─Ah, Fyk... Eh... Muy bien. Veo que tu afinidad "Apoyo" sigue tan bien como de costumbre ─murmuró el maestro cuando vio el aura del ser azulado─. Eh... Esta eh... Afinidad es extremadamente rara. Eh... Quiere decir que tiene una enorme facilidad para eh... Aprender habilidades para ayudar a los aliados... Por ejemplo, Cura o eh... Por lo que veo habilidades que debilitan al eh... enemigo ─aclaró a Maya para disipar posibles dudas sobre el nombre de aquella afinidad.
El maestro se rascó el pelo distraído soltando un nuevo bostezo que resonó en toda la clase.
─Eh... Tienes que concentrarte mucho, vacía tu eh... mente y... piensa en "quien eres", "como eres" todos los que han influido en ti a lo largo de toda tu existencia. Es un poco eh... difícil de explicar, es demasiado abstracto. Tan solo relájate y siente tu alma, pon tu corazón sobre ti misma, tu verdadero "yo" puede responder cualquier pregunta que formules sobre ti misma. Eso es lo básico... creo. Sé sincera contigo misma, eso es lo más importante ─trató de explicarle a la joven, aunque de una manera un tanto patética.
El maestro miró a los dos aprendices más avanzados que tenía y les hizo un gesto para que se volviesen a sus asientos. El muchacho siniestro que respondía al nombre de Ragun se dirigió sin decir nada a su asiento, donde cogió su teléfono móvil para hacer algo que solo él sabía de que se trataba.