[Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Encuentro entre Fátima y Ragun

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:01 am

Ja. Kaiser.

Cuando Ragun se arrodilló, Fátima pensó que ya estaba, se había vuelto loca. No comprendía nada de lo que estaba sucediendo excepto una cosa: que tenían que largarse de ahí si no querían morir o acabar en una mesa de disección.

Luego el chico se puso en pie y le dijo:

—[/b]Fátima.Ésto no tiene nada que ver contigo. Yo los contendré. Pide ayuda en Tierra de Partida.[b]

Fátima iba a responder que no fuera estúpido, que no podía enfrentarse a tres personas, pero los Cats no les dieron tiempo. El chico guapo con gafas de sol atacó con un ataque gravitatorio a Ragun. Fátima, echando a los niños atrás, iba a ayudarlo a defenderse cuando el tipo pelirrojo se arrojó sobre ella… Envuelto en fuego.

«Ah, ¿con que esas tenemos?»

Fátima activó el Estilo, que la sacudió con un desgarrón de energía. Sus ojos se volvieron azules y sintió cómo la magia chispeaba a su alrededor al tiempo que invocaba a Gran Ondina.

Imagen

Fátima abrió una Prisión de agua en la que no consiguió encerrar al pelirrojo, pero sí frenar su impulso y además apagar su fuego. Luego Gran Ondina rodeó al tipo y lo atacó con un espadazo por la espalda.

¡Corred!—ordenó a los prisioneros—. ¡Meteos dentro, estaréis a salvo!

Para que el tipo de fuego no pudiera perseguirlos sin más, extendió un Suelo Helado tras ellos al tiempo que se bebía varios éteres y abría un Portal Luz. Mientras Gran Ondina intentaba esquivar las bolas de fuego que el tipejo les arrojaba, el grupo se dirigió lo más rápido que pudo hacia el Portal, pero no era lo suficiente rápido. Y entonces el niño escamado tropezó… Y la otra niña se detuvo a su lado.

Fátima maldijo, cogió carrerilla e invocó un Oleaje sobre el que montó. Rodeó con violencia al pelirrojo, embistiéndolo, y luego hizo bajar la ola para atrapar a ambos niños y empujarlos por el Portal.

Luego aterrizó en el suelo y, Llave Espada en mano, se encaró al Cat, empapado y bastante cabreado.

Bueno, ahora que estamos solos, grandísimo hijo de puta, ¿luchamos?—rugió. Estaba asustada, claro que sí, pero ante todo muy cabreada y asqueada.

Gran Ondina había sido destruida, pero ya comenzaba a regenerarse a toda velocidad y le transmitía lo que había averiguado de su enemigo: que era de los que se acercaban para pelear. Así que Fátima se dijo que mantendría toda la distancia que pudiera. Invocó un Tirabuzón y empezó a rodear al hombre, preparada para meterle un buen latigazo en la cara si intentaba acercarse o para desviar algún ataque de fuego.

Entonces el hombre echó a correr, envuelto de nuevo en fuego. Fátima maldijo y retrocedió lo más rápido que pudo, ordenando a Gran Ondina que se mantuviera alejada.

Y decidió jugárselo el todo por el todo. Se quedó quieta y esperó. Esperó. Casi estaba encima. Podía ver con claridad las lenguas de fuego apunto de explotar como una pequeña super nova alrededor del Cat.

«¡Ahora!»

Y activó su ataque final del Estilo: Marea.

El Cat estaba a menos de dos metros de distancia cuando un gigantesco géiser estalló bajo sus pies y lo arrojó hacia lo alto. Fátima no esperó a ver los resultados. Le latía violentamente la cabeza de tanta magia que había usado y estaba a cero, así que su Portal había desaparecido. Por lo que tendrían que salir por patas de otra forma. Transformó su Llave Espada en glider y montó de un salto, pegando un violento acelerón.

¡Ragun, vamos!

Se bebió un éter y se dirigió hacia la compuerta que Ragun había abierto, mirando hacia atrás y preparando un Dragón de agua por si les perseguían.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:07 am

Purplecat se levantó del suelo e hizo crujir sus nudillos. Alrededor de su cuerpo flotaban varias esferas de hierro rodeada de pinchos, como las bolas de un mangual, pero mucho más afiladas.

Me puse en guardia con mi llave espada levantada sin quitarle un ojo a Whitecat, que se limitaba a mirar como Fátima y Redcat peleaban. Disparé un Láser Oscuro contra él, sin embargo, éste se “curvó” pasando a su alrededor e impactando contra una de las paredes al fondo.

<<¿Qué demonios?>>

Ni siquiera estaba mirando para donde yo estaba, no debería haber visto aquello. ¿Acaso ya tenía una barrera más activa?

En ese instante, Purplecat inició su ataque lanzando las esferas metálicas contra mí. Invoqué a varias sombras que se metieron en medio del ataque, lo que evitó que una de ellas impactase contra mí. Disparé una Flama Tenebrosa y me impulsé tras ella realizando mi Impulso Tenebroso. En un principio debería tomarle por sorpresa con mi ataque, por lo que aprovechando que era incapaz de verme salté a un lado cuando la flama estaba a punto de impactar contra él y disparé una Flama Tenebrosa + que no pudo evitar. La explosión de oscuridad fue lo suficientemente poderosa como para que las prendas de Purplecat se hicieran jirones.


¡Ragun, vamos!

Lancé mis sincorazón contra Purplecat para que lo atacasen e invoqué mi Glider para salir volando de la nave. Los dos Cat´s se giraron para ver a su rey. Pese a su aparente tranquilidad, su enfado por la inutilidad de sus súbditos era enorme.

No nos iba a dejar escapar.

Y eso lo supe en el momento en el que salía de la nave y osé mirar hacia atrás. En su espalda, un enorme par de alas de luz habían surgido de la nada para seguirnos por el aire.

Imagen

***


El cielo de Port Royal se abrió frente a nosotros. El que antes estaba despejado, ahora estaba cubierto por enormes nubes negras que oscurecían el mar que había bajo nuestros pies.

Pronto perdimos de vista la enorme nave. Pero aquello no significaba que ellos nos perdiesen la pista a nosotros.

Las nubes negras relucieron por un instante antes de que pudiésemos ver al Emperador volando a una velocidad que rivalizaba con nuestros Gliders.

¡Nos siguen! —exclamé a Fátima, que no dudó en disparar un Dragón de Agua contra él.

Sin embargo, Whitecat no se movió. El ataque de la Maestra se deformó al dirigirse a él, como si algo impidiese alcanzar al Emperador.

¡Está curvando la luz con su poder! —deduje. Era una ilusión, quizás su posición real era un par de metros hacia otro lado, por eso parecía que lo que se acercaba a él se curvaba. Conocía a mi padre, debía tratarse de eso.



En ese momento, Whitecat lanzó un destello de luz que nos cegó el tiempo suficiente como para que lo perdiésemos de vista… Un instante.

Cuando quise darme cuenta se encontraba frente a Fátima con un estoque plateado en su mano. El hombre sonrió por un instante y clavó el arma sin piedad en el pecho de la Maestra.

Que te sirva como lección hijo. Nadie se enfrenta a nosotros sin un castigo. La muerte de esta Maestra será algo que lleves en tu conciencia. —El hombre hizo más fuerza para que la punta de su arma la atravesase por completo saliendo por su espalda.

Tras aquello, le dio un empujón con su mano libre tirándola del Glider para que cayese al mar.

Solté un rugido al saber que no podía hacer nada para luchar contra Whitecat. No sabía si Fátima podría sobrevivir al ataque, pero estaba seguro que no viviría si caía al mar desde aquella altura.

Quería matar al Emperador, a mi padre… Pero no iba a poder. No siendo tan débil.

Salté de mi Glider tirándome en picado hacia el cuerpo de Fátima. que se precipitaba hacia el vacío. Whitecat no tuvo más intención de seguirnos con toda seguridad de haberla matado.
Alcancé a Fátima y la sujeté con mis manos. Mi padre se equivocaba. Fátima había sido herida de gravedad, pero no estaba muerta. Seguía despierta, o eso creía.

No sé si me escuchas, pero si sigues aquí… Necesito que uses tu poder. Abre un Portal de Luz a cualquier sitio, pero ábrelo o será imposible que huyamos.

Era nuestra única esperanza.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:11 am

Cuando el Emperador apareció delante de ella, Fátima todavía estaba medio cegada y en el glider no pudo maniobrar como lo habría hecho en tierra. El corazón le dio un salto y trató de frenar con brusquedad, pero de poco sirvió. Escuchó cómo su armadura se quebraba y vio algo plateado antes de que un dolor lacerante le atravesara el pecho.

Que te sirva como lección hijo. Nadie se enfrenta a nosotros sin un castigo. La muerte de esta Maestra será algo que lleves en tu conciencia —escuchó que decía, hablando a Ragun, como si ella no estuviera ahí y no fuera más que un maldito pedazo de carne que trocear.

Intentó gritar cuando el Emperador presionó y sintió que la punta la desgarraba por dentro y, con un chasquido, salía por la espalda, pero los pulmones no le respondieron.

El hombre hizo más fuerza para que la punta de su arma la atravesase por completo saliendo por su espalda.

No sintió el empujón. Su visión se ennegreció y los sonidos se alejaron demasiado rápido como para que pudiera pensar en nada excepto el dolor al tiempo que el entumecimiento se extendía por su cuerpo. Ni siquiera tuvo tiempo para asustarse o pensar en que si no se sujetaba mejor iba a ser el final: cayó inconsciente casi de inmediato.

Hasta que hubo un violento frenazo, su cabeza se sacudió y el dolor volvió con toda su intensidad en medio de un frío indescriptible mientras sentía cómo la sangre se escapaba por su pecho… y su espalda. Pero fue suficiente para que intentara abrir los ojos, a pesar de que una parte de ella sabía que era una lucha perdida a menos que gastara su magia en intentar curarse, y no sabía si iba a tener fuerzas para hacer un conjuro lo suficiente fuerte.

Vio que estaba sobre el brillante mar azul y también que por su superficie había salpicaduras verdes. Islas. Tierra.

No sé si me escuchas, pero si sigues aquí… Necesito que uses tu poder. Abre un Portal de Luz a cualquier sitio, pero ábrelo o será imposible que huyamos.

No reconoció la voz, pero sí el concepto de huir y el Portal de Luz. Pero estaba tan, tan cansada, ¡y tenía que curarse! Curarse o iba a morir… Y lo intentó, pero, como había temido, no fue capaz de reunir la suficiente magia. Con un gemido de extenuación y de dolor, trató de obedecer a la voz. Miró a la isla más cercana.

Allí tendría que valer.

La magia se escapó de su cuerpo, como la sangre, y la luz resplandeció frente a ella mientras caían hacia el Portal. Hubo un acelerón y Fátima ya no pudo más.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:12 am

Fátima logró, pese a parecer inconsciente un Portal de Luz unos metros bajo ella. Agarré a la Maestra mientras me preparaba para atravesar con ella el portal. Posiblemente saldríamos disparados, por lo que no dudé en tener mi evasión sombría lista para no convertirnos en una masa de sangre contra una pared. Por suerte, el Portal fue creado en un lugar más o menos seguro, por lo que salvo por el golpe que me llevé en un hombro (el cual se dislocó por la fuerza del impacto) no hubo daños mayores.

Estábamos en una isla pequeña, lejos de Whitecat por suerte. Pero lo suficientemente cerca como para saber que no habíamos salido del Triángulo de las Bermudas. El islote estaba cerca de uno mucho mayor y con una ciudad poblada por lo que pude comprobar.

No muy lejos de la playa donde habíamos aparecido había una caverna entre las rocas. Agarré a la Maestra con cuidado llevándola al interior de ésta. La luz entraba por unos huecos en el techo, por lo que podía hacerle unos primeros auxilios que al menos la dejasen sobrevivir.

No lo dudé ni un instante. Pulsé el botón de su armadura para hacerla desaparecer y le quité la parte de arriba de su ropa, sin embargo… Lo que vi fue extraño. Pero no tenía tiempo para esas cosas, la vida de Fátima corría grave peligro, un error y estaría muerta.

Rompí un trozo de mi bufanda e hice presión sobre la herida con ella para taponar el agujero. Hice lo mismo por la espalda, acto seguido, cuando vi que la pérdida de sangre era un poco menor le di una poción para beber. Su herida empezó a cicatrizar lentamente, pero al menos podía ver que no tardaría mucho en salir del peligro mortal de morir por la pérdida de sangre.

Busqué entre mis cosas un rollo de vendas que empecé a envolver alrededor de su cuerpo, hasta dejarla completamente cubierta con ellas, también improvisé una “manta” con la piel de un jabalí que desollé para que no perdiese calor corporal. Lo cierto era que su temperatura estaba muy baja y temía que no despertase nunca más.
Si al menos hubiese aprendido Piro…

Tras un largo rato de cuidados intensivos. Fátima pareció empezar a mantenerse estable. Tan solo quedaba que despertase.

Y ahora que lo pensaba… No estaba del todo seguro de lo que había visto cuando la había desnudado de cintura para arriba. Estaba muy seguro de que Fátima era una mujer, pero su cuerpo… Aunque muy delgado parecía de… De hombre.

Era extraño. Muy extraño. No entendía por qué una mujer tendría un cuerpo así, había visto en muchas ocasiones mujeres desnudas, pero ahora que la veía… ¿Acaso no era una mujer?

No, aquello era simplemente imposible. Mis sentidos de sincorazón no mentían. Sabía que el corazón de Fátima era de mujer, no de hombre. Lo que no entendía era por qué lo que tenía delante era el cuerpo de un varón… No de una joven. ¿Podría ser que los Cat´s la hubiesen transformado por algún motivo mediante algún tipo de gas o algo así? No sería de extrañar. Cuando despertase y solucionásemos el tema de los Cat´s debía llevarla a que lanzasen sobre ella Esna para que volviese a su forma real.

Mis ojos en aquel momento se clavaron en la parte inferior de su cuerpo, cubierta con la manta que había creado para ella.

<<¿Tendrá…?>>

Me quité la idea de comprobarlo prácticamente al momento y me acerqué a la entrada de la cueva para vigilar. La nave de los Cat´s no se veía desde donde nos encontrábamos (ni siquiera se veía lo más mínimo la distorsión que producía en el cielo aquella invisibilidad), además el cielo estaba lleno de nubes tormentosas.

Las olas que se acercaban a la playa eran grandes y a lo lejos parecían todavía más monstruosas.

¿Eran los Cat´s los responsables de aquel clima? No lo veía probable. Eran capaces de recrear en espacios cerrados biomas y similares, pero era imposible que sus poderes influyesen así en todo un mundo. ¿Pero y si…?
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:16 am

Cuando despertó, lo primero que sintió fue el dolor. Luego, que tenía frío. Una parte de ella pensó que era bueno que su cuerpo temblara. Eso significaba que todavía estaba luchando por recuperarse.

«¿Recuperarse de qué?», pensó, mareada.

Los párpados le pesaban y todo estaba muy oscuro. Le parecía escuchar el rugido del mar. ¿Estaba en casa? La cama era incómoda, pero las mantas siempre habían sido gruesas para que no pasaran frío. Además, no sentía a ninguno de sus hermanos cerca. Tenía que ser de noche o no la habrían dejado quedarse en la cama…

La oscuridad la sometió una vez más, pero no por mucho tiempo. Un estruendo, producto de un relámpago, la trajo de vuelta al mundo de los vivos. Se dio cuenta de que estaba cubierta por algo peludo y áspero y que no olía demasiado bien. Arrugó la nariz, trató de moverse y una violenta punzada le arrancó un gemido de dolor. Se llevó una mano al pecho y notó unas vendas.

De pronto todos los recuerdos volvieron de golpe. ¡El Emperador de blanco! Se incorporó sobre los codos y la herida la tumbó mientras soltaba esta vez un grito más alto y se le saltaban las lágrimas. Cuando el dolor dejó de ser tan sordo, percibió el latido de su corazón y, desconcertada, se preguntó cómo es que estaba viva. Recordaba a la perfección que le había atravesado el pecho, rompiéndole incluso la armadura.

Miró a su alrededor, entornando los ojos porque lo veía todo borroso. Estaba en una especie de cueva, no en ningún laboratorio extraño.

Intentó hacer magia para curarse, porque todavía sentía la herida abierta, pero no consiguió reunir las fuerzas. Así que materializó dos Ultrapociones y bebió como pudo, atragantándose y tosiendo —lo que le provocaba espasmos de dolor— mientras intentaba entender qué había sucedido.

Se incorporó cuando la herida se cerró un poco más y, entonces, vio a Ragun. Se quedó mirándolo y luego murmuró:

Gracias.—Todavía le quedaba una Ultrapoción, pero se sentó antes para no atragantarse al beberla. Entonces la piel, o lo que fuera que le había puesto encima, resbaló y dejó a la vista el pecho vendado.
En un primer momento no lo pensó. Luego sintió que se le helaba la sangre y se cubrió con los brazos. No tenía la camisa puesta.

Miró a Ragun con horror.

«Lo ha visto. Lo sabe. ¡Lo sabe! ¡Dios mío, lo sabe!»

Se quedó en blanco, demudada, expuesta, sin saber qué hacer excepto cubrirse y encogerse. Un grito le trepó por la garganta y el la herida de pecho le mandó latigazos de dolor por todo el cuerpo.

Lo había visto.

Lo había visto todo.

Quiso lanzarse sobre él y sacudirlo, gritarle que cómo se había atrevido, que qué coño pensaba que estaba haciendo, pero no tenía fuerzas para levantarse todavía. Y, de todas formas, estaba demasiado asustada, demasiado avergonzada… y asqueada. Se clavó las uñas en los brazos tan fuerte que se levantó la piel. Empezó casi a hiperventilar.

Entonces masculló, con los dientes muy apretados:

No digas nada.—Quiso gritar, quiso resultar amenazante, pero sólo le salió un gimoteo mientras le resbalaban las lágrimas por las mejillas—. No digas nada por favor.
Si la gente se enteraba no sería capaz de… No. Se ahogaba de solo imaginarlo.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:17 am

Fátima no tardó en despertar y beber desesperada un par de ultrapociones, casi como si fuese lo único líquido que se había llevado a la boca el años.

Gracias.—dijo momentos después.

No te muevas mucho, aunque tus heridas más graves estén sanadas has perdido mucha sangre —respondí tras unos momentos, sorprendido en parte por el repentino agradecimiento de Fátima.

Sin embargo, el rostro de la Maestra palideció instantes después. Al contrario que ella, yo no había pensado lo que suponía que su cuerpo no fuese de mujer. Lo que suponía que ella dijese que era una… Sin serlo en realidad. No sabía que en realidad, pese a que podía ver su corazón y que veía que era uno de mujer… Fátima no había nacido llamándose de aquella manera.

No digas nada.

Observé en silencio a Fátima. Quise acercarme cuando la vi llorar, pero no comprendía del todo lo que estaba ocurriendo. ¿Entonces Fátima no había cambiado por culpa de los Cat´s? ¿Ella en realidad era “él” desde siempre?

No digas nada por favor. —suplicó con un hilillo de voz mientras las lágrimas surcaban su rostro.

Quise hacer mil preguntas, pero en aquella situación fui incapaz de encontrar las palabras, puesto que nunca había conocido a una mujer nacida en el cuerpo de un hombre.

No tengo nada que decir —contesté lentamente—. Si es por tu cuerpo, yo veo más de lo que ve un humano. Puedo oler, ver y sentir los corazones. Puede que tu cuerpo no sea de mujer, pero tu corazón sí lo es. Por tanto, para mí eres una mujer con todas las de la ley. No he visto nada.

Además, comparado con ser en realidad un sincorazón, aquello no era para tanto… Y si a eso le sumaba mi parentesco con Whitecat…

He avisado a la Federación Galáctica mientras estabas inconsciente —cambié de tema tras un largo silencio—. Me encantaría decir que mi padre se pudriría entre rejas junto al resto de los Cat´s, pero… Es posible que huyan en cuanto aparezcan. —Agarré la ropa de Fátima, que no estaba muy lejos de ella y se la acerqué con cautela para que ella no hiciese el esfuerzo.

>>Siento si te he ofendido al ver eso. Solo quería evitar que corrieses el mismo destino que Kazuki.

Me giré mirando hacia el exterior de la cueva para dejar que la Maestra se vistiese y suspiré.

De todos modos, todo el mundo tiene sus secretos.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:20 am

No tengo nada que decir .

Fátima alzó la mirada, desconcertada.

Si es por tu cuerpo, yo veo más de lo que ve un humano. Puedo oler, ver y sentir los corazones. Puede que tu cuerpo no sea de mujer, pero tu corazón sí lo es. Por tanto, para mí eres una mujer con todas las de la ley. No he visto nada.
Fátima abrió la boca y la cerró. No sabía qué decir. Las lágrimas ahora brotaron con mucha más fuerza. Se cubrió la cara con las manos. En ese momento no pudo pensar bien en lo que implicaba que Ragun viera corazones —aunque Nadhia ya le había dado a entender que era… especial—. Solo veía una y otra vez a Ragun, con un tono que no era forzado ni condescendiente, decir «tu corazón sí lo es».

Quiso preguntar «¿de verdad?», pero entre que le costaba respirar por culpa del esfuerzo de contener los sollozos y el alivio, no consiguió reunir las fuerzas para hacerlo.

He avisado a la Federación Galáctica mientras estabas inconsciente —dijo Ragun al cabo de un rato —. Me encantaría decir que mi padre se pudriría entre rejas junto al resto de los Cat´s, pero… Es posible que huyan en cuanto aparezcan.

Escuchó el frufrú de unas telas y vio que Ragun le estaba tendiendo la ropa. La cogió con manos temblorosas. Intentó pensar, pero todavía temblaba, la cabeza le daba vueltas y disimuló para sorber por la nariz. Así que asintió, dando a entender que estaba de acuerdo con las acciones que había tomado Ragun.

Siento si te he ofendido al ver eso. Solo quería evitar que corrieses el mismo destino que Kazuki.

Fátima apretó los labios la recordar a Kazuki. Sorbió de nuevo por la nariz.

De todos modos, todo el mundo tiene sus secretos.

Aprovechando que Ragun le había dado la espalda, una delicadeza que la sorprendió, Fátima se puso la ropa lentamente, cubriendo las vendas con la sensación de que volvía a estar protegida. Se limpió la cara contra las mangas. Quiso espetarle que podría haber usado alguna clase de hechizo sanador, en vez de, si pensaba que iba a tener senos, quitarle la ropa. Pero luego pensó que si lo había hecho era porque no tenía ese tipo de magia. No sería el único aprendiz que no sabía mucho de magia sanadora.

«Tu corazón sí lo es».

Se apretó los brazos alrededor del pecho, dolorosamente plano, y se aferró a esas palabras. Malik y Nadhia le habían dicho algo parecido, pero uno era su pareja y la otra su amiga.

No consideraba a Ragun su amigo, ni tampoco un compañero. Por eso mismo, cuando se habían llevado a matar hasta hacía muy poco…

Se quedó sentada un rato, intentando calmarse, superar la vergüenza y los sentimientos encontrados. Al final decidió que la mejor forma era cambiar de tema y no pensar en la cantidad de gente de Bastión Hueco que, de una forma u otra, había descubierto su secreto. Bien intentando… algo como Andrei o bien dejándola inconsciente contra Victoria. Apretó los dientes al recordarla a esta, pero le dio un pinchazo en el pecho y tuvo que obligarse a respirar hondo.

Tenía que recuperarse un poco. Se concentró en empezar a concentrar energía lentamente. Luego usaría varios Cura sobre sí misma.

Entre tanto se quedó mirando a Ragun.

Entonces ¿eres un Sincorazón?—preguntó con suavidad. Le parecía absurdo, pero era lo único que tenía sentido después de todo lo que le había contado Nadhia—. O, al menos, tienes la capacidad de usar las habilidades de uno…Porque tienes una Llave Espada. ¿Qué te hicieron?—Murmuró lo último, pensando en el laboratorio.

Todavía le latía la cabeza, así que no se dio cuenta de que estaba siendo una metomentodo. En realidad no era que deseara saberlo, pero sí que quería dejar de pensar en sus propios problemas. Y, también, que se había dado cuenta de que nunca había sentido curiosidad por Ragun. Solo lo había considerado un capullo integral por todo lo que había hecho.

Pero ahora…

Ahora ya no sabía qué pensar.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:21 am

Entonces ¿eres un Sincorazón?—preguntó la Maestra mientras me observaba—. O, al menos, tienes la capacidad de usar las habilidades de uno…Porque tienes una Llave Espada. ¿Qué te hicieron?

Mi corazón se detuvo durante unos instantes con aquella pregunta al recordar todas las atrocidades que había vivido durante mi infancia. Joder, no tenía ni doce años cuando…

Digamos que el humano que fui murió a manos del sincorazón que soy ahora —sonreí de medio lado y hundí mi cabeza entre mis rodillas—. Es… Extraño, ya lo sé.

Y sobre todo difícil de creer. Había veces que me pasaba horas pensando en lo que era, en el punto en el que dejaba de ser humano y era un sincorazón. No podía entender del todo mi propia naturaleza.

Suspiré pesadamente. A lo mejor le daba demasiadas vueltas al asunto. Lo cierto era que el proyecto, lo que habían intentado hacer conmigo había fracasado de una forma estrepitosa.

Contarle aquello a Fátima iba a ser… Raro, hasta hacía poco nos habríamos matado sin siquiera dudarlo, pero ahora simplemente estábamos hablando de una forma normal, algo que jamás había pensado posible. Todavía no estaba del todo seguro si podía hablar con ella de algo así, pero entre haber descubierto su secreto y lo que había pasado en la nave… Al menos merecía alguna respuesta.

Soy el hijo de Adler Kaiser von Wiedererinnerung. Tú lo has conocido como El Emperador o Whitecat. Su objetivo es crear dioses artificiales y para ello usaba humanos como “base”… Y los “mejoraba” mezclándolos con animales y monstruos de todo tipo —Un escalofrío recorrió mi espina dorsal poniéndome en tensión.

Clavé mis ojos en el tormentoso exterior de la cueva en silencio y recordé, no solo las torturas y experimentos inhumanos que me habían hecho. También que Fátima y yo habíamos estado una vez en una situación similar hacía algunos años, antes de que Bastión Hueco y Tierra de Partida entrasen en una guerra total. El cielo encapotado se iluminaba por los relámpagos que resonaban en la lejanía y las olas rompían con monstruosa fuerza contra la arena de la playa que había más abajo.

Y para ello... —repetí de forma inconsciente en un murmullo casi inentendible. Me acurruqué sobre mí mismo.

Mi intento de ser una persona imposible de afectar emocionalmente, de mostrarme como alguien incapaz de ser invadidos por sentimientos capaces de hacer que fallase mis misiones empezaba a desmoronarse.

Quería contarle todo en el fondo para sentirme mejor, sin embargo era incapaz. No sabía si era por ser Fátima, a quien había deseado ver muerta hacía tan solo unos pocos meses o si me daba miedo hablar de aquello. Lo cierto era que por mucho que lo intentaba, era imposible borrar del todo los recuerdos de lo que me habían hecho allí, o más bien lo que le habían hecho a Alexander. Si pudiese hablar de eso sin desmoronarme en el proceso, alomejor sería capaz… Pero cada vez que lo recordaba...

No es ningún secreto que sea un sincorazón. En Bastión Hueco todo el mundo lo sabe, y en Tierra de Partida hay muchos que también, pero me gustaría pedirte que no mencionases a nadie mi parentesco con Whitecat… Solo Nadhia lo sabe.

Me avergonzaba que mi padre, que podría haber sido un gran hombre fuese… Un vil asesino… Y ahora estaba sobre el Triángulo de las Bermudas con un claro objetivo. El ordenador del Nivel 6 me lo había mostrado. Aquellas tablillas ancestrales, aquellas imágenes de una criatura cuyo andar provocaría terremotos y destrucción a su paso. Cuyo tamaño le habría permitido aplastar al Coloso que había atacado Tierra de Partida en un solo instante. Así de temible era aquel monstruo… Y ahora pretendían resucitarlo.

El objetivo de los Cat´s en este mundo... —dije de súbito—. Es despertar a una criatura conocida como Dios Primigenio que ha estado dormida durante miles de años y esclavizarla

>>Creo que esta tormenta la han desatado ellos en el proceso.

Si no era así… Habría sido imposible que una tormenta de tal calibre se desatase de aquella manera en tan poco tiempo. Entendía que en aquel mundo aquellos fenómenos climáticos no eran extraños y se formaban con rapidez. Pero había algo en el ambiente que era… Antinatural. Había una extraña presión, sentía como si la magia estuviese agitada.

La expresión suave y débil que había tenido en mi rostro hasta aquel momento se tornó asustada. Al fin y al cabo… Ahora que hablaba de aquel dios… Si estábamos allí quietos sin hacer nada, ¿qué nos aseguraba que no fuesen a conseguir despertarlo? ¿La federación iba a ser lo suficientemente rápida como para repelerlos y poner agentes en la zona para evitar que volviesen?

¡Maestra Fátima! —exclamé dándome cuenta del garrafal error que habíamos cometido estando allí hablando—. Si no nos damos prisa… Tenemos que hacer algo para retrasar sus planes.

O si no… Los Cat´s ganarían poder suficiente como para poner a todo el Intersticio contra las cuerdas. Un monstruo así… Ni las dos Órdenes colaborando podrían hacerle frente… Solo la Federación Galáctica tendría armas destructivas capaces de herir aquel monstruo, y aún así antes de haberlo derrotado sus fuerzas acabarían tan mermadas que los Cat´s podrían derrotar a los que todavía luchasen. Hellixcilla era un bebé de aquella cosa que querían despertar, al menos eso parecía... Y ya era tan poderosa que por poco destruye Ciudad Disney. Aquello solo quería decir una cosa… Chtulhu, como se llamaba aquel monstruo podría barrer ciudades enteras en un abrir y cerrar de ojos.

El problema era que no podíamos detener a los Cat´s sin más. En un enfrentamiento cara a cara con Purplecat y Redcat podríamos ganar, era los más débiles entre todos ellos, pero si Blackcat y Silvercat hubiesen sido los que acompañaran al Emperador al Hangar… Nadie habría puesto un pie fuera del Nivel 6. Y por supuesto, Whitecat era tan precavido como siempre. Había estado mirando la pelea con tal de medir nuestro poder, sabía que éramos algo más fuertes que Purplecat y Redcat, pero más débiles que el resto de ellos.

Sabía que podía vencernos él solo.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:26 am

Fátima escuchó a Ragun, sorprendida porque se lo estuviera contando, con un nudo en la garganta al verlo tan vulnerable. De verdad que no sabía por dónde coger a aquel chico. Sobre todo con lo que le estaba contando. Era un ¿príncipe? Y uno Sincorazón, nada menos.

No es ningún secreto que sea un sincorazón. En Bastión Hueco todo el mundo lo sabe, y en Tierra de Partida hay muchos que también, pero me gustaría pedirte que no mencionases a nadie mi parentesco con Whitecat… Solo Nadhia lo sabe.

Frunció el ceño. Nadhia. No, no quería pensar en ella ahora mismo, suficientes problemas tenía ya de por sí. Le dedicó una tenue sonrisa.

¿Mencionar el qué? No sé de qué me hablas.

Ella no era precisamente nadie que pudiera juzgar a los demás por las circunstancias de su nacimiento. En cualquier caso, ahora veía a Ragun con una nueva luz. No sabía definirla pero, entre todos los nuevos sentimientos, había mucha lástima. Sin duda había sido una vida difícil. Tanto que ni podía imaginarlo. Quizás por eso era tan radical y capullo. Por eso se explicaban muchas cosas.

Sin embargo no lo eximía de todo lo que había hecho.

Se pasó una mano por el pelo, ansiosa, sin saber bien qué pensar.

El objetivo de los Cat´s en este mundo... —dije de súbito—. Es despertar a una criatura conocida como Dios Primigenio que ha estado dormida durante miles de años y esclavizarla

¿Qué?

Creo que esta tormenta la han desatado ellos en el proceso.

Fátima escuchó un trueno y dio un respingo. Fuera diluviaba. Le recordaba vagamente a la aventura que tuvieron en la selva. Dios, parecía que hubiera ocurrido hacía mil años…

Se frotó con cuidado el pecho. La herida ya casi estaba cerrada, gracias a Dios. Intentó pensar mejor en lo que acababa de decirle Ragun. No sabía nada de un Dios Primigenio, pero capturarlo y «esclavizarlo» era algo que estaba fuera de los límites de cualquier organización extraña al planeta. Por eso habían venido, ¿eh?

¡Maestra Fátima!

¡Qué!—Sacudió la cabeza, sorprendida, y arqueó una ceja—. Puedes llamarme Fátima a secas y lo sabes, ¿verdad?

Si no nos damos prisa… Tenemos que hacer algo para retrasar sus planes.

¿Y cómo?—No es que estuviera en contra de hacer algo, pero todavía le costaba un poco pensar y seguía sin saber muy bien cómo debería comportare junto a Ragun ahora que… Sabían esas cosas el uno del otro—. ¿Sabes dónde está ese Dios Primigenio? ¿O estás sugiriendo que luchemos contra ellos?

Pensó en el emperador, Whitecat, y se pasó de nuevo una mano sobre el pecho con un estremecimiento. Joder, es que ni lo había visto llegar. Era un… monstruo. Solo uno podría hacerle algo así a su hijo. Cerró los ojos al recordar el laboratorio y esperó que aquella gente hubiera llegado sana y salva a la Federación. En cuanto se recuperara un poco, iría a asegurarse de que se ocupaban bien de ellos. Quizás hasta pudieran curarlos…

De pronto el mareo desapareció y fue sustituido por una fiera determinación. Rechinó los dientes con asco. Casi había olvidado lo que había visto.

No iba a dejar que esos hijos de puta se salieran con la suya.

Se levantó con un gruñido.

Vamos, entonces. No creo que podamos detenerlos solos, pero si encontramos el lugar donde está ese Dios entonces podremos dar coordenadas exactas a la Federación.—Se acercó a él y, tras titubear, le tendió una mano—. Vamos, no sé tú, pero yo no quiero a otro dios terrible como Hades por ahí suelto. Suficiente con que nos tenemos que ocupar de él.

Escucharía lo que tuviera que decir Ragun sobre la localización del Dios Primigenio, que tenía un nombre bastante raro, mientras terminaba de curarse esta vez con magia. Se dijo que, si sobrevivía, se aseguraría de que no le quedara cicatriz. No iba a dejar que ese capullo asqueroso le marcara todavía más el cuerpo.

Luego se pusieron en marcha y le pidió que le hablara de los Cat’s y sus habilidades, por si se encontraban con ellos.

Por lo que entiendo ese dios es enorme, si no, no habrían traído toda la nave, ¿no? Mejor moverse rápido entonces.

»Y, Ragun… Gracias por ir a buscarme.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:34 am

Agradecí con una sonrisa el gesto de Fátima al asegurarme que no diría nada a su propia manera, sin embargo no estuve tan seguro de hacerle caso cuando dijo que la llamase solo Fátima. No tenía tanta confianza con ella como con Light, con quien quedaba a menudo para entrenar junto a Nithael. Sin embargo, suponía que tendría que hacerle caso y empezar a llamarla solo Fátima.

¿Y cómo?

Su pregunta fue como un cubo de agua helada. ¿Cómo podíamos detener los planes de los Cat´s? La respuesta simple era destruír la nave de alguna manera, pero aquello significaría que por culpa de un grupo pequeño de personas fuesen a morir miles de ellas. No quería cargar con la culpa de haber sacrificado a tantos por una causa que aunque noble, no justificaría el que no hubiese intentado otra cosa. Putos Cat´s… No sabía si era adrede, pero teniendo a tantas personas a bordo El Arca era intocable. Eran rehenes y ni siquiera lo sabían.

Parar sus planes sería imposible —medité con aire pensativo—. Por muy fuertes que seamos nosotros dos, no podríamos contra todo un ejército… Y algunos de los Cat´s son muy problemáticos en combate. Lo único posible es retrasarles lo suficiente como para que la Federación llegue y se encargue de ellos.

¿Sabes dónde está ese Dios Primigenio? ¿O estás sugiriendo que luchemos contra ellos?

Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn —pronuncié de forma torpe. Hacía mucho que no hablaba el idioma sagrado, por lo que cité aquella frase lentamente, intentando no trabarme mientras lo decía—. En la morada de R´lyeh, el difunto Cthulhu espera soñando.

>>R´lyeh es una ciudad sagrada bajo el mar. Se supone que debería estar en el Océano Pacífico Sur pero… Es posible que las escrituras estuviesen equivocadas o mal traducidas y que la ciudad esté aquí. Eso explicaría los fenómenos extraños que azotan esta zona en concreto del mundo.

Me llevé la mano a la cabeza.

Algún día te hablaré de la religión que tenía mi mundo —prometí, sabiendo que de empezar a hablar de nuestros dioses posiblemente quedase más asustada que otra cosa.

Chtulhu era un Dios Primigenio, sí. Pero no era el único, ni el más poderoso… Sobre todo si comparábamos la categoría de esos dioses con los Dioses Exteriores. Y lo peor… Es que ninguno era la imagen buena de un dios, como el del Cristianismo, o algo así.

Vamos, entonces. No creo que podamos detenerlos solos, pero si encontramos el lugar donde está ese Dios entonces podremos dar coordenadas exactas a la Federación.

Asentí de acuerdo con sus palabras y me levanté del suelo con su ayuda.

Vamos, no sé tú, pero yo no quiero a otro dios terrible como Hades por ahí suelto. Suficiente con que nos tenemos que ocupar de él.

Ojalá fuese como Hades… Al menos con él se podía negociar.

Por lo que entiendo ese dios es enorme, si no, no habrían traído toda la nave, ¿no? Mejor moverse rápido entonces.

»Y, Ragun… Gracias por ir a buscarme.


Aparte la cara sonrojado y empecé a caminar hacia el exterior de la cueva. No me acerqué al mar por miedo de que una ola me arrastrase hacia dentro, algo que no me gustaría repetir.

Activé mi Instinto Sincorazón a máxima potencia mientras Fátima me preguntaba sobre los Cat´s.

Los Cat´s son catorce en total. Cada uno especializado en el control de un elemento afin. Algunos, traicionaron a mi padre al ver que estaba loco y que lo que hacía era inhumano, eso hace que sean once, pero hay otra que simplemente… Desapareció. Es como si hubiese diez de ellos ahora mismo. Los más débiles son Redcat y Purplecat y los más peligrosos son la nueva Blackcat, Silvercat y Whitecat. Los otros también son problemáticos, pero no al nivel de esos tres.

Me preguntaba como sería la reacción de Fátima si supiera que esos traidores eran los padres de Ivan Kit, que habían escapado de la nave para salvar la vida de su hijo. ¿Acaso merecía la pena seguir ocultándoselo a aquellas alturas? Fátima también era una persona importante para Ivan.

Sobre esos traidores… Uno de ellos era el hermano de mi madre y la otra su mujer.... Y tenían un hijo —tragué saliva mientras que mis ojos empezaban a visualizar unos puntos rosados en mitad del mar—. Ese hijo que tenían, m-mi primo… Era Ivan Kit.

Durante unos segundos no dije nada más. Sabía que lo que había dicho probablemente la tomase por sorpresa. Conocía de sobras que Ivan, debido a un trauma había perdido los recuerdos de su infancia… Era gracioso que aquello lo descubriese después de su muerte. ¿Habría cambiado algo de haberlo sabido antes?

Señalé a un punto a lo lejos, en medio del mar interrumpiendo a Fátima si decía alguna cosa. Podía ver corazones humanos allí, por lo que seguramente las tropas de la nave salían y entraban al mar desde aquel punto para explorar las profundidades en busca de la ciudad… ¿O tal vez estaban haciendo algo más? Probablemente Fátima no viese nada, sin embargo vería que el agua salpicaba en todas direcciones en determinados momentos, como si algo invisible se metiese dentro del mar.

Hay naves entrando y saliendo del mar. Todas están usando camuflaje óptico.

Aquello nos dejaba con dos opciones. Podíamos intentar secuestrar una de aquellas naves, que probablemente habían sido preparadas para poder resistir la presión del agua a grandes profundidades… O destruir todas las naves, lo que significaría tener que matar a los soldados que tan solo cumplían ordenes sin saber el objetivo de los Cat´s.

No, había algo extraño.

Chtulhu debía ser despertado por los humanos para que volviese a reinar sobre el mundo según la leyenda. Era imposible que un humano descendiese a la ciudad sagrada de R´lyeh incluso usando una nave a modo de submarino… Porque habría que entrar dentro de la morada de Chtulhu y seguramente no entrase una nave gumi por allí.

Es esta isla —murmuré—. Es esta isla. Tiene que haber un templo, un altar o algo para despertarlo.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 12:36 am

Sobre esos traidores… Uno de ellos era el hermano de mi madre y la otra su mujer.... Y tenían un hijo.—Fátima, que todavía estaba pensando en los Cats y en las extrañas palabras que había dicho Ragun, asintió, sin prestar mucha atención—. Ese hijo que tenían, m-mi primo… Era Ivan Kit.

Lo primero que le llamó la atención fue el tartamudeo. ¿Ragun había tartamudeado alguna vez? Luego, cuando mencionó el nombre de su amigo, Fátima se volvió hacia él con los ojos muy abiertos y soltó un:

¿Qué?

¿Cómo que eran primos? ¿Y qué era lo que estaba diciendo, que Ivan era una especie de noble?

Cuando iba a pedirle que se explicara, Ragun señaló hacia el mar. Fátima echó un vistazo y no descubrió nada.

Hay naves entrando y saliendo del mar. Todas están usando camuflaje óptico.

Pues tendría que fiarse de su palabra. Para ella el mar estaba turbulento y a punto de sufrir una bestial tormenta. No le extrañaría si pronto las olas empezaran a empaparlos.

Es esta isla —murmuró—. Es esta isla. Tiene que haber un templo, un altar o algo para despertarlo.

Le miró de reojo y meditó silenciosamente. Tenía sentido. A menos que se empleara una tecnología muy avanzada, no se podría negociar con los dioses estos. Los Cat’s la tenían, claro, pero siendo aquel lugar un sitio donde desaparecían barcos sin duda se confiaba en que la gente no encontrara con facilidad el altar o el templo… Y los que encerraron al dios
no tenían por qué poseer tecnología avanzada. Al contrario, Port Royal tenía más magia.

Entonces ya estamos tardando en buscar.

Fátima salió de la cueva con paso firme. Debían dar cuanto antes con el altar y destruirlo. Luego ya pensarían qué hacer con el dios de nombre impronunciable.

*


Lo malo de ir con prisas, no tener un mapa y buscar un sitio que casi con seguridad está preparado para mantenerse oculto es que es muy difícil dar con él. Fátima se alegró de haber traído un calzado preparado para zonas complicadas, ya que la playa no era lo que se dice un paraíso, y menos con ese viento y esa lluvia que parecía que los fuera arrancar del suelo.

Tras discutir a gritos y que Ragun enviara, con una mueca de Fátima, a sus Sincorazón a investigar, estos regresaron para enseñarles un camino. Tuvieron que adentrarse en la isla y luchar contra pequeñas riadas de barro, pero terminaron por dar con una especie de entrada subterránea. Fátima temió que el lugar estuviera anegado, pero no había muchos sitios a donde ir así que hizo de tripas corazón y continuó adelante.

Se encontraron en una especie de pasadizo de piedra, no muy pulido, frío y con un olor desagradable a humedad y putrefacción. Pero era mejor que estar fuera. Fátima invocó un Piro que mantuvo sobre la mano y echó un vistazo alrededor. Parecía seguro. De momento. Chapoteó hacia delante, maldiciendo sus ropas. Parecía que hubieran venido de darse un baño en el mar.

Lo siguieron durante media hora y, a medida que avanzaban y Fátima empezaba a preguntarse si no sería un callejón sin salida, en los muros laterales comenzaron a aparecer grabados. Los examinó con curiosidad. Había diseños de gente con rasgos de pez, así como humanos que en todas las ocasiones o aparecían como sacrificios o como sacerdotes. También encontró el diseño de una especie de gigante con tentáculos.

¿Ese es Cuthu… como se llame?—inquirió.

Escuchó su respuesta, frunciendo el ceño con preocupación. Definitivamente debían llegar antes que los Cat’s. Luego, como consideró que ya se habían alejado lo suficiente de la entrada y que si seguía escuchando sus pasos resonar en medio de la oscuridad se iba a volver loca, preguntó:

¿Así que Ivan y tú erais primos…? ¿Desde cuándo os conocíais?—Le dolía pensar en Ivan y también que había tantas cosas que no sabía de él, pero aun así escuchó con atención—. La verdad es que nunca lo habría imaginado, os parecéis como un huevo a una castaña. ¿Te reuniste con él antes de…? —Guardó un silencio y asintió con la cabeza. Decidió que prefería cambiar de tema—. ¿Qué estabas haciendo aquí? ¿Tenías una misión o ha sido todo pura casualidad?
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 12:39 am

El mayor problema de encontrar un templo, o lo que fuese para despertar a Chtulhu era precisamente que no conocíamos aquella isla. No era demasiado grande, pero no sabíamos ni siquiera la forma que tenía (la habíamos visto de lejos mientras caíamos, pero no había prestado atención).

Lo que estaba claro era que era lo suficientemente grande como para que nosotros dos solos no pudiésemos encontrarlo en menos tiempo del que querríamos… Y tal vez en ese tiempo ya habrían despertado al monstruo.

Tras hablarlo con Fátima gritando, ya que la tormenta era lo suficientemente fuerte como para que no pudiésemos escucharnos correctamente no tardé en volver a activar el Darkside haciendo aparecer a mis pies un charco de oscuridad del que surgieron varios sincorazón.

Lancé una orden “mental” a las criaturas, que no tardaron en obedecer desapareciendo en el suelo para ir en búsqueda de cualquier indicio del altar.

Los sincorazón volvieron al rato y sin necesidad de que éstos hablasen nuestro idioma se hicieron entender invitándonos a seguirles. Intercambié una mirada con Fátima, como si tratase de decir que todo estaba bien… Aunque no podía negar que tenía miedo de lo que pudiésemos encontrarnos allí.

La tormenta se había desatado a penas hacía hora y media, sin embargo la isla ya sufría sus consecuencias. Nos adentramos en la jungla que había un poco más arriba de la cueva en la que nos habíamos estado resguardando sin poder evitar pasar por encima de fango y lodo que descendía con violencia por culpa de la lluvia. Los sincorazón nos llevaron hasta la entrada de una cueva que parecía una vieja herida que conducía a las entrañas más oscuras que uno podía imaginar. Tragué saliva y caminé justo después de que Fátima tomase la delantera.

Todo estaba muy oscuro, sin embargo aquello para mí no suponía un problema, al fin y al cabo podía ver en entornos de aquel tipo, pero la Maestra no. El Piro hizo que mi vista doliese por unos instantes. Desactivé mi habilidad para ver en la oscuridad, molesto por la luz que provocaba el hechizo que hacía que la piedra lisa y húmeda, llena de musgo que le daba un toque de misticismo resplandeciera de una forma peculiar.

La cueva estaba llena de agua, por lo que caminar hacía que hiciésemos bastante ruido, algo que no me hacía mucha gracia por si alguien nos esperaba, sin embargo por una vez no quise pensar demasiado en ello.

Tras un buen rato de caminata no podía evitar pensar en lo que nos deparaba más adelante, al fondo de aquel tunel. Habíamos avanzado muchísimo, lo suficiente como para hacerme creer que estábamos fuera de la isla, probablemente justo debajo del mar… Y por las goteras no debía haber demasiada distancia entre el agua y nosotros… Solo esperaba que no hubiese una trampa que provocase nuestro ahogamiento, aquella no me parecía una muerte muy buena… Ninguna me lo parecía, en realidad.

No tardamos en ver poco después grabados en las paredes. En ellos, pese a su simpleza se mostraba con detalle una criatura que era más alta que las montañas, monstruos con rasgos extraños y que aparentaban seres marinos con aspecto humanoide.

¿Ese es Cuthu… como se llame?—señaló al gigante que parecía una mezcla entre un humano, un dragón y un calamar o un pulpo.

Sí, Chtulhu. Uno de los Dioses Primigenios —afirmé, algo que posiblemente a la Maestra no le gustó, al fin y al cabo… ¿Cómo iba alguien a derrotar a semejante monstruosidad?

Continuamos caminando en un silencio incómodo. La oscuridad que nos rodeaba era como un lobo hambriento esperando para devorarnos. Sentía que algo nos observaba, algo más tenebroso que los Cat´s. Quizás se trataba del propio Chtulhu, que por lo que decían nuestras historias podía controlar a los humanos mediante el mundo onírico y observarlos. Incluso encerrado y dormido, sus poderes no estaban del todo limitados por lo que podía influenciar sobretodo en determinadas personas, sobre todo aquellas que eran más creativas, como los escritores o los artistas.

¿Así que Ivan y tú erais primos…? ¿Desde cuándo os conocíais?—preguntó de golpe la mujer.

Depende a qué “cuándo” te refieres —respondí—. [/b]Antes de dejar de ser humano lo conocía desde su nacimiento. Y cuando me convertí en sincorazón… Lo conocí en Tierra de Partida, unas semanas después de que me reclutasen, aunque él había llegado antes que yo.

En aquellos tiempos sentía que conocía a Ivan de algo... Pero no recordaba ni mi nombre de humano. Me sentía tan culpable… Él nunca supo quién era en realidad, ni siquiera me recordaba. Solo era un amigo para él… Si tan solo hubiese sabido aquello antes… A lo mejor los Cat´s tenían una cura, una máquina… Lo que fuera. Quizás era una afección de mi mundo de origen, uno que no existía en ningún otro lugar. Podría haberse salvado y yo… No había llegado a tiempo, había muerto entre mis brazos. Todavía recordaba como su cuerpo se deshacía en partículas de luz dejando solo su Llave Espada; muerta y llena de nostalgia.

La verdad es que nunca lo habría imaginado, os parecéis como un huevo a una castaña. ¿Te reuniste con él antes de…?

Bajé la mirada. Sabía como acababa aquella frase. “antes de su muerte”, sí. Claro que me había reunido con él antes… Y había visto su muerte.

Yo no me había atrevido a llevar su Llave Espada a la necrópolis para darle un final apropiado. Había sido un cobarde y había huido dejando aquella dura tarea a Victoria.

Era tan insignificante, tan débil…

¿Qué estabas haciendo aquí? ¿Tenías una misión o ha sido todo pura casualidad?

—[b]La semana pasada un sincorazón poderoso apareció junto a una horda. Light y yo nos encargamos de ellos, pero estaba echando un vistazo por si veía algo raro en el mundo
—respondí desganado, más enfrascado en mis pensamientos negativos y pesimistas.

Pensándolo fríamente. ¿No era normal que hubiese suspendido? ¿Qué había hecho bien últimamente? Yo había abierto el Infiernódromo, había metido la pata en muchas misiones colaborando con quien no debía. Había jugado muy sucio en demasiadas ocasiones, había intentado coger el camino fácil, ganando poderes que no me pertenecían robándoselos a otros sincorazón, había puesto en riesgo la integridad de mundos enteros.

El templo de aquella isla de las musas había hablado por sí solo. Había fallado su prueba, no dejaba de fallar y ahora… No había sido capaz de reaccionar en la nave. Había pasado de largo pese a ver a la gente con la que estaban experimentando, los habría sacrificado con tal de salir de allí lo más rápido posible.

Porque tenía miedo.

¿De verdad merecía el poder de la Llave Espada?

Maestra Fátima —llamé con un hilo de voz.

Que no me llames «Maestra» —gruñó molesta.

Era la primera vez que veía a una Maestra enfadarse por llamarla Maestra. Tendría que tenerlo en cuenta.

¿Qué es lo más importante que debe tener un Maestro de la Llave Espada?

¿Era la oscuridad lo que me hacía débil? ¿Era utilizar los sincorazón para mi propio beneficio? ¿Mis excusas para compadecerme a mí mismo?

Disposición a proteger el equilibrio y a sus aprendices. Y a todo el mundo, en realidad.

Bajé la cabeza, sus palabras martillearon mi mente.

<<Y a todo el mundo>>

Yo había puesto en riesgo un mundo por la seguridad de uno de mis compañeros, había antepuesto su vida por encima de los miles de habitantes de Tebas. Si tan solo hubiese rechazado a Hades… ¿Cómo habrían sido las cosas?

Ya veo… Es por eso que yo no puedo serlo.

Yo no era apto. Ni como Maestro… Ni como Portador.

Tal vez lo mejor para mí era abandonar el camino de la Llave Espada, no me lo había planteado nunca ya que era lo único que había conocido, era mi vida… Pero aunque mi corazón era débil, mi cuerpo no lo era. Si iba a Ciudad de Paso podría ganarme la vida de mercenario. guardaespaldas o algo así… Quizás incluso podría alistarme a la Federación Galáctica. Estaba seguro de que aceptarían personal que tuviese experiencia en combate.

Alguna vez has sentido deseos de abandonar la Orden y… ¿Desaparecer?

Al principio alguna vez, pero la Orden es mi casa desde hace años. Tiene cosas horribles pero lo que hacemos solo podemos hacerlo nosotros. Supongo que ya lo he asumido y ahora lo considero mi propio deber.

¿Y qué era para mí la Orden? Era obvio que había sido mi hogar, un lugar donde había sido más feliz que en ninguna otra parte. Había obtenido valiosos recuerdos, valiosos amigos. Recordaba que al principio, para mí la Orden era solo una herramienta para recuperar mis recuerdos, aquella obsesión era lo que me movía, pero me equivocaba. No necesitaba buscar mis recuerdos, tendría que haber intentado crear nuevos con los demás.

Pero ahora… Había fallado a Bastión Hueco y a Light. Dolía demasiado saber que todos me estaban dejando atrás, que Light ahora era un Maestro y yo simplemente había suspendido. ¿Cómo iba a decírselo? No podía, me avergonzaba… Y aquella vergüenza era para mí un terrible estigma en mi piel.

No dije nada más en todo el trayecto… Y poco después la larga y estrecha gruta se abrió.

La luz azulada que provenía de plantas de apariencia alienígena y cuya forma recordaba a medusas nos recibió y dejó que contemplásemos el enorme escenario que se extendía frente a nosotros.
Spoiler: Mostrar
Imagen


Frente a nosotros había un extraño camino de piedra, podíamos ver restos de lo que parecía ser algún tipo de ciudad antigua, pero que todavía se mantenía casi en perfecto estado.

Sobre nosotros, podíamos ver el mar, y lo único que lo separaba de nosotros era una extraña barrera que desconocía si la habían levantado los Cat´s o si había estado allí siempre. Lo que estaba claro era que si se trataba de magia, era una tan poderosa que se había mantenido durante miles de años y además resistía la presión del océano, que debía pesar millones de toneladas,

En el centro de aquellas cientos de ruinas, se extendía un edificio similar a una pirámide Maya, sin embargo su tamaño era mucho mayor que cualquier otro templo de aquel tipo y tenía varias diferencias respecto a una de aquellas construcciones. No podía evitar estar sorprendido ante tal lugar, jamás había visto algo semejante, en cierto sentido tenía un algo que para mí la convertía en una maravilla comparable a la ciudad de las sirenas de Atlántica.

Estábamos lejos de la pirámide, por lo que sería una caminata larga. Sin embargo, me preocupaban las naves de los Cat´s. ¿Habían bajado ya? ¿Estaban haciendo pruebas con las naves gumi antes de descender tanto? Al fin y al cabo, si bajaban sin más sus naves podrían acabar como una lata de refresco pisoteada.

En cada rincón había inquietantes estatuas de piedra que se asemejaban a versiones enanas de Chtulhu (eran algo más grandes que una persona normal).

Miré a Fátima por unos segundos y asentí dispuesto a caminar hacia el lugar que parecía ser más importante: La pirámide.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 1:00 am

Maestra Fátima.

Que no me llames «Maestra»—gruñó Fátima, sintiéndose violenta. No era más que una aprendiz ascendida, no tenía todavía ninguna cualidad para que la llamaran así, y menos alguien que tenía prácticamente su misma experiencia.

¿Qué es lo más importante que debe tener un Maestro de la Llave Espada?

Se quedó mirándolo con sorpresa. Apartó a un lado la llama para que no la cegara. ¿Sería que tenía pronto el Examen? La verdad era que la idea de verlo como Maestro no la entusiasmaba demasiado, más teniendo en cuenta que en Bastión Hueco todos eran radicales. ¿No se convertiría en otro Andrei? Apretó los dientes al recordar lo que este empezó a hacer en el momento en que lo ascendieron.

Disposición a proteger el equilibrio y a sus aprendices. Y a todo el mundo, en realidad.—Fátima no sabía si eso era una ley universal entre todos los Maestros, pero era lo que había aprendido a lo largo de esos años. Los Maestros arriesgaban su integridad y la de sus aprendices por una causa mayor, así que esa era la que venía primero.

Ya veo… Es por eso que yo no puedo serlo.

Fátima no dijo nada, a pesar de que no se esperaba esa reacción por parte de Ragun, siempre tan arrogante y seguro de sí mismo. Continuaron caminando sin que ella supiera bien qué decir, porque no tenía ni idea de qué se le estaba pasando por la cabeza.

Alguna vez has sentido deseos de abandonar la Orden y… ¿Desaparecer?

¿Desaparecer…?—repitió ella, alarmada. ¿Es que estaba pensando en el suicidio? No, un momento, eso no tenía sentido. Debía referirse a desaparecer de la Orden—. Al principio alguna vez, pero la Orden es mi casa desde hace años. Tiene cosas horribles pero lo que hacemos solo podemos hacerlo nosotros. Supongo que ya lo he asumido y ahora lo considero mi propio deber.

Se imaginaba que Ragun había hecho la pregunta más para sí mismo, pero aun así Fátima respondió. Sobre todo porque era la verdad.

Al cabo de un rato llegaron a una gruta con iluminación azulada. Provenía de unas plantas extrañas y gigantescas que, aunque siniestras, le resultaron hermosas. Crecían en medio de los restos de una ciudad que, hasta cierto punto, le recordó a los dibujos que había visto de Agrabah con una mezcla de Tebas.

Imagen


Al alzar la vista ahogó una exclamación de sorpresa. Estaban debajo del nivel del mar y podían saberlo porque este flotaba sobre ellos. No sabía si había alguna clase de barrera mágica —parecía lo único lógico— pero era precioso.
Cuando consiguió despegar la vista del «cielo» se percató de que, hacia el frente, más allá de las ruinas, había una especie de pirámide gigantesca.

Bueno, parecía evidente hacia dónde debían dirigirse. Hasta tenían un camino de piedra que seguir. Lanzó una mirada nerviosa hacia el mar y se puso en marcha, rezando porque la magia que los protegía de toneladas y toneladas de agua no se rompiera de pronto.

¿Qué habrá pasado con toda la gente que vivía aquí?—se preguntó Fátima, con miedo a romper el profundo silencio que pesaba sobre aquel lugar—. Si tenían una magia muy adelantada deberían aparecer mencionados aunque sea en más libros de Tierra de Partida…

Porque resultaba evidente que aquella era una ciudad muerta y desde hacía mucho tiempo. Pasaron por debajo de un gigantesco árbol que, por su copa y los tentáculos que caían de la misma, se asemejaba más a una medusa que a cualquier otra cosa, y Fátima rozó su superficie con curiosidad. ¿Sería como esos peces que tenían esferas de luz? ¿De dónde sacaría la energía para brillar?

Cada vez estaban más cerca de la pirámide. Tenía varias escaleras que subían hacia lo alto y no estaba segura de si encontrarían nada arriba, así que miró a los edificios que los rodeaban con interés. Había más grabados y, además, estatuas del dios de nombre impronunciable solo que de menor tamaño. Se preguntó si aquella ciudad no sería una especie de ancestra o pariente de las sirenas…

¿Cómo se despierta al dios? Tenemos que averiguarlo si queremos impedir que puedan hacerlo…
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Sombra » Mar May 31, 2016 1:05 am

El eco de las pisadas era lo único que rompía el místico silencio que inundaba la ciudad submarina de R´lyeh. El paso del tiempo parecía haber hecho crecer en algunos lugares grandes plantas que habían devorado los edificios, aunque en algunos ambos se habían fusionado creando un peculiar panorama.

Algunos corales crecían en mitad de la tierra arenosa y fría que rodeaba las casas.

¿Qué habrá pasado con toda la gente que vivía aquí? Si tenían una magia muy adelantada deberían aparecer mencionados aunque sea en más libros de Tierra de Partida…

La cuestión es: ¿Existía Tierra de Partida en aquel entonces? —contesté—. A lo mejor este sitio es incluso anterior a la Guerra de las Llaves Espada… Y no hay nada de información de como era el mundo antes de eso. Solo quedan viejos cuentos… Y los cuentos no son de fiar.

Obviamente, todos los sucesos del mundo no iban a estar en una biblioteca, ni siquiera en la de Tierra de Partida o Bastión Hueco. Era imposible que en unos pocos miles de libros se pudiese relatar toda la historia de todos los mundos del intersticio… Incluso si la ciudad era posterior a la Guerra de las Llaves Espada nada aseguraba que aquel mundo fuese descubierto en aquellos tiempos.

Nos acercamos más a la pirámide lo que nos permitió ver unas escaleras que llevaban a una entrada en lo alto de aquella enorme construcción.

Suerte que mi resistencia física me permitía resistir cosas como aquellas escaleras, que parecían más letales que muchos de los enemigos contra los que había luchado.

¿Cómo se despierta al dios? Tenemos que averiguarlo si queremos impedir que puedan hacerlo…

Hasta donde sé, la gente se ganaba el favor de estos dioses haciendo… Rituales bastante escalofriantes —tragué saliba—. Una vez leí que los sacrificios humanos eran los más comunes.
Miré hacia el “cielo” con algo de desconfianza, y después a la pirámide.

Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn

¿No se suponía que Chtulhu dormía en R´lyeh? ¿Había que invocarlo o…?

Di un paso subiendo el primer escalón de la pirámide. Aquello fue suficiente respuesta… Y no me hacía falta ser un sincorazón para saberlo. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y me paralizó por unos segundos en los que mi cuerpo casi se retuerce del miedo.

Fátima posiblemente también sintiese lo mismo, era imposible no sentirlo cuando estábamos pisando el lugar donde un Dios estaba sellado esperando ser resucitado.

Su presencia era demasiado fuerte, y cada paso que daba me hacía sentir como que él ya sabía que estaba allí. Como si sus ojos atravesasen la roca y su simple mirada fuesen cuchillos envenenados. Incluso estando dormido y sellado… No podíamos subestimar el poder de un dios, algo que yo había hecho con Hades y por lo que había pagado en consecuencia.

Era mi arrogancia. Aquello era lo que me había puesto en peligro tantas veces, ¿es que nunca iba a aprender la lección?

Incluso había actuado así con Fátima cuando había ido a rescatarla.

Oye, siento haberte hablado de aquel modo en la nave —dije de pronto—. No pretendía ser descortés, y no fue tu culpa. No sabías quiénes eran.

>>Aunque incluso si apenas te conozco puedo asegurar que sabiendo lo que sabes ahora de ellos… Eso te habría dado muchas más razones para entrar.

Aunque seguramente, de hacerlo lo haría de una manera muy distinta.

El mar que desde abajo parecía lejano ahora estaba a menos de diez metros sobre nosotros. Habíamos alcanzado lo más alto… Y poco más adelante estaba el templo. Todo estaba sumido en oscuridad allí dentro, sin embargo unas antorchas de luz azulada se encendieron en el momento en el que nos acercamos.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Nos esperaba una estancia circular con varias entradas. Encima, había una cúpula con varios frescos en un sorprendente buen estado donde se retrataba a Chtulhu rodeado de imágenes del mar, el cielo lleno de nubes negras y el espacio exterior.

El suelo tenía un surco de medio metro de profundidad lleno de agua que rodeaba una plataforma de piedra que cubría la mayor parte del interior del templo y que tenía un símbolo grabado encima que era similar a varias estrellas que se entrecruzaban creando un extraño símbolo.

Uno que había visto en la sala del trono en el castillo en el que vivía de pequeño, antes de la destrucción de mi mundo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


¿Pero cómo había llegado aquel símbolo allí? Port Royal estaba lejos del lugar donde estaba El Imperio… De hecho, nuestro mundo estaba demasiado alejado de cualquier otro, ni siquiera había sido descubierto aún por los Portadores, o aquello al menos era de forma oficial.

Este símbolo lo he visto en mi mundo —acabé diciendo—. Nunca he sabido su significado, pero no me da buenas vibraciones.

No había nada más allí, era como si hubiésemos subido para nada. ¿O se nos escapaba algo?

Un ritual. Sacrificios. Un culto antiguo. Un dios dormido en una ciudad fantasma bajo el mar.

Los que habían sellado a Chtulhu se habían tomado muchas molestias, aquello no lo dudaba. ¿Quiénes lo habían hecho? No solo habrían necesitado magia muy poderosa, también tendrían que haber tenido que engañar al dios para poder encerrarlo de aquella manera.

¿Qué demonios había pasado en aquella ciudad?
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Port Royal] El señor del mar (Parte I)

Notapor Suzume Mizuno » Mar May 31, 2016 1:12 am

Oye, siento haberte hablado de aquel modo en la nave —dije de pronto—. No pretendía ser descortés, y no fue tu culpa. No sabías quiénes eran.

¿Eh? ¿A qué viene esto ahora?—farfulló ella, sorprendida.

Aunque incluso si apenas te conozco puedo asegurar que sabiendo lo que sabes ahora de ellos… Eso te habría dado muchas más razones para entrar.

Fátima le miró en silencio. ¿Era por lo que habían comentado antes, sobre lo que se necesitaba para ser un Maestro? Sonrió de medio lado con cierta amargura.

Ahora me sobreestimas. No soy tan valiente. —Ya le gustaría a ella estar a la altura de sus propias expectativas—. Pero gracias. No pasa nada. Lo que importa es que fuiste a ayudarme. Siento haberte metido en este lío.

Porque había sido idiota y demasiado optimista. Quién sabía qué habría pasado con ella si Ragun no hubiera aparecido.
Fátima dio un respingo cuando las antorchas se iluminaron al acercarse a lo alto del templo. La subida había sido menos dura de lo que esperaba y, la verdad, el sitio no se parecía tanto a los templos sobre los que había leído.

Imagen


En el centro de la estancia bajo la cúpula, tan siniestra como las demás representaciones del culto que habían encontrado, había un símbolo que no reconoció.

Imagen


Este símbolo lo he visto en mi mundo —dijo Ragun al cabo de un rato—. Nunca he sabido su significado, pero no me da buenas vibraciones.

Nada da buenas vibraciones aquí—respondió Fátima, rodeando el símbolo sin pisarlo—.Bien, ¿crees que tu pa… el Emperador sabrá cómo funciona todo esto? Porque aunque destrocemos este sitio, quizás no tenga nada que ver con invocar al bicho ese…

Sí, lo sabemos. Claro que nos habéis ahorrado el trabajo trayéndonos hasta aquí.

Con sudor frío bajándole por la espalda, Fátima se volvió hacia una de las arcadas donde, por supuesto, estaba el Emperador. Posaba con tranquilidad, pero Fátima había aprendido por las malas lo veloz que podía ser.

No os resistáis. Así puede que tu amiga salga viva, hijo.

Los apuntó con su arma.

Fátima maldijo una y otra vez para sus adentros, con el corazón latiéndole desbocado de miedo. Casi sentía el cuchillo atravesarle de nuevo el pecho. Sabía que no tenían ninguna oportunidad pero…

Entonces vieron las luces. Focos enormes de luz que venían desde lo alto. Comprendió que eran las naves de las que había hablado Ragun. Se las imaginó navegando por el exterior de la cúpula mágica. El emperador blanco no había venido solo.

Miró a Ragun, mordiéndose la lengua. Luego alzó las manos.

«Mierda.


Spoiler: Mostrar
Continuará... ewé
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

AnteriorSiguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado