[Tierra de Partida] El Caso de las Bragas Robadas

[James Bond]

Cronología:
-Keiko: La Máscara de la Desesperación (aún no publicado y título provisional, próximamente en sus mejores cines)>Este encuentro< Un mundo de papel
-Light: Sueño con oir tu voz> Este encuentro< Evento Global: El Esclavo del Olvido

¿Dinero o fama? ¿Cuál de estas dos cosas impulsa a la gente a robar? El caso de hoy trata sobre un robo en una habitación cerrada. Tiene el cuerpo de un adolescente pero la inteligencia de un adulto. ¡Cuando el Detective Light entra en escena no deja ningún caso sin resolver!





Habían pasado unos días desde que Keiko había ido y vuelto a Ciudad de Paso, mundo que tenía vetado el acceso a los Caballeros de la Llave-Espada pero aún así logró colarse junto a Neru, que iba en busca de pistas sobre su familia. Los eventos finales que sucedieron en su incursión, mostraron a Keiko que no era tan fuerte como pensaba, y tenía que mejorar mucho si quería tener alguna posibilidad de encontrar a su hermano perdido.

Así pues la aprendiza se dirigió al gimnasio y allí se encontró con un compañero: Light. Parecía que también estaba entrenando así que la muchacha se le quiso unir.

—¿Te importa que me una Light?

[Light]

«Una, dos, tres…», murmuraba mientras realizaba sentadillas.

Light había madrugado aquel día para realizar sus entrenamientos como cada mañana. Buscaba fortalecer aún más su cuerpo y volverse más fuerte en combate, no tenía otra cosa en mente en esos momentos. Se encontraba muy a gusto en el gimnasio: podría tirarse todo el día realizando ejercicios físicos.

Cuando se disponía a practicar con la espada apareció una aprendiza conocida: Keiko. La saludó nada más verla.

—¿Te importa que me una Light?

—Claro que no, aunque ahora iba a practicar con la Llave Espada. ¿Te apetece intercambiar unas estocadas? El moguri nos curará si salimos heridos —señaló, orientando la mirada hacia la adorable criatura del pompón.

Sin más dilación, se puso de pie y materializó su gran Llave Espada conocida como Alma Inquebrantable. Después se encaró a Keiko.

—Cuando quieras, empieza —expresó, invitándola a realizar el primer movimiento. Agarró con las dos manos su arma.

Con su nivel de armas blancas no tendría ningún problema en bloquearla y desarmarla. Seguro que a Keiko le venía bien medirse con alguien más fuerte que ella.

[James Bond]

—Claro que no, aunque ahora iba a practicar con la Llave Espada. ¿Te apetece intercambiar unas estocadas? El moguri nos curará si salimos heridos — puntualizó el aprendiz.
—No te excedas demasiado, ¿vale?
—Cuando quieras, empieza— declaró Light.

Keiko materializó su Llave-Espada también y se dirigió lo más rápido que pudo contra Light, una vez estuviese a su altura, la chica trató de darle un golpe con su arma, pero seguramente su oponente podría bloquearlo fácilmente, pues tenía mucha más experiencia que la muchacha.

En el caso de bloqueo, Keiko retrocedería de un salto hacia atrás y se preparó para lanzar un hechizo Perla, directo al cuerpo de su oponente. Mientras el hechizo se dirigía a Light, la muchacha comenzó a correr, y desenvainando su espada, atacó con ambas armas a la vez, pero Light la detuvo sin muchos problemas.

—Eres bueno, Light— alabó la muchacha, quien clavó su espada en el suelo, y envolvió su mano con electricidad.— ¡Puño Eléctrico!— la muchacha trató de golpear a Light cuerpo a cuerpo con su puño izquierdo imbuido con el poder del rayo.

[Light]

La chica salió corriendo hacia él, con arma en mano. Light, sonriente, la vio venir y esperó al último momento para interponer su Llave Espada. Consiguió parar en seco su ataque y la obligó a retroceder con su gran fuerza.

Keiko no se lo pensó dos veces y preparó un contraataque. Light lo esperó con ganas, mostrando una sonrisa desafiante. Éste volvió a utilizar hábilmente su Llave Espada a fin de desviar el proyectil luminoso de la aprendiza. Su maniobra resultó un éxito.

Entonces vino el siguiente intento de la hermana de Hikaru. Aprovechó el proyectil luminoso —quizás buscaba ocultarse tras su luz para sorprenderle—, y salió corriendo tras éste. De nuevo, no le costó bloquear sus ataques físicos con su arma: ni siquiera retrocedió del sitio.

Pero Keiko no se rendiría tan fácilmente.

—Eres bueno, Light. —La muchacha clavó su arma en el suelo. Light enarcó una ceja, ligeramente extrañado, e hizo igual (quizás se estaba rindiendo). Entonces, una extremidad de Keiko comenzó a cargarse de electricidad—. ¡Puño Eléctrico!

Aquel ataque le pilló desprevenido, pues había soltado su arma y no tendría tiempo suficiente para hacerla aparecer. Pero todavía le quedaba una manera de defenderse de las habilidades físicas. No dudó en usarla.

«¡Fortaleza!», todos sus músculos se endurecieron en gran medida. Keiko no apreciaría ningún cambio en su cuerpo a simple vista y no se daría cuenta de su jugada hasta que hiciera llegar su puño a su destino. Sin duda le dolería: como si le asestara un puñetazo a un muro de roca.

[James Bond]

El puño de Keiko alcanzó el cuerpo de Light, sí. Pero el joven aprendiz no sufrió daño alguno, mientras que Keiko notó como su puño comenzaba a dolerle.

—Aayayayayay...— se quejó la muchacha, dolorida, mientras un poco de sangre empezó a brotar de su mano.— Te vas a enterar.

La aprendiza comenzó a cargar su cuerpo con luz, como había aprendido a hacer hace poco. Era un ataque ella había llamado Destello Cegador ya que prácticamente expulsaba una gran cantidad de luz en apenas segundos.

Kei siguió acumulando energía hasta que finalmente su cuerpo fue rodeado de un aura dorada y acabó expulsando todo lo acumulado de un único golpe.

—¡Destello Cegador!— anunció la joven, quien nada más soltar toda la descarga de energía se dirigiría a asestarle un golpe a Light. Aunque no pudiera ganarle, al menos iba a tratar de romper su defensa.

Entonces, Keiko notó algo extraño. Sentía que se movía más rápido de lo normal... ¿y Light se movía tan lento? Algo no andaba bien, pero estaba decidida a aprovechar esa ventaja. Hizo envolver la hoja de su Llave-Espada en rayos.

—¡Hoja Destellante!— dijo Keiko, golpeando con todas sus fuerzas al duro cuerpo de Light, aquella era su última oportunidad, pues estaba notando mucha fatiga mental.

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El hecho de que Keiko se mueva más rápido y Light más lento se debe a una habilidad que todavía no ha aprendido pero aprenderá dentro unos niveles, digamos que es la típica situación en la que al protagonista le sale una habilidad sin querer.

[Light]

El Puño Eléctrico no le causó demasiados daños gracias a su Fortaleza y su entrenada resistencia. Por suerte, tampoco le paralizó: la sensación desagradable y dolorosa de la descarga no tardó en desaparecer y podía seguir moviendo su cuerpo con normalidad.

—Te vas a enterar.

—¡Aquí te espero!

El cuerpo de Keiko comenzó a resplandecer peligrosamente, parecía que cargaba una especie de conjuro. Su compañero Light no retrocedió ni un solo paso, decidido a afrontar aquella magia. Esperó a que lo lanzara.

La onda expansiva le dio de lleno y le hizo trastabillar (su Fortaleza no servía para reducir el daño de la magia). Esto no fue lo peor ni mucho menos: estaba completamente ciego, la luz había inutilizado temporalmente su vista. Sin embargo, todavía le quedaba su valioso Sentido sísmico para localizar la posición y los movimientos de Keiko (muy veloces, demasiado para tratarse de ella).

—¡Hoja Destellante!

«¡Círculo de minas!».

Naturalmente, colocó disimuladamente el círculo de minas ocultas de tal forma que los explosivos le rodearan y Keiko terminara pisando sobre estos. La aprendiza recibiría bastantes daños en sus piernas y posiblemente trastabillara. El moguri encargado de vigilar los entrenamientos no lo pensaría dos veces y se aproximaría a la chica para aplicarle un Cura en las heridas. También sanó a Light.

—No está mal, tienes habilidades interesantes —afirmó Light. Ya no estaba ciego y podía ver perfectamente—. Quizá te vendría bien aprender alguna habilidad defensiva como mi Círculo de minas o mi Fortaleza.

»Luchemos en otra ocasión, ¿vale? —Extendería su brazo y la ayudaría a levantarse en el caso de que estuviera en el suelo.

En cuanto se despidieran, marcharía a su habitación para tomar una rápida ducha. El estómago le rugía y le apetecía llenarlo con algo de comida: después iría a tomar algún aperitivo.

[James Bond]

Finalmente, el último ataque de Keiko no llegó a materializarse. Antes de poder alcanzarle siquiera, la joven pisó algo que explotó nada más entrar en contacto con sus pies y le hizo perder el equilibrio.

—Mierda.

La aprendiza pegó un puñetazo en el suelo, llena de rabia, no había estado a la altura. Pero al menos ya sabía que su Destello Cegador podía fastidiar bastante a Light.

—No está mal, tienes habilidades interesantes. Quizá te vendría bien alguna habilidad defensiva como mi Círculo de Minas o mi Fortaleza.
>>Luchemos en otra ocasión, ¿vale?— Light extendió y ofreció su brazo a la aprendiza, aún en el suelo, la cual aceptó la deportividad de su adversario.

—Estaré encantada, y la próxima vez te ganaré— aseguró la joven.

Así que Keiko se dirigió a su habitación en busca de una refrescante y agradable ducha.

[Light]

Tras secarse el cuerpo y el cabello, el joven se puso sus prendas y salió en busca de alimento, hacia el comedor del castillo. Con suerte, sobraría comida del desayuno y podría llevarse algo más a la boca. Aquel entrenamiento de flexiones y sentadillas le había provocado hambre sin duda.

Por el camino, se encontró a un personaje peculiar y absurdo: Derhe Yeno, el aprendiz de relleno que nadie quería. Carcajeaba ruidosamente mientras corría por los pasillos, parecía que algo muy bueno le había pasado. La mayoría de personas que pasaban por allí, Light incluido, pusieron una mueca de asco en cuanto se cruzaron con él: olía bastante mal. ¿Se marcharía algún día de Tierra de Partida? Ojalá…

Finalmente llegó a su destino: el comedor. Light se tomó su tiempo para almorzar. Eligió tostadas con mantequilla y las devoró rápidamente para poder volver a los entrenamientos cuanto antes. Ahora dedicaría algunas horas a practicar con la magia, su punto débil por excelencia. Después correría sin parar por los jardines y así quemaría las calorías del desayuno.

Salió del comedor a paso rápido y marchó hacia el gimnasio. Tras subir algunas escaleras y recorrer varios pasillos, se reencontró con Keiko. La chica parecía bastante alterada; por esta razón no pudo evitar preguntarla.

—Eh, Keiko. ¿Ha pasado algo?

[James Bond]

Cuando Keiko llegó a la puerta de su habitación, notó que el pomo cedió con demasiada facilidad. Estaba segura de haber cerrado la puerta con llave. ¿Quizás se le olvidó hacerlo? Podría ser.

Así que no le dió más importancia y se metió en la ducha. Tatareó el opening de una serie animada de un gato azul que viajó del futuro al pasado, serie que veía de niña y se divertía con las desgracias que le pasaban al protagonista por el mal uso que le daba a los inventos del gato azul.

Finalmente, cuando se secó y fue a cambiarse la ropa interior, vio que alguien había removido toda su ropa y se había llevado...

—¡M-M-M-M-Mis BRAGAAAAAAS!— gritó Keiko, muy alterada y poniéndose nerviosa. Rápidamente, salió de su habitación, poniéndose una camiseta que cogió al azar junto a unos pantalones, en busca del ladrón pero acabó encontrándose con Light.
—Eh, Keiko. ¿Ha pasado algo?— preguntó el joven.
—¿Que si ha pasado algo? ¿¡Que sí ha pasado algo!? ¡Por supuesto que ha pasado algo! ¡¡Algún cabrón me ha robado las bragas!!— gritó, muy alterada.

[Light]

—¿Que si ha pasado algo? ¿¡Que sí ha pasado algo!? ¡Por supuesto que ha pasado algo! ¡¡Algún cabrón me ha robado las bragas!!

Light abrió lentamente los ojos, sin habla. Pensó que había escuchado mal. (¿Robo de ropa interior? ¿Realmente había alguien tan enfermo?).

—Espera, relájate. ¿Has dicho que un cabrón te ha robado las bragas? ¿Pero… cómo? ¿Dejaste abierta tu habitación? —Esperó su respuesta y comenzó a escucharla con atención. Después, empezó a plantear posibilidades—. Si estaba cerrada ha debido ser un Portador. O puede que algún moguri tenga una copia de las llaves, no lo sé.

No era el primer caso de hurto que se había dado en el castillo. Mogufat, un moguri obeso y molesto, ya había robado en una ocasión comida de la cocina. En aquella ocasión lograron defender la inocencia de Guilmon, la mascota de Saxor, y descubrir al verdadero culpable.

En definitiva, tenía que resolver otro caso: esta vez uno de bragas robadas. ¿Serían él y Keiko capaces de desentrañar el misterio? ¿Descubrirían al enfermo que disfrutaba con las bragas ajenas? Quién sabe...

—En estos casos lo mejor es investigar la escena del crimen —indicó. Si Keiko aceptaba, marcharían hacia su habitación.

[James Bond]

Crime Scene Investigation Theme

Light pareció no creerse lo que escuchaba, pues parpadeó lentamente.

—Espera, relájate. ¿Has dicho que un cabrón te ha robado las bragas?
—¡Lo que oyes, me han robado las bragas!
—¿Pero... cómo? ¿Dejaste abierta tu habitación?
—Estoy segura de haberla cerrado con llave, pero cuando volví, abrí el pomo con muchísima facilidad.
—Si estaba cerrada ha debido ser un Portador. O puede que algún moguri tenga una copia de las llaves, no lo sé.
—Me da igual quien haya sido, como lo coja le mato. ¡LE MATO!

Keiko estaba muy alterada, que alguien le robase sus bragas... Podía pasar una camiseta, o las medias... ¿pero bragas? ¿Qué clase de enfermo haría algo así?

—En estos casos lo mejor es investigar la escena del crimen— argumentó Light.

La muchacha se quedó paralizada durante unos segundos. Sí, era cierto, había que investigar la escena donde se había producido el hurto. Pero... ¡es que era llevar a un chico a la habitación de una chica! Y eso se podía interpretar muy mal.

—E-Está bien... Pero por favor, con discrección— pidió Keiko, y guió al joven hacia su habitación.

[Light]

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—E-Está bien... Pero por favor, con discreción.

—Que discreción ni qué mierdas. ¡Venga!

Juntos caminaron hasta alcanzar el cuarto de la hermana de Hikaru, el lugar del crimen. Light no se cortó un pelo y entró rápidamente en la habitación para apreciar su estado.

En resumen, estaba bastante descolocada. Había sujetadores y calcetines esparcidos por el lugar y habían dejado la mayoría de los cajones abiertos. El aprendiz, sin reparo alguno, le preguntó a la chica dónde guardaba las bragas y se dispuso a echar un vistazo en ese lugar para comprobar si quedaba alguna.

Ni una. El ladrón se las había llevado todas por alguna perversa razón.

—Todos los armarios y cajones abiertos… está claro que el ladrón sabía a lo que iba. Y no ha dejado ni una braga, dios mío.

A continuación, se acercó a la puerta de su cuarto y examinó el pomo.

—Empiezo a dudar de que haya sido un Portador —expresó, pensativo—. Muchos de los que vivimos aquí tenemos una llave, no tiene sentido poner una cerradura en cada habitación sin más. Es posible que estén a prueba de Llaves Espada, ¿no crees? —Nunca había probado a utilizar su Llave Espada para abrir la puerta de su cuarto, la verdad.

Dubitativo, siguió meditando e investigando la escena del crimen. Puede que encontrara algún rastro o huella, cualquier pista.

[James Bond]

—¿Qué discreción ni qué mierdas. ¡Venga!
—¡O-Oye...— Keiko trató de detener a Light, pero el aprendiz entró en su habitación sin cortarse un pelo y comenzó a investigar.

Al momento, Light le preguntó a la aprendiza donde guardaba las bragas y ella le indicó el lugar, para que el muchacho siguiera investigando, pero...

—Todos los armarios y cajones abiertos... está claro que el ladrón sabía a lo que iba, y no ha dejado ni una braga, dios mío.
—¡Eso es lo peor de todo!— argumentó la nerviosa Keiko.
—Empiezo a dudar de que haya sido un Portador. Muchos de los que vivimos aquí tenemos una llave, no tiene sentido poner una cerradura en cada habitación sin más. Es posible que estén a prueba de Llaves Espada, ¿no crees?— dedució.

A pesar de todo, Light continuó investigando la habitación pero... no había ninguna pista.

—No creo que encontremos nada, Light—dijo Keiko un poco más calmada.— ¿Por qué... no vamos a interrogar a la gente? Lo mismo han visto algo sospechoso.

[Light]

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No encontraron pista alguna, seguramente ninguno de los dos aprendices valía para ser detective. Ni una marca en el pomo, ninguna huella, nada de nada. Y si se limitaban a hacer suposiciones no llegarían a ninguna conclusión jamás.

—No creo que encontremos nada, Light —concluyó Keiko, más serena—. ¿Por qué... no vamos a interrogar a la gente? Lo mismo han visto algo sospechoso.

—Difícilmente habrá testigos. Sinceramente, no creo que nadie haya visto al ladrón enseñando las bragas por ahí. Si eran muchas, posiblemente las haya metidos todas en una bolsa, por ejemplo.

»Probemos a preguntar de todas maneras —añadió—. No perdemos nada.

Salieron de la habitación sin más preámbulo y no tardaron en dar con una bifurcación de pasillos. Light decidió tomar el de la derecha que conducía directamente al vestíbulo y a las cocinas del castillo, un útil atajo.

—Nos reuniremos aquí en una hora, ¿de acuerdo?

Empezó a recorrer el camino escogido, con rapidez. Detuvo a los aprendices y otras personas del castillo para interrogarles. Les dijo a estos que un ladrón había robado la ropa interior de un aprendiz (no dio el nombre de Keiko) y les preguntó si habían visto a alguien cargando con una bolsa. Nadie sabía nada…

«Parece que esto va a costar».

[James Bond]

—Difícilmente habrá testigos. Sinceramente, no creo que nadie haya visto al ladrón enseñando las bragas por ahí. Si eran muchas, posiblemente las haya metido todas en una bolsa, por ejemplo.
—Lo sé, pero mejor esto que no hacer nada.
—Probemos a preguntar de todas maneras. No perdemos nada.
—Eso es lo que yo quería oir.

Salieron de la habitación y no estuvieron mucho tiempo juntos pues pronto el pasillo se dividió en dos. Light, rápidamente tomó el camino de la derecha.

—Nos reuniremos aquí en una hora, ¿de acuerdo?
—De acuerdo— aceptó la aprendiza tomando el camino de la izquierda. Tenía una hora justa, encendió su móvil y puso la alarma para que la avisase cuando su tiempo se cumpliese.

Keiko no tardó mucho en dar con un grupo de aprendices, a los que rápidamente les preguntó si habían visto a alguien sospechoso pero dieron una respuesta negativa.

—Vale, gracias por vuestra ayuda.

Keiko tenía que planear su siguiente movimiento, ¿a dónde iría ahora...?