Hace ya tiempo que voté en la encuesta a FFX. Fue mi primer FF, y no sólo eso, sino que me encantó la historia y lo sigue haciendo. He probado otros que también me han gustado mucho, pero le tengo un especial cariño sobre todos los demás. Merece el primer puesto por la escena de Luca (apuesto a que sabéis a la que me refiero...) que, como Atlántica, todos hemos jugado con alguien inoportuno presente. Si tengo alguna queja, es que los extras de recolección de criaturas no me gustaron, y los que tenían una historia detrás me parecieron pocos.
Mi siguiente sería el FF VII. Que esté sobrevalorado es innegable, pero también que es un buen juego. Necesitas pasártelo varias veces para entender toda la profundidad de la historia, y aún con eso habrá detalles que te sorprendan, por no haber hecho la conexión antes. El sistema de materias funciona bien, y cada personaje tiene su propio espacio, con pasados mu trágicos, aunque siguiendo la misma esquela (se llega a la ciudad del prota, te cuenta la historia, zurras al malo y fin).
Y ya, sin hacer el top, porque querría esperar a pasarme los dos Final Fantasy que tengo pendientes y creo que merecen mucho la pena para valorarlos todos en su conjunto, comentaré un poco impresiones de cada juego (gratuitamente):
FFXII. Me decepcionó. El inicio está muy, muy bien, pero según avanza la historia, se estanca. Los personajes no evolucionan, y parece seguirse todo el rato la misma temática. No hay giros trascendentales, emoción o elementos nuevos. Balthier tendría que haber sido el protagonista, y Larsa un aliado permanente. Según dicen, tiene muchos extras, pero por mi parte no he intentado hacer ninguno. Los extras sin una historia o un sistema muy bueno que me motive no me hacen nada de tilín, por eso en cuanto llegué al jefe, entrené para pasármelo y en cuanto lo hice lo dejé. Lo rejugué hace poco y me quedé a mitad.
FFXIII. La historia es muy bonita la primera vez que la juegas. Los personajes destacan por su buen desarrollo. Y el gameplay, salvo por la estúpida idea del tipo al que se le ocurrió limitar los niveles, es también bueno en cuanto lo comprendes (no lo hice hasta FFXIII-2 con los monstruos). Pero ahí se queda. Si lo rejuegas, no te dirá nada nuevo, sólo sabrás lo que antes sospechabas por lo que se te insinuaba. No hay más historia que la de los protas, el mundo no gira, ni cambia. No hay nada que te puedas haber saltado, porque es un puto pasillo, y cuando no es un pasillo, es un campo abierto en donde sólo puedes hablar con el jodido Snow. Y eso no mola. No me extraña que acabasen regresando.
FFIII. No hay mucho qué decir. La historia era simplona, odié a Desch y me encariñé demasiado con Elia. Como el sistema de jobs tampoco lo tomaba muy a pecho, no me divirtió demasiado, lo usé para pasarme el juego y ya está.
FFIV. Jugué a la versión de NDS, y me costó horrores, de estar meses atascada y retomarlo. La historia me enganchaba a partes, ahora no sabría decir muy bien de qué trataba. Llegó, pasó, y poco juego pendiente tendré que tener para volverlo a jugar. Luego, el gameplay era muy dinámico. Demasiado dinámico. Me gusta mucho ir pensando las acciones del grupo mientras les llega el turno, ver quién curará para que el otro haga su X ataque. Con IV no era posible. Cinco miembros en un grupo es demasiado, te cargaba uno y ya tenías al siguiente esperando. Imposibles emplear esos dos segundos para decidir quién hace qué. Además, acabé odiando a muerte a todos sus protagonistas. ¿Por qué?
Porque no saben hacer otra cosa que suicidarse por el grupo. ACEPTAD LA JODIDA AGUJA DE ORO, NIÑOS DE MIERDA. Las razones para deshacerse de miembros e incluir a otros era pésima.
FFVI. Estoy ahora con él. Lo llevo a ratos, porque lo he tenido a la mitad varias veces, aunque creo que esta vez ya sí ha terminado de engancharme. La historia mejora en cuanto avanzas, pero tardas mucho en obtener a los Espers =( Sobre todo si, como me han dicho, ya estoy a punto de llegar al final de la historia. Esperaré a pasármela del todo, pero en principio, diría que es de las más breves...
FFIX. Está pendiente. Una vez llegué a ponerle nombre a Garnet, y de ahí no pasé.
Si estás leyendo esto, es porque tienes mucho tiempo libre.