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[Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 12:52 am
por Tanis
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Malik - Evento Global: El Esclavo del Olvido > este encuentro > Especial Libre: Hasta que nuestros corazones vuelvan a encontrarse

Fátima- Misión: Ron, ron, ron, la botella de ron > este encuentro, >Encuentro To trust someone else


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No quieras parecerte tanto a mí, Malik


No recordaba mucho de su convalecencia aparte del terrible dolor. Algunos retazos de su maestra, de Ronin, de Fátima y de Asah, pero no mucho más. Nada más allá de imágenes y la fiebre que le había casi ahogado tras aquella pelea en el desierto… nada más allá del dolor de su ojo perdido.

Se miró al espejo del cuarto de baño de su habitación y se colocó bien el parche. Junto con la barba, que le había crecido durante ese tiempo en cama, podría decirse que parecía todo un pirata. «No quieras parecerte tanto mí», le había dicho Ronin. Malik conformó una mueca con cierto disgusto. A sus pies, Asah le miró con el morro un poco arrugado, también con una expresión que se asemejaba al disgusto y la tristeza. La conejita alzó el vuelo y se elevó hasta alcanzar y posarse en el borde del lavabo de mármol. Malik desvió la vista de su propio reflejo y acarició la cabeza de su amiga, entre las orejas de libélula.

Estoy bien —aseguró en voz baja.

Sabía que Asah, en su inteligencia animal, no le creía. Observó su morro cada vez más arrugado y suspiró cuando ella le empujó la mano con el hocico. Sabía también que le estaba diciendo: «Llegas tarde», pero por una vez a Malik no le importó que eso estuviera pasando. No había salido de su cuarto desde que le trasladaran a él estando herido, no había salido a la luz del castillo sin su ojo izquierdo. Se preguntó si el Guía, el ente que vivía en el reverso del Castillo, estaría riéndose de él, o sintiendo lástima. No había pasado mucho tiempo desde lo del Castillo del Olvido, pero para él parecían lustros. Eones desde… aquello también.

Despacio abrió el grifo y se mojó la cara con agua fría. Casi sin pensar se pasó los dedos por la piel, la barba y por encima del parche, sin querer notando ligeramente el hueco vacío bajo el cuero. Sintió un escalofrío y se apartó del lavabo. Asah le siguió con un revoloteo al salir del cuarto de baño y se posó en la cama mientras Malik terminaba de vestirse. Iba a acompañar a Fátima en una misión rudimentaria como aprendiz de apoyo. Ella ahora era maestra y quizá no necesitaba su ayuda real, pero igualmente se había presentado voluntario para ir.

Malik le echó un vistazo al reloj que colgaba de la pared de su cuarto mientras terminaba de ponerse la ropa. Sí, llegaba tarde, Fátima iba a echarle la bronca, o a tirar su puerta abajo de un momento a otro.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:21 am
por Suzume Mizuno
Fátima suspiró y miró por enésima vez a su alrededor. Habían quedado en el vestíbulo del Castillo, pero ya pasaba la hora y Malik todavía no había aparecido. Cruzada de brazos, dio un par de golpecitos al suelo con la punta del zapato y al final se dirigió como un vendaval hacia la habitación de Malik.

Comprendía que se encontraba mal, que estaba pasando por un momento muy duro, pero él se había presentado para la misión aunque ella le había dicho que necesitaba guardar reposo todavía un poco más. Había cedido porque creía que Malik necesitaba sentirse útil y moverse un poco y, sobre todo, porque no quería pelearse con él. No con lo arisco que estaba últimamente.

Pero no podían permitirse perder tiempo. Había vidas que podían depender de ellos, maldita sea.

Atravesó el pasillo donde estaba el dormitorio de Malik y al detenerse frente a su puerta respiró hondo y se recordó que no debía… comportarse como una idiota. Tenía responsabilidades como Maestra pero no debía descargarse con Malik, que siempre la había respetado y que se tomaba tan en serio como ella su deber.

O eso esperaba.

Así que llamó a la puerta con firmeza pero sin pasarse y dijo:

¿Malik? Tenemos que irnos. ¿Te falta mucho?

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:24 am
por Tanis
Estaba terminado de abrocharse las botas cuando ella llamó a la puerta y oyó su voz, firme y en el fondo —él lo sabía— contrariada. Tragó saliva sin contestar, apretó la última lazada y miró a su conejita. Asah no hizo ademán alguno de querer acompañarle, ya que habían acordado que se quedaría tranquilamente en el castillo. Acarició su cabeza una vez más y se dirigió a la puerta. Abrió un poco inseguro. Fátima era una de las pocas personas que le habían visto herido, sin el ojo, pero aún así se sintió vulnerable.

Lo siento, estaba... —Se disculpó. Desvió la vista de ella y carraspeó. Se sentía como si le enfocaran con un haz de luz demasiado intenso—. Perdona.

Se tocó el lado de la cara sobre el que cruzaba la tira del parche sin darse cuenta, sin mirarla, en un gesto mudo de culpabilidad por haberse pasado tanto tiempo delante del espejo odiándose a sí mismo. No por vanidad, si no por… débil.

Vámonos, te he hecho perder bastante tiempo —dijo, antes de que Fátima pudiera empezar una conversación demasiado larga y con unos derroteros que no quería tocar.

Echó a andar por el pasillo, rumbo a las escaleras y la puerta del vestíbulo. Si mal no recordaba, tenían que viajar hasta un mundo llamado Bosque de los Enanitos y limpiar y desbrozar el bosque de los sincorazón que encontrasen. Malik nunca había pisado dicho mundo y apenas había leído unas pocas líneas sobre él. Tenía constancia de que existía un castillo, el bosque y una cabaña perdida en él dónde vivían siete hombres de “corta estatura”. Apenas nada más, nada de los posibles últimos acontecimientos. Con todo lo que le había pasado y los quebraderos personales de cabeza que tenía, había pasado por completo de la parte de investigación. Suponía que no pasaría nada por eso, y que Fátima sabía dónde se estaban metiendo.

No habló en el poco camino hasta la parte frontal del castillo frente a las escaleras, sumido en sus propios pensamientos y en el hecho de que se había cruzado con algunos aprendices con su nuevo aspecto. Su ligera paranoia le hacía pensar que murmuraban a sus espaldas, así que hacía su mayor esfuerzo para ignorarlo todo, a pesar de que eran imaginaciones suyas. Una vez fuera convocó su glider y se subió tras activar la armadura.

Te sigo —dijo de forma escueta a Fátima.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:26 am
por Suzume Mizuno
No hubo respuesta a pesar de que Fátima estaba convencida de que la había escuchado. Siempre lo hacía. Y la habitación no era lo suficiente grande como para que no oyera la llamada a la puerta. Irritada, se cruzó de brazos y se contuvo para no golpear con los nudillos, esta vez más insistente.

Cuando ya iba a levantar la voz, la puerta se abrió con lentitud y Malik se asomó. Fátima le había visto con parche y sin parche y todavía no se acostumbraba a la idea de que hubiera perdido un ojo. Mantuvo una expresión impasible, pero por dentro se le encogió el estómago. Si hubiera llegado a tiempo, quizás habría podido salvarle el ojo con su magia.

No había estado cuando más lo necesitaba.

Y ahora Malik se comportaba como si tuviera miedo del mundo, con una actitud recelosa y en guardia. Cualquiera diría que esperaba que lo atacaran de nuevo.

Lo siento, estaba... Perdona.

A Fátima no se le pasó por alto cómo desviaba la mirada y le dolió el pecho cuando se tocó el parche pero todavía más el gesto de culpabilidad.

Está bien—dijo con suavidad—. Malik ¿estás seguro de que quieres…?

Vámonos, te he hecho perder bastante tiempo.

La chica frunció los labios y arqueó una ceja, pero asintió y caminó junto a él sin decir nada. Ahora ya no estaba tan segura de que fuera buena idea de que Malik la acompañara. Esa culpabilidad, casi paranoica, supondría un impedimento. Claro que si iba con él no creía que pudiera pasarle nada malo… O eso esperaba. Malik había cambiado. Esperaba que por poco tiempo o que, al menos, pudiera encontrar la manera de ayudarle.

«Claro que eso sería más fácil si se dignara a hablar conmigo» pensó con acritud.

Cuando llegaron al exterior, Malik invocó su glider y se puso la armadura.


Te sigo.

Le miró de soslayo y ella misma invocó su glider. Apenas sí se elevó unos pocos metros cuando un cosquilleo de emoción la recorrió y le permitió dejar un poco de lado el mosqueo. Había estado practicando el Portal de Luz en un par de ocasiones, pero esta sería la primera vez que lo usaría en una misión real.

Extendió la mano, se concentró y notó fluir la energía. La luz se acumuló frente a ellos, como una esfera que crecía a toda velocidad. Se le puso la carne de gallina y sonrió de oreja a oreja bajo el casco. Después pegó un acelerón y atravesó el Portal.

*


Los recibió el canturreo de unos pájaros y el aroma a hierba fresca. Cuando sus ojos se acostumbraron al cambio de luz se quitó la visera y echó un vistazo a su alrededor. Estaban sobre las copas de un profundo bosque que parecía perderse en el horizonte, aunque al norte había un pueblecito rodeado por campos agrícolas. Se suponía que era el lugar donde debían ir antes a hacer un par de preguntas y, quizás, conseguir indicaciones para guiarse por el bosque. Cerró el Portal en cuanto Malik lo cruzó y le hizo una señal para que aterrizaran.

Allí se quitó la armadura y se sacudió los pantalones. Se había puesto un traje lo suficiente ambiguo para sentirse cómoda con él, aunque claramente la tomarían por un mozo antes que por una mujer con esas mallas, con un peto de cuero y varios cuchillos a la vista. Sacó una cajita de maquillaje y se ensombreció el labio superior y la cara. La idea era presentarse como mercenarios y sabía que no tenía un aire amenazador, así que tendría que dejar hablar a Malik.

De acuerdo, tenemos que ir al pueblo e investigar sobre los Sincorazón. A qué hora aparecen, por dónde y cuántas víctimas se han cobrado. Somos mercenarios, yo en particular soy tu aprendiz, y vamos a matarlos. Les pondremos un precio para que se lo crean y luego devolveremos el dinero.—Se mordió la lengua para no preguntar si todo estaba claro. No quería parecer arrogante.

Esperó a que Malik dijera algo antes de echar a andar hacia el linde del bosque. Allí, sin embargo, lo detuvo y le tiró del cuello de la ropa para que se agachara un poco y tuviera que mirarla directamente a los ojos.

Malik, te quiero y sé que vas a hacerlo bien, pero un mercenario es arrogante. Si parecemos nerviosos o asustados, no confiarán en nosotros.—Intentó sonreír y hacer acopio de toda su paciencia—. Vamos a hacer bien nuestro trabajo, ¿de acuerdo?

Titubeó sobre si darle un beso o no. Al final decidió dejarlo en manos de Malik, porque no quería forzarle, y continuó con su camino.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:35 am
por Tanis
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Atravesar el portal y poner pie en otro mundo sin viaje de por medio por el Intersticio era un cambio agradable. Le gustaba volar y utilizar el glider, pero el uso de un portal era harto útil. No tenías que preocuparte de buscar un lugar en el que aterrizar sin ser visto, podías sencillamente abrir la puerta en un punto a salvo, lejos de la vista.

Malik entornó el ojo y oteó a través de la espesura. Un poco más allá pudo ver la forma de un pequeño pueblo, al que seguramente irían para recabar la información necesaria. Era algo esquemático: Llegabas al mundo, buscabas habitantes, sonsacabas el paradero de tu objetivo, cazabas a tu objetivo. En misiones como aquella era siempre lo mismo, lo cual estaba muy bien. Materializó el escudo y se lo colgó a la espalda. Si caminaba aparentemente desarmado por ahí levantaría ciertas sospechas sobre la tapadera. Se había hecho lo suficientemente fuerte como para cargar con el escudo de esa forma, así que ayudaría a crear un buen efecto.

De acuerdo, tenemos que ir al pueblo e investigar sobre los Sincorazón. A qué hora aparecen, por dónde y cuántas víctimas se han cobrado. Somos mercenarios, yo en particular soy tu aprendiz, y vamos a matarlos. Les pondremos un precio para que se lo crean y luego devolveremos el dinero.

Asintió. Sí, era la idea que ya se había hecho, así que no tenía problemas. Murmuró un muy débil «De acuerdo» y caminó tras ella hacia la linde del bosque. Le pilló por sorpresa su repentino movimiento y que le hiciera agacharse un poco al tirar de su ropa. Un pequeño cúmulo de miedo y una pizca de rabia se le arremolinó en el pecho. Tuvo que confrontarla directamente, mirarla con su único ojo.

Malik, te quiero y sé que vas a hacerlo bien, pero un mercenario es arrogante. Si parecemos nerviosos o asustados, no confiarán en nosotros.—Malik tragó saliva. Ahí estaba el sermón, debería habérselo esperado. Asintió en silencio—. Vamos a hacer bien nuestro trabajo, ¿de acuerdo?

De acuerdo. —Se sintió como un loro repitiendo lo mismo por segunda vez.

Sintió ganas de replicar, de protestar, sólo por el gusto de hacerlo, de decirle que no tenía por qué echarle una bronca que no merecía, pero ella tenía razón. Tenía que hacer su trabajo, aunque no se sintiera totalmente capacitado, porque era su trabajo y no podía fallar a su confianza. Se había prestado a ayudarla, así que cumpliría. La observó de cerca, en silencio, esperando a que le soltara. Pensó en besarla, decir algo más… pero no lo hizo. Estaba seguro de que no era un momento demasiado adecuado para ello.

Cuando le soltó, Malik se colocó el cuello de la ropa y echó a andar tras ella otra vez, aunque enseguida sobrepasó su posición y se situó por delante de su posición al acercarse a las primeras casitas. El primero en verles llegar fue un granjero que escarbaba con una azada en la tierra, probablemente uno de sus campos. Malik fingió que daba cuenta de él en ese preciso momento y se acercó a zancadas al hombre. Sintió una pequeña satisfacción al ver que el pobre diablo se echaba hacia atrás, asustado, e interponía la azada entre ellos y él.

¡Eh, tú! —espetó Malik, metido en su correspondiente papel de mercenario rudo.

Todavía se sentía inseguro respecto a la falta de visión del lado izquierdo y al hecho de que lo primero que había hecho el granjero era fijarse en su parche. Malik se detuvo frente a él, pisando la tierra arada como si le importara un pimiento, aunque en el fondo estaba muy cerca de importarle un pimiento de verdad.

¿Q-Qué queréis?

Al ver que no iban a atacarle, el granjero bajó un poco su improvisada arma. Malik se sintió un poco más confiado, más seguro. El parche sólo estaba ayudando a hacerle parecer más como lo que debía ser.

Sabemos que hay problemas con los monstruos oscuros por la zona, hemos venido a cazarlos: 500 platines por cabeza.

No tenía idea de si era un precio justo o injusto. Por la cara del granjero sólo pudo pensar que llevaban esperando que alguien hiciera algo demasiado tiempo. El hombre les echó un vistazo de arriba abajo, constatando el escudo que llevaba Malik a la espalda, su aspecto demasiado grande y ancho, y bajó por completo su azada y la apoyó en el suelo, con un suspiro cansado pero aliviado.

Gracias a Dios… —murmuró más para sí mismo que para ellos—. El alcalde sabe más que yo sobre ellos, podéis…

¿Dónde está? —cortó de forma rasposa.

El granjero se encogió sobre sí mismo. Fátima no se podría quejar de su actuación, estaba siendo particularmente arrogante y hosco.

En el edificio junto a la iglesia, t-todo recto.

Bien.

No se despidió ni le ofreció pasar buen día, como habría hecho educadamente en otras circunstancias. Se sintió un poco sucio por resultar tan frío, porque eso le recordó al tiempo en el que era así de verdad. Tuvo que tragarse un gruñido mientra avanzaba por el camino de tierra que conectaba el bosque con el pueblo. Pasaron por delante de otros pequeños campos y más granjeros y granjeras, que les miraban con cierta aprensión al pasar. Malik no les miró de vuelta, enfocado en llegar cuanto antes al edificio indicado.

¿Bien? —le preguntó a Fátima por lo bajo, sin romper su máscara de mercenario seco por fuera.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:46 am
por Suzume Mizuno
Fátima no sabía si reírse o enfadarse con Malik, así que se esforzaba por mantener una expresión neutra. En cualquier otra situación se habría divertido, pero ahora no estaba segura de si Malik se estaba desquitando con aquel hombre o… no.

Frunció el ceño. No debería pensar mal de él… pero ni Malik era perfecto. Al final optó por apretar los labios y seguir a Malik cuando se pusieron en marcha hacia la iglesia del pueblo. La gente que trabajaba en los campos se detenía para mirarlos, pero ellos no se molestaron. Fátima, ya que no tenía ni idea de cómo debía comportarse para parecer «ruda» cuando era consciente de su delgadez, mantenía un paso elástico y la mirada al frente para que diera la sensación de que se sentía cómoda y sabía a dónde iba,

¿Bien?

Creo que casi has hecho que se mee encima—respondió sin despegar demasiado los labios, aunque se encontró sonriendo a su pesar—. No tenía ni idea de que podías hablar así.

Ni siquiera lo había hecho contra los de Bastión Hueco, que bien se lo merecían… Y la verdad era que, mirándolo con objetividad, Malik daba el pego ahora mismo. Nadie se esperaría que fuera alguien calmado y maduro. No con esa mirada tan fría y desagradable.

Pero intenta no acojonar al Alcalde. Queremos que nos contrate—añadió con una sonrisita.

Doblaron por el camino y la iglesia, una sencilla construcción en la que no debían caber más de cincuenta personas. Entonces escucharon un grito y alguien que corría hacia ellos. Fátima se giró de un salto y a punto estuvo de invocar la Llave Espada, pero sólo era un hombre enjuto y ajado por el sol que parecía no haber dormido en varios días. Venía directo de un grupo de campesinos que se habían juntado a hablar con el primero que tuvo la mala suerte de recibirles.

¡Por favor!—Se detuvo, jadeante y con las manos temblorosas, frente a Malik y alternó la mirada entre él y Fátima—. Por favor, tenéis que matarlos. Tenéis que matarlos. Se llevaron a mi John. A mi-mi John. No he encontrado e-el cuerpo.

Fátima dio un paso al frente, sin saber qué decir o hacer. Aquel hombre parecía desesperado, a punto de romperse en pedazos. Es más, se le anegaron los ojos en lágrimas.

Señor—dijo. Se detuvo y se volvió hacia Malik. ¿Qué debían hacer? ¿Seguir fingiendo? ¿Podía intentar… consolarle?

«¡Demonios, claro que sí!»

Malik, me quedo con él—le susurró—. Tú ve con el alcalde.

Cogió al hombre con firmeza por un brazo y lo apartó del camino.

Cuéntemelo todo, señor. Los mataremos. Se lo aseguro.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:51 am
por Tanis
Creo que casi has hecho que se mee encima.

Malik hizo una mueca, como si se sintiera culpable, pero se encogió de hombros.

Creía que era la idea.

No tenía ni idea de que podías hablar así.

Miró a Fátima mientras continuaba caminando, pero no respondió. Desvió la vista hacia el camino y las casas del pueblo, pensativo. Fátima sólo le había conocido retraído y serio antes de que empezara a abrirse a los demás, pero no había conocido al Malik egoísta, al realmente egoísta, recio y malicioso antiguo Malik. Bueno, no era que hubiera sacado a la luz aquellas características, tiempo ha dejadas atrás y deshechadas tras las experiencias del Castillo del Olvido, pero estaba del suficiente mal humor como para resultar un rudo y potencialmente explosivo mercenario.

Pero intenta no acojonar al Alcalde. Queremos que nos contrate.

Notó su sonrisa por el rabillo del ojo y asintió. Quizá su gesto le hizo sentir mejor, porque se atrevió a formar una sonrisa, muy pequeña, propia. Tenía que encontrar un punto medio, no podía andar de morros todo el día, durante toda la misión. Casi habían llegado al edificio señalado cuando resonó un grito y el trote de alguien corriendo hacia su posición. Malik apretó los dedos en puños, preparado para una pelea, pero al girarse sólo vio a un pobre campesino desharrapado. Malik se quedó quieto mientras se acercaba a ellos, con una expresión neutra. Abrió los puños y se cruzó de brazos, fingiendo hallarse molesto por la intromisión.

¡Por favor!—Malik ladeó la cabeza y miró a Fátima, no como si buscara consejo si no como estuviera pensando en ordenar que le apartara de un empujón—. Por favor, tenéis que matarlos. Tenéis que matarlos. Se llevaron a mi John. A mi-mi John. No he encontrado e-el cuerpo.

Malik alzó levemente las cejas y contuvo las ganas de destrozar de malas maneras su fachada de rudo mercenario al que sólo le importaba el dinero. Un pequeño acceso de dolor le subió por la sien desde la cuenca del ojo izquierdo y chasqueó la lengua. Apretó los dedos sobre sus brazos e inspiró hondo.

Señor—dijo Fátima.

Al ver que ella le miraba, Malik arqueó una ceja y se inclinó levemente para escuchar su susurro.

Malik, me quedo con él. Tú ve con el alcalde.

De acuerdo —asintió.

Se irguió del todo, les lanzó una mirada amenazadora al grupo de labriegos que se encontraba cuchicheando más allá y dejó a Fátima, su querida y apreciada fingida aprendiza, en manos de aquel desgarrado padre. Él se contentó con entrar al edificio donde le habían indicado que se hallaba el regidor de aquel pueblo. Un hombre medio uniformado le llevó hasta el despacho del alcalde, donde este estaba ocupado escribiendo a toda velocidad con una pluma de punta gastada y tinta demasiado espesa. Malik avanzó hasta colocarse frente al escritorio del hombre y plantó la mano en la superficie con un fuerte golpe. El alcalde se sobresaltó y derramó el frasco de tinta, que se esparció por encima de sus notas. Malik le pidió perdón para sus adentros.

¡¿Qué quiere?! —exclamó el hombre con voz chillona.

Malik supo que de no haber sido tan fornido y de aspecto rudo y recio, el alcalde habría sido incluso menos amigable. Sin perder su expresión malhumorada y seria, Malik comenzó con el teatro.

Me llamo Malik, soy cazador de demonios. He venido con mi aprendiz para deshacernos de los monstruos negros de los alrededores.

El alcalde le miró de arriba a abajo, dudando entre si sentirse cohibido o irritado.

Y seguro que tiene un precio en mente.

Malik sonrió de forma torcida a propósito, haciendo que su gesto pareciera más malicioso.

Por supuesto.

Bien, ¡pues no necesitamos su ayuda! Precisamente… —El alcalde miró de nuevo sus papeles empapados de tinta y resopló—. Precisamente estaba escribiendo una carta para la reina.


Malik levantó las cejas y se cruzó de brazos. Los músculos se le marcaron un poco de más bajo las mangas de la camisa.

Ah, sí, seguro que la reina les enviará soldados tan rápido como pueda —dijo de forma irónica, acentuando un carácter poco afiliado a la realeza de ese mundo.

Vio cómo el hombre fruncía el ceño y se levantaba de la silla, plantando las manos sobre la mesa para encararlo. Malik tuvo que contener la risa porque el alcalde apenas le llegaba a la altura del hombro.

He dicho que no necesitamos tu… ayuda.

Malik estaba seguro de que esa leve pausa encerraba un «sucia», pero no dijo nada respecto a ello. Mantuvo la vista fija en la del alcalde, pensando en si estaría bien agarrarle de la pechera y llevarlo contra una pared por encima de la mesa. Fue entonces cuando oyó gritos en la calle y desvió la vista. Intrigado, se acercó a la ventana y miró. Una sombra negra pasó volando por delante del sol a la vez que los gritos se hacían más fuertes. Malik no necesitó mucho más para saber que era un sincorazón. Se lanzó a la carrera y salió afuera del edificio justo para ver a un sincorazón Gárgola virando a toda velocidad para abatirse sobre un grupo de aldeanos que corrían hacia la iglesia para refugiarse. No vio a Fátima cerca a golpe de vista, de modo que echó mano de su escudo, apuntó y lo lanzó contra el sincorazón con un Tiro Mortífero. El escudo impactó con tal fuerza contra el monstruo que este se deshizo en un estallido de humo con el primer golpe. Malik avanzó unos cuantos pasos hacia el centro de la plaza y recogió su arma al vuelo.

Algunos de los aldeanos que corrían se detuvieron junto a las escaleras de la iglesia y le miraron con cierto miedo, pero también con alivio. Malik volvió a colocarse el escudo a la espalda, en silencio y se volvió al escuchar pasos tras él, descubriendo al alcalde, que también había salido por el alboroto y que le miraba con recelo y resignación.

C-Cien platines por cabeza y alojamiento gratis en la posada junto a la iglesia hasta que terminen.

Malik chasqueó la lengua.

Doscientos platines y pagaremos por cada noche que nos quedemos.

El alcalde no puso mala cara, pero como no se esperaba que fuera un mercenario honrado, tardó segundo de más en asimilarlo. Carraspeó claramente avergonzado.

L-le daré los detalles en mi despacho.

Malik asintió y echó una última ojeada a la plaza, más al cielo que al suelo en sí, antes de seguir al hombre de vuelta al interior, y se dio cuenta de que ni siquiera había pensado en la deficiencia de visión a la hora de lanzar el escudo.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:54 am
por Suzume Mizuno
F-fue tan… repentino…

Fátima asintió con la cabeza. Había llevado al hombre a apoyarse contra la cerca del borde del camino. Miró de reojo al resto de campesinos pero se dijo que mientras no fuera Malik, podía mostrarse algo más cercana. Quizás jugando al poli bueno y al poli malo lograran que confiaran más en ella.

¿Qué sucedió?

Le dije que no se alejara de mí. S-se lo dije. S-solo tenía doce años…

Se le encogió el corazón y tuvo que hacer un gran esfuerzo por mantenerse impertérrita. Aun así apoyó una mano en el hombro del padre y apretó con suavidad, invitándole a continuar.

El hombre habló a trompicones, derramando gruesos lagrimones. Hacía dos días había sacado a su hijo al bosque para recoger nueces y frutos, puesto que se acercaba el cumpleaños de su esposa y querían hacer una tarta rica y variada. Y el niño se perdió. Se hizo de noche y cuando logró encontrarlo los rodearon los monstruos.

Eran tan… tan…

Negó con la cabeza.

Luego, a mi niño…

Rompió a llorar una vez más. Fátima le apretó el hombro, sin saber qué hacer o decir, pero mirando por encima de él hacia el bosque con los ojos entrecerrados. Iba a acabar con todos. No permitiría que la gente siguiera sufriendo así.

Cuando el hombre se calmó un poco se puso delante de él y dijo con seriedad:

Estamos aquí para eliminarlos. Necesito saber dónde aparecieron, señor.

Este señaló hacia el bosque.

No sé… exactamente dónde fue, pero sí que tardé dos horas o más en salir. Avanza hacia el norte. Cerca de un claro con un árbol enorme…

Entonces la gente comenzó a gritar. Fátima levantó la vista y vio que, sobre la iglesia, había un Sincorazón. Le ordenó al hombre que se pusiera a cubierto y echó a correr todo lo rápido que le permitieron las piernas en esa dirección, pensando que Malik estaba allí, ¡que debía poder solucionarlo antes de que…!

Alcanzó la iglesia justo cuando algo salió disparado contra el Sincorazón y lo destrozó. Redujo poco a poco el paso y soltó un suspiro de alivio. Parecía que Malik estaba recuperando la forma.

No lo encontró por ningún lado, así que preguntó por el alcalde y esperó fuera a que Malik saliera.

¿Cómo ha ido?—Cuando supo que habían conseguido el trabajo le sonrió—. Perfecto. A mí me ha explicado el pobre hombre, más o menos, dónde se topó con los Sincorazón. No sé si deberíamos comprar algo para comer antes de marcharnos… Pero deberíamos hacer más preguntas. Quizás aparezcan a menudo por ciertos sitios.

Hizo un gesto a Malik para que la acompañara a buscar algún puesto de comida o una taberna; mientras tanto, escucharía cómo había convencido al alcalde.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 1:59 am
por Tanis
Malik salió del despacho del alcalde con un contrato por escrito en la mano, en el que se estipulaba su salario por día, sus privilegios y el tipo de servicio al que se debían prestar, que era básicamente eliminar a todos los sincorazón hasta que dejaran de aparecer en la zona. Al bajar las pocas escaleras de salida y entrada al edificio, se encontró con Fátima.

¿Cómo ha ido?

Bueno, digamos que he conseguido convecerle. —Le enseñó el pergamino del contrato y volvió a enrollarlo y guardarlo en su faltriquera.

Perfecto. A mí me ha explicado el pobre hombre, más o menos, dónde se topó con los Sincorazón. No sé si deberíamos comprar algo para comer antes de marcharnos… Pero deberíamos hacer más preguntas. Quizás aparezcan a menudo por ciertos sitios.

Cabeceó antes de echar a andar junto a ella.

Por lo que me han contado, suelen aparecer de noche, sobre todo en el bosque, pero también lo hacen de día en el pueblo como ha pasado antes… —Chasqueó la lengua—. Lo bueno es que nunca aparecen en ambos sitios a la vez, y si aparecen de día no lo harán de noche y viceversa, es un poco raro.

Eso significaba que al haber aparecido un sincorazón de día en el pueblo, no lo harían a la noche siguiente en ninguna parte, si la información era cierta. Les dejaba un poco de margen para investigar y prepararse, comer algo…

Por cierto, hay una taberna ahí enfrente, el alcalde ha dicho que podemos quedarnos ahí hasta que terminemos. Vamos a comer algo y mientras ideamos un plan —propuso.

* * *


Le contó su pequeña pelea con el sincorazón, que había durado lo que él había tardado en lanzar el escudo, y cómo así había conseguido convencer al alcalde de que no podían esperar a que la reina enviara a alguien más.

Parece que no he perdido fuerza después de todo… —murmuró, antes de echarle un trago al gran galón de cerveza que había pedido.

Una camarera le dejó también un plato de lo que parecía ser cordero asado. Intentó que Malik se fijara en ella, pero el aprendiz no le hizo ningún caso, ensimismado como estaba en sus pensamientos y en la misión. Tampoco se dio cuenta de que al menos a esa mujer no le importaba tanto el parche como su paranoia le dictaba. Malik pinchó un trozo de carne con el cuchillo, se lo llevó a la boca y masticó en silencio. Durante la entrada al pueblo y la charla con el alcalde no había sentido el peso y la tensión de sus heridas mentales, pero sentado y más calmado, sin un quehacer a corto plazo en la cabeza, Malik volvió a notarse asqueado de sí mismo.

«Son los huecos de los recuerdos… Ya no puedo ver esa playa, a Makwa, a aquellas sirenas, el mar, el cielo… ».

Era gracioso cómo recuerdos que en realidad no le habían pertenecido jamás podían ahora hacerle enfermar tras desaparecer para siempre. En el fondo sabía que no era tan simple como el haber perdido un puñado de recuerdos. Era por el alma de Abyss, que ya no podría descansar en paz, al menos no hasta que encontrara a Tomar-Re y le…

Volvió a echar un trago a su cerveza y levantó la vista de la mesa para mirar a Fátima.

¿Qué? —preguntó, un tanto desconcertado, al ver la expresión de ella.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:11 am
por Suzume Mizuno
Fátima escuchó a Malik con una pequeña sonrisa, meditando a la vez sobre lo que le había dicho de que los Sincorazón no entraban al pueblo de noche. Una cosa extraña, sí. Rió por lo bajo imaginando al pobre alcalde bajo la mirada asesina de Malik.

Parece que no he perdido fuerza después de todo…

Fátima iba a decir algo, pero una camarera se puso a hacerle carantoñas a Malik mientras les servía un plato. Soltó un gruñido y le asestó una mirada de advertencia. Por suerte, Malik estaba demasiado sumido en sus propios pensamientos para prestarle atención.

En cuanto la amenaza se hubo alejado, Fátima centró su atención en el cordero, que la hizo salivar. Cortó un poco para ella y dejó el resto para Malik y dio un mordisco. Saboreó, disfrutando del bocado, y fue a preguntarle a Malik qué le parecía cuando vio que el hombre continuaba con la mirada perdida y ni había prestado atención a la comida.

Sólo daba de tanto en tanto un trago ausente a la cerveza. Torció la boca y la embargó una profunda desazón junto a un asomo de irritación.

—¿Qué? —preguntó Malik cuando por fin se percató de que estaba observándolo.

Fátima suspiró y dejó los cubiertos en la mesa.

Malik, tienes que soltarlo. No vale la pena dejarlo dentro.—Paciente. Tenía que ser paciente. Debía comprenderlo, debía ponerse en su lugar, imaginar lo difícil que debía ser convivir con muchachos más fuertes que él y que después del trauma de Kazuki le arrebataran a Abyss y, además, perdiera un ojo. Se alegró de que se hubieran sentado en una esquina, porque así podía disimular mientras alargaba una mano y buscaba la suya—. Apenas has estado fuera de combate una semana, Malik. Has perdido un ojo, pero no tu fuerza y ahora además estás empezando a hacer magia. Deja de preocuparte. O al menos dime cuál es el problema. Háblame.

«Deja de callártelo todo, ¿no ves que lo haces todo más difícil? ¿Por qué no hablas conmigo? ¿No se suponía que no íbamos a tener secretos?»

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:13 am
por Tanis
Malik miró a Fátima en silencio antes de desviarla vista hacia abajo y clavar la mirada en la mesa, culpable. Esa vez no rehuyó y se cogió de su mano cuando la de ella le tocó. Tenía razón, ¿se estaba preocupando demasiado? ¿Estaba sobreactuando? ¿Estaba siendo melodramático? Seguía sintiéndose débil, hueco, con la única gana de regresar a su habitación y meterse en la cama. Había creído que una misión con Fátime le ayudaría a espabilarse, pero no estaba siendo así y lo único que estaba sucediendo era que la estaba apartando de sí.

Y no era eso lo que quería.

En el fondo quería que las cosas fueran como antes, quería esos recuerdos de vuelta, quería machacar a Tomar-Re, liberar al mago y que descansara en paz… Y al mismo tiempo quería dejarlo estar, porque por fin, dentro de él, sólo estaba lo que era, lo que sentía, él mismo.

Lo siento —dijo, frunciendo un poco el ceño, que le tembló. Suspiró y miró sus manos, unidas, a la vez que pasaba el pulgar por el dorso de la de Fátima—. Estoy siendo un crío, ya lo sé… Es que…

¿Es que qué? ¿Que excusa podía poner? ¿Que estaba cansado, que se sentía inútil, que todo el mundo era siempre mejor que él? ¿Que no era capaz de avanzar? Él se sentía así, terriblemente confuso, dividido, vacío. Y había reaccionado aislandose y pretendiendo que estaba bien cuando era obvio que no. Ni siquiera se había sentido tan mal cuando volvió de Port Royal, o de La Red en su primera misión, la primera vez que estuvo tan cerca de morir, la primera vez que le oyó…

Levantó la vista y miró a Fátima con su único ojo.

Sé que soy un poco más fuerte que antes, que hace un año, que hace dos, pero… Me siento… —Hizo una mueca un poco angustiada y tomó un sorbo de cerveza para disimular un poco. Intentaba encontrar las palabras, pero no logró hallar la forma de formular lo que quería decir. Terminó chasqueando la lengua—. No sé explicarme muy bien, ¿eh?

Apretó un poquito su mano y la soltó, despacio, sólo por si acaso alguien les miraba y notaba ese detalle. No le apetecía tener que lidiar con malos rumores durante la misión en el pueblo.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:17 am
por Suzume Mizuno
No sé explicarme muy bien, ¿eh?

Fátima sonrió de lado.

No importa.—Le rompía el corazón verlo así, pero le entendía mejor de lo que creía y dejó ir su mano a regañadientes—. Sé lo que es sentirte impotente a pesar de todo lo que has hecho por mejorar…

A veces parecía que el mundo se empeñara en ponerle delante obstáculos que no podía superar. Lo sabía bien. Claro que ella nunca había sufrido en su carne algo como lo que le había pasado a Malik. Ojalá hubieran podido salvarle el ojo. Así no habría sido un constante recuerdo de su fracaso que vería cada mañana cuando se mirara al espejo.

Respiró hondo y apuró un poco su comida.

Y después de todo lo que ha sucedido, es normal. Han pasado demasiadas cosas malas.—Pensó en Kazuki, en el Castillo del Olvido, y ahora en lo que le habían hecho a Malik. Le entraron ganas de estampar el vaso en el suelo y gritarle al universo que les diera un maldito descanso. En su lugar dio un sorbo y dijo con firmeza—: Pero no podemos rendirnos sin más, ¿verdad?—Intentó sonreírle, animarle, como él hacía siempre con ella—. Encontraremos la forma de salir adelante. Ya lo verás.

Una chica joven, de unos catorce años, se detuvo junto a su mesa y les miró con aire nervioso. Agachó la mirada, intimidada ante Malik, y murmuró:

¿Son ustedes los cazadores…?

Eso es. ¿Querías decirnos algo?—inquirió Fátima, entre irritada porque los hubiera interrumpido, y a la vez interesada—. ¿Es sobre los monstruos?

Ella asintió, algo temblorosa.

Creo que sé por qué aparecen… Pero, pero…—Se le rompió la voz, que ya de por sí era un hilillo, y miró a su alrededor con miedo—. No quiero decirlo aquí.

Fátima no dudó en levantarse y ofrecerle, con suavidad, ir a buscar una habitación donde los tres podrían hablar. Ella pareció titubear, pero aceptó con algo de reticencia. No fue hasta que vio la cara recelosa del posadero que Fátima se dio cuenta de que eran dos «hombres» que invitaban a una niña a un dormitorio. Se sintió violenta, pero ya no había nada que hacer.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:20 am
por Tanis
Malik asintió sin decir nada, agradeciendo que Fátima tuviera esa paciencia y fuera comprensiva. Sabía que se estaba comportando como un niño, un niño un poco idiota y tonto, un niño asustado. Despacio se tocó la cara bajo el parche con un gesto inconsciente y dio otro sorbo distraído a su pinta. Entonces se acercó aquella muchacha y Malik se irguió de forma ruda para guardar las apariencias. Se sintió un poco culpable por intimidarla de esa manera, pero prefería eso a que alguien se diese cuenta de que la fachada era eso, fachada. Procuró darle un buen vistazo como si fuera uno de esos hombres que no les importaba que fueran tan jovencitas, aunque lo que más notó era que la chica estaba en los huesos.

¿Son ustedes los cazadores…?

Eso es. ¿Querías decirnos algo?—Malik bebió en silencio, simulando gruñir entre dientes—. ¿Es sobre los monstruos?

Se dio cuenta de que estaba más que asustada, y no sólo nerviosa. Claro que si era por los sincorazones… Malik bufó, pensando para sus adentros que tampoco les hacía falta que todo el pueblo acudiera a ellos de forma personal.

Creo que sé por qué aparecen… Pero, pero…—Eso llamó su atención. Alzó levemente las cejas fruncidas, mirando tras la figura de la jovencita. Los parroquianos no miraban demasiado en su dirección—. No quiero decirlo aquí.

Él no se levantó enseguida cuando Fátima lo hizo para llevar a la muchachita al cuarto que el posadero les había alquilado. Observó su gesto, no muy contento, y observó a los clientes. Esta vez sí que les miraban de reojo, mal disimuladamente. Malik se terminó la jarra de cerveza, dio un último bocado a la cena y se levantó imponente. Le puso una mano en el hombro a Fátima y le susurró.

Ve con ella arriba, yo estaré fuera.

No necesitaba decirle que era para relajar un poco la situación y que el resto de presentes no pensaran demasiado mal de ellos. Con una exhalación fuerte, Malik salió dando grandes zancadas con su escudo a la espalda. Caminó unos cuantos pasos más una vez atravesó el umbral y volvió a suspirar. Estaba atardeciendo ya y la luz anaranjada hizo que entornara su único ojo. Allí, en la lejanía del horizonte cubierto de árboles, el sol ya se estaba escondiendo tras las copas oscuras del bosque. Malik echó a andar hacia las afueras del pequeño pueblo.

«No debería haber venido».

Necesitaba despejarse. Esa misma mañana había creído que estaría preparado para ayudar a Fátima en una simple misión rutinaria, pero lo cierto era que aunque ella le había dado aquellos ánimos, no se sentía seguro ni cómodo con su propia decisión inicial. Si se hubiera quedado en Tierra de Partida entrenando más o recuperándose de sus… circunstancias, quizá…

«Quizá no estaría lloriqueando tanto».

Volvió a tocarse bajo el parche, queriendo subir y tocar la cuenca del ojo esperanzado de hallar un párpado cerrado y la forma del globo en lugar de sentir el tacto de un trozo de cuero. Se obligó a bajar la mano y a cerrarla en un puño. Poco después se detuvo junto al linde de la aldea, cerca de una de las últimas casas antes de que se abriera el campo de labranza. A lo lejos ladraban varios perros, cuyas llamadas se mezclaban con las de otros animales. Era un ambiente muy diferente al de su mundo natal, Agrabah, donde tener una granja era una idea exótica. Malik miró al cielo, coloreado de un extenso y hermoso degradado naranja y violeta, y se preguntó cuáles de las estrellas que ya titilaban eran los mundos que él conocía.

¿Sería esa su casa? ¿Sería aquella Tierra de Partida? ¿Port Royal, Monstruo?

Entonces oyó el sonido. Ese sonido maldito que conocía muy bien, el sonido que precedía a las garras de los monstruos y los ojos amarillos. Malik apartó la vista del cielo y buscó el origen de la aparición con la mirada. Descubrió al sincorazón justo a tiempo porque la sombra, aunque fácil de derrotar para él, le estaba saltando encima. Con un rápido movimiento Malik invocó la Llave-Espada y se deshizo del sincorazón de un único golpe. Y como si eso hubiera hecho sonar una campana, aparecieron más, frente a él en el suelo, detrás, a los lados.

Mierda…

No todas a una, las sombras fueron por él y Malik, mientras las golpeaba con su arma, pensó que, después de todo, ese era el tipo de ejercicio que necesitaba.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:23 am
por Suzume Mizuno
Ve con ella arriba, yo estaré fuera.

Fátima asintió tras una vacilación. Sí, dos hombres con una mujer no daba muy buena impresión y el respeto o miedo que podían tenerles se terminaría pronto si los rumores corrían por una comunidad tan pequeña.
La chica pareció mucho más tranquila cuando Malik se alejó. Fátima pensó, con ironía, que si hubiera venido vestida como una mujer la muchacha habría confiado en ella de inmediato. A veces le daban ganas de quemar todo su vestuario masculino.

Entraron a un dormitorio modesto, que solo tenía una cama, una mesa con una palangana y nada más. Fátima le ofreció sentarse y se dio cuenta de que debería haberse subido algo para darle de beber. Como ya no podía hacer nada, se mantuvo algo aparte, con una postura relajada para que no creyera que iba a atacarla o a presionarla.

¿Te importa si te hago preguntas? Quizás así sea más fácil—dijo Fátima con toda la amabilidad que pudo. La chica asintió—. ¿Cómo te llamas? Yo soy Vaan. A vuestro servicio, mi dama.—Se presentó con una pantomima de reverencia que consiguió hacer que alzara las comisuras de los labios.

Hilda.

Un placer, Hilda. Estamos aquí para ayudar en lo que podamos. Queremos eliminar a los…

El sonido de una pelea hizo que los dos se precipitaran hacia la ventana. Fátima vio que Malik estaba luchando contra una serie de Sincorazón y su primer impulso fue el de correr a ayudarlo o disparar desde ahí. Pero entonces tendría que usar magia y sabía que, en aquel lugar, los brujos se veían con malos ojos.

Y también… Malik quería demostrarse así mismo que era fuerte, que no necesitaba ninguna niñera. Así que se limitó a mirar con seriedad a Malik y esperar. Claro que, si por algún motivo, resultaba herido, saldría a echarle una mano. Hilda lo contemplaba todo cubriéndose la boca con las manos y muy pálida.

No te preocupes. Sabemos cómo deshacernos de ellos. Ahora, ¿podrías contarme por qué crees que aparecen? Cualquier pista es esencial para libraros de los monstruos.

Apartó con suavidad a Hilda de la ventana para que dejara de temblar y la miró a los ojos. La muchacha tragó saliva, se retorció los dedos y comenzó a hablar atropelladamente.

Le contó una historia desconcertante. Le dijo que era huérfana, que su tía la había cuidado desde que era muy pequeña y que, hacía unas semanas, había desaparecido en el bosque. Se suponía que se había marchado a un mercado en el palacio y, por eso, los vecinos no sospechaban de su larga ausencia, pero Hilda sabía que poco después de que se marchara habían comenzado a aparecer los Sincorazón.

Mi tía era una mujer dolida, señor Vaan. Nunca pudo tener hijos y tampoco nadie quiso casarse con ella. Los… los monstruos… ¡Atacan siempre a gente que le hizo daño o la despreció! Pero… pero… nadie se ha dado cuenta y yo sé que mi tía nunca ha sido hechicera…—Se le anegaron los ojos en lágrimas—. Pero ya no puedo aguantar más. Por favor, ayudadme a encontrarla.

Y rompió a sollozar. Fátima le dio unas palmadas en la espalda, manteniendo una mínima distancia, sin saber bien qué pensar… pero los datos parecían coincidir. La ti de Hilda no necesitaba ser maga para poder manipular a los Sincorazón si albergaba mucha Oscuridad en su corazón.

Lanzando una mirada nerviosa hacia la ventana, Fátima se puso de pie.

Gracias, es una información muy valiosa. Partiremos de inmediato en cuanto hable con mi jefe.

Pero… ¿conocéis el bosque?

Fátima se detuvo, sujetando el pomo de la puerta.

No, la verdad es que no.—Hilda se incorporó, apretándose las manos—.Será peligroso…

Pero es mi tía…

Fátima suspiró y asintió con la cabeza. Le hizo un gesto para que la siguiera. Iba a tener que hablarlo con Malik. Bajó casi corriendo por las escaleras y se precipitó hacia la salida, con lo que esperaba que no fuera demasiada angustia, para ver cómo le estaba yendo a Malik.

Re: [Bosque de los Enanitos] El corazón de la bruja

NotaPublicado: Vie Sep 08, 2017 2:25 am
por Tanis
El último sincorazón recibió un imprevisto Escaldar que le quemó y terminó de destruir. Aquel era un hechizo que había aprendido hacía muy poco y esa era la primera vez que lo utilizaba en un combate real. Le había salido por puro cansancio y rabia, como un torrente de la palma abierta de la mano.

Justo cuando la oscuridad del sincorazón se desvaneció, el sol terminó de ocultarse tras los tejados de la aldea y el atardecer se convirtió en anochecer. Malik esperó a que aparecieran más sincorazón, con la respiración entrecortada y la adrenalina recorriendole el cuerpo. Se dio cuenta entonces de que había hecho magia en un lugar dónde no debería y se giró en derredor, un poco preocupado y asustado. Sin embargo nadie parecía haberle visto realizar el hechizo.

Mucho más tranquilo y ciertamente resignado por haberse descargado un poco con aquellas sombras, giró sobre los talones y volvió sobre sus pasos para regresar a la posada, pensativo. Aun llevaba el escudo a la espalda, tras la limpieza de sincorazon, pero por alguna razón se le hacía un poco más pesado que de costumbre. A la casi oscuridad de la noche, iluminada sólo por pocas antorchas que colgaban de paredes puntuales de las casitas, Malik se detuvo con un suspiro y miró de nuevo hacia el cielo. Pequeñas estrellas, mundos en realidad, titilaban allá arriba y buscó Agrabah con la mirada…

No podía decir que no echara de menos su casa, pero ahora también le recordaba a la pérdida del ojo y sus recuerdos.

En silencio bajó la vista. Fue entonces cuando vio a Fátima dirigiéndose hacia él y acortó el trecho que les separaba. No vio con ella a la muchacha de la taberna, así que miró hacia el edificio y ladeó la cabeza.

¿Qué quería esa chica al final? —preguntó con cierta curiosidad—. ¿Estaba bien?