Axel. Te juro que ganaré esta guerra. ¡Maya no resultó al final herida! Light había conseguido detener a Mog en el momento preciso, pero éste la pagaría con él. Se dispuso a utilizar el escudo que Axel le había entregado (junto a la granada de pintura) pero su enemigo fue bastante más rápido que él. El joven aprendiz resultó derribado en el acto tras recibir el ataque giratorio de Mog, y pasó a convertirse en su rehén.
Ese podría ser el momento perfecto para aturdir a su contrincante con la nata picante, pero le era imposible. La había guardado en el bolsillo (ya que no tenía manos libres; con la mano izquierda sostenía la pistola, y con la derecha la tabla de picar. Las pertenencias que había cogido de Axel estaban en sus pies) y no sería lo suficientemente rápido para utilizar esa nata letal contra su oponente. Le estaban apuntando con un revolver...
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¡No os mováis, kupó, o disparo! —les advertía Mog a sus compañeros, tanto a Maya como a Axel. Ambos estaban perfectamente, para sorpresa de Light.
Axel había conseguido recuperarse del disparo recibido, Light no pudo evitar aliviarse, pese a estar con la soga al cuello. El final de Light Hikari podía estar muy próximo.
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¿Sabéis por qué habéis fallado en vuestro camino hasta aquí, kupó? —les preguntó a los aprendices, señalando al traidor de Flynn. Tenía una buena razón para hacerlo—.
Porque no trabajáis en equipo. Os lo digo por activa y por pasiva siempre, kupó: el trabajo en equipo es lo más importante en las batallas. Todo el castillo ha caído ante mis moguris, y no por ser muchos; hay más aprendices y Maestros, kupó. No, hemos ganado esta guerra porque nos mantenemos unidos. Actuamos en consecuencia a lo que hacen los demás. Ideamos estrategias respecto a cómo trabajamos, kupo.Unos Moguris habían conseguido asesinar a toda Tierra de Partida. La idea le aterraba por completo. Todos los amigos que había hecho allí ahora estaban muertos, habían caído ante la pintura mortífera. No se imaginaba a Maestros como Nanashi cubiertos de pintura de arriba a abajo. El chico temía por su vida, si habían acabado con todos los Maestros, podrían hacerlo con él fácilmente. No era la primera vez que luchaba contra Moguris, sabía que podían llegar a ser criaturas peligrosas.
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No me importa el dinero, no me importan las mogunueces —dejó constancia de ello, quería aclararles su verdadero objetivo—.
Solo quiero que aprendáis la lección, kupó. No trabajáis en equipo. Vais pos libre, y ya luego pensáis qué haréis más tarde viendo los actos de aquellos con quienes os veis obligados a trabajar. Pero no es solo eso. Tenéis que ser una familia, kupó. Una gran familia.—
¿Una lección? ¿Habéis acabado con el castillo entero... para esto? ¿Quiénes... os habéis creído? —empezaban a salir las primeras lágrimas mientras pronunciaba esas palabras, repleto de frustración y odio, no podía comprender sus acciones.
Era curioso, estaba llorando por todos los caídos. Había llegado a Tierra de Partida hace aproximadamente veinte días y ya se había encariñado mucho con todos sus habitantes. Los entrenamientos, las misiones, había disfrutado tanto de sus días como aprendiz... no se podía imaginar que todo se hubiera terminado. Era absurdo. Su gran familia había desaparecido.
Su única familia, había sido siempre su abuela, la mujer que le enseñaba y regañaba. No tenía padres, a diferencia de la mayoría de sus conocidos de la villa. Se sintió tan feliz al conocer a Ronin y a Kazuki... y de escapar de su aburrida rutina. En aquel momento había conseguido una familia, una gran familia... que le habían arrebatado sin compasión.
Y todo por culpa de un estúpido juego.
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Una gran, gran familia.—
¿Una gran familia? ¿¡Una gran familia!? ¡¡Tierra de Partida ha sido una gran familia para mi!! Maestro Ronin, Saxor, Guilmon, Maestro Kazuki, Alec... —cuanto más pensaba en todas las personas que había conocido ahí, los sentimientos se desbordaban más. Light ya se había olvidado de que le estaban apuntado con una pistola—.
¡¡Eran una gran familia para mi!! ¡¡Y los habéis matado!! ¡¡No os perdonaré...!!Su ahogado chillido se vio interrumpido por el sonido de un disparo, un tiro que no iba dirigido hacia él.
El moguri había dejado a Light libre, por lo que pudo reincorporarse lentamente, sin temer por su vida. Incrédulo se hallaba, pues se encontraba vivo, y sin marcas de pintura. ¿Qué había acabado de pasar? ¿Habían disparado a... Akio?
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¿Qué...?Aunque no sabía lo que estaba ocurriendo, no podía despistarse ni un segundo. Agarró el escudo de Axel y se cubrió con él, preparado para cualquier cosa que pudiera ocurrir. No podía creerse lo que sus ojos aún llorosos percibían.
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¡Mirad! ¿Están apuntando a Akio?Rápidamente empezaron a dispararle, el rey del paintball había sido traicionado por su ejército. Los aprendices parecían estar a salvo de momento, era una batalla entre los Moguris y Akio. Éste, acorralado, se protegía desesperadamente tras el trono.
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¡Traidores! —les acusaba sin reparo—.
¡No vale! ¡Me jurasteis lealtad!—
No puedes ganar, Akio —le advertía el líder de los moguris, sin ceder, seguía apuntando hacia el trono, esperando alguna oportunidad para acabar con él. Light imitó a éste, y apuntó hacia el trono con su pistola—.
Te hemos dado y Higashizawa está vivo. La parálisis puede tardar unos minutos en hacer efecto, pero nunca saldrás impune de aquí, kupó. Has perdido.¿Le habían acertado? Light no se había podido fijar con detalle, pero debía ser cierto. Akio experimentaría la misma parálisis que Axel, y sería su fin.
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Siento lo de vuestro amigo, kupó, pero no vi otra alternativa —se disculpaba el líder de los moguris por la muerte de su compañero—.
Os iba a traicionar y debía ganarme la lealtad de Akio. En realidad, este plan viene de largo. —
¿Pero por qué...?—
¡Morid!Light iba a pedirle explicaciones a Mog, pero Akio interrumpió su conversación. Un montón de granadas de pintura empezaron a volar por la sala, una auténtica matanza. Unos Moguris lograban huir con éxito, otros terminaban cayendo...
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¡¡Cuidado!! ¡Cubríos con lo que sea, o huid! —bramó a sus compañeros, sujetando con firmeza el escudo que su compañero le había entregado antes. El chico se tomó al pie de la letra el consejo que les había acabado de dar, y utilizó el escudo gigante para protegerse por completo de uno de los explosivos. Gracias al tamaño del escudo, la pintura no pudo entrar en contacto con él—.
¡Axel! ¡Maya! ¿Estáis bien?Esperaba una respuesta favorable de ellos, no podría soportar otra pérdida. Tras el sonido de una de las múltiples explosiones, atisbó un Moguri manchado de negro, al lado de Maya. Se trataba de Mog, que había caído en combate. El muchacho se acercó lentamente hacía él.
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¡Mataré a Higashizawa y no podréis impedírmelo! —
¿Higashizawa? Espera... ¿Flynn no había acabado con él antes? —se preguntaba confundido, pues le había visto antes pringado de algo que había reconocido como pintura. El aprendiz aún ignoraba que la traición de su compañero Flynn había sido una farsa.
Akio escapó tras advertirles de sus intenciones, parecía que el cocinero seguía vivo después de todo... pero pronto no se podría decir lo mismo de Mog. Light se agachó para poder escuchar mejor sus últimas palabras. Los efectos de la parálisis no tardarían en actuar sobre él.
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Impedídselo, kupó... —les rogaba Mog mientras agarraba la falda de Maya. Light no se atrevió a exigirle explicaciones por sus acciones. Escuchó hasta la última palabra—.
Sois la... Última esperanza de Tierra de Partida. Pero si no trabajáis en equipo, seréis incapaces de derrotarle. Trabajad... En equipo. Trabajad...
Light tragó saliva. Era mucha responsabilidad, demasiada. Trabajad en equipo, esa debía de ser la clave. Si Axel, Maya y él unían fuerzas, podrían conseguir cualquier cosa. Creía ciegamente las últimas palabras de Mog. Pero... ¿matar a todo un castillo por una simple lección? Las acciones de Mog seguían resultando absurdas, pero sentía compasión por él. Al fin y al cabo, había estado siempre de su parte. Resultaba todo tan raro...
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Tenemos... que hacerlo. Por todas las personas que han sido victima de esta vil guerra —Light le tendió a Axel el escudo y la granada que le pertenecían. No aceptaría un “no” por respuesta por parte del gladiador—.
Vamos a las cocinas, rápido. Creo... que tengo un plan, os lo contaré por el camino. Creedme. Tenemos un arma muy poderosa con nosotros... se trata de algo que Akio no tiene. Tenía un plan que había formulado desde su estancia en las cocinas, y se moría por utilizarlo contra Akio. Quería que sufriera lo máximo posible, iba a pagar por cada una de las muertes. Light juró que experimentaría la verdadera desesperación.