[Evento libre] La Mansión Encantada II: La Venganza

[Nell]

Bajo la trampilla no había nada interesante. Polvo, mucho polvo, como suele suceder en las habitaciones abandonadas de las mansiones. Salvo que en aquella, precisamente, no tenían tampoco nada de valor. Ni un collarcito de nada con el que poder sacarse miles de platines.

Hana avanzó en silencio y vio que sus compañeras se internaban por el camino misterioso para seguir explorando la casa. ¡Si aquello era más peligroso que regresar! En vez de seguirlas directamente, se aproximó al cuadro lleno de polvo para limpiarlo y, posteriormente, examinarlo. Ya había perdido una mano. ¿Qué más podía perder? (Aparte de la vida, claro).

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> Limpia y examina cuadro.
> Tercer camino.

[LightHelco]

—Pinto pinto… —empecé a cantar intentando decidirme por cuál de las dos rutas seguir —. Pin pon, fuera. Pasillo de la izquierda.

Y con eso, me dirigí hacia el lugar que había elegido adentrándome en un salón que seguramente llegara ver una época mejor. Lo que más me llamó la atención de aquel lugar fue la presencia de un teléfono y una televisión muy modernos, demasiado para pertenecer a mi mundo. Que vaya, cualquier adelanto tecnológico que se daba en lo referente al hogar lo podíamos obtener sin problemas en mi familia, que esas cosas me parecieran fuera de lugar significa que lo estaban.

—Vaya, me pregunto si aun habrá línea para llamar al teléfono. Quizás pueda pedir ayuda a alguien para que nos abra la puerta principal.

Con eso, me dirigí al teléfono descolgándolo y poniéndolo en la oreja para comprobar si funcionaba.

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Alec va al Salon e investiga el telefono por si algo ha cambiado en este

[Soul Artist]

Tenía una pista que seguir: encontrar una armadura con un escudo. Era algo por donde empezar, suponía. Pero no podía decir que uno de mis compañeros tuviese muchos más lugares donde terminar: cuando me lo encontré en el pasillo a él y a otra muchacha, le saludé con la mano y al bajarla la armadura a la que le había pegado una patada anteriormente le cortó la cabeza por la mitad.

Pegué un chillido y me lancé a por la otra chica. La agarré con fuerza y dejé que me guiara escaleras arriba, ambas bien alejadas de la armadura asesina; la tuve bien sujeta por la manga, e iba a ir en todo momento pegada a ella a menos que, yo que sé, la mataran también.

—¡Ay, por favor, no dejes que me maten! —le supliqué a la perfecta desconocida con lagrimones en el rostro.

[Astro]

Despensa - Planta baja · Light

Lo primero que hizo Light fue examinar el rollo de papel que había dentro de la botella. Era un papel viejo y arrugado, casi costaba leerse, pero con un poco de esfuerzo se conseguía:

«Si has entrado en esta despensa, has cometido un terrible error.
Los espíritus malvados habrán sido liberados. Las armaduras, antaño protectoras de la casa, se volverán contra todo y todos.
Reúne los cuatro cristales y llévalos al desván para detenerlas.
Suerte, insensato.»

Qué misterioso. Con el mensaje en su poder, Light se dispuso a avanzar por la trampilla como había hecho Saito momento antes, pero no pudo. Por alguna razón, estaba bloqueada y no cedía. ¡Menuda faena!

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Opciones:
· Marcharse por trampilla
· Volver a la cocina

La trampilla se ha bloqueado, por algún motivo, pero solo por un momento. Puedes volver a avanzar por ella en en esta ronda.

Pasillo derecha - Planta baja · Celeste

Ambas aprendizas intentaron lo mismo: engañar a la armadura en la bifurcación y luego salir corriendo hacia el vestíbulo rezando por que no las pillara.

Lo habrían conseguido de normal. Las dos eran rápidas mientras que la armadura era bastante lenta, pero por algún motivo justo cuando se disponían a sortearla, sufrió un subidón de velocidad que trajo consecuencias fatales. Su espada atravesó el pecho de Celeste, y su cuerpo explotó en miles de volutas de luz mientras Yui corría hacia el vestíbulo.

La armadura, más rápida que nunca, intentó perseguirla, y casi la alcanza, pero se detuvo justo en el borde del pasillo, sin llegar a cruzar al vestíbulo.

Dos lo intentaron, pero solo una lo consiguió.

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¡Celeste eliminada! =(

Vestíbulo · Yui

Yui llegó corriendo al vestíbulo, justo a tiempo para ver el retrato de Celeste arder, junto con alguno que otro a su alrededor. Cada vez quedaban menos en la mansión.

¿Por dónde iría ahora?

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Opciones:
· Salón
· Volver al pasillo
· Primer piso

Salón · Alec

El teléfono casi deja sordo a Alec. Cuando lo descolgó y lo acercó a su oreja, un chillido muy agudo casi le revienta al tímpano, pero de verdad de la buena. Tardó un poco en poder recuperarse, pero cuando fuera a colgar el teléfono en su sitio o simplemente se alejara sin colgarlo, oiría una leve voz que salía del altavoz, que decía:

...Desván...

¿Eh? ¿Habría que hacerle caso...?

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Opciones:
· Al comedor
· Al vestíbulo
· Examinar otras cosas del salón

Invernadero · Watson & Colibritany

Aru fue la primera en examinar algo: la flor. Era una flor lo más normal y corriente que podías imaginarte, sin nada especial al menos a simple vista. Era bonita. Como no se atrevió a tocarla, no descubrió nada ni para bien ni para mal. Cuando se quedó satisfecha, salió a los jardines.

Watson mientras tanto abrió la puerta del cobertizo. Fue un error fatal. Una motosierra atravesó al cirujano de arriba a abajo en cuanto lo hizo: había activado una trampa.
Las luces que segundos antes formaban el cuerpo de Watson cayeron sobre Colibritany mientras esta recogía el cubo del fondo del pozo: flotando en el agua, encontró un pequeño cristal redondo de color azul zafiro. ¡Bastante bonito! Aunque la escena chocaba un poco con lo que acababa de pasar detrás de ella.

Y ahora, ¿qué?

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¡Watson eliminado! =(

Jardines · Aru

El viaje por los jardines de Aru fue breve. Demasiado breve. En cuanto salió y cerró la puerta del invernadero, al darse la vuelta, la guadaña de la armadura de los jardines descendió sobre ella, cortándola por la mitad. ¡Zas! Los pedazos de Aru volaron por todos los jardines, cual luvia sobre las flores marchitas del lugar.

Al menos moría a la vez que su novio. Juntos hasta en la muerte... o algo.

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¡Aru eliminada! =(

Pasadizo subterráneo · Saito

Saito y Hana fueron los que se atrevieron a observar el cuadro mugriento de aquel pasadizo. Era de un estilo muy similar al retrato familiar que habían visto en el vestíbulo, con el marco y el tipo de foto. En esta ocasión, representaba a tres personas posando cogidas de los hombros entre ellas, cada una con sus peculiaridades. Uno era muy alto, más que los otros dos que eran más bajitos, casi al mismo nivel. El alto iba vestido de caballero, el más bajito llevaba una llave espada en su mano y el intermedio llevaba un sombrero y un bastón de mago.

Lo más inquietante, es que sus caras habían sido quemadas, como las del vestíbulo. No había inscripciones ni nada por el estilo que pudieran darle más pistas.

Saito permaneció ahí, observando el cuadro, mientras Hana iba corriendo a reunirse con Maya y Kairi.

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Opciones:
· Volver a la cocina
· Volver a los jardines
· Al sótano

Sótano · Kairi, Maya & Hana

El camino misterioso llevó a las tres valientes aprendizas hasta lo que debía de ser una entrada secreta a aquel pasadizo: tuvieron que abrir una puerta al final del todo que en realidad era la parte trasera de un cuadro colgado en la pared. De un pequeño saltito bajaron, observando donde habían llegado gracias únicamente a una vela encendida en el centro del sótano.

Sí, estaban en el sótano.

Por partes. La vela mencionada estaba sobre una mesa, en el centro, junto a la cual esperaba el típico tablero de güija muy habitual en aquella festividad. ¿Se atreverían a consultar a los espíritus? Igual les ayudaban y todo.

Unas escaleras llevaban hasta la puerta, el único camino visible que no fuera el pasadizo por el que acababan de venir, pero incluso desde dentro la puerta seguía bloqueada.

En una esquina, destacaba una tumba. Sí, una tumba. Puesta ahí por alguien, esperaba que algún valiente se acercara a mirarla. Y en la otra esquina, había algo alto tapado por una sábana vieja. Por la altura y la anchura podía ser perfectamente una nueva armadura, ya que parecía estar tapando una silueta más o menos humana.

¿Qué hacer, qué hacer?

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Opciones:
· Jugar a la güija
· Examinar tumba
· Examinar lo que tapa la sábana
· Volver al pasadizo

Biblioteca - Primer piso

Mover los libros en la combinación que indicaba el diario funcionó. Una de las estanterías se movió, desvelando unas escaleras que subían hacia arriba. Buena vía de escape.

Mientras tanto, Fátima preguntaba al diario quién era:

«Quién eres.»

«La mansión.»

Pues eso. Fátima no tuvo tiempo para escribir más, porque la armadura estaba MUY cerca y cargaba una bola de fuego en la punta de su bastón. Ambos aprendices corrieron escaleras arriba, huyendo de la amenaza.

Despacho - Segundo piso · Fátima & Ragun

El pasadizo de la biblioteca llevó a la pareja al segundo piso, a un despacho concretamente. Tuvieron que mover una estantería a pulso para hacerse hueco para salir, pero finalmente lo consiguieron. La luz de la luna por la ventana iluminaba la sala, dispuesta como el típico despacho para trabajar: una gran mesa de roble llena de papeles viejos y rollos de pergamino, tinta y plumas para escribir, y estanterías vacías que en tiempos debían de haber servido para almacenar archivos.

Destacaban tres cosas, aparte de la puerta por la que salir fuera. Uno, la más urgente, era una nueva armadura de caballero medieval que vigilaba la sala. En esta ocasión no se movía, al menos de momento, pero las dagas que tenía en cada mano no auguraban nada bueno.

Dos: en la mesa, justo delante de la silla, había un sobre con una carta dentro. No tenía remitente ni destinatario, y había pequeñas manchas de sangre en el sobre. Misterioso y tal vez digno de investigar.
Por tercero y último, en un rincón había un cofre que tal vez ocultara algo valioso... O peligroso.

¿Qué harían?

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Opciones:
· Abrazar a la armadura
· Examinar carta
· Abrir cofre y rebuscar
· Salir fuera
· Volver biblioteca

Segundo piso · Nicoxa & Victoria

¡Por los pelos! Ambas aprendizas esquivaron la armadura del primer piso de milagro, subiendo a toda prisa al segundo piso. Por suerte, la amenazante figura del hacha no les persiguió arriba.

En aquella nueva planta se encontraron con una situación similar a la anterior: a la derecha, una puerta llevaba a un despacho en el que se oían ruidos. A la izquierda, a una cuarta habitación. Enfrente, unas escaleras que subían a lo que debía de ser el desván y a un lado una puerta que daba al segundo cuarto de baño.

Pero claro, no podía ser tan fácil: ¡una armadura más! Esta, de momento, estaba quieta, pero sujetando con firmeza una alabarda vieja, oxidada, pero fijo que letal si le daba por usarla.

¿Por dónde irán?

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Opciones:
· Al despacho
· A la habitación 4
· Al cuarto de baño, que te haces pis con tanta tensión
· Subir al desván
· Darle un besito a la armadura
· Volver a la primera planta

Mapas:

-Planta baja-

Vestíbulo:

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Salón:

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Comedor:

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Jardines:

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Invernadero:

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Pasillo derecha:

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Habitación de invitados:

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Cocinas:

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Despensa:

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Cuarto de baño:

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Pasadizo subterráneo:

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Sótano:

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-Primer piso-

Pasillo principal:

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Biblioteca:

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Habitación 1:

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Habitación 2:

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Habitación 3:

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-Segundo piso-

Principal:

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Despacho:

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* * * *

Fecha límite: viernes 30 a las 23:59.

Recordad que podéis moveros dos veces de zona si en el primer cambio vais a una zona cuyo mapa ya ha sido descubierto. Suerte~

Supervivientes y caídos:

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Vivos:
1.- LightHelco
3.- Light
5.- Sombra
6.- Soul Artist
9.- Sito
10.- Mentos
11.- Suzume Mizuno
14.- Zodiark
15.- Kairi
17.- Nell
21.- H.S Sora
22.- Reimeow

Muertos:
7.- Zeix
18.- Crystal
2.- Darkness Seeker
4.- xXOrbOOkXx
8.- Drazham
20.- Saxor
13.- Denna
12.- HappyDelice
16.- Aruxula

[Sombra]

El pasadizo de la biblioteca llevó a la pareja al segundo piso, a un despacho concretamente. Tuvieron que mover una estantería a pulso para hacerse hueco para salir, pero finalmente lo consiguieron. La luz de la luna por la ventana iluminaba la sala, dispuesta como el típico despacho para trabajar: una gran mesa de roble llena de papeles viejos y rollos de pergamino, tinta y plumas para escribir, y estanterías vacías que en tiempos debían de haber servido para almacenar archivos.

Gracias a nuestro trabajo en equipo Fátima y yo logramos escapar por un pasadizo secreto que se abrió a tiempo antes de que la armadura del báculo nos matase, o algo peor. Subimos unas escaleras y empujamos una estantería que nos llevó a un bonito despacho con un toque elegante iluminado por la luz de la luna.

Había una mesa de roble llena de papeles y utensilios de escritura, varias estanterías vacías decoraban el lugar. Pero lo inquietante era una armadura que portaba dos dagas.

Había otras cosas allí (sin contar la puerta y la armadura) En la mesa ahbía un sobre con una carta con manchas de sangre, y también un cofre.

Me aproximé al cofre con curiosidad.

—Espero que no sea uno de esos cofres trampa del Initial Fantasy que tienen dientes y te comen —comenté a Fátima medio en broma mientras intentaba abrir el cofre. ¿Qué habría dentro?

En cuanto Fátima leyese el sobre (si lo hacía o hubiese una señal de peligro) saldría de la habitación si no había nada más destacable con o sin ella. Lo que estaba claro era que yo no me iba a quedar cerca de esa armadura mucho tiempo.

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Acciones de Ragun: Abre el cofre, sale de la habitación (si puede o no hay nada más destacable)

[Suzume Mizuno]

Lo consiguieron. Salieron escopetados hacia la estantería, que tuvieron que desplazar del todo con sus propias manos para poder cruzar.

Cuando llegaron al otro lado, Fátima estaba convencida de que se le iba a salir el corazón por la boca y se tuvo que apoyar en una pared para recuperar el aliento. Al menos hasta que vio a la otra armadura —y esta con dagas, la muy puñetera— y estuvo a punto de soltar un grito de horror. En su lugar se quedó paralizada, mirando muy fijamente a la armadura hasta que se percató de que, al menos de momento, no se movía.

Miró a su alrededor con cuidado y se fijó en la carta y en el cofre. Las dos le dieron un poco de mala espina, pero Ragun ya se estaba moviendo y le decía:

—Espero que no sea uno de esos cofres trampa del Initial Fantasy que tienen dientes y te comen.

—Ten cuidado—respondió Fátima, que se imaginaba que perfectamente podía pasar eso.

No podían regresar porque había una maldita armadura esperándoles, y esa se movía, así que sólo quedaba investigar la habitación con la esperanza de encontrar algo útil. Sin dejar de mirar a la armadura, Fátima se acercó a la carta, la recogió y, si podía, la leería. No se le pasaron las manchas de sangre, que le sacaron una risita histérica.

Si la armadura comenzaba a moverse, saldría escopetada hacia la salida. Si no ocurría nada, también.

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Fátima coge la carta y la lee. Luego sale de la sala.

[Kairi]

El pasadizo la llevó a una puerta oculta tras un cuadro. Al cruzarla se encontró en una habitación poco iluminada por una sola vela en una mesa en el centro de la estancia. Al otro lado se veían unas escaleras para salir, pero la puerta estaba bloqueada.

- ¿Es esto el sótano?

Si estaba en lo cierto, al otro lado estaba el vestíbulo por el que había comenzado su terrorífica aventura. El camino hacia el salón.

Pero por el momento tendría que esperar. En la mesa junto a la vela había un tablero de ouija. En una esquina había una tumba y en la otra una figura tapada con una sábana. Se podía apreciar una forma humana de la misma altura que las armaduras.

- Eso podría ser una armadura, tened cuidado - advirtió a sus compañeras.

Observó la ouija. Aunque aquella tabla llena de letras y números le daba muy mal rollo podría ser la clave para descifrar el enigma de la mansión. Si los espíritus estaban dispuestos a colaborar, claro...

Kairi se puso junto a la mesa de forma que tenía la puerta por la que había entrado justo detrás de ella. A la vista tenía la tumba y la sábana por si ocurría algo, salir corriendo. Examinó el tablero y puso un dedo en la cosa esa que se tenía que mover.

- ¿Podeis venir aquí? Necesito vuestra ayuda - les pidió a Maya y Hana - A lo mejor los espíritus nos dicen cómo salir.

Una vez que sus compañeras decidieran si ayudar o no, Kairi formularía una pregunta.

- ¿Hay alguien aquí? ¿Podeis decirnos cómo salir de esta mansión?

Esperó a que pasara algo y cuando hubiera terminado, volvería al pasadizo subterraneo.

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1. Kairi examina la ouija y hace una pregunta.
2. Kairi vuelve al pasadizo subterraneo.

[Sito]

—¡Ay, por favor, no dejes que me maten! —pidió la chica entre lágrimas mientras se aferraba a Nicoxa con fuerza.

Al alcanzar el segundo piso miró a su acompañante. Después de presenciar el hachazo al otro aprendiz estaba aterrorizada, pero no era la única, claro.

—Yo también estoy muy cagada, la verdad —le comentó totalmente en serio mientras volvía a tomar aire. O la ambientación era espectacular o realmente se habían metido en problemas. Tenían que salir de ahí cuanto antes.

En el segundo piso había otra armadura aunque por suerte no se movía por el momento. En la habitación de la derecha pudo escuchar algún ruido, cosa que no le terminó de gustar. También podía ir al baño de nuevo pero después de ver el anterior le daba un poco de cague entrar. La habitación de la izquierda y el desván le parecían las opciones más seguras.

—Escucha, yo voy a ir a la habitación esa de ahí —la señaló con el dedo—. ¡Si vamos juntas quizás estemos más seguras!

Tenía la esperanza de no aventurarse sola en la habitación, aunque entendería si la desconocida quería explorar por otro lado para abarcar más zonas.

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> Nicoxa se mete en la habitación 4

[Light]

¡La maldita trampilla no se abría, se había bloqueado! Light maldijo para sus adentros y, nervioso, siguió tirando de ella. Ni loco iba a salir por la cocina, se quedaría ahí hasta conseguirlo.

En cuanto lo lograra, bajaría por ésta y entraría dentro del pasadizo subterráneo. Aquellos cuadros le daban mala espina, mucha, así que no perdió tiempo en examinarlos y tomó el pasillo que le llevaría a los sótanos.

Tragó saliva, nervioso por aquella experiencia terrorífica. Sacó del bolsillo el cuchillo que había encontrado en las cocinas (con cuidado, no quería cortarse) y lo mantuvo cogido para defenderse de cualquier enemigo o trampa que pudiera surgir.

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- Light baja por la trampilla

- Light va al sótano.

[Reimeow]

-¡¡¡Celeste!!!

Grité el nombre de mi compañera al ver por el rabillo del ojo como había una explosión de luces detrás de mí. Con un nudo en la garganta corrí con todas mis fuerzas mientras huía de la armadura que ahora, se dirigía hacia mí con más velocidad de la esperada. ¿Por qué de repente había cogido tanta velocidad? ¿¡Por qué!?

“¡Mierda, mierda, mierda!”

Por un momento pensé que aquella asesina me iba a cazar, pero justo cuando crucé el borde que separaba el vestíbulo del pasillo, la armadura no cruzó como si hubiera una especie de pared invisible.

Una vez llegué al vestíbulo pude ver como el retrato de mi compañera ardía y desaparecía; y gran fue mi error el observar el muro, muchos retratos habían desaparecido. Nerviosa busqué el de Saito, fue un alivio ver que seguía vivo y también que Colibritany lo estuviera.

“Y ahora, ¿qué hago?”

Observé todos los caminos posibles, menos el pasillo de la derecha. Tenía un malestar tanto físico como psicológico por haber perdido a mi compañera, pero sabía que así no iba a lograr nada, tenía que salir de allí ya que yo seguía viva.

No tenía mucha idea de hacia dónde tirar, el miedo me podía demasiado en el cuerpo pero algo me incitaba a avanzar así que sin pensarlo mucho me quité uno de los zapatos y lo tiré al aire y a dónde señalara es a donde iría. Y…

-Subir las escaleras…

Respiré hondo para coger fuerzas de alguna parte mientras me ponía el zapato, una vez hecho me dirigí a las escaleras corriendo un poco pero no mucho, no quería cansarme por si tenía que huir.

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1.Yui sube al primer piso.
2.En el primer piso va a la habitación 2 corriendo como alma que lleva el diablo evitando la armadura.

[Mentos]

Tiró y tiró hasta que el cubo al fin ascendió. Cuando miró en su interior, una especie de zafiro brillante le aguardaba. ¿Quizás podría venderlo cuando saliera de aquel infierno?

Mientras tanto, Aru abandonó el lugar y Watson investigó el cobertizo. Grave error, considerando que nada más abrirlo una motosierra le cortó sin piedad.

—¿¡WATSON!?

Cuando gritó su nombre, las miles de lucecitas ya habían llenado el lúgubre invernadero. Watson había muerto.



—Eso es a lo que yo llamo karma.

La flor no le interesaba en absoluto así que nada más la retenía ahí. Con la piedra en su poder, salió del invernadero y se dirigió hacia la trampilla para reunirse con sus compañeros. La armadura se encontraba de por medio por lo que intentaría evitarla.

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- Coli va hacia los jardines.
- Coli baja por la trampilla SI LA ARMADURA NO LE MATA ANTES D:

[Zodiark]

Al llegar al sótano, lo primero en que me fijé fue en el extraño tablero que había en el suelo, en el centro de la sala. Al recorrerla con la mirada, todo lo que encontré fue algo grande tapado con una sábana y...

—¿Una tumba...?

Además de aquellos elementos, había una puerta, que para mi decepción supuse que llevaba, de nuevo, al interior de la mansión, así que preferí ignorarla por ahora, aunque tendría que buscar otra salida y con aquella armadura asesina rondando por el jardín prefería tomar una ruta alternativa al camino por el que había venido.

Volví a observar el tablero, y parecía uno de esos juegos de mesa que usaban los adolescentes más valientes para entrar en contacto con el más allá, aunque a mucha gente le daba bastante mal rollo todo ese asunto.

—¿Podeis venir aquí? Necesito vuestra ayuda.

Gente entre la cual me incluía. Negué con la cabeza, alejándome del tablero. La chica estaba dispuesta a jugar a aquella cosa, pero yo no quería saber nada. ¿Hasta qué punto sería cierto que esos tableros te permitían comunicarte con espíritus? Prefería no comprobarlo en mis propias carnes, por el momento.

Lo que de verdad despertó mi curiosidad fue la tumba. ¿Por qué había una tumba en un sótano? Tampoco entendía por qué estaba aquel juego allí en medio, en el suelo. Se me ocurrió que, mientras Kairi intentaba ponerse en contacto con algún espíritu, yo podría curiosear de quién era aquel sepulcro. Quién sabía, ¡quizá el mismísimo espíritu del muerto que se encontraba descansando allí debajo era el que acudía a la llamada de la pelirrosa! Con eso en mente, me acerqué a la tumba y leí la inscripción de la lápida.

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- Maya investiga la tumba.

[Soul Artist]

Escapamos con vida de la malvada y asesina armadura. Llegamos al segundo piso y me di un momento para contemplar las opciones con las que contábamos: puertas a ambos lados y una al fondo de lo que parecía ser un baño. Había unas escaleras más que conducían arriba, y entre el baño y estas una de esas crueles armaduras. Se iba a acercar su puta madre.

—Escucha, yo voy a ir a la habitación esa de ahí. ¡Si vamos juntas quizás estemos más seguras!/color][/b]

Tenía lógica. Sin embargo, no pensaba que estuviese más o menos segura con ella a mi lado: si la armadura nos perseguía lo único que lograríamos sería entorpecernos la una a la otra. Sin embargo, pensando en cómo eran, igual no sabían subir escaleras. Mmm...

—Tenemos que investigar más. Y yo tengo que encontrar algo... —miré hacia el desván—. Creo que me voy arriba. Puede que allí esté la clave de lo que esté pasando.

Bueno, no. Pero me podría agachar y esconder entre cajas mohosas si hacía falta. Subí por las escaleras con la armadura bien lejos de mí, haciéndole la cruz con mis dedos y asegurándome de que no se moviera ni un centímetro de su posición.

[LightHelco]

Tras el inicial grito que llegó del teléfono y casi me dejó sin tímpanos, pude escuchar alguien hablando más bajito por el aparato. Me tocó escucharlo con la otra oreja, ya que a la que había sufrido el grito solo le llegaba un desagradable pitido.

—¿El sótano? —repetí las palabras que había dicho la persona, o espíritu, al otro lado de la linea antes de colgar el teléfono —. Vale, ¿donde estaba el sótano?

No tardé mucho en recordar que el sótano era la segunda puerta sellada del vestíbulo. Ya sabía que ese lugar estaba fuera de peligro, así que no tenía problema alguno con volver allí y ver si la puerta había dejado de estar sellada.

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Alec regresa al Vestíbulo y mira la puerta del sótano por si esta abierta ya

[H.S Sora]

Me quedé mirando de lado en cuanto una aprendiza y yo limpiamos aquel cuadro que al menos a mí me había llamado la atención considerablemente; tres personas aparecían retratadas, posando cada cual con una peculiaridad que servía para distinguirles los unos con los otros además de su altura.

Pero al igual que el cuadro del vestíbulo, las caras que aparecían en él habían sido quemadas... ¿quiénes podían ser? Tanta concentración le había puesto al cuadro, que ni me había dado cuenta de que mi acompañante se había ido, al igual que el resto del grupo que había llegado hasta aquella especie de pasadizo.

Chasqueé la lengua al ver que habían dos caminos, mirándolos con cierta indecisión. Solo esperaba no equivocarme al pasar por aquel camino del “centro”.

***

Al llegar — tuve que sortear un falso final de camino escondido tras un cuadro — me encontré con el que me pareció el peor y más escalofriante lugar de aquella mansión. El maldito y poco iluminado sótano. Pero por otra parte no me había equivocado, las aprendizas habían seguido aquel mismo camino y parecía que cada una iba a lo suyo: una dirigiéndose a una tumba, ¿de verdad había una puta lápida en aquel sótano?; además de eso había algo tapado por una sábana y una especie de tablero con el que una aprendiza había empezado ya a jugar. Dicho juego servía para comunicarse con los espíritus... por lo que no perdía nada por intentarlo.

Me dirigí hacia a ella para imitarla en lo que hiciese, esperando que los espíritus respondiesen a nuestra llamada.

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· Saito se va al sótano.
· Una vez allí, Saito juega a la güija a ver que tal se le da eso de hablar con muertos.