[Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Trama de Myxa, Neru, Malik y Freya + Enok Zohar

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ronda #3 - Las siete maravillas

Notapor Astro » Sab Sep 06, 2014 12:46 am

Malik, Neru & Myxa

Pagar los billetes fue sencillo. La cara del empleado de la estación, sin embargo, sí que mostró cierta sorpresa al escuchar el destino de los tres aprendices.

Hay que ver, últimamente la gente no para de quejarse. Dicen que están pasando cosas sobrenaturales. ¡Si aquí nunca pasa nada! Es la misma ciudad aburrida de siempre, ¿no le parece?

¡Esas historias absurdas están arruinando el negocio! ―respondió el hombre, terminando de entregarle los dos billetes a Malik―. ¡Ya casi nadie quiere ir a las Terrazas, y antes eran el sitio más visitado de la ciudad!

Esto... Que tengan un buen viaje.

No tardarían en ver que tenía toda la razón. En el tren, que era de un sólo vagón largo y adecuadamente amueblado, sólo había dos pasajeros además de ellos.

Pence, ¿de verdad estás seguro? No creo que ir sea buena idea ―una joven, de unos quince años de edad, de pelo castaño y ojos verdes se encontraba de pie, con la mirada agachada y haciendo círculos con la punta del pie en el suelo―. Y Hayner...

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Te digo que no pasa nada, tranquila ―su compañero era un muchacho regordete que tendría su misma edad, con el pelo negro sujeto por una cinta y la frase Dog Street en la camiseta―. El año pasado investigué todas las Maravillas y demostré que eran falsas, ¡y pienso volver a hacerlo diga lo que diga Hayner!

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A diferencia de la chica, el tal Pence se encontraba sentado en uno de los asientos laterales del vagón, y hablaba con total convicción sobre el asunto que también había traído al trío de aprendices a la ciudad. Los dos jóvenes miraron curiosos a los recién llegados, pero no se dirigieron directamente a ellos. Continuaron hablando en un tono más suave, con el cual era difícil escuchar lo que decían.

Las puertas se cerraron, y con el típico ruido del motor de un tren, empezó el viaje con sólo cinco ocupantes a bordo. Sería un viaje corto, pero serviría para que por ejemplo Myxa pudiera hacer los mapas para todos. Tal vez preguntarle a Pence y a su amiga por las Maravillas fuera una buena forma de recoger información. O, simplemente, sentarse y disfrutar del viaje.

Pronto llegarían a las Terrazas del Atardecer. Una vez allí, empezaría el trabajo.

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Myxa puede hacer un mapa con la localización de las cinco primeras maravillas, pues el tren no ha sido visto nunca por nadie. Pero debe invertir todo el tiempo del viaje en hacerlo.

Consejo: aprovechad esta ronda para intercambiar la máxima información posible.


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Enok & Freya

Shinju tenía mucha razón: el tren a las Terrazas estaba apunto de partir. Y tal vez si Enok y Freya hubiesen corrido lo habrían cogido a tiempo, pero no fue así. Cuando llegaron a la estación, vieron en primera persona cómo se les escapaba en todas las narices.

Al menos el viaje hasta allí había sido tranquilo. La Villa estaba tan animada y pacífica como siempre: la gente paseaba los jóvenes jugaban por las calles, y los carteles del próximo torneo de Struggle se podían ver por todos los rincones.

Incluso pudieron ver a un par de jóvenes compitiendo en Fanfarronería, un popular juego de la ciudad que consistía en evitar que una pelota tocase el suelo utilizando un bate de Struggle. Entre el público que rodeaba la escena se encontraba un chico rubio muy reconocible, pero ningún bando se percató de la presencia del otro.

El próximo tren saldrá en una hora, lo siento ―les avisó el recepcionista, señalando un reloj de la pared.

¡Oh, no! He llegado tarde...

Detrás de Enok y Freya apareció, como salido de la nada, un pequeño ser bastante... peculiar, por decirlo de algún modo. Bajito, con un gran sombrero en el que parecía haber diseñada una cara, tenía los brazos largos y las piernas algo cortas. Pero lo más llamativo era su cara, su inexistente cara. Entre el sombrero y su abrigo azul no había nada más que una superficie negra donde dos grandes ojos amarillos brillaban.

Para qué negarlo: a primera vista, era fácil confudirle con un sincorazón. ¿Lo sería?

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Por alguna razón, al empleado de la estación no parecía llamarle lo más mínimo la atención.

Si no llego pronto Seifer se enfadará... ―dijo para si mismo el pequeño, bajando la cabeza y agitando los brazos levemente―. ¡Ah, ya sé, los subterráneos!

Y echó a correr a toda prisa, saliendo de la estación. Si alguno de los dos le seguía, vería que entraba en uno de los accesos a la Explanada Subterránea: una larga red de túneles que conectaban Villa Crepúsculo. Tenían fama de ser difíciles de atravesar, además de que solía haber obras a menudo ahí abajo. Pero era bien cierto que por ahí se podía llegar a las Terrazas del Atardecer...

Concretamente, el pequeño desconocido había entrado en el acceso número 5.

Así pues, dependía de Enok y Freya lo que hacer a continuación. ¿Probar suerte por los subterráneos? ¿Esperar una hora al tren? ¿O ir a hacer tiempo por la Villa?

Elección suya.


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Fecha límite: miércoles 10 de septiembre.
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Darkness Seeker » Sab Sep 06, 2014 6:11 pm

Finalmente, ante el repentino enfado de Myxa, Malik se ofreció a comprar para nosotros dos nuestros billetes. Myxa se adelantó y se dirigió hacia la estación directamente, mientras se ponía una capucha que llevaba.

¿He ... dicho algo malo?―le pregunté a Malik aprovechando que Myxa ya estaba algo lejos y no podría oírnos.

La verdad es que parecía realmente enfadada, ¿Pero porqué? la verdad es que no tenía ni idea, pero me disculparía por si acaso había dicho algo que no debiera en cuánto tuviéramos un momento a solas. Sin perder un instante, Myxa pidió sus tickets y mientras Malik se encargó de pedir los nuestros.

Hay que ver, últimamente la gente no para de quejarse. Dicen que están pasando cosas sobrenaturales. ¡Si aquí nunca pasa nada! Es la misma ciudad aburrida de siempre, ¿no le parece?

¡Esas historias absurdas están arruinando el negocio! ―le respondió algo molesto el encargado mientras le daba los tickets a Malik―. ¡Ya casi nadie quiere ir a las Terrazas, y antes eran el sitio más visitado de la ciudad!

Esto... Que tengan un buen viaje.

Gracias Malik―le comentaría una vez nos alejáramos de la entrada de la estación.

Esperamos un momento a que llegara el tren, y en esos pocos minutos me acerqué un momento a hablar con Myxa.

Oye...―la salude antes de empezar―Sé que estás enfada y... lo siento. He... estoy algo nervioso con la misión y no puedo pensar con claridad lo que digo...

Esperaría a una posible respuesta, ya fuera directa o indirecta, de Myxa, para justo antes de subir al tren comentarle:

De verdad, lo siento si dije algo inadecuado.

+ + +


Tras eso, subimos al tren y al poco tiempo se puso en marcha. El tranvía estaba bien decorado y parecía bastante cómodo. me dispuse a tomar asiento cuando de pronto me percaté que no estábamos solos: Una chica joven, de unos quince años, y un chico de más o menos la misma edad.

Pence, ¿de verdad estás seguro? No creo que ir sea buena idea ―Comentó la primera―Y Hayner...

Te digo que no pasa nada, tranquila ―le respondió el segundo―. El año pasado investigué todas las Maravillas y demostré que eran falsas, ¡y pienso volver a hacerlo diga lo que diga Hayner!

Tras eso, nos quedamos mirándonos mutuamente durante unos segundos. ¡Parece que tíenen información sobre las maravillas! Quizás podría conseguir alguna información extra si hablaba con ellos.

Mhm, disculpa ―le dije al chico acercándome a donde estaba pero sin llegar a sentarme― Me llamo Neru, y ... hace poco que llegué a la ciudad. Estábamos pensando en dar una vuelta a las Terrazas del Atardecer, que dicen que son muy bonitas a esta hora del día, pero me he quedado con un poco de curiosidad tras eso de las maravillas.

Esperé a que "Pence" diera alguna respuesta o que alguno de mis compañerosle preguntara algo para seguir.

Ya he oído a gente de la ciudad hablar algo sobre ellas, por lo visto hay seis o siete... Perdona que te pregunte, pero es que parece que sabes de ellas... ¿Podrías hablarme un poco de esas "maravillas"? me gustaría saber algo más sobre ellas.

Si conseguía información, la misión resultaría mucho más fácil, y eso siempre era de agradecer...
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

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Logros ~ Neru
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Myxa » Mié Sep 10, 2014 12:53 am

¡Esas historias absurdas están arruinando el negocio! ―estalló el vendedor a la par que le daba su billete a Malik―. ¡Ya casi nadie quiere ir a las Terrazas, y antes eran el sitio más visitado de la ciudad!

Esto... Que tengan un buen viaje.

Myxa enarcó una ceja y, con el billete en mano, procedió a coger el tranvía. Por el camino puso el pulgar en el labio y estudió la reacción del vendedor. A juzgar por su exagerado sobresalto el asunto ya llevaba cierto tiempo. Desde luego, reciente no era, de lo contrario su reacción estaría fuera de lugar.

"Supongo que los pocos que usan ahora el tranvía son los que viven en la terraza y lo hacen por necesidad más bien. Y veo que los rumores son tan fuertes como para espantar a la gente. Debe ser más grave de lo que pensábamos."

Esperaba de todo corazón que su amigo se encontrase bien. Hacía tiempo que no le veía y temía que le ocurriese algo ya que también vivía en la Terraza del Atardecer. Aunque, pensándolo mejor, no conocía a nadie que podía plantarle cara cuando estaba de mal humor. Si debía preocuparse por algo debía de ser del pobre infeliz que se cruzase en su camino.

Oye...―escuchó a su lado. Giró la cabeza y vio que Neru se había acercado, cabizbajo―Sé que estás enfada y... lo siento. He... estoy algo nervioso con la misión y no puedo pensar con claridad lo que digo...

No has dicho nada —se limitó a responder.

De verdad, lo siento si dije algo inadecuado.

Que no has dicho nada —insistió con más ahínco y entró en el vehículo con un resoplido, no sin antes comprobar detenidamente si había peligro o si podía tropezar con el borde del escalón. No quería estamparse contra el suelo y torcerse un tobillo nada más comenzar con la tarea que les había encomendado.

***


El tren estaba prácticamente vacío a excepción de dos chavales de más o menos su edad. Ambos parecían tener una calurosa conversación cuando les vieron entrar. Estableció un breve contacto visual con los chicos y estos siguieron charlando entre ellos, con un tono más suave.

Neru se le adelantó y fue directamente a preguntar sobre las maravillas al chico regordete, quien parecía controlar bastante del tema, o eso aparentaba por sus palabras. Myxa había pensado justo en lo mismo, aunque ella prefería ser más sutil a la hora de hablar. Su hubiese hablado ella les habría preguntado si ellos también iban tras el rumor y habría seguido el hilo de la conversación que estaban teniendo, pero ya era tarde. En vez de eso se decantó por sentarse en la butaca de en frente, cruzarse de piernas encima del cojín y empezar a elaborar el mapa que había prometido, eso sí, siempre prestando especial atención a todo lo que decían sus compañeros.

Arrancó un par de páginas de su libro y retrocedió apresuradamente los folios hasta encontrar el que buscaba: un esbozo de los lugares de la terraza del atardecer hecha desde un plano nadir. Teniendo eso de base pudo colocar los papeles en blanco encima de él y repasar los trazos hasta dibujar un muy básico mapa de la zona, sin tantos detalles como el original.

Rodeó con un lápiz rojo las zonas donde se encontraban algunas de las supuestas maravillas, pues ni ella misma se las conocía todas: las escaleras que sumaban distinto, la pared, la ubicación del doble (una aproximación) y la bolsa animada, cada una con un pequeño dibujito que representaba uno de los puntos de la nota que habían recibido. No era necesaria apuntar a la fantasma, y admitía no haber visto nunca al supuesto tren (cosa que lamentaba pues adoraba locamente los trenes), el mayor problema era el túnel. Con sólo recordar ese sitio le temblaba el pulso y un sudor frío le recorría la espalda. Simplemente marcó la entrada al túnel y se dio por satisfecha.

Y, para acabar, al pie de las hojas puso su número de teléfono y dobló los mapas. Cualquier precaución era poca y si se daba el caso de que tuviesen que separarse era bueno tener la posibilidad de comunicarse.

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Gracias por el dato, Astro, me ha sido de ayuda. No tenía pensado poner todas, pero está bien saber ese detalle ^^
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Crystal » Mié Sep 10, 2014 2:09 am

Para mi sorpresa, el panorama al llegar a la estación no fue agradable; habíamos perdido el tren. Y lo que más me fastidió fue que en ese mismo momento pensé en la tan simpática Shinju recordándonos que nos espabilásemos en llegar. Por una vez en su vida tenía razón... Qué pena.

El próximo tren saldrá en una hora, lo siento ―nos avisó el recepcionista. Seguí con la mirada la dirección que marcaba su dedo hasta que me topé con el reloj.

¡Una hora! Ni más ni menos que sesenta minutos esperando un tren. Y todo porque no habíamos llegado a tiempo. Me mordí el labio inferior, dándole vueltas al asunto. ¿Cómo se mataban 3600 segundos? ¿Qué debíamos hacer?

¡Oh, no! He llegado tarde...

Esa voz me sacó de mis pensamientos. Me volteé para poder ver de dónde provenía y me encontré con un ser la mar de peculiar. Era pequeño, vestido con ropajes extraños, pero lo que más destacaba en él era ese sombrero que llevaba dónde parecía haber diseñada una especie de cara. Hablando de caras… ¿Dónde estaba la suya? Entre el sombrero y el abrigo lo único que asomaban eran unos ojos amarillos sobre un fondo negro. Y yo había visto eso antes, Ariasu me había hablado de ello. ¿Eso era un sincorazón?

Quise dar un paso hacia adelante, pero algo me retuvo. No, aquello no podía ser un sincorazón. ¿Des de cuando esos bichejos tenían una pinta tan adorable? Me escondí tras Don Nadie en un acto reflejo, sujetándome levemente a su camiseta, y me puse de puntillas para poder ver que iba a hacer aquel bicho negro de ojos amarillos cuales linternas.

Eché un vistazo al empleado de la estación, el cual en ningún momento se extrañó de la presencia de aquel individuo. Teóricamente la gente de Villa Crepúsculo nunca había visto a un sincorazón… ¿No? Yo no sabía de la existencia de estos bichos antes de la llegada de mi maestra, y si me hubiese encontrado con uno de ellos no me imagino como podría haber reaccionado. Además, que en esa Villa los rumores corrían como la pólvora; podías llegar a cometer un error y que todo el mundo supiese de ello en poco tiempo.

Si no llego pronto Seifer se enfadará... ―dijo en voz baja aquel ser; parecía bastante nervioso por la manera en que se movía―. ¡Ah, ya sé, los subterráneos!

Y sin más se fue corriendo, saliendo de la estación. Ni mucho menos se me pasó por la cabeza la idea de seguirle; sus asuntos con el tal Seifer no eran de mi incumbencia. Además, teníamos que esperar a un tren y no podíamos alejarnos mucho.

Instantes más tardes, caí en que me había acercado demasiado a mi compañero y me había tomado una confianza de la cual no disponía. Me separé rápidamente y agaché la cabeza, escondiendo el sonrojo que empezaba a aparecer en mis mejillas. ¿Por qué no podía haberme estado quieta?

E-Esto… Lo siento ―dije en un hilo de voz―. N-No quería molestarte ni mucho menos, es que…

¿Es que qué? ¿Me había dado miedo aquel bichejo de ojos amarillos? ¡Debía estar preparada para verdaderas amenazas y no irme escondiendo siempre! Pero en los peores momentos nunca era consciente de mis acciones, y eso me provocaba situaciones como aquella; situaciones con una incomodidad extrema.

Mi barriga emitió un extraño sonido, mostrando la falta de alimento. Gran momento para hacerse notar, sin duda. Debería haber cogido algo antes de salir, pero se me olvidó. Posiblemente me lo dejara en la mochila, aquella que decidí dejarme para no llevar más peso. Entonces recordé el puesto de helados que antes habíamos visto, y eso me dio una idea. Quizás la mejor que había tenido hasta ese momento.

Si te apetece podemos ir a por unos helados ―levanté levemente la cabeza para poder mirarle a los ojos―. I-Invito yo, por las molestias y eso. De todas maneras queda una hora hasta que llegue el tren…

Esperaría una respuesta por parte de mi compañero, y si aceptaba, sonreiría y emprendería el camino hasta el puesto por el que antes habíamos pasado. Allí emplearía los pocos platines que me quedaban en comprar el par de helados y le ofrecería el suyo. Finalmente, tras bastante tiempo habiéndome comido la cabeza por el asunto, me atrevería a hacerle la pregunta.

Oye ¿Y cómo te llamas? No es que el apodo que te ha puesto Shinju no sea original, pero seguro que tu nombre es mucho mejor.

»Ah, por cierto, yo soy Freya. Siento si no me había presentado antes… No soy muy buena con esas cosas.
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Tanis » Mié Sep 10, 2014 9:40 pm

Malik se encogió de hombros y negó con la cabeza para tranquilizar a Neru. Lo que pasaba por la cabeza de una mujer era mejor que se calmara, si esta podía arrancarte la cabeza de un mordisco. Por su parte prefería no molestar demasiado a Myxa, si es que el chico la había importunado.

Tomó los billetes con un «gracias», de mano del taquillero y esperó al tren junto a sus compañeros en silencio, pensativo. Continuaba dándole vueltas al asunto de las Maravillas, y solucionó que si o sí tenía que preguntarle a Myxa qué era una, o por qué las llamaban así...

Subió al vagón junto con los demás, fijándose en los dos jovencitos que ocupaban también el coche. Su conversación llamó su atención, por supuesto aunque fue Neru el que se adelantó para preguntarles. Malik pensó que debería haber sido más sutil, pero aprovechó para escuchar todo lo que pudieran contestarle. Todas las preguntas de Neru eran básicas, él también las habría hecho, aunque de otro modo.

El movimiento del tren le trajo a la memoria el viaje con Fátima, y el sonido y el olor del mar a la mente. No pudo evitar sonreír un poco con ese recuerdo, a pesar de la misión. Se sentó al lado de Myxa, agradeciendo que ningún adulto anduviera cerca porque entonces habría tenido un problema. A nadie le gustaba ver hombres mucho mayores que los jovencitos cerca de estos, pero siempre podía decir que Myxa y Neru eran sus sobrinos, o algo parecido. Observó a la muchacha mientras hacía los mapas, hasta que terminó.

Entonces preguntó en voz más baja.

Oye, me estaba preguntando... Ya sé que a estas alturas es una tontería, pero para los que somos... hm, turistas, no nos queda claro qué es una Maravilla, ni por qué se las llama así —Señaló con la cabeza a los muchachitos con los que Neru hablaba—. Ellos parecen andar de excursión también, quizá sea buena idea sonsacarles la supuesta falsedad de esas cosas.
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[VC] Las siete maravillas #3

Notapor Sheldon » Mié Sep 10, 2014 10:42 pm

Pero finalmente... perdimos el tren. Demasiado ocupado me encontraba en todo el camino viviendo ensoñado y contando mis propios pasos como para darme prisa. Los dos parecíamos almas en pena vagando con un objetivo en mente por los callejones melancólicos del pueblo. Presentía algo, algo que no dejaba de observarme desde lo alto. Extrañamente no me sentía molesto con aquello ya que sabía que todo podía llegar a ir bien, de alguna u otra manera.

Tomamos la rampa que comunicaba a la estación con aún más lentitud. Mi compañera no abría la boca ni tan siquiera llegaba a mirarme del todo. Por esa actitud deduje que ya conocía el camino que estábamos haciendo así que reduje la distancia que nos separaba y me coloqué a su lado. Y de esta forma alcanzamos el que hacía de mirador, uno de los puntos más altos desde el que se podía observar todo el pueblo.

Entramos al recinto y la realidad de hizo patente. Habíamos malgastados los minutos que restaban para la partida y el tranvía había partido. Así nos lo comunicó directamente el recepcionista además de proporcionarnos el horario del siguiente vehículo.

Suspiré y giré sobre mi mismo hasta encontrar a la aprendiz que me acompañaba. Justo cuando abrí la boca para preguntarle qué hacer, una voz tras de mi me interrumpió:

¡Oh, no! He llegado tarde...

Aquellos ojos amarillentos dibujaron en mi mente instantáneamente el peligro, el de los sincorazones acechando ahora mi mundo natal. Proferí un pequeño gemido que logré sofocar al cabo de unos segundos cayendo en la cuenta de mi improductivo respingo. Aquel ser había hablado por lo tanto no podía ser un enviado de la oscuridad. Tan fácil como eso...

Parecía un niño disfrazado aunque con una anatomía un tanto extraña. La forma de su cuerpo no era, a simple vista, nada aerodinámica. Cubierto por una túnica azulada y por unos abombados pantalones verduscos. No era todo aquello lo que más destacaba, no obstante, sino el gorro que cubría su cabeza, de una estatura no mucho menor que la medida del propio ser y formado el motivo de un rostro animal.

De repente sentí sobre mi espalda un liviano peso, el tacto de unas manos sujetando mi sudadera. Quise dar un respingo pero antes de poder hacerlo y tras percibir de reojo a mi “protegida”, mis sentimientos me invadieron. Sería extraño describir ese momento al pie de la letra, tampoco veo necesario hacerlo en esta ocasión.

Si no llego pronto Seifer se enfadará... ―pensó en voz alta con un tono de voz extrañamente simpático. Sin embargo no fue eso lo que más llamó mi atención. “Seifer”. De alguna manera recordaba ese nombre pero no conseguía aclarar el contexto de esos recuerdos―. ¡Ah, ya sé, los subterráneos!

Y así terminó por aquel momento su intervención. Se volvió y abandonó el edificio a través de las puertas de cristal a un paso ligero aunque inevitablemente tosco ya que su redondeado cuerpo y cortas piernas le impedían moverse de otro modo.

Suspiré al fin, necesitaba hacerlo, la cuarta vez, mientras mi compañera se alejaba de mi, ocultando su encendido rostro. Los segundos hasta que dijo sus primeras palabras estuvieron rellenos de una especie de diálogo enmudecido, de miradas enrojecidas de la vergüenza.

E-Esto… Lo siento ―susurró la muchacha―. N-No quería molestarte ni mucho menos, es que…

La escena era absolutamente perfecta, ideada casi a mi imagen y semejanza. Procesé el pequeño titubeo en sus palabras, palpé la parte trasera de mi cuello e hice crujir los huesos de mi mano.

Si te apetece podemos ir a por unos helados ―añadió buscando un contacto visual. Rechacé la mirada; acepté la proposición con una afirmación muy débil―. I-Invito yo, por las molestias y eso. De todas maneras queda una hora hasta que llegue el tren…

Quedaba poco por hacer en aquel lugar.

La chica echó a andar, decidida por el hambre. Me limité a seguirle, observando su cuerpo ligero y sus cabellos ondear en el aire. Las formas que dibujaba en el aire junto al pigmento pastel creaban hipnóticos patrones en los que una parte de la belleza quedaba codificada. Era una chica hermosa, al fin y al cabo.

Ella fue la encargada de pagar. En cualquier otra situación yo hubiera corrido con las cuentas pero animicamente no me encontraba correctamente. Tenía bastante claro que no iba a llegar a ningún sitio dejando paso al nerviosismo que posiblemente me hubiese suscitado haber invitado a una chica como aquella.

De cualquier manera hubo algo que, si bien no percibí en ese momento, más tarde llegué a comprender. Estoy seguro de que la vendedora de helados me reconoció. Al parecer era la primera que me veía de nuevo en la villa después de mi “desaparición”. Aún hoy me pregunto el efecto que tuvo mi acción de hace dos años. Seguramente no haya palabras que describen ese momento.

Con respecto al helado tan solo tengo que decir que su sabor seguía siendo el mismo. El primer contacto que hubo con mis papilas gustativas me produjo cierta repugnancia. Tenía que volver a acostumbrarme a su peculiar sabor, sin duda.

Oye ¿Y cómo te llamas? No es que el apodo que te ha puesto Shinju no sea original, pero seguro que tu nombre es mucho mejor.―tragué saliva y dejé de morder el helado.

»Ah, por cierto, yo soy Freya. Siento si no me había presentado antes… No soy muy buena con esas cosas.

Enok―dije respondiendo a su pregunta. Me hubiese gustado comunicarle algo más, pero no podía. Si abría la boca seguro que lo estropearía así que lo único que hice fue esbozar una pequeña sonrisa mientras me llevaba el helado a la boca.
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Ronda #4 - Las siete maravillas

Notapor Astro » Lun Sep 22, 2014 3:04 pm

Freya & Enok

Así pues, ambos aprendices optaron por esperar al próximo tren. ¿Y qué mejor manera existía en Villa Crepúsculo que matar el tiempo con un helado de sal marina?

Pero la calma duró poco. Si creían que la espera iba a ser aburrida y eterna, estaban muy equivocados.

Pocos segundos después de que ambos se presentaran el uno al otro (¡por fin!), un pozo de oscuridad se abrió bajo los pies de Freya. Fue muy rápido y repentino, casi instantáneo: antes de que ninguno de los dos pudiera reaccionar a tiempo, la chica fue tragada por las sombras.

El portal se cerró tras ella. Cuando la oscuridad desapareció del todo, lo único que quedó en el suelo fue un pequeño trozo de papel con un mensaje escrito con tinta roja:

Ven al Solar Deportivo si quieres volver a verle.

Oh, ¿y tu amiguita? ―preguntó la vendedora, que al parecer no había visto lo ocurrido al estar guardando el dinero de los helados recién comprados―. ¿Se ha marchado?

Buena pregunta. ¿Qué le había pasado a Freya? ¿Dónde estaba ahora? Muchas preguntas en la mente de Enok, sin duda, pero el trozo de papel era claro: tenía que ir al Solar Deportivo si quería respuestas. Aunque tal vez no era buena idea ir allí solo...

Detrás de Enok, desde la entrada a los subterráneos, unos grandes ojos amarillos brillaron en la oscuridad antes de desaparecer en el interior del túnel.

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Myxa, Malik & Neru

Los dos jóvenes mostraron cierta sorpresa en su cara al escuchar las preguntas de Neru, pero para fortuna de los aprendices las respuestas no tardaron en llegar:

¡Claro que podemos ayudaros! Yo soy Olette, y este es mi amigo Pence ―se presentó la chica, con total naturalidad.

¿No habéis oído hablar de ninguna Maravilla? Guau, eso es nuevo ―comentó el otro, pensativo, aunque pareció no darle importancia―. Pero se arregla rápido: ¡bienvenidos al curso maravilloso de Pence!

Durante el viaje, mientras Myxa dibujaba los mapas, Pence fue explicando lo básico que necesitaban saber y que no se habían atrevido a preguntarle a Akio: las Siete Maravillas de Villa Crepúsculo eran lugares señalados de la ciudad donde se decía que ocurrían cosas extrañas, sobrenaturales, y que ninguna tenía explicación lógica posible.

Pero no os hagáis ilusiones: son rumores y engañabobos, de maravillas no tienen nada. ¡El año pasado me pasé todo el verano buscando las siete y no encontré nada raro! Y me pusieron un diez en la redacción que hice sobre eso para clase.

A Pence le encanta investigar ―explicó Olette con una risita―. Y por eso está tan enfadado con que ahora digan que las Maravillas existen y están dando problemas.

¡Porque no existen! Tiene que ser algo distinto lo que está asustando a la gente... ¡Igual son Seifer y su pandilla!

Y por fin el tren llegó a su destino. Las puertas del vagón se abrieron mientras un letrero enorme les daba la bienvenida a las Terrazas del Amanecer. Habían llegado: ahora empezaba lo difícil.

Nosotros nos vamos, tenemos trabajo que hacer, ¡vamos Olette! ―anunció Pence nada más bajar, despidiéndose con un gesto de la mano.

¡Disfrutad de la visita!

Los dos jóvenes echaron a correr, dejando al trío en la estación a su suerte. Y en el fondo les beneficiaba: ahora podían ponerse a trabajar en la misión que Akio les había encomendado sin tener que fingir o improvisar para no descubrirse.

Y la primera parada estaba frente a sus narices: las escaleras que bajaban de la estación, el único camino por que le se podía ir, era una de las Maravillas. No encontraron a nadie allí, y tampoco nada extraño: podían ponerse a contar los escalones uno a uno todas las veces que quisieran, que siempre les salía el mismo número. Bueno, a menos que alguno no supiera contar.

¿Primea Maravilla descartada? Era decisión suya. Con el mapa de Myxa, podían ir adonde quisieran, solos o acompañados.

¿Ir a probar suerte en otra Maravilla? ¿Quedarse en las escaleras a investigar más? ¿Seguir juntos o separarse? ¿Y si seguir a Pence y Olette era buena idea?

¡Momento de decidir!

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Podéis moveros por las terrazas a placer, hasta llegar a una de las Maravillas marcadas. Como ya he avisado, podéis separaros o seguir juntos, decisión vuestra. También podéis decidir que buscáis a Pence y Olette si no queréis ir a una Maravilla en concreto.

Dejad bien claro vuestro destino en el post.

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Freya

Freya chocó contra el frío suelo de golpe. Seguramente la aprendiza apenas entendía lo que acababa de sucederle: un portal de oscuridad le había tragado, separándole de Enok y enviándola a... Espera, ¿dónde estaba ahora?

La luz del sol no hacía presencia en aquel lugar, sin duda. Parecía alguna especie de túnel, con paredes de ladrillo y pequeñas luces distribuidas por la zona. Si la joven había entrado alguna vez en la Explanada Subterránea, reconocería aquel lugar como uno de sus túneles. Si no, no le sería difícil deducirlo.

Una inquietante risa resonó por todo el pasillo. No se veía a nadie por ningún lado, pero aquel sonido no dejaba de repetirse. Y no era nada agradable.

Así pues, Freya tenía dos opciones: o echar a andar hacia la derecha, o probar a ir por la izquierda. Ningún camino tenía marca alguna que lo diferenciara, aunque si se paraba a escuchar podría darse cuenta de que la risa se oía con más fuerza por el camino izquierdo.

¿Derecha o izquierda?


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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Darkness Seeker » Vie Sep 26, 2014 6:16 pm

¡Claro que podemos ayudaros! Yo soy Olette, y este es mi amigo Pence

Encantado―le respondí agradeciendo por dentro que pudieran ayudarme.

¿No habéis oído hablar de ninguna Maravilla? Guau, eso es nuevo.Pero se arregla rápido: ¡bienvenidos al curso maravilloso de Pence!

Finalmente, Pence y Olette lograron resolver mis dudas sobre las "maravillas"de Villa Crepúsculo. Al parecer, son una serie de lugares de los cuáles se cuentan varias leyendas urbanas, como espectros tras espejos, trenes que se conducen solos, e incluso escaleras que cambian de número dependiendo de si contabas de abajo a arriba o al contrario.

Pero no os hagáis ilusiones: son rumores y engañabobos, de maravillas no tienen nada. ¡El año pasado me pasé todo el verano buscando las siete y no encontré nada raro! Y me pusieron un diez en la redacción que hice sobre eso para clase.

No pasa nada, era mera curiosidad.

A Pence le encanta investigar ―respondió Olette con una ligera sonrisa―. Y por eso está tan enfadado con que ahora digan que las Maravillas existen y están dando problemas.

¡Porque no existen! Tiene que ser algo distinto lo que está asustando a la gente... ¡Igual son Seifer y su pandilla!

Puesto que no entendía aquél comentario sobre el tal "Seifer", preferí no comentar y limitarme a asentir. La verdad es que parecían bastante simpáticos, lo cuál me agradaba en parte la misión. En aquel momento no pude evitar recordar lo bueno que era tener amigos... Sophie, Mark... Bavol, Myxa, Hikaru...

Nosotros nos vamos, tenemos trabajo que hacer, ¡vamos Olette!

Al alzar la vista, pude comprobar que habíamos llegado a nuestro destino. Sin perder mucho más tiempo y dejando de pensar en mi verdadera misión personal, bajé junto a Myxa y Malik hasta el andén de la estación que había allí.

¡Disfrutad de la visita!

¡Muchas gracias, Olette!

Finalmente, el dúo se fue alejando para dejarnos a nosotros tres allí.

Por lo que me han contado Pence y Olette, ―les dije por si no habían podido escuchar nuestra conversación― parece que son simples leyendas urbanas. No parece que haya ningún peligro en ninguna, así que estaba pensando que para acortar tiempo, quizás podríamos separarnos para comprobar más terreno.

Mi idea era acercarme a la maravilla del espejo, que está algo cerca. ¿Se os ocurre otro sitio para ir juntos o mejor nos separamos?

En caso de que mis compañeros creyeran que era mejor ir juntos, dejaría a Malik decidir, pues consideraba que sería el de mayor experiencia.

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Puesto que Myxa no va a poder postear y no he podido contactar con Tanis he comentado lo siguiente:

- Si nos separamos, Neru se va a la maravilla del "amigo tras la pared"

- Si vamos juntos, adonde vaya Malik
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[VC] Las siete maravillas #4

Notapor Sheldon » Sab Sep 27, 2014 4:05 pm

Freya, un nombre peculiar que no dejaba de ser bonito.

Volví mi mirada hacia la dependienta unos segundos tras haber dicho mi nombre. La pesadilla no hacía más que empezar. De reojo pude ver como todo cambiaba y el futuro se tornaba en oscuridad. Volví la cabeza asustado hacia mi compañera Freya, pero no encontré esos segundos clave en los que el héroe salva a su príncipe o princesa de las garras del antagonista.

Apreciamos lo que tenemos cuando lo perdemos. La conversación que podría haber continuado, las palabras curiosas, el segundo helado que nos podríamos haber tomado esta vez pagando yo, el camino de vuelta a la estación... Todo se perdió.

Bajo los pies de Freya había surgido una circunferencia oscura, un portal de colores apagados que tragó a la aprendiz y que se cerró a su paso, como una mota de polvo desintegrada, limpiando su rastro al pasar. El tiempo se detuvo justo en el momento en que la chica quedó detenida en el aire, a punto de caer. Mi brazo se alzaba en el aire, queriendo coger su mano y arrastrarla a la luz.

Su mirada guardaba un miedo atroz que posiblemente no sabía nombrar. Y la mía el terror ante algo que ya había visto, un poder que había experimentado contra mi hacia solo unas semanas atrás.

Oh, ¿y tu amiguita? ―sonó un voz en mi espalda, la vendedora. Por suerte no había visto nada de lo ocurrido―. ¿Se ha marchado?

Afirmé con mi cabeza a la pregunta de la vendedora, siempre intentando ocultar el horror que se había dibujado en mi rostro. ¿Qué debía hacer?

Mantuve el silencio unos segundos. En realidad apenas había prestado atención a las palabras de la mujer. Se había marchado, sí. Se había perdido precisamente en la oscuridad que ellos intentaban defender.

Esperaba que nadie hubiese visto lo que acababa de ocurrir en aquel espacio de tiempo. De haber sido presenciado por otro persona en aquel mundo, las consecuencias serían bastante terribles. Hasta donde yo podía saber, Villa Crepúsculo era mundo lejos del poder de la oscuridad, un universo que se inclinaba más hacia la luz.

Lentamente me volví, con el rostro a punto de ser recorrido por mis propias lágrimas. Anduve un par de pasos hasta pisar un trozo de papel que quedó pegado en la suela de mis zapatos. Hice un ademán por liberarme de él aunque lejos de hacerlo, la fibra quedó pegada en uno de mis dedos. Lo levanté y pude leer una frase.

Ven al Solar Deportivo si quieres volver a verle.


Y así recibía por primera vez unas instrucciones claras sobre lo que tenía que hacer. Ir y salvarla, tan fácil como arriesgado. Miré unos segundos el trozo de papel y al fin resolví en romperlo en dos pedazos y tirarlo al suelo.

No había ni un segundo que perder allí parado. Había metido a Freya en un problema otra vez, como ya había hecho con todas las personas que se relacionaban conmigo. Había atraído a la oscuridad y en su paso se había llevado a la compañera que había conocido hacía unos minutos.

Tenía, por tanto, que arreglar los desperfectos que había ocasionado. Y esta vez no quería dejar que me arrebatasen la victoria.

Eché a correr en dirección al Solar Deportivo. Por suerte recordaba donde se encontraba así que no tuve más que guiarme por mi intuición.

Al fin y al cabo, yo tenía toda la culpa de lo que había ocurrido...
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Crystal » Sab Sep 27, 2014 11:34 pm

Su nombre era bonito. Enok, mi primer compañero en Bastión Hueco. Sonreí, contenta con el momento que estaba viviendo. Sin embargo, la tranquilidad y la felicidad no tardaron en verse destrozadas, dando paso a un momento de angustia.

Bajo mis pies se abrió una especie de agujero negro del cual no pude escapar. La oscuridad me tragó, llevándome lejos, y no pude hacer nada. Segundos antes de ser engullida, estiré mi mano buscando la de Enok. Apenas se rozaron levemente, inútilmente. Ya era demasiado tarde.

El terror de sus ojos fue lo último que vi antes de desaparecer.

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Choqué fuertemente contra el suelo de un nuevo lugar. Protegí mi cabeza con mis brazos, sin embargo, no pude placar bien el golpe y acabe haciéndome daño de todas maneras. Dada a la caída, todo me daba vueltas.

Saqué fuerzas de donde pude y me incorporé levemente, sentándome y apoyándome en alguna pared. ¿Qué acababa de pasar? Observé el lugar atentamente, intentando orientarme. Era un lugar lúgubre para mi gusto. Las paredes estaban hechas de ladrillo y habían algunas luces bien repartidas por la zona, iluminando lo justo para saber que había bajo tus pies. No tenía idea alguna de donde me encontraba.

Enok…

Su nombre se repetía en mi cabeza, provocando cierta nostalgia y a la vez un sentimiento de culpabilidad. Le había fallado. Tenía que haber reaccionado antes y entonces ahora estaría con él. Podríamos haber seguido hablando, haciendo tiempo hasta que el tren llegase y finalmente pudiésemos ir hacia donde Shinju nos había mandado. Pero lo más importante, le estaría ayudando. Cierto es que no era muy útil; apenas era mi primera misión y el manejo de mi arma dejaba mucho que desear, pero... ¿Qué estaría él haciendo ahora? Necesitaba encontrarle.

Me ayudé de la pared para levantarme e intenté recuperar el equilibrio. En ese momento, una risa resonó por todo el lugar. La piel se me erizó al instante; era un sonido desagradable. Dado que ahora estaba sola, el miedo se apoderó de mí. Ya no tenía a nadie para esconderme detrás de él, como una niña cobarde. Ahora que no contaba con Enok era vulnerable, y no tardarían en librarse de mí si lo intentaban. Era un blanco fácil.

Me puse la capucha de mi chaqueta, no por otra razón que por la de camuflarme un poco más. Aunque el punto de las orejas de gato era un tanto adorable. Respiré profundamente y observé las posibilidades de las que disponía. Dos caminos. Derecha o izquierda. Nunca una decisión había sido tan sencilla y a la vez, tan complicada.

Estaba totalmente segura de que la risa provenía de la izquierda. Pero si iba por allí había más posibilidades de que me encontrase con el alguien que la emitía. Por la derecha, sin embargo, parecía haber un camino más tranquilo.

Sin embargo, la curiosidad me estaba matando. Y, quizás imprudentemente, decidí finalmente tirar por el camino de la izquierda.
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Tanis » Mar Sep 30, 2014 9:59 pm

Antes de que Myxa respondiera a su pregunta, de que le aclarara las dudas sobre el término y condición de las Maravillas, los jovencitos al otro lado del vagón con los que Neru había intentado entablar conversación lo hicieron por ella. Malik entonces prestó atención a lo que ellos dijeron, mostrándose a si mismo pensativo y curioso, interesado. De modo que no eran cosas realmente maravillosas, sólo sucesos supuestamente extraños que no tenían explicación.

Aunque lo que le extrañaba realmente de aquello fuese que en concreto el chico, Pence, hubiera investigado esas cosas hacía un tiempo relativo, pero fuese ahora cuando se decía que ocurrían lo sobrenatural. Suponía que en su situación también habría estado molesto, aunque fuese un asunto tan trivial.

«Ah, que bonito tiene que ser tener otra vez catorce año, quizá, y no tener preocupaciones salvo esas», pensó con una media sonrisa.

Se despidió de los muchachos en cuanto bajaron del vagón y pisaron suelo de la estación. Habían llegado, ya podían ponerse en marcha para cumplir con la misión de Akio. Incluso con las prisas del maestro, aquello volvía a parecer sencillo, como una excursión. Por eso incluso antes de que Neru formulara la cuestión de cubrir más terreno separados, él ya había tomado esa decisión.

Hagamos deprisa esto, no creo que por separarnos vaya a pasar nada —concordó con un movimiento afirmativo de cabeza. Tomó el pequeño mapa que le había confeccionado Myxa, para orientarse, y le echó un vistazo—. Creo que entonces yo iré a ver esa maravilla del Doble —Se guardó el mapa en el bolsillo, tras memorizar más o menos el camino a su elección y miró a sus compañeros—. Si ocurriese cualquier cosa, o no, supongo que podemos encontrarnos aquí mismo, ¿no? Tened cuidado, por si acaso —añadió inconscientemente, con ese deje condescendiente de los adultos que se le escapaba cada vez más a menudo.

Echó a andar hacia la dirección de la maravilla del Doble, sin preocuparse por primera vez demasiado en una misión. Casi parecía un juego, aunque le inquietaba despistarse demasiado, por confiado. Bueno, allí no había sincorazón, ¿qué podía pasar? ¿Bastión Hueco?

Siempre podían darle un grito a Akio, ¿verdad?

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Nos separamos, Malik va hacia la maravilla del "doble".
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Ronda #5 - Las siete maravillas

Notapor Astro » Mié Oct 01, 2014 6:53 pm

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Aviso general: como la mayoría sois de Villa Crepúsculo, pondré que algunas cosas podéis conocerlas o no, dependiendo de si vosotros queréis que vuestros personajes lo sepan o no.

Por ejemplo, en esta ronda uno de vosotros se va a encontrar con Seifer, que es conocido de sobras en la Villa. Dependerá de él decidir si su personaje le reconoce con solo mirarle, o si por el contrario no le suena de nada. Y así con otros detalles pasados y futuros en la trama.

Los subterráneos son otro ejemplo: depende de vosotros decidir si han estado ya en ellos o no.

Neru & Malik

Aunque el plan de los aprendices fue el de separarse, tanto Neru como Malik acabaron acudiendo por caminos distintos, y casi sin darse cuenta, a la misma maravilla: El doble.

Según les había explicado por encima Pence durante el viaje en tren, se trataba de una fuente que reflejaba la imagen de quien la miraba con tanta claridad que parecías estar viendo a un doble tuyo a través del agua. Un simple truco visual, había dictaminado.

Y así lo comprobaron ambos: cuando se miraron en la fuente (preciosa y larga, por cierto), el agua cristalina les respondió con una imagen clara de ellos mismos. Nada raro, nada extraño. Simplemente, un espejo en el agua. Parecía que Pence estaba en lo cierto... pero no.

Pocos segundos antes de que alguno de los dos se girara para marcharse o examinar los alrededores, algo inusual ocurrió. Los reflejos de ambos echaron a andar hacia los aprendices originales, saliendo del agua y acercándose con ritmo ligero. No parecían sólidos, e incluso se podía ver a través de ellos.

Y les atravesaron, como si de fantasmas se trataran.

Cuando Malik y Neru se giraron, se encontraron con el reflejo de cada uno mirándoles, cara a cara. Una niebla oscura les rodeó, y con un fuerte golpe de viento se volvieron sólidos a la vez que consiguieron color. Ahora eran completamente negros, aunque mantenían la misma silueta que sus originales.

Sin previo aviso, ambos dobles invocaron sus Llave espadas respectivas, igual de negras que ellos pero con el mismo diseño que la de los aprendices reales. Y se lanzaron al ataque, embistiendo con su arma cada uno a su copia.

¿Qué eran esas cosas? ¿Debían luchar, o tal vez era mejor huir? ¿Acaso podrían... derrotarse a si mismos?

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Enok

El solar deportivo estaba tan animado como siempre. Grupos de jóvenes se amontonaban en los bancos repartidos por la zona, donde charlaban y jugaban con escándalo y alegría. Nada inusual, nada que llamara la atención a Enok y que le indicara dónde debía acudir.

Hasta que alguien habló a sus espaldas.

Has venido, Portador.

Al girarse, se encontró con un muchacho rubio, vestido con un gorro negro y un largo abrigo gris sin mangas. Una llamativa cicatriz en mitad de la cara llamaba en especial la atención en él, aunque seguramente a Enok le alarmarían más sus ojos: parecían vacíos, muy vacíos. Como si no hubiese vida en ellos.

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Existía la posibilidad de que le reconociese como Seifer, uno de los jóvenes más populares de Villa Crepúsculo y líder de una ruidosa pandilla, aunque también podía ser que no.

Sin decir nada más, caminó hasta el centro del solar, entrando en el cuadrado que normalmente se utilizaba para jugar al struggle. En aquel momento, sorprendentemente, no había nadie utilizándolo.

Si quieres salvar a tu compañero, entrega tu cuerpo a mi amo ―dijo nada más se acerco Enok, clavando sus inquietantes ojos en los suyos―. Niégate, y morirá.

No dijo más. Extendió el brazo hacia el aprendiz, ofreciéndole la mano para que la estrechase.

En ese momento, algo todavía más extraño ocurrió. El cuerpo de Seifer se envolvió en una niebla oscura durante unos segundos, y sus ojos se volvieron negros cual pozos sin fondo. Pero cuando Enok parpadeó, volvía a tener su aspecto normal con la mano extendida.

Ahora dependía de Enok decidir qué hacer, aunque seguramente tendría mil preguntas en su cabeza. ¿Debía estrecharle la mano y aceptar para salvar a Freya en esas circunstancias? ¿Qué le pasaba a ese muchacho y qué había sido esa niebla negra?

¿...Dónde estaba Freya?

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Freya

El camino de la izquierda fue el elegido. El mismo camino del que venía la risa.

Tras cinco minutos caminando, la aprendiza encontró una zona más amplia que el inquietante túnel por el que había avanzado. En el extremo contrario a donde estaba ella, un nuevo túnel aparecía pero con una clara diferencia: por allí se podía ver luz del sol. ¡Conducía a una salida al exterior!

Pero Freya sólo habría dado dos pasos cuando la risa se escuchó con muchísima fuerza. Esta vez, sonaba desde detrás de ella.

No puedes irte ―dijo una voz a sus espaldas―. Si te dejo marchar Seifer se enfadará.

Al girarse, la joven se encontró con una cara conocida. O mejor dicho, con un sombrero conocido: el mismo ser que había visto en la estación ahora estaba ahora delante de ella, moviendo los brazos con aire alegre.

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Debes quedarte ―volvió a decir―. Mi señor decidirá pronto qué hacer contigo.

¿No quieres jugar? ―añadió, pero esta vez su voz no salió de su boca. Volvía a escucharse a espaldas de Freya.

Cuando se giró una vez más, volvió a encontrarse una sorpresa: había otro ser ahí, pero también seguía estando al otro lado de la chica. ¡¿Había dos iguales?!

¡Juguemos al struggle! ―añadió la misma voz, esta vez a un lateral donde había aparecido otro más.

Un total de tres pequeños seres habían rodeado a Freya, casi sin que ella se diera cuenta, cada uno en una punta de un triángulo invisible. Movían los brazos con tranquilidad, aparentemente inofensivos, pero los tres pares de intensos ojos amarillos estaban clavados en la aprendiza.

La salida al exterior estaba tan cerca... ¿Qué debía hacer ella?

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Myxa

Myxa fue la única aprendiza de Tierra de Partida que permaneció en los escalones de la estación. Tal vez investigándolos, o tal vez reflexionando sobre todo lo que sabía hasta la fecha.

Allí, nada extraño ocurrió.

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La maravilla de los escalones tiene nombre propio en los juegos, siento el fallo. A partir de ahora se denominará "Escalones escalofriantes".
― Escalones escalofriantes > Myxa
― El amigo tras la pared
― Los quejidos del túnel > Freya
― El doble > Neru & Malik
― La bolsa animada
― El misterio del tren fantasma

― Solar deportivo > Enok


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Ausencia de Myxa justificada.
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Myxa » Vie Oct 03, 2014 11:41 pm

Cuando Myxa parpadeó ya no estaba en el tren, ni Malik y Neru estaban con ella. Estaba frente a los escalones que daban paso a la estación, observando la nada con una mirada vacía. Parpadeó lentamente. Sentía la cabeza muy espesa, como cuando uno duerme profundamente tras varias horas y le cuesta despertarse. ¿Cuando había salido del tren? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? ¿Qué había pasado? Eran preguntas sin respuesta. Se llevó la mano a la frente y entornó los ojos, vidriosos y somñolientos. Tenía la cara más caliente que de costumbre aunque eso no fue lo que la asustó. ¡Su mano!. ¿Dónde estaba el mapa que acababa de hacer y que tenía hace unos segundos? Su cabeza, procesando más lento que de normal, sólo encontró una posible solución: se había quedado dormida con los ojos abiertos y había actuado inconscientemente, dándole los trozos de papel a sendos compañeros. Eso era lo más lógico, sin embargo sentía que no era del todo así.

Suspiró larga y repetidamente hasta que se despejó medianamente. Seguro que los otros habían decidido separarse y ya habían marchado. Ése era el plan que había sugerido Malik antes de entrar al tren, o eso recordaba. Pero, ¿realmente había venido a Villa Crepúsculo con ellos? Ahora le había entrado la duda. Puede que sólo estuviese de paso.

"¿En qué demonios estoy pensando? Claro que he venido acompañada, sino no habría vuelto tan fácil. No quiero ver la cara de Soma y cargármela yo sola, pa eso está Bavol."

De todas formas ahí parada no lograría nada. Lo mejor era ponerse en marcha enseguida, seguro que con el paseo se aclararía mejor las cosas. Por eso decidió ir a la Maravilla más lejana que conocía desde la estación: la bolsa animada. Había oído rumores sobre una extraña bolsa que botaba en lo alto de la colina, eso suscitaba su curiosidad y la atraía como una taberna a Ronin en un caluroso día de verano.

Mientras, por el camino, podría ir preguntando a la gente si conocía la ubicación de aquel extraño tren fantasma. Por lo que sabía nadie lo había visto hasta la fecha aunque nunca estaba de más preguntar sobre algún que otro rumor que mencionara dicho vehículo. Si alguno de los habitantes hacía alguna pregunta sólo tenía que argumentar que era para un trabajo del famoso "colegio" al que iban todos los de su edad. Una excusa sencilla que podría colar perfectamente, pues no sería la primera seguramente que lo hiciese.

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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Crystal » Mar Oct 07, 2014 12:15 am

Solo fueron cinco minutos, pero me pareció una eternidad. Todo el camino era exactamente igual; la misma disposición de luces, en las mismas y sencillas paredes. Pero finalmente parecía que el túnel se iba ampliando y al final de él, dónde empezaba otro nuevo, vi lo que había estado buscando desde que caí ahí: la luz del sol. Estaba clarísimo ¡Ese camino conducía al exterior! ¡No me había equivocado! Si me daba prisa podría llegar rápidamente hasta el exterior y buscar a Enok sin problemas.

Dos pasos fueron suficientes para que me detuviera; detrás de mí se escuchó la risa con muchísima fuerza. Se me erizó la piel de nuevo, temerosa de saber que pasaría o con que me encontraría si me giraba.

No puedes irte ―cerré los ojos con fuerza inconscientemente, deseando que se fuera―. Si te dejo marchar Seifer se enfadará.

Yo había escuchado ese nombre antes, y no hacía mucho. En la estación de tren, cuando nos dimos cuenta que lo habíamos perdido. Me giré lentamente y me encontré con algo, mejor dicho alguien, que ya conocía. El sombrero aquel le delató; era aquello que en la estación había confundido con un sincorazón. Por su culpa me había asustado y había acabado detrás de Enok demostrando ser una novata. Recordar el momento aquel me provocó un leve sonrojo.

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El bichillo del gorro peculiar parecía feliz, agitaba sus brazos con cierta alegría.

Yo… eh… No tengo nada que ver ni contigo ni con el tal Seifer ese ―dije, con cierta brusquedad―. Así que, si me disculpas, seguiré mi camino.

Debes quedarte ―insistió―. Mi señor decidirá pronto qué hacer contigo.

He dicho que…

¿No quieres jugar? ―me interrumpió. Pero esa frase no salió de su boca; la voz parecía que provenía de detrás de mí.

Me giré, alarmada, para encontrarme con otro ser idéntico con otro sombrero exactamente igual de peculiar y los mismos ojos escalofriantes. Giré varias veces la cabeza, observando a ambos. ¿Dos iguales? ¿Cómo era posible que hubiera dos de esos iguales? ¡Ya tenía suficiente con uno obsesionado de que me quedase para que Seifer decidiese qué hacer conmigo!

¡Juguemos al struggle! ―habló la misma voz, pero esta vez procedía de mi derecha. A falta de dos, tres.

¡Oye! ¡Ya basta! No voy…

Giré sobre mi misma, observando a los tres seres y deseando que no apareciese ninguno más. Formaban una especie de triángulo, puesto que cada uno estaba en una punta. Parecían tranquilos, agitando sus brazos felizmente, invitándome a jugar. Pero sus ojos estaban clavados en mí, y observaban cada movimiento que hacía sin perder detalle alguno. Eso me ponía levemente nerviosa; siempre había odiado el hecho de ser observada.

De repente, por mi cabeza apareció el recuerdo de Enok de nuevo. Tenía que salir rápidamente de ahí y encontrarle. No es que Villa Crepúsculo fuese un lugar peligroso, o algo por el estilo, pero teníamos una misión que cumplir. Eso me llevó a pensar en Shinju, pero deseché ese pensamiento en cuanto apareció; nos había dejado a nuestra merced para irse a hacer vete-a-saber-qué a vete-a-saber-dónde.

Decidí, pues, que no era momento para quedarse quieta. Con un acto reflejo, saqué mi pistola del bolsillo interior de mi chaqueta, y disparé un par de veces al bicho que se encontraba en frente de mí y dos veces más al que se encontraba a mi lado. Giré sobre mi misma para poder apuntar al que quedaba y disparé una vez. Guardé la pistola con cierta rapidez y materialicé mi llave espada para acabar lanzando Hielo al último bicho al que había disparado. Si en algún momento alguno de ellos intentaba atacarme, intentaría bloquear el ataque con la llave.

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EDIT para añadir la foto.
Última edición por Crystal el Mar Oct 07, 2014 1:10 am, editado 1 vez en total
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Re: [Villa Crepúsculo] Las siete maravillas

Notapor Darkness Seeker » Mar Oct 07, 2014 12:51 am

Una vez acordamos adónde iríamos, nos dividimos y comenzamos a bajar las escaleras hacia las Terrazas del Amanecer. Sin embargo, nada más bajar pensé en algo en lo que ni me había percatado. ¿Podía pasar desapercibido allí? Pence ya se había quedado extrañado cuando le conté que no sabía nada acerca de las maravillas.

Será mejor que tome precauciones...

Miré el mapa durante unos segundos y me dirigí discretamente a los callejones de la zona, evitando ser visto por transeúntes o por cualquier persona que pudiera poner en peligro la misión.

Finalmente tras una corta caminata, logré encontrar mi objetivo: La fuente de la maravilla. Al acercarme al comprobarla, no ví nada extraño: tenía alguna que otra moneda, seguramente producto de las costumbres de las fuentes y la buena suerte, la piedra alrededor de la fuente estaba algo desgastada y con varias enredaderas enroscadas alrededor, pero nada raro.

De pronto, oí un ruido tras de mí y al girarme me sorprendí de ver a Malik allí.

¿Malik?―le pregunté―¿Pero tú no ibas a...? ¿O acaso...?

¿O acaso me había equivocado? Algo extrañado saqué el mapa para tratar de comprobar mi situación. Pero antes de que pudiera hacerlo, un extraño sonido caló mis huesos, y al girarme la visión fue incluso peor.



Dos oscuras y terroríficas sombras habían hecho aparición, pero lo peor de todo era que eran exactamente iguales a nosotros. Sin previo aviso, mi sombra avanzó hacia mí y me atravesó. Al hacerlo noté una sensación extraña, unión de un frío moméntaneo y de una angustia creciente.

M-Malik... Creo que tenemos problemas.

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Las dos figuras invocaron réplicas de nuestras llaves espadas y se colocaron en posición de ataque. El principal problema es que cualquier persona podía pasar al lado de la fuente y descubrir la misión.

¡Acabemos con esto antes de que alguien nos vea!

Sin perder más tiempo desenrolle mi Látigo de Cadenas y lo chasqueé en el suelo para segurarme de que se movería con gracilidad. No me atrevía a usar la magia o la llave espada para esta ocasión. Mi plan consistiría en desastabilizar al enemigo tratando de tirarlo al suelo o incluso de tirar de él hasta alguna pared cercana. En caso de que alguno se acercara demasiado a Malik o a mí no tendría más remedio que invocar mi Llave espada o usar un Piro para volver a alejarlos y controlar mejor la situación.
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Darkness Seeker
34. Tahúr
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