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La estrategia funcionó, consiguieron acorralar a la mujer con el látigo y tumbarla al suelo. Saeko vio de refilón cómo Nikolai recogía el látigo y echaba a correr, ella se mantuvo a su lado, protegida en todo momento por Gengar, que vigilaba por si algún adulto decidía aparecer por sorpresa. Nada sucedió durante la huida, menos mal. Al poco tiempo vieron ante sí la noria, Saeko había estado siguiendo a Nikolai sin rumbo fijo por los nervios pero le sorprendió que el niño hubiese decidido ir allí.

—Creo que los hemos perdido —comentó Nikolai con claro cansancio, a ella le costaba también respirar después de la carrera.

Cogió aire y reflexionó por unos momentos, intentando poner en orden sus pensamientos.

—¿Qué... qué demonios acaba de pasar? —preguntó al aire preocupada, sin esperar una respuesta concreta por parte de nadie.

Desde que entraron en el parque la noche se había vuelto una locura, no había tenido tiempo para pensar, incluso había muerto gente y ella parte de los responsables. Una locura. No obstante cuando se dispuso avanzar Nikolai la frenó en seco con su brazo, Saeko le dirigió una mirada de extrañeza en un comienzo, pero no tardó en mirar al frente y percatarse de quién se encontraba allí. La misma mujer que les había hechizado y que los acusó de terrorismo. Parecía muy concentrada.

Esta se levantó y se acercó a ellos con calma, parecía muy segura de sí misma. Saeko se armó de coraje y la miró con mala cara, se sentía un poco impotente, pues de no ser una niña sí hubiese estado dispuesta a capturarla, pero en su estado no sentía esa seguridad. Nikolai se sintió igual y retrocedió, ella le imitó, sin apartar su mirada de mala leche de la mujer.

—¿Se puede saber que se le estaba pasando por la cabeza para urdir esto, señora? No sé qué mal le habrán hecho los Caballeros, pero transformarnos en niños y secuestrarnos no se diferencia mucho del “terrorismo” por el que nos acusa

—Ha muerto gente por su culpa. Tenga por seguro que la arrestaremos. —intervino ella sin ningún miedo.

—¿Y qué se supone que significa eso de que olvidaremos todo al amanecer? ¿Qué pretendéis hacer con nosotros?

Saeko aguardó unos momentos a que respondiera, por supuesto continuaría manteniendo distancias con ella, acompañada de Nikolai y su mascota.

—¡Responde! —le ordenó con su voz de niña, que no intimidaba en absoluto.

Les hiciera caso y decidiese responder a sus dudas o no, Nikolai le tiró de la manga y retrocedió un paso, junto a él. Finalmente echaron a correr a otro lugar. ¡Cuánta impotencia, ojalá pudiese ser ella misma una adulta otra vez para darle una lección!

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Xayim, Guilmon y Celeste escaparon hacia la montaña rusa. Xayim no estaba ni una pizca cansado (ya que era Guilmon quien le cargaba), pero los otros dos se sentían algo cansados de ir de un lado para otro.

—¿Nos... Nos siguen?

—No lo parece—nadie parecía haberse imaginado que escaparíamos hacia allí. De hecho, era lógico: ¿Qué harían unos niños pequeños en una atracción que les podía costar la vida al no cumplir la estatura de seguridad?

Xayim se bajó de Guilmon para investigar mejor la zona. Lo primero que hizo fue mirar en los vagones más cercanos. Había bates ahí dentro, sin más. ¿Para qué los usarían? Xayim ya tuvo la teoría en su cabeza de que se ponían a jugar a un béisbol raro, con los vagones delanteros tirando cosas a los traseros.

...Seria muy raro.

—¡Así sí!—agarró uno de los bates, sonriente. Si veía que podía manejarlo sin problemas, se lo quedaría como arma propia.

Pero no tardarían en llegar adultos. Se volvió a montar en el descansado Guilmon y le indicó que caminara a través de las vías. Vaya, justo a tiempo: cuatro de ellos ya estaban allí. Siguió subiendo por las vías hasta la parte más alta de la cuesta inicial que todas las montañas rusas tenían.

—Busquemos un sitio bajo por el que saltar y escapar. Habrá que defenderse con los bates y algo de magia, de mientras.

Xayim no tuvo problemas con el plan, pero no dijo nada. Estaba más centrado en los adultos. Lo más probable era que los siguieran a través de las vías. Esperaría a que hubieran cogido una altura peligrosa y estuvieran cerca. Entonces le dio una señal a Guilmon en el cuello. El dinosaurio lanzó un Piro hacia los cuatro. Con lo estrechas que debían ser las vías y al ser adultos, seguramente cayeran sin remedio.

Si de los que quedaban alguno tenía redes, Xayim cesaría de atacarlos y se uniría a Celeste. Si no, les atacaría con un bate en la cabeza a los que quedaran, hasta el punto de tirárselos si la situación se ponía fea. No se iba a encariñar con el bate no fuera a ser que lo agarraran o algo por el estilo (además, podrían encontrar otro en los vagones siguientes). Respecto al resto, seguiría con el plan de Celeste.

Al final fue el plan B el que ejecutaron. Freya disparó contra el cristal y este se quebró para después estallar en varios pedazos que salieron disparados hacia la pelirrosa y su compañero. Ahogó un grito cuando los cristales se clavaron en su piel, pero rápidamente se los retiró sin darle más importancia. Había sido un plan bastante arriesgado, pero al menos ahora contaban con algún tipo de arma para defenderse.

Acto seguido, cruzó un rápido saludo con Saito cuando éste y otra muchacha llegaban a la sala, y ella y Simbad escapaban hacia un nuevo lugar. No había tiempo para más.

**

Freya aceptó el traje de Moguri que le había ofrecido Simbad porque le pareció la cosa más adorable con la que se habían cruzado desde que pisaron aquel malévolo parque de atracciones. Llamaría mucho la atención si se lo ponía, así que lo guardó y decidió esperar. Aprovechó también para echar un vistazo a la nota que había antes de que Simbad se la guardase. ¿Qué padres abandonaban a alguien en un parque de atracciones? ¡Eso era muy cruel!

—¡Freya, Simbad, atención! ¡Me ha dicho la hada de antes que tenemos que acabar con la... tipa esta que nos habló en la entrada del parque para recuperar nuestros cuerpos!

Buscó a su amiga con la mirada, y para su sorpresa se la encontró surcando el cielo por encima de ellos. ¡¿Qué narices le pasaba a todo el mundo?!

»¡Corred la voz!

—¡Hecho!

Simbad se dedicó a leer el panfleto una vez más mientras Freya rodeaba el tiovivo en busca de algún palo para poder fabricarse un arma. Los cristales en sí ya les servían, pero nunca estaba de más tener algo más útil. Para su desgracia, no había nada.

—Freya, creo que he dado con el quid de la cuestión.

—¿E-El quid de la cuestión? ¿De qué estás hablando?

Aquello pilló desprevenida a la pelirrosa, y cuando Simbad echó a correr hacia alguna parte, no le quedó más remedio que correr tras él para no quedarse sola y poder ayudarle. Confiaba en que sabía qué estaba haciendo.

Mientras tanto, la mente de la pelirrosa seguía dándole vueltas a aquella misteriosa nota.

Lamento haber dejado este evento tan desatendido y que vaya a cerrarse así por mi culpa. No volverá a suceder. En compensación os he dado a todos los participantes todavía activos 30PX.

¡Kairi sube a nivel 18!
¡Malik sube a nivel 20!
¡Alaric sube a nivel 5! Y todavía no tiene el Prólogo.
¡Dos sube a nivel 4!
¡Ragun sube a nivel 36!
¡Freya sube a nivel 18!
¡Celeste sube a nivel 17!

¡Fin del Evento!