[Agrabah] No te fíes de un adivino

Encuentro entre Freya y Light

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[Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:36 pm

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CRONOLOGÍA

4º SAGA

Light: Encuentro Aprendiendo del pasado > este encuentro > Trama Hasta nunca jamás
Freya: Encuentro con Simbad > este encuentro


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Agrabah, la ciudad del desierto.

Aquella era la primera vez que Light pisaba dicho mundo. Lo primero que notó nada más aterrizar fue el calor terrible de aquel lugar, apenas llevaba unos segundos y ya estaba empezando a sudar como un pollo. Desactivó el glider de forma disimulada, oculto en un callejón, y luego se quitó la protección del cuerpo. Se sintió mucho más a gusto tras deshacerse de la molesta armadura, se hubiera cocido con ella.

La razón por la que había acudido a esa ciudad era simple. El espejo de la Reina Grimhilde le dio una pista:

Tu compañero lo tendrá más difícil: el padre está donde yacen los recuerdos de quienes no dejan nada atrás a lo que llorar; la madre, en el desierto donde aguardan infinitas maravillas, pero de nuevo descubrirá que la búsqueda ha sido infructuosa.

La búsqueda de su padre no había dado sus frutos… pero todavía quedaba probar allí. Quizás encontrara a su madre. Un compañero (Neru) le había recomendado investigar ese mundo que encajaba con la descripción del desierto de las maravillas.

«Ya podía haber sido más explícito, joder. Maldito espejo», puso una mueca. Esperaba no malgastar su día libre.

Sacó del bolsillo la única foto de su madre: una adolescente de cabello y ojos verdes. Desgraciadamente el tiempo pasaba y seguramente ya no se pareciera tanto a la de la imagen, pero no tenía otra pista en aquel momento.

Echó un breve vistazo a la calle. Ahora, ¿por dónde empezaría la búsqueda? Probaría a preguntar a un mendigo que se encontraba por allí, ellos veían a mucha gente pasar a diario y le ayudarían. Le fuera útil o no, no le importaba darles una limosna incluso, apreciaría su ayuda.

Se aproximó a un vagabundo. Era un hombre flacucho y bastante mayor, que rondaría los cincuenta años, vestido con una capa andrajosa.

¡Buenas! Perdone, ¿ha visto a esta mujer? ―Le tendió la foto y unos pocos platines. Lo primero que hizo aquel hombre fue coger el dinero. Después, examinó el retrato con cierta extrañeza.

¡Es la primera vez que veo a una belleza como esa! ―confesó, mirándole a los ojos fijamente.

No se sorprendió. Es decir, no esperaba encontrar otra pista suya tan rápido. Ya llevaba buscándola casi tres años… Estaba claro que no tenía las de ganar consigo.

Si estás buscando a alguien deberías visitar al Vidente. Él es capaz de adivinarlo todo con su magia. ―El hombre, agradecido por la limosna, señalaba una pequeña casa. No se le ocurría un mejor consejo para devolverle el favor.

Lo tendré en cuenta… gracias.

No se fiaba demasiado de la magia esotérica que no tenía nada que ver con la de los Portadores. Antes de visitar a ese vidente daría una vuelta por la ciudad y seguiría interrogando a los habitantes.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:38 pm

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«De todos los mundos que había… Tenía que ser este.»

Bajo el sol abrasador de Agrabah, Freya analizaba el mapa de la ciudad.

La noche anterior, como de costumbre, la aprendiza había estado inmersa en otra de sus apasionantes lecturas. Esta vez se trataba de un libro muy anticuado que encontró rebuscando en la biblioteca de Bastión. En un principio parecía realmente aburrido, y Freya temía dormirse. Pero algo captó la atención de la aprendiza lo suficiente como para no desistir.

Los tesoros más importantes de todos los mundos ―leyó en voz baja―. Esto suena bien. A ver…

En las páginas de aquella pequeña reliquia, estaban registrados una gran variedad de tesoros. Desde espejos hasta imperdibles de oro. Sin embargo, al llegar a una de las últimas páginas, Freya pudo comprobar que uno de los objetos apenas disponía de información en su página.

Se trataba de un objeto tan raro que nadie había conseguido encontrarlo aún. El único dato del que disponía, era su ubicación.

«Debería aprender a estarme quieta. Este calor es insoportable...»

Con razón no había visitado aquel mundo antes. Al tener que llevar el cabello oculto, el pañuelo le estaba provocando un calor terrible. Debía darse prisa en conseguir información en algún lugar, porque aquel mapa que tenía entre las manos no lo servía de mucho.

Decidió empezar por preguntar a algunos de los habitantes de aquel lugar. Se paseó un poco por la zona de puestos, observando todos los objetos que se vendían, por si acaso encontraba algo que se le pareciese.

Disculpe, ¿sabe dónde puedo encontrar algún objeto que se parezca a esto? ―Le indicó a uno de los tendederos, señalando la imagen del libro.
Freya no entendía que debía ofrecerle algún tipo de propina antes de nada, así que el hombre se limitó a gruñir con cara de pocos amigos. Finalmente, la aprendiza desistió y se largó de allí.

Horas más tarde, la pelirrosa estaba agotada. Menuda idea más estúpida había tenido; por lo menos, podría haberse traído a alguien para que le echase una mano en la investigación. Alguien que se conociese el mundo, por ejemplo.

Cayó de rodillas al suelo, con la garganta seca. Estaba agotada.

En aquel momento, alguien se acercó a ella. Freya levantó la vista, y se encontró con una mujer que le ofrecía la mano.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:39 pm

Tras una ardua y calurosa búsqueda se rindió y optó por visitar a ese vidente. Muchos habitantes de aquel mundo se lo habían recomendado, asegurándole que podía adivinar la localización de cualquier cosa. Por supuesto, nadie había visto a una mujer parecida a la de su foto.

Había memorizado la localización de la casa del vidente, así que no tardó en alcanzarla.

Se encontró una desagradable sorpresa al llegar: múltiples Sincorazón rodeaban la casa y alguno que otro incluso se metió dentro. Light, alarmado, materializó su Alma Inquebrantable y se encargó de exterminar a todas aquellas tinajas vivientes. Tanto a las que estaban en el exterior como en el interior: no dudó en internarse en el pequeño edificio.

Cuando terminó con la última, escondida en la casa del vidente, éste se acercó al aprendiz, ligeramente sorprendido. Era un hombre no demasiado viejo, con larga cabellera oscura, que iba vestido con una túnica blanca. Durante la breve batalla se había limitado a presenciar la lucha desde una esquina de la sala.

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¿Le han hecho daño? ―le interrogó Light.

El hombre se quedó mirando su arma legendaria fijamente.

Sí, estoy bien gracias a ti. ―Levantó la mirada mientras se retiraba un mechón de su cabello largo y oscuro. Luego se acercó al aprendiz―. Por Alá, menos mal que has llegado a tiempo, muchas gracias. Esas criaturas malignas no dejan de amenazar la ciudad ―se lamentó.

Le invitó a que tomara asiento y cerró la puerta para que no entraran más criaturas. Light fue directamente al grano y le explicó los motivos de su presencia: estaba buscando a alguien y necesitaba la ayuda de un adivino.

Por supuesto, joven, mi misión es ayudar a los demás. Por algo soy Sandrodin el adivino ―afirmó, bastante simpático. Parecía ser una persona cordial―. Además no te cobraré porque me has ayudado antes con esas criaturas.

Gracias.

Empezaré con los preparativos.

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Y así hizo. Colocó algunas velas encendidas sobre la mesa y una bola de cristal en el centro de ésta.

Acto seguido se sentó, en frente del aprendiz, y le pidió que le describiera la persona que estaba buscando. Como una imagen valía más que mil palabras, sacó la foto de su bolsillo y la puso encima de la mesa.

Espera… Puedo ver quién es esta mujer. ―Sandrodin cerró los ojos y comenzó a palpar la esfera de cristal. ¿Tendría la capacidad de leerle la mente con sus poderes?―. Es tu novia, ¿verdad? ―afirmó, aunque en realidad solo era una deducción. Su intuición le debía decir que tenía que serlo a la vista de la temprana edad de la muchacha de la fotografía, cercana a la de Light.

Eh… no. Es mi madre. ―Parecía que no tenía tal capacidad. Enarcó una ceja: se imaginaba que todo eso de la adivinación era una tomadura de pelo, aunque como le estaba haciendo un servicio gratuito no se quejaría.

El vidente no se mostró demasiado sorprendido y aparentó tranquilidad.

Espera, chico, no me entiendes. Yo sé que es tu madre, pero me refiero a que la quieres como si fuera una novia ―excusó relajado, aunque a Light no le parecía muy convincente. Más bien absurdo―. La quieres mucho, ¿verdad?

En realidad… no me acuerdo de ella, no la veo desde hace muchos años. Así que no sabría decirte.

Otro error por parte del vidente. Éste cambió de tema repentinamente.

Déjame ver… Me está costando bastante adivinarlo, noto muchas energías negativas por aquí y por allá, sí… sin duda es una persona muy especial ―indicaba mientras seguía observando sin pestañear su bola de cristal resplandeciente―. No sé si podré ver algo, pero lo intentaré…

Siguió acariciando el objeto de cristal durante un buen rato… hasta que pareció ver algo, según él.

¡Lo veo! Ella… está en la cueva de la cabeza de tigre que se encuentra en el desierto. La Cueva de las maravillas. Veo muchos peligros, seguramente esa mujer no lo cuente… ―Cerró los ojos y comenzó a jadear, como si le hubiera costado mucho esfuerzo utilizar sus poderes mágicos. Antes de hablar bebió un vaso de agua―. Para llegar a ese lugar… debes adentrarte en el desierto. Será una búsqueda dura, pero no desistas.

¿De verdad?

Esta predicción nunca falla. Si te digo que está allí, es que está. Puedes confiar en mí ―afirmó, muy convencido, mirándole fijamente a los ojos.

Así que Cueva de las maravillas… Entendido, gracias por su ayuda. ―Se levantó con velocidad del asiento y se dirigió hacia la salida. Estaba casi seguro de que había fallado en su predicción, pero era incapaz de dejar pasar aquella oportunidad. Si fuera cierto… al fin la encontraría. Tampoco tenía otro lugar donde buscar.

Estaba decidido. Siguiente destino: Cueva de las maravillas. Aunque antes de partir, tendría que informarse, porque no tenía ni idea de su localización. Y el desierto no era pequeño precisamente.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:40 pm

La muchacha aceptó su ayuda sin cuestionar sus intenciones.

¿Te encuentras bien, chiquilla?

Se trataba de una mujer de no mucha estatura. Su cabello amarronado y liso, le llegaba por los hombros. Las arrugas de su cara mostraban claramente la cantidad de años que habían pasado por ella, y Freya supuso que se trataba de alguien bastante sabio. Parecía de confianza.

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―Se aclaró la garganta para poder seguir hablando―. Muy amable por su parte el haberse preocupado.

Freya se percató de que la mujer apenas la miraba a los ojos; su atención estaba totalmente puesta en el libro. Lo sujetó con fuerza contra ella.

No he podido evitar fijarme en esa joya que tienes entre tus brazos ―Señaló el libro y rió. Su risa era estrepitante, horrible―. Quizás yo tenga información que pueda interesarte.

Los ojos de la aprendiza se iluminaron durante unos instantes. ¡Información! Justo lo que necesitaba. Qué casualidad que pudiese echarle una mano. Demasiada casualidad, se llegó a cuestionar. Pero en fin, en aquella situación, toda ayuda era bienvenida.

Pues la verdad es que estoy buscando el…

¡Oh, claro, claro! ―La interrumpió. Freya puso pucheros; odiaba no poder acabar sus frases―. Muchos aventureros buscan ese objeto. Sé a qué te refieres, y sé dónde se encuentra.

»Ven, sígueme.

**


La mujer guió a Freya hasta una bonita casa, apartada de la zona comercial. El interior estaba decorado de manera muy extravagante, con jarrones por todas partes y cartas pegadas por la pared.

Tras servirle un vaso de agua a la aprendiz ―cosa que Freya agradeció enormemente―, bajaron a una pequeña sala únicamente iluminada por dos pequeñas velas situadas encima de una mesa. Ambas se sentaron una en frente de la otra.

Perdona mi indiscreción pero… Aún no me has dicho tu nombre.

¡Por supuesto! Soy Esperanci García, tarotera profesional ―Sacó una baraja de cartas y las puso encima de la mesa―. ¡También leo el horóscopo!

Toda la seriedad que había tenido la mujer momentos antes, se desvaneció con aquella frase. Freya no necesitaba que le predijesen el futuro, tan solo necesitaba la ubicación del objeto que estaba buscando. Ya se apañaría ella con lo demás.

¿Qué horóscopo eres?

Eh… Capricornio ―Ni siquiera era cierto; su cumpleaños era el día en que llegó a casa de su familia adoptiva. Desconocía su verdadera fecha de nacimiento, pero no le disgustaba la que tenía―. Pero en serio… ¿Qué tiene esto que ver?

Esperanci se llevó una mano al pecho, sobreactuando su sorpresa.

¡Pues obvio que mucho! ―Le reprochó―. ¿Sabes el verdadero motivo por el cual nadie ha encontrado el objeto ya? ―La pelirrosa negó con la cabeza―. Porque ninguno de los que lo intentó era Capricornio.

Freya no daba crédito a lo que estaba escuchando. El horóscopo era una pseudociencia, no tenía base científica. Por lo tanto, no era creíble. Las palabras de aquella mujer eran falsas… ¿Verdad? Aunque contando que la magia existía, la probabilidad de que alguna de las predicciones del horóscopo se hiciesen reales aumentaba.

Aquello que buscas está en la Cueva de las Maravillas, en el desierto. No tiene pérdida alguna; siendo tú, lo encontrarás. ¡Es una cualidad de los Capricornio lo de la cabezonería! ―Barajó las cartas y lanzó tres a la mesa. Las observó en silencio para después mirar a la chica fijamente a los ojos―. Las cartas me dicen que tendrás suerte, el objeto está aún allí. Pero que el camino será complicado… Tendrás que superar muchos obstáculos. ¡Tu vida estará en peligro si vas!

»Yo misma lo intenté una vez… Pero fracasé.

La aprendiza escuchaba atentamente, mordiéndose el labio. ¿Merecía aquello sacrificar su vida o estaba a tiempo de retirarse?

Piensa que es el precio a pagar por un objeto de tan alto valor.

Asintió con la cabeza. Seguiría adelante con el plan, costase lo que costase. Debía ser ella la que rellenase la página en blanco de aquel libro. ¡Así dejaría constancia en la librería de Bastión Hueco!

Una vez acabada aquella charla, Esperanci acompañó a Freya hasta el exterior de nuevo. Antes de que la muchacha pudiese emprender camino, la sujetó por los hombros con fuerza.

Ten cuidado, pequeña. Las cartas hablaban de una persona más que intentará interferir en tus planes. ¡Los Géminis no son de fiar!

Lo apunto, seré cuidadosa.

Sabía que había algo especial en ti desde que te vi…

La pelirrosa se apartó con cuidado y se alejó lentamente, no sin antes despedirse de aquella sospechosa y loca mujer. La había ayudado, sí, pero no había pedido nada a cambio. ¿Qué sacaba Esperanci de todo esto?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:42 pm

Light, que se disponía a viajar a la Cueva de las maravillas, hizo los preparativos y se pasó por el bazar. Compró un mapa que le serviría para orientarse y un turbante blanco —a juego con su kimono claro— que le protegería del sol. Por la comida y la bebida no tuvo que preocuparse, ya que antes de partir hacia Agrabah había metido en su mochila frutas y botellas de agua por si las moscas.

Al fin salió de la ciudad y partió hacia la cueva. Menos mal que llevaba agua y comida, porque el calor era más que abrasador y se debilitaba rápidamente. No estaba acostumbrado a esos climas extremos después de todo.

Se replanteó su decisión más de una vez. ¿Valía la pena adentrarse en aquella cueva? No se fiaba demasiado de la predicción del vidente, aunque… muchas personas le habían asegurado que de verdad podía adivinar cualquier cosa. Y no tenían motivos para mentirle, ¿no?

En aquellos momentos volaba con el glider sobre las múltiples dunas, con la cabeza gacha.

«Qué mierda», se retiró el sudor de la frente.

*


Al fin, tras una búsqueda que duró horas (ya atardecía y el calor no resultaba tan sofocante), llegó a la zona del desierto donde supuestamente se hallaba la cueva con forma de cabeza de tigre. Ya no estaba tan exhausto, pues había parado en un oasis para descansar y rellenar sus botellas vacías. Por suerte, los Sincorazón no le atacaron durante el viaje y tampoco tuvo problemas con las tormentas de arena.

«No me digas que el mapa… está equivocado», sin duda la cueva debía hallarse ahí, en aquella zona rocosa. Pero no era así. Irritado, soltó un bufido.

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Pero sin la cueva xD
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Como aquel mapa fuera falso iba a darle una paliza al maldito vendedor, de eso estaba seguro.

¿Y ahora? ¿Esperaría a que la cueva apareciera por arte de magia, se daría media vuelta…?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:42 pm

Freya no fue nada precavida. Cayó en que debía haber cogido provisiones justo cuando estaba a mitad de camino, cuando notó que tenía la boca seca y las tripas empezaron a sonarle. Bajo aquel sol abrasador, perdía fuerzas con más rapidez.

¿Debía volver atrás, comprar comida y agua y volver a empezar el camino hasta la cueva? No, perdería demasiado tiempo, no podía entretenerse tanto. Debía continuar.

«Ni un puto oasis por el camino, genial», pensó, mientras observaba su alrededor, arrastrándose por aquel desierto.

Finalmente, cuando la pelirrosa creía no tener más fuerzas para continuar, vislumbró algo en la lejanía. Parecía la silueta de alguien, pero no estaba segura; debería avanzar un poco más para comprobarlo. Sacó el mapa de su mochila y se dio cuenta de que estaba cerca de su destino. ¡Un último esfuerzo!

Conforme la chica avanzaba, la silueta cobraba forma. Al ver que se trataba de un chico, Freya no pudo alegrarse más: podría preguntarle si tenía agua. ¡Quizás estaba salvada! Había valido la pena el sacrificio de no dar la vuelta.

Perdone —Le dijo, con un hilo de voz. Le costaba hablar—. ¿Tendría agua para esta joven? Llevo horas viajando y…

Paró de hablar de golpe cuando reparó con quién estaba hablando. Por mucho que aquel turbante cambiase un poco su aspecto, Freya reconocía aquellos ojos. Frunció el ceño levemente y cerró los puños, algo molesta.

¡Tú otra vez! —Exclamó—. ¿Qué coño haces aquí, Light?

Notó como sus piernas temblaban, y acabó por caer al suelo, sin fuerzas. La arena quemaba, pero no era tan molesto y cansado como mantenerse de pie. Fantástico. Había encontrado a alguien que quizás podía ayudarla y tenía que ser Light, el chico de Nunca Jamás, el usurpa cofres, el indecente que coincidió en aquella partida con ella, el que estuvo a punto de pisarla cuando bailaron…

Freya no tuvo más tiempo para seguir reflexionando sobre su mala suerte, porque justo en aquel momento, un temblor empezó a sacudir el terreno. Frente a los dos aprendices, apareció la boca de un tigre: la tan ansiada Cueva de las Maravillas.

¿T-Tú también buscabas esto? —consiguió preguntar—. No pienso dejar que te hagas con el frasco antes que yo, que lo sepas. E-En cuanto me recupere…

No iba a rebajarse a pedirle ayuda a alguien como él. Si hacía falta, esperaría a recuperar fuerzas y ya lo alcanzaría. Pero su orgullo iba primero.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:44 pm

Light, cruzado de brazos, se dedicaba a pensar: meditaba qué hacer a continuación. Entonces, se dio cuenta de que una persona se había acercado a él. Parecía tener problemas.

Perdone —pronunció con dificultad—. ¿Tendría agua para esta joven? Llevo horas viajando y…

Sí, claro. —No se fijó demasiado en su rostro. Comenzó a buscar de inmediato alguna botella para la chica sedienta. Cuando la encontró, observó a la muchacha antes de dársela. La reconoció—. Tú…

¡Tú otra vez! —le interrumpió—. ¿Qué coño haces aquí, Light?

Eso mismo te pregunto, Freya. —Abrió los ojos, sorprendido. Aunque se trataba de alguien de Bastión Hueco le entregó la botella de agua que le había pedido (tenía de sobra y ya no las necesitaba mucho, el sol no pegaba tan fuerte).

La chica cayó sobre el suelo, agotada. A simple vista no había traído ningún tipo de protección para resguardarse del sol. Light puso los brazos en jarra y los ojos en blanco.

«Ya le vale…».

Un suceso repentino le sobresaltó y le obligó a soltar una exclamación. ¿Un terremoto? A simple vista lo parecía, pero era algo más: un remolino de polvo y arena apareció delante de ellos. Cuando vio que un gran objeto surgía del suelo, se echó para atrás y tiró de Freya para que se levantara y se alejara con él.

No era ningún Sincorazón como pensó al comienzo… sino una cueva. Y no una cualquiera, era una cabeza de tigre: sin duda se trataba de la Cueva de las maravillas.

¿T-Tú también buscabas esto? No pienso dejar que te hagas con el frasco antes que yo, que lo sepas. E-En cuanto me recupere…

Light puso cara de extrañeza y negó con la cabeza.

¿Frasco? ¿De qué estás hablando? Y no, no me interesa ningún frasco, estoy buscando a una persona que se supone que está en la cueva.

Escuchó lo que tenía que decir, atento. Después, echó un suspiro y se encaró a la cueva.

Bueno, si se te trata de investigar la cueva lo mejor será que vayamos los dos juntos. No sabemos qué nos encontraremos ahí dentro —propuso aunque no le hablara de aquel frasco. Los bandos ya no estaban en guerra, así que la idea de cooperar no resultaba tan absurda, ¿no?

En cuanto aceptara, echaría a andar hacia la Cueva de las maravillas. No le daba buen rollo internarse en la boca de aquel tigre; pero al final tuvo un poco de valor y se adentró en la caverna.

Le latía deprisa el corazón. Quizás… estaba ahí su madre y todo. ¿Que tenía una probabilidad remota de encontrarla en un lugar tan peculiar? No lo dudaba. Pero la posibilidad seguía ahí y le ponía nervioso.

No sabría qué decirle si la encontraba.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:44 pm

¿Frasco? ¿De qué estás hablando? Y no, no me interesa ningún frasco, estoy buscando a una persona que se supone que está en la cueva.

Mientras el chico hablaba, Freya aprovechó para darle un buen trago a la botella de agua. Estaba caliente, pero le sentó de maravilla. Soltó un largo suspiro, aliviada. Light buscaba a una persona, no el frasco, así que no tenían el mismo objetivo.

Bueno, si se te trata de investigar la cueva lo mejor será que vayamos los dos juntos. No sabemos qué nos encontraremos ahí dentro.

Se cruzó de brazos, pensativa. No era una mala idea… Ya habían trabajado juntos en otra ocasión. Además, aquella cueva no le daba buenas vibraciones; tenía pinta de ser bastante peligrosa. Ir acompañada sería mucho mejor.

Está bien —dijo, mientras guardaba la botella en su mochila.

Y con valentía, se adentró en la Cueva, siguiendo a Light.

La primera de las salas consistía en un largo pasillo iluminado por una luz muy tenue. Freya se frotó los ojos, molesta; le costaba adaptarse al cambio brusco de iluminación. Cuando finalmente lo hizo, adelantó a Light para observar mejor el lugar. Parecía bastante tranquilo. El eco de sus pasos llenaba la sala; estaban solos.

No parece muy peligroso.

Del suelo surgieron unos cuantos sincorazón, bloqueando el camino. Freya invocó inmediatamente su Llave Espada.

Hagamos que no he dicho nada.

Al tratarse de unas cuantas sombras, la chica fue capaz de eliminarlas con facilidad. En cuanto acabó, volvió al lado de Light; no estaba convencida de que el camino fuese a ser tan fácil.

Vale, cuento con la idea de que habrá bichos de estos por todas partes —comentó, con cierta ironía—. Debería irme acostumbrando ya.

Cuando decidieran continuar, ambos se encontrarían con otro problema. La puerta para pasar a la siguiente sala estaba bloqueada. Freya observó con cuidado la inscripción que estaba grabada sobre su superfície.

¿Qué es lo que aún no ha sido, que debe de ser, pero cuando lo sea, ya no lo será? —leyó en voz alta—. ¡Es un acertijo! Me encantan estas cosas.

Le dio un suave codazo a Light para que le prestara atención. Le miró con cierta cara de burla, desafiándole. Estaba convencida de que tendría ni idea de qué se trataba. Además, encontró divertida la idea de tomarse aquella situación como un juego. Así que, ¿qué mejor que retar a su compañero?

Me apuesto lo que quieras a que no lo resuelves.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:46 pm

Light se quedó con ganas de saber de ese frasco, ¡no le dijo nada de nada! Aunque era lógico si no le interesaba que nadie se lo quitara. El aprendiz no insistió y no volvió a sacar el tema, de momento.

Ambos se adentraron en la Cueva de las maravillas y comenzaron a recorrer un pasillo sin nada destacable. El eco de sus pisadas era perfectamente audible.

El aprendiz, al contrario que la chica de Bastión Hueco, no se molestó en observar mucho el lugar. A simple vista no había nada especial que le interesara.

No parece muy peligroso.

Su indicación bastó para que los Sincorazón aparecieran: un conjunto de Sombras. Light invocó su llave y se puso en guardia.

Hagamos que no he dicho nada.

A matar hormigas se ha dicho.

Ambos se repartieron a los enemigos y comenzaron a eliminarles sin ningún tipo de inconveniente. A Light le bastó realizar tres rápidos tajos para hacer desaparecer a las Sombras, no supusieron esfuerzo alguno. Tras terminar con la tarea, se volvió hacia Freya y presenció cómo terminaba con su último enemigo.

Vale, cuento con la idea de que habrá bichos de estos por todas partes. Debería irme acostumbrando ya.

Si son solo Sombras no hay problema. Si hay Invisibles y Neosombras entonces ya sí que estamos jodidos. —Desmaterializó su Alma Inquebrantable y continuó andando.

No pudo avanzar demasiado, porque una puerta les bloqueaba el paso. Light examinó la inscripción grabada, pensativo. Parecía que necesitaban resolver un acertijo para pasar a la siguiente zona (¡y los acertijos no le gustaban nada!).

¿Qué es lo que aún no ha sido, que debe de ser, pero cuando lo sea, ya no lo será? —leía en voz alta—. ¡Es un acertijo! Me encantan estas cosas.

Pues a mí no. —Contestó tras su codazo, terminante.

Me apuesto lo que quieras a que no lo resuelves.

Ya lo veremos… —Se cruzó de brazos. Aunque se consideraba competitivo no se picaría por esa tontería.

No se le ocurría absolutamente nada, aunque tampoco puso mucho esfuerzo...

Impaciente, se acercó un poco más a la puerta y buscó alguna cerradura. En efecto, había una diminuta que pasaba bastante desapercibida. Quizás había otra forma de superar ese obstáculo sin adivinar esa tontería…

En efecto la había. Hizo aparecer de nuevo su Llave Espada y apuntó a la cerradura. Un rayo de luz nació de la punta de su arma y se metió dentro del diminuto agujero. Un chasquido le confirmó que se había abierto.

Pues no sé lo que es, pero se ha abierto. —Se encogió de hombros y sonrió.

Y de esta forma se ahorraba una prueba de pensar. Utilizar su arma contaba como hacer trampas… ¿pero de verdad importaba?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:47 pm

Ya lo veremos…

Freya esperó impaciente por una respuesta de Light, pero no llegó a obtenerla. El muy canalla encontró una cerradura en la puerta que fue capaz de abrir dando uso a su Llave Espada. Un pequeño chasquido confirmó que lo había conseguido.

Pues no sé lo que es, pero se ha abierto. —Sonrió.

«Menudo tramposo».

Freya empujó la puerta con fuerza y esta se abrió. Pasó de mala gana, con los brazos cruzados, y sin apenas mirar a Light. ¡Con lo divertidos que podían ser los acertijos! Ella hubiese estado dispuesta a echarle una mano para averiguarlo. Y encima podría haber ganado la apuesta…

Pues que sepas que creía tener la respuesta —le recriminó, sin mirarle aún—. Pensaba que serías capaz de llegar a la misma conclusión que yo.

»Paso de hablarte hasta que me digas la respuesta.

Se paró para observar su alrededor: se trataba de una sala circular, con varias salidas. Freya se acercó a una de las paredes, curiosa por los dibujos que se veían desde la lejanía. Se trataba de inscripciones en otro idioma que la pelirrosa no pudo descifrar. ¿De qué hablarían?

Qué raro… —meditó—. ¿En qué idioma está esto? El de la puerta pudimos entenderlo sin problemas…

Pasó la mano por todas las inscripciones, hasta encontrar una que estaba situada sobre un ladrillo que parecía sobresalir de la pared. Impulsada por la curiosidad y no por la sensatez, como siempre, la muchacha lo empujó y el ladrillo se introdujo en la pared, creando un gran estruendo por toda la sala. Freya se giró, alarmada. Aquello no había sonado nada bien.

¿Q-Qué ha sido eso?

De una de las puertas asomó una enorme bola metálica que empezó a recorrer su camino a gran velocidad. Si ninguno de los dos se ponía en marcha, la bola podría aplastarles y acabar con ellos con facilidad. Adiós investigación de la cueva. Adiós la Capricornio que encontraría el frasco.

Freya se acercó corriendo hasta Light y tiró de su manga con fuerza.

¿Sabes qué? Hagamos una pausa en el enfado —dijo, sintiéndose culpable del lío en que se habían metido. No era el momento oportuno para disculparse—. No hay tiempo, tenemos que salir de aquí.

»Hay demasiadas salidas. Más nos vale escoger una que no sea errónea.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:50 pm

Pues que sepas que creía tener la respuesta —le echó en cara—. Pensaba que serías capaz de llegar a la misma conclusión que yo.

»Paso de hablarte hasta que me digas la respuesta.

«Y a esta qué le pasa ahora», pensaba, levantando la mirada. ¿En serio se había enfadado por un estúpido acertijo?

Haz lo que quieras —contestó tranquilo, sin darle demasiada importancia a su enfado y sin sonar muy borde.

Los dos acabaron llegando a una sala circular a partir de la cual podían tomar bastantes pasillos. Había dibujadas en las paredes varias inscripciones que no podía traducir: estaban escritas en un idioma desconocido. Esperaba que, si aquello formaba parte de una prueba, no consistiera en escoger el camino correcto que no era una trampa. Había demasiados para elegir.

Light probó a usar su habilidad Sentido sísmico. Llegó a captar a través de sus ondas las pisadas lentas de alguien que se encontraba recorriendo uno de los pasillos. En efecto, no buscaba elegir ningún camino correcto, sino dar con su madre.

Vayamos por ahí mismamente —indicó, refiriéndose al pasillo en cuestión.

Hasta ese momento no había permanecido atento a lo que hacía Freya. Un sonoro ruido le sobresaltó sin remedio.

¿Q-Qué ha sido eso?

Ni idea… —Miraba hacia varias direcciones, preocupado.

Una de las puertas se abrió de golpe y comprobaron que tras ella se movía algo. No era otra cosa que una bola metálica de tamaño descomunal que les aplastaría sin problemas si lograba pasar por encima de ellos.

Oh, mierda.

Su compañera en aquella búsqueda le tiró fuertemente de la manga.

¿Sabes qué? Hagamos una pausa en el enfado. No hay tiempo, tenemos que salir de aquí.

»Hay demasiadas salidas. Más nos vale escoger una que no sea errónea.

Relájate, no pasa nada —declaró, más tranquilo—. Mira y aprende.

Apuntó a la bola rodante con su brazo y del suelo surgieron muchos Pilares de tierra (de altura máxima) que se interpusieron entre ellos y la trampa. El objeto se detuvo en seco tras impactar contra sus montículos de roca. ¡Problema solucionado!

Vayamos por aquí —Señaló de nuevo la puerta que se encontraba justo en frente de la sala que contenía aquella bola de metal, al otro extremo de la habitación. Allí había alguien, estaba seguro.

De no haber bloqueado el trayecto de la bola ésta les hubiera seguido por ese pasillo. No había resultado tan mala idea usar el pilar de roca.

No dieron muchos pasos hasta encontrar a la persona que Light había detectado con sus poderes. No estaba sola, curiosamente (sus acompañantes acababan de aparecer, puede que por la trampa que había accionado Freya): múltiples víboras de piel dorada y ojos rojizos como la sangre rodeaban a la mujer, quien parecía estar teniendo problemas. Y no trataba de huir, ¿quizás necesitaba acabar con esas criaturas para avanzar?

Light se detuvo a observarla un segundo. La guerrera de cabello blanco empuñaba una gran espada, bastante larga cabía decir. Su rostro denotaba claro cansancio y además se llevaba la mano al hombro. ¿Estaría herida?

«No puede ser ella», su apariencia no tenía nada que ver con el de su madre, y además parecía ser demasiado joven para tratarse de ella.

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Cuando la mujer les advirtió y comprobó que estaban preparados para entrar en combate —Light al menos, quien empuñaba su Llave Espada—, les alertó:

¡Cuidado con su veneno!

Hora de matar serpientes.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:51 pm

Relájate, no pasa nada —dijo, con toda la tranquilidad del mundo—. Mira y aprende.

Freya iba a replicar —como de costumbre—, pero Light no le dio tiempo: apuntó a la bola y del suelo empezaron a surgir una gran cantidad de Pilares de tierra, separándolos así de aquella trampa. Volvían a estar fuera de peligro.

Notó como empezaba a darle un pequeño tic en el ojo: era la segunda vez que se encontraban con un obstáculo y Light había sido capaz de librarse de él de manera poco convencional. Ella solamente se había quedado con la respuesta de un acertijo que no le serviría de nada y había activado una bola enorme que amenazaba con aplastarlos. Fantástico.

No sabía si sentirse agradecida porque le hubiesen salvado la vida o frustrada por esa misma razón.

Vayamos por aquí —señaló la puerta que estaba en el otro extremo de la sala. Freya no puso pegas; mejor seguir al chico, que por lo visto tenía mejores ideas.

Al entrar en la nueva sala se encontraron con una persona. La mujer estaba rodeada de víboras doradas de ojos rojizos; estaba claramente en problemas. Freya se preguntó si había activado también aquella trampa o se había encargado la propia mujer de ponerse en peligro a sí misma.

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¡Cuidado con su veneno!

Era hora de luchar de nuevo. Freya corrió hacia la mujer, y cuando estuvo cerca, invocó un Orbe de Oscuridad que lanzó hacia parte de las serpientes. Cuando éste retornó a su dueña, lo volvió a lanzar y explotó, librándose así de aquellos molestos seres.

Una vez que Light acabase con las que quedaban, Freya se acercaría a la mujer.

¿Se encuentra bien?

En ese momento se dio cuenta de que se trataba de una mujer muy bella. Tenía unos rasgos delicados, aunque parecía ser bastante dura. Portaba también un arma enorme que parecía pesar más que ella incluso.

¿Puedo preguntarle su nombre? Yo soy Freya, un placer —sonrió. Después señaló de mala gana al chico—. Este es Light.

Quizás estaba tratando un poco mal a su compañero. De todas maneras, acabaría haciendo las paces completamente con él en otro momento, supuso. Ahora seguía un poco molesta con él por lo de antes.

Por cierto, ¿qué hace por aquí? —continuó preguntando, interesada por aquella respuesta—. ¿La cámara de los tesoros, quizás?

¿Era posible que la mujer fuese la Géminis de la que le había hablado Esperanci? En ese caso, no dudaría en luchar por encontrar el frasco primero.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:54 pm

La batalla comenzó. Light y Freya, al igual que en la pelea contra las Sombras, se dividieron. Las víboras caían con relativa facilidad: un tajo de su llave era más que suficiente para partirlas en dos.

Sin embargo, una de esas criaturas le pilló con la guardia baja e intentó hincarle los colmillos en la pierna derecha. ¡Maldición! La vio por el rabillo del ojo, pero no fue capaz de retirar la extremidad.

Pero la suerte estuvo de su lado. El animal no consiguió morderle gracias a que la mujer de cabello blanco le aplastó el cráneo a tiempo, matándola en el acto con su espadón.

Finalmente terminaron con la vida de las víboras. Un chasquido que provenía de una puerta cercana parecía indicar que acababa de abrirse. Habían superado la trampa.

En cuanto acabaron la tarea, la guerrera se dejó caer sobre el suelo para descansar y guardó su espadón en la funda. En ese momento —cuando Light se acercó a ella— se dio cuenta de que la fémina llevaba una especie de tatuaje en el rostro. Dirigió una mirada hacia los aprendices y suspiró, aliviada.

Gracias…

¿Se encuentra bien?

La mujer se mordió el labio inferior y examinó la herida de su hombro, con una ligera mueca de dolor. No se podía decir que estuviera bien a simple vista.

Déjame mirar. —La mujer retiró la mano para permitir que el chico examinase la herida. No era una normal y corriente: definitivamente la habían producido aquellos violentos animales con sus colmillos—. Beba esto, es un antídoto, debería curar el veneno. —Menos mal que se había traído algunos antes de partir.

Antes de aceptarla examinó durante unos segundos el envase para asegurarse. Agradeció profundamente su ayuda e ingirió la bebida curativa.

Gracias otra vez, pensé que no lo contaba —admitió—. Quién diría que recibiría la ayuda de Portadores… —Parecía que de alguna manera estaba enterada de su existencia, no podía ser una persona normal y corriente.

¿Puedo preguntarle su nombre? Yo soy Freya, un placer. —Luego miró a Light de mala gana, haciéndole sentir incómodo. ¿Qué demonios le pasaba a esta cría?—. Este es Light.

Nailah. —Finalizó las presentaciones y se cruzó de brazos. No se levantó del suelo, quería descansar y dejar que el antídoto le hiciera efecto antes de ponerse en marcha.

Se disponía a preguntarles qué hacían allí, pero Freya se le adelantó y lanzó antes su pregunta.

Por cierto, ¿qué hace por aquí? ¿La cámara de los tesoros, quizás?

Así que tú también la conoces. —Observó fijamente a Freya—. En efecto. Pero aunque no lo parezca, no me interesa la juventud eterna ni las riquezas. Soy arqueóloga —aclaró—, o cazatesoros, como me llaman algunos. Soy una friki de las antigüedades y rarezas —admitió sin ninguna timidez. Más claro imposible.

Nailah la arqueóloga… así se llamaba la mujer que acababan de conocer. A simple vista parecía ser una persona bastante fuerte: lo había demostrado al matar a esa peligrosa víbora de un solo golpe. Si no hubieran aparecido tantas seguramente no hubiera necesitado ninguna ayuda.

¿Cómo es que conoces nuestra Orden?

Os habéis ganado bastante mala fama en Ciudad de Paso. —Sonrió—. Y sí, obviamente conozco la existencia de otros mundos —aclaró al ver el ligero asomo de sorpresa en el rostro de Light—, de lo contrario me moriría de aburrimiento. Gracias a que viajo por estos puedo visitar todo tipo de ruinas y cuevas. Como en la que nos encontramos ahora.

»Y los tesoros no van a acudir a mí por sí solos. Hora de ponerse en marcha
—dijo la arqueóloga, más bien para sí misma. Parecía que el antídoto ya había surtido efecto: ahora se mostraba más que saludable.

No les pidió que la acompañaran, decidió avanzar por sí misma. Parecía determinada a encontrar las riquezas ocultas de aquella cueva.

¿Vamos? —le preguntó a Freya antes de seguir a la mujer (si la chica de Bastión Hueco todavía no había empezado a moverse). Le había despertado bastante curiosidad… aunque no se tratara de su madre.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:54 pm

Light se encargó amablemente de curar a la agotada mujer que descansaba ahora en el suelo. Tras eso, se dedicó a contestar a la racha de preguntas que le hizo la aprendiza.

Así que tú también la conoces. —Freya enarcó una ceja—. En efecto. Pero aunque no lo parezca, no me interesa la juventud eterna ni las riquezas. Soy arqueóloga —aclaró—, o cazatesoros, como me llaman algunos. Soy una friki de las antigüedades y rarezas.

«Ya, claro», pensó con amargura la pelirrosa. No iba a fiarse de la primera persona que se encontraran por ahí.

¿Cómo es que conoces nuestra Orden? —preguntó Light esta vez.

Os habéis ganado bastante mala fama en Ciudad de Paso. Y sí, obviamente conozco la existencia de otros mundos —Freya miró a Light, que parecía tan sorprendido como ella—, de lo contrario me moriría de aburrimiento. Gracias a que viajo por estos puedo visitar todo tipo de ruinas y cuevas. Como en la que nos encontramos ahora.

»Y los tesoros no van a acudir a mí por sí solos. Hora de ponerse en marcha
.

Y se levantó. Se puso en marcha sin comentar nada a los aprendices; quizás no esperaba que la siguiesen.

Más le valía no haber mentido, porque Freya estaba empeñada en hacerse con su frasco, y ninguna cazatesoros iba a hacerse con él por mucho que dijese que no le interesaba. Ese era uno de los tesoros más importantes escondidos en aquella cueva, y obviamente, mucha gente se moría por encontrarlo.

¿Vamos? —le preguntó Light. Freya asintió con la cabeza, pero antes de que el aprendiz pudiese dar algún paso, ella lo detuvo sujetándole por la manga.

Oye, lo siento —se disculpó, aunque no fue capaz de mirarle; ella no solía hacer esas cosas, y le resultaba extraño.

Pero aquella vez era diferente; tampoco quería estar enfadada con el aprendiz, y necesitaba que estuviese de su parte si aquella cazatesoros decidía hacerse con el objetivo de Freya. Además, se había enfadado por una tontería: seguro que más adelante podría vengarse por lo del acertijo.

No sé qué opinarás tú de ella… Pero deberíamos ir con cuidado —dijo, siendo franca—. Sé que no te he hablado antes de esto, pero creo que deberías saberlo. Aunque no vaya contigo, lo sé.

Se adelantó y se puso frente a él, para que le prestase atención. Empezó a gesticular para explicar todo aquello, con los ojos bien abiertos y emocionada, como si estuviese contando un cuento. Realmente aquellas cosas le fascinaban, y se podía comprobar por como se implicaba en toda la historia.

¿Has oído hablar alguna vez del Elixir de la Eterna Juventud? —comenzó—. Estuve investigando un poco, y se trata de un pequeño frasco de color azul que ocasionó muchas disputas en la antigüedad.

»En los jardines del castillo de una malvada reina, había un pozo lleno de ese elixir. Y por supuesto, ella lo usaba en su beneficio para mantenerse guapa y joven durante toda la eternidad. Pero cuando su pueblo entró en guerra con el vecino, que se enteró de la existencia del elixir, todo aquel territorio fue destruido, y lo único que fue capaz de salvar la reina fue un pequeño frasco.

Freya señaló la puerta que conducía a la siguiente sala.

Y no se sabe cómo… ¡Pero acabó en algún lugar de esta cueva! —exclamó—. ¿No te parece increíble que sólo se tenga esa información? Se debería analizar el frasco y ver de qué está hecho ese elixir, ¿no crees?

Se rascó la nuca, avergonzada; le había soltado una larga historia a Light, cuando probablemente al aprendiz ni le interesase. Menuda tontería. Suspiró y se dio la vuelta, encaminándose a la nueva sala.

A-Ah, y por favor, no pienses que quiero ese elixir para usarlo —Se excusó rápidamente, notando como sus mejillas se enrojecían. ¿Cómo no había pensado en eso? Era la primera conclusión a la que podía haber llegado el aprendiz con toda aquella historia—. No me interesa la eterna juventud... Pero quiero contribuir en la biblioteca de Bastión. Es solo eso...

Finalmente, Freya entró en la nueva sala, la cual estaba totalmente a oscuras. ¿Eso significaba que habían caído de lleno en otra trampa? No, era demasiado fácil. Fue a buscar en su mochila la linterna que solía llevar, pero no la encontró; debería buscar otra cosa.

¿Light? —susurró—. ¿No tienes otro de tus maravillosos hechizos para esto?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 8:59 pm

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Oye, lo siento —se disculpó, sin mantener contacto visual con él.

¿Eh? —Aquello le pilló por sorpresa. No estaba enfadado ni le había ofendido, así que no veía necesario que se disculpara. Y lo del acertijo había sido una tontería sin importancia—. No tienes por qué disculparte.

No sé qué opinarás tú de ella… Pero deberíamos ir con cuidado. —Light enarcó una ceja: ¿no se fiaba de la mujer?—. Sé que no te he hablado antes de esto, pero creo que deberías saberlo. Aunque no vaya contigo, lo sé.

¿De qué hablas?

Freya comenzó a contarle todo lo que sabía de ese frasco, emocionada. Se notaba que se tomaba aquella búsqueda en serio, de verdad quería dar con ese objeto. Light no la interrumpió y esperó a que terminara de informarle.

¿Has oído hablar alguna vez del Elixir de la Eterna Juventud? —Negó con la cabeza—. Estuve investigando un poco, y se trata de un pequeño frasco de color azul que ocasionó muchas disputas en la antigüedad.

»En los jardines del castillo de una malvada reina, había un pozo lleno de ese elixir. Y por supuesto, ella lo usaba en su beneficio para mantenerse guapa y joven durante toda la eternidad. Pero cuando su pueblo entró en guerra con el vecino, que se enteró de la existencia del elixir, todo aquel territorio fue destruido, y lo único que fue capaz de salvar la reina fue un pequeño frasco.

La aprendiza señaló una puerta de la sala.

Y no se sabe cómo… ¡Pero acabó en algún lugar de esta cueva! —aseguró, fascinada—. ¿No te parece increíble que sólo se tenga esa información? Se debería analizar el frasco y ver de qué está hecho ese elixir, ¿no crees?

«¿Analizarlo… o quedártelo para ti?», sonrió.

Light se cruzó de brazos y ladeó la cabeza, hacia la puerta. Empezó a moverse en dirección a ésta, a la par que Freya.

Supongo. Aunque… ¿no crees que lo mejor es que nadie se haga con ese frasco? Si de verdad ha provocado tantas guerras no puede ser bueno —planteó, no demasiado convencido. Aunque debía admitir que la historia del frasco le había resultado interesante y tenía curiosidad.

A-Ah, y por favor, no pienses que quiero ese elixir para usarlo —añadió con vergüenza—. No me interesa la eterna juventud... Pero quiero contribuir en la biblioteca de Bastión. Es solo eso...

De acuerdo.

Al fin entraron en la siguiente sala, donde quizá les esperaba otra prueba. La habitación estaba completamente oscura y no podía ver absolutamente nada, mal asunto. Y además habían perdido a la arqueóloga: la mujer no les había esperado, se había adelantado bastante.

¿Light? ¿No tienes otro de tus maravillosos hechizos para esto?

Lo tengo. —Se refería a su Sentido sísmico, aunque no vio necesario utilizarlo—, y también tengo una linterna. —Buscó a tientas el objeto, que se hallaba en el interior de su mochila. La encendió tras encontrarla y comenzó a moverse—. Vamos.

»Me hace gracia que hables de maravillosos hechizos, siempre fui un negado con la magia.

Tardó pocos segundos en dar con algún obstáculo. Light se detuvo delante de una estatua de piedra que parecía tener figura humana. Menos mal que la había iluminado, porque de lo contrario no la hubieran visto y se hubieran golpeado con ésta. Y hubiera dolido.

Siguieron investigando la habitación, en busca de alguna salida. Pero no había absolutamente nada, solo estatuas repartidas por el cuarto.

Quizá deberíamos dar la vuelta. Pero es raro… Juraría que Nailah entró aquí. —Y no había rastro de ella. ¿Habría encontrado una entrada secreta que se les había pasado—. Espera.

Notó algo raro. El suelo que estaban pisando en ese preciso momento… era ligeramente diferente, lo habían construido con otro material. ¿Madera…?

Y, entonces, la trampilla se abrió de golpe. Y ellos estaban encima de ella casualmente.

Light —éste soltó una exclamación sin poder evitarlo— y Freya cayeron sin remedio. Temió que se tratara de alguna trampa mortal y estuvo a punto de invocar las alas, pero no fue necesario. Los dos terminaron… en el interior de una sala inundada.

No se mataron por suerte, ya que el agua amortiguó su caída. Y la «piscina» era bastante honda.

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«¡Joder!», se le metió agua en la boca.

Light emergió rápido, entre tosidos, y salió cuanto antes del agua (templada, por cierto). Se apoyó sobre una plataforma rocosa, con el pulso acelerado a causa del susto.

Mierda. —Intentó encender la linterna, pero se había estropeado al entrar en contacto con el agua. Le tocaba comprar otra. Por suerte la sala estaba iluminada por estatuas brillantes y no resultaba necesaria—. ¿Y ahora? ¿Por dónde vamos?

Y es que podían tirar por diferentes túneles. Dejaría que Freya tomara la decisión.
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