Doble Salto. El chico era astuto. Aunque el hechizo Electro caía en vertical, el salto le había dado suficiente impulso para esquivarlo... y suficiente espacio para lanzarse contra Mei. Me había alejado para arremeter contra Flynn y me era imposible protegerla. La Llave-Espada del chico se estrelló fuertemente contra la coronilla de la chica, desplomándola en el suelo e incluso arrancándole unos mechones de cabello.
—¡¡Mei!! —rugí, temiendo por su seguridad. El golpe había sido bastante fuerte y había sido en un punto bastante delicado. ¿Y si la herida era grave? ¿Y si le provocaba una contusión o una fractura...? Si Flynn le había hecho algo a Mei...
Me lancé hacia él, olvidando por completo la estrategia que había tenido en mente. Lo único que se me había pasado por la cabeza era hacer que se arrepintiera. ¡Aquello era un entrenamiento, nada más! ¿Cómo se atrevía a tomárselo tan en serio? Sujeté la Llave con fuerza y preparé mi brazo para atacar... aún tenía su espalda hacia mí. No lo golpearía en la cabeza ni en el pecho con el arma, pero sí podía...
—¡Hielo —grité, disparando el hechizo con mi mano libre hacia el césped. La escarcha cubrió una buena parte de ella, aunque no suficiente para formar un camino. No importaba. Empaparía lo suficiente mi traje para poder...
Me deslicé con los pies hacia adelante a sólo unos metros de Flynn. No habría manera de que pudiese esquivar un ataque a esa velocidad justo después de atacar a Mei. Mi Llave-Espada golpearía con fuerza su rodilla y lo haría caer al suelo, donde podría acorralarlo y reclamar la victoria... por mi compañera.