Re: [Ciudad de Halloween] Heartless 101
Publicado: Lun Ene 27, 2014 1:33 am
—No sé si “ciudad” es el mejor método para describirla, realmente es un pueblo no muy grande— me giré y desplacé un poco hacia atrás para mirarle al hablar de su mundo de origen, pero sin dar la espalda a los Maestros, por respeto—. Es un mundo habitado por todo tipo de monstruos de cuento, desde Hombres Lobo hasta Brujas.
>> Es mi mundo de origen, por lo que estoy bastante al día con el tema del comportamiento extraño de los Sincorazón. —¿el comportamiento de los Sincorazón se veía afectado por el mundo? Tenía sentido, la verdad, no tenían por qué ser iguales en todos los lugares.
—Sí, eh, Alec... pero me hubiera gustado saber si ellos tenían alguna opinión o conocimiento sobre tu mundo
—Oh, bueno. Yo no he estado en Ciudad de Halloween, pero he leído que no es muy grande. —eso era todo lo que sabía de aquel mundo, de los libros que había leído en mi tiempo libre en la biblioteca.
Entonces el Maestro fue al escritorio donde estaba el Aprendiz Alec, y cogió una hoja de papel del montón de desorden que había. Carraspeó, pero a continuación, en lugar de leerla, la repasó con la vista. Tenía curiosidad por saber que era, pero lo mismo no era de mi incumbencia.
—Bueno, eh... en fin —dijo, a la vez que se guardaba la hoja—. La última vez que estuve allí —dijo mirando a Alec de una forma extraña— hice una... eh, una advertencia. La ciudad ha usado a los Sincorazón de manera temeraria y descuidada como entretenimiento. Eh, juguetes, adornos, espectáculos...
—Y, como era de esperarse, hicieron caso omiso a la advertencia de Kazuki... —dijo en voz muy baja la Maestra Rebecca, casi en un murmullo. Era tan silenciosa y tímida, que casi parecía no estar allí a ratos
—El comportamiento de los Sincorazón en este mundo siempre nos ha preocupado. Son pasivos, pero de vez en cuando han dado, esto, indicios de poder atacar en cualquier momento. Por eso mismo, eh, iremos nosotros cuatro a investigar. El mejor científico de la ciudad... o más bien, eh, el único, puede tener algunas respuestas en sus notas, también...
— Y quiere que vayamos a controlar por si acaso, ¿no es eso?
—Bueno, mientras yo echo una sies... una ojeada a los Sincorazón, vosotros podéis invitaros al laboratorio. El Maestro Ronin hizo un acuerdo con el Dr. Finkelstein hace años, así que los Portadores tienen esto... tienen derecho a recibir 'clases particulares'. Simplemente habrá que decirle que necesitáis ayuda con los deberes y, eh... presto.
—Vuestra identidad como portadores sigue siendo un secreto... —volvió a decir Rebecca, a modo de explicación—. Por eso, el código que usamos es... "Estudiamos la naturaleza del hombre y del corazón bajo la tutela del Maestro Erudito Ronin el Sabio"... —el Maestro Ronin, Maestro de Maestros. <<Una figura importante allá donde vaya, al parecer>>, dije para mí mismo. Aún no había tenido el placer de conocerle en persona.
—Bien, eh, Rebecca... si pudieses hacernos ese favor... —le pidió Kazuki, a la vez que se erguía ayudándose de su báculo y se iba a un rincón. Entonces Rebbeca, a la orden del Maestro, levantó una mano y hizo surgir una especie de brillo mágico. Entonces dirigió este brillo contra una pared, donde se hizo más y más grande, hasta convertirse en una especie de puerta. Y entonces comprendí que era el túnel que estaba viendo: un Portal. Asombrado, me pregunté si requeriría mucho esfuerzo y entrenamiento poder crear portales, puesto que me serían muy útiles de poder hacerlo.
—Mucha suerte, Kazuki... Myxa, Alec y Enix... —nos despidió Rebecca.
—Gracias, Maestra Rebecca.— le dije, y me apresuré para entrar en el Portal.
***
—Bienvenidos a Ciudad Halloween... y bienvenido a casa, Alec.
La verdad, el transporte por el Portal era bastante cómodo, y casi no se notaba. Seguramente sería más fácil para mí, dado que el Portal era de luz, que era mi Afinidad. Yo sinceramente, me encontraba en perfecto estado, pero no sé si podía decirse lo mismo de mis compañeros.
Entonces me puse a observar mejor cómo era el mundo en el que había aparecido. Estábamos todos en una plaza, en cuyo centro había una fuente, de la que emanaba un agua de un color verde poco agradable.También había una guillotina, algo tétrico y extraño en una plaza corriente, pero que encajaba perfectamente con el aspecto que presentaba aquel lugar. En el resto de la plaza estaba rodeado por farolas, la única fuente de luz que había, aparte de las ventanas ya que era de noche, y la luna estaba cubierta por nubes.
Ante nosotros había una torre de ladrillos de piedra, con una bóveda metálica en forma de observatorio astronómico. Probablemente era el laboratorio al que se refería Kazuki, donde se encontraba el Doctor Finkelstein, y donde debíamos escuchar la clase. Además de ese edificio, había unas cuantas casas repartidas por el resto de los lados de la plaza, y el más distinguido era la alcaldía, perfectamente reconocible por su estructura y porque era el único que estaba abierto en esos momentos.
—Iré al cementerio. No os olvidéis de tomar, eh, notas si el Doctor dice algo interesante — dijo el Maestro. Me percaté entonces de que había cambiado de atuendo y apariencia en general, volviéndose esta mucho más acorde con el mundo en el que nos encontrábamos.
Entonces me observé a mí mismo, dándome cuenta de que también había cambiado mi aspecto físico.
— ¿Qué es esto exactamente, Maestro Kazuki?
—Oh... Es... Producto de la magia del mundo. Algunos mundos son inteligentes y adaptan a los viajeros a, eh, su propia naturaleza. A veces pasa... a veces, eh... no. Supongo que me olvidé de tomar precauciones esta vez —dijo, mirando otra vez a Alec, el cual también había cambiado, volviéndose más… Terrorífico, por decirlo de algún modo.
Entonces el Maestro partió en otra dirección, dejándonos a los tres solos. Miré al gran edificio, y me encaminé a entrar, abriendo la puerta.
>> Es mi mundo de origen, por lo que estoy bastante al día con el tema del comportamiento extraño de los Sincorazón. —¿el comportamiento de los Sincorazón se veía afectado por el mundo? Tenía sentido, la verdad, no tenían por qué ser iguales en todos los lugares.
—Sí, eh, Alec... pero me hubiera gustado saber si ellos tenían alguna opinión o conocimiento sobre tu mundo
—Oh, bueno. Yo no he estado en Ciudad de Halloween, pero he leído que no es muy grande. —eso era todo lo que sabía de aquel mundo, de los libros que había leído en mi tiempo libre en la biblioteca.
Entonces el Maestro fue al escritorio donde estaba el Aprendiz Alec, y cogió una hoja de papel del montón de desorden que había. Carraspeó, pero a continuación, en lugar de leerla, la repasó con la vista. Tenía curiosidad por saber que era, pero lo mismo no era de mi incumbencia.
—Bueno, eh... en fin —dijo, a la vez que se guardaba la hoja—. La última vez que estuve allí —dijo mirando a Alec de una forma extraña— hice una... eh, una advertencia. La ciudad ha usado a los Sincorazón de manera temeraria y descuidada como entretenimiento. Eh, juguetes, adornos, espectáculos...
—Y, como era de esperarse, hicieron caso omiso a la advertencia de Kazuki... —dijo en voz muy baja la Maestra Rebecca, casi en un murmullo. Era tan silenciosa y tímida, que casi parecía no estar allí a ratos
—El comportamiento de los Sincorazón en este mundo siempre nos ha preocupado. Son pasivos, pero de vez en cuando han dado, esto, indicios de poder atacar en cualquier momento. Por eso mismo, eh, iremos nosotros cuatro a investigar. El mejor científico de la ciudad... o más bien, eh, el único, puede tener algunas respuestas en sus notas, también...
— Y quiere que vayamos a controlar por si acaso, ¿no es eso?
—Bueno, mientras yo echo una sies... una ojeada a los Sincorazón, vosotros podéis invitaros al laboratorio. El Maestro Ronin hizo un acuerdo con el Dr. Finkelstein hace años, así que los Portadores tienen esto... tienen derecho a recibir 'clases particulares'. Simplemente habrá que decirle que necesitáis ayuda con los deberes y, eh... presto.
—Vuestra identidad como portadores sigue siendo un secreto... —volvió a decir Rebecca, a modo de explicación—. Por eso, el código que usamos es... "Estudiamos la naturaleza del hombre y del corazón bajo la tutela del Maestro Erudito Ronin el Sabio"... —el Maestro Ronin, Maestro de Maestros. <<Una figura importante allá donde vaya, al parecer>>, dije para mí mismo. Aún no había tenido el placer de conocerle en persona.
—Bien, eh, Rebecca... si pudieses hacernos ese favor... —le pidió Kazuki, a la vez que se erguía ayudándose de su báculo y se iba a un rincón. Entonces Rebbeca, a la orden del Maestro, levantó una mano y hizo surgir una especie de brillo mágico. Entonces dirigió este brillo contra una pared, donde se hizo más y más grande, hasta convertirse en una especie de puerta. Y entonces comprendí que era el túnel que estaba viendo: un Portal. Asombrado, me pregunté si requeriría mucho esfuerzo y entrenamiento poder crear portales, puesto que me serían muy útiles de poder hacerlo.
—Mucha suerte, Kazuki... Myxa, Alec y Enix... —nos despidió Rebecca.
—Gracias, Maestra Rebecca.— le dije, y me apresuré para entrar en el Portal.
—Bienvenidos a Ciudad Halloween... y bienvenido a casa, Alec.
La verdad, el transporte por el Portal era bastante cómodo, y casi no se notaba. Seguramente sería más fácil para mí, dado que el Portal era de luz, que era mi Afinidad. Yo sinceramente, me encontraba en perfecto estado, pero no sé si podía decirse lo mismo de mis compañeros.
Entonces me puse a observar mejor cómo era el mundo en el que había aparecido. Estábamos todos en una plaza, en cuyo centro había una fuente, de la que emanaba un agua de un color verde poco agradable.También había una guillotina, algo tétrico y extraño en una plaza corriente, pero que encajaba perfectamente con el aspecto que presentaba aquel lugar. En el resto de la plaza estaba rodeado por farolas, la única fuente de luz que había, aparte de las ventanas ya que era de noche, y la luna estaba cubierta por nubes.
Ante nosotros había una torre de ladrillos de piedra, con una bóveda metálica en forma de observatorio astronómico. Probablemente era el laboratorio al que se refería Kazuki, donde se encontraba el Doctor Finkelstein, y donde debíamos escuchar la clase. Además de ese edificio, había unas cuantas casas repartidas por el resto de los lados de la plaza, y el más distinguido era la alcaldía, perfectamente reconocible por su estructura y porque era el único que estaba abierto en esos momentos.
—Iré al cementerio. No os olvidéis de tomar, eh, notas si el Doctor dice algo interesante — dijo el Maestro. Me percaté entonces de que había cambiado de atuendo y apariencia en general, volviéndose esta mucho más acorde con el mundo en el que nos encontrábamos.
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Entonces me observé a mí mismo, dándome cuenta de que también había cambiado mi aspecto físico.
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— ¿Qué es esto exactamente, Maestro Kazuki?
—Oh... Es... Producto de la magia del mundo. Algunos mundos son inteligentes y adaptan a los viajeros a, eh, su propia naturaleza. A veces pasa... a veces, eh... no. Supongo que me olvidé de tomar precauciones esta vez —dijo, mirando otra vez a Alec, el cual también había cambiado, volviéndose más… Terrorífico, por decirlo de algún modo.
Entonces el Maestro partió en otra dirección, dejándonos a los tres solos. Miré al gran edificio, y me encaminé a entrar, abriendo la puerta.