[Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Encuentro de Fátima, Nadhia y Malik

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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Tanis » Mié Feb 04, 2015 10:38 pm

Malik corrió y corrió tratando de ignorar los terribles alaridos y rugidos que hacían temblar la montaña entera. Hundía los pies en la nieve a tal velocidad que tropezaba cada dos por tres. Bastó con el último rugido para que cayera definitivamente, bajo la lluvia de nueve que los sepultó a todos. Ni siquiera había logrado oír el grito de advertencia de Fátima, aunque por fortuna, las rocas habían decidido perdonarle. A duras penas consiguió escarbar en la nieve para salir, aspirando aire a bocanadas y tosiendo como un condenado.

¿Chicos? ¿¡Está todo el mundo bien!?


B-Bien no es la palabra, exactamen… ay — oyó temblar a Nadhia.

Y no pudo estar más de acuerdo. Se sintió levemente mejor gracias al hechizo de Fátima. Por suerte no había sufrido heridas, pero temblaba de frío, de un frío horrible y sentía anquilosados los huesos y congelados los músculos. Le costaba moverse. Malik no contestó. No se sentía con fuerzas para hablar después de la avalancha, necesitaba... necesitaba mantener el calor, no malgastar energía y se llevó los dedos a la boca para soplar el poco aliento cálido que le quedase en ellos. Siguió los pasos de sus compañeros en silencio, todavía con los rugidos y las explosiones como única música de fondo.

* * * *


Aquel era el mayor monstruo que había visto en su vida. Congelado de frío y miedo, Malik contempló al enorme dragón sincorazón que eliminaba a los pocos hunos que quedaban como si fueran hormigas. Azotaba el viento y las gélidas corrientes, y las luces que provocaban los gigantescos rayos titilaban con fuerza. No podían enfrentarse a eso ellos solos.

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Peor que una pesadilla —musitó Malik.

El sincorazón no paraba de ejecutar sus ataques, los hunos no dejaban de caer, una y otra vez, alcanzados por un rayo o las garras del monstruo. Era demencial.

Es él quien debe atraer a los demás Sincorazón—aclaró Fátima, mortalmente pálida—: Tenemos que acabar con él, pero… ¿Cómo? Está a un nivel muy diferente de los Sincorazón a los que nos hemos enfrentado hasta ahora…

Es enorme, y… vuela —añadió Nadhia—. Yo no tengo problema para acercarme en el aire, pero tenemos que pensar en…

Malik miró a Nadhia de reojo primero, directamente después. No, no estaba de acuerdo, no podían enfrentarse a eso, era demasiado grande, demasiado fuerte. No podían pelear ellos dos solos contra aquello. Se mordió el labio con fuerza, por el frío no sintió dolor. Si no fuera un novato debilucho...

¿Qué tal si hago de señuelo? ¿Creéis que podría ganar tiempo para daros ventaja?

Apretó los dedos en los puños, con los brazos cruzados. Estaba a punto de saltar, de objetar que debería ser lógico que los que fueran más fuertes se concentraran en atacar y liberar el corazón de ese bicho. Se le estaba ocurriendo una soberana tontería, algo que en su sano juicio y en circunstancias normales jamás haría, pero que si salía bien, bueno, habrían salvado unas pocas vidas. Tomó aire, aunque le hiciese daño en los pulmones. Malik abrió los puños, bajó los brazos y se adelantó unos pasos, sintiéndose más asustado, pero más seguro de sí mismo en su miedo, de repente.

Yo tengo una idea mejor. Me parece absurdo que con tu potencial de ataque te dediques a distraer a nuestro amigo —espetó, serio—. Dejadle el trabajo sucio al nuevo y vosotras aprovechad para darle donde más le duela.

Le dio a las dos una mirada determinante, una que decía no iba a cambiar de opinión y echó a correr sin dejar opción a réplica. Avanzó a zancadas rezando por no tropezarse como antes y se acercó al borde opuesto de la ladera de la montaña desde la que observaban el panorama. E invocó la Llave-Espada. Sabía que eso atraería al sincorazón, por eso, sin perder más tiempo, se dejó caer y se precipitó por la ladera, deslizándose por la nieve congelada de la cara norte. Un potente rugido tronó, otra vez, y un rayo salió disparado hacia el cielo a la vez que el dragón sincorazón batía las alas y rodeaba la montaña para perseguir a Malik, para perseguir la luz de ese corazón tan apetitosamente llamativo.

Malik sonrió para sí, mientras luchaba por no caer rodando. Ahora sus compañeras podían tener su oportunidad, incluso de saltarle encima y clavarle la Llave-Espada en la espalda si querían. Si salía bien, al menos... al menos habría podido hacer algo de provecho.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Suzume Mizuno » Mié Feb 04, 2015 10:43 pm

Yo tengo una. Me parece absurdo que con tu potencial de ataque te dediques a distraer a nuestro amigo. Dejadle el trabajo sucio al nuevo y vosotras aprovechad para darle donde más le duela.

¡Pero…! —farfulló Fátima. Aunque Malik tenía razón, también era un peligro permitir que él hiciera de cebo cuando era el menos entrenado de todos ellos. Sin embargo, cuando les clavó la mirada, Fátima comprendió que no pensaba echarse atrás. Y tampoco podían perder mucho más tiempo—. Suerte…

«Qué valiente es».

Apretó los dientes cuando le vio descender por la ladera. Por el camino invocó la Llave Espada y el enorme Sincorazón giró la cabeza de inmediato, buscando con sus ojos saltones una nueva presa más atractiva que los corazones de los escasos hunos que quedaban. Al descubrir a Malik, soltó un rugido, batió las poderosas alas y se precipitó hacia él. Y, de pronto, un rayo que estuvo a punto de alcanzar a Malik y dejarlo tieso. El dragón, entonces, comenzó a descender.

Fátima sacudió una mano para llamar la atención de sus compañeros.

¡Voy a distraerlo! ¡Vosotros dos rodeadlo y, cuando esté a ras de suelo, saltad sobre él! ¡Ataquemos sus alas!

Dicho esto se lanzó ladera abajo, tratando de no rodar, aunque terminó dando prácticamente una vuelta de campana. Cubierta de arriba debajo de nieve, se incorporó, mareada, e invocó su Llave Espada para apuntar hacia arriba: el dragón no estaba muy lejos, todavía volando hacia Malik, cuesta abajo.

«¡No te dejes llevar por el miedo, no te dejes llevar por el miedo!»

¡Tú! ¡T-trágate esto!

Y lanzó una Serpe acuática contra uno de sus ojos. Con ello consiguió arrancarle un rugido de rabia y que una bola de energía que iba a disparar contra Malik se desviara del camino.

¡Era la ocasión! ¡Estaba muy cerca!
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor EspeYuna » Mié Feb 04, 2015 10:48 pm

No podía negar que estaba asustada. Siendo veterana como Fátima quería guardar la compostura, colocarme en la línea de fuego y arriesgarme. Por eso, cuando Malik objetó la idea y salió corriendo a hacer él mismo de señuelo, un sentimiento de ira comenzó a recorrerme las entrañas. No porque quisiera hacerme la heroína, sino que, a pesar de que llevaba más tiempo en Tierra de Partida, aún era una niña. Malik no se había pensado dos veces hacer de señuelo, claro es que tenía razón en que mis habilidades y las Fátima tenían más posibilidades de hacer daño a la bestia sincorazón… pero aún pensaba con una mentalidad que no era propia de un guerrero.

Me dejaba llevar demasiado por los sentimientos.

Y Fátima no se quedó atrás, queriendo hacer también de señuelo. Al ordenarnos que rodeáramos al sincorazón, eché a correr y subí a una ladera cercana.

Vi descender en picado al sincorazón, siguiendo a Malik al ser atraído por el poder de su Llave-Espada. Ahogué un grito al ver como un rayo estuvo a punto de alcanzarlo. Pero lo admitía, sabía moverse bajo adrenalina.

Fátima se encargó de hacer trizas los ojos del monstruo con un sorprendente hechizo de agua. Aquella fue mi oportunidad y no la dejé escapar, lanzando mi Llave-Espada* contra las alas de la bestia, concretamente en la raíz de la misma. El alarido pudo dejarnos completamente sordos.

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*Tiro Mortífero


La bestia, enfurecida, hizo chocar su cuerpo contra la ladera en la que yo me encontraba, haciéndome perder el equilibrio y caer, sin poder evitarlo.

«¡Mierda, mierda, mierda!»

Y no iba a desaprovechar aquella estúpida caída cuando aterricé sobre el lomo del dragón de oscuridad. Agarrada a una de las alas, clavé a Ángel Forjado sobre la misma raíz que había herido, varias veces, hasta soltarme por el forcejeo del enemigo.

Sentí a Fátima atraparme al vuelo y rodar ambas por la nieve.

Cuando terminé de dar vueltas como un canto rodado, me levanté como pude y me orienté. Alerta y escuchando la ira del dragón, busqué a mis compañeros con la mirada, colocándome en posición ofensiva con mi Llave-Espada a modo de arco.

¿Le quedaría mucho? ¿Le habríamos hecho el suficiente daño? No tenía ni idea. No lo sabía, y estaba aterrada.

«Esto es… una batalla de verdad.»
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Tanis » Mié Feb 04, 2015 10:50 pm

Pudo sentir al enorme sincorazón yendo tras él y apretó el ritmo de las zancadas. No tardó en empezar a notarr el frío en los pulmones, como aguijones que se le clavaban al respirar. Correr en la nieve agotaba igual que correr en la arena, te hundías y necesitabas el doble de esfuerzo para dar el siguiente paso. Enseguido tuvo los músculos agarrotados, los dedos congelados y cerrados en torno a la empuñadura de la Llave-Espada. Un bramido le hizo temblar y tropezar y cayó rodando un par de metros por la ladera. Tuvo el tino de clavar el arma en la nieve, evitando así convertirse en un despeñado.

Pero eso no le salvó del sincorazon. La imponente mole se irguió ante él, fauces abiertas, dispuesta a devorarlo por completo. Malik sintió cómo el alma y el corazón se escapaban ya de su cuerpo, cómo la horrible presión del terror le paralizaba y agrietaba por dentro. Ni siquiera pudo cerrar los ojos. La Muerte se cernió sobre él como un cuervo hambriento…

Entonces una gran sombra le cubrió y otra mole igual de grande, cargó contra el sincorazón interponiéndose entre la bestia y Malik. Un gran rugido, de furia y dolor, estalló en sus oídos y por toda la montaña. La sangre del dragón herido, el que encontraran en el cañón, llovió sobre la ladera entera. Malik se cubrió con un brazo inútilmente y se arrastró todo lo que pudo lejos del combate de dragones. Su instinto de supervivencia chillaba que saliera de allí, que aliado o no, el dragón no tendría cuidado por si le alcanzaba.

Había tenido suerte, mucha suerte, de que llegara justo a tiempo para confrontarlo. Sin mirar atrás, desinvocó la Llave-Espada, se pusó a duras penas de pie y echó a correr montaña abajo, lejos de las garras, las fauces y los atronadores bramidos de los dragones.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Suzume Mizuno » Mié Feb 04, 2015 10:53 pm

¡Nadhia! —chilló Fátima cuando la vio colgarse del ala del Sincorazón. Ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí.

El dragón emitió un rugido y se desvió hacia un lado, mientras agitaba frenéticamente las alas, amenazando con sacarse a Nadhia de encima y mandarla volando contra el suelo.

Es más, fue lo que ocurrió a los pocos segundos. El dragón giró sobre sí mismo, y la muchacha salió disparada. Fátima corrió, derrapó, gritando e invocando su glider. No pudo levantar mucho el vuelo y sólo pudo avanzar a ras de suelo, pero llegó a tiempo de atraparla. El golpe fue tan violento que las dos rodaron pendiente abajo, Fátima sin aliento y con un agudo dolor en el costado. Cuando consiguió frenar, su glider había vuelto a convertirse en Llave Espada y había regresado a su mano. Gimiendo, escupiendo nieve y temblando de pies a cabeza, se puso a gatas y gimió:

Nadhia, ¿estás…?

Un rugido interrumpió sus palabras. El Sincorazón se abatía sobre Malik, abriendo las fauces. Sintió que se le detenía el corazón. Estaba demasiado lejos. No iban a poder hacer nada, no iba a….

Entonces se escuchó un bramido. Uno con un timbre más agudo, pero igual de potente, que hizo retemblar las montañas y que Fátima y Nadhia quedaran una vez más cubiertas de nieve. Una sombra las sobrevoló a toda velocidad, arrancando graves gemidos al viento.

Un dragón. Aunque este no era un Sincorazón. De refilón, Fátima captó como una lluvia de sangre se desprendía de su cuerpo y cubría la nieve de escarlata.

¡Es el dragón de antes!—gritó, aunque era algo obvio.

La criatura arremetió contra el Sincorazón, poniendo por delante las garras. El impacto fue tan violento que consiguió tumbar a su enemigo. Tras unos segundos más, estupefacta por la sorpresa, Fátima se volvió y cogió bruscamente a Nadhia por la muñeca.

¡Tenemos que ayudar a Malik! ¡Vamos!

Y echó a correr con todas sus fuerzas, vigilando por el rabillo del ojo a los dos dragones. El herido se enrollaba en torno al Sincorazón y atacaba su cuello una y otra vez hasta que, de repente, vomitó una columna de fuego. Fátima aceleró el ritmo hasta que sintió los músculos ardiendo.

¡Tenían que salir de allí!
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor EspeYuna » Mié Feb 04, 2015 10:55 pm

En un primer momento no sabía quién era la persona que había evitado que mi cuerpo impactara contra la nieve. Escuché cómo me llamaba, pero apenas era capaz de entenderla y mucho menos responderle, escupiendo el hielo que me había tragado con la caída. Me pitaban los oídos y la cabeza me daba vueltas como una peonza. No fue hasta que me cogió de la muñeca y me obligó a correr cuando me di cuenta de que era Fátima.

Aceleré el ritmo aunque mi paso debía asemejarse al de un pato mareado y de seguro que Fátima lo pasó muy mal para arrastrarme consigo.

Fue un milagro que las dos estuviéramos de una pieza al reunirnos con Malik en la ladera de la montaña. Aunque “estar de una pieza” no era exactamente la expresión correcta de nuestro estado. Teníamos magulladuras por todo el cuerpo, y algún que otro quemazón producto de las llamas y de la fría nieve.

¿Qué está pasando? ―pregunté, a duras penas― ¿Y el dragón?

Escuché un bramido, seguido de otro alarido. Asomé la cabeza con cuidado entre las rocas que protegían nuestra localización y observé, estupefacta, como el dragón malherido se enfrentaba al sincorazón gigante.

No, está muy mal… ¡tenemos que hacer algo! ―exclamé, pero al intentar levantarme del sitio mis piernas flaquearon y me arrastré de nuevo al suelo. Si no hubiese sido por Fátima, aquella bestia me habría hecho puré al lanzarme contra las rocas― Creo que todavía puedo lanzar una flecha más. ¡Ayudadme a levantarme!

No estábamos tan lejos del objetivo. Y tan distraído que estaba con quitarse de encima al dragón, tenía una oportunidad para acertarle.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Tanis » Mié Feb 04, 2015 11:03 pm

No miró ni una vez atrás mientras corría, hasta que estuvo lo suficientemente lejos como para que la sangre, ni la nieve, le alcanzaran. Se permitió parar a coger aire entonces, cansado, con los pulmones a punto de reventar. Al reunirse con Nadhia y Fátima sintió alivio, más por saber que estaban bien que por su propia seguridad. El cebo parecía haber surtido efecto y el dragón sólo había intentado atacarle a él. Ahora contempló la pelea entre el dragón herido y el gran sincorazón, rezando para que el primero ganara.

¿Qué está pasando? ¿Y el dragón?

Siguen luchando…

Se ocultó tras la formación de rocas en la que estaban ahora escondidos y trató de inhalar profundamente. El viento frío se le hincaba en la carne sudorosa por la carrera. Si no moría allí, lo haría de una pulmonía en el castillo. Miró a Nadhia por el rabillo del ojo, demasiado cansado para disuadir su idea. Quizá era buena, quizá podía hacerlo, pero estaban los tres tan… débiles. Un gran rugido tronó por enésima vez y Malik se esforzó por asomarse de nuevo, apoyado en la piedra ría, cubierta de nieve. El dragón herido escupió una violenta ráfaga por la boca, que impactó a bocajarro contra el sincorazón.

Que empezó a deshacerse en pequeñas volutas negras.

Mirad —señaló Malik al verlo.

El sincorazón estaba a punto de desvanecerse. Pero los tres sabían que si algo que no fuera una Llave-Espada terminaba con él, el corazón no se liberaría, de modo que… tenían que ser rápidos. Con un alarde de esfuerzo impresionante, Malik se puso en pie al mismo tiempo que el dragón herido se desplomaba a lo largo de la ladera de la montaña, tan largo como un gran río rojo de sangre. Volvió a invocar la Llave-Espada y miró a sus compañeras, esta vez, sin intención de ir solo. Levantó a Nadhia con un solo brazo.

El primero que llegue, ¿de acuerdo?

No era una carrera, pero si no se daban prisa, sería demasiado tarde.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Suzume Mizuno » Mié Feb 04, 2015 11:07 pm

Agitó un brazo, llamando la atención de Malik para indicarle que estaban bien cuando ambas se escondieron, a mitad de la carrera, tras unas rocas. Resoplando, Fátima cayó de rodillas.

¿Qué está pasando? ¿Y el dragón?

Pues…

Siguen luchando…—dijo Malik, que ya las había alcanzado.

Los rugidos de los dragones le helaban la sangre y coletazo que daban, cada embestida que hacía retemblar la tierra le arrancaba un gemido de miedo. ¡Sólo quería marcharse de ahí!

¡Tenemos que hacer algo!―exclamó Nadhia, sin fuerzas para levantarse―. Creo que todavía puedo lanzar una flecha más. ¡Ayudadme a levantarme!

Fátima la estaba cogiendo de un brazo, preguntándose si serviría de algo clavarle otra flecha a aquella bestia, cuando un estallido de luz la dejó medio cegada.

Mirad.

Cuando volvió a asomarse por encima de las rocas, el Sincorazón se deshacía en medio de volutas oscuras.

¡Ha ganado! ¡El dragón ha ganado!—exclamó, boquiabierta.

De pronto Malik invocó su Llave Espada y levantó a Nadhia sin mucho esfuerzo. Fátima frunció el ceño.

El primero que llegue, ¿de acuerdo?

Durante unos segundos, no comprendió a qué se refería. Después, recordó lo que le habían enseñado: si no se empleaba una Llave Espada, el Sincorazón, como tal, no moría. Y no podían permitir que siguiera invocando a otras criaturas por la región. Invocó su propia Llave Espada y asintió con la cabeza.

Vamos.

Mientras luchaba contra la nieve, Fátima pensó que más valía que después de aquello se le quedaran unas piernas preciosas. Y que el Sincorazón estuviera lo suficiente moribundo como para no pegarle un mordisco. Y lo mismo podía decir del otro dragón. No quería acabar la misión sin un miembro.

Fue la primera en alcanzarlo, aunque sólo por un par de metros. Dirigiendo miradas recelosas a sus mandíbulas, y poniendo distancia entre ambos, apuntó con su Llave Espada y disparó su hechizo más poderoso.

Al principio pensó que no había funcionado. Pero, después, un inmenso corazón rojo emergió del cuerpo de la criatura y se dirigió hacia el cielo. Exhaló un suspiro de alivio.

«Se ha acabado».

Se terminó.

Fátima pegó un grito de la impresión. El corazón estuvo a punto de salírsele por la boca. Cuando se giró, vio que el dragón herido, tumbado sobre un colchón de nieve escarlata, entornaba los ojos esmeralda. ¿O debería decir dragona? Porque aquella voz, reverberante, algo metálica, y cansada pertenecía sin duda a una hembra.

Lo primero que se le pasó por la cabeza fue preguntar si sabía hablar pero, por suerte, se pudo morder la lengua. En su lugar, miró a sus compañeros, sin saber muy bien qué hacer.

No sé qué habéis hecho con él, pero os lo agradezco. Ahora sé que es libre—continuó la dragona, sin apenas mover la boca. No podía levantar la cabeza del suelo.

¿Qué… Qué ocurrió?—preguntó Fátima, con la impresión de que todo aquello era un poco surrealista. Incluso herida de muerte, porque ninguno de ellos podía curar tajos como aquellos, la dragona resultaba impresionante.

Nos cazaban… Se llevaron… Casi todos mis huevos. Y él… No pudo soportarlo. Se convirtió en eso… Y dejó de reconocerme. Me atacó. Habría matado a mis últimas crías.—Las mandíbulas de la dragona se abrieron, dejando a la vista los afilados dientes. Lo que podría haber parecido una sonrisa macabra, se le antojó, ante todo, triste—. Y se acabó. Quién lo diría. Rodeada por… humanos.

Fátima se pasó una mano aterida por los labios. A cada momento que pasaba quieta se le hacía más insoportable, pero no era capaz de moverse. No cuando, Dios santo, estaba contemplando la muerte de una criatura tan bella. ¿Significaba que no quedaban más dragones? ¿Eran los últimos? ¿Habían muerto todos los guardianes de China? No podía ser, ¿no?

Entonces cayó en la cuenta de algo.

Ha dicho casi todos los huevos. ¿Es que aún quedan algunos intactos?[/b]

La dragona le dirigió tal mirada que Fátima retrocedió hasta tropezar con Malik y se aferró a él casi sin pensarlo. Le pareció escuchar cómo unas llamas crepitaban en lo más profundo de su garganta y no se atrevió a decir nada más.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor EspeYuna » Mié Feb 04, 2015 11:10 pm

Fátima me agarró de un brazo con la intención de ayudarme. Sin embargo, una luz nos dejó traspuestas y olvidamos por completo mi plan. Malik llamó la atención de ambas, señalando al campo de batalla entre las dos grandes bestias.

¡Ha ganado! ¡El dragón ha ganado!—exclamó Fátima, emocionada.

Cierto, su cuerpo se rodeaba de grandes volutas de oscuridad, lo cual indicaba que estaba en las últimas. Sin embargo, no desaparecía.

Malik fue más rápido y supo lo que tenía que hacer, invocando su arma y levantándome del suelo sin apenas esfuerzo. En aquel momento pensé que, a pesar de que llevara menos tiempo en Tierra de Partida que nosotras, aprendía más rápido. Era un adulto, al fin y al cabo.

El primero que llegue, ¿de acuerdo?

Vamos.

Y así fue como los tres nos lanzamos contra la bestia.

*****


Se terminó.

Había visto tantas maravillas en decenas de mundos, tan dispares unas de otras, que escuchar hablar a una bestia mitológica no debía sorprenderme en lo más mínimo.

Pero… no pude evitarlo. Aquel pobre dragón, malherido y agonizando rodeado de nieve y de su propia sangre, había pronunciado palabras humanas.

Nunca hubiera podido imaginar que algún día me encontraría con una criatura tan hermosa… y que pudiera entenderme. Y por el timbre de la misma, parecía más una hembra. Pero no quiso precipitarse y seguir escuchando a la dragona, con cautela. Fátima me miró, y yo igual hice con Malik.

La verdad es que nos sentíamos bastante perdidos.

No sé qué habéis hecho con él, pero os lo agradezco. Ahora sé que es libre —continuó la criatura, sin apenas poder levantar la cabeza de la nieve.

Se me formó un nudo en la garganta cuando nos explicó lo sucedido. Su compañero, convertido en sincorazón tras haber sufrido la pérdida de sus hijos. Era una historia muy triste y no pude evitar sentirme culpable al no haber llegado antes a Tierra de Dragones.

Todavía me quedaban fuerzas para hechizos curativos, pero… ¿servirían de algo?

Ha dicho casi todos los huevos. ¿Es que aún quedan algunos intactos?

Al igual que Fátima, yo también me asusté al escuchar aquellas llamas crepitando en lo más profundo de aquella criatura. Sin embargo, no pude evitar defenderla, y también a nuestro legado:

¡No, no somos como ellos! —exclamé, pero insegura, decidí no alzar más la voz— Somos caballeros de la Llave-Espada. Nos… nos encargamos de esos seres. En lo que se ha convertido… lo siento mucho. De veras. Y mi amiga —miré a Fátima, quien se encontraba aferrada a Malik por el susto— sólo quería asegurarse de que tu familia estaba a salvo. No pretendemos hacerle daño.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Tanis » Mié Feb 04, 2015 11:16 pm

Malik aspiró aire frío de la montaña a bocanadas, mientras observaba el ascenso del gran corazón brillante del dragón.

Se terminó.

La voz profunda, grave y agrietada del dragón moribundo le hizo temblar de repente. Se había terminado, sí, pero… algo le decía que no se refería a la pelea en sí. Malik contuvo el aliento ante la tesitura de estar ante un gran dragón chino, una criatura salida de las leyendas, a punto de morir frente a sus ojos, desangrándose sin que ellos pudieran hacer nada. Al notar la mirada de las chicas, él mismo la desvió, sin saber tampoco qué decir. ¿Qué podían decirle a un ser como aquel, que agonizaba de esa forma?

No sé qué habéis hecho con él, pero os lo agradezco. Ahora sé que es libre.

Suspiró levemente. Una tenue voluta de vaho se deshizo ante sus labios, mientras contemplaba el sufrimiento de la criatura, impotente. No podían decirle qué habían hecho, aunque se alegraba de que al menos… ella no se hubiera convertido en un sincorazon. Escuchó la historia con tristeza, hablaba como si ellos fueron los últimos, los últimos dragones de China. No podía ser, ¿verdad? Alguno más tenía que quedar aparte de ella y los huevos robados.

Ha dicho casi todos los huevos. ¿Es que aún quedan algunos intactos?[/b]

La repentina reacción de la dragona también le asustó y por pura inercia rodeó a Fátima con un brazo, al sentirla agarrarse a él. Se le congeló el aliento en la boca, aterrorizado por la idea de que pudiera calcinarlos por un comentario semejante. Instintivamente colocó a la muchacha tras de sí, aunque eso no pudiera servir de nada. Por suerte, Nadhia salvó un poco la situación.

¡No, no somos como ellos! Somos caballeros de la Llave-Espada. Nos… nos encargamos de esos seres. En lo que se ha convertido… lo siento mucho. De veras. Y mi amiga sólo quería asegurarse de que tu familia estaba a salvo. No pretendemos hacerle daño.

No estaba seguro de que fuera buena idea decir que pertenecían a la Orden, pero dado que era un Guardián de China, y a punto de morir, consideró que no importaba, si eso les salvaba el pellejo.

Por favor, Gran Dragón —dijo él entonces, presa aún del miedo. Tenía que elegir muy bien sus palabras, si no quería convertirse en ceniza—, como dice, no queremos hacer más daño, queremos ayudar. Si hay… algo que podamos hacer por ti, o por tus hijos…

Hay algo, humano —La dragona le interrumpió con un gruñido escalofriante. El silencio que le siguió a la interrupción fue largo, como si ella estuviera pensando si hablar de nuevo o no. Finalmente lo hizo, casi con una exhalación de pesar—. En la cumbre de la montaña… está mi cueva, allí es donde incubaba mis huevos, los que me quedaban… Sin mí morirán de frío. No quisiera que… cayeran en malas manos.

La dragona volvió a guardar silencio, esperando quizá que ellos interpretasen lo que quería decir. Malik sintió el corazón acelerado. Debía ser un gran honor que… un dragón te concediera tal responsabilidad. Miró a Fátima, a quién todavía protegía con su brazo y su cuerpo, indeciso, triste, sin saber si debían ayudarla con eso o no. También miró a Nadhia, buscando consejo, hasta que finalmente, y por sí mismo, tomó su propia resolución.

Te prometo… Te prometemos —se corrigió—, que los encontraremos.

La dragona volvió a abrir un poco la boca, siseando con su último aliento.

Gracias...

Malik contempló esos grandes ojos perder su brillo natural, la sangre coagularse sobre la nieve, la repentina relajación de los músculos… Supo que se había terminado, y no pudo evitar sentirse triste. Sin darse cuenta deslizó los dedos por el brazo de Fátima antes de soltarla, ido, un poco melancólico. Esa dragona les había salvado, a pesar de no conocerla como tal, les había salvado, le debían la vida. Y se había ido.

El último Guardián de China se había ido.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Suzume Mizuno » Mié Feb 04, 2015 11:19 pm

¡No, no somos como ellos! Somos caballeros de la Llave-Espada. Nos… nos encargamos de esos seres. En lo que se ha convertido… lo siento mucho. De veras. Y mi amiga sólo quería asegurarse de que tu familia estaba a salvo. No pretendemos hacerle daño.

Fátima, todavía aferrada a Malik y no muy consciente de que él la había envuelto en un abrazo, clavó la mirada en la dragona, asustada. No sabía si las palabras de Nadhia conseguían calmarla, o si el hecho de que fueran Caballeros significaría algo para aquella criatura. Pero no pudo menos que agradecer el que su amiga hubiera reaccionado tan rápido, después de cómo había metido ella la pata.

Por favor, Gran Dragón—intervino Malik, haciendo que Fátima pegara un respingo. Su voz sonaba tensa, contenida, y no era de extrañar. La dragona se estaba muriendo, pero no le cabía duda de que todavía sería capaz de soltar una llamarada… O pegarles un buen bocado—, como dice, no queremos hacer más daño, queremos ayudar. Si hay… algo que podamos hacer por ti, o por tus hijos…

Hay algo, humano. —Los tres se quedaron silencio y Fátima se estremeció—. En la cumbre de la montaña… está mi cueva, allí es donde incubaba mis huevos, los que me quedaban… Sin mí morirán de frío. No quisiera que… cayeran en malas manos.

Fátima sintió una puñalada de pena y, a la vez, de respeto. Hasta estando así, pensaba antes en sus huevos. Pensó en los traficantes, en lo que había escuchado. Y se imaginó lo que sería temer que se llevaran sus huevos. ¿Qué harían con ellos? No, no quería saberlo. Intercambió una mirada con Malik, y luego con Nadhia. Ninguno parecía saber muy bien qué decir.

Porque, ¿qué iban a hacer? ¿Quedárselos? ¿Matarlos…? Sería mejor a que los capturaran… No, no. No podían hacer eso. Pero la dragona se moría y no quedaba tiempo. Tenían que decirle algo. Volvió a mirar a Malik y asintió con la cabeza. El hombre cogió aire y dijo con solemnidad:

Te prometo… Te prometemos, que los encontraremos.

El cuerpo de la dragona se distendió.

Gracias...

Lentamente, dejó de moverse. Sus ojos, que se mantuvieron hasta el último momento, se apagaron. Fátima aspiró por la nariz y se cubrió la boca con una mano, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. La mano de Malik resbaló por su brazo y de pronto se sintió expuesta. Asustada, sola y, ante todo, cansada.

Al final no habían podido hacer nada.

****


Le habían cerrado los ojos y luego Fátima había sugerido que la cubrieran con nieve. Se le revolvía el estómago al pensar en dejar su cadáver expuesto al tiempo. Se imaginaba que cuando hiciera más calor la naturaleza reclamaría su posesión sobre su carne, pero, hasta entonces…

Después emprendieron el camino hacia el nido. Fátima no dejaba de darle vueltas a las últimas palabras de la dragona. Que sus huevos no cayeran en malas manos. Por supuesto. Pero seguía sin tener idea de qué podían hacer. ¿Cómo iban a sobrevivir sin ninguno de sus padres? No les había dicho si había otros dragones, aunque probablemente no fuera así, y eso significaba que nadie iba a hacerse cargo de ellos. Si no morían de frío, lo harían de hambre…

Cuando dieron con el lugar donde habían visto a la dragona por primera vez se acercaron a una gruta, dentro de la cual había un recoveco y… Varios huellos. Conteniendo el aliento, Fátima contó tres. Uno de ellos había quedado enterrado bajo un derrumbe de rocas. Quizás lo había provocado el Sincorazón. El segundo yacía de costado, quebrado. El último era el único que parecía intacto. Se frotó los ojos para contener las lágrimas.

¿Qué hacemos?—susurró.

Le daba miedo acercarse y tocar el huevo que, por cierto, era de un tamaño considerable. Pero, después de ver los otros dos, no podía simplemente quedarse mirando. Tras pedir permiso con la mirada, se metió en la gruta y tomó el huevo. No pesaba tanto como había esperado. Y estaba helado.

«Oh, no…».

Chicos, creo que…—Entonces percibió un golpecito bajo sus manos. Sorprendida, se agachó y pegó las palmas a la superficie. Otra vez vino seguido de un pequeño chasquido y, de pronto, apareció una grieta. Luego otra. Escuchó un gemidito de esfuerzo—. ¡Ah!—exclamó—. ¡Q-qué hago, está naciendo! —farfulló, volviéndose hacia Malik yNadhia, con el corazón en la garganta—. Está saliendo y…

Con un último crujido, todos pudieron escuchar una especie de gorjeo, parecido al de un pájaro. Cuando Fátima miró de nuevo el huevo, se encontró con que asomaba una cabecita pequeña, recubierta de un líquido rojizo y con los ojitos hinchados entreabiertos. El pelaje verdoso se le pegaba al cuerpo y dos bigotes endebles luchaban por salir del cascarón.

«Es… Es tan chiquitito». Costaba imaginar que alguna vez fuera a alcanzar el inmenso tamaño de sus padres…

El dragoncito siguió luchando y sacó las patitas. Poco a poco, su alargado cuerpo fue saliendo, resbaló y fue a parar al suelo. Emitió un quejido, clavando los ojos en Fátima, que imaginó que tendría hambre, y frío. Su madre debería haber estado ahí para recibirle. En cambio, llegaba al mundo sin progenitores, y rodeado de hermanos muertos.

Se mordió el labio inferior y extendió las manos. El dragón se las olfateó y luego le lamió una yema. Fátima sonrió, enternecida, y a punto de romper a llorar de nuevo. Luego se quitó el abrigo y con mucho cuidado envolvió al animal para poder cogerlo en brazos.

Antes de levantarse y encararse a sus compañeros ya sabía que se lo iba a quedar. Que no era capaz de dejarlo solo.

Creo… Creo que voy a quedármelo—anunció. Sólo la cabecita del dragón emergía de entre el montón de ropa, y miraba nervioso a su alrededor—. Sé que no es una mascota pero… Pero si se queda aquí se morirá, ¿vedad? Y… Y le hemos prometido que…—Su voz se fue apagando. Bajó la vista hacia la criaturita, que miraba en su dirección y resoplaba. Le acarició tras la orejas y, para su sorpresa, cerró los ojitos y ronroneó. Se estremeció. Definitivamente, no iba a dejarlo solo—. ¿Qué… qué os parece?
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor EspeYuna » Mié Feb 04, 2015 11:24 pm

Por favor, Gran Dragón—intervino entonces Malik, aferrando a Fátima—, como dice, no queremos hacer más daño, queremos ayudar. Si hay… algo que podamos hacer por ti, o por tus hijos…

Hay algo, humano. —sorprendida, escuché con atención las palabras de la dragona, inclinándome hacia ella y a una distancia prudente, respetando su lecho de muerte—. En la cumbre de la montaña… está mi cueva, allí es donde incubaba mis huevos, los que me quedaban… Sin mí morirán de frío. No quisiera que… cayeran en malas manos.

Otra puñalada atravesó mi pecho, presa de la frustración de aquella historia. No podía evitar sentirme culpable por lo sucedido, pues los portadores éramos responsables de que aquellas cosas no pasaran. Bueno, en realidad… nos encargábamos de los sincorazón. Pero, ¿no éramos capaces de evitar que la oscuridad corrompiera criaturas tan nobles?

Te prometo… Te prometemos, que los encontraremos.

Estaba claro que íbamos a hacer algo. La dragona nos había salvado la vida, y no sólo eso, sino que había luchado sola contra aquel infierno. Asentí, intentando contener las lágrimas.

Gracias...

Pero no pude evitar soltar una bocanada, aspirar por la nariz y llorar al escuchar a Fátima a mi espalda y a la dragona dar su último aliento al mundo que la había visto nacer.

****


Tras enterrar todo lo posible el cuerpo de la criatura que nos había salvado la vida, decidimos ir en busca del nido y salvar los huevos. Sin embargo, cuando llegamos nos encontramos una escena deplorable, y por un momento llegué a pensar que habíamos llegado demasiado tarde.

Uno estaba enterrado bajo las rocas… y sentí la necesidad de mirar hacia otro lado, pues ya estábamos descontando uno. Y luego había otro… quebrado. Contuve el aliento, sin saber qué hacer.

¿Qué hacemos?—susurró Fátima, señalando un tercero que parecía intacto.

Dejé que Fátima hiciera lo que le pareciera correcto. Observé cómo se acercaba al tercer huevo mientras intercambiaba una mirada con Malik.

Con este frío… —supuse, cabizbaja.

Chicos, creo que…¡Ah!—exclamó de pronto, asustándome—. ¡Q-qué hago, está naciendo!

¿En serio? —me acerqué, expectante y con esperanzas puestas en que uno de los pequeños estuviera vivo.

Y sí, el pequeño salió del cascarón. Una pequeña cabecita asomaba entre los restos de cáscara, recubierta de un líquido pegajoso y rojizo. Era… diminuto, comparado con su madre. Parecía increíble que algún día llegara a alcanzar ese tamaño tan monumental, con lo minúsculo e inofensivo que era en aquel momento… como una pequeña lagartija.

Fue enternecedor ver cómo Fátima extendió los brazos hacia la criatura, y ésta olfateó y lamió la yema de sus dedos. Pero sonreí con amargura, contemplando el panorama de nuestro alrededor: un nido de una familia, completamente destruido. Y el pequeño había llegado solo.

Cuando vi que Fátima lo abrigaba con su ropa y lo cogía en brazos, estuve muy segura de lo que pensaba hacer. Intercambié otra mirada con Malik, cómplice y alegre. Ambos la escuchamos atentamente:

¿Qué… qué os parece?

Yo tampoco considero a Tandy como una mascota. Es más un niño del que quise hacerme cargo —y aunque nunca le había contado a Fátima lo que “literalmente” aquello significaba, lo cierto es que la personalidad de mi compañero era sinceramente la de un niño pequeño, tal y como era en realidad—. No creo que te digan que no en Tierra de Partida, y seguro que Ronin lo entenderá.

Me acerqué con un dedo a acariciar la cabecita del pequeño. Éste, asustado, se acurrucó en la ropa de Fátima y ronroneó.

Parece que ya ha puesto ojitos sólo para ti, Fátima —bromeé.

Sin embargo, al cabo de unos segundos observé el panorama de los hermanos del pequeño, y sentí que debíamos hacer algo.

Malik, ¿me ayudas? —dije, acercándome a las rocas que aplastaban el huevo más masacrado— Vamos a reunirlos con su madre.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Tanis » Mié Feb 04, 2015 11:29 pm

Malik no lo sabía, pero al igual que Fátima también le daba vueltas a las palabras de la dragona muerta. Quedaban algunos huevos, que no debían caer en manos de los hunos, si es que volvían a subir y los encontraban a tiempo. Por tanto sólo quedaba una única solución posible.

Ellos debían quedarse a las crías.

La idea no le gustaba. Un dragón sonaba difícil de criar y cuando crecieran, si vivían lo suficiente como para verlos crecidos… No creía que los maestros les dejaran llevar dragones al castillo. No todos. Por suerte o desgracia, la preocupación de Malik fue vana porque cuando entraron a la cueva, sólo uno de los huevos parecía intacto. De los tres que quedaban, sólo uno...

¿Qué hacemos?—susurró.

Con este frío…

Intercambió asimismo una mirada con Nadhia, sintiendo esa pena, esa tristeza, por una criatura nonata que ni siquiera parecía tener oportunidad para vivir. Igual de cabizbajo que la muchacha, dejó que Fátima se acercara al huevo que quedaba entero y miró en derredor. La cueva era fría, oscura y solitaria, le costaba creer que hubiese sido un nido de dragones...

Chicos, creo que…

Malik se volvió hacia ella.

¿Qué pasa?

¡Ah! ¡Q-qué hago, está naciendo!

¿En serio?

¿Qué?

Está saliendo y…

Él se acercó justo cuando el cascarón quebraba y la cabeza de la cría asomaba entre las grietas con un gemido. Malik contuvo el aliento, sobrecogido. Nunca había visto el nacimiento de un animal, siquiera un gato, y de nuevo sintió… lástima por aquella criatura que nacía en un Mundo hostil, frío y cruel. Se quedó ligeramente atrás cuando Fátima lo recogió con su ropa y lo mantuvo en el regazo. Esbozó una sonrisa ante la mirada cómplice de Nadhia, porque sabía lo que iba a pasar.

Creo… Creo que voy a quedármelo. Sé que no es una mascota pero… Pero si se queda aquí se morirá, ¿verdad? Y… Y le hemos prometido que… ¿Qué… qué os parece?

Yo tampoco considero a Tandy como una mascota. Es más un niño del que quise hacerme cargo. No creo que te digan que no en Tierra de Partida, y seguro que Ronin lo entenderá.

Estoy de acuerdo, no creo que estando ya allí te nieguen que se quede… Al menos sólo es uno.

Podrían a ver tenido un dragón cada uno, pero consideraba que era mejor así. Como decía Fátima, no eran mascotas corrientes...


Malik, ¿me ayudas? Vamos a reunirlos con su madre.

¿Eh? Sí…

Junto con Nadhia, se acercó al otro huevo del que no nacería ya nada y lo sostuvo en brazos. No quiso examinarlo demasiado, podía notar perfectamente que la cría nonata estaba dentro, aplastada por las grietas de uno de los laterales. Despacio se encaminó hacia la tumba de la dragona. El viento amainaba y se levantaba de cuando en cuando y el frío continuaba siendo horrible, pero… de algún modo no sentía tanto el frío como antes. Levantó la vista hacia el cielo plomizo y blanquecino, hacia las nubes que sonreían con nieve y soltó un suspiro helado. Enterró el huevo machacado junto a su madre y lo cubrió de nieve, en silencio.

Malik no tenía mascota, ni había tenido alguna en su vida civil, así que no podía comprender realmente lo que era cuidar de un animal. Pero quería confiar en que Fátima sí podría hacerlo, y que además lograría educar como se debía a ese dragón. Antes de regresar a la cueva, donde la muchacha les esperaba, colocó la mano en el gran montículo de nieve bajo el cual yacía la dragona y formuló una parca oración en su nombre. Sabía que no serviría de mucho, pero así su alma se quedaría más tranquila.

Deberíamos irnos, los hunos se han ido y hemos cumplido con la misión —dijo sacudiéndose un poco la nieve del pelo, que ya comenzaba a caer.

El viento ululaba entre los recovecos de la gruta. Malik miró a Fátima y al pequeño cachorro de dragón chino, preocupado.

¿Cómo vas a… llevarlo por el Intersticio? En cuanto salgamos del Mundo se ahogará...

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¡Y hasta aquí el encuentro! Ha sido largo, largo, largo y hemos pasado por muchos problemas para terminarlo. Por una parte decir que me lo he pasado muy bien escribiendo y que espero poder repetir otra vez con Suzume y Espe <3

Por otra que espero los errores de coordinación no sean muchos y disculparlos porque este encuentro estaba pensando con cuatro personas, en el último momento falló una y debimos adaptarlos.

Lo sentimos =(
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor Suzume Mizuno » Mié Feb 04, 2015 11:34 pm

Lo siento, no tengo nada para darte de comer—dijo Fátima, mientras la cría le mordisqueaba y lamía el dedo con ansiedad. Se quejó cuando le rasgó la piel, pero dejó que le lamiera, desesperado, la sangre. Si al menos servía para aplacar un poco su hambre…—. En cuanto lleguemos a Tierra de Partida te daré leche. Y… ¿Carne, supongo?—Estaba convencida de que los dragones eran carnívoros, pero no sabía si ya podría masticar. ¿Y si se atragantaba?

Se obligó a dejar esas preocupaciones para luego. De momento, lo importante era regresar cuanto antes. No dejaba de mirar con nerviosismo por el hueco de la cueva, en la que se había quedado mientras Malik y Nadhia enterraban los huevos. Notaba al dragón retorciéndose debajo de su hato de ropa y lanzaba gañidos de sufrimiento. Quería moverse. Pero hacía demasiado frío y no estaba dispuesta a permitir que se le muriera cuando no llevaba ni una hora fuera del huevito.

Debería haberle preguntado a tu madre si había pensado algún nombre para vosotros. O, al menos, para ti. Si hubiera sabido el de ella, podría habértelo puesto. Aunque… ¿Eres macho o hembra?

El animalito volvió a morderle el dedo y le pareció que sonreía. Fátima le devolvió la sonrisa. Iban a tener que averiguar muchas cosas juntos a partir de ahora.

Cuando escuchó que sus compañeros regresaban, se puso la armadura y salió apretando al recién nacido contra su pecho, esperando que no pasara mucho frío. Porque ella, al menos, se estaba congelando.

Deberíamos irnos, los hunos se han ido y hemos cumplido con la misión .

S-sí. Cuanto a-antes mejor.—Le castañeaban los dientes.

¿Cómo vas a… llevarlo por el Intersticio? En cuanto salgamos del Mundo se ahogará...

Fátima abrió mucho la boca. No lo había pensado. El corazón se le encogió y se preguntó si no tendría que quedarse allí esperando hasta que pudieran traerle una cápsula. Hasta que cayó en la cuenta y se volvió hacia Nadhia.

¿Llevas contigo la cápsula de Tandy?—Aguantó la respiración hasta escuchar su respuesta afirmativa. Entonces soltó una carcajada de alivio—. Gracias a dios. Bueno, peque, vamos a meterte ahí dentro. Pero no te preocupes. Cuando salgas te esperará un buen plato de leche.

El dragoncito movió la cabeza, con los párpados entrecerrados por el viento. Experimentó un golpe de angustia cuando desapareció dentro de la cápsula, pero se dijo que no fuera idiota, que estaba a salvo. Se levantó el casco y sonrió a sus compañeros.

¿Nos vamos? Me muero por darme un baño caliente.

Y dormir dos días seguidos.

Invocó la Llave Espada y la lanzó al aire, convirtiéndola en glider. Cuando despegó, la ventisca la desvió unos metros de su camino y el miedo la atenazó. Pero al sentir el peso de la cápsula se obligó a tranquilizarse. Ya no dependía sólo de ella. Tenía una vida de la que responsabilizarse. De modo que se tragó el miedo y pegó un acelerón para salir de aquel mundo de una vez. Desde lo alto vio el cuerpo cubierto de la dragona y musitó.

Cuidaré de tu cría.

Después, atravesaron el cielo.
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Re: [Tierra de Dragones] A la caza del dragón rojo

Notapor EspeYuna » Mié Feb 04, 2015 11:43 pm

Aunque había sido yo la que tuvo la idea de enterrar a los pequeños junto a su madre, la verdad es que me quedé unos segundos frente al huevo hecho trizas entre las rocas, sin saber cómo sacarlo. Con ayuda de Malik pudimos por fin rescatar el segundo cuerpo, pero no me atreví a mirar lo que tenía entre los brazos hasta que lo enterré en la nieve. Me impuso el hecho de que tuviera el cadáver de una cría de dragón en mis manos, que no hubiera podido salvarla de su fatal destino. Logré enterrarlo en la nieve y disculparme por no tener el valor suficiente para mirarlo. Malik se quedó unos minutos frente a la nieve, y esperé, deseando marchar cuanto antes.

Cuando regresamos, Fátima se encontraba con la armadura puesta y con el pequeño dragón claramente desesperado por comer. Y quizás tenía frío. Cuando Malik cayó en la cuenta del medio de transporte, incluso ella se asustó. Pero Fátima se acercó a mí, y tras la sorpresa acabé riéndome yo también, acordándome de que podía prestarle la cápsula de Tandy. Fátima rió conmigo, más que nada por sentirse aliviada tras el susto.

La ayudé a colocar al pequeñajo en la cápsula, algo desesperado al separarse de ella.

Tranquilo pequeñín, llegaremos enseguida. Sólo espero que este olor a conejo no te resulte apetecible —murmuré, riendo para mí misma.

Tras aquello, lancé mi Llave-Espada al cielo y despegué con mi Glider, activando mi armadura durante el proceso. Decidí ir detrás de Fátima para vigilar la cápsula. Cuando la vi balancearse por culpa del viento, estuve a punto de ponerme a su lado. Pero me fijé en el esfuerzo de mi amiga, y decidí estar en la distancia.

Eché un último vistazo al paisaje de China, y ahogué un gemido de dolor al comprobar que, en efecto, el rojo escarlata seguía pintando la nieve.

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¡Último post por mi parte también! Como ha dicho Tanis, el encuentro se ha alargado muchísimo y estamos contentas de por fin poderlo subir al foro. Sentimos si hay fallos de coordinación de post, hemos corregido lo mejor que hemos podido.

Espero poder repetir pronto con Suzu y Tanis, me divierto muchísimo xDD
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