por Nell » Jue Abr 18, 2013 1:22 am
Hikaru, naturalmente, no la echó, como Hana esperaba. Al fin y al cabo, ¿por qué iban a querer estar con alguien que bien, lo que se dice bien, no les había tratado, en vez de librarse por ella? Era una actitud… demasiado buena. Sobre todo para lo que a cualquiera le convendría.
Eso no quiere decir que tocase el corazoncito de Hana. Si hubiera tenido.
―Tal vez aprenda más de ti ―murmuró, sin mirarle a los ojos. Era su forma de insinuar lo que cualquiera habría dicho de manera más directa.
En cualquier caso, Exuy había perdido el interés en entrenar, por lo que Hana no tuvo que buscar una mejor excusa para no participar, sin tener que marcharse. Porque… había empezado a estar a gusto con ellos. Sí, era difícil describir cuando se había dado el cambio, pero desde luego, ya no los veía como quienes habían interrumpido su paz y descanso.
―¿Huir? ―se sorprendió la joven.
Sí, era ella misma quien lo había descrito como “escabullirse”. En un principio, había sido del atolondrado moguri que pretendía enseñarla cómo usar su tiempo libre de otra forma que no fuera la siesta. Pero, ¿de verdad había estado escapando (en un sentido más amplio) de él? ¿O de algo más, desde hacía mucho más tiempo?
Y respondió, finalmente, con la verdad:
―De la compañía de los demás.
Hana podría haber contado con los dedos de una mano a sus conocidos de Tierra de Partida. Eran pocos, y hasta entonces no había pensado que quisiera más. Y ni que decir que a ninguno lo consideraba amigo. Se limitaba a estar sola, a dormitar donde podía y a dejar que pasaran las horas. ¿Por qué aquella soledad impuesta, cuando compartía castillo con cientos de aprendices como ella?
No sabía si quería cambiar de actitud, pero reconocerlo suponía un gran paso.
Hana cogió el papel que le ofreció Exuy. No sabía que el muchacho tenía grandes dotes artísticas, así que esperaba encontrarse cualquier cosa. Y además, ¿un premio por haber perdido? Qué chico más raro.
Y cuando lo vio, se maravilló. Sólo tenía una palabra para el artista:
―Gracias.
Lo compensaría con creces.
Abrazó el dibujo. Le parecía cálido, reconfortante, y tan cercano que creyó echarlo, por un segundo, de menos. Añorar la misma imagen que sostenía, cuando era imposible siquiera que albergara ese sentimiento. Pero lo que de verdad lamentaba era que a Exuy, un chico tan inocente y fácil de encantar hasta a una persona como Hana, no pudiera regalarle la misma sonrisa de aquel retrato.
Por el momento.
―Algún día, dejará de ser un dibujo.
Había sido un largo día, a pesar de que al principio pareciera aburrido y monótono con los demás. Hana se despidió de los chicos y se fue con la convicción de no haberlo desaprovechado. Y aquella noche tuvo un bonito sueño que recordó durante mucho, mucho tiempo. El dibujo, cómo no, lo conservó, colgado sobre la puerta de su armario, donde lo vio durante cada mañana que se despertó en aquella habitación.
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015