La Llave Espada resplandeció, reaccionando al contacto de Yagami. El arma despareció y volvió a la mano de Akio.
—Parece que le ha aceptado, Nanashi —dijo Akio mientras sonreía triunfante. Nanashi de mientras se llevaba la mano a la cara intentando mantener la paciencia—
Bien, mi pequeño esclavo. Mientras Nanashi hace la última ronda por aquí tú y yo nos marchamos de esta aburrida ciudad. ¿Cómo se supone que os divertís aquí? —¿Divertirse? —replicó Yagami —
Éste sitio es de todo menos eso. Estoy deseando irme… El pequeño maestro se dirigió hacia la salida de los subterráneos que daba a las Colinas del Atardecer. Nanashi sin soltar una palabra volvió a internarse en los pasillos que yacían bajo la ciudad.
Yagami siguió al niño hasta salir de los subterráneos, para acabar en una plaza con una fuente. No había nadie cerca. Ahora que Yagami se daba cuenta, es posible que todos aquellos rumores de secuestros… A lo mejor todos los desaparecidos estaban entrenando en algún lugar con estos Maestros.
—Bien, novato. —siguió hablando el niño—
Ahora toca pirarse de este lugar tan aburrido. ¿Eras Yagami? Eres tan maleducado que no te has presentado a tu Maestro apropiadamente —pues ya podía ir acostumbrándose—
Bien, yo soy el Maestro Akio. Y ahora, como bien dije, toca el momento más importante para que seas un aprendiz de pleno derecho —Akio cogió del bolsillo de sus pantalones algo que parecía ser una plaquita de un metal gelatinoso. La placa tenía un botón en el centro. Akio se lo lanzó—
Esta es una armadura. Al colocártela en alguna parte de tu cuerpo y pulsar su botón hace que una armadura te recubra el cuerpo. Es obligatorio usarla para los viajes entre mundos ya que podrías morir sin ella —Akio pulsó la hebilla de su cinturón, donde parecía que tenía una de esas placas, haciendo que una armadura se le colocase por todo el cuerpo. Después, Akio lanzó su Llave Espada hacia el cielo, donde esta brilló con mucha fuerza por un instante antes de caer en forma de vehículo.
Akio se subió en el vehículo volador y se elevó en el cielo, desde donde le dijo a Yagami:
—Haz lo que acabo de hacer. Activa tu armadura e invoca el Glider para que podamos salir de aquí. Yagami pulsó el botón de la placa que le había tirado Akio, y una armadura cubrió su cuerpo. La armadura era roja y negra. Parecía un traje orgánico, pero se notaba que era resistente y cómodo. Tambíen llevaba un casco, negro por fuera, pero perfectamente visible desde dentro.
Supongo que mi Llave Espada por ahora es una Cadena del Reino, si puedo elegir, tengo otra en mente, pero creo que los aprendices deben empezar con la Cadena del Reino.
Yagami alzó la mano, concentrándose, hasta que un destello blanco apareció. Yagami sonrió. Justo lo que pensaba, su propia Llave Espada se había materializado. Pero no se parecía al bastón de caramelo de Akio ni al arma de Nanashi, de hecho el diseño de su arma era mucho más simple, casi parecía completamente una llave normal, aunque de tamaño gigante.
Tras observar un rato el arma, la lanzó al aire, donde hubo otro destello. Luego, un vehículo aterrizó cerca de él. El Glider era de color blanco y morado oscuro. Yagami se subió y alzó el vuelo, para dirigirse hacia donde estaba su nuevo Maestro.
Ésta sería mi Glider, pero sin el “asiento extra” de al lado.
He editado para corregir algunas cosillas importantes.