[Evento Global Final] Un Reino de Luz y Oscuridad
Publicado: Dom May 06, 2018 11:18 pm
Hacía tiempo que habían dejado de tener noches tranquilas. Años. Quizás por eso aquella paz parecía tan frágil, aquella calma tan falsa. Como una niebla que les velaba los ojos con dulzura, aunque no lo suficiente como para engañarles del todo.
Empezaba a caer la noche cuando Ronin les llamó. Habían pasado tres días en silencio, sin que él ni Ryota se dejaran ver. Nithael y los demás Maestros se negaban a dar explicaciones, pero todos tenían bastante experiencia como para saber que tramaban algo. Trazaban un plan, una misión. Algo grande.
Sus sospechas se confirmaron al entrar en la sala del trono. Todo aquel capaz de empuñar un arma, dar un golpe o lanzar un hechizo se encontraba ahí. Caballeros, Princesas del Corazón, incluso los Aprendices más novatos, rescatados de los mundos caídos durante los últimos años. Había llovido mucho tras la última vez que la Orden había reunido a tantas personas juntas.
Ronin les dio la bienvenida. Ryota estaba a su lado, en pie. Se habían deshecho de los tronos al regresar el Maestro, y ahora compartían el título de líder. Ronin sonrió, y las cicatrices bailaron sobre su piel.
—Me enorgullece veros a todos aquí. No tengo palabras para daros las gracias por lo que habéis hecho, todos y cada uno de vosotros, veteranos y novatos. Hemos recorrido un largo camino.
Miró a Ryota. Se le escapó una pequeña risa.
—Esto se me da muy mal, lo siento. Tanta seriedad... En fin. —Carraspeó—. Seré breve. Con la ayuda de los Maestros, los Caballeros que acudieron al Intersticio hace pocos días y Ruz, Eve y Zel, hemos conseguido encontrar una ruta para adentrarnos en el Reino de la Oscuridad. Una vez ahí, podremos asaltar la fortaleza de Xihn y poner fin de una vez por todas a esta guerra. Sí, así como lo oís. —Tuvo que hacer una pausa, pues varias personas empezaron a protestar, sobre todo entre los Aprendices más jóvenes—. A ver, niños, calma, calma. No iremos todos, por supuesto. Cuando Xihn se dé cuenta de que vamos a por él, es posible que despliegue un ataque contra los mundos que quedan. Una terrible oleada de oscuridad. Debemos protegerlos, o nada de esto habrá valido la pena.
—Nos dividiremos en grupos—continuó Ryota. A pesar de que apenas habían transcurrido unos días desde el regreso de Ronin, parecía otra persona. Volvía a tener su edad normal, libre de los efectos del Caos de Xihn, pero habría quien se preguntara si no había quedado algún rescoldo, porque parecía mucho más joven. Hablaba con más energía, le brillaban más los ojos y hasta parecía que de vez en cuando se le escapaban sonrisas—. Ronin, Lyn, Nanashi, Ragun, Fátima y yo nos dirigiremos al Reino de la Oscuridad.—Miró a Nithael, que asintió con la cabeza—. Nithael ha solicitado acompañarnos para ocuparse de los niños, y eso hará.
Eve chasqueó los dientes y el pequeño y pelirrojo Ruz le dio un codazo. El único al que parecía no importarle era a Zel.
—Los que quieran acompañarnos al Reino de la Oscuridad tendrán que apuntar sus nombres en la lista que colgaremos en la puerta del Salón del Trono. Recordad, no es una competición, no es demostrar quién vale más o menos. No sabemos si volveremos o si triunfaremos. Pensad en ello y en lo delicadas que serán todas las misiones. De una forma u otra, Xihn ha perdido su cuerpo y eso significa que es el momento y no podemos perder la oportunidad de actuar.
»Si queréis… despediros, pedir consejo o cualquier cosa, es el momento.
Ryota continuó explicando qué grupos irían a proteger los pocos mundos que quedaban vivos y cómo tendrían que organizarse en Tierra de Partida para proteger el castillo. Era cierto que, desde la desaparición de Xihn, los Sincorazón no habían atacado con más intensidad, pero ya habían aprendido del pasado que no debían fiarse.
Poco después, los Caballeros pudieron marcharse. Los Maestros estarían a su disposición para cualquier cosa, y tampoco tendrían zona cerrada de Tierra de Partida a donde acudir. Si querían ir al Reino de la Oscuridad… Quién sabía si sería la última vez.
Al día siguiente, partirían a su última misión.
Empezaba a caer la noche cuando Ronin les llamó. Habían pasado tres días en silencio, sin que él ni Ryota se dejaran ver. Nithael y los demás Maestros se negaban a dar explicaciones, pero todos tenían bastante experiencia como para saber que tramaban algo. Trazaban un plan, una misión. Algo grande.
Sus sospechas se confirmaron al entrar en la sala del trono. Todo aquel capaz de empuñar un arma, dar un golpe o lanzar un hechizo se encontraba ahí. Caballeros, Princesas del Corazón, incluso los Aprendices más novatos, rescatados de los mundos caídos durante los últimos años. Había llovido mucho tras la última vez que la Orden había reunido a tantas personas juntas.
Ronin les dio la bienvenida. Ryota estaba a su lado, en pie. Se habían deshecho de los tronos al regresar el Maestro, y ahora compartían el título de líder. Ronin sonrió, y las cicatrices bailaron sobre su piel.
—Me enorgullece veros a todos aquí. No tengo palabras para daros las gracias por lo que habéis hecho, todos y cada uno de vosotros, veteranos y novatos. Hemos recorrido un largo camino.
Miró a Ryota. Se le escapó una pequeña risa.
—Esto se me da muy mal, lo siento. Tanta seriedad... En fin. —Carraspeó—. Seré breve. Con la ayuda de los Maestros, los Caballeros que acudieron al Intersticio hace pocos días y Ruz, Eve y Zel, hemos conseguido encontrar una ruta para adentrarnos en el Reino de la Oscuridad. Una vez ahí, podremos asaltar la fortaleza de Xihn y poner fin de una vez por todas a esta guerra. Sí, así como lo oís. —Tuvo que hacer una pausa, pues varias personas empezaron a protestar, sobre todo entre los Aprendices más jóvenes—. A ver, niños, calma, calma. No iremos todos, por supuesto. Cuando Xihn se dé cuenta de que vamos a por él, es posible que despliegue un ataque contra los mundos que quedan. Una terrible oleada de oscuridad. Debemos protegerlos, o nada de esto habrá valido la pena.
—Nos dividiremos en grupos—continuó Ryota. A pesar de que apenas habían transcurrido unos días desde el regreso de Ronin, parecía otra persona. Volvía a tener su edad normal, libre de los efectos del Caos de Xihn, pero habría quien se preguntara si no había quedado algún rescoldo, porque parecía mucho más joven. Hablaba con más energía, le brillaban más los ojos y hasta parecía que de vez en cuando se le escapaban sonrisas—. Ronin, Lyn, Nanashi, Ragun, Fátima y yo nos dirigiremos al Reino de la Oscuridad.—Miró a Nithael, que asintió con la cabeza—. Nithael ha solicitado acompañarnos para ocuparse de los niños, y eso hará.
Eve chasqueó los dientes y el pequeño y pelirrojo Ruz le dio un codazo. El único al que parecía no importarle era a Zel.
—Los que quieran acompañarnos al Reino de la Oscuridad tendrán que apuntar sus nombres en la lista que colgaremos en la puerta del Salón del Trono. Recordad, no es una competición, no es demostrar quién vale más o menos. No sabemos si volveremos o si triunfaremos. Pensad en ello y en lo delicadas que serán todas las misiones. De una forma u otra, Xihn ha perdido su cuerpo y eso significa que es el momento y no podemos perder la oportunidad de actuar.
»Si queréis… despediros, pedir consejo o cualquier cosa, es el momento.
Ryota continuó explicando qué grupos irían a proteger los pocos mundos que quedaban vivos y cómo tendrían que organizarse en Tierra de Partida para proteger el castillo. Era cierto que, desde la desaparición de Xihn, los Sincorazón no habían atacado con más intensidad, pero ya habían aprendido del pasado que no debían fiarse.
Poco después, los Caballeros pudieron marcharse. Los Maestros estarían a su disposición para cualquier cosa, y tampoco tendrían zona cerrada de Tierra de Partida a donde acudir. Si querían ir al Reino de la Oscuridad… Quién sabía si sería la última vez.
Al día siguiente, partirían a su última misión.
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Fecha límite: viernes 11 de mayo.