eres la jugadora... y nosotros tus monstruos. ―Se señaló tanto a él mismo como a Ukki―.
Supongo que los botones de antes se refiere a cada uno de nosotros, aunque no sé quién será el 1 y quién el 2. Pero si queremos ganar estos... Más te vale manejarme bien.Se cruzó de brazos, enfadado por la idea de tener que depender de Maya, pero respondería como bien pudiera a cualquier duda que se le plantease a la joven bruja. Pero no tendrían mucho tiempo para prepararse, porque el anuncio del segundo combate llegó al poco:
―
¡SEGUNDO COMBATE! ¡MAYA CONTRA TROPA DIABÓLICA!―
Sácame a mí, acabaré con esto rápido ―dijo, o más bien ordenó, su
monstruo de bolsillo.
Los rivales a batir en esta ocasión eran pequeños, pero numerosos y con habilidades diversas. Rojo, amarillo, verde y azul, dos de cada y cada uno con magia de su propio elemento:
Hora de tomar decisiones para Maya, aunque como en la anterior ronda había presionado los dos a la vez, no sabía cuál era el botón de Ukki y cuál el de Dark Light. Aunque siempre podía optar por hacer como la última vez y sacarlos a los dos a la vez...
«¿Otra vez atrapada en un juego? Qué irónico.»¿Acababa de escuchar Maya una voz misteriosa? Dark Light, estuviese luchando o al lado de Maya, no hizo ningún gesto de sorpresa. Parecía que solo la escuchaba ella.
«Debes salir. Jugar solo os hace caer todavía más en la trampa. Rompe las reglas, libérate.»La frase terminó con el sonido de una desagradable interferencia, Maya incluso tendría que taparse los oídos por la intensidad. ¿Pero qué había sido eso? ¿Y qué quería decir? ¿Sería de fiar... o sería una trampa?
HiroDespués de aquel momento íntimo entre perro y moguri (o robot), el tiempo de preparación se acabó. Las puertas del taller se abrieron, y ambos participantes tuvieron que salir al campo de batalla: un vertedero. Todo con la estética de la Red, pero allí podían encontrar desde coches viejos y destartalados hasta cajas donde cubrirse entre las montañas de basura.
¡Pero les esperaba una emboscada! Hiro pudo esquivar por los pelos unos disparos, pero Goei sufrió algo de daño, aunque nada grave. Eso sí, su vida verde bajó. El equipo Tierra de Partida tuvo que ponerse a cubierto, pues sus enemigos eran peligrosos y atacaban desde el aire: dos
Aviadores Malignos. ¡Y por si no fuesen pocos, habían hecho alianza con otro equipo de dos sincorazón! Dos Cañones que disparaban desde lo alto de una montaña de basura, provocando que cayesen bombas por doquier. No parecía tener mucha puntería, pero un golpe suyo te dejaría bastante tocado.
Los aviones se acercaban más, pero se movían por el aire y eran rápidos. Los cañones en cambio parecían bastante vulnerable, pero estaban algo lejos (demasiado como para alcanzarles con una pistola, Hiro tendría que acercarse un poco), y sus ataques eran mucho más peligrosos.
¡Shooting time!
Ragun:
Dos:
Hiro:
Goei:
Light:
Maya:
Ukki:
Alexis:
Dark Light:
Fecha límite: domingo 12 de febrero.