[País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Trama de Light, Hana, Freya, Myxa y Jeanne

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Nell » Jue Jun 04, 2015 3:04 am

Guiados por Jeanne, quien más conocía el camino, los tres aprendices volaron hasta la Isla Calavera, donde les esperaba el cofre totalmente expuesto, como si les estuviera esperando. A Hana enseguida le olió a chamusquina. Ningún premio se exhibía así de gustoso y sencillo. Escéptica, pensó en la posibilidad de que hubiera trampas alrededor o de que alguien se hubiera llevado ya el contenido. En cualquier caso, no le gustaba nada aquel panorama.

Por si eso fuera poco, a su espalda escuchó el sonido de un motor y se giró a tiempo para ver la nave Gumi de los otros piratas, de la cual desconocía su existencia hasta entonces. Ni se había planteado que fueran de otro mundo. ¿Eso no era ilegal o algo?

Bueno, bueno, entonces este es el famoso tesoro del que todo el mundo habla. Como comprenderéis, nosotros también somos ladrones, y en una situación normal no os dejaríamos conseguir el premio gordo, pero si es vuestra primera aventura por aquí no seré yo el que haga llorar a unos niños.

¿Niños?

Unos niños que te harán salir llorando a ti si nos quitas el tesoro ―saltó Hana, amenazando con el puño. ¡Lo que le faltaba por oír! ¡Si acababa de cumplir la mayoría de edad!

Unos aprendices, para ser exactos. —Corrigió Fran, calmando los ánimos.

Kupó, ¿pero de verdad es este?

Sí. Bastará con usar nuestra llave, o eso espero ―comentó Light. Hana pensaba abrirlo a golpes de ser necesario. No sería la primera vez―. La curiosidad me va a matar, joder. Me pregunto qué demonios guardará este cofre, no puedo imaginármelo…

No te lo hagas encima.

La verdad es que ella también estaba expectante. Ya se lo había planteado por el camino. ¿Qué querría Ronin de allí? ¿Por qué tanto secreto con el contenido? Seguro que no era algo normal de ese mundo, ni tampoco una cantidad inmensa de platines (que Hana tampoco despreciaría). Tenía muchísima curiosidad y las dudas acerca de si estaría intacto o no se habían disipado para dar paso a esa emoción.

Y justo cuando Light iba a abrirlo…

¡Ey, ¿qué hacéis ahí como pasmarotes!? ―Justo cuando iba a abrirlo, llegó el mono. Hana bufó (literalmente).

De repente, se les unieron Peter Pan, Wendy, Campanilla y dos Niños Perdidos. Hana les habría ignorado a favor de abrir el cofre cuanto antes (¡por Dios!), pero Wendy se dirigió directamente a ella:

¡Hana! Menos mal que estás bien, por un momento pensé que… bueno, habías terminado en el fondo del mar —«Sí, gracias por recordármelo»—. Desde la Laguna lo vimos todo: el humo, el cañonazo… Me preocupé bastante.

Yo no me muero sin saber qué diablos hay ahí dentro ―declaró, con la cabeza en el interior del cofre.

¡Bueno, y a qué estamos esperando! Light, los honores son tuyos.

«¡POR FIN!».

Hana no se perdió detalle. Esperó pacientemente los pocos segundos que le tomaron a Light enfocar su Llave y desbloquear la cerradura, y se inclinó como la que más para ver cuánto antes su interior… y comprobar que estaba vacío. Todos a la vez resoplaron con decepción. Hana, por su parte, soltó una sonora palabrota sin que le importara tres narices que hubiera niños delante. Y no solo porque habían fallado la misión… sino porque todo lo que habían hecho no había servido para nada.

¡No me digáis que hemos perdido todo este tiempo para esto, kupópó!

Gajes del oficio. Pasa a menudo.

¡No, no pasa a menudo! ¡Pasa cuando el mapa está desfasado o la información es mala!

Para ser pirata no basta con saber salir con el rabo entre las piernas o tener una buena puntería. Necesitas paciencia, sino, te garantizo que terminarás en el fondo del mar, o pudriéndote en una mazmorra ―intervino Balthier ante su cabreo. Como alguien no lo callara, iba a ahogarle. Ella YA había acabado una vez en el fondo del mar… aún no en una mazmorra—. Antes me has preguntado qué significaba ser un Pirata del Aire, ¿verdad? Bueno, a pesar de todas estas pequeñas decepciones, tenemos la fortuna de ser libres e ir a donde queramos surcando los cielos. ¿Lo entiendes? —Hana relajó un poco los hombros―. Quizás te viniese bien algo de aire fresco, ¿no crees?

Bueno, Balthier no era tan idiota como creía. Tenían al menos el mismo concepto de pirata, aunque lo de viajar libre por el aire ya lo hacía (y mucho mejor) con su glider. De todas formas, le ayudó a calmarse un poco y a que no canalizara la frustración en ningún cuello (incluso cuando vio que Light sí había conseguido un tesoro por sí mismo).

Sí. Pero pertenezco al mar. Soy más libre en él que en el aire ―le confesó―. Aunque gracias por la oferta.

¡Bueno, bueno, tampoco es para sentirse así! Wendy, nuestra madre, nos contará muchos cuentos a partir de ahora sobre esta increíble aventura. Y para no olvidarla, ni olvidarnos, ¿qué os parece dejar algo importante dentro del tesoro? ―Hana enarcó una ceja. ¿Y si se lo robaban?― Exacto, será Nuestro tesoro.

La idea le parecía rara, pero según se fueron uniendo los demás, empezó a planteársela seriamente. ¿Qué utilidad tenía en dejar algo allí suyo? Cualquiera podía llegar y vaciarlo. Aunque, a juzgar por lo que estaban metiendo, no había casi nada de valor (el anillo de Balthier, como mucho). Era un gesto sobre todo personal. Personal y, al mismo tiempo, colectivo entre todos. No les conocía mucho y, de hecho, la mayoría le caían muy mal, pero había algo que hacía tiempo que quería dejar atrás.

Supongo que soy demasiado mayor para ir llevando esto ―comentó Light, dejando un bate.

Nuestro Tesoro… —Jeanne, por su parte, colocó en el interior una nota.

Yo ya tengo un corazón ―murmuró.

Sacó de su mochila el objeto al que tantos años había estado apegada: una concha marina. Durante todo ese tiempo había creído que una bruja había encerrado dentro de ella su propio corazón, para descubrir finalmente que no. Por lo tanto, había pasado a ser inservible. Se la llevó por última vez a la oreja, para escuchar las olas del mar (en vez de los inexistentes latidos) y la echó al cofre.

No creía que regresara nunca a por ella. Había sido una parte importante de su vida, pero era hora de decirle adiós y pasar página.

Wendy se había apartado del grupo y parecía triste. A Hana no se le había escapado que Peter había mencionado que ella, como madre, les contaría muchas más veces esa historia, por lo que no debía de saber que pretendía marcharse. Decidió no acercarse para no presionarla en su decisión.

María me dijo que el Tesoro que buscábamos estaba “mucho más abajo” —Captó el 100% de la atención de Hana—. Y contando con que ese cofre estaba vacío, tal vez podríamos… Echar un vistazo, por si acaso. Yo no puedo sumergirme lo suficiente, pero seguramente tú —Miró a Hana— sí.

Cuenta conmigo. Quizá aún podamos cumplir la misión.

Se mostró de nuevo entusiasmada. Puede que no tuvieran que regresar con las manos vacías y que el auténtico tesoro que Ronin quería no fuera el otro. Si ninguna sirena se lo había llevado antes, claro. Se bebió un éter y se zambulló en el lugar indicado por Jeanne, transformándose en sirena y descendiendo en busca de la esperanza.
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Vie Jun 05, 2015 3:03 am

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Un bate de Struggle, una nota y una concha, esos fueron los objetos elegidos por los aprendices. Peter y los niños perdidos observaron sonrientes cómo estos eran colocados en el interior del cofre, junto al resto de cosas. Y todos allí, excepto Wendy, quedaron bañados por el mágico brillo del polvo de hadas de Campanilla, que no paraba de dar vueltas y vueltas en círculos sobre sus cabezas. Al cabo de unos segundos, algo cayó sobre aquellos aprendices que decidieron dejar un objeto en el interior del tesoro:

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Podéis quedaros con el color que más os guste :)


Unos colgantes decorados por piedras preciosas y un brillo mágico a su alrededor, con forma de hadas. Eran fríos al tacto, pero también podían sentir magia proveniente de su interior. Si se lo colocaban y tenían suficiente fe, como habían mostrado ese mismo día, quizás pudiesen obrar algún que otro milagro.

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¡Light, Jeanne y Hana consiguen la siguiente invocación!
Campanilla. [Nivel 22]. Gracias a su polvo de hada, es capaz de hacer volar a todo aquel que rocíe con él y que sea capaz de creer en el milagro. Además, posee la magia Cura+, que podrá utilizar una única vez.
Su Objeto de Invocación es un colgante en forma de hada.


¡Qué bonitos, no sabía que Campanilla tuviera colgantes de esos! —Y ante sus propias palabras, Zorrillo cayó en la cuenta—. ¡Yo también quiero uno! —exclamó, saltando e intentando cazar a Campanilla, que dejó de dar vueltas sobre los aprendices para escapar del niño, histérica.

La conversación entre Jeanne Mars y Hana tampoco pasó desapercibida delante del grupo. Tanto Peter como John y los piratas del aire se acercaron a escuchar, o no se molestaron mucho en disimular sus dotes para el cotilleo.

María me dijo que el Tesoro que buscábamos estaba “mucho más abajo”. Y contando con que ese cofre estaba vacío, tal vez podríamos… Echar un vistazo, por si acaso. Yo no puedo sumergirme lo suficiente, pero seguramente tú sí.

Cuenta conmigo. Quizá aún podamos cumplir la misión

No creo que sea una buena idea. Hay que saber cuando parar y tomarse un descanso. —comentó Fran, más seria de lo habitual por alguna razón.

Si eran lo suficientemente avispados, no tardarían en darse cuenta de que los piratas del aire conocían mucha más información que ellos. Pero aun así Hana decidió beber su éter y transformarse en sirena, dispuesta a lanzarse al agua para aventurarse sola en quién sabía dónde.

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Hana pierde el éter.


La aprendiza en un comienzo encontraría lo mismo que Jeanne y María: una inmensa caverna submarina recubierta por musgo, arrecifes de coral y animales de todo tipo que hacían de su paseo algo bastante bonito. El fondo desde la orilla era prácticamente oscuro y le llevaría bastante tiempo alcanzar el fondo, quizás uno o dos minutos. Y al seguir descendiendo, la sirena escucharía y sentiría un enorme temblor proveniente de la superficie, como si algo hubiese detonado a gran potencia.

Podía seguir descendiendo si así lo quería, al fondo estaba la entrada a un túnel abisal mucho mayor y que continuaba descendiendo en la más absoluta de las penumbras, ¿sería buena idea adentrarse allí sola? Pensara lo que pensara no lograría alcanzarlo, pues un enorme trueno cruzó el agua, dejando tras de sí un horripilante zumbido y recorriendo la pared de la calavera de arriba abajo, provocando un peligroso desprendimiento que terminó por tapar aquel pasaje que llevaba a quién sabía dónde.

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Entretanto, nada más sumergirse Hana en el agua todos pudieron coger aire, aliviados. Peter cerró el cofre y lo levantó en el aire sin mucho esfuerzo, pese a su constitución.

Podéis estar tranquilos, el cofre lo llevaré a la casa del árbol, nuestra guarida. Allí estará totalmente a salvo, al menos mientras yo siga por aquí, claro está ―comentó, sonriente y orgulloso. En efecto, su idea era llevar el tesoro a la casa de los niños perdidos, donde todos podrían admirar sus raros tesoros y protegerlos. No tenían de qué preocuparse, ¿no?―. Por cierto, ¿conocéis de algo a esa mujer?

Light se había separado de Peter en la playa cuando sufrió una emboscada por parte de aquella maestra, Nanashi, de Bastión Hueco. Y si todos se daban la vuelta en la dirección contraria, hacia un límite de la calavera, cercano a una pequeña entrada que daba al exterior, la verían. A la maestra Nanashi.

Hikari… Qué sorpresa verte aquí de nuevo —admitió, clavando su fría mirada en los aprendices, para luego mirar un momento con cierta confusión a los piratas del aire, como intentando reconocerlos—. Como sea, ha sido una pérdida de tiempo venir aquí. No hemos encontrado nada de nada. Y Tierra de Partida ha averiguado sobre nuestras intenciones. ¡Freya, ven aquí!

Dependía de su aprendiza —si había acudido allí con ellos—, obedecer o no. La maestra no esperó por ninguna respuesta e hizo caso omiso a las preguntas de los presentes, si las había. Simplemente se limitó a materializar la Llave Espada, cargando unos potentes rayos en la punta durante unos instantes, para liberar un tajo limpio al aire y desatar una enorme tempestad eléctrica hacia todos. Era imposible escapar de un hechizo de tal calibre, porque si habían estudiado mucho en las clases de Kazuki y Rebecca, sabrían que se trataba de un Electro++.

La tormenta de rayos los cegó, excepto a Freya si se había pasado rápidamente a su bando, escapando del ataque por los pelos. Un zumbido eléctrico recorrió la estancia, acompañado del eco típico de un auténtico trueno que pudo ponerles la piel de gallina. Y justo cuando estaban a unos pocos segundos de ser calcinados por la electricidad, alguien veloz como una sombra se interpuso entre todos, interceptando el ataque.

De eso nada.

Se trataba del maestro Ronin, quien había acudido en su rescate en el último momento. Con la electricidad retenida en su Llave Espada, el hombre desvió sin pensarlo su arma hacia la pared de la cueva, ignorando que Hana se había zambullido para averiguar si allí estaba su auténtico objetivo, consiguiendo que el rayo devastase toda la pared de arriba a abajo y que las rocas saliesen despedidas por todas partes, levantando una densa capa de humo.

Ahora lo entiendo, todo era cosa tuya. ¿Cómo te atreves a dar la cara después de lo que has hecho, miserable? —exclamó Nanashi con violencia, adelantándose hacia el grupo—. ¿Y por qué no me sorprenden esas pintas?

Así era, no hacía falta fijarse mucho para ver que Ronin estaba cambiado. En ese momento llevaba una especie de corona hecha con plumas de distintos colores en la cabeza, olía fuertemente a tabaco y alcohol, y llevaba símbolos y dibujos pintados por sus mejillas y su ropa. ¿A qué clase de lugar había ido el maestro?

Debería preguntarte lo mismo, Nanashi. No tocarás a mis aprendices.

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Ambos maestros se habían acercado el uno al otro, con las Llaves en sus manos. Si Hana había intentado mover las rocas se daría cuenta de cuán inútil fue su esfuerzo, pues resultaban demasiado pesadas y grandes para ella. En caso de volver a la superficie, vería lo mismo que los demás: los dos líderes de cada facción a punto de enfrentarse en un duelo.

No son ellos los que me interesan ahora mismo, Ronin. No es casualidad que hayas tardado tanto en aparecer, ¿me equivoco?

Ronin gruñó, sin llegar a responder, y se preparó para el inminente ataque de la maestra. La mujer se lanzó con Llave en ristre sobre el maestro, dando y propinando rápidas estocadas. A Ronin no le costaba bloquearlas, de hecho, a cada golpe que le devolvía a Nanashi conseguía que la mujer retrocediera uno o dos pasos.

¿Qué insinuas?

>Carne de cañón.

La maestra frunció el ceño, concentrada. Si alguno de los aprendices osaba atacar o adelantarse, el maestro del bando contrario le lanzaría una potente estocada (en el caso de Ronin) o un hechizo mágico de poder considerable (Nanashi) para hacerlos retroceder.

Las estocadas continuaron un poco más, demostrando que el poder físico de Ronin era muy superior al de la maestra. Esta, cuando se llegó a ver acorralada, arremetió contra el hombre cargando en su Llave Espada un potente hechizo luminoso; el mismo que le había lanzado a Light en la selva.

Ronin salió despedido en el aire, malherido y cayendo al suelo. La maestra no le dio tiempo a respirar y corrió hacia él. Alrededor de su Llave Espada se manifestaron más rayos, dando a entender lo que estaba a punto de pasar.

Se acabó, Ronin.

Por mucho que los aprendices se hubiesen visto obligados a mantenerse al margen, Ronin parecía estar pasando un momento bastante duro, y Light lo podría entender, pues aquel hechizo que le había hecho perder el conocimiento había sido lanzado a toda potencia contra el maestro.

¿Sería prudente verse involucrados en el combate y ayudar a sus maestros, cuando estos les estaban intentando proteger? Ronin parecía agonizar desde el suelo, con la mano libre sobre el costado, y la electricidad de Nanashi cada vez se volvía más poderosa. Freya, por su parte, se interponía entre su maestra y los aprendices del bando contrario.

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Hana Shimizu:
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Jeanne Mars:
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Fecha límite: Martes 9 de Junio.

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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor 15nuxalxv » Sab Jun 06, 2015 5:56 pm

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Una vez los todos depositamos nuestros tesoros (me picó la curiosidad por saber qué significaban para cada uno), una lluvia brillante comenzó a rociarlos. Alcé la vista y vi que se trataba de la pequeña hada, que nos sobrevolaba dibujando círculos. Entonces, un pequeño objeto aparecido de la nada cayó sobre mí. Estiré la mano para cogerlo al vuelo. Era un colgante con forma de hada, cuyas alas eran de color violáceo. Su metal era frío, sin embargo, estaba repleto de vida. O de magia, más bien.

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Era precioso.

¡Qué bonitos, no sabía que Campanilla tuviera colgantes de esos! —exclamó el niño zorro, asombrado—. ¡Yo también quiero uno! —Con estas palabras comenzó a saltar tratando de agarrar al duende, que dejó su danza para huir de él.

Cuando compartí la información con mis compañeros (y con todos los demás, que no se molestaron en disimular su interés), Hana pareció emocionada.

Cuenta conmigo. Quizá aún podamos cumplir la misión.

No creo que sea una buena idea. Hay que saber cuando parar y tomarse un descanso. —opinó la pirata del aire.

Sus palabras me hicieron pensármelo de nuevo. Tal vez tuviese razón, y el cofre del tesoro estuviese allí por algo. Pero Hana ya se había sumergido en las frías aguas marinas, y no pude transmitirle mi inquietud.

No pude evitar suspirar, preocupada por ella. Apenas la conocía, pero no quería volver a Tierra de Partida con un Aprendiz menos. Mientras, el chico verde levantó el cofre como si fuese de papel. Supuse que el polvo de hadas le estaría ayudando, pues no había otra explicación.

Podéis estar tranquilos, el cofre lo llevaré a la casa del árbol, nuestra guarida. Allí estará totalmente a salvo, al menos mientras yo siga por aquí, claro está ―nos explicó. Por un momento me imaginé a aquellos revoltosos niños leyendo la nota, y pensé que a lo mejor no había sido tan buena idea. Aunque, seguramente ni la entendieran―. Por cierto, ¿conocéis de algo a esa mujer?

Al principio no entendí sus palabras. ¿Qué mujer? Miré a mi alrededor, y entonces la vi. Toda ella era blanca, pero no como la luz; era pálida y fría como el hielo.

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Hikari… Qué sorpresa verte aquí de nuevo No pude evitar un escalofrío al notar su mirada atravesándome—. Como sea, ha sido una pérdida de tiempo venir aquí. No hemos encontrado nada de nada. Y Tierra de Partida ha averiguado sobre nuestras intenciones. ¡Freya, ven aquí!

Busqué la mirada de Freya. No sabía qué iba a hacer, pero lo que estaba claro era que si se quedaba con nosotros, la mataría. Porque era una Maestra de Bastión Hueco, de ello tampoco había duda.

Freya —le susurraría, en el caso de que estuviese cerca de mí—. No pongas tu vida en peligro, ve con ella.

La mujer invocó su Llave Espada, y comenzó a conjurar unos rayos que me eran familiares, pues eran los mismos con los que Lyn me había salvado la vida. Sería una auténtica ironía si me mataban con el mismo hechizo.

Me preparé para recibir el ataque. En el caso de que Freya hubiese desoído mi consejo, me interpondría entre la tormenta y ella, en un amago de protección. No podía hacer otra cosa.

La sensación fue parecida a la que experimenté en Port Royal. Se me puso la carne de gallina, notando todos los músculos de mi cuerpo en tensión, y la luz me cegó. Solo que la otra vez no hubo dolor, y en esta lo habría. Apreté los dientes y cerré los ojos.

Entonces, cuando pensaba que iba a morir, una voz surgió, que pese a su timbre grave me sonó como un ángel.

De eso nada.

Levanté los párpados y me encontré con Ronin, interpuesto entre la Maestra y nuestro grupo. No me di cuenta de que había estado aguantando la respiración hasta que tiré el aire.

Su Llave Espada vibraba por la energía que había absorbido. Entonces, la explusó hacia un lado, provocando que la pared cayera. Justo hacia donde Hana se había sumergido.

¡Hana! —exclamé, sin poder contenerme.

Ahora lo entiendo, todo era cosa tuya. ¿Cómo te atreves a dar la cara después de lo que has hecho, miserable? —le recriminó, con el rostro repleto de odio—. ¿Y por qué no me sorprenden esas pintas?

Debido a las circunstancias, no me había dado cuenta, pero la apariencia de Ronin era el menos singular. Llevaba un corona de plumas y varios símbolos dibujados por todo su cuerpo. Además, despedía un hedor que me recordó a las tabernas de mi mundo.

Debería preguntarte lo mismo, Nanashi. No tocarás a mis aprendices.

No había duda de que había un combate inminente. Temí por la vida del Maestro, su contrincante parecía sin duda dura de pelar.

No son ellos los que me interesan ahora mismo, Ronin. No es casualidad que hayas tardado tanto en aparecer, ¿me equivoco?

Ronin gruñó y la pelea comenzó. La observé preocupada en silencio, con los puños apretados. Por ahora nuestro bando llevaba ventaja, no había quien superara a Ronin en cuanto a fuerza.

¿Qué insinúas?

>Carne de cañón.

Comprendí sus palabras enseguida. ¿Éramos carne de cañón, simples peones prescindibles en un juego mayor? Después de todo, aquella no era mi guerra. Y tampoco la de la mayoría de aprendices que había conocido. Pero por otro lado, los Maestros de Bastión Hueco habían sido los que habían destruido Vergel Radiante. Estaba ligada a esa guerra, me gustase o no. Pero yo no quería matar a nadie. Yo…

Mis pensamientos frenaron en seco al ver al Maestro volar por los aires, malherido por un potente hechizo de luz. La Maestra se acercó a él, dispuesta a dar el toque de gracia. Y entonces supe que sólo sabría si las palabras de la mujer eran ciertas si Ronin me respondía. No podía dejar que muriera y simplemente observar. Después de todo, luego iría a por nosotros.

Miré a los otros Aprendices, suplicante.

Se acabó, Ronin.

¡No!

Ronin no se movía. Tenía que hacer algo ya. Había gastado todas mis fuerzas a lo largo del día, pero aún quedaba una opción. Rebusqué entre mis cosas, hasta dar con el frasco

Light, cúbreme.

Esperé a que mi compañero atacara. Después, lo hubiese hecho o no, con la Poción en la mano y evitando pensar en qué demonios estaba haciendo, corrí hacia el Maestro lo más rápido que pude, algo agachada por si acaso recibía algún ataque. Me arrodillé a su lado sin apenas haber parado de correr y traté de incorporarlo un poco.

Maestro, beba esto.

Abrí la Poción y se la acerqué. Si no la cogía él, se la daría yo misma. Recé para que se repusiera lo suficiente para al menos escapar.

Estamos con usted, ¿de acuerdo? No puede rendirse.

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Jeanne usa poción.

¿Y por qué no me sorprenden esas pintas?

Debería preguntarte lo mismo, Nanashi.

Tenía que hacerlo xDDDDDDDDDDDDDDDDD. Epic moment.
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Lun Jun 08, 2015 11:24 am

Campanilla liberó su polvo dorado sobre los presentes (excepto Wendy) mientras volaba. Además, los tres aprendices de Tierra de Partida recibieron unos colgantes que parecían esconder alguna clase de poder mágico. Light, quien había obtenido la joya de color azul, se dedicó varios segundos a examinar el objeto de cerca y después manifestó su agradecimiento a la hada con una amplia sonrisa.

¡Gracias! ―Tras comprobar su frío tacto, introdujo el objeto mágico en uno de sus bolsillos.

¡Qué bonitos, no sabía que Campanilla tuviera colgantes de esos! ¡Yo también quiero uno! —exclamó el chico disfrazado, quien comenzó a perseguir a la pequeña hada.

A continuación, Jeanne se acercó a los aprendices para compartir valiosa información. Sorprendentemente, se enteraron de que existía otro tesoro aparte del cutre que acababan de encontrar. Light cayó en la cuenta de que Hana podía transformarse en sirena e inmediatamente supo que era la candidata perfecta para traerles el botín.

Cuenta conmigo. Quizá aún podamos cumplir la misión.

No creo que sea una buena idea. Hay que saber cuando parar y tomarse un descanso —declaró la ladrona, bastante seria. Una media sonrisa se dibujó en el rostro de Light. ¿Acaso intentaba frenarles para adelantarse y arrebatarles el famoso tesoro?

No lo necesitamos, créeme —comentó, aunque en el fondo estaba deseando ese descanso. Su máxima prioridad en aquel momento era conseguir el tesoro.

Le dio unas palmaditas a Hana en la espalda antes de separarse de ella, animándola. Esperaba que la búsqueda de la chica fuera un éxito, o de lo contrario gastaría aquel éter en vano y no habrían logrado cumplir la misión.

Tras despedirse de ella, se acercó a su improvisado tesoro. Light había planeado cargarlo él mismo, pero la ayuda que estaba dispuesto a ofrecer al final no fue necesaria. El chico de verdes ropajes cerró el cofre y logró alzarse con éste (era más fuerte de lo que aparentaba).

Podéis estar tranquilos, el cofre lo llevaré a la casa del árbol, nuestra guarida. Allí estará totalmente a salvo, al menos mientras yo siga por aquí, claro está ―afirmó Peter con orgullo―. Por cierto, ¿conocéis de algo a esa mujer?

Light buscó con la mirada a la susodicha. Cuando la encontró, cerca de una salida al exterior, apretó los labios y frunció el ceño, muy tenso.

Hikari… Qué sorpresa verte aquí de nuevo —reconoció mientras les observaba, clavándoles una mirada gélida. Su rostro pareció denotar extrañeza al encontrar a Fran y Balthier—. Como sea, ha sido una pérdida de tiempo venir aquí. No hemos encontrado nada de nada. —«Pues qué pena»—. Y Tierra de Partida ha averiguado sobre nuestras intenciones. ¡Freya, ven aquí!

La mujer hostil no se entretuvo mucho más y comenzó a cargar un potentísimo hechizo de electricidad. En cuanto apreció sus malas intenciones, Light se adelantó —interponiéndose entre Nanashi y sus compañeros— y les instó a retroceder a ser posible.

«¡Maldita sea!».

Su enemiga liberó la peligrosa energía eléctrica tras realizar un tajo. Ni siquiera pudo ver con exactitud la forma del hechizo de Nanashi porque le cegó. Pero escuchó su ruido atronador, que le puso la carne de gallina y provocó que el corazón se le subiera a la garganta. Les chamuscaría sin ninguna duda, todo parecía indicar que era su fin.

De eso nada.

Cuando recuperó la visión se dio cuenta: Ronin había detenido aquel peligroso Electro++. Con una tremenda habilidad que no se podía comparar con la suya, utilizó su arma para desviar el rayo hacia la pared de la cueva, destruyéndola y provocando un desprendimiento. Light apretó los dientes: Hana se había sumergido justo ahí.

¡Hana!

Ahora lo entiendo, todo era cosa tuya. ¿Cómo te atreves a dar la cara después de lo que has hecho, miserable? ¿Y por qué no me sorprenden esas pintas?

Entonces, percibió el olor a alcohol y tabaco que despedía el Maestro y en consecuencia puso una mueca de extrañeza. Y eso no era todo. Por alguna razón llevaba en la cabeza una corona de plumas y además estaba repleto de pintadas. ¿Cómo demonios había acabado con ese aspecto?

Debería preguntarte lo mismo, Nanashi. No tocarás a mis aprendices.

Ambos adversarios acortaron la distancia que les separaba. El duelo entre ellos era inminente.

No son ellos los que me interesan ahora mismo, Ronin. No es casualidad que hayas tardado tanto en aparecer, ¿me equivoco?

Y empezaron a chocar sus armas. Light, que conocía las grandes habilidades de su Maestro, no se sorprendió al verle dominar el combate. Nanashi salía perdiendo en cada choque e inevitablemente retrocedía: si se trataba de fuerza física, tenía claro que Ronin ganaría con casi completa seguridad.

¿Qué insinuas?

>Carne de cañón.

Siguieron colisionando sus armas. Se mantuvo al margen y se limitó a presenciar el combate que estaban librando. Sabía que en aquella batalla sería más bien un estorbo, por lo que no intervendría a menos que fuera estrictamente necesario (si su Maestro se encontraba en peligro, por ejemplo). En ningún momento bajaría la guardia.

Ronin tuvo el dominio del combate hasta aquel momento. En un intento de no acabar acorralada, Nanashi liberó un potente conjuro luminoso que impactó contra el pirata, impeliéndole y dejándole malherido. Sin duda, se trataba de la misma habilidad que había utilizado para tumbar a Light en la jungla.

Con la llave envuelta en rayos, Nanashi se disponía a propinar el golpe de gracia.

Se acabó, Ronin.

¡No!

«¡Rápido! ¡Párala en seco ahora!», le mandó al eidolon, alarmado. Sabía por lo que estaba pasando Ronin, él también había sido víctima de aquel hechizo. Light no necesitaba razones para ayudar a su mentor y ni siquiera tuvo que meditar su decisión. Simplemente había que salvarle la vida.

Gaomon captó la idea que tenía en mente y no tardó ni un segundo en actuar. Se materializaría en forma de una bola de luz (la Luna protectora) que daría vueltas alrededor de Ronin, posiblemente arremetiendo contra la Maestra. La obligaría a retroceder si osaba acercarse al pirata.

Tras utilizar aquella habilidad, su amo entraría en acción. Light, quien no necesitó escuchar la sugerencia de Jeanne para actuar, correría velozmente en dirección a su mentor y gastaría la poca energía mágica que le quedaba, realizando una Onda lunar que iría directa hacia Nanashi. Si Freya se atrevía a obstruirle, no se contendría e intentaría derribarla de un potente mandoble, apartándola de su camino.

Más quisieras —le dijo entre resuellos a Nanashi. Se encontraba agotado, pero su débil estado no le impediría ayudar a su Maestro. Iba a darlo todo para proteger a sus seres queridos de Bastión Hueco.

Se interpondría entre ambos Maestros con el semblante serio. Con su gran llave (Alma Inquebrantable) en mano, haría todo lo posible por bloquear cualquier ataque de la traidora. Si había aprendido algo en los entrenamientos de Lyn era hora de demostrarlo. Su mascota de gran tamaño se colocaría a su lado, sin dejar de mostrar sus dientes agudos a la Portadora enemiga. No lo pensaría dos veces y le hincaría sus colmillos si intentaba hacer daño a su amo.

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Light:

▪ Onda lunar (HC) [Nivel 3] [Requiere afinidad a luna; Combate con arma blanca: 7; Fuerza:7]. El movimiento personal de Light. Sacude la llave espada raudamente para liberar un rayo, lineal y en forma de luna creciente. Es ligeramente cortante y de baja potencia.

Gaomon:

▪ Luna protectora (HC) [Nivel 6] [Requiere afinidad a Luna; Fuerza: 6; Resistencia: 10; Elasticidad: 6] Inesperadamente, la mascota toma la forma de una flotante esfera de luz que gira en círculos hasta tres veces, embistiendo repetidamente contra los enemigos próximos que rodeen a su invocador, normalmente. Técnica poco dañina y con escaso alcance, pero que puede hacer retroceder a los enemigos.
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Crystal » Mar Jun 09, 2015 10:20 pm

Una vez llegué allí, no tuve tiempo de ponerme al día con todo lo que había pasado.

Hikari… Qué sorpresa verte aquí de nuevo —Vi a mi maestra, y a los demás aprendices. Hubo una que no reconocí—. Como sea, ha sido una pérdida de tiempo venir aquí. No hemos encontrado nada de nada. Y Tierra de Partida ha averiguado sobre nuestras intenciones. ¡Freya, ven aquí!

La mirada de Jeanne fue suficiente para saber que me pedía que me fuese. Iba a hacerlo de todas maneras; no podía dejar a Nanashi sola. Después de todo, ya me había saltado bastante sus normas.

Ya voy, ya voy.

Me dirigí a su lado, e inmediatamente materializó la Llave Espada, para desatar una gran tempestad que cegó a todos los presentes allí. Bueno, no a nosotras. Sin embargo, el ataque falló por poco. Alguien se interpuso en su camino.

De eso nada.

Debía de ser algún otro tipo de Tierra de Partida; probablemente un maestro.

Ahora lo entiendo, todo era cosa tuya. ¿Cómo te atreves a dar la cara después de lo que has hecho, miserable? —espetó Nanashi—. ¿Y por qué no me sorprenden esas pintas?

La verdad es que lleva unas pintas muy raras.

Debería preguntarte lo mismo, Nanashi. No tocarás a mis aprendices.

Los dos maestros se acercaron el uno al otro, preparados para atacar. Estaba claro que de allí no podía salir nada bueno. ¿Qué les habría pasado? Parece que todo esto venía de mucho antes.

No son ellos los que me interesan ahora mismo, Ronin. No es casualidad que hayas tardado tanto en aparecer, ¿me equivoco?

Nanashi se lanzó a por él, propinando rápidos golpes que a cualquiera le costaría esquivar. Sin embargo, al tal Ronin no; se le veía bastante tranquilo, y consiguió hacer que la maestra fuese retrocediendo poco a poco.

¿Qué insinuas?

>Carne de cañón.

No se me ocurrió intervenir en ningún momento. me limité a observar todo aquel percal y a pensar cómo había acabado yo ahí. Además, estaba Jeanne al otro lado, y tampoco podía evitar preocuparme porque le pasase algo. Aunque mi prioridad sería ayudar a Nanashi, y los otros dos aprendices me diesen igual, Jeanne me importaba.

Cuando la maestra parecía haber perdido, atacó a Ronin con un potente hechizo que lo dejó malherido en el suelo. Pero no fue suficiente: con la Llave Espada cargada de rayos, se lanzó a por él de nuevo.

Se acabó, Ronin.

¡Maestra Nanashi!

Era momento de ayudar a mi maestra.

Me pondría en el camino de cualquiera que intentase atacarla. Intentaría abrirle paso, disparando con ambas pistolas a cualquiera que se pudiese en su camino. Si aquello no funcionaba, no dudaría en intentar asestar golpes o bloquear con la Llave Espada.

Si era necesario, usaría mi propio cuerpo para proteger a Nanashi de cualquier golpe. Aunque aquello me pudiese costar caro. Era lo único que podía hacer por mi maestra.
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Jue Jun 11, 2015 4:55 pm

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Y de pronto todos los aprendices se vieron envueltos en una cruenta batalla organizada por sus maestros. Sin importar que se hubiesen ayudado con anterioridad en el barco del capitán Garfio, en ese momento todos estaban dispuestos a proteger a sus maestros con las pocas fuerzas que les quedaban, enfrentándose a los aprendices enemigos en caso de ser necesario.

El primero fue Light, que sin pensarlo se lanzó junto a su Eidolon para proteger a Ronin en plena carrera. El único obstáculo que se interponía entre ellos era la propia maestra Nanashi, puesto que Freya prefirió mantener las distancias y disparar desde la seguridad que esta le brindaba. Todo sucedió demasiado rápido.

Aunque el aprendiz estuviera malherido por las batallas que había superado, consiguió esquivar con éxito las primeras balas, pero sus reflejos no le dieron para tanto: uno de los disparos hizo impacto directo con su pierna izquierda, logrando que el aprendiz cayese al suelo mientras sufría una terrible punzada de dolor y otorgándole a Freya una ventaja increíble en la carrera. Gaomon sí pudo adelantarse y proteger a Ronin con la Luna Protectora, quien tenía justo delante a Nanashi preparada para acabar con él.

Es inútil.

Y entonces Gaomon atacó, intentando hacer retroceder a Nanashi. Pero fue Freya la que se interpuso entre la esfera y la maestra, utilizando su Llave Espada, e incluso su cuerpo cuando la Luna en la que se había transformado el can arremetió sin descanso contra ella. Tras la habilidad, tanto la aprendiza como el animal perdieron todas sus fuerzas. Pero claro, desde el suelo Light no estaba dispuesto a darse por vencido y lanzó una Onda Lunar a pesar de no gozar de una buena puntería, sumado al cansancio y al terrible dolor que padecía, el resultado no fue el más óptimo.

Más quisieras.

La Onda salió despedida por el aire hacia la maestra Nanashi, que no vió dificultad alguna en esquivar el ataque saltando a un lado. El tajo lunar siguió recto hasta chocar contra una pared que no tardó en desprenderse de la Calavera debido a la tremenda fuerza del aprendiz. Las rocas cayeron de forma peligrosa sobre el grupo, en el que se había conseguido colar Jeanne mientras todos los demás se daban una paliza.

Maestro, beba esto.

Pero no iba a ser tan fácil, pues ante ella se encontraba Nanashi. La mujer movió con violencia su Llave Espada antes de que la aprendiza pudiese siquiera abrir el frasco, lanzando una fuerte ráfaga de viento que logró enviar a Jeanne por los aires, directa al agua y sin fuerzas. La muchacha perdió el conocimiento antes de hundirse, al golpearse contra la pared. Ya era la segunda vez que se hundía allí.

Por fortuna para Tierra de Partida Ronin se había quedado con la poción de la muchacha, puesto que se le había caído de las manos durante el ataque de la maestra. El hombre en un intento desesperado abrió la poción y se arrojó el líquido por la cara, bebiendo todo lo que era capaz. Y cuando tuvo a la maestra encima para acabar con él… Sacó las pocas fuerzas repuestas para invocar la Llave Espada y bloquear el ataque a tiempo, de rodillas y en el suelo, todavía con el rostro marcado por la agonía.

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Jeanne pierde la poción.


Será cierto que la mala hierba nunca muere.

Creo que opino lo mismo.

Y la pared se resquebrajó por completo, obligando a los maestros a apartarse de allí cuanto antes. Las piedras se desmoronaron por la zona, enterrando todo lo que allí hubiese. Gaomon y Freya se salvaron por poco. La maestra Nanashi resopló, recogiéndose algunos mechones y exhalando con fuerza el aire de sus pulmones. Ronin en cambio no paró de alternar la vista entre su enemiga y el lago de la Calavera, quizás rezando en su interior para que Jeanne siguiera viva.

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Bastión Hueco

Freya, nos vamos.

Sin mediar palabra y mirar a nadie más, Nanashi se dio la vuelta hasta salir de la Isla de la Calavera, donde invocó su Glider y su armadura. Desde allí, antes de salir de Nunca Jamás, se dirigió a su aprendiza una última vez:

Has actuado bien, pero la próxima vez deberías esperar a mis órdenes: debes comprender que la vida de cada aprendiz es muy valiosa, incluso la tuya —Y esperó alguna reacción por su parte, a lo cual asentiría con la cabeza, comprendiendo sus motivos—. Y sobre el día de hoy, la expedición no ha ido tal y como esperaba, aunque ningún esfuerzo es en balde. No te quepa duda de que se investigará más el asunto del tesoro, y me gustaría que estés presente la próxima vez.

La maestra esperó alguna conclusión de su aprendiza, algo que hubiese sacado en claro respecto a aquel misterioso Tesoro que no habían conseguido encontrar. Según Nanashi el viaje había valido la pena, porque a partir de ese punto podrían seguir investigando mejor el asunto.

>Al final aliarnos con los piratas no ha servido para nada. Tengo la impresión de que su capitán no nos hubiese ayudado incluso si cumplíamos su petición. Y Tierra de Partida nos ha dificultado mucho las cosas. Dime, Freya, ¿qué motivos te llevaron a traicionar a Garfio?

Dependía de la chica decir la verdad o no, en cualquier caso, no tardarían en despegar hacia los cielos, de vuelta a Bastión Hueco, la estrella perdida. Durante el ascenso ambas pudieron contemplar la enorme isla, cada vez más diminuta, y el barco de Garfio en medio del mar, del cual se elevaban enormes columnas de humo. No se había hecho muy tarde, pero con semejante aventura encima posiblemente le esperarían algunos días de descanso, con agujetas por todo el cuerpo.

Tierra de Partida

Pese a la creciente tensión que se había formado por la repentina batalla, Ronin no movió un dedo. Con la vista clavada sobre sus enemigas, el pirata permaneció quieto y con un semblante sombrío. No estaba dispuesto a continuar una batalla en esas condiciones, no cuando tenía a sus aprendices malheridos y extenuados. Aunque quizás en otras circunstancias sí hubiese decidido atacar.

Al poco de que los enemigos de Bastión Hueco saliesen de la Roca de la Calavera, apareció María, con Jeanne entre sus brazos otra vez. La aprendiza estaba inconsciente.

Una suerte que haya llegado a tiempo. —musitó, colocando a la chica sobre la orilla de piedra, a pocos metros de los desprendimientos.

Ronin suspiró, abatido, he hizo un amago de acercarse a Jeanne, pero en cuanto se fijó en Light, a quien tenía más cerca, no lo dudó dos veces y se acercó para aplicar en su pierna un hechizo Cura. La siguiente fue la aprendiza inconsciente, que recibió el mismo tratamiento, pudiendo despertar al poco. Y sin decir una palabra el maestro se alejó hasta la entrada, donde supuestamente debería haber estado la nave de los piratas del aire: nada más lejos de la realidad, allí ya no había nadie, solo una explanada de rocas salpicada por las olas y totalmente vacía.

Entretanto, el grupo de los niños perdidos que hasta ese entonces había contemplado la escena de la batalla con una profunda incredulidad, parecía estar discutiendo sobre algo…

¿Qué estás diciendo, Wendy?

No te preocupes, hermana, yo se lo explicaré. —expresó John, confiado, dando un paso al frente.

Pero Wendy no lo permitió, más bien, no podía hacerlo. Tal y como había hablado con Hana, era hora de que ella tomase las riendas de su vida, no tenía sentido si otros seguían decidiendo por ella. Claro que, todo eso, los aprendices presentes no lo podían saber.

Exactamente lo que has escuchado, Peter. Llevo años aquí aislada, alejada de mi familia, de mi vida en Londres. No puedo seguir haciendo como si no pasara nada —A medida que Wendy hablaba, Peter se ponía cada vez más pálido y rígido, tieso, incapaz de creer lo que estaba escuchando—. Y creo que ha sido suficiente. La primera vez estuvo bien, pero aun así, no me lo perdonaría. Si me pasase algo a mí o a mis hermanos aquí, mis padres jamás llegarían a saber la verdad.

>He disfrutado mucho como madre, y me gusta la responsabilidad que ello conlleva. Pero no puedo continuar aquí, Peter. Debes ayudarme a volver.

Wendy suspiró, exhausta, como si le hubiese costado toda sus energías decir aquello. John apoyó una mano sobre su hombro, a modo de ánimo, y Campanilla tampoco fue menos, pues se situó a su lado asintiendo con la cabeza. Peter retrocedió un poco, desde el aire, con el ceño fruncido.

De eso nada, este es tu lugar, Wendy, y seguirás siendo nuestra madre. No te irás a ningún sitio. Si vuelves allí crecerás, te volverás igual de egoísta que los adultos y nos olvidarás. ¿Crees que lo voy a permitir?

Los aprendices podían o no intervenir, dependía de ellos, y unas simples palabras podían cambiar el rumbo de los acontecimientos. Ronin no diría absolutamente nada, pero no les apartaría su único ojo de encima. El hombre se sentó encima de una roca, suspirando, y cuando sus alumnos hubiesen terminado lo que tenían que hacer, les preguntaría:

Entonces no habéis averiguado nada sobre el Tesoro, ¿no? —preguntó con cansancio—. Yo tampoco he encontrado nada, pero igualmente deberíamos mantener vigilado este sitio, más sabiendo que Bastión Hueco lo tiene en el punto de mira también.

Y de súbito, se levantó, para encogerse un momento en sí mismo, dolorido todavía por el hechizo que le había lanzado la maestra Nanashi encima.

>Nos vamos.

Ronin no pidió explicaciones. Se alejó a una zona apartada de la Roca de la Calavera donde los niños perdidos no pudieran verle, y desde allí marchó a Tierra de Partida mediante un Portal de Luz. Esperó a que los aprendices pasaran primero. Tampoco podían olvidar el entrenamiento que tenían pendiente con Lyn, aunque lo más seguro es que en ese momento no quisieran ni recordarlo.

Y así, Nunca Jamás volvió a la tranquilidad.

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Esta será vuestra última ronda, recordad que si queréis los PX en alguna mascota o algo, decidlo.

Fecha límite: Martes 16 de Junio.

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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Light » Lun Jun 15, 2015 12:32 am

La aprendiza que les ayudó anteriormente en el barco de Garfio se enfrentaba ahora a Light y Gaomon.

Al primero intentó acribillarle a balazos; pero para su desgracia no logró acertarle fácilmente. Light, que corría desesperadamente con el fin de esquivarlos (y acercarse a Ronin), terminó cayendo sobre el suelo sin remedio debido al primer disparo recibido. Experimentó un dolor agudo en su extremidad dañada que le obligó a soltar un pequeño quejido lastimero. Apretó los dientes y fulminó con la mirada a la portadora de las pistolas.

No podía levantarse, al menos de momento.

Es inútil.

Su mascota todavía era capaz proteger a Ronin. Gaomon se dispuso a arremeter contra Nanashi utilizando su habilidad Luna protectora, pero no llegó a golpearla. Freya se interpuso a tiempo y colisionó con el eidolon. Tras realizar los múltiples envites, la criatura flaqueó y cayó a plomo, completamente debilitada.

«Hijas de puta, malditas hijas de puta».

Light, irritado en gran medida y dolorido, todavía yacía en el suelo. Entre jadeos, le dedicó una mirada llena de odio a Nanashi. Rabioso, zarandeó con furia su Llave Espada, creando una Onda Lunar. Obviamente aquella Maestra tan experimentada no tuvo ningún problema para evadir su habilidad, por lo que había gastado energías en vano. Al impactar la onda contra la pared, provocó que algunas rocas descendieran sobre ellos.

Chasqueó la lengua y, desesperado, intentó sacar fuerzas de donde no las había para evitar las rocas y gatear a duras penas hacia la posición de su Maestro: no iba a permitir que lo mataran delante de sus narices. Al igual que él, su mascota debilitada se apartó, evadiendo la avalancha.

Una de sus compañeras, Jeanne, hizo ademán de curar a Ronin. La chica tampoco supuso un inconveniente para la mujer traidora; ésta última logró alejarla con una ráfaga que la empujó contra la pared. Cayó al agua (y desgraciadamente ninguno de los Portadores estaba en condiciones de ayudarla).

¡Jeanne!

El corazón se le salía del pecho por la angustia: todo parecía perdido. Sin embargo, el pirata ingirió a tiempo la bebida curativa de Jeanne y se recuperó ligeramente: aún podía ofrecer algo de resistencia. Resultaba un alivio sin duda. El Portador interpuso su Llave Espada, bloqueando el siguiente ataque de la traidora.

Será cierto que la mala hierba nunca muere.

Creo que opino lo mismo.

Otro desprendimiento se produjo. La lluvia de rocas obligó a ambos Maestros a apartarse y aumentar distancias. Light, precavido, se alejó de la zona afectada por la avalancha; mientras que Gaomon desapareció de la vista de todos para evitar ser aplastado.

Al igual que su mentor, intercambió miradas entre sus enemigas y la zona donde se había sumergido Jeanne, claramente tenso. Si todavía no había emergido del agua solo podía temerse lo peor, quizás el hechizo de Nanashi la había empujado con tanta fuerza contra la pared que la había dejado inconsciente. Se ahogaría si nadie la ayudaba.

«¿Se van…?», dejó de apretar los dientes progresivamente.

Nanashi y Freya huyeron, sus razones tendrían para escapar. Inevitablemente se alivió: el enfrentamiento entre ambos bandos había finalizado y seguían vivos.

Se relajó algo más cuando una fémina que no conocía acudió poco después, trayendo a Jeanne consigo. Antes de acercarse a su compañera, Ronin —aparentemente decaído— le sanó la pierna efectuando un conjuro Cura. Le dio las gracias y aprovechó que había recuperado parte de sus energías para aproximarse rápidamente hacia la joven inconsciente. En cuanto su Maestro le aplicara el hechizo curativo y recuperara la conciencia, extendería su brazo y tiraría de ella, ayudándola a reincorporarse.

Nos ha faltado un pelo, ¿eh? —expresó con una débil sonrisa, claramente agotado.

Ronin se encaminó hacia la entrada de la cueva, sin mediar palabra. Mientras tanto, los integrantes del grupo de Peter parecían estar hablando sobre algo. Light, que no tenía ninguna intención de meterse en sus asuntos (en principio), se acercó a estos para enterarse de la discusión simplemente. Se alivió al comprobar que todos estaban de una pieza, aunque no había ni rastro de Fran y Balthier...

¿Qué estás diciendo, Wendy?

No te preocupes, hermana, yo se lo explicaré.

Exactamente lo que has escuchado, Peter. Llevo años aquí aislada, alejada de mi familia, de mi vida en Londres. No puedo seguir haciendo como si no pasara nada. Y creo que ha sido suficiente. La primera vez estuvo bien, pero aun así, no me lo perdonaría. Si me pasase algo a mí o a mis hermanos aquí, mis padres jamás llegarían a saber la verdad.

>He disfrutado mucho como madre, y me gusta la responsabilidad que ello conlleva. Pero no puedo continuar aquí, Peter. Debes ayudarme a volver.

Tanto Campanilla como el chico de gafas parecían apoyar la decisión de aquella muchacha. Al contrario que Peter, quien no tardó en replicar:

De eso nada, este es tu lugar, Wendy, y seguirás siendo nuestra madre. No te irás a ningún sitio. Si vuelves allí crecerás, te volverás igual de egoísta que los adultos y nos olvidarás. ¿Crees que lo voy a permitir?

No quiero meterme en vuestra discusión, pero escúchame un momento ―le dijo a Peter, posando la mano sobre su hombro―. Entiendo un poco cómo te sientes, yo también he vivido esto. Temes que cambie, que no vuelva a ser la misma. Pero el cambio muchas veces es inevitable, todas las personas evolucionamos a lo largo de nuestra vida.

»No debes temer que cambie. Lo importante es que no olvidéis nunca vuestra amistad. Sin importar lo lejos que estéis el uno del otro, los lazos que habéis forjado entre vosotros nunca se romperán si esa amistad es verdadera ―declaró totalmente convencido. Intercambió miradas entre Wendy y Peter―. Es lo que creo. ―Su amigo Alec era la prueba viviente de lo que decía.

Se volteó lentamente y comenzó a caminar en dirección a su Maestro.

Y si por cualquier razón se olvida de ti, solo tienes que ayudarla a recordar ―añadió en voz alta, encogiéndose de hombros―. Podéis volver a veros siempre que queráis, ¿verdad? De vez en cuando al menos.

Lo lamentaría si no lograba convencer a Peter con sus palabras. En parte comprendía cómo se sentía: a él también le dolió ver marchar en su día a los aprendices que abandonaron las filas de Tierra de Partida para unirse a la facción contraria. Habían convivido y entrenado juntos después de todo.

Finalmente, se despidió de los Niños Perdidos y regresó con Ronin.

Entonces no habéis averiguado nada sobre el Tesoro, ¿no? —Light negó con la cabeza, claramente decepcionado. Esperaba que Hana y Myxa hubieran tenido más suerte que ellos—. Yo tampoco he encontrado nada, pero igualmente deberíamos mantener vigilado este sitio, más sabiendo que Bastión Hueco lo tiene en el punto de mira también.

Entonces Ronin se encogió, manifestando claramente el dolor que experimentaba.

Nos vamos.

Sí, por favor —rogó, poniendo una mueca.

Comenzó a caminar a la par que Ronin, exhausto. Deseaba llegar al castillo para llenar su estómago y echar una cabezadita. Temía que se hiciera realidad la posibilidad de retomar los entrenamientos de Lyn; necesitaba descansar, o de lo contrario la Maestra le dejaría hecho polvo. Su cuerpo estaba lleno de heridas y tenía la sensación de que incluso una pequeña brisa sería capaz de arrojarle al suelo.

«Menudo día más agotador hemos tenido, joder», suspiró.

«No hubierais tenido ninguna oportunidad de sobrevivir sin mí, ¿sabes?», bromeó Gaomon.

«Qué idiota eres», respondió, aunque en el fondo sabía que tenía toda la razón. Se volvió hacia el lugar donde supuestamente debía permanecer el increíble vehículo de los piratas y les buscó con la mirada, extrañado. «Por cierto, ¿qué habrá sido de los ladrones?», se preguntaba. De haberse marchado con su nave, ¿no hubieran llegado a escuchar el ruidoso sonido de ésta al despegar?

Y con aquella cuestión en la cabeza, atravesó el pasaje de luz.

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Y fin. Ha sido un gusto rolear con todos ^^ gracias a Zeix por hacer una trama tan linda. ¡Nos leemos!
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor 15nuxalxv » Lun Jun 15, 2015 1:46 am

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Light envió a su mascota a salvar a Ronin, y se dirigió velozmente hacia los maestros. Freya acudió en ayuda de su bando, disparando contra mi compañero. No pude evitar una exclamación cuando le alcanzó en la pierna. Por un lado, quería proteger a Light, pero por otro, no quería hacerle daño a Freya. Así que apreté los dientes y corrí hacia Ronin, quien era el que más me necesitaba.

Es inútil.

Más quisieras. —dijimos a coro.

Desgraciadamente, la ofensiva de Light no ayudó mucho, solo provocó otro derrumbamiento. Miré preocupada hacia el techo, parecía que iba a desplomarse sobre nosotros en cualquier momento. Tampoco funcionó demasiado el ataque de su mascota: la aprendiza del bando contrario se interpuso a la trayectoria del ataque. Pese a la situación, no pude evitar temer por su estado.

Al fin, llegué a Ronin. Pero la mujer seguía en pie, y antes de poder abrir el frasco siquiera, me golpeó una fortísima ráfaga de viento que me elevó por los aires, haciéndome dejar caer la poción. Lo último que noté fue un fuerte golpe en la cabeza.

****


No sabría decir cuánto tiempo llevaba así. Sentía que caía al vacío, pero que a la vez, no me movía. Me pregunté si así se sentían aquellos que se perdían en el Intersticio, atrapados en la inmensidad sin posibilidad de volver a casa.

Solo que a mí vinieron a buscarme.

Sentí una ráfaga de calor, que me recordó al sol de Tierra de Partida. Después, la realidad fue volviendo a mí poco a poco. Noté un leve dolor en la parte trasera de la cabeza, mi ropa pegada al cuerpo, el olor a humedad.

Cuando abrí los ojos, me pareció haber dormido mil años. Me encontré con el rostro de Light, que me sonreía débilmente mientras me ayudaba a incorporarme. Sin duda necesitaba un buen sueño reparador. Como yo, me dije.

Nos ha faltado un pelo, ¿eh?

Observé a mi alrededor, desorientada. Vi a María en el agua, al grupo de niños mirándonos con los ojos abiertos, y en la entrada, Ronin, con aspecto cansado. Pero vivo.

Ni rastro de los piratas del aire, ni de la Maestra. Ni de Freya.

Volví la vista al Aprendiz que estaba a mi lado, y le devolví la misma sonrisa.

Y que lo digas.

Comencé a caminar hacia Ronin, pero antes me fijé en el grupo de niños, que parecía estar teniendo una discusión. Me costaba concentrarme, supuse que por el golpe.

¿Qué estás diciendo, Wendy?

No te preocupes, hermana, yo se lo explicaré.

Exactamente lo que has escuchado, Peter. Llevo años aquí aislada, alejada de mi familia, de mi vida en Londres. No puedo seguir haciendo como si no pasara nada. Y creo que ha sido suficiente. La primera vez estuvo bien, pero aun así, no me lo perdonaría. Si me pasase algo a mí o a mis hermanos aquí, mis padres jamás llegarían a saber la verdad.

>He disfrutado mucho como madre, y me gusta la responsabilidad que ello conlleva. Pero no puedo continuar aquí, Peter. Debes ayudarme a volver.

No pude evitar asentir a lo que dijo. Aunque no les conocía apenas, por lo que había oído me imaginé la situación, y no podía estar más de acuerdo. Algo que el chico no compartía:

De eso nada, este es tu lugar, Wendy, y seguirás siendo nuestra madre. No te irás a ningún sitio. Si vuelves allí crecerás, te volverás igual de egoísta que los adultos y nos olvidarás. ¿Crees que lo voy a permitir?

No quiero meterme en vuestra discusión, pero escúchame un momento ―Light se adelantó, colocando una mano en el hombro del chico―. Entiendo un poco cómo te sientes, yo también he vivido esto. Temes que cambie, que no vuelva a ser la misma. Pero el cambio muchas veces es inevitable, todas las personas evolucionamos a lo largo de nuestra vida.

»No debes temer que cambie. Lo importante es que no olvidéis nunca vuestra amistad. Sin importar lo lejos que estéis el uno del otro, los lazos que habéis forjado entre vosotros nunca se romperán si esa amistad es verdadera. Es lo que creo. ―concluyó. No había que ser un lince para saber que hablaba desde la experiencia.

Entonces, regresó hacia nosotros, no sin antes añadir:

Y si por cualquier razón se olvida de ti, solo tienes que ayudarla a recordar. Podéis volver a veros siempre que queráis, ¿verdad? De vez en cuando al menos.

No creí necesario decir nada más sobre el tema. Cuando me alcanzara, le diría:

¿Necesitas ayuda con esa pierna?

Era muchísimo más alto que yo, así que si se apoyaba en mí resultaría por lo menos cómico. Pero todos nos hemos humillado por un compañero, pensé.

Entonces no habéis averiguado nada sobre el Tesoro, ¿no? —Fui a decir algo, pero finalmente negué con la cabeza—. Yo tampoco he encontrado nada, pero igualmente deberíamos mantener vigilado este sitio, más sabiendo que Bastión Hueco lo tiene en el punto de mira también.

>Nos vamos.

Sí, por favor —rogó Light.

No pude hacer otra cosa que asentir. Eché un último vistazo al increíble mundo que era Nunca Jamás, para después centrar la vista en el pasillo de luz de Ronin. Detrás, me esperaba Tierra de Partida, una ducha, una comida calentita y una buena cama. No sin antes pasar por la enfermería. Sí, seguramente lo haría.

Antes de cruzar el umbral tras Light, no pude evitar mirar hacia atrás, hacia el cofre donde había dejado una peculiar y enigmática nota.

Mi tesoro.

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¡Y........ se acabó!

Ha sido un placer estar en tu primera trama, Zeix. Aunque no ha sido perfecta, he de decir que has aprobado con nota. Me ha encantado. Como ha dicho Light, ha sido linda. Espero haber estado a la altura, aunque participara sólo como extra.

¡Juro que hablo objetivamente, no como fangirl de Balthier!
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Crystal » Mié Jun 17, 2015 11:29 pm

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Todo sucedió muy rápido.

Light consiguió esquivar mis disparos, hasta que finalmente conseguí herirle en la pierna izquierda, haciéndole caer. Punto para mí. Fue aquel otro bicho el que protegió al Maestro.

Es inútil.

Y cuando iba a atacar a Nanashi, me interpuse entre la esfera y la maestra. Aquello nos hizo retroceder; acabando con nuestras fuerzas. Entonces vino otro ataque por parte de Light, que parecía no querer rendirse. Con suerte, no fue muy efectivo.

Más quisieras.

Nanashi esquivó el ataque que iba directo hacia ella. Después, envió una ráfaga de viento que impactó contra Jeanne, dejándola inconsciente al caer al agua.

¡J-Jeanne!

Será cierto que la mala hierba nunca muere.

Creo que opino lo mismo.

La pared se resquebrajó; era hora de salir de ahí echando leches. Tanto yo como el bicho nos salvamos por los pelos; una roca de esas podría habernos costado la vida.

Freya, nos vamos.

Nanashi se dio media vuelta y salió de la isla sin decir nada más. La seguí, no sin antes girarme para ver qué había sido de Jeanne; tendría que comunicarme en algún momento con ella y hablar de todo esto.

Has actuado bien, pero la próxima vez deberías esperar a mis órdenes: debes comprender que la vida de cada aprendiz es muy valiosa, incluso la tuya —Dijo, antes de partir.

L-Lo sé, lo siento. No he podido evitar guiarme por mi instinto en algunos momentos... Quizás debería haber sido un poco más... precavida. —Cavilé unos segundos antes de invocar mi armadura.

Y sobre el día de hoy, la expedición no ha ido tal y como esperaba, aunque ningún esfuerzo es en balde. No te quepa duda de que se investigará más el asunto del tesoro, y me gustaría que estés presente la próxima vez.

Sería un placer. Creo que eso nos ayudaría a acabar de resolver alguna cosa que haya quedado colgada. —No quise añadir nada más al respecto sobre el Tema.

>Al final aliarnos con los piratas no ha servido para nada. Tengo la impresión de que su capitán no nos hubiese ayudado incluso si cumplíamos su petición. Y Tierra de Partida nos ha dificultado mucho las cosas. Dime, Freya, ¿qué motivos te llevaron a traicionar a Garfio?

Porque no era de fiar —reí un poco—. Se veía claramente que aquello no iba a ser un trato justo. Entonces intenté buscar otra manera de llevar la situación... Pero supongo que al final acabé perdiéndome un poco. Sin embargo, me alegro de haberla podido ayudar, Maestra Nanashi.

La Maestra no tardó en despegar, y yo detrás de ella. La isla era realmente preciosa, como el mundo en sí. Estaba agotada; solo tenía ganas de llegar a Bastión Hueco y descansar unos días.

Pero me prometí que volvería.

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Y aquí el último post \o/ Muchísimas gracias por la trama, Zeix, ha estado lindísima. Espero volver a tenerte pronto como GM, me lo he pasado genial. Y a los demás, un placer rolear con vosotros <3
¡Nos leemos!
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Re: [País de Nunca Jamás] Nuestro tesoro

Notapor Tsuna » Jue Jun 18, 2015 6:15 pm

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Los aprendices de Tierra de Partida atravesaron el portal de Luz, completamente agotados por la aventura que habían vivido en Nunca Jamás. Si no recordaban mal, Ronin ya les había advertido antes de empezar la misión que aquel mundo se las traía. Pero sí, era una completa decepción no haber encontrado nada sobre aquel tesoro tan misterioso que todo el mundo parecía estar buscando.

Habían quedado muchas incógnitas en esa isla, cierto era. Y por la actitud de Nanashi podían suponer que ni siquiera Bastión Hueco había conseguido su objetivo. Aun así, por muchas vueltas que le diesen, seguían encontrando muchos enigmas sin resolver, como por ejemplo, quién se había acercado al cofre del tesoro que acabó en mano de los niños perdidos. Jeanne no mencionó nada, pero si las suposiciones de las sirenas eran correctas, la Isla de la Calavera debía estar plagada de Sincorazón… Y en su última visita no apareció ninguno. A eso se le podían sumar bastantes cosas, como quién había cambiado el cofre de lugar, o si los piratas del aire sabían con certeza la localización del famoso tesoro.

Fuera como fuese, al poco de atravesar las puertas del castillo alguien les detuvo.

¿De verdad os creíais que esto iba a terminar aquí, enclenques? Por vuestras caras imagino que no ha ido bien esa expedición improvisada, ¿o me equivoco, Ronin? —El maestro de maestros se limitó a seguir caminando a paso lento, sin llegar a decir nada—. Y por vuestras pintas imagino que os lo habéis pasado en grande, ¿eh? Pues esto no quedará así. Mañana a primera hora retomaremos nuestro entrenamiento, y más os vale desayunar fuerte.

Y con esas palabras de ánimo, la maestra Lyn les dejó marchar: a darse una ducha, visitar la enfermería, ir al comedor o sencillamente terminar rendidos sobre la cama. Pero no podían negar el hecho más importante de su aventura: habían sido capaces de volar.

****


Nanashi escuchó las palabras de Freya sin apartar la vista de ella, comprendiendo sus motivos, y entonces ambas alzaron el vuelo. El viaje se hizo más lento que cuando habían ido en sentido inverso esa misma mañana, puesto que la maestra no aceleró como de costumbre. Por alguna razón, parecía pensativa, analizando lo poco que había encontrado en Nunca Jamás.

Y al llegar a Bastión Hueco, tras aterrizar ambas, Nanashi se viró a la aprendiza.

Esas personas que estaban allí, antes de que llegara Ronin… Se trataban de Piratas del Aire. No hace mucho que a ese hombre le pusieron una recompensa en su cabeza por haberse saltado las normas en algunos mundos. Y es una cifra bastante alta —aclaró, antes de llevar la mano derecha al mentón—. Me pregunto qué están haciendo en Nunca Jamás. —musitó esta vez, con una voz apenas audible para Freya.

No hubo más que hablar. La maestra permitió que Freya marchara a donde quisiera irse, y también tenía el día siguiente libre por su ayuda en la misión. Qué afortunada.

****


Aquella tarde el barco pirata del capitán Garfio era un auténtico caos. Los piratas andaban de un lado a otro descontrolados y nerviosos, algunos preguntando qué había sido de su capitán, otros intentando calmar las llamas de las bombas disparadas por el Sincorazón. Y otros recordando vagamente a los extraños personajes que se habían colado en su navío.

Al cabo de unos minutos un pequeño bote llegó.

¡C-capitán, resista por favor!

Garfio tenía un aspecto lamentable. Jadeaba con fuerza, agotado y exhausto, en un rincón de la embarcación. Smee por supuesto le había ayudado en todo lo posible, colocando un paño húmedo en su cabeza para que se le pasara el calvario por el que estaba pasando. Se había salvado de aquel cocodrilo por los pelos, y todo por culpa de unos entrometidos desconocidos que sabían usar magia y poderes sobrenaturales. Para colmo, ¡eran aliados de Peter Pan!

Y todos le habían derrotado gracias al poder de Campanilla, pudiendo volar, pues de otro modo no se hubiesen salvado de su tripulación. También estaban los Piratas del Aire tan raros que se habían colado en su barco numerosas veces sin que nadie se diera cuenta, ¿cómo era eso posible? Sin duda, tenía muchos enemigos de los que preocuparse, no solo de Peter Pan y su ejército de niños salvajes.

Una vez en la cubierta del barco, totalmente destrozada y negruzca por el humo y el fuego, cayó rendido sobre unos tablones rotos.

Smee… ¿Por qué?¿¡Por qué he tenido que perder otra vez!? ¿¡Cuándo pagará ese demonio por lo que le hizo a mi mano!? —exclamó, furioso, clavando el garfio con fuerza varias veces en el suelo. Tenía los dientes apretados, la ropa y el pelo totalmente empapados, y aun así, seguía manteniendo ese odio en su mirada—. ¡Y todo porque podían volar!

Smee se sobresaltó, temeroso de que a su capitán le diese algo. Y se acercó unos centímetros para darle ánimos y calmarlo. Pero de nada sirvió, porque su capitán se levantó de pronto, manteniéndose en pie a duras penas y caminando sin rumbo por la cubierta. Con la vista perdida en el cielo.

Ese Light, y la traidora de Freya, ¡ambos podían volar! ¡Y esos piratas también tienen ese aparato volador! No… ¡Estoy en desventaja, Smee! —Y se giró hacia su más fiel subordinado, apuntándole con el filo de su espada. Varios piratas, entre los que se incluía Smee, retrocedieron asustados—. ¡Ya sé por qué ese niño del demonio siempre me humilla! ¡He estado tan ciego todo este tiempo! —exclamaba lleno de rabia, avanzando con su espada en alto hacia los piratas, que no hacían otra cosa que retroceder—. Porque ellos… Porque ellos pueden volar.

Capitán, c-creo que debería tomarse un descanso. Ha sido un día difícil.

¡No! Tengo que buscar la manera de volar también, Smee. Y no pararé hasta que la encuentre —Pero el capitán paró de hablar de pronto, y todos allí pusieron la misma cara, girando el rostro en la misma dirección: el interior del barco—. ¿Qué es ese olor?

Parece como si se estuviese quemando algo…

¿N-no será la cocina? Deberíamos haber comido ya…

Y la sorpresa no fue nada agradable. Cuando todos llegaron a la cocina, cubierta en su totalidad por humo negro, encontraron que algunos platos ya habían sido asaltados por alguien: posiblemente los intrusos que se colaron en el barco. Y la cacerola que estaba al fuego se encontraba ahora en llamas. Al fondo de la habitación había una puerta, que daba a la despensa. Tras esta alguien golpeaba con fuerza, intentando salir.

Garfio gritó, frustrado.

****


Entretanto, en Nunca Jamás las aventuras seguían. Peter, Wendy y todos los demás habían quedado en silencio ante las palabras de Light. El líder de los niños perdidos nunca había imaginado que aquel que conoció en una carrera en la playa fuese a apoyar la decisión de aquella a la que consideraba su madre y… convencerlo a él mismo de dejarla marchar y cumplir su deseo. Hacía ya dos años que había acudido allí con sus hermanos, y durante su primera aventura ya se había encontrado en peligro por culpa de un Villano Final que bien podían o no conocer los aprendices que habían acudido allí ese día: Zande.

Desde ese entonces Wendy había asumido su papel con entusiasmo, pero el tiempo le había hecho ver que no podía permanecer allí para siempre, así que, tras despedirse del resto de los niños perdidos, recogió sus pocas pertenencias en la casa del árbol y marchó con sus dos hermanos, John y Michael, el segundo tan pequeño como era solía pasar sus días en la guarida.

Así pues, tras tanto tiempo de ausencia, Wendy y sus hermanos llegaron por fin a su casa. Era muy tarde, aproximadamente las tres de la madrugada, y nadie quedaba despierto ya. No había luces encendidas por ninguna parte, y lo único que quedaba era el ruido de algún que otro carruaje transitando las húmedas calles, o los ladridos de un perro en la lejanía.

El dormitorio de los hermanos Darling se encontraba, por muy sorprendente que fuera, igual que como lo habían dejado al irse de casa con Peter: sábanas revueltas por la cama y el suelo, algunos cajones abiertos de cuando Campanilla hizo de las suyas, e incluso el hueso de Nana allí tirado. Eso sí, había mucho pero que mucho polvo, aun así, eso no era un problema. La puerta de la habitación se encontraba cerrada, así que tendrían todo el tiempo del mundo para despedirse, o así lo veía Wendy.

Peter, Campanilla… De verdad, muchas gracias por todo. Sé que esto te ha parecido muy repentino, pero era lo mejor para todos. He disfrutado mucho como madre, y puedes estar seguro que nunca te olvidaré, pero… —musitó, jugando con los mechones que le caían del pelo— Estoy dispuesta a volver otra vez para veros a todos. No es un adiós, Peter.

Peter sin duda era el que peor lo estaba pasando, porque era el primero que no quería separarse de ella. Aun así, procuraba mantener las palabras de Light en la cabeza.

¡Pues claro! Serás bienvenida siempre, Wendy.

>Esto, Peter… Si vuelves a ver a Hana, dale las gracias de mi parte, por favor.

Peter le guiñó un ojo, sonriente, y marchó volando, desapareciendo en el horizonte. Entonces la niña cerró la ventana y se volteó, mirando en derredor, en un intento de acostumbrarse a lo que había sido su vida antes de vivir aquella historia llena de fantasía y magia.

No me puedo creer que estemos de nuevo en casa, hermana —expresó John, acomodándose en su vieja cama—. Me sigue pareciendo todo tan increíble… Como si hubiese sido un sueño.

No lo ha sido, John. Quién nos iba a decir que Peter existía de verdad, y los piratas, y los niños malos. Luego estaban esos piratas del aire con su nave enorme, capaces de volar por el cielo, y Hana y sus amigos, luchando al final con todas sus fuerzas. —relataba, emocionada.

Su hermano rió y, mientras veían que Michael se había quedado roque con el hueso de Nana entre sus brazos, se acostaron en sus camas, a pesar de la suciedad. La noche engulló el hogar de los Darling, pasaron horas, y cerca de las seis de la mañana, alguien abrió la puerta. Se trataba de la señora de la casa, y madre de los niños, Mary Darling.

¿Cuántas veces había hecho eso ya a esas alturas, esperando encontrar a sus hijos durmiendo en su cama, deseando que todo hubiese sido un mal sueño? Infinitas, y sin embargo, en esa ocasión, su deseo se hizo realidad. Todavía sin creerlo y con los ojos abiertos de par en par, inspeccionó de nuevo la estancia, en un intento de asegurarse que sus hijos de verdad estaban allí. Y así era.

¡Cariño, cariño!

Mary corrió desesperada por la casa, buscando a su marido.

¿¡P-pero qué pasa ahora!? ¿Hay otra plaga en la cocina o qué?

Pero el señor Darling tampoco podía imaginar la sorpresa que estaba a punto de presenciar. Ambos, con el corazón latiendo cual motor de una locomotora, corrieron apresurados a la habitación de sus hijos. Nana, por supuesto, también se inquietó, pero como estaba en el jardín no les pudo acompañar.

En cambio, la perra sí les había visto llegar volando, y todavía le gruñía a aquel niño de ropas verdes que se asomaba con cautela en la ventana de los hermanos. Rodeado por aquella extraña luciérnaga que desprendía un polvo mágico y brillante de su cuerpo.

Light tenía razón, Campanilla. Es hora de pasar página. Si Wendy es feliz aquí, yo también lo estaré. ―Y Campanilla asintió, pues nada le daba mayor placer que ver a esa niña desaparecer de su vista.

Y ambos partieron hacia los cielos, buscando la segunda estrella a la derecha. De regreso a Nunca Jamás.

****


Sin embargo, mucho antes de que Wendy y sus hermanos partiesen, todavía bajo el sol de Nunca Jamás y a las pocas horas de que los Caballeros de la Llave Espada se hubiesen marchado, la nave de los piratas del aire se materializó, volviéndose visible a la vista sobre la explanada de la Isla de la Calavera.

Entonces el Tesoro está más abajo, kupó. ¡Ahora todo tiene sentido, kupó! ―exclamó Nono, sentado con ambas manos cruzadas en un pequeño taburete.

Balthier, que tomaba una taza de café en su asiento, asintió con la cabeza.

Así es, eso le comentó la sirena a la aprendiza. A mí no me revelaron mucha información, pero si es cierto que hay relación entre lo de la mujer y el mapa que recogió Fran, significará que estamos bloqueados. En un punto muerto. —Y le dio un sorbo.

Fran por su parte asintió con la cabeza, convencida por esa teoría. Se encontraba de pie, cerca de las compuerta de la entrada.

Es lo que yo pensé. Incluso cuando acompañé a Freya por el barco en la sala de cartografía encontramos mapas que así lo daban a entender. El Tesoro sigue mucho más abajo, en el fondo del mar.

Y se supone que ese lugar está plagado de Sincorazón, ¿no? Pues en menudo berenjenal nos hemos metido.

Tenemos que esperar a que baje la marea, o encontrar otra ruta, kupó. La puerta esa de la selva no se va a abrir por más que lo intentemos, kupó.

Siempre podemos volver a Ciudad de Paso a estafar moguris. Como buenos ladrones.

Balthier gruñó, incómodo por la idea. Ya lo había intentado en numerosas ocasiones, y a causa de eso, la recompensa por su cabeza había subido por las nubes. Dio esta vez un trago más largo, y al cabo de unos segundos, tras saborear el café, concluyó:

Ahora que lo pienso Londres no me parece tan mala idea. Y el té de allí consigue relajarme.

****


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Se hacía tarde ya en Nunca Jamás. El cielo anaranjado empezaba a dar paso a las estrellas del intersticio, y el piar de los pájaros empezaba a ser sustituido por el canturreo de los grillos. Y allí, delante de la enorme puerta de oro en la soledad de la selva, se encontraba él.

Esa misma mañana llegaron los Caballeros de la Llave Espada en busca de un Tesoro sin ninguna pista. Él los había visto llegar, al bando dirigido por el pirata de rojo, y les había estado espiando con éxito desde la selva, al menos a dos aprendizas.

Jeanne Mars.

Aquel era el nombre de una de las afortunadas que habían estado bajo su punto de mira. Desde el momento en el que se presentó a Nono ya le había puesto el ojo encima. Ahora sabía que la nave de los piratas del aire podía camuflarse, e incluso, dónde se encontraba el famoso tesoro gracias a todas aquellas pistas que le habían dado a lo largo del día las sirenas. Por supuesto que con dos maestros en aquel mundo, tampoco era idea de luchar abiertamente contra ellos, y su plan había salido mejor de lo esperado. Por alguna razón, la aprendiza tampoco había mencionado nada sobre lo sucedido en la Isla de la Calavera, pues de haberse quedado allí ambos podrían haberse encontrado. Y todo le había salido a pedir de boca.

Nadie había sospechado absolutamente nada.

Las extrañas esferas luminosas se elevaban en el aire a su alrededor, dando un aspecto fantasmal a la figura:

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Una lástima que nuestros caminos no se hayan cruzado.

Seymour se dio la vuelta, alejándose del enorme portón ubicado a los pies de la montaña. Tras mirarlo de reojo una vez más, sonrió.

Los Caballeros de la Llave Espada, los piratas, los niños perdidos, un Tesoro y los Sincorazón —musitó, todavía con la sonrisa entre sus labios—. Todo arremolinado en un mismo lugar, no es casualidad —Y contempló el cielo, las estrellas—. Nunca Jamás, el lugar donde los niños jamás crecen, donde nadie teme a la muerte pero esta acecha en cada esquina. Un sitio lleno de vida y batallas eternas. ¿No es esto, acaso, el infierno? —Seymour rió por lo bajo, de forma siniestra. Sólo él sabía lo que se le pasaba por la cabeza—. Zande tenía razón. Este lugar necesita un salvador, y todas las piezas ya están colocadas en su sitio. Oh, sí. Yo, Seymour Guado, traeré el alivio y la paz a todos ellos, a sus corazones.

Y extendió sus brazos al aire, intentando abarcarlo todo.

>Por esa misma razón he vuelto del mundo de los muertos.

Y la noche cayó sobre Nunca Jamás.

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Y aquí se termina la trama. Primero decir que vuestros últimos comentarios me han animado mucho, y personalmente creo que me ha salido un tema divertido y entretenido. Gracias también por participar hasta el final =)

Por si no se ha notado, me basé en la historia de Ventus en Birth By Sleep, donde al final Peter y los demás dejan en un cofre del tesoro sus cosas. La idea era que los aprendices encontraran el cofre vacío al final tal y como ha sucedido, que Wendy también decidiera irse a Londres y que Nanashi y Ronin lucharan al final. Así que en general estoy contenta con el resultado, pese a ciertas rondas donde bueno, no hubo mucho que hacer. Tampoco era mi idea poneros a Seymour como NPC principal (ni siquiera lo puse en la ficha de la trama), pero decidí darle a Nuxal la oportunidad verlo y aun así faltó en esa ronda :(

Esta trama desencadenará más sucesos en el futuro de este mundo, como es lógico, y espero teneros también ahí (aunque sea de extras), porque estoy convencida de que lo disfrutaréis mucho ^^

Pasemos ahora a las puntuaciones. No voy a extenderme demasiado ni ser tan concreta con las cosas, os daré mi impresión general y si queréis un análisis más profundo me podéis preguntar por privado:

-Light:
¡Ganas 70PX y subes a nivel 22! Te quedas a 49PX del nivel 23. Y eso no es todo...

Obtienes:
-Invocación de Campanilla (colgante con forma de hada de color azul).
-Vale de la tienda Moguri (5.000 platines) x1

Qué decirte, creo que te has implicado muchísimo con la trama en general y no has llevado ningún retraso, siempre posteando dentro del límite. Muy bien hecho. Te he visto alguna que otra falta, pero ya te he comentado por ahí que me gusta mucho tu estilo de escritura y leer a Light se me hace cómodo y entretenido. También es comprensible que teniendo fechas límites tuvieras algún desliz, pero vamos, aquí nadie es una máquina. Agradezco también que, precisamente gracias a ti, me fuese dando cuenta yo misma de mis propios fallos al narrar las cosas, porque siempre se me escapaba algún detalle que daba por hecho y creía que se hacía evidente.


-Nell:
¡Ganas 62PX y subes a nivel 17! Te quedas a 34PX del nivel 18. Y eso no es todo...

Obtienes:
-Invocación de Campanilla (colgante con forma de hada, tendrás que especificar el color en futuras actualizaciones).

Ay, Nell, me supo muy mal tener que expulsarte en la recta final, y precisamente te he bajado mucho la puntuación por este aspecto. No me comentaste nada, como que estabas ocupada y no podías postear, y la trama se retrasó muchas veces porque te esperé. Te digo lo mismo que a Light, me lo paso bien cuando leo a Hana y te has implicado de forma estupenda en la historia de Wendy, aunque esta al final no pudiese despedirse de ti; una pena.


-Crystal:
¡Ganas 58PX y subes a nivel 11 (te recuerdo que tenías ya un nivel pendiente de actualizar por el encuentro)! Te quedas a 41PX del nivel 12. Y eso no es todo...

Obtienes:
Despertador x1

Bueno, qué decir sobre Freya. Me sabe mal tener que darte la puntuación más baja de toda la trama, y esto se debe a que creo que empezaste con mucha fuerza pero tu personaje fue decayendo a medida que avanzaba la trama. No sé si te desmotivaste o estabas ocupadísima con todo en general, pero esto lo he notado sobre todo en las últimas rondas. Me da pena que te hayas perdido también la invocación de Campanilla (solo Tierra de Partida la ha conseguido), pero al menos has ganado un Despertador. Y sobre la escritura, quería decirte que en algunas rondas encontré las acciones de Freya un poco incoherentes (más bien, las frases que escribías no tenían mucho sentido), y me perdía un poco con tus escritos. También pienso que podrías haberle sacado más información a Fran cuando la acompañaste, y no te extrañó que supiese sobre la Orden o los Sincorazón. Creo que podrías haber ganado mucho más.


-Myxa:
No sé muy bien si vas a volver o no, y aun así, solo me has posteado en la primera ronda, por lo que poco puedo puntuar de ahí. Una lástima que te terminaras marchando, la verdad.


-Nuxal:
Como has participado de extra, no puntúas. Aun así...

Obtienes:
-Invocación de Campanilla (colgante con forma de hada de color morado).

Qué decirte sobre Jeanne, desde el primer momento me gustó cómo la llevaste por Nunca Jamás, investigando y mostrando curiosidad sobre todo lo que veía (las sirenas, los piratas...), eso sí, no me esperé en ningún momento que alguien fuera a utilizar todas sus habilidades de vuelo para alcanzar la Isla de la Calavera. Debido a esto me planteé seriamente sacarte a Seymour, pero fallaste en la ronda más crítica, y la cual podría incluso haber modificado el final de la trama. Sobre las faltas de ortografía, te digo lo mismo que a Light: te he visto algún que otro fallito al leer, pero aquí nadie es una máquina perfecta, mucho menos cuando hay fechas límites de por medio.


Creo que esto es todo. Sólo recalcar que he actualizado también la base de datos de Nunca Jamás en Principal, y que si los objetos que habéis dejado en el cofre los tenéis en vuestras fichas (por lo que veo sí), bien podéis indicar en futuras actualizaciones que los tenéis ahí.

Y chapó, gracias de verdad por participar, nos vemos <3
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Tsuna
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