Alanna y Nicoxa Una batalla infernal se desató sobre el campo de Llaves Espada. Nanashi y el espadachín eran sombras huidizas; los magos, en cambio, se mantuvieron distancia de las chicas. Parecían poseer cierta inteligencia. Su magia se veía reflejada a causa de los hechizos protectores de la Maestra, de manera que centraron sus ataques en Garuda.
El ave planeaba por encima de las criaturas, esquivando sus proyectiles mientras intentaba dar algún que otro picotazo al enemigo que Alanna le había marcado. Pero decirlo era, sin duda, más fácil que hacerlo, y tras una bola de fuego certera, Garuda salió despedido hacia atrás... Oportunidad que pudo aprovechar Alanna. Sin darle tiempo a reaccionar, hundió sus garras llenas de corrupción en uno de los magos. El efecto fue casi inmediato, no necesitó más para que, tras un débil quejido, la criatura se volatilizase.
El otro dejó estar a Garuda para centrarse en la persona que había matado a su «hermano». El
Embate Ígneo la acercó, sí, pero un rayo impactó en la aprendiz y la Corrupción no bastó para frenarlo. El
Reflejo se había desvanecido al destruir al primer mago, y Alanna quedó aturdida durante unos preciosos segundos.
Para cuando recobró el control de su cuerpo, apenas le quedaba magia. En el momento en que el hechizo la golpeó, la chica sintió como si su poder escapara lentamente de su cuerpo. Incluso conjurar el fuego más básico resultaba agotador. Cómo Nanashi había aguantado tanto tiempo contra aquellas criaturas era inimaginable.
Garuda, que había tenido tiempo de recuperarse un poco, se lanzó entonces contra el mago antes de que éste pudiera volver a atacar a Alanna. Debilitada por el primer ataque de la chica, la criatura no tuvo nada que hacer.
Entre tanto, Nicoxa resistía. El
Tiro Mortífero había surtido efecto. Había acertado al mago y se había llevado consigo uno de sus brazos de tinta, que cayó al suelo retorciéndose. La criatura no demostró sentir ningún dolor, pero sí que desistió de alcanzar el Santuario a sabiendas de que Nicoxa continuaría con la persecución. Invocó una bola oscura que intentó golpearla, pero el
Reflejo lo absorbió al instante antes de romperse. No lo devolvió, pero evitó que la aprendiz sufriera daño alguno.
El mago aprovechó esa pequeña desventaja y alzó las manos. Nicoxa sintió como le faltaba el aire y, poco a poco, empezaría a notar que no podía continuar tras él. Desde el punto de vista de Alanna, su compañera caía al suelo, cerca del enemigo que ya preparaba su próximo hechizo.
Entre ella y Garuda llegaron a tiempo de romper la ilusión que mantenía a Nicoxa en aquel estado antes de que fuera demasiado tarde. Mientras se molestaban en encarar a la criatura, el brazo caído del mago se revolvió sobre sí mismo envuelto en la misma aura que Karel había usado para crearlos. De él nació un pequeño mago, idéntico a los demás pero de una estatura considerablemente inferior, que se dirigió sin perder el tiempo hacía su objetivo.
Era ágil, más que ellas que aún estaban peleando contra la criatura que se resistía a dejarlas pasar. Cuando acabaron con él vieron que el pequeño estaba a punto de cruzar la entrada, imparable y triunfal, cuando lo rescató y alejó en dirección contraria un exhausto Garuda. Cerró el pico con fuerza y lo escupió con tal violencia que la criaturita reventó en el acto.
En aquel momento pudieron escuchar cómo el Santuario temblaba. La violencia de la sacudida les haría pensar que se desmoronaría ahí mismo, frente a ellas. Incluso la batalla de Nanashi contra el samurái se había detenido, como si todos estuvieran expectantes a ver qué era lo que sucedía, a ver si la Necrópolis de las Llaves Espada se sumaba a los mundos ya caídos.
Pero no sucedió nada. El silencio, que hasta ahora las había acompañado, fue interrumpido por un brutal corte al espadachín propiciado por la propia Nanashi, la primera en reaccionar.
Los ojos de Karel, sin embargo, parecían tan vacíos como siempre mientras se detenía en las heridas de Nanashi. Nada grave, en comparación a lo que podría haberle sucedido. Su pierna izquierda tenía un corte algo feo, lo suficiente como para que notaran que cojeara. Pero la Maestra mantenía la espada en ristre dispuesta a combatir hasta el final
—
Tenéis suerte, Caballeros. Demasiada. Pero es algo temporal, no os confiéis. Hoy, mañana, el año que viene, qué más da.
»Al final este mundo caerá, como todos los demás. Hasta entonces, gracias —murmuró con ironía—
por mostrarme de qué sois capaces. El pisotón de la Maestra Nanashi sobresaltaría a las Aprendizas. Un fulgor la envolvía, uno que anunciaba como, poco a poco, su poder mágico volvía a ella. A los pocos minutos, una sensación similar las permitiría estar como si no hubieran afrontado a los monstruos de tinta de Karel, salvo por las heridas.
—
Le mandaré un mensaje a Xihn —espetó con frialdad—
haciéndote lo mismo que Garuda ha hecho con tu sucia criatura. Si la amenaza había sido suficiente como para intimidarle, Karel no lo demostró.
—
Tendrá que ser otro día. Veo que el otro también ha fracasado. —Suspiró e hizo un gesto con la mano al tiempo que Nanashi arremetía contra el escudo que lo protegía. Se quebró en mil pedazos y consiguió lanzar al general de Xihn hacia un lado con violencia, pero no antes de que una burbuja de oscuridad lo engullera.
No quedó ni rastro de él.
La Maestra, con todo el aplomo que pudo reunir, se dirigió hacia ambas y observó las heridas de Corrupción que se extendían por su piel.
—
Habéis hecho bien en venir —apuntó. Por su tono de voz, no parecía enfadada—
. La Corrupción que emanáis podría haber afectado de alguna manera al Corazón del Mundo. Primero trataremos esto para suavizarlo todo lo posible y luego nos reuniremos con los demás. Nithael terminará el trabajo en Tierra de Partida. No habían logrado atacar a Karel con la Corrupción, y por lo tanto el acogido de Xihn apenas había sufrido daños. Pero podían estar satisfechas: ayudando a Nanashi, al menos habían salvado el Santuario.
Fátima, Maya y Dos —
Respecto a esas criaturas del Mundo de la Oscuridad… Cuéntenos más. ¿Quién o qué son, exactamente? ¿Son tan poderosas como para que Xihn las tema? Y lo más importante, ¿cómo podemos encontrarlas? ¿Dónde están escondidas? Nanashi arqueó una ceja. Por un momento, pareció no entender la aglomeración de preguntas y en su rostro se dibujó una expresión indescifrable. Suspiró, al ver que Idris estaba enfrascado con Dos, antes de empezar a hablar.
—
Son una raza propia del Reino de la Oscuridad. Al igual que los antiguos Ángeles, que pertenecían al de la Luz. Son eso, bebés. No tienen un claro distintivo, aunque sí características propias, como un envejecimiento más lento. Xihn no los teme, los adora. —Hizo hincapié en la palabra—
. Son la única esperanza de su Reino y cree que de alguna manera son suyos.
»No sabemos dónde se encuentran en vuestra época. El Primero tuvo que hablaros de un antiguo mundo dónde estaban escondidos, pero desapareció hace siglos. Idris tiene un gran talento con la magia espacio temporal, y gracias a su ayuda y a la del libro de Zephir conseguimos traerlos de dónde fuera que se encontraban… Pero no dejéis piedra sin remover. Es una tarea difícil, no imposible. —
Por cierto, sé que la Fátima de esta época ha… —La Maestra asintió, con sequedad. Una fina línea se dibujó en su rostro, perturbándolo. Después de todo, nombrar la muerte de una antigua Aprendiz y tenerla allí delante tenía que ser duro, incluso para alguien como Nanashi—
. Pero, ¿dónde están las demás? ¿Están bien? Me… me gustaría hablar con la Maya de esta época… Estoy un poco perdida, y a veces necesito un pequeño empujón para seguir adelante… Quizá ella me puede ayudar. —
No creo que tengamos tiempo, Maya. No sabemos cuánto durarán esos dos aparatos y tenemos que volver antes de que sea tarde. La Maestra se quedó unos segundos observando a Fátima, pensativa, y luego respondió con cuidado:
—
No hay nadie más en el Santuario de nuestro tiempo, y tampoco creo que entienda a quiénes te refieres. Hemos perdido a mucha gente. Demasiada —se limitó a decir—
. La Maya de ésta época salió adelante empujándose a si misma. Te recomiendo que hagas lo mismo: no dependas de otros para seguir avanzando, y menos en una guerra. —
Así que lo único que necesitaba era ajustar la frecuencia de los cristales... —Idris seguía embobado, observando el artefacto que le había tendido Dos. Aunque la droide no dijo nada, él estaba muy animado, lo suficiente como para hablar, le escucharan o no—
. Quizá... ¿crees que podría llevármelo? Sé que eso no entraba en vuestros planes pero así podré encargarme de dejaros este mensaje tal y como he hecho. Crearé una especie de bucle en nuestro tiempo, uno para asegurarme de que os ayudo pase lo que pase. Detrás de ellos, al otro lado de la cerradura, un chillido desgarrador irrumpió en la sala a la par que abría las puertas con violencia. Una de las mitades salió despedida en su dirección, y Thor bloqueó el impacto con la lanza y su propio cuerpo. Ondina entretenía al espadachín, y su hermano volvió al combate.
—
Esa criatura de tinta... —Idris apretó los puños con rabia.
Nanashi carraspeó, cuando las esencias hicieron desaparecer a la alimaña de Karel.
—
No debe quedar mucho tiempo. Prosigamos. —
¿Cómo cuidamos a esos niños? ¿Como a cualquier bebé normal? ¿Hay algo que vayan a necesitar en particular? —preguntó Fátima.
La expresión de Nanashi se volvió cansada.
—
Cuidadlos... como si fueran vuestros hijos —respondió—
. En su día, nosotros los escondimos en Tierra de Partida y los aislamos por miedo a que Xihn los encontrara. Algunos como Iwashi o Bella intentaron educarlos como aprendices, pero entonces ya era tarde. Eran salvajes, no respondían a razones y, con el tiempo, se volvieron violentos. A medida que pasaban los años, veíamos en sus rostros a Xihn riéndose en nuestras narices. Matando a todo lo que se le ponía delante, arrasando cualquier mundo. Y puede que, de algún modo, volcáramos parte de nuestras frustraciones en ellos. —Pareció que Nanashi iba a añadir algo más, pero se retractó en el último momento—
. Me temo que sólo os podemos decir qué no da resultado. —
Eso y... —añadió Idris, torciendo el gesto—
no les escondáis nada. Merecen saber quiénes son y de dónde vienen, de qué son capaces. Dejadles libertad y contestad a sus preguntas. Sin ánimo de ofender, Maestra. Nanashi se limitó a suspirar.
Entonces Fátima se acercó a ella.
—
Quieres saber qué ha sido de tus hijos, ¿no? —preguntó con suavidad. Escuchó las inquietudes de su antigua aprendiz y asintió una vez—
. Nacieron los dos bien. Y tuvieron una buena infancia, dadas las circunstancias... Si viste solo a uno —Nanashi se abstuvo de preguntar cuál—
es porque... el otro... cayó en batalla. Con honor. Se interpuso entre las fuerzas de Xihn y su hermano, y le salvó la vida. Fueron grandes Caballeros los dos, si eso te sirve de consuelo. En cuanto a Malik, fue poco antes de capturar a Xihn. Aquel día hubo muchas bajas. Nanashi cogió una bocanada de aire. La explicación le había afectado mucho más de lo que cualquiera habría esperado, incluso ella misma. Recobró la serenidad al cabo de un momento y se dirigió a todas en ese momento:
—
Todo eso que os cuento fue después de dar con los niños. Fue después de 1016. Es nuestro tiempo y nosotros cargamos con ello, pero eso no significa que vosotras tengáis que hacerlo. No os martiricéis por errores que no habéis cometido, porque vuestro futuro ya va a cambiar después de este momento. Volvió a asentir, hecha la promesa de que hablaría con su hijo. En cuanto a la idea de dejar un mensaje, Nanashi lo meditó un segundo.
—
Sí. Dile algo a mi... yo del pasado. Que no se ciegue. O lo de Erika volverá a suceder. Se negó a decir más. Incluso Idris pareció confundido al oír ese nombre.
El Santuario tembló bajo sus pies. Las líneas temporales volvían a separarse. ¿Desaparecería la de Idris y Nanashi sin más? ¿Morirían? En todo caso, debían darse prisa.
—
Hablaré con ellos —dijo Nanashi con sequedad, sin afirmar ni desmentir que nadie siguiera con vida. La pregunta sobre sus hijos, sin embargo, la sorprendió—
. ¿De verdad quieres saberlo? Podría afectar vuestra decisión. Pero si Fátima insistía, Nanashi dibujaría una pequeña sonrisa. Se inclinaría hacia ella y le susurraría al oído dos nombres, sin dejar que nadie más los escuchara: Atiya y Kris.
Acto seguido, se despidió de Idris. El chico, a medio camino de estar encantado y avergonzado por la atención, restó importancia con un gesto a sus palabras.
—
No ha sido nada. No es como si pudiera haber hecho otra cosa —declaró—
. Creo que llegué de Ciudad de Paso tras su caída. Tenía seis años. Nanashi dio conmigo y cuidó de mí desde entonces. Negó con la cabeza, todavía sin soltar el aparato.
—
No, no quiero saberlo. Me conformo con todo esto. Pero si... si pudierais hacer una cosa por mí... Buscadme en vuestro tiempo. Un huérfano en Tierra de Partida. Me gustaría que al menos eso sí que se repitiera. Una grieta se abrió bajo el suelo. El camino desaparecía. No hubo tiempo a entretenerse más ni a decir adiós. Idris las saludó con la mano mientras se desvanecían, Nanashi mantuvo su expresión estoica, pero pudieron verla sonreír antes de que regresaran a su Necrópolis. Qué fue de ellos, nunca lo supieron, pero tenían un futuro propio en el que pensar.
Por el momento, reunirse con Nanashi, Alanna y Nicoxa y ponerse al día. Segundo, avisar al resto de Maestros y Caballeros sobre la aventura que acababan de vivir. Hacían falta nuevos planes, una estrategia y recordar siempre los errores que no podían cometer. Y, tercero, buscar a ese niño que estaba solo en Tierra de Partida, el niño que, desde un mundo más triste, salvó centenares de vidas.
¡Y con esto concluye este minievento!
Pido perdón por el enorme, enormísimo retraso con este post. No me entretendré con excusas, ¡pasemos a las puntuaciones, que es lo que interesa!
Maya: 48 PX. Has roleado bien y mantenido la caracterización de tu personaje a pesar del salto temporal. No te llevas la puntuación máxima por un par de rondas en el que has pecado de pasivo, sin terminar de implicarte demasiado en los eventos (también he tenido en cuenta la naturaleza de este evento, que puede que eso fuera más culpa mía que tuya). Aún así, ¡buen trabajo! Te quedas a 12 PX de subir al nivel 31.
Dos: 45 PX. ¡Ay, las faltas! Eso ha sido lo que más te ha perjudicado en la puntuación, ya que la implicación de Dos y el roleo han sido muy buenos. Se nota que el personaje te gusta y he notado mejoría respecto al Global, de modo que enhorabuena. Eso sí, deberías repasar los posts, que se te han escapado varios errores ortográficos tontos y algunos codes. Te quedas a 22 PX de subir al nivel 18.
Fátima: 50 PX. Nada que decir, has escrito y roleado bien y participado en todas las rondas. Admito que me preocupaba un poco cómo iba a ser Fátima embarazada y en misiones, pero has sido consecuente con su situación y, en general, no he visto ningún fallo, así que puntuación máxima. Subes a nivel 47 y te quedas a 46 PX de subir al 48 (qué bonito ha quedado(?)).
Nicoxa: 47 PX. Contigo ha pasado un poquito como con Maya; a pesar de escribir y rolear bien ha faltado cierta participación. Creo que si Nicoxa se implicara más con el resto de personajes (NPCs y jugadores) y con el entorno que la rodea quedarían posts más bonitos y tú mismo tendrías más material con que jugar. No tengas miedo a hacer posts largos y aprovecha el excentricismo de Nicoxa para sacarle partido a las rondas. ¡Y actualiza! ¡Necesitas habilidades más poderosas! Te quedas a 10 PX de subir al nivel 24.
Alanna: 50 PX. Te digo lo mismo que a Suzu, puntuación perfecta. Buen roleo, buena participación, y posts bien escritos y sin faltas. Me gusta cómo se relaciona Alanna con sus compañeras y con Nanashi (incluso con Garuda, algo que no me esperaba y me ha sorprendido). Siento mucha curiosidad por cómo se desarrollará el personaje con el tiempo y un poco más de práctica, ¡sigue así! Subes a nivel 15 y te quedas a 66 PX del 16.
¡Muchas gracias por participar!