HELIXCILLA III - La revenganza total

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ATENCIÓN

Este Encuentro no está hecho para leerlo con la seriedad habitual con la que se pueden leer Tramas. Pedimos seriamente que leáis varios tomos de Bobobo-bo bobo antes de embarcaros en esta aventura para no sufrir severos daños mentales.

También, gracias al Game Master que vaya a puntuar esta puta mierda por sacrificar un trozo de su cerebro para darnos PX.

Y si alguien le interesa la cronología... Esto no es canónico. De veras que no lo es. Pero sería Segunda Saga.

Antes de los terribles sucesos de Datastream...

—¡Señores! —gritó uno de los dirigentes del ejército de Ciudad Disney, un perro Rottweiler que fumaba un puro cubano bien cargado—. ¡Un molusco gigante ataca nuestro mundo! ¡Debemos contratacar con bombas nucleares!

Antes de que Ragun perdiese un brazo y se volviera un completo gallito por estar sobrado de nivel...

—¡Morirán millones de inocentes! —protestó otro de ellos, un pato vestido de rojo con una copa de whisky con dos aceitunas en ella—. ¡Jamás aceptaré tal masacre!

De los creadores de los blockbuster más estúpidos que soñaste, Quieres salir a ligar conmigo y En este Encuentro salvamos a Santa Claus del Anticristo...

—¿¡Qué ha sido esa explosión!?

Llega una trepinante aventura que os dejará totalmente helados... La tercera parte de la trilogía más esperada...

—Mira, Ragun. Necesitan nuestra ayuda...

—¿¡Quiénes sois vosotros, cuac!?

—Somos...

HELIXZILLA
La Revenganza Total

—Vuestra salvación. —aseguré, recolocándome las gafas de sol con una mano y poniendo el enorme arma láser sobre mi hombro.

[Sombra]

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ATENCIÓN 2.0

Ningún Gatito, Dios Helix, Chtulhu u otro Dios Primigeneo animal ha sido herido durante el filme.
No toméis el encuentro como algo que haya pasado realmente en la ciudad plz xDDD
Los guionistas no han fumado drogas. Solo las venden.
PD: Disponibles en la entrada del instituto más cercano (?)

El lugar estaba desolado y el caos reinaba en toda Ciudad Disney. Ivan y yo acababamos de entrar en las calles, donde la gente escapaba hacia las afueras tratando de encontrar un lugar seguro. Solo era cuestión de tiempo para que Helix llegase a ellos. Los CATs eran unos verdaderos cabrones y poseían armas muy peligrosas.

—¡Señores! —gritaba un tipo que parecía tener muy malas pulgas (literalmente porque era un perro) llamando la atención de lo que parecía ser un grupo de soldados—. ¡Un molusco gigante ataca nuestro mundo! ¡Debemos contratacar con bombas nucleares!

<<¿Bombas nuclequé?>>

—¡Morirán millones de inocentes! ¡Jamás aceptaré tal masacre! —la negativa fue inmediata.

—¿¡Qué ha sido esa explosión!?

Uno de los largos tentáculos del Helix se acababan de mover a una gran velocidad atravesando un edificio de lado a lado y lo peor llegó cuando simplemente explotó, seguramente por culpa de alguna fuga de gas y alguna desafortunada vela encendida.

—Mira, Ragun. Necesitan nuestra ayuda...

—Lo veo, Ivan —coloqué mi mano sobre la cabeza e hice un movimiento moviendo mi cabello casi al son del viento que traía un aroma a sangre—. Tenemos que hacer algo.

—¿¡Quiénes sois vosotros, cuac!? —preguntó nervioso el pato de la copa de wisky.

—Je. Ilusos.

—Somos... Vuestra salvación.

—Los héroes que estábais esperando.

***

Resumen

Nadie podría haber imaginado que un día como aquel se pudiese convertir en algo como aquello. Todo había empezado en Tierras del Reino, un mundo salvaje y lejano. Simplemente pasaba por allí de camino a una misión a la que jamás llegaría en mi flamante Nave Gumi pero el combustible se me había terminado a medio camino.

En un principio planeaba simplemente bajar hasta allí un momento y buscar cualquier indicio de civilización humana o colonia de la Federación para conseguir gasolina, pero nunca podría haber adivinado que aquella cueva excavada en lo más profundo de un foso fuese a albergar algo así. Decenas de animales inocentes siendo esclavizados por un malvado Pikador que buscaba despertar un antigüo Dios que había acabado allí de alguna misteriosa manera.

Ivan Kit y yo nos enfrentamos a él, pero no pudimos evitar el despertar del Helix y separarnos en el proceso. Tras horas de intensa búsqueda fui a Ciudad Disney para poder buscar ayuda. En ese instante una enorme nave nodriza de un grupo llamado los CATs atacó el mundo utilizando el Helix como arma. Ivan y yo nos enfrentamos a Redcat, uno de los miembros de aquellos villanos, que escapó gracias a un plan de Ivan y ahora que estábamos en la ciudad...

Era hora de acabar con él de una vez por todas.

***

Invoqué mi llave espada y apunté con ella al Helix.

—Protegeremos a todo el mundo. No podemos permitir que destrocen las esperanzas de los buenos ciudadanos de este lugar. ¿Estás conmigo, Kit?

>>Vamos a patearle el culo a ese Yellowcat y a su mascota.

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—Protegeremos a todo el mundo. No podemos permitir que destrocen las esperanzas de los buenos ciudadanos de este lugar. ¿Estás conmigo, Kit?

—¿Esperanzas? ¡Bah! —me jacté del comentario de mi compañero en voz alta, alzando mi arma hacia el cielo y mostrándosela a todos los soldados y dirigientes frente a mí—. La gran mayoría morirán en la épica batalla que estamos a punto de librar. ¡Destruiremos media ciudad en el proceso!

—¡Estás ustedes locos! —ladró el perro del puro, señalándonos a ambos con el dedo índice. Le dediqué media sonrisa y le di un codazo a mi buen amigo, señalando lo patético que era aquel cabecilla.

—Mira, alguien que no ha visto mucho anime. Pobre ignorante...

—Vamos a patearle el culo a ese Yellowcat y a su mascota.

—¡Sí! ¡Quiero tocar culos!

Alcé mi puño hacia el cielo mientras me replanteaba la frase que acababa de soltar. Agarré a Ragun por el hombro y le obligué a girarse en dirección a los soldados, encogido en mí mismo y mostrando una sonrisa llena de vergüenza.

—Con el pie, claro. Quiero decir, patadas. Nos entendemos.

—¡Detened a esos maniáticos, cuac!

Y los soldados comenzaron a avanzar hacia nosotros, todos ellos con malas intenciones no relacionadas con nuestros traseros. O, si lo estaban, prefiero no relatarlo.

[Sombra]

—¡Sí! ¡Quiero tocar culos!

—¿Qué...? —mi cara de incredulidad ante la respuesta de Ivan fue épica, más cuando lo vi alzando el puño con total confianza.

—Con el pie, claro. Quiero decir, patadas. Nos entendemos —decidió rectificar finalmente lleno de vergüenza.

Un silencio incómodo se hizo entre todos.

—¡Detened a esos maniáticos, cuac!

Con completa obediencia, los soldados que estaban presentes empezaron a acercarse de una manera que imponía bastante. Tragué saliba.

—Kit, ¿cómo te las arreglas para meterte siempre en problemas? —le miré un solo instante, pero fue suficiente para comprender el por qué—. Oh, ya entiendo...

La verdadera pregunta era, "¿cómo es posible que no sea odiado ya por todos los habitantes del Intersticio, el universo, las dimensiones y absolutamente todas las líneas temporales habidas y por haber?" O algo así.

Retrocedí unos pasos.

—Kit, ¿recuerdas aquella turba de franceses enfurecidos que trataron de matarnos y como escapamos? —esperé su respuesta—. ¡Pues agárrate!

Tendí mi mano esperando que la cogiese, un par de alas negras surgieron en mi espalda a la par. Éramos los únicos capaces de detener al Helix, no podíamos perder ni dejar que nos atrapasen. No aún. Pelearíamos hasta que se nos agotase el aliento y en el último momento, cuando todo pareciese perdido ganaríamos un poder molón con el que dar el golpe de gracia. Podía parecer muy cliché pero sí, creía que podía pasar algo así.

Pobre de nosotros.

[Soul Artist]

¿Qué sería del mundo si los soldados nos apresaban? No lo tenía claro. Quizás Lord Helix lo devorase cual Galactus; tal vez no pasase nada, y los amables señores del ejército fuesen capaces de solucionar sus propios problemas sin nosotros. Y a mí podía tocarme la lotería, en vez de a ese tal Neru que tanto la acaparaba comprando mil boletos diarios.

—Kit, ¿recuerdas aquella turba de franceses enfurecidos que trataron de matarnos y como escapamos? —preguntó mi compañero tras analizar la situación. Me encogí de hombros.

—¿Cuál de todas?

—¡Pues agárrate!

—¡¡No!!

Ragun extendió su brazo hacia mí, esperando que lo tomase para salir volando con sus recién invocadas alas. Sin embargo, me negué: le golpeé la palma de la mano y me dirigí hacia los miembros del ejército, intentando razonar con ellos.

—¡Huir no es la respuesta! ¡Este ejército sólo hace su trabajo!

Levanté mi arma láser gigante y la dirigí hacia los hombres frente a mí, abriendo los ojos como platos y sonriendo cual Nicolas Cage.

—¡¡Por eso os mataré a todos!!

Y apreté el gatillo, comenzando a hacer volar a los miembros del ejército mientras reía como un loco. Nunca había disfrutado tanto de una matanza.

[Sombra]

—¡¡No!! —con un golpe apartó mi mano (la misma que en un futuro todavía lejano iba a perder en una batalla contra Gárland en el inframundo)

—¡Huir no es la respuesta! ¡Este ejército sólo hace su trabajo!

—Eso es cierto, pero... ¿Ivan?

Contemplé como Ivan levantaba su arma apuntando a los soldados con una sonrisa que permanecería en mis peores pesadillas durante varios meses.

—¡¡Por eso os mataré a todos!!

—¿I...van?

Y apretó el gatillo. Varios de los pobres soldados saltaron por los aires echos unos amasijos despedazados de carne ensangrentada. Fue asqueroso, no tenía otra palabra para definir aquello y por algún motivo (tal vez el shock) no pude reaccionar a tiempo para evitar aquello. No podía permitir tal masacre.

—¡Basta! —materialicé mi llave espada y golpeé a Ivan, que estaba demasiado atento a los pobres soldados como para haberme prestado atención—. ¿¡Qué demonios te pasa!? ¿No íbamos a destruir a esa cosa juntos? ¡Por el poder de todos los amnésicos con severos daños mentales haciéndoles creer que tienen un monstruo dentro no voy a permitirte masacrar a unos inocentes!

[Soul Artist]

—¡Basta!

Noté cómo mi compañero me pegaba con todas sus fuerzas, provocándome un corte en la mejilla con su Llave Espada Oscura emo. Me tiré al suelo dramáticamente y llevé la palma de mi mano a mi rostro para notar el frío tacto de la sangre que se escapaba de mi cuerpo. Agité la cabeza y mis ojos se volvieron vidriosos: estaba a punto de derrumbarme.

—¿¡Qué demonios te pasa!? ¿No íbamos a destruir a esa cosa juntos? ¡Por el poder de todos los amnésicos con severos daños mentales haciéndoles creer que tienen un monstruo dentro no voy a permitirte masacrar a unos inocentes!

—Ragun, yo... Creo que hay algo que me está controlando...

Me levanté del suelo de nuevo y clavé mi mirada rota en Ragun. Mis labios temblaban: no era yo mismo. Toda aquella situación se me estaba escapando de las manos definitivamente. Tiré el arma láser al suelo, sin preocuparme más por aquella violencia, y di un paso hacia mi amigo de toda la vida.

—Yo... Ragun... Me controla el poder del...

Me quedé a apenas unos centímetros de él, fijando mis ojos en sus labios. Llevé mis dos manos a los pectorales de Ragun, fuertes y rígidos como los de un semental. Me incliné hacia él, hacia su rostro, hacia sus ojos llenos de recuerdos.

—Amor...

[Sombra]

—Ragun, yo... Creo que hay algo que me está controlando...

Observé preocupado al muchacho cuyos ojos ocultos tras las gafas de sol parecían a punto de soltar un mar de lágrimas. Por un segundo me temí que él tuviese alguna clase de ente dentro de él. No sería la primera persona de la que sabía que "algo" le controlaba... Yo mismo era una víctima de algo así.

—Habla, amigo mío. Te escucho —sonreí.

—Yo... Ragun... Me controla el poder del...—el brujo me penetró con sus ojos mientras se acercaba lentamente quedando a escasa distancia de mí. Posó sus manos sobre mi cuerpo e hizo una misteriosa mueca con la comisura de sus labios—. Amor...

Me llevé la palma de la mano contra la cara. Lo que sentí en ese instante se resumía con un facepalm de esos que estaban de moda en aquel momento.

—Pues suerte con ello —en aquel momento era demasiado inocentón. No se me pasó por la cabeza que tal vez hablase de mí—, pero el amor no va a ayudarnos a cargarnos a ese hijo de puta Lovecraft.

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—Pues suerte con ello —en aquel momento era demasiado inocentón. No se me pasó por la cabeza que tal vez hablase de mí—, pero el amor no va a ayudarnos a cargarnos a ese hijo de puta Lovecraft.

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Mi corazón se rompió en mil pedazos al escuchar la respuesta de mi compañero, junto con ese terrible choque de la palma de su mano en la frente. ¡Me estaba rechazando! Por supuesto, no estaba enamorado de él, pero ¡me estaba rechazando! ¡A mí, el mejor amante del cosmos!

—¡Nunca te ha importado lo nuestro! ¡Siempre te has preocupado más por los inocentes y los vídeos de gatitos! —tomé del suelo mi arma láser y apunté directo a Ragun, colocándole el arma en su fea cara—. ¡Que así sea! ¡Te mataré y seré el personaje con más nivel de toda la Orden!

Apreté el gatillo varias veces, mientras reía como un loco por el asesinato que estaba cometiendo. Una vez terminé, tiré el arma al suelo y eché a llorar, arrodillándome ante los restos polvorientos del que una vez fue mi amigo.

—¡Ragun! ¡Intenté salvarte, pero lord Helix fue más rápido y te ha matado antes de que me pudiese sacrificar por ti! —coloqué mis manos sobre el pecho del cadáver y golpeé con fuerza varias veces—. ¡Te vengaré! ¡Juro que lo haré, aunque sea lo último que haga!

[Sombra]

—¡Nunca te ha importado lo nuestro! ¡Siempre te has preocupado más por los inocentes y los vídeos de gatitos!

—Los gatos siempre tienen prioridad. Más si hacen cosas graciosas en videos.

—¡Que así sea! ¡Te mataré y seré el personaje con más nivel de toda la Orden! —apuntó con su rifle a mi cabeza.

—¡Ni que esto fuese en realidad un videojuego o un rol de foro!

Y disparó. Mis sesos de desparramaron por el suelo y dejaron todo hecho un asco. La verdad, me da lástima pensar a día de hoy que alguien hubiese tenido que limpiar aquel estropicio. Antes de cerrar los ojos para siempre vi caer a Ivan a mi lado arrodillándose frente a mi cuerpo casi muerto.

—¡Ragun! ¡Intenté salvarte, pero lord Helix fue más rápido y te ha matado antes de que me pudiese sacrificar por ti! —golpeó mi pecho con fuerza. Nadie diría que momentos antes me había matado—. ¡Te vengaré! ¡Juro que lo haré, aunque sea lo último que haga!

Soltando un último aliento dejé los ojos en blanco mientras se escapaba la vida de mi cuerpo. Esa fue la historia de mi muerte, nada más pasó para mí nunca más. Simplemente desaparecí dejando una llave espada como última prueba de mi vieja existencia.

***



Desperté en la nave que acababa de estrellarse en el suelo a las afueras de Ciudad Disney; la Blackhunter, pude reconocer. Tenía sangre en la cabeza y una fea herida producida por una placa metálica que acababa de caerme encima.

—¿Kit? —me llevé la mano a la frente notablemente mareado y utilizando una pared cercana en la que apoyarme me puse en pie—. ¿Estás aquí?

Pegué mi hombro a la pared y di unos pasos hacia la cabina donde se encontraban los controles de la nave. El pasillo parecía eterno en aquel momento y casi no podía distinguir si aquello era parte de un mundo onírico o la realidad, era como si no estuviese allí realmente. Había tenido un sueño realmente extraño mientras había estado inconsciente en el que era asesinado y había resultado ser muy vivido, tanto como para encontrarme incluso ahora confundido.

—¿Kit? —repetí la pregunta esforzándome por levantar la voz—. Esto es peor que la resaca de después de salir con Ronin a beber...

[Soul Artist]

—¡Ragun! ¡Deja de soñar, que estás muerto!

Golpeé con fuerza el cadáver de mi amigo y me llevé una mano al bolsillo derecho, sacando de él una pluma de fénix. La aplasté en mi mano y dejé que mis lágrimas se derramaran sobre él, cargándolo con la energía suficiente como para resucitar a un elefante.

—Ragun... Esta es la última pluma de fénix de todo el universo... —susurré para mí mismo, tomando con el otro brazo el cuerpo de mi amigo y alzándolo hacia mi pecho—. Por favor... Acéptala...

Estaba cargada de luz. La luz de mis sentimientos, de la amistad común que brillaba como la más fuerte de las estrellas. Abrí mi puño para dirigir el plumaje en dirección a su rostro, con el objetivo de acariciárselo y volver a resucitarle. Y entonces... Me comí la pluma de un bocado.

—¡Qué rico! —me alegré, sonrojándome ante el delicioso manjar de una pluma podrida—. Y ahora, a salvar el mundo.

Dejé caer al suelo el cuerpo de mi amigo, retomé mi arma y me dirigí en dirección a lord Helix.

[Sombra]

Olvidaba decir que ya no reconocía la Realidad de la Fantasía al estar muerto. Lo de la Blackhunter resultaba ser una simple visión creada por mi subsconciente o algo así, por suerte (o no) tenía momento de lucidez en las que mi conciencia (lo que quedaba de ella) volvía al mundo real.

—Ragun... Esta es la última pluma de fénix de todo el universo... —no sabía exactamente que ocurría—. Por favor... Acéptala...

Noté la calidez de algo acercándose a mi rostro... desapareció de golpe.

—¡Qué rico!

—¿¡Pero como puedes ser tan hijo de puta!? —había olvidado por completo que aunque me decapitasen seguía teniendo el Último Estertor. Esa era la única razón por la que seguía vivo... aunque no tenía mucha lógica en realidad. Me ahorraré los detalles de mi aspecto en aquel momento y de aquellos preciosos agujeros en mitad de mi cara—. Oye. ¿Esto venía en el guión?

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—¿¡Pero como puedes ser tan hijo de puta!?

—¡Ragun! ¡Has vuelto porque he llorado por ti, como en esa mala película de Pokémon!

Me lancé a abrazar a mi compañero mientras mis lágrimas y mocos se pegaban a su ropa ensangrentada. El comerme la pluma de fénix había resultado en su resurrección, tal y como esperaba: sabía que los ácidos y gases de mi estómago provocarían una confrontación entre el mundo de los vivos y Kingdom Hearts, provocando la liberación del corazón de mi eterno amado.

Me separé de él y me limpié las lágrimas con la manga de mi ropa para automáticamente proceder a limpiar los restos de mis mocos en la cara de Ragun.

—Oye. ¿Esto venía en el guión?

—Calla y dame amor, zorra.

—¡Quedáis arrestados!

El perro dirigente del ejército actuó antes de que pudiésemos reaccionar. Unas esposas nos atraparon a Ragun y a mí, como los lazos que unían nuestros corazones heterosexuales. Los soldados levantaron sus armas y apuntaron en nuestra dirección, mientras el perro guardaba la llave de las esposas en su bolsillo

—Ragun. —miré fijamente las armas de nuestros enemigos, quitándome las gafas de sol con mi mano libre y colocándome sobre la cabeza un sombrero mexicano—. ¿Recuerdas aquella noche borrachos en la que vimos la Máscara?

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—Sabes lo que hacer.

[Sombra]

—Calla y dame amor, zorra.

—¡Y una mierda, me acabas de matar!

—¡Quedáis arrestados!

Interrumpiendo nuestra ridícula, sangrienta y anormal escena el perro que había dicho algo de lanzar una bomba para cargarse al todopoderoso y super genial Dios Helix nos colocó unas esposas antes de que pudiésemos replicar siquiera. Sentí la mirada de Ivan en mi nuca, empezaba a pensar que le faltaba un tornillo... Oh, espera... Tarde, ya lo pensaba desde hacía bastante.

—Ragun. —cuando me llamó me hizo un gesto hacia las armas de nuestros captores. La verdad es que podríamos liberarnos en cualquier momento de aquellas esposas gracias al poder de la Llave Espada—. ¿Recuerdas aquella noche borrachos en la que vimos la Máscara?

Por desgracia sí y prefería no acordarme. Era un momento de mi vida que preferiría dejar lo más atrás posible.

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—Sabes lo que hacer —dijo con su sombrero Mexicano... No pregunté de donde demonios lo había sacado.

—¿Estás diciendo que quieres que empiece a bailar desnudo tras lanzarme a un montón de cubos de pintura verde de la sección de bricolage de una tienda?

Jamás volvería a coger una cogorza de esas proporciones y aún menos volvería a probar la absenta. Aquella bebida alcoholica era peor que mil demonios juntos en una tienda de comida picante.

—No pienso hacerlo —me negué en rotundo—. Hazlo tú si quieres.

[Soul Artist]

—No pienso hacerlo. Hazlo tú si quieres.

—Que así sea.

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Invoqué mis maracas de hielo gracias a mis reservas mágicas y comencé a mover el esqueleto cual Jim Carrey, obligando al brazo de mi compañero a moverse también por las esposas que nos unían. Me acerqué al grupo de soldados y me coloqué frente a uno con cara de rata, moviendo con energía la lengua en mi boca.

—They call me Cuban Pete, I'm the king of the rumba beat, when I play the maracas I go chick-chicky boom chick-chicky boom~

El soldado no se cortó ni un pelo. Con su arma levantada apretó el gatillo y una bala pasó por mi oreja izquierda, entre Ragun y yo; me agaché asustado, pero no perdí el ritmo de la canción. Mi plan era infalible, y jamás lo abandonaría.

—Yes I'm Cuban Pete, I'm the craze of my native street, when I start to dance everythings goes chick-chicky boom chick-chicky boom~

Otro nuevo disparo acertó en una de mis maracas, explotándola en cientos de pedazos helados que cayeron por toda la calle. La tiré al suelo y seguí agitando mis hombros, esta vez con todos los soldados enfurecidos observándome fijamente.

—¡Filisteos! —grité enfadado, lanzando la maraca que aún me quedaba directo al casco de uno de los miembros del ejército—. ¡No sabéis apreciar mi arte! ¡Vergüenza sobre vosotros!