[Tierra de Partida] Quienes luego van detrás recogiendo...

[Nell]

En cuanto destaparon la caja, verían que estaba llena de archivadores. En cuanto abrieran uno, se darían cuenta de que eran álbumes. En cada uno había una fecha, con fotografías de todas las personas que habían pasado por Tierra de Partida. Desde los trabajadores, como moguris o transportistas, hasta aprendices y Maestros. Había imágenes oficiales de cada uno y otras, al final, más informales, tomadas en grupo durante actividades o en su tiempo libre. Al pie de cada una figuraban sus nombres.

Las primeras caras que vieron no le sonaron de nada. El álbum databa de hacía veinte años. Sin embargo, en la caja, verían fechas más recientes. ¿Cuál querrían mirar?

Entonces, haciendo patente la advertencia de Kazuki, apareció Mordisquitos. Le escucharon corretear antes de tenerle plantado enfrente. Les miraba con fijeza... ¿enfadado? El caso es que saltó de repente hacia Neru y le mordió en la mano, antes de darse a la fuga y perderse entre las cajas.

Aún se le escuchaba corretear. Podía volver o no hacerlo. ¿Cómo se defenderían de él los aprendices?

[Darkness Seeker]

—Ahora que lo dices... Antes de salir ha estado mirando de reojo esa caja.

Me contestó Myxa mientras inspeccionaba la misteriosa caja.

—¿Que crees que hay dentro? Me pregunto si habrá algo impresionante...

—No sé si deberíamos de...

Sin embargo, Myxa no dudó ni un sólo instante y decidió abrir la caja. Una vez la abrió, pude ver lo que parecían varios ficheros e archivadores mientras los veía con curiosidad con Myxa. En ellos venían miles de nombres, imágenes e informaciones sobre lo que parecían ser miembros de Tierra de Partida. No era capaz de reconocer a ninguno a simple vista y aunque habían algunas muy estropeadas, dejando claro su antigüedad, no era capaz de ver a nadie familiar o conocido.

Aunque de pronto sintió algo en la mano, algo doloroso, que le hizo desviar la vista de los archivos para ver su mano la cuál tenía la marca de una pequeña dentadura.

—¡Ay! ¿Qué me ha mordido?

Una vez rebusqué a mi alrededor, pude ver como un ratoncito blanco parecía gruñirme desde el suelo.

—¿Un ratón?—Ignoré durante unos instantes a Myxa, tratando de ver de dónde procedía el ratoncito que me había mordido, mientras dejaba a Myxa con la caja, la cuál ya trataría de ver con más profundidad e interés.

[Myxa]

Cuando lo destapó se encontró con una grata sorpresa: dentro de la misteriosa caja había una serie de archivadores apilados cuidadosamente. Estuvo observándolos por encima hasta que se decidió por uno y, tras quitar el polvo de la cubierta con la mano, examinó su contenido. Abrió la boca de asombro al encontrarse con una recopilación de imágenes a tan alta calidad que casi parecían palpables. Ni en sus sueños podía imaginar que una persona fuese capaz de captar una escena tan nitidamente.

Pasó varias páginas, prestando especial atención en el detalle de aquellas imágenes. También, obviamente, se fijaba en las personas retratadas a pesar de no poder reconocer ninguna de sus caras. Resultaba extraño que no le sonasen de nada; ni un moguri, ningún Maestro... Cuando fijó la vista en la fecha que asomaba por la parte superior de las hojas supo el porque; ¡había estado mirando registros de hace unos veinte años como mínimo! Normal que no reconociese a nadie, por esas fechas ni hubiese nacido.

Lógicamente, si había álbumes de fechas tan antiguas debería de haber algunas más recientes. Apoyó el abdomen sobre el borde de la caja para llegar a los que se encontraban más alejados de ella, echando mano a todos los que pudo cogerse consigo. Uno a uno fue revisando las fechas hasta dar con un par que hacían referencia a los últimos cinco años, los más recientes que encontró ojeando de pasada.

Cuando se dispuso a abrirlo el quejido de Neru hizo que desviase su atención.

—¡Ay! ¿Qué me ha mordido? —exclamó con sorpresa mientras viraba la cabeza de un lado a otro, en busca del culpable. Hasta que lo encontró.

—¿Un ratón?

No estaban solos en aquel trastero. La advertencia de Kazuki no fue en vano: Mordisquitos surgió de entre los muebles, situándose en frente de los dos Portadores y clavando sus grandes ojos con fijeza en ellos dos. Parecía estar molesto por alguna razón que no llegaba a entender.

—¡Mordisquitos! ¿Qué haces mordiendo a Neru? —exclamó por sorpresa.

Obviamente era una pregunta sin que se esperase respuesta. El roedor se adentró en la oscuridad del sótano sin detenerse a mirar atrás.

La primera vez que se encontró con el ratoncito no parecía ser de los que mordiesen a la gente porque sí. También era cierto que uno no se podía fiar de las primeras apariencias, aun así le pareció una reacción fuera de contexto. A no ser... Que el roedor estuviese molesto con algo que habían hecho y tratase de lanzarles una advertencia.

La cuestión era: ¿qué es lo que le habrían hecho exactamente? Quizás fuese por haber limpiado el sótano donde éste solía pasarse a hacer “cosas de ratones”, quizá fuese por haber abierto la caja, o alguna otra cosa que no lograba recordar.

Sea lo que fuere sólo se le ocurrió una forma de encontrar la respuesta. Cogiendo los álbumes que tenía en mano debajo del brazo se puso de cuclillas y extendió la diestra hacia adelante, en dirección a donde se había marchado Mordisquitos.

—Mordisquitos, no sé porque le has hecho eso a Neru, pero está mal —comenzó a decir en un tono suave y calmado—. No queremos hecho nada malo, nos han pedido limpiar el sótano así que no entiendo por qué estas tan cabreado con nosotros. Si vienes aquí y nos lo indicas quizás podamos entendernos mejor.

Hacía gestos con la mano para animarle a volver nuevamente, quizás así podrían solucionar el tema. Una cosa tenía clara: ese animalillo era capaz de comunicarse con la gente (al menos con Ronin así era) por tanto no le costaría entender las palabras que le estaría diciendole.

Si decidiese volver por lo que sea y, por un casual, le mordiese la mano no la apartaría. Se quedaría quieta y le miraría fijamente, reprimiendo el dolor del mordisco y/o cualquier tipo de gemido que pudiese emitir. Quería saber por qué atacó a su nuevo amigo y si debía recibir el dolor por aquella estupidez lo haría.

[Nell]

Lo único que escuchaban era el correteo constante de Mordisquitos, lo que les indicaba que estaba constantemente en una carrera. Hablar con él no pareció funcionar, hasta que comenzaron a oírlo más de cerca. Y luego, silencio.

Myxa, que sólo había tenido buena intención por resolver el misterio, se vio atacada por el ratón que se abalanzó sobre el brazo bajo el que sostenía los archivadores que había cogido de la caja. La mordió en el codo y, fruto del dolor, la aprendiza los soltó sobre el suelo. Mordisquitos, mirándoles brevemente con esa inteligencia que habían probado si tenía o no, se vio satisfecho de haber entregado suficientes pistas de su mensaje y volvió correteando sobre sus pasos. Al cabo de un rato, dejaron de escucharle.

La limpieza no molestaba al ratón. Era la caja. Y lo que contenía. Tal vez lo que quería era que siguieran con su cometido y dejaran bien enterradas las cosas del pasado...

[Darkness Seeker]

—Mordisquitos, no sé porque le has hecho eso a Neru, pero está mal... No queremos hecho nada malo, nos han pedido limpiar el sótano así que no entiendo por qué estas tan cabreado con nosotros. Si vienes aquí y nos lo indicas quizás podamos entendernos mejor.

Mi compañera parecía que se tomaba en serio el hecho de que aquel ratón me mordiera sin explicación alguna, cosa que a mí también me llamaba la atención. Comencé a mirar hacia los lados, mientras caminaba y trataba de encontrar a aquél escurridizo ratoncito que parecía molesto por algo.

Para mi sorpresa, pude ver como el ratoncito atacó sin miramientos y aprovechando su escondite a Myxa, la cuál soltó la caja de inmediato, molesta por el mordisco. Sin perder ni un segundo me acerqué a ella para asegurarme de que estaba bien.

—¿Estás bien?—le comenté antes de nada—No parece nada grave, tranquila...

Tras eso, el ratón se volvió a perder entre las cajas y las sombras.

¿Qué demonios querría? ¿Acaso le habíamos estado molestando? ¿Habíamos deshecho su... "hogar"? ¿O quizás nos habíamos metido en algo que él no quería que nadie supiese...?

—Empiezo a creer que a Mordisquitos no le hizo gracia que estuviéramos revisando estas cosas...—comenté mientras dirigía mi mirada a la caja —Mejor dejarlo a parte para que los Maestros lo guarden donde lo vean oportuno. ¿No?

[Myxa]

No hubo respuesta inmediata a su gesto. Únicamente podía percibir el correteo del roedor, cada vez más y más cerca, hasta que se detuvo en seco. Giraba la cabeza lentamente en todas las direcciones, como si tratara de percibir por donde aparecería el ratón, cuando algo mordió su codo derecho.

"¡Auch!"

El punzante dolor producto de los diminutos y afilados dientes frontales de Mordisquitos penetrando en su piel provocó que soltase la carpeta que descansaba debajo de su brazo y agitase ésta en un acto reflejo.

Neru no perdió un sólo segundo cuando escuchó su gemido de molestia y se acercó a comprobar los daños producidos por la mascota de su Maestro. Debió de sentirse identificado pues él mismo había sentido aquella mordedura en sus carnes.

—¿Estás bien? No parece nada grave, tranquila...—dijo su compañero, tratando de calmarla.

—No es nada —chasqueó la lengua al pasar el dedo por la herida—. Ahora entiendo por qué Ronin le puso ese nombre. Debería haberle llamado Mordiscotes.

Esbozó una sonrisa y luego dirigió la mirada al ratón, el cual les miraba con fijeza a ambos. Sus ojos entraron en contacto con los de ella, y entonces comprendió; no era la limpieza, era la caja. No había hecho acto de presencia hasta que destaparon la caja de álbumes y cuando husmearon por él les había mordido. Estaba protegiendo lo que había dentro, por eso les había mordido, para advertirles que no tocaran esa en concreto.

Y, entonces, Mordisquitos volvió a ocultarse entre los trastos viejos de los que surgió por primera vez.

—Empiezo a creer que a Mordisquitos no le hizo gracia que estuviéramos revisando estas cosas...—Neru había llegado a la misma conclusión de ella, no podía ser coincidencia— Mejor dejarlo a parte para que los Maestros lo guarden donde lo vean oportuno. ¿No?

—Creo que tienes razón. Puede que le tenga cariño a esos dibujos tan viejos, donde todos están tan felices juntos. Volveré a meter esto donde estaba y la taparemos bien.

Dicho y hecho. Tras recoger lo que se le había caído al suelo y volver a ponerse de pie volvió a poner en su sitio el álbum que había extraído sin permiso. Ahora todos se encontraban perfectamente clasificados, en el mismo orden que se encontraban cuando abrió la tapa. Tan bien ordenadas y guardadas que daba la sensación de que aquellas fotografías que Myxa consideraba ilustraciones a gran detalle habían sido guardadas con mucho recelo en su día, como si fuesen pedazos capturados en papel de tiempos felices pasados. De otras personas, por supuesto.

Ahí, apoyada en el marco de aquel recipiente de madera, se preguntaba si alguna vez también le pedirían a ella y Neru que se reuniesen junto con los demás Aprendices y Maestros para que les retratasen igual que aquellas personas. Si eso sucediese ¿también guardarían las imágenes en aquella vieja caja? ¿Los futuros Aprendices se acordarían siquiera de que habrían existido? Desconcertaba tan sólo de pensarlo.

De alguna forma había llegado a comprender por qué Mordisquitos les atacó. En el momento no lo había entendido, pero, pensándolo bien, esa caja contenía la prueba de que aquellos desconocidos existieron, que fueron felices. Un verdadero tesoro cuyo valor era incalculable, guardado en las sombras que proyectaban los demás objetos de esa habitación. ¿También los trastos que habían estado ordenando y limpiando serían así de importantes y no se habían dado cuenta? Probablemente, sí.

—Oye, Neru, ¿le decimos a Kazuki que hemos encontrado esto? Algo me dice que se alegrará de verlo en buen estado.

[Darkness Seeker]

—Oye, Neru, ¿le decimos a Kazuki que hemos encontrado esto? Algo me dice que se alegrará de verlo en buen estado.

Myxa terminó de ordenar la caja y se quedó mirando durante unos segundos un retrato en grupo de antiguos aprendices.

—Sí, creo que será lo mejor. Para evitar que otros aprendices puedan ver la caja, quizás sea mejor dejarla cerca de la puerta para que Kazuki la mire con tranquilidad cuando tenga tiempo — le sugerí a la chica, que todavía sujetaba la caja.

Acto seguido, fuera la decisión que hubiéramos tomado la que fuera, con un movimiento de mano la invite a salir primero.

—Sal primero si quieres. Por cierto—le comente al acordarme del escozor de la mordedura de Mordiquitos — ¿que vas a hacer con la herida que te hizo Mordisquitos? Tengo entendido que hay una enfermera, pero no sé ni siquiera cómo se llama... llevo poco tiempo por aquí como para saberlo.—le confesé mientras examinaba la mordedura de aquel ratoncito.

Una vez hubiéramos acabado, saldríamos y avisaríamos a Kazuki de que ya habíamos acabado, y de paso que examinara él con tranquilidad la extraña caja que habíamos encontrado.

[Myxa]

—Sí, creo que será lo mejor. Para evitar que otros aprendices puedan ver la caja, quizás sea mejor dejarla cerca de la puerta para que Kazuki la mire con tranquilidad cuando tenga tiempo.

La chica asintió enérgicamente ante tal ingeniosa idea, ella había pensado mejor en dejarla en una esquina un poco apartada de las demás, pero entonces quedaría menos visible. De esa forma Kazuki no tenía forma de perderla de vista.

—Sal primero si quieres —ofreció Neru mientras señalaba amablemente la salida con la mano—. Por cierto, ¿que vas a hacer con la herida que te hizo Mordisquitos? Tengo entendido que hay una enfermera, pero no sé ni siquiera cómo se llama... llevo poco tiempo por aquí como para saberlo—añadió mientras se observaba su propia mordedura, con un ligero tono de molestia en la voz.

Por unos momentos se había olvidado aquel detalle. Ya había escuchado que los ratones solían transportar un montón de enfermedades y que debía de tener mucho cuidado de que uno le mordiese. Aun así Mordiscotes no tenía pinta de ser una rata callejera, por tanto no debía preocuparse... ¿No?

—Pues...—levantó el codo, acercó la cabeza lo máximo posible al miembro y trató de lamer la herida, aunque, como todos saben, es prácticamente imposible llegar a lamer el codo—. Cachis no llego. Sí mejor vámos a eso, a enfermera, que conozco quien cura a los heridos.

>>¡Adiós, Mordiscotes!

Terminada la conversación ambos compañeros fueron a informar de su nuevo hallazgo al Maestro, esperando que recibiera la noticia con las manos abiertas. Y, tal y como lo habían planeado, Myxa le enseñó el camino hasta la enfermería a la que, inocentemente, había denominado "enfermera". Más que enseñarle, nada más terminaron de hablar con Kazuki, la joven tiró del brazo de Neru y le arrastró hasta las mismísimas puertas, como si temiese que se perdiese por los laberínticos pasillos del castillo.

[Nell]

Encontraron a Kazuki en el piso superior, tal y como había prometido, en una salita cercana a la entrada del sótano. Estaba recostado sobre una butaca, con ronquidos suaves y respiración lenta. Tendrían que zarandearle un poco para que abriera el primer ojo y se incorporara, aún con parsimonia, fingiendo estar lúcido.

—¡Vaaaaaya! Qué... rápidos. Estaba... descansando —suspiró Kazuki, tratando de ocultar un bostezo—. Ahora bajaré a ver qué tal lo habéis dejado... aunque supongo que bien.

Cuando le relataron lo que había ocurrido con Mordisquitos, comprobarían que Kazuki casi no le daba importancia.

—Mmm... Habría cosas en esa caja que no querría que se desenterraran... Quién sabe. Es un ratón. No busquéis lógica a un ratón.

Más tarde, al ir a ver a Mogara, ésta les pondría apenas una tirita en la mordedura. Decía que no era grave ni importante, que al día siguiente no tendrían ni una marca. Y que tenían suerte, porque el ratón no se había llevado su fama por nada. Probablemente no quería hacerles daño de verdad.

[Myxa]

En la enfermería Mogara les puso un pequeño trozo de venda pegajosa, comúnmente conocido como una tirita, a ambos en la zona de la mordedura que habían recibido. La pequeña moguri les explicó mientras les hacía la cura que el pequeño ratoncito no se había ganado su fama en vano, otros Portadores habían acudido con anterioridad a ella con heridas mucho más profundas y graves que las que habían recibido. Toda aquella explicación no hizo más que reforzar la hipótesis de que la mascota únicamente lo hizo con el fin de advertirles de que estaban haciendo algo mal y que, en realidad, no pretendía hacerles daño alguno.

Seguía dándole vueltas a lo que les había dicho Kazuki minutos antes de entrar en la enfermería. No podía no intentar buscarle la lógica a ese ratón. Es más, creía haberlo comprendido después de la dentellada que se había llevado, algo de lo que se sentía orgullosa.

Aquel había sido un día valioso que recordar; había conocido a un chico muy agradable, había jugado con él, había estado ayudando a recoger el sótano y ambos Aprendices habían descubierto una caja llena de recuerdos maravillosos...

Sin duda alguna, no lo olvidaría. Al menos haría todo lo que estuviese en sus manos para que aquello no sucediese. No una segunda vez.

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¡Último post por mi parte! Gracias a DJDarkness por acceder a hacer la misión conmigo y a Nell por llevarla y enrollarse con la historia de la caja. He disfrutado mucho con esto y espero volver a repetir la experiencia en el futuro

[Darkness Seeker]

Tras permitir ser llevado de mano de Myxa hacia la famosa enfermera, no pasó ni un rato hasta que la enfermera nos atendió, sin darle mucha más importancia además. Tras darnos unos pocos detalles y ponernos una simple tirita y algún consejo, nos dejó salir a los pasillos. Tras eso, me despedí de Myxa y me dirigí a mi dormitorio.

Era raro, este pequeño ratito que había pasado, de hecho no había llegado quizás a la hora y media, me había hecho recordar muchas cosas de mi familia. Myxa me había recordado, de cierta manera, los momentos tiernos u algo tontos de mi hermana, nuestras discusiones, y también los momentos con su tío, su madre... y los pocos que recordaba de mi padre.

Una vez llegué a mi cuarto, no pude evitar tumbarme en mi cama. No estaba cansado, ni molesto por la herida... Alcé mi mano derecha, y giré la muñeca un par de vueltas. A decir verdad, no recuerdo nada de mi padre. Sólo que su voz no era muy grave, y siempre me trataba muy bien. Compartía sus momentos conmigo y con mi madre, antes de que mi hermana naciera. Sin embargo un día... desaparecío.

No sabría decir porqué, ni cuándo, ni cómo... Porque simplemente no lo recuerdo. Mi madre tampoco me comentó nunca nada al respecto, pero sabía que le dolía ¿Acaso lo sabría? ¿Sabría dónde estaba mi padre y trataba de mantenerlo en secreto?

Tras un par de giros involuntarios, invoqué mi llave espada y la observé detenidamente. Todo lo que estaba viviendo ahora, mis aventuras en agrabah, a mis nuevos amigos... Era algo que jamás olvidaría, al igual que mi nueva amiga.

No permitiré que acabé desapareciendo como mi padre de mi vida.

No lo permitiré...

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En fin, fin de la misión, poco más que decir. Comentar que he disfrutado bastante planeando nuestras tonterías con Myxa, y darle las gracias a ella misma por darme la idea de participar con ella. Y a Nell también, por supuesto ^^

[Nell]

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¡Fin de la Misión!

Pues nada, qué decir, me alegro que os haya gustado y a ver si en un futuro nos podemos reír todos de los siguientes novatos que tengan que limpiar y aguantar los mordiscos de Mordisquitos xD

Ganáis cada uno 15 PX (Myxa sube a Nivel 5) y 100 platines. ¡Chapo!