Neru, Malik, Enok & Freya ― TorreEl combate empezó.
La
Flama tenebrosa de Neru, el primero en atacar, no dio en su objetivo: uno de los espectros bloqueó el hechizo, sin mostrar el mínimo daño, antes de que alcanzara a Setzer. Fue Enok quien aprovechó ese momento para lanzarse al ataque, golpeando con su Llave Espada al mismo fantasma que había servido como escudo. El ser se desvaneció al contacto con el filo metálico de la llave, estallando en pequeñas lucecitas.
Uno menos. Quedaban otros miles.
La posición adelantada de Enok le hizo vulnerable. Antes de que pudiera seguir avanzando hacia Setzer, una marabunta de túnicas negras se abalanzaron sobre él, arañándole la cara y los brazos con afiladas garras. Freya, quien había podido acabar con un espectro que pasó cerca de ella con su arma, acudió al rescate de su compañero, seguida también por Malik, que había hecho lo mismo con otro par de seres. Entre los dos consiguieron ayudar a salir a Enok de ahí, pero los tres se vieron obligados a retroceder.
El escudo de espectros que protegía al hombre había crecido en segundos, y acercarse se había convertido en sinónimo de suicidio.
Neru también había intentado ayudar a los otros aprendices con su cadena, pero inútilmente. Su arma no parecía hacerle daño a los misteriosos seres. Además, llegados un momento un espectro llegó a agarrar el látigo metálico, levantando al aprendiz unos metros en el aire para dejarle caer con fuerza. Auch.
―
Mi turno, peones ―declaró Setzer, a través de un pequeño hueco que se había abierto en la barrera para que los aprendices pudieran verle la cara―.
Así es como juega un campeón.Barajó las cartas entre ambas manos con mucha destreza, para acto seguido lanzar una carta hacia cada uno. Pero no eran cartas normales: todas fueron acompañadas de un túnica negra que las cargó de una energía y velocidad impresionantes. Ninguno de los aprendices pudieron esquivarlas a tiempo, ni aunque levantaran algún hechizo de protección.
―
Jaque mate.Los cuatro sintieron cómo una cuchilla les atravesaba el pecho. No hubo sangre alguna, la carta había pasado cual fantasma, pero sí un dolor inmenso que hizo que cayeran al suelo.
El primer asalto había resultado un fracaso monumental.
Myxa ― Terrazas del AtardecerAkio escuchó las explicaciones de Myxa... sin prestarle mucha atención. Asentía a lo que decía y de vez en cuando decía "entiendo" o "vale", pero estaba claramente distraído. Miraba hacia el cielo y se rascaba la barbilla, con aire pensativo, e incluso llegó a cerrar los ojos durante un rato.
—
Odio que ella tenga razón —dijo al fin, cuando la aprendiza le preguntó si había averiguado algo.
Aunque desde luego no era ni mucho menos una respuesta para ella.
—
Supongo que ahora te pirarás y me dejarás abandonada para hacer tus cosas. Ten, llévate al menos esto —el pequeño Maestro miró el papel por encima antes de metérselo al bolsillo—.
Y, por cierto, gracias por lo de antes.—
No te creas especial. Si pierdo algún aprendiz, Lyn me mata —confesó, encogiéndose de hombros y echando a andar hacia la calle principal de las Terrazas y haciéndole un gesto a Myxa para que le siguiera—.
Y de momento me siguen faltando dos. No te separes de mí, vamos a mirar el resto de esas "maravillas".Por la dirección que seguía Akio, parecía que se dirigían hacia la fuente donde ocurría el fenómeno de "El doble". Incluso, si a la aprendiza se le ocurría ir por otro camino, el Maestro le daría una colleja y la obligaría a seguirle a rastras. Lo de no perder ningún aprendiz más parecía ir en serio...
Sin embargo, a varios metros de distancia de su posición, algo ocurría. Las escaleras de la estación, aquellas por las que todos habían descendido al llegar a las Terrazas, empezaron a liberar un pequeño humo negro. Y unos brillantes ojos aparecieron, preparado para obedecer órdenes.
Aquel espectro había vigilado a los aprendices desde que llegaron. Ahora era su turno de actuar. Salió de las escaleras, alzándose alto en el cielo hasta descender en picado a toda velocidad con un objetivo en mente.
Myxa.
La joven apenas pudo darse cuenta de que aparecía, pues acababan de llegar a la fuente. Akio estaba distraído metiendo la cabeza en el agua, y ni siquiera él lo pudo evitar. El fantasma impactó a los pies de la aprendiza, creando un portal oscuro que tragó a Myxa en un santiamén.
—
¡Eh! —cuando Akio reaccionó, ya era demasiado tarde—.
¡¡Mierda, Lyn me va a matar!!»
Igual si vuelvo con tres aprendices nuevos no se da cuenta...
Todos"Ci.. erra... la.. puer... ta..."Aquella voz, la misma de la Colina, volvió a sonar en la cabeza de Myxa mientras caía en una profunda oscuridad. Cuando la luz volvió a rodearla, se encontró en un terreno completamente nuevo para ella. Primero, por la gran y curiosa torre que se alzaba al final del terreno, con la puerta de madera abierta. Y segundo, por todas las personas que había allí. Empezando por Neru y Malik, tirados en el suelo, acompañados de otros dos jóvenes igual de heridos que ellos.
Aunque sin dudas lo que más llamaría su atención sería la inmensa cantidad de espectros que flotaban en el cielo, girando todos juntos en un gran círculo. Por no mencionar los que había más cerca del suelo, que también eran bastantes.
—
Oh, perfecto, el último peón ha llegado —aplaudió Setzer, cuya barrera personal había disminuido de tamaño—.
¿Pensabas que podrías escaparte? Si estamos llegando a la mejor parte del juego.»
Cuando os saque del tablero, ni siquiera vuestros maestros podrán evitar que mi amo gobierne Villa Crepúsculo.Volvió a barajar las cartas, portando una gran sonrisa de prepotencia.
Para los otros cuatro aprendices, Myxa había aparecido de repente salia de un portal oscuro. El dolor de sus pechos empezaba a ser más soportable, y algunos más que otros pero ya podrían volver a levantarse y seguir luchando. Al menos, ahora eran cinco.
La segunda ronda iba a empezar. Pero si no utilizaban una estrategia mejor, acabaría igual de mal que la primera. O peor.
Neru
VIT: 6/18
PH: 9/16
Malik
VIT: 20/32
PH: 4/22
Enok
VIT: 20/30
PH: 18/20
Freya
VIT: 5/10
PH: 0/4
Myxa
VIT: 23/30
PH: 6/12
Fecha límite: jueves 27 de noviembre.