[Bastión Hueco] Borrasha perdía

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:22 am

—¡Viva la serveeesa, Bastión Hueco!

Di una patada a la entrada del castillo, abriéndola de un portazo. Me tambaleaba de un lado a otro, ligeramente borracha, tras una entretenida noche con mi bro en Port Royal. Habíamos salido a celebrar el éxito de una misión reciente y las horas se nos habían echado encima, aunque ¿qué más daba cuando una estaba de fiesta?

Yo desde luego que me lo había pasado muy bien. No era de salir a beber mucho, pero si había que hacerlo pues se hacía, demonios.

Si Nanashi me veía se iba a enfadar. Pero ¡qué demonios! ¡Tenía que darle las gracias por todo! ¡Me tomó de Necrópolis de las Llaves Espada, me aceptó bajo su manto y protección sin esperar nada a cambio de mí y soportaba mis entrenamientos mientras demostraba ser una inepta de la magia!

Así que me lancé con paso rápido, casi cayéndome de cabeza a la fuente, para gritar con las dos manos a modo de altavoces:

—¡Eeeh! ¡Bastión Hueco! ¡Gracias por aseptarme a mí y a mi hermano! ¡Es...! —un hipo me interrumpió, dejándome cara de tonta por un segundo. Agité la cabeza para despejarme—. ¡Es el mejor bro del mundo! ¡Vamos a selebrarlo!

Saqué mi teléfono móvil y desconecté los cascos. Puse el volumen de los altavoces a tope y lo coloqué junto a la fuente, dejando que sonara la canción que había puesto: una mierda de canción de una mierda de película, pero que por algún absurdo motivo lograba siempre que me pusiera a bailar como... Como una gilipollas. Las cosas como son.

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—Party time! Rapty time!

Bueno, puede que fuese algo más que ligeramente borracha.

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:24 am

—No griiiiites.

Menuda nochecita. Había sido idea de Victoria, lo de ir a Port Royal a celebrar el éxito de una misión. En general todo fue bien, aunque aquel mundo era extremadamente sucio y húmedo, pero me las ingenié para encontrar a un tío que me habló de cómo navegar barcos y predecir el clima, temas que me resultaron bastante interesantes y que tal vez me sirvieran para pilotar mejor la nave gumi.

Pero claro, aquello supuso que no estuve tan atento de mi hermana como debería... Y ahora estaba borracha como una cuba. Pero borracha, boorracha. ¿Acababa de abrir la puerta de una patada? Como los maestros nos pillasen, nos mataban. Se suponía que ni siquiera teníamos permiso para irnos del castillo.

—¡Eeeh! ¡Bastión Hueco! ¡Gracias por aseptarme a mí y a mi hermano! ¡Es...! —Le entró el hipo por un momento—. ¡Es el mejor bro del mundo! ¡Vamos a selebrarlo!

—Yo también te quiero, hermanita —le dije, mientras intentaba contener la risa. Ponía una cara muy graciosa cuando estaba pedo, y había estado apunto de caerse de cabeza a la fuente—. Pero no grites tanto, vas a despertar a todo el mun...

Nada, ni caso. Sacó el móvil, sin cascos, y puso una de las estúpidas canciones que tanto le gustaban mientras bailaba como un pato.

—Party time! Rapty time!

—No tendrías que haberte tomado esa copa. Ni la siguiente. Ni la siguiente de la siguiente.

Suspiré, sentándome en la fuente mientras ella daba brincos, rezando para que no nos pillasen. Tampoco le estaba haciendo daño a nadie, y las habitaciones estaban lejos como para oírnos. Una canción, y a la cama.

—Party time ♪

Mierda, aquella musiquita era pegadiza.

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:25 am

—¡Claro que debía tomármelas! ¡Ese pirata borracho me habría cortado el cuello con una cuchara si pensaba que era una servesa mala!

Oh, sí, malísima estaba. Tanto que casi me terminaba el barril por sí misma. Estaba tan fresquita, amarga y con un toque dulce que no podía dejar de pensar en ella todavía. En todo el tiempo que había estado cuidando de Kit no había tomado ni una sola gotita de aquella bebida de dioses, y me merecía aquello más que un estudiante una taza de café la noche antes de un examen.

—¡Y tú eres un soso! —acusé al bueno de mi hermano, que pobrecito, ya hacía mucho por soportarme—. ¡Ya no eres el mejor bro del universo! No has querido beber, y ensima me dises que no debería condusir el Flipper. ¡Sólo me he choca'o contra unos pocos meteoritos, nada importante!

Hice un gesto a Nathan con el dedo para que esperara mientras me tambaleaba hacia adelante, pensando un momento. ¿Qué me había dicho de guardar silencio? Ah, sí, que nos podían escuchar en todo el castillo... Sí, si venía Nanashi nos comería vivos. Quería darle las gracias. Y quería que no nos pillara. Bueno, ¿qué sabré yo sobre qué quería? ¡Estaba borracha!

—Sssh, hermanito. Hases mucho ruido —susurré poniéndole el dedo en los labios. Sonreí de golpe al darme cuenta de que yo también hablaba muy alto—. ¿Sabes a quién seguro que le gusta el ruido? ¡A Nanashi! ¡Vamos a despertarla!

E inmediatamente, salí corriendo en dirección a las escaleras y agitando los brazos como una mongola para dirigirme hacia la torre de los Maestros, mientras gritaba como una loca por los pasillos.

—¡Nanashi, hasme caso, notiseameeee!

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:26 am

—¡Y tú eres un soso! ¡Ya no eres el mejor bro del universo! No has querido beber, y ensima me dises que no debería condusir el Flipper. ¡Sólo me he choca'o contra unos pocos meteoritos, nada importante!

—Sabes que no me gusta beber. Emborracharme, mejor dicho. —No me disgustaba beber alcohol, pero me ponía de mal humor la idea de no ser capaz de pensar con claridad—. ¡Y de unos pocos meteoritos nada, casi te metes de cabeza en un agujero negro!

»Bueno, venga, vámonos a la cama, que ya es hora.

Ni caso. Ella, a lo suyo, como siempre que estaba pedo. Se tambaleó hacia delante, como si buscara algo, para después girarse y acercarse a toda prisa hasta mi.

—Sssh, hermanito. Hases mucho ruido —Me puso un dedo en los labios. Agh, le apestaba a alcohol—. ¿Sabes a quién seguro que le gusta el ruido? ¡A Nanashi! ¡Vamos a despertarla!

—Nanashi no parece el tipo de persona a la que le guste el rui... ¡¡Victoria!!

¡Había echado a correr como una loca! Hacia la habitación de Nanashi, por supuesto. ¡Iba a conseguir que nos echasen del castillo! ¡Y acabábamos de llegar!

Cogí su móvil de la fuente y salí corriendo detrás de ella, intentando detenerla. Entrar en la Orden fue lo mejor que nos había pasado en años, y no podía dejar que por una borrachera de una noche Nanashi nos echase a patadas. Vic estaba más centrada (tampoco mucho), con un objetivo en mente y parecía estar olvidando al maldito Kit. Por mi parte, la experiencia de estar entrenando para hacerme cada día más fuerte era genial.

No, definitivamente, tenía que agarrar a mi hermana y llevarla a rastras hasta la cama.

—¡Nanashi, hasme caso, notiseameeee!

—¡¡Vic, para!! ¡Tengo de esos phoskitos que tanto te gustan! ¡Si paras te los doy!

¡¿Cómo podía correr tanto con esas pedazo de alas en la espalda?!

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:26 am

Me frené de golpe y me giré, haciendo que Nathan se chocara contra mí. Estuve a punto de caerme de espaldas, pero me agarré a sus hombros mientras mis ojos se inyectaban en sangre y mostraba los dientes como un monstruo de videojuego, hambrienta de golpe.

—¡¡Phoskitooos!! —Agité con violencia a Nathan, reclamando lo que me acababa de prometer a gritos— ¡¡Quiero Phoskitoooos!! ¡¡Dame...!!

Me detuve por un momento. Observé con los ojos ligeramente cerrados a mi hermano, dudosa sobre sus intenciones. Y lo vi todo claro por un momento, o al menos todo lo claro que podía ver las cosas. Me acerqué a los ojos de Nathan para observarle bien y saber si me mentía: cuando estaba sobria solía adivinar si lo hacía o no.

—Un momento. ¿Saben a chocolate?

¡Phoskitos con sabor a chocolate, qué monstruosidad! Hinché los mofletes y supe que sabrían a chocolate y que intentaba en realidad que me sentaran mal para que vomitara el alcohol. ¡Pues de eso nada! ¡Si quería tener un pedo, lo tendría!

Cogí y empujé a mi hermano contra el suelo, aprovechando que me apoyaba en él. Me di la vuelta y seguí corriendo, volviendo a agitar los brazos como una mongola, mientras pedía ayuda a cualquiera en el castillo:

—¡Socorro, mi hermano me intenta envenenaaar!

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:27 am

El plan de los phoskitos funcionó mejor de lo que imaginé. Vic se paró de pronto, girándose y consiguiendo que chocase contra ella. ¡Auch!

—¡¡Phoskitooos!! —Me había agarrado de los hombros para no caerse, y ahora me zarandeaba con cara de loca— ¡¡Quiero Phoskitoooos!! ¡¡Dame...!!

—Los tengo en mi cuarto, si te acuestas y te comportas como una niña buena te los regalo. ¿Trato?

—Un momento. ¿Saben a chocolate?

Mierda, Vic y su odio hacia el chocolate. ¡¿Cómo podía no gustarle, si era un sabor universalmente delicioso?! Una vez intenté que se comiera una tableta diciéndole que era comida de otro mundo, pero no hubo suerte. Me lo tiró a la cara.
Encima, no estaba seguro de si la caja de phoskitos que tenía en la habitación eran de los que le gustaban (de mala calidad, no sabían casi a nada) o eran de los normales.

—Yo... Esto... Creo que no...

Mentir no era mi fuerte, y menos mentirle a mi hermana. Su reacción fue, como no podía ser, de loca total. Hinchó los mofletes, me empujó al suelo (¡doble auch!), y volvió a echar a correr mientras agitaba los brazos sin control.

—¡Socorro, mi hermano me intenta envenenaaar!

—¡No estoy intentando...! ¡Victoria, vuelve aquí ahora mismo! —le grité, con tono enfadado, mientras me levantaba de un salto—. ¡Cuando te coja te voy a arrancar las alas!

Salí corriendo, una vez más, detrás de ella. ¡A este paso no sólo despertaría a Nanashi, sino a todo el castillo! Aunque ya era extraño que no hubiese aparecido nadie para echarnos la bronca por el jaleo que estábamos montando...

Cuando la tuve cerca, no lo dudé ni un instante, y me tiré encima suya cual placaje de rugby.

—¡Te pillé!

Una vez me aseguré de que la tenía inmovilizada contra el suelo, me puse de pie y le lancé mi mirada de hermano mayor. Sí, esa que pretendía imponer disciplina pero que no solía servir para nada.

—Vale, señorita, vas a dejar de portarte como una niña borracha y vas a ir a tu cuarto ahora mismo a dormir la mona. De lo contrario... —Saqué su móvil del bolsillo, enseñándoselo para que lo viera pero con cuidado de que no pudiera quitármelo—. Borraré todas la canciones que tienes descargadas aquí. ¡Todas! ¡Incluso las de Coldweller que tanto te gustan!

»¡A la cama!

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:28 am

Amenazas a mí. Me revolví en el suelo de un lado a otro, rodando como una croqueta mientras sacaba la lengua para despejarme con la brisa de Bastión Hueco.

—No quiero. Eres malo. Yo quiero ver a Nanashi. —Me enderecé e hice pucheros para intentar que Nathan se apiadara de su pobre hermanita, sacando mis lágrimas falsas a relucir—. E-es que... Tú no me entiendes... Eres un mal hermano, ¡malo! No deberías darme la murga, deberías dejar que me divirtiera...

Pero no había nada más que hacer allí. Me levanté con los brazos a los lados, intentando mantener el equilibrio, y apoyé el brazo en sus hombros para que me llevara a cuestas. Me rendía: no había más que hacer allí. Seguí fingiendo pucheritos mientras le indicaba el camino, todo adelante.

—Jopetas... Siempre has sido el responsable mientras a mí me echaban la bronca... ¿Sabes? Pensaba que esto de ser Caballera cambiaría eso y que te podría echar yo la bronca a veces... —suspiré, apenada por saber que aquello no iba a cambiar ni un ápice—. Mi habitación está por ahí, en la torre... Subiendo esas escaleras...

Apoyé mi cabeza en su hombro, intentando que se me despejara el dolor de cabeza que se me estaba subiendo desde hacía unos segundos. Argh, qué asco.

—Tontimano...

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:28 am

—No quiero. Eres malo. Yo quiero ver a Nanashi. —Se puso a hacer sus clásicos pucheros, intentando que me diera pena sin éxito alguno—. E-es que... Tú no me entiendes... Eres un mal hermano, ¡malo! No deberías darme la murga, deberías dejar que me divirtiera...

—Ya te has divertido bastante en la taberna. ¡Te recuerdo que te has caído dentro de un barril de tanto reír y he tenido que sacarte de los pies! —De paso, había estado apunto de caerme yo también dentro cuando me golpeó por accidente con sus alas—. Nada de rechistar, andando.

Por fin parecía que accedía a ser razonable. Igual me había pasado con el placaje (en el fondo me sentía culpable), pero cuando se ponía así de histérica había que pararla cuanto antes para que no hiciera ninguna locura. Ya nos había metido en más de un lío por pillarse una borrachera y hacer lo que no debía en el mundo inadecuado...

Se levantó, se sujetó a mis hombros para no caerse redonda y señaló el camino mientras seguía gimoteando con lágrimas de cocodrilo.

—Jopetas... Siempre has sido el responsable mientras a mí me echaban la bronca... ¿Sabes? Pensaba que esto de ser Caballera cambiaría eso y que te podría echar yo la bronca a veces...

La carta de la culpabilidad y los remordimientos. Bien jugado, hermanita, pero estar pedo le quitaba todo el poder a tus palabras.

—Eh, por algo soy tu hermano mayor. No pienso dejar que te metas en ningún lío si puedo evitarlo, aunque me toque ser el malo. Además... Ya sabes que me suelo meter en problemas con facilidad, pronto podrás echarme la bronca. Cuando no estés pedo.

—Tontimano...

—Borrachimana —contesté, con una sonrisa. En el fondo era adorable cuando se ponía así.

Avanzamos por las escaleras, dejando que Victoria me guiase, contento de que por fin se acabara la noche. La acostaría, le metería un phoskito debajo de la almohada, y me marcharía a dormir a mi cuarto. Mañana, más.

Pero cuando parecía que estábamos llegando, una bombilla se encendió en mi cerebro. Entre las horas que eran, bien entrada la noche, y el cansancio del día, no había estado atento al camino y había dejado que ella dirigiese al camino. Pero cuando me percaté de adónde acabábamos de llegar, ya era muy tarde.

—¡Esta es la torre de los maestros! ¡Me has engañado!

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:28 am

—¡Sip! ¡Vicky vuelve a ser la niña más lista del cole!

Me libré del brazo de mi hermano y empecé a tatarear una alegre musiquita digna de la mejor discoteca de la Red. Bailoteé frente a él con un juego de brazos y hombros muy cañero, burlándome de su terrible error al llevarme a la torre de los Maestros. Ahora no sólo Nanashi tendría la ocasión de escuchar lo que quería decirle, ¡sino que también lo harían Ryota, Ariasu y la otra niña repelente aquella!

—¡Nanashiii! ¡¡Nanashiii!! —Me dejé caer sobre la puerta de su habitación, golpeándola con fuerza para que me hiciera el debido y merecido caso que me estaba mereciendo— ¡Hasme caso, estoy borracha!

Nada. Me dejé caer al suelo arrastrándome por la puerta y me quedé sentada en el suelo. Noté cómo toda la alegría de la cerveza bajaba de golpe y me puse triste, muy triste: depresiva nivel vídeo de un gatito separado de su mami y entregado a otra familia.

—Manito, Nanashi no me quiere... —sollocé en voz baja, abrazándome a mis piernas mientras se dibujaba una mueca de tristeza en mis labios.

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:29 am

Me di un golpe en la frente con la mano, mientras Vic se había puesto a bailotear tarareando ella sola, tras su éxito engañándome. Tenía que reconocer que me le había colado pero bien, y que resultaba hasta gracioso verla. Le hice una foto con su propio móvil justo antes de que se abalanzara sobre la puerta del cuarto de Nanashi.

Mierda, ahora sí que la habíamos liado pero gorda.

—¡No hagas tanto ruido, vas a conseguir que nos maten! ¡O peor, que nos expulsen!

Sí, igual tenía que revisar un poco mi orden de prioridades.

Lo más extraño fue... Que no hubo respuesta. Ni siquiera un pequeño ruido o gruñido para que nos fuésemos. Ni de la habitación de Nanashi, ni de ninguna de alrededor. Qué extraño, si estaba haciendo muchísimo ruido.

—¿No estará en su cuarto? —Me llevé una mano a la barbilla, meditativo.

Mi hermana, al no conseguir la atención que quería, se había tirado al suelo con cara triste. Posiblemente el alcohol empezaba a hacerle efecto de forma negativa. Que se aguantara, por borracha.

—Manito, Nanashi no me quiere...

—Tranquiiila, creo que ni siquiera está —le respondí, pegando la oreja a la puerta.

Nada, ni un mísero ruido. Probé suerte en la más cercana, sin saber muy bien de qué maestro sería el cuarto, con el mismo resultado. ¡¿Todos los maestros se habían largado o qué?!

—¡¿Qué estáis haciendo aquí, kupó?!

De pronto, un moguri había aparecido en el pasillo. Llevaba puesto un gorro para dormir, y en la mano tenía una pequeña vela encendida para iluminar el camino. Nos miraba con cara de sueño y enfado.

—¿Buscar a Nanashi...? Más o menos.

—¿Nanashi? ¿Es que no habéis escuchado el aviso, kupó? ¡Todos los maestros y aprendices se han ido a una misión importante, kupopó!

—¡¿Qué de qué?!

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:29 am

—¿¡Una misión insultante!?

Me levanté de un salto del suelo, llena de fuerzas otra vez, mientras alzaba los brazos hacia el cielo. ¡Nanashi no se encontraba en el castillo! ¡Eso explicaba por qué no había acudido a mí con los brazos abiertos, llorando por haberme perdido de vista durante un segundo, mientras pasaba del resto de los aprendices y Maestros!

Me lancé a por el peluche parlante y lo agarré por los dos bracitos, agitándolo con fuerza mientras le gritaba con mi agradable aliento sabor a fresas podridas de tanto bañarse en alcohol. ¡Era de vital importancia saber qué estaba sucediendo!

—¿Por qué no nos han avisado? ¿¡Es que querían hacer esta misión sin nosotros!? —Sollocé para mí misma, pensando que nadie en Bastión Hueco nos quería— ¡Hermanito, Ryota nos odia! ¡Es porque tiene envidia de nuestra brothería!

Solté al peluche y me dirigí hacia las escaleras, pero mi tambaleo hizo que me chocara con el marco de la puerta de piedra que llevaba a estas. Tras el golpe me froté la frente y, malhumorada, le avisé a Nathan:

—Voy irme a pegar a Ryota, ¿vale, manito? Y después voy a echarme una siesta. Hasme la cama, porfi plis.

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:30 am

—Insultante no, importante.

Atravesé con la mirada al moguri, en busca de más información. ¿Una misión global para todos los aprendices? ¿Qué habría pasado para que la convocaran?

—Detalles de esa misión. ¡Ya!

—No sabemos mucho, kupó. Ryota llamó a aprendices y maestros a la sala del trono y luego se marcharon por un portal, kupopó. Aunque creo que... ¡¡Kupóoo!!

Vic no le dejó terminar la frase: se había levantado, tras lloriquear un poco, y ahora agarraba al pobre moguri y lo agitaba cual peluche. Aunque el animalillo chillaba como un loco, no pude evitar reírme un poco. Mi hermana tenía un punto muy gracioso cuando estaba pedo.

—¿Por qué no nos han avisado? ¿¡Es que querían hacer esta misión sin nosotros!? ¡Hermanito, Ryota nos odia! ¡Es porque tiene envidia de nuestra brothería!

—No creo que...

Me llevé una mano a la sien, pensativo. Vale, sí, eramos unos novatos. Pero eso de largarse a una misión a gran escala sin ni siquiera molestarse a avisarnos a los móviles había sido un feo muy grande. ¡Nos habían tratado como aprendices de segunda, ¿qué se habían creído?! El enfado crecía por momentos.

—Voy irme a pegar a Ryota, ¿vale, manito? Y después voy a echarme una siesta. Hasme la cama, porfi plis.

El ruido de un golpe me devolvió a la realidad. Vic se había golpeado con el marco de una de las puertas, y ahora se tambaleaba mientras intentaba avanzar como podía hacia delante.

Suspiré, resignado. Me empezaba a doler la cabeza y me picaban los ojos. Estaba cansado, para qué negarlo, y aunque también estuviera enfadado necesitaba dormir. Lo mismo iba para la borrachina de mi hermana.

Sin más información sobre la susodicha misión (el moguri había huido tras gritarnos que dejáramos de hacer ruido), no nos quedaba otra que dejarlo para mañana y esperar que volviesen pronto de la fiesta. Por mucho que me cabrease a tope.

Pero primero...

—¡Pues Ryota está en... tu habitación! ¡Rompiendo tus cosas! —Era penoso mintiendo, pero si quería acostarla no tenía más opciones que no pasaran por usar la fuerza bruta—. ¡Venga, vamos a pegarle!

por **Soul Artist** » Mar Sep 08, 2015 12:30 am

—¡Síii! ¡Pegarle muy fuerte!

A ver, vamos a entendernos. No es que Ryota me cayese mal, en absoluto; era un gran líder para nosotros, y como Maestro de los Caballeros de la Llave Espada debía guardarle el máximo respeto posible, y así lo hacía normalmente. Lo que pasa es que, bueno, siempre pensé que el título le pegaba más a Nanashi, que él estaba allí sólo para ocupar el trono y lloriquear porque una vez le habían enseñado un cuchillo o algo así. Algo de la Red que, la verdad, tampoco he querido informarme mucho.

El caso es que no me gustaba la actitud de ese tipo. Era muy, “¡hagamos la guerra porque el tío al que le molo ya no me quiere!“. ¡Yo no quería guerra! Me llevaba bien con Fátima, con Nadhia y Kit, mi guía original, había pertenecido a aquella parte de la Orden. Así que sí, iría y le pegaría tal paliza gitana en mi habitación con mi hermano que se iría llorando y Nanashi adquiriría el trono, o algo así dentro de mi cabeza.

—Mira, manito, este es el plan: tú le sujetas y yo... Le vomito en la cara —afirmé con la cabeza para mí misma, satisfecha con mi gran idea, mientras bajábamos las escaleras—. Después, le atamos a una silla, y luego... ¡Nos comemos la silla! ¡Y le vomitamos la silla en la cara otra vez! ¡Qué, ahora cuál de los dos es la estratega suprema!

Llegamos a mi habitación tras un rato, e irrumpí de una patada. Creo que me la cargué, porque se quedó colgando, a lo que tuve que acercarme, darle un par de toques y decirle:

—Lo siento, puerta, ustes es muy maja.

Pikachu me miró desde la cama, alarmada por la interrupción. Tambaleándome, di dos vueltas sobre mí misma, golpeando la palma de mi mano con el puño.

—¡Sus voy a pegar, gente que quería pegar hase un minuto! —aseguré en voz alta, intentando recordar a quién quería darle yo una tunda legendaria—. ¡Yo! ¡Yo...!

No recuerdo más. Creo que me caí dormida. Recuerdo que soñé con agradables peluches moguri.

por **Astro** » Mar Sep 08, 2015 12:31 am

La suerte por fin me sonreía: Vic fue derechita a su habitación con la excusa de pegar a Ryota. Y, en aquel momento, incluso a mi me entraban ganas de hacerlo. ¡Nos había dejado fuera de una misión que parecía ser súper importante! ¡Nos había discriminado!

¡Agh, qué rabia me daba!

—¡No hagas e...! —Demasiado tarde. Acababa de abrir la puerta de una patada, menuda bruta. Al menos no se hizo daño.

Mi hermana se tambaleó por la habitación, dando tumbos mientras intentaba recordar a qué habíamos venido. Pero no le duraron mucho sus ansias de peleas. Entre la hora que era y la visión de su cama, no se pudo resistir, y cayó redonda sobre su colchón. Suspiré, aliviado. Ya no tendría que preocuparme de que intentara saltar por la ventana o corriera desnuda por el castillo.

—Buenas noches, hermanita.

Le puse bien encima de cama para que no se cayera al girarse, la tapé con una manta, y dejé su móvil en la mesilla. Eso sí, antes puse el despertador del teléfono para que sonara a primera hora de la mañana con la misma música de antes.

Vic tendría un animado y doloroso despertar en unas horas.

Por mi parte, no me quedaba otra que aguantarme el enfado de haber sido excluidos de la misión e irme a la cama. Eso sí, mañana tendría una bonita charla con Ariasu y Ryota sobre los motivos por los que nos habían dejado atrás. ¡Se iban a enterar!

—It's party time~.