Riku. escribió:El tener poder corrompe y desgraciadamente la única manera de hacer pequeños cambios es desde arriba.
Tal vez tengas razón, pero que yo sepa la esencia fundamental de la democracia es que "los de arriba" son los que nos representan, los que representan al pueblo. Por tanto, si una gran cantidad de ese pueblo (porque decir todos quieren lo mismo es de ignorantes) quiere que se haga o se cambie algo, los políticos tienen que defender esa petición, que para eso están.
También es cierto que esa es la democracia teórica, que cuando se pone en practica la cosa cambia mucho. Como tú has dicho, el poder corrompe, y es difícil encontrar a personas capaces de no sucumbir a la corrupción, y que estén dispuestos a llevar un estado o cualquier función importante.
Hace tiempo, ni profesora de Geografía nos mandó un libro. Era un libro de política. Sé que a muchos de vosotros no os interesará lo que dice, pero yo lo encuentro interesante. Decía que la política no consiste sólo en aprobar leyes y presupuestos, sino que la política empieza con nosotros mismos, de una manera casi inconsciente. Hacemos política cuando elegimos qué ropa ponernos, cuando decidimos qué tipo de música nos gusta, cuando decidimos reciclar o no... Todo esto son
decisiones, y la política es tomar decisiones. Por lo tanto, la política, pese a que en gran parte corresponde a la "de profesión"; no consiste sólo en esta, sino que en mucho más.
Además, yo siempre he creído que en un estado democrático el poder es del pueblo, que nosotros somos los que llevamos (o deberíamos llevar) la sartén por el mango. Y opino que lo estamos haciendo mal, que estamos dando un poder a los políticos que debería ser nuestro. Le estamos dando el mango de la sartén a los políticos. Y una sociedad democrática ha de ser activa y vigilar a sus políticos, ya que, si lo hicieran en lugar de dejárselo "a los de arriba", pienso que habría menos corrupción, ya que sabrían que tienen al pueblo mirando lo que hacen.
Me he vuelto a ponerme a hablar de política, pero es que no se puede evitar, ya que, como he dicho, cuidar el mundo o no es una decisión política, de la política básica, la inconsciente. El civismo.