Examen [Alexander Fürst von Wiedererinnerung]
Publicado: Jue Dic 24, 2015 12:37 am
Uno de los moguris del castillo le llevó, a primera hora de la mañana, un terrible mensaje de parte de su Maestro. Lo encontraría bajo la puerta, echado por la ranura y guardado en un sobre que llevaba su nombre. Tras desplegarlo, leería la letra de Ryota:
Ahí estaba, la ¿esperada? y horrible noticia; la cercanía de un Examen que pondría a cualquier aprendiz a llamar a su madre. Sin embargo, Ryota le daba a elegir: podía afrontarlo ahora, tal y como le proponía, o esperar un poco más de tiempo para prepararse. Tenía el resto del día para pensarlo, para proclamar a los cuatro vientos que se iba a examinar o para reírse de alguien al que le quedara aún un tiempo para ser promocionado.
¡Qué demonios, no llevaba allí tres años de aprendiz para echarse atrás!
Así que, puntualmente, al día siguiente se presentó en la sala del trono a las doce de la mañana. En el trono central estaba Ryota, en el izquierdo Shinju y en el derecho Ariasu, hablando entre ellos con murmullos que no acallaron cuando el examinado entró. A Ragun, de todas formas, solo le llevaba un bisbiseo ininteligible.
Habían colocado un par de pupitres a los pies de las escaleras que subían hasta los tronos. En uno de ellos ya estaba sentado Daichi, con la cabeza agachada y revolviéndose el pelo, como si repasara mentalmente las preguntas del Examen. Si Ragun se mostraba un poco perdido, Ariasu le indicaría por gestos que tomara asiento en el otro pupitre y esperara.
Tardaron unos minutos más en terminar la conversación. Entonces, Ryota se puso en pie, bajó los peldaños para situarse junto a los aprendices y dijo:
―Bienvenidos a vuestra Examen de Maestría. Ambos habéis superado innumerables retos durante vuestra etapa de aprendizaje y por ello hoy se os premia con estar aquí. Sin embargo, obtener o no el título dependerá de vuestro desempeño hoy. No hay ninguna deshonra en el suspenso, pues podréis volver a intentarlo otro día. Ahora solo queremos que os esforcéis al máximo y nos demostréis que sois dignos de nuestro respeto.
»Tendréis que superar tres pruebas para aprobar. Os supervisaremos en todas ellas, pero no busquéis en nosotros ningún tipo de guía, pues vuestro cometido ahora es demostrarnos que no necesitaréis de ella cuando mañana estéis a cargo de otros aprendices, en un puesto de responsabilidad.
»Dicho esto, que dé comienzo el Examen.
Ariasu se acercó por detrás, sujetando varias hojas en blanco que repartió entre ambos aprendices y ofreció bolígrafos, por si acaso no se les había ocurrido llevar. Le guiñó un ojo a Ragun, con complicidad, aunque estaba ahí por Daichi como su Maestra. Mientras tanto, Ryota empezó con la explicación:
―La primera prueba consistirá en un examen escrito. Hemos preparado cuidadosamente las preguntas y esperamos de vosotros que las respondáis con buen juicio. Tendréis una hora. ¿Alguna pregunta? ―Interrogó con la mirada a ambos.
Daichi levantó la mano de forma vacilante. Se notaba que Ryota le imponía algo más que respeto, puede que hasta miedo.
―¿Me habéis guardado la nota del anterior examen?
Poco faltó para que le echara de la sala. Ryota esperó a que Ragun planteara alguna duda verdaderamente relevante. Después de
―Comenzad.
Ariasu le repartió el papel que contenía las preguntas y se retiró, junto al Maestro, de regreso a los tronos. Para entonces se notaba que Shinju se aburría muchísimo desde su asiento, pero probablemente no veía forma de escabullirse de la burocracia maestril. Durante el resto del Examen los tres volverían a cuchichear entre ellos, a bajo volumen para no molestar.
No obstante, el reto de Ragun estaba sobre el papel. Allí estaba su sincorazón, su jefe, al que tendría que derrotar para llegar a ser Maestro. Y no pronosticaba que fuera a ser fácil:
Ragun tendría que enfrentarse a aquel sincorazón, a aquel jefe, para conseguir ser Maestro. Pero este tenía más de una cara. Porque, al otro lado de una pantalla invisible para el aprendiz, otras cuatro preguntas más se dibujaban para la persona que miraba al monitor.
Al fin y al cabo, la prueba era de ambos.
Ragun,
He estado deliberando acerca de tus avances como aprendiz de la Llave Espada y he llegado a la conclusión de que estás preparado para afrontar el Examen de Maestría. Si tú también te sientes preparado, preséntate solo mañana en la sala del trono a mediodía. No traigas a Nyx.
Lamento no poder atenderte hoy si tienes dudas, puesto que otros asuntos me mantendrán fuera del castillo durante todo el día. Confío en que elijas con sensatez.
Ahí estaba, la ¿esperada? y horrible noticia; la cercanía de un Examen que pondría a cualquier aprendiz a llamar a su madre. Sin embargo, Ryota le daba a elegir: podía afrontarlo ahora, tal y como le proponía, o esperar un poco más de tiempo para prepararse. Tenía el resto del día para pensarlo, para proclamar a los cuatro vientos que se iba a examinar o para reírse de alguien al que le quedara aún un tiempo para ser promocionado.
¡Qué demonios, no llevaba allí tres años de aprendiz para echarse atrás!
Así que, puntualmente, al día siguiente se presentó en la sala del trono a las doce de la mañana. En el trono central estaba Ryota, en el izquierdo Shinju y en el derecho Ariasu, hablando entre ellos con murmullos que no acallaron cuando el examinado entró. A Ragun, de todas formas, solo le llevaba un bisbiseo ininteligible.
Habían colocado un par de pupitres a los pies de las escaleras que subían hasta los tronos. En uno de ellos ya estaba sentado Daichi, con la cabeza agachada y revolviéndose el pelo, como si repasara mentalmente las preguntas del Examen. Si Ragun se mostraba un poco perdido, Ariasu le indicaría por gestos que tomara asiento en el otro pupitre y esperara.
Tardaron unos minutos más en terminar la conversación. Entonces, Ryota se puso en pie, bajó los peldaños para situarse junto a los aprendices y dijo:
―Bienvenidos a vuestra Examen de Maestría. Ambos habéis superado innumerables retos durante vuestra etapa de aprendizaje y por ello hoy se os premia con estar aquí. Sin embargo, obtener o no el título dependerá de vuestro desempeño hoy. No hay ninguna deshonra en el suspenso, pues podréis volver a intentarlo otro día. Ahora solo queremos que os esforcéis al máximo y nos demostréis que sois dignos de nuestro respeto.
»Tendréis que superar tres pruebas para aprobar. Os supervisaremos en todas ellas, pero no busquéis en nosotros ningún tipo de guía, pues vuestro cometido ahora es demostrarnos que no necesitaréis de ella cuando mañana estéis a cargo de otros aprendices, en un puesto de responsabilidad.
»Dicho esto, que dé comienzo el Examen.
Ariasu se acercó por detrás, sujetando varias hojas en blanco que repartió entre ambos aprendices y ofreció bolígrafos, por si acaso no se les había ocurrido llevar. Le guiñó un ojo a Ragun, con complicidad, aunque estaba ahí por Daichi como su Maestra. Mientras tanto, Ryota empezó con la explicación:
―La primera prueba consistirá en un examen escrito. Hemos preparado cuidadosamente las preguntas y esperamos de vosotros que las respondáis con buen juicio. Tendréis una hora. ¿Alguna pregunta? ―Interrogó con la mirada a ambos.
Daichi levantó la mano de forma vacilante. Se notaba que Ryota le imponía algo más que respeto, puede que hasta miedo.
―¿Me habéis guardado la nota del anterior examen?
Poco faltó para que le echara de la sala. Ryota esperó a que Ragun planteara alguna duda verdaderamente relevante. Después de
―Comenzad.
Ariasu le repartió el papel que contenía las preguntas y se retiró, junto al Maestro, de regreso a los tronos. Para entonces se notaba que Shinju se aburría muchísimo desde su asiento, pero probablemente no veía forma de escabullirse de la burocracia maestril. Durante el resto del Examen los tres volverían a cuchichear entre ellos, a bajo volumen para no molestar.
No obstante, el reto de Ragun estaba sobre el papel. Allí estaba su sincorazón, su jefe, al que tendría que derrotar para llegar a ser Maestro. Y no pronosticaba que fuera a ser fácil:
Spoiler: Mostrar
Ragun tendría que enfrentarse a aquel sincorazón, a aquel jefe, para conseguir ser Maestro. Pero este tenía más de una cara. Porque, al otro lado de una pantalla invisible para el aprendiz, otras cuatro preguntas más se dibujaban para la persona que miraba al monitor.
Spoiler: Mostrar
Al fin y al cabo, la prueba era de ambos.
¡Bienvenido a tu Examen de Graduación de Maestría!Este quote está vilmente copiado de otro lado
En primer lugar, calma. Este es un tema como otro cualquiera. La clave del aprobado es sencilla, ya puede serlo después de 30 niveles hasta aquí. Escribe los posts como siempre (quizá con alguna revisión de más) y piensa bien en tus acciones.
Si tienes alguna pregunta on-rol sobre la prueba, plantéamela en privado y luego la transcribes con Ragun, de ese modo no malgastamos turnos. Y naturalmente, las off-rol también.
Como puedes ver, en esta primera prueba tienes dos planteamientos diferentes de preguntas: las cuestiones del 1 al 4 las responderá Ragun on-rol; y del 5 al 8, tú off-rol. No quiero que me linkees la respuesta con el post donde esto se reflejó, sino que lo explique Ragun con sus palabras o que lo hagas tú con las tuyas.
Buena suerte.