El sol se ocultaba tras las casas de los parisinos dejando paso a una noche estrellada donde la luna llena brillaba con intensidad. Al contrario de lo que solía pasar, aquella noche nadie se atrevia a salir de su hogar, ni siquiera aquellos que iban a las tabernas a emborracharse hasta caer dormidos. Incluso los mendigos buscaban cobijo en cualquier rincón... Siempre lo más alejados posible del cementerio.
Desde hacía unos días un suceso sobrenatural había aterrorizado a la ciudad. Las historias hablaban de demonios que vagaban por las calles, otros de fantasmas en busca de almas, otros de un hombre lobo, zombies, vampiros... Había muchos rumores, aunque era imposible saber cuales de aquellos eran ciertos y cuales no.
Lo que sí era verdad era que algo estaba ocurriendo, una fuerza misteriosa hacía que extrañas voces de ultratumba saliesen de las entrañas del cementerio y llegasen hasta las casas circundantes.
Victoria Knight y Tristan fon Fabre fueron los interesados en encontrar las respuestas a lo que estaba aconteciendo y ponerle fin.