―Hemos decidido concederte un nuevo intento para presentarte al Examen de Maestría, en el que puedas aplicar los últimos progresos que hayas hecho. Ni hace falta decir que esperamos mucho de ti. En esta ocasión no te hemos dado un aviso previo para añadirle a tu prueba un matiz de imprevisibilidad. Además, y como imaginarás, no será igual a las que afrontaste en tu candidatura anterior.
»Aun así debemos preguntarte, ¿quieres aceptar la prueba?
Le dejaban escoger, a pesar de que hubiese sido todo tan repentino. Si Ragun quisiera saber cuándo podría presentarse de nuevo en caso de rechazar la prueba, Nanashi respondería vagamente que no lo habían determinado. Por lo tanto, era una buena oportunidad para volverlo a intentar. Y encima no había ni rastro de Daichi.
En cuanto diera la respuesta afirmativa, Nanashi asentiría secamente con la cabeza. Y a continuación, Ryota se pondría en pie y se acercaría a él.
―Bienvenido a tu Examen de Maestría. No pienses en fracasos anteriores, ni intentes aparentar lo que no eres. Te conocemos, te hemos adiestrado y te evaluaremos imparcialmente para saber si eres digno del título. No dudes en que no nos temblará la mano en volvernos a encontrar aquí otro día si fallas ―le advirtió―. Ya sabes lo que eso quiere decir. Demuéstranos que nos equivocamos.
Le hizo una seña a Shinju, que se levantó con desgana del trono y se fue por la puerta lateral.
―En esta ocasión, hemos ideado una prueba especial para ti. Creemos que tienes cualidades para ser un buen Maestro, pero también que posees algunas carencias que necesitarás mejorar en el futuro. Este Examen servirá para que seas consciente de ellas y analices la forma en la que te adaptas a los retos.
»Tu objetivo es simple: debes llevar sana y salva a una inocente a su mundo de origen, el País de las Maravillas. Ha estado aquí por motivos personales, que quizá te cuente por el camino, y guardará el secreto de la Orden. Tu única preocupación será la de escoltarla hasta su casa y evitar que sufra ningún daño. Seguramente ya te hayas encontrado en otras situaciones en las que debieras proteger a alguien; no obstante, te aseguro que ella no es como tus anteriores protegidos.
En ese momento se abrió la puerta lateral, de nuevo, y apareció Shinju sosteniendo a la inocente de la que se encargaría Ragun a partir de entonces:
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Era una flor grandecita, de un metro de altura, en una maceta que llevaba la Maestra en las manos. Le tapaba la vista al tenerla delante, como se la taparía a Ragun si la transportaba tal cual. La criatura no tenía ni rasgos faciales definidos, aunque daba la impresión de respirar, y usaba sus hojas como extensiones móviles. En cuanto entró abrió sus pétalos, se estiró y dijo:
―¿HEMOS LLEGADO YA?
―Aún no te has ido, ¡pero estoy deseando perderte de vista! ―gruñó, con una muesca de desagrado, ya que la flor chillaba cada vez que hablaba.
―Llevarla a su destino no te garantizará el aprobado, ya que evaluaremos todos los pasos que des en ese camino ―continuó Ryota, inmutable, mientras Shinju se acercaba a ellos―. Sin embargo, que resulte gravemente herida sí afectará a tu calificación final. Y como ya te he dicho, deberás superar varias pruebas para lograr un objetivo aparentemente fácil. No te confíes.
Shinju le pasó la maceta a Ragun, además de una bolsa de plástico que contenía una pala y una regadera para cuando llegara el momento de trasplantar la flor al suelo. Después, la Maestra se dio la vuelta y volvió al trono, aunque seguía con aquella actitud suya desagradable.
―¿Tienes alguna pregunta? No podemos adelantarte nada sobre los retos que encontrarás. Sé que lo harás bien.
Contestarían las dudas de Ragun que pudieran y le dejarían marchar. Al cerrarse tras de sí las puertas a la sala del trono, el muchacho se encontró con que acababa de empezar un Examen de Maestría y llevaba una delicada flor a la que debía proteger a toda costa.
Por cierto, debido a que había tenido que acudir con la mayor urgencia a la sala del trono, no había podido pasar por su habitación a recoger el equipamiento para misiones. Consigo solo llevaba su Llave Espada (la que llevara equipada) y un anillo bravura que no necesitaba quitarse. De objetos, ¡nada más! ¡Ni las llaves de la nave, ni su teléfono, ni alguna otra arma secundaria! Podía ir primero a su habitación a por todo el material… o partir de inmediato.
―JURARÍA QUE ANTES ERAS UNA CHICA.
¡Bienvenido a tu re-Examen de Graduación de Maestría!
Ni hace falta decir que el Examen ha cambiado. En vez de tres pruebas, esta será una única en la que el objetivo final será llevar la flor a su lugar de origen. Conseguirlo no te dará el aprobado, pero fallar será un suspenso inmediato. Ahora, sobre la flor, debes saber que es muy delicada. Considérala muerta si recibe cuatro golpes, aunque te adelanto que no recibirá nunca más de un golpe por turno. Al cuarto habrás suspendido.
Puedes aprovechar este turno para preguntarle todo lo que quieras a Ryota, aunque no te contestará casi nada sobre la flor, los retos o el transporte. Cómo llevarla y qué rumbo tomar será importante y tendrá consecuencias.
No tienes permitido el uso de mascota. Y como ya te he puesto en este primer turno, ahora mismo no tienes más que tu Llave y tu accesorio. Si quieres todo lo demás tendrás que ir a tu habitación a cogerlo en este turno (incluida las llaves de la nave gumi).