[Minievento] El Último Regalo.

Celeste, Keiko, Simbad y Saito

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Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Minievento] El Último Regalo.

Notapor Sombra » Sab Jul 29, 2017 3:42 am

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Solo podían hacer una cosa: Correr.

Una de las monstruosidades fruto del Caos les había visto mientras atravesaban el oscuro e intrincado laberinto de la Reina de Corazones.

Ariasu trataba de repeler el monstruo con sus hechizos (que les seguía algo más atrás, en la retaguardia), pero éstos apenas parecían tener efecto alguno, sin embargo el suelo bajo sus pies parecía estar separando más y más a Ariasu de ellos, el espacio empezaba a colapsar y era imposible alcanzarla.

La Maestra, la líder de la incursión al mundo les gritó que siguiesen sin ella mientras que poco a poco iba quedándose atrás. Pudieron ver que su rostro estaba encogido por el miedo pese a que era capaz de luchar con ferocidad… Pero no podían volver atrás por mucho que lo intentasen. El espacio Caos estaba separándoles a gran velocidad.

El universo entero podía depender de aquella misión, debían alcanzar el centro de aquel brote del Caos que poco a poco iba infectando el intersticio y que se expandía como una enfermedad. El País de las Maravillas carecía de barrera y aquello era lo que había supuesto que acabase corrompido. Si no había caído era gracias al corazón del mundo, que aunque afectado por el Caos debía seguir intacto en algún lugar.

Uno de los comandantes de Xihn también estaba tras la pista del centro de aquella extraña y caótica energía… Sería otra victoria más para la Corrupción si no llegaban a tiempo.

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La aberración del Caos, un monstruo oscuro y deforme cuyo cuerpo desproporcionado era de al menos tres metros de altura se abalanzó contra Ariasu, el monstruo cubría su rostro con una horrible máscara. La mujer lo lanzó hacia atrás materializando un ataque de viento que destrozó varios setos del laberinto. Sin embargo, como atraídos por la mujer otros más, que caminaban por el techo se dejaron caer sobre ella alzando una nube de polvo. Pudieron ver como Ariasu activaba su Estilo de Combate, pero nada más, pues de golpe las leyes del mundo cambiaron y el espacio se deformó violentamente haciendo que la perdieran de vista.

El grupo se vio suspendido en el aire unos instantes mientras el suelo se abombaba y contraía de forma exagerada. Un agujero se abrió en el techo mientras que las paredes que bordeaban el laberinto se expandían hasta prácticamente el infinito.

El laberinto cambiaba y sus caminos desaparecían y abrían haciendo que en un instante todo fuese distinto a como era momentos atrás. El sentido de lo que estaba arriba o abajo o incluso a los lados desapareció en aquellos segundos. Los únicos que se veían inmunes a dicho efecto eran ellos, pero incluso así los bruscos cambios gravitatorios y espaciales los dejaban desorientados y en un estado deplorable o como mínimo con unas ganas tremendas de vomitar y perder el conocimiento.

Unas siluetas fantasmagóricas de aspecto humanoide aparecieron por un instante y señalaron una de las paredes que poco a poco se acercaba a ellos al ir contrayéndose. ¿Quiénes eran? Jamás habían visto algo semejante y parecían querer indicarles algo.

Por un instante, a aquella velocidad a la que se dirigía la pared contra ellos pensarían que morirían en un abrir y cerrar de ojos, “atropellados” por aquella inmensa pared que delimitaba el laberinto. Por fortuna, tan solo fue un pensamiento.

***




Antes de darse cuenta, se vieron al otro lado de aquella pared. Reconocerían el lugar como el Bosque de Lotos, pero en una versión muchísimo más siniestra. El grupo de portadores no sabría si habían chocado con la pared o no, era como si tuviesen un vacío en sus recuerdos de unos pocos segundos, o simplemente habían aparecido allí. Lo cierto es que estaban solos y no tenían forma de comunicarse con Tierra de Partida ni de regresar, no al menos mientras el Caos afectaba tan fuerte el mundo (si abrían un portal, el Caos podría alcanzar Tierra de Partida o al menos era una aterradora posibilidad, por lo que se había decidido no intentarlo).

Las paredes que delimitaban la zona estaban resquebrajadas por extrañas raíces negras que parecían distorsionarlo todo a su alrededor mientras que crecían a un ritmo alarmante y poco a poco se extendían hacia donde estaban los portadores... Pobre de aquel insensato que intentase tocar una de aquellas cosas.

Al otro lado de la pared se escuchaban gemidos y tétricos alaridos de aquellas extrañas monstruosidades que habían surgido de las profundidades del Caos, similares a la que había perseguido al grupo.

La luz del bosque era prácticamente monocroma y en algunos lugares se dibujaban sombras y formas humanoides similares a fantasmas. Algunos se parecían mucho a ciertos habitantes del mundo y eran el mismo tipo de espectro que habían visto antes, ¿fantasmas? ¿Ecos del pasado? Lo único que tenían claro era que debían cumplir una misión, una muy importante… Y estaban solos, sin la líder de la misión, la única Maestra Veterana que habían llevado consigo.

Al final del bosque encontraron la entrada al Jardín del té, de donde un resplandor dorado surgía. Por el camino pudieron escuchar a algunas de las Aberraciones del Caos. El bosque debía estar plagado de ellas, aunque por fortuna ninguna les salió al paso… Sin embargo, sí que vieron a una jugueteando con lo que parecía ser un trozo metálico que brillaba con una ténue luz dorada similar a la del jardín del té.

Al entrar en el jardín del pudieron comprobar que aquel brillo dorado venía de la propia casa es decir, del Cuarto Misterioso. Allí era donde estaba aquella extraña energía. Era difícil decir si era aquello lo que había provocado todo lo que estaba ocurriendo o si aquella energía era consecuencia del propio Caos. Tal vez aquello explicaba por qué no fueron capaces de aparecer por la entrada “normal” del mundo a través de la madriguera, sino directamente en el Palacio de la Reina. Algo había bloqueado la entrada a aquel lugar y la única forma que tenían de llegar era a través de la casa del Jardín del Té.

Pero no todo iba a salir a pedir de boca.

La puerta estaba distorsionada y había un problema con eso. La cerradura de la puerta había desaparecido, no los objetos en sí dejando un agujero, sino sus propias existencias. Era como si jamás hubiese existido una cerradura, por lo que era imposible desbloquear la puerta con una Llave Espada, tampoco eran capaces de golpear la puerta (ésta parecía de goma o chicle al ser golpeada y resultaba imposible hacerle un solo rasguño) y la magia… Directamente era rebotada con potencia añadida por el impulso que daba la casa al ser atacada.

Si se fijaban bien verían que en la puerta, justo donde debería estar la cerradura había cuatro minúsculos torbellinos oscuros, similares al vórtice que habían visto cuando Ciudad de Paso había sido destruída. ¿Por qué cuatro y no uno más grande?

No podían salir del Bosque de Lotos y éste con la influencia del Caos había cambiado mucho, no solo había extraños espectros, también estaban las aberraciones... Y debían encontrar una manera de entrar a la casa.

Desde el jardín podían ver varios caminos: Uno de ellos era por donde habían venido, otro seguía hasta una seta enorme que podían utilizar de plataforma para acceder a la parte superior del bosque, por encima de las ramas y copas de los árboles, en otro las plantas habían sido corrompidas por la oscuridad y parecían especialmente peligrosas y había uno más donde se veían a lo lejos un sinfín de carteles y una de aquellas monstruosidades haciendo lo que parecía ser bailar agarrado de algo o alguien que no existía, pues estaba completamente solo.

No tenían pistas, no tenían a nadie que fuese a guiarles. Solo podían contar con ellos mismos para resolver aquel rompecabezas... Y debían saber que uno de los comandantes de Xihn no andaba lejos.

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Tened en cuenta que este es un minievento. Durará aproximadamente 6 rondas, el objetivo no es pelear y siempre podréis evitarlo de una manera u otra. No hay más pistas y no pretendo llevaros de la mano. Debéis descubrir todo solos.

Pensad que estos eventos son de cara a la última saga. Todo contará para lo que suceda en el futuro.


Fecha límite: 02/08/2017 a las 23:59
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor Denna » Mar Ago 01, 2017 12:07 am



El mundo dejó de dar vueltas pasados unos minutos, minutos en los que tuve que concentrarme al máximo para no vomitar. La pared se había tragado el laberinto, y con él a esas horribles criaturas que nos perseguían.

Sobrevino una arcada que me dobló por la mitad. Caí al suelo de rodillas. ¿Qué eran esas cosas? No parecían Sincorazón, ni —oh, gracias a Dios— Incorpóreos, ni... ni tampoco esas criaturas fantasmales. Fueran lo que fueran. Al menos no nos habían atacado. Recordaba vagamente haberle preguntado a Ariasu y...

Levanté la cabeza de golpe. «No. Oh, no. Nononono».

¿Dónde está Ariasu?

Justo en ese momento, los recuerdos del laberinto vinieron a mí, todos de golpe. Temblorosa, ya fuera por el esfuerzo físico o por el miedo, o quizás por ambos, volví a vivir como la Maestra se enfrentaba sola a las aberraciones. Cómo se interponía entre nosotros y esas cosas. Y cómo, por mucho que lo intentáramos, el Caos hacía imposible que llegáramos hasta ella.

Me puse en pie con cuidado y me sequé las lágrimas. Estábamos en la zona del bosque, aunque nadie lo habría dicho a simple vista. Era como si alguien hubiera cogido un bote de pintura gris y lo hubiera derramado por los antiguos colores. Y las zarzas, esas aterradoras raíces negras que se acercaban a nosotros...

Necesitamos ayuda —murmuré mirando a mis compañeros. Simbad, Saito y Keiko. Me mordí el labio, repitiéndome por cuarta vez que éramos demasiado pocos. ¿Alguno tiene cobertura o algo para avisar a Tierra de Partida? Ariasu está sola y... y nosotros también...

Fruncí el ceño y cerré los ojos. «Maldita sea». De acuerdo, no esperaba tener meses de paz y tranquilidad para poder lamerme las heridas, pero esto... Esto era demasiado.

Los sonidos eran imposibles de discernir. Entre los árboles, juraría que la mitad provenía de mi imaginación; la otra mitad, obra de las aberraciones. Sólo teníamos una opción mientras esperábamos a posibles refuerzos: avanzar.

Divisamos una salida del bosque a pocos metros. Nada salió a nuestro encuentro por el camino, pero eso no contribuyó a que me calmara un poco. Si bien el mareo ya había pasado, seguía con el corazón en la garganta, y lo sentía latir tan fuerte que temí que alertara a más monstruos. Dejé que mis compañeros avanzaran por el Jardín del Té y me quedé en el límite del bosque, ojo avizor por si alguien —o algo— aparecía.

¿Y bien? ¿Por qué no vamos hacia la luz? —pregunté por encima de mi hombro, soltando una risita nerviosa.

La respuesta se hizo obvia de inmediato. No teníamos cerradura. No, más que eso: no existía la cerradura. Había sido sustituida por cuatro extraños remolinos (¿remolinos?) y, por lógica, la Llave Espada no funcionaría para abrirla. Probé a dispararle un Electro sin muchas esperanzas, pero el hechizo no hizo más que rebotar.

Vale, pues habrá que buscar otra forma de entrar. Y deprisa. Es cuestión de tiempo que algo desagradable venga a por nosotros.

Volví a adentrarme en el Bosque de Lotos para comprobar su estado. Había una aberración a lo lejos, dando vueltas sobre sí mismo y agarrado a algo invisible. ¿Estaba bailando? Sacudí la cabeza. ¿Los monstruos podían volverse locos?

Yo, por mi parte, no pensaba acercarme. Ni a ella ni a los fantasmas.

Antes he visto un camino —susurré a mis compañeros—. Es —oh, por favor, no os riáis— mediante una seta. Sí. Creo que puedo subir por ella y llegar hasta lo más alto del bosque. Igual encontramos otra manera de entrar en la casa. Keiko, ¿quieres venir conmigo? —le pregunté a la chica.

A decir verdad, estaba convencida de que separándonos los cuatro nos iría mejor, pero no me hacía mucha gracia dejarla sola. ¿Quizás porque la conocía menos? ¿Porque era la más... pequeñita del grupo?

En cualquier caso, seguro que las dos juntas podríamos cubrirnos las espaldas. No quería estar sola. Sobre todo en este momento.

Me llevé una mano al abdomen y contuve una mueca de dolor. Luego señalé a la criatura de antes.

Si alguno quiere ir con nuestro amigo el bailarín, quizás desde arriba podamos acorralarle. O averiguar qué hace. Puede que sea una trampa.

Esperé unos segundos a que decidieran y, tanto si Keiko me acompañaba como si no, me encaminaría hacia la seta gigante.

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¡SETITAAAAAAAAA!

Celeste sube a la parte de arriba del bosque. Su intención es buscar una forma de entrar en la casa así que mirará alrededor de ésta desde ahí. Si alguien le pide que vigile al bichito bailarín, lo hará, aunque su prioridad es la casa.
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor xXOrbOOkXx » Mié Ago 02, 2017 4:41 pm

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¡Ariasu! ¡NO!

Pero no podíamos volver. El Caos avanzaba de forma pasmosa, sin darnos ni una sola oportunidad. Y Ariasu había sido devorada por él. Se me encogió el corazón, pero no podíamos para de correr, correr, correr…

Desde que había comenzado el año, Xhin había tomado cartas en el asunto atacando a los mundos. Bueno, Xhin y sus secuaces. No podía evitar pensar que Andrei estaba haciendo de las suyas en mi mundo natal. Le aborrecía, pero por ahora solo podía ceñirme a las circunstancias. Y al margen de eso, la Cité no era el único mundo que estaba siendo brutalmente asolado. Sabía que la oscuridad y el Caos podían causar verdaderos estragos, pero no… No aquello.

En algún punto de mi entrenamiento había visto imágenes de el País de las Maravillas, pero poco tenía que ver en lo que se había convertido. No solo era siniestro y peligroso, sino que se notaba que estaba en las últimas. El corazón se encontraba en algún sitio, intacto, y ese era nuestro objetivo… Y el de Xihn, Aaron. Como fuese.

Y para más inri, como si no fuera suficiente con los Sincorazón, el Caos estaba generando unas aberrantes criaturas. Eran gigantescas, deformes, tan oscuras como la ceniza. Ariasu estaba peleando contra una de ellas cuando el laberinto la engulló. Jadeé en mi carrera, frustrado por todo lo que se nos venía encima, por estar tan indefensos. Tenía miedo, pero la adrenalina y la promesa de poder salvar un mundo más disimulaban la sensación.

El laberinto tampoco nos ponía las cosas fáciles. Las paredes se distorsionaban, se movían, nos hacían el camino imposible. Daba la sensación de estar corriendo en círculos, directamente hacia una trampa o nuestra perdición. Pero no podíamos perder la calma. Era un lujo que no nos podíamos permitir bajo ningún concepto.

El escenario colapsó. De repente ya no había arriba o abajo, sino una amalgama extraña, inconstante. Me mareé, me desorienté. El pánico me atenazó unos angustiosos momentos, unos momentos en los que ya no sabía si seguía corriendo, si estaba soñando o si había algún tipo de alucinógeno en el aire.

El efecto pareció incrementarse cuando vi formas humanoides, como sombras. Señalaban hacia una pared, una pared que se contraía, que se dirigía directamente hacia nosotros. Quise gritar, o por lo menos avisar a mis compañeros, pero fue inútil…

****


Cuando recobré la conciencia de nuevo, parecía que habíamos atravesado la pared. Mareado, intenté apoyarme en alguna rama, pero pronto comprendí que sería mala idea: la Corrupción también había afectado a la vegetación.

¿Dónde está Ariasu?

Lo había preguntado Celeste, aunque su voz me llegó distorsionada. Me llevé una mano a la cabeza, intentando que el mundo dejara de dar vueltas. Me sentía como si acabase de salir de una batidora. Trastrabillé varias veces intentando ponerme en pie, hasta que al final decidí que quedarme quieto hasta que el mareo remitiera sería mejor opción. Funcionó. Poco a poco el mundo volvió a ser como siempre. Y la realidad me golpeó como un puño: el laberinto se había tragado a Ariasu. Parpadeé varias veces, todavía algo atontado.

Y no era lo único. Reconocí el Bosque de Lotos bajo un manto de penumbra, plagado de figuras fantasmagóricas que ya habíamos divisado y peligros por todas partes. Tragué saliva para ahuyentar el sabor a bilis. Ya no solo era por la situación en sí, sino por el ambiente. Era como si algo nos estuviera escudriñando desde las sombras, preparado para atacar. Empuñé mi guadaña, un salvoconducto vano.

Necesitamos ayuda —murmuró Celeste—. ¿Alguno tiene cobertura o algo para avisar a Tierra de Partida? Ariasu está sola y... y nosotros también...

Saqué mi dispositivo de comunicación y traté de mantener la calma, por difícil que pareciera (no por nada los alaridos de las aberraciones resonaban por todas partes). No era la primera vez que estábamos en una situación parecida, y el pánico solo haría que tomáramos decisiones precipitadas.

Está bien, no nos pongamos nerviosos —dije.Le coloqué una mano en el hombro a Celeste en forma de consuelo. Se notaba que estaba asustada—. Lo primero es ver si tenemos cobertura y todos nuestros números, por si pasa algo. En caso contrario tendremos que comunicarnos con hechizos si algo va mal.

Me sentía extrañamente seguro, pero a la vez inquieto por Ariasu. Sabía que tendría que retroceder para ir a buscarla, pero no quería dejar a mi grupo solo por ahora. Miré a Saito y Keiko y evalué sus posibles reacciones. Celeste tenía razón: necesitábamos ayuda, pero la Orden estaba desbordada de trabajo. Esperé de nuevo que la Maestra estuviera a salvo, o viva como mínimo. Aunque ella era fuerte, me dije. Sabría salir adelante.

Por ahora solo podíamos avanzar, evaluar nuestra posición y actuar. Con estos pensamientos todo lo que me quedaba de nerviosismo se evaporó. La situación podría ser mucho peor, y era tremendamente consciente de ello; aunque no me hacía ilusiones. No solo podría salirnos al paso una peligrosa criatura en cualquier momento, sino alguno de los aliados de Xhin, y eso sí que era un problema. Una cosa era luchar contra aberraciones que previsiblemente no tenían la capacidad de razonar y otra muy distinta enfrentarse a un viejo Maestro loco.

Anduvimos por un sendero disponible hasta llegar al final del bosque, y toparnos con la entrada al Jardín del Té. Todo el trayecto lo pasé más o menos relajado aunque con la guadaña en ristre, siempre dispuesto a atacar a cualquier cosa que nos saliera el paso… Cosa que no pasó y que me extrañó de nuevo. ¿No deberían perseguirnos las aberraciones como habían estado haciendo?


¿Y bien? ¿Por qué no vamos hacia la luz?

En aquella situación, no me atreví a bromear sobre ello. Con un gesto curioso, me erguí para evaluar nuestro entorno. Habíamos llegado a un claro previo, con una puerta hacia el Jardín. Un brillo dorado resplandecía tras ella, sin embargo esta provenía directamente de una pequeña puerta. Esta, para mi inquietud y asombro, estaba distorsionada, y no tenía cerradura, sino que había sido reemplazada por remolinos de oscuridad. Me acerqué para examinarlos. Conforme más me acercaba más me daba cuenta de que la energía que emanaba la propia puerta hormigueaba en la punta de mis dedos y envolvía el ambiente, como una manta de seda. Celeste se atrevió a lanzarle un hechizo, pero fue inútil.

Vale, pues habrá que buscar otra forma de entrar. Y deprisa. Es cuestión de tiempo que algo desagradable venga a por nosotros.

Secundaba la moción. Para ello no nos quedaba otro remedio que retroceder, pero habían varios caminos: uno parecía estar franqueado por una aberración que... ¿bailaba? con un ente invisible, otro era ir por donde habíamos venido y otro estaba plagado de plantas con malas intenciones. Mirara hacia donde mirase, se podía oler el peligro.

Sea como fuera el primer camino era el más intrigante, no por el monstruo, sino por lo que tenía en su poder: un cristal brillante. Me rasqué la perilla. Estaba claro que la criatura podía atacarnos en cualquier momento, pero había algo en ella que...

Antes he visto un camino —susurró Celeste—. Es —oh, por favor, no os riáis— mediante una seta. Sí. Creo que puedo subir por ella y llegar hasta lo más alto del bosque. Igual encontramos otra manera de entrar en la casa. Keiko, ¿quieres venir conmigo?

Sí. Lo mejor será dividirnos —Miré a mis compañeros. No me hacía mucha gracia la idea, pero no teníamos opción—. Por lo que veo hay cuatro caminos y cuatro agujeros en la puerta, pero eso no quiere decir que averigüemos algo en todos ellos.

Celeste hizo un amago. Arqueé una ceja. ¿Se encontraba mal, quizás? No dije nada al respecto.

Si alguno quiere ir con nuestro amigo el bailarín, quizás desde arriba podamos acorralarle. O averiguar qué hace. Puede que sea una trampa.

No es mala idea, pero propongo dejarnos ese camino para el final. No sabemos si ese bicho atacará sin pensárselo. —Fruncí el ceño—. Pero tiene algo en las manos, ¿os habéis fijado? ¿Qué creéis que es?

Carraspeé un momento, inseguro de nuestra situación por un momento. No teníamos mucho tiempo.

»Yo me vuelvo por donde hemos venido. No puedo dejar a Ariasu por ahí, además así podré echar un vistazo a algo que se nos haya pasado.

Como las sombras fantasmales que nos señalaban hacia un destino concreto. Puede que fueran lo que más me intrigaba. Enarbolé la guadaña y di unos pasos hacia mi camino.

Por favor tened mucho cuidado, id mandando mensajes si hay cobertura o lanzad hechizos si estáis en problemas.

Esperé que el resto se hubiera decidido para seguir mi camino. Iría a paso rápido, pero intentando no hacer ruido y observando todas las pistas que la Maestra pudiera haber dejado.. Tuve la tentación de gritar el nombre de Ariasu para buscarla, pero eso sería un tremendo error. Podría atraer a compañía indeseada.


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Voy hacia atrás. Si hay una pared o un muro que me impide volver por lo que sea, cojo el camino del bicho bailarín. Se entiende que mi personaje pasaría intentando no llamar su atención, aunque quién sabe cómo puede reaccionar.

Por ahora la prioridad de Simbad es buscar tanto Ariasu como alguna pista sobre la puerta.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor James Bond » Mié Ago 02, 2017 6:35 pm

Keiko junto al resto de sus compañeros de misión corrían como si les persiguiera el mismísimo diablo... ¡que narices! Les perseguía uno, literalmente. Además, en un mal momento. ¡Malditos laberintos! ¿No era más fácil usar el glider para saltárselo y ya?

La Maestra Ariasu repelía (o al menos, intentaba) al monstruo aberrante que les perseguía pero sus hechizos mágicos no le hacían nada. Era como lanzarle avioncitos de papel. El miedo se apoderó de la muchacha. ¿Cómo iban a poder enfrentarse a esa cosa? Si ni Ariasu podía, ¿quién podía hacerlo?

Y para añadir más presión al asunto, el suelo se agrietaba poco a poco. Aquello era una carrera contrarreloj en la que perder tenía un coste muy caro.

Llegó un punto en el que el espacio que había entre los aprendices y Ariasu era demasiado y la maestra les ordenó que siguieran avanzando sin ella. Después de que la mujer alterara la gravedad del mundo, el grupo de aprendices se encontraba flotando en el aire, pero no por mucho tiempo.

---

Finalmente, acabaron llegando a un punto en el que tenían que dividirse, pero Keiko no estaba segura de que ir solos fuera la mejor opción ya que uno de los comandantes enemigos estaba en aquel mundo. ¿Y si se lo encontraban avanzando solos y no había nadie cerca para ayudarles?

Necesitamos ayuda. ¿Alguno tiene cobertura o algo para avisar a Tierra de Partida? Ariasu está sola y... y nosotros también...
Trataré de contactar con la Orden —dijo Keiko, sacando su móvil—. Espero que tengamos cobertura con Tierra de Partida. Maldita sea... ¿qué diablos era esa cosa?

Keiko trató de llamar a Tierra de Partida:

Si lo consigue.

¿Hola? Keiko de Tierra de Partida, somos el grupo que ha ido a el País de las Maravillas. Las cosas están peor de lo que pensábamos aquí. Nos hemos separado de la Maestra Ariasu y no sabemos nada de ella. Por favor, solicitamos refuerzos lo más rápido posible.

Si no lo consigue.

Nada, no hay cobertura, maldita sea...


En cualquier caso.

Antes he visto un camino. Es mediante una seta. Sí. Creo que puedo subir por ella y llegar hasta lo más alto del bosque. Igual encontramos otra manera de entrar en la casa. Keiko, ¿quieres venir conmigo? —preguntó Celeste.
Claro, mejor acompaña que sola.

De modo que Keiko seguiría a Celeste lo más cerca suya posible, obedeciendo en todo lo que le dijera.

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Keiko acompaña a Celeste y se queda muuuy pegadita a esta, siguiendo sus órdenes en caso de ser necesario
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor H.S Sora » Mié Ago 02, 2017 9:17 pm

Ninguno de los cinco había venido preparado para esto. Ni siquiera Ariasu que era, de lejos, la más veterana de nuestro pequeño grupo. Pero eso no pareció importar cuando fuimos enviados a una incursión al País de las Maravillas.

Pero ahí ya no quedaba nada de maravilloso. El Caos, tan implacable como había demostrado ser hasta el momento, se había encargado de ello. Todo estaba corrompido, el mundo parecía incapaz de seguir aguantando una situación como aquella por mucho más tiempo...

¿Dónde se escondía el corazón? Era la mejor pregunta que uno podía hacerse. A fin de cuentas, era lo único que impedía que el mundo cayera del todo.

A pesar de eso, nuestro objetivo era uno muy distinto esta vez: llegar al epicentro de todo aquel Caos que parecía ir extendiéndose hacía fuera, infectándolo todo a su paso. Si lo encontrábamos antes que los enviados de Xihn, quizá la Orden fuera capaz de hacer algo al respecto.

¡Ariasu! ¡NO!

El grito de Simbad consiguió detener mi carrera durante un momento. Lo suficiente como para que mirara atrás, aunque me había prometido no hacerlo. Ariasu se estaba enfrentando sola a todo «eso». Porque aquellas criaturas no tenían otro nombre. Deformes, cubriendo sus rostros con grotescas máscaras. ¿O así serían sus verdaderos rostros? ¿Máscaras de puro horror y caos?

Quise llegar hasta ella, pero el espacio que había entre nosotros era demasiado grande para cualquiera. Tampoco habría podido hacer nada. Intenté gritar, pero un nudo en el estómago me lo impedía. Las piernas me temblaban, y a pesar de eso me obligué a continuar corriendo, a huir de todo mientras la Maestra activaba su Estilo y nos alejaba de aquel peligro. Un peligro que había intentado darnos caza desde que llamamos su atención en el laberinto.

Y desapareció de golpe, junto a la mitad de todo lo que habíamos podido apreciar hasta el momento. El mundo cambiaba y mientras nosotros éramos incapaces de poner un pie en el suelo, éste adquiría formas cada vez más extrañas.

No solo el suelo, cualquier elemento del lugar se transformaba una y otra vez. Maldije para mis adentros. Así era imposible que nadie pudiera orientarse lo más mínimo. La cabeza empezó a darme vueltas mientras todo seguía aquel curso caótico.

«No puedo aguantar más esto.» La voz de Alice sonaba lejos, a pesar de haberla podido oír con claridad.

«Yo tampoco.»

Por un momento de alucinación me pareció ver que una especie de fantasmas se aparecía ante nosotros, tratando de decirnos algo. Al fijarme mejor pude comprobar que lo que habían señalado el fruto de mis delirios no era otra cosa que una pared que venía directa contra nosotros.

***


Un sueño. Era la única explicación posible para ese vacío momentáneo que había tenido. Una pesadilla que había terminado, el fin de esa locura de haber perdido a Ariasu. O de estar solos en medio de un laberinto caótico.

¿Dónde está Ariasu?

La voz de Celeste me sirvió de recordatorio para la cruda realidad. Me incorporé con la frente perlada por el sudor y dudé unos segundos en si contestarle o dejar que lo recordara. Por la expresión que adquirió entonces, no hizo falta añadir nada.

Miré a mi alrededor, para toparme con el Bosque de Lotos. Aunque podría haber pasado perfectamente por «el Bosque Siniestro». Unas raíces negras se extendían por todo y parecían tratar de llegar hasta dónde estábamos... no les tomaría demasiado tiempo si seguían creciendo a aquel ritmo desmesurado.

Me perturbaron entonces los gritos que quedaron atrapados tras aquellas paredes, las mismas que se habían tragado a Ariasu y a todas las criaturas del Caos. Una sensación de repulsión me recorrió el estómago.

«Alice, ¿estás ahí?»

A pesar de no obtener respuesta, no había otra que seguir avanzando, intentando dejar el pánico a un lado.

Necesitamos ayuda. ¿Alguno tiene cobertura o algo para avisar a Tierra de Partida? Ariasu está sola y... y nosotros también...

Está bien, no nos pongamos nerviosos. Lo primero es ver si tenemos cobertura y todos nuestros números, por si pasa algo. En caso contrario tendremos que comunicarnos con hechizos si algo va mal.

Trataré de contactar con la Orden —Miré a Keiko mientras sacaba su teléfono—. Espero que tengamos cobertura con Tierra de Partida. Maldita sea... ¿qué diablos era esa cosa?

Saqué mi teléfono y le eché un ojo a la cobertura. De tenerla avisaría a mis compañeros y le mandaría un mensaje a los Maestros informándoles de lo sucedido. Quizá encontraran un modo de ayudarnos desde fuera... pero no estaba seguro. Y es que invocar un Portal para sacarnos de ahí era, cuanto menos, un suicidio. Porque si el Caos llegaba a colarse a través de éste, ya podíamos despediros de Tierra de Partida y de los mundos cercanos.

Avanzar a través del bosque era un verdadero suplicio. Los fantasmas se dibujaban entre las sombras, y sólo servían para alimentar mi paranoia. ¿Se trataba de verdaderos habitantes del mundo afectados por el Caos? ¿O eran los vestigios de los lugareños del País de las Maravillas?

Incapaz de saberlo, traté de mantenerme alerta en todo momento ante cualquier movimiento o sonido... y a pesar de oír los berridos de aquellas criaturas ninguna salió a nuestro encuentro. Desperdigadas por aquel maldito bosque parecían incapaces de encontrarnos. A excepción de una, que estaba demasiado entretenida como para llegar a fijarse en nosotros.

Llegamos al Jardín del té, cuya entrada brillaba de manera inusual. Una vez dentro, pudimos ver que el resplandor provenía de la casa que había en dicho jardín. Parecía ser lo que estábamos buscando, o al menos era algo por lo que empezar ahora que estábamos solos.

Con un suspiro de alivio, me dispuse a abrir la puerta cuando...

«Mierda. Mierda. Mierda.»

¿Y bien? ¿Por qué no vamos hacia la luz?

Tenemos un problema —comenté para todos, por si alguno no se daba cuenta—. La cerradura ha volado sin dejar rastro.

Aunque sí que había dejado algo. Cuatro pequeños remolinos estaban en el lugar que le pertenecía a la cerradura. Eran algo extraño. ¿Por qué remolinos? Me recordaban vagamente al que había visto en Ciudad de Paso... pero no podía ser. No tenía sentido que fueran lo mismo.

Me pasé una mano por el rostro, nervioso, antes de intentar golpear la puerta con mi arma. Celeste intentó tirarla abajo también con un hechizo. En ambos casos la casa no sufrió daño alguno.

Vale, pues habrá que buscar otra forma de entrar. Y deprisa. Es cuestión de tiempo que algo desagradable venga a por nosotros.

Imité a mi compañera, fijándome en los caminos que había disponibles. La cerradura de la puerta podía estar en alguno de ellos... ¿quizá escondida? O puede que consiguiéramos encontrar otra entrada a la misteriosa casa.

Miré las opciones y me decidí.

Antes he visto un camino. Es —oh, por favor, no os riáis— mediante una seta. Sí. Creo que puedo subir por ella y llegar hasta lo más alto del bosque. Igual encontramos otra manera de entrar en la casa. Keiko, ¿quieres venir conmigo?

Sí. Lo mejor será dividirnos —apuntó Simbad—. Por lo que veo hay cuatro caminos y cuatro agujeros en la puerta, pero eso no quiere decir que averigüemos algo en todos ellos.

Celeste se llevó la mano al abdomen y me pregunté si le sucedía algo. Sin saber muy bien qué decir —quizá hubieran sido impresiones mías— preferí no comentarle nada. Ahora no era el momento ni el lugar.

Si alguno quiere ir con nuestro amigo el bailarín, quizás desde arriba podamos acorralarle. O averiguar qué hace. Puede que sea una trampa.

No es mala idea, pero propongo dejarnos ese camino para el final. No sabemos si ese bicho atacará sin pensárselo. Pero tiene algo en las manos, ¿os habéis fijado? ¿Qué creéis que es?

Me encogí de hombros.

No lo he visto muy bien... pero podría ser cualquier cosa. Desde un trozo de flor muerta, hasta algo relevante. Como bien dices, mejor dejarlo para el final. —Chasqueé la lengua—. Esas cosas parecen impredecibles.

»Yo me vuelvo por donde hemos venido. No puedo dejar a Ariasu por ahí, además así podré echar un vistazo a algo que se nos haya pasado.

Invoqué mi guadaña para estar preparado.

Yo iré por el camino de las plantas. —Lo señalé con el arma sin titubear—. Mucha suerte a todos.

Me despedí de mis compañeros tras las últimas palabras de Simbad y me encaminé hacia mi elección. Tendría cuidado, sobre todo al ver que las plantas estaban corrompidas por la oscuridad y al recordar que uno de los generales de Xihn andaba por el mundo.

Estaría alerta a cualquier ruido, y avanzaría con cautela por el camino intentando encontrar alguna pista de lo que buscábamos: ya fuese del paradero de la cerradura o de una entrada alternativa.

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Saito va por el camino de las plantas oscuras~~
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Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
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#2 Ecos de un ayer

Notapor Sombra » Jue Ago 03, 2017 11:35 pm

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Había cobertura, pero no pudieron comunicarse ni con Tierra de Partida ni entre ellos. Los móviles solo daban interferencias, podían escucharse voces y gritos de fondo, pero estaban tan distorsionadas que era imposible reconocerlas, ni siquiera era posible distinguir que decían. Cualquier otro integrante del grupo podría intentarlo, el resultado sería el mismo.


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Saito




Las ramas recibieron al aprendiz con los brazos abiertos. El estrecho sendero era largo y a penas podía ver a más de unos pocos palmos de su posición. Saito se vio obligado a abrirse camino a base de espadazos en algunas partes. El muchacho no pudo evitar recibir algún que otro rasguño, nada grave o que pudiese afectarle negativamente ya que pudo tener cuidado y avanzar con calma, aunque aquello no evitaría el escozor de aquellos leves y prácticamente insignificantes cortes.

No tardó en alcanzar un claro que parecía ser el corazón de aquellas ramas debido a que todas parecían salir del centro de aquel lugar, un viejo pozo de piedra maltrecho y prácticamente derrumbado, sobre el que flotaba un diminuto trozo metálico que tenía un leve resplandor dorado.

Sobre el claro había colgados cual murciélagos varias de aquellas aberraciones que habían estado acosándoles antes. Era complicado saber si estaban o no despiertos por culpa de las máscaras, pero en un principio parecieron ignorar a Saito. A penas era posible ver el suelo, una espesa bruma negra se filtraba desde el otro lado del claro y una luz rojiza se filtraba entre las ramas negras de donde venía aquella oscuridad.

El techo estaba cubierto también por zarzas negras, pero éstas no eran del mismo tipo que las que acababa de atravesar. Eran corrupción y se iba expandiendo también desde el lugar de donde procedía aquella luz rojiza.

El aprendiz no podría moverse bien por el terreno, pues no se veía el suelo por debajo de sus rodillas por culpa de la bruma y en un terreno desigual y lleno de ramas como aquel podría tropezarse fácilmente haciendo mucho ruido... Y aquello podría provocar a los monstruos del techo.

Debía deducir cómo actuar: ¿ser cauto o apurar lo máximo posible? ¿Ir hacia el centro del lugar o hacia la luz rojiza? ¿Meterse en el pozo o investigar la luz dorada? No había pistas.

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Keiko y Celeste





No fue complicado subir a la enorme seta e impulsarse hacia una de las ramas que utilizarían para continuar escalando hasta llegar al sendero de la parte alta del bosque. Desde allí prácticamente tenían acceso a todo el bosque y de hecho... Pudieron probar a saltar sobre la casa.

Seguramente lo hicieron, al fin y al cabo buscaban una entrada y la chimenea era lo suficientemente grande como para que pasasen, pero pronto se darían cuenta de que entrar por allí no era buena idea.

En la profundidad de la chimenea verían una masa púrpura que centelleaba y giraba sobre sí. Era un vórtice oscuro, uno como el que se había tragado Ciudad de Paso. De él salían centellas negras que se adherían a las paredes, corrompiéndolas lentamente y distorsionándolas más y más.

Bajar por allí no era seguro. Pero ¿no quería decir aquello que si abrían la puerta entrarían en el vórtice? O peor aún, podrían liberarlo... ¿O no? Aquel vórtice oscuro no parecía funcionar de la misma manera... Algo gritaba con fuerza dentro de ellas que no debían hacerlo, que aunque pudieran saltar, si lo hacían no llegarían al lugar que querían alcanzar. Que probablemente morirían.

Pudieron volver a las copas de los árboles sin muchos problemas y seguir un sendero que pudieron improvisar saltando de rama en rama. Algunas zonas del bosque eran inaccesibles y de hecho el camino por el que había ido Saito era inalcanzable pues la zona parecía plegarse sobre sí misma, impidiendo el paso.

Las copas de los árboles eran un laberinto también y en el suelo vieron unos grabados llameantes que señalaban varios caminos.

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"Dos caminos mienten, dos dicen la verdad"

Cada ruta posible tenía otro pequeño mensaje llameante junto a un número.

1- "Este no es el camino"
2- "El primer camino dice la verdad"
3- "El camino no es el número dos"
4- "El tercer camino es incorrecto"

Era un acertijo y tres de aquellos caminos tal vez llevasen a algo muy malo. Tenían que pensar por dónde ir.

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Simbad




El camino de regreso fue simple y, al igual que antes, no le salieron aberraciones al paso pese a que se escuchaban en las cercanías. No tardó mucho en cruzar frente a una de aquellas criaturas que parecía estar atesorando un pequeño trozo de metal que brillaba con un ligero resplandor dorado entre sus manos. Pese a brillar poco, destacaba en aquel bosque monocromático.

Pudo llegar al lugar donde habían aparecido, lugar lleno de pequeños escombros que se habían desprendido del muro que delimitaba el bosque. Algunos de ellos tenían restos de ramas de corrupción que iban expandiéndose incluso alrededor de las pequeñas piedras (aunque a un ritmo muy pequeño). La pared que había al fondo estaba tan distorsionada que ya casi no podía verse y, poco a poco, se iba cobrando el suelo de tal forma que éste parecía irreal y con un efecto "desenfocado". No podría llegar a donde Ariasu estaba ni tampoco atravesar la pared: los portadores habían aprendido por las malas que las raíces que portaban corrupción y caos no solo no podían romperse sino que, además, si tocaban a alguien éste se vería afectado por ella enloqueciendo sin remedio. Era algo superior al entendimiento de los mortales.

Así pues, Simbad tuvo la opción de investigar por allí con una tensa calma ya que ver el estado actual del muro delimitante era alarmante: el caos había corrompido muchísimo el lugar y seguiría expandiéndose, a ese ritmo (que además iba acelerando poco a poco) tenían como mucho una hora antes de que todo colapsase definitivamente. ¿Debía avisar de alguna manera a los demás sobre aquel hecho?

No había pistas de Ariasu, probablemente seguía enfrentándose a las Aberraciones del Caos al otro lado de la pared (aquellas cosas habían demostrado que parecían casi invulnerables, incluso una Maestra Veterana tenía problemas contra una de aquellas bestias).

El lugar por donde estaba la aberración que tenía aquella cosa que brillaba no tenía nada más de interés (pudo ver aquello a simple vista) y el de la criatura danzante seguía hacia un sendero hasta vete tú a saber donde. Solo podía saberlo de una manera.

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Como ya dije, no hay más pistas fuera de lo que viene siendo el post. Lo máximo que responderé será a aclaraciones en caso de que algo no haya quedado claro.


Fecha límite 7/08/2017 a las 23:59
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor xXOrbOOkXx » Dom Ago 06, 2017 3:16 pm

Estábamos incomunicados. La certeza me crispó y preocupó, pero no podíamos abandonar la misión. No por ahora.

Volví a cruzarme con el ser que portaba aquel brillante cristal, y no pude evitar preguntarme: ¿las aberraciones se sentían atraídas por la luz? Me rasqué la perilla. Podría comprobarlo muy fácilmente: solo con lanzar un Perla cerca de ellos podría distraer su atención. Pero era muy muy arriesgado. Demasiado. ¿Y si le lanzaba mi linterna? Me planteé esa posibilidad. Aún así no podía dársela desde cerca o me arriesgaba a que me atacaran. Si Ariasu ya había tenido problemas para enfrentarse a ellos no me quería imaginar yo.

Ariasu. La tensión se mezcló con el nudo en mi garganta. Y no era lo peor.

El mundo por el que habíamos venido estaba desdibujado. Corrompido. Maldije por lo bajo. No podíamos retroceder porque si tocábamos la corrupción nos volveríamos locos sin remedio. Los pensamientos se me atragantaron al pensar que era muy probable que la Maestra hubiera sufrido tal destino. Quise atravesar la pared, quise gritar su nombre, pero sabía que sería inútil. Ariasu había caído en la corrupción. Pero no perdí la esperanza. Tenía que seguir viva.

Para colmo no parecía que tuviésemos mucho tiempo. Nada, de hecho. Poco a poco el Caos se iba expandiendo, sin prisa pero sin pausa, y no pararía hasta destruir el mundo. Suspiré, muy consciente de que no podía retroceder. Mi única opción era seguir adelante.

Sin embargo, la criatura danzarina bloqueaba el paso, pero antes de llegar me escondí tras un árbol, pero sin tocarlo directamente, puesto que estaban imbuídos en Caos. Justo delante de la aberración que portaba el cristal. No me iba a aventurar a un pasaje nuevo sin comprobar mi teoría.

Cogí mi linterna y tragué saliva muy duramente. El corazón me latía tan rápido que no podía ni pensar. Intenté tranquilizarme y pensar con lógica. Aquellos seres no eran otra cosa que los hijos de la oscuridad, y la oscuridad se alimentaba de luz. ¿Pero y si esos cristales eran las llaves que necesitábamos para la puerta? No podía dejar escapar algo así por mucho que quisiera.

Me escondí tras un árbol, uno desde el que pudiera ver tanto al ser danzante como al otro. Tomé muchas precauciones en no pisar o tocar las ramas, que previsiblemente estaban imbuidas en Caos. Hice el amago de encender la linterna.

Pero, un momento. ¿Y si simplemente les lanzaba un morfeo? ¿Funcionaría? No podía perder más tiempo averiguándolo.

Preparé el hechizo. Fijé en mi objetivo en el ser danzante, y después de unos segundos, le lancé el embrujo. A partir de ahí puede que surgieran varias posibilidades:

Era posible que el embrujo no le afectara. en ese caso, no dudaría en encender la linterna y rápidamente lanzarla entre las dos aberraciones, a varios metros de distancia de mi posición y de la suya. No tenía ni idea de cómo podían reaccionar, pero si iban a por ella, me escabulliría por el sendero por el que estaba bailando la aberración. Aunque esta en concreto parecía no ser como las otras, así que siempre podía pasar que la aberración no fuese a por la linterna. En cuyo caso intentaría pasar por el sendero lo más oculto en los árboles y despacio posible, sin levantar ruidos y siempre a una distancia más que prudencial de las criaturas, intentando coger el cristal que tenía una de las aberraciones (si la tiraba en el suelo y estaba entretenida con la linterna). Si ninguna iba a por el objeto, intentaría ir semioculto hacia el camino del engendro danzante, sin intentar quitarles el cristal.

Si le afectaba el embrujo, no dudaría en lanzar otro morfeo al engendro con el cristal. En ese caso me demoraría un poco más: iría hacia la criatura y le arrebataría el cristal mientras dormía. Me aseguraría de envolverme las manos con una tela y de tocarla y acercarme lo menos posible. También puede que a las criaturas le afectase menos morfeo. Si eso pasaba y me daba cuenta, iría directamente hacia el sendero.

Tras robar el cristal si podía, iría rápidamente hacia el camino, dejando a las aberraciones lo más atrás posible.

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-Morfeo (HM) [Nivel 15] [Poder Mágico: 16] Duerme a un único objetivo. Puede despertar con objetos o magias curativas o de manera natural, al cabo de un rato.

-Linterna
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor Denna » Lun Ago 07, 2017 12:24 pm



Por favor tened mucho cuidado, id mandando mensajes si hay cobertura o lanzad hechizos si estáis en problemas.

Asentí.

Un Piro si estamos en peligro. Dos para reunirnos. ¿Os parece?

Nos separamos en tres grupos, y yo me fui con Keiko hacia la zona de la seta. A su vez, Simbad deshizo sus pasos en busca de Ariasu —intenté mantenerme optimista, aunque la pared nos había separado de ella y no sabíamos ni cómo atravesarla—, y Saito hacia el camino de zarzas.

¿Qué crees que eran esos gritos que se oían por teléfono? —le pregunté a Keiko en voz baja mientras nos abríamos paso por las ramas—. No... ¿No venían de Tierra de Partida, verdad?

Lo dudaba. Las protecciones que envolvían el mundo eran más fuertes que nunca. Esos ruidos tenían que ser obra del Caos también. Si podía destruir mundos, ¿por qué no incapacitar dispositivos de comunicación? Aún así, sentía la necesidad de que alguien más lo pensara. Alguien que entendiera más de tecnología que yo.

Al llegar a la parte superior del bosque, no pude evitar detenerme a echar un vistazo desde las alturas. Desde ahí podía verlo todo. Era una imagen arrebatadora, pero el estado del mundo impidió que pudiera sentirme bien. ¿Habría sido así Ciudad de Paso?

No tenía sentido pensar en ello ahora. Memoricé los caminos que podíamos seguir desde ahí y traté de localizar a Simbad y a Saito. Tuviera o no éxito en eso último, avanzaría de nuevo hacia la casa.

Una vez allí, salté sobre el techo.

Quizás podamos bajar por la chimenea —sugerí, impulsándome con los brazos para poder mirar abajo—. O quizás no. ¿Qué es... eso?

Era algo lila y negro que daba vueltas. Entorné los ojos. ¿Un vórtice? ¿Un portal? Fuera lo que fuera, no iba a saltar para comprobarlo: el contacto directo deformaba y corrompía las paredes. Era Caos... ¿Serían sus raíces quizás? Mi instinto me gritaba que me alejara de ahí corriendo.

Mierda. Espero que la corrupción no venga de ahí —murmuré.

Si así era, ¿cómo se suponía que debíamos actuar? ¿Ariasu había dicho algo al respecto? Había que destruir el origen del Caos, pero... no tenía ni idea de cómo hacerlo. Quizás había que usar algún tipo de magia especial o... o quemar la casa. El fuego lo destruía todo, quizás también a la corrupción. Por otra parte, puede que terminara de liberarla.

¿Y qué pasaba entonces con esa luz? Traté de recordar algún testimonio de Ciudad de Paso que hablara sobre algo parecido, pero nada acudía a mi mente. Temía que no hubiera nada y que de verdad estuviéramos solos en esto.

Me alejé por fin de la chimenea y di una vuelta rápida por el resto del tejado, buscando más pistas o entradas, y entonces regresé a los árboles. Un tanto inquieta, miré a Keiko.

Eh... ¿Te apetece seguir por esta zona? Por el momento no creo que debamos entrar, no sabemos qué puede haber ahí dentro. —Averiguar qué era esa luz quizás podría darnos alguna pista—. Si quieres, avisamos a los chicos para que vengan y les contamos lo que hemos encontrado. La corrupción... Si su origen se encuentra en la casa, vamos a tener que pensar muy bien cómo proceder. ¿Recuerdas que algún Maestro dijera cómo destruir el Caos?

«Si no te hubieras ido, a lo mejor no tendrías que preguntar».

Eché a andar por donde habíamos venido. Las mejillas me ardían de vergüenza.

Si... Si prefieres ir con Simbad o con Saito... —empecé a decir. Carraspeé, cortada—. Bueno, si te sientes más cómoda con ellos... no pasa nada. Lo entendería. Creo que todavía puedes alcanzarles si te das prisa.

Seguí el sendero como mejor pude. Incluso ahí arriba, el mundo era un laberinto. Absorta como estaba mirando todo lo que me rodeaba, por poco pasé por alto las letras del suelo:

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¿Pero qué...? «Dos caminos mienten, dos dicen la verdad».

Cuatro rutas. Como las que había delante del mensaje. Un escalofrío recorrió mi espalda a medida que me acercaba al primero. El número uno refulgía junto a una frase:

Este no es el camino.


Oh, ¡no fastidies! —Corrí a comprobar las otras tres sendas y, en efecto, se trataba de un maldito acertijo. El más oportuno del universo, desde luego.

1- "Este no es el camino"
2- "El primer camino dice la verdad"
3- "El camino no es el número dos"
4- "El tercer camino es incorrecto"


Respiré hondo. Mi primer instinto dijo que nada, que a la mierda, que comprobara todos los caminos si hacía falta. Me contuve en el último segundo. Nada me aseguraba que fuera más rápido que intentar resolverlo. Más peligroso, sin duda.

Lo cual me llevó a una pregunta. ¿El camino correcto para qué? ¿Para entrar en la casa? ¿Para dar con el Caos? ¿Con el Corazón del mundo?

Después de todo, pasar por todos los caminos sí que sería la mejor opción. Cerré los ojos, volví a inspirar, y los abrí de nuevo.

Vale. A ver. Sólo dos caminos dicen la verdad, ¿no? Entonces...

La solución se me ocurrió al cabo de un minuto.

¡Eh, es mucho más fácil de lo que parece! —Sonreí, repasé las opciones una vez más por si acaso, y eché a correr hacia el camino número uno: el único que cumplía con todas las condiciones, verdaderas y falsas.
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor H.S Sora » Lun Ago 07, 2017 7:35 pm

El camino, aunque silencioso y sin aberraciones a la vista, no evitó que mis pensamientos se desbordasen mientras me dedicaba a cortar algunas zarzas que me impedían avanzar. Y es que, a pesar de haber visto que tenía cobertura en el teléfono, había sido incapaz de comunicarme con nadie de la Orden. Y al intentarlo con mis compañeros de misión, el resultado había sido el mismo.

Además de las interferencias, cuando se lograba oír algo, no eran más que gritos escalofriantes y distorsionados que lo único que hacían era echar más leña al fuego. Porque aunque no se entendiera lo que decían, aunque estaba claro que todo tenía que ser obra del Caos que afectaba al mundo… ¿y si no era así?

La Orden no estaba pasando por su mejor momento. Y un ataque directo a los refugiados sería poner el último clavo en nuestro ataúd de problemas.

«Un Piro si estamos en peligro. Dos para reunirnos. ¿Os parece?»


Me llevé una mano al hombro, con cierto hastío. A pesar del cuidado que había tenido era imposible atravesar todas aquellas ramas sin llevarme ningún arañazo de recuerdo. Por suerte, y para mi sorpresa inicial ante el primer corte, no parecía que hubiera ningún efecto secundario. Nada más allá de leves molestias.

Eso no alivió la tensión que sentía que me oprimía, ni la sensación de que de un momento a otro muchas de esas criaturas saldrían a mi encuentro. Y desde luego que no tendría la más mínima oportunidad contra ellas.

«Alice, ¿estás bien?»

Y luego estaba eso. Por algún motivo, mi compañera no me respondía, era como si se hubiera quedado inconsciente al llegar al Bosque de Lotos. ¿Sería obra de todo aquel Caos? Nervioso, y más solo que de costumbre, no tenía más opción que la de seguir adelante.

***


La calma del claro no hizo más que ponerme en alerta. Acostumbrado a los lamentos de las aberraciones que habíamos oído en el bosque o a la tensión de la persecución… chasqueé la lengua al ver lo que me inquietaba.

Colgados, casi como si estuvieran esperándome, había más de uno de aquellos engendros. Mi primera reacción fue la de querer dar marcha atrás, pero entonces me percaté de algo: se hubieran dado cuenta o no de mi presencia, no parecían querer hacerme caso por el momento. ¿Estarían dormidos? Las máscaras me impedían saberlo, aunque era difícil de saber si esos monstruos tendrían ojos o no.

Lo que si me pareció interesante fue ver como todas aquellas zarzas parecían salir de un viejo pozo situado en el centro del claro. Entrecerré los ojos, intentando divisar mejor el objeto que estaba suspendido sobre él: brillaba, con un resplandor que me era más que familiar. El mismo que todos habíamos podido ver salir del Cuarto Misterioso.

Di un paso, emocionado por haber encontrado lo que parecía ser una pista, cuando me detuve a mirar el suelo para ver por dónde pisaba.

«Venga ya. Esto no puede ser.»

El suelo estaba cubierto por una extraña bruma que me impedía ver de mis rodillas hacia abajo. Busqué su origen, más allá del claro, para encontrarme con un camino entre zarzas negras del que solo se atisbaba un resplandor rojizo. Me pregunté entonces si el origen de toda aquella oscuridad, si lo que verdaderamente estábamos buscando, era eso.

Pero era peligroso. Desde ahí era por dónde se extendían las ramas de corrupción, que incluso se filtraban por el techo del bosque. Y si alguna de esas me llegaba a tocar el resultado sería horrible… en la Orden habíamos aprendido por las malas que era lo que sucedía si tocabas una de esas ramas.

Evalué mis opciones y me decidí por lo que creía que era mejor para la misión. El trozo que emitía luz dorada. Si bien intentar moverme por la zona sería algo complicado con toda la bruma impidiéndome ver por dónde intentaba avanzar, no tenía por qué dar un solo paso.

Me concentré y empleé Baile de Sombras dos veces: la primera sobre mi propia sombra para alargarla lo máximo que pudiera, y la segunda cerca del objeto flotante. Utilizaría la sombra más cercana —la del pozo a ser posible, o la del objeto mismo— para cogerlo y arrojarlo en mi dirección lo más lejos posible, y utilizaría la sombra que había alargado para recogerlo y examinarlo.

Si las criaturas reaccionaban y empezaban a perseguirme, no dudaría en deshacer el camino que había hecho para esconderme de ellas. Si por el contrario, permanecían tranquilas, iría palpando el suelo del camino para tratar de dirigirme hacia la luz rojiza que tan intrigado me tenía.

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Baile de Sombras (HM) [Nivel 10] [Requiere Poder Mágico: 15, Afinidad a Oscuridad] El usuario concentra su poder mágico de tal manera que puede controlar y modificar la sombra de un objeto o persona (incluido él mismo) durante un turno. La sombra controlada puede modificarse para que adquiera otra forma diferente (garras, puntas afiladas...) para que esta salga a la superficie y ataque, pero no puede ser separada de su dueño. Debilidad ante ataques relacionados con la luz.
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor James Bond » Lun Ago 07, 2017 11:21 pm

Un Piro si estamos en peligro. Dos para reunirnos. ¿Os parece?.
Me parece un buen plan, ya que no tenemos cobertura mejor tener una forma de comunicarnos —Keiko apoyaba la idea de celeste.

Se separaron y cada grupo escogió su camino.

¿Qué crees que eran esos gritos que se oían por teléfono? No... ¿No venían de Tierra de Partida, verdad?
—[color=#FF00BF]No lo sé, Celeste, pero espero que no fueran de Tierra de Partida. Aunque... con todo desmoronándose... no sé que decirte...


A pesar de lo que podía parecer en principio, Keiko y Celeste no tuvieron demasiadas complicaciones para subir a la enorme seta y poder impulsarse hacia una rama que usaron para llegar a la parte alta del bosque desde la cual podían ver el lugar por completo.

Quizás podamos bajar por la chimenea. O quizás no. ¿Qué es... eso?
—[color=#FF00BF]¿El qué?


Kei se asomó y vio algo lila y negro que daba vueltas. Le recordó a algo que veía en algunas pelis de ciencia-ficción.

Mierda. Espero que la corrupción no venga de ahí.
Pues... tiene toda la pinta, esto no es buena señal para nada.

Celeste se puso a pensar hasta que finalmente pareció llegar a alguna conclusión... que no parecía muy alentadora.

Eh... ¿Te apetece seguir por esta zona? Por el momento no creo que debamos entrar, no sabemos qué puede haber ahí dentro. Si quieres, avisamos a los chicos para que vengan y les contamos lo que hemos encontrado. La corrupción... Si su origen se encuentra en la casa, vamos a tener que pensar muy bien cómo proceder. ¿Recuerdas que algún Maestro dijera como destruir el Caos?


Keiko negó con la cabeza. No recordaba que algún Maestro hablara de ese tema en concreto. Eso, o que ella se había quedado dormida en la explicación.

Si... Si prefieres ir con Simbad o con Saito... Bueno, si te sientes más cómoda con ellos... no pasa nada. Lo entendería. Creo que todavía puedes alcanzarles si te das prisa.
No voy a dejarte sola, Celeste. No pienso dejar tirado a nadie. En Ciudad de Paso me dejé capturar por ese tal Andrei y fui una carga para el resto de Caballeros. Quiero enmendar mi error. Y aunque no tuviera que enmendarlo, no te dejaría sola.

“Por que sé lo que es estar sola” pensó Keiko para sí misma, puesto que solo le quedaba el Maestro Tatsumi, y ni siquiera sabía si seguía vivo.


Acabaron llegando a lo que parecía ser...

Esto me recuerda a un puzle —dijo Keiko a Celeste.



El camino correcto... Que forma más rebuscada de retrasarnos, hay muchas posibilidades y mucho margen de error... Va a ser difícil de resolver.

Keiko se estrujó el cerebro como nunca había hecho. Había que tener mala leche para poner un acertijo así en un momento tan crucial como aquel. En otras circunstancias no le importaría, pero estaban en una carrera contrarreloj.

Pero finalmente, fue Celeste la que pareció dar con la respuesta, pues echó a correr hasta el camino número uno y Keiko la siguió.
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3-La Cerradura

Notapor Sombra » Mié Ago 09, 2017 5:13 pm

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Saito




En cuanto Saito activó su habilidad y antes incluso de llegar a coger el trozo metálico el aprendiz se daría cuenta de que algo andaba mal con las aberraciones del Caos. Todas giraron sus cabezas hacia el Portador bruscamente. El aprendiz pudo coger el trozo metálico y verlo bien unos instantes. Se trataba de un trozo de metal de color amarillento, un tanto desgastado. Como ya había percibido antes tenía un leve resplandor dorado. Lo extraño del objeto era por su lado trasero, donde se podía ver una especie de vórtice idéntico a uno de los que había visto en la casa. Si le echaba imaginación se daría cuenta de que parecía un trozo de cerradura.

¿El Caos había separado la cerradura de la puerta? Parecía ser eso al menos.

Fue entonces cuando las aberraciones cayeron del techo bruscamente. Por la forma en la que se habían precipitado, cualquiera podría creer que habían muerto, pues no hicieron ni siquiera amago de tratar de caer de pie. Las criaturas (tres en total) empezaron a acercarse a Saito tras levantarse con pesadez y sin (por desgracia) ningún rasguño.

Fue entonces cuando la luz rojiza que había al fondo se hizo mucho más visible, llamando la atención de dos de las tres criaturas. Las ramas negras se pudrieron al paso que la oscuridad se había más espesa y una silueta humana hizo acto de presencia.

Se trataba de alguien que por desgracia conocía, uno de los Comandantes de Xihn. Él era… Dark Light.

Un aura rojinegra rodeaba su cuerpo junto a bolutas de oscuridad que se retorcían sobre sí mismas. A su paso, la maleza moría al instante, fruto de la corrupción que inundaba el cuerpo del clon del desertor Light Hikari.

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¡¡¡DEJAD DE METEROS EN MI CAMINO!!! —rugió clavando sus ojos dorados en las dos criaturas que se abalanzaban sobre él tratando de cogerlo.

Dark Light invocó un par de alas negras a su espalda moldeadas con oscuridad y se impulsó hacia arriba. Las dos aberraciones saltaron en su dirección y una de ellas logró agarrar al comandante de Xihn por un tobillo haciendo que cayese sobre el pozo, el cual fue destrozado por el impacto.

¡¡¡VOY A MATAROS!!!

Saito tendría que preocuparse también por sí mismo, pues la aberración que se centraba en él era muy rápida, aunque un tanto torpe. Sus movimientos parecían impulsados inconscientemente, era como una máquina que intentaba agarrar algo… Pero sin pensar bien cómo.

Le costaría, pero podría escapar. La aberración intentaría seguirle igualmente (aunque con su tamaño le resultaría complicado abrirse paso, eso no le podía caber duda) pero no desistiría, al igual que no lo habían hecho antes.

El problema era: ¿a dónde debería dirigirse? Ahora que tenía aquel trozo de metal parecía claro lo que debía hacer con él, aunque no parecía buena idea llevarlo hacia la casa… ¿O sí?

Otra preocupación era Dark Light. No se había fijado en Saito porque estaba demasiado ocupado con las aberraciones, pero seguramente su objetivo era el mismo, y si se hacía con la cerradura primero o lograba entrar en la casa de algún modo… Estaban perdidos.

Keiko y Celeste




El camino número uno fue la elección de las dos jóvenes. En cuanto cruzaron, los otros tres se desvanecieron mostrando que al final del resto había una aberración del Caos esperando. Si se hubiesen equivocado, una de aquellas cosas se habría lanzado a por ellas.

Pasaron por el medio de un árbol cuyo tronco se abría como si de un portal se tratase y continuaron por otra rama hasta alcanzar un agujero secreto en una de las paredes que delimitaba el Bosque de Lotos. Aquella zona era estrecha y las paredes, techo y suelo simulaban con unas preciosas pinturas lo que parecía ser un montón de ramas frondosas. Por desgracia, el Caos había arrebatado el color del bosque, por lo que no podían apreciar el lugar como podrían haberlo hecho en otras circunstancias.

Caminaron durante un largo rato en línea recta hasta divisar un trozo de metal que brillaba con un tono dorado flotando sobre un pequeño altar. En cuanto lo cogieran, se darían cuenta de que parecía formar parte de una cerradura o algo así. Por detrás del objeto se distinguía un pequeño vórtice similar al que había en la puerta.

En ese instante, como si detuviese de algún modo el avance del Caos y, al retirarlo, la zona perdiese su protección, las paredes cedieron y unas zarzas negras y distorsionadas empezaron a expandirse amenazando con alcanzarlas.

Ambas jóvenes tuvieron que correr para salir de aquel lugar que se inundó de corrupción. Pudieron saltar a uno de los árboles y contemplar como toda aquella pared que tenían cerca comenzaba a agrietarse rápidamente mientras que más zarzas corruptas salían de los agujeros que a su vez se extendían más y más. El tiempo se agotaba, estaban contrarreloj y estaban encerrados en el bosque, su única esperanza era la casa. Tal vez dentro estaba el brote del Caos, ¿y si podían destruirlo? Tal vez eso detuviese el avance del Caos y la corrupción del mundo.

Ahora que ya tenían el objeto podían volver a la casa o ayudar al resto.

Simbad




El aprendiz lanzó un Morfeo contra el ser, que más que verse afectado por la magia solo hizo que la criatura clavase sus ojos en él. Simbad arrojó entonces la linterna, pero de nada le sirvió. La criatura ya le había visto en ese momento… Y no solo la criatura que estaba con el trozo metálico se había percatado de su presencia. La aberración danzante dejó de bailar y olisqueó el aire como si el lanzar el hechizo hubiese impregnado el aire con algún tipo de aroma particular que solo aquellas cosas sentían.

No tardaría en comprender que lo que había atraído desde el principio a aquellas cosas no eran sus corazones, si no la magia. En el laberinto, las aberraciones empezaron a seguirles cuando notaron el Portal que Ariasu había hecho aparecer en el Palacio de la Reina para llevarles al mundo. Ahora, el Morfeo había hecho lo mismo.

Ambas criaturas empezaron a correr tras Simbad, que tuvo que rodar a un lado para evitar que uno de sus brazos lo agarrasen. Simbad se daría cuenta de que la magia no les hacía absolutamente nada. De hecho, lo único que conseguía era parecieran más y más interesados en el portador.

Simbad podía correr por el sendero que llevaba a la pared llena de corrupción, hacia la casa o por el sendero que había estado custodiando el “bailarín”.

Fecha límite 13/08/2017 a las 23:
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor xXOrbOOkXx » Mié Ago 09, 2017 7:57 pm

¿Alguna vez habéis oído la expresión "se me ponen los huevos de corbata"? Hasta ese momento pensaba que se refería a algún suplemento alimenticio. Me di cuenta de que no se refería precisamente a los huevos duros de la ensalada.

El plan no funcionó. El Morfeo no solo hizo efecto, sino que la criatura bailarina se detuvo para olisquear el ambiente... Y clavó sus ojos en mí. Se me hizo un nudo en el estómago. Y lo peor: tampoco le hacían caso a la linterna. Me había equivocado por completo con aquellas criaturas. No les atraía la luz, les atraía la magia. Pero tampoco sabía qué les podía matar, y si me atrapaban... No sabía qué me podía pasar. Nada bueno, eso desde luego.

Dos contra uno. El juego acababa de empezar.

Todo pasó muy rápido. Tuve que esquivar a una de las criaturas que se lanzó directa a por mí, rodando por el suelo. Maldije entre dientes. Por lo menos había conseguido una valiosa información, algo que no parecía ser vital por ahora, pero que a a la larga podría irme muy bien. Para empezar ya sabía que no debería hacer ningún tipo de hechizo.

Salí por patas. Tuve la tentación de usar alguna hechizo, pero en seguida me di cuenta de que sería mi perdición. Pero antes de ir, tenía vía libre para un par de cosas. La primera fue recuperar la linterna, y la segunda ir directamente hacia el trozo que relucía. Total, las aberraciones ya me estaban persiguiendo, y ahora el trocito ya no tenía algo que lo custodiase.

Mi mente trabajaba a toda velocidad. Tenía que librarme de aquellos dos engendros. Pero, ¿cómo? Y una idea afloró en mi mente, no sabía si funcionaría, pero... Tenía que intentarlo.

Era impretérito que cogiese el trozo dorado, de si algo estaba seguro era de eso. Después de eso e intentar esquivar a las aberraciones correría. La tentación de seguir hacia el nuevo sendero era muy fuerte, pero no. Primero tenía que comprobar una cosa.

Corrí hacia el muro corrupto, el mismo muro por el que había desaparecido Ariasu. Intentaría sacarles toda la ventaja posible a las aberraciones, que sin duda me estarían persiguiendo. Se me cerró la garganta, pero no podía flaquear, no podía darles ventaja.

Nada más llegar, rápidamente me pondría delante del muro, lo más lejos posible de la corrupción pero lo más cerca posible sin que me consumiera. Y esperé. Esperé justo en el momento en el que las aberraciones se lanzasen contra mí. Oh sí, era arriesgado, pero necesitaba que se chocasen contra él, al menos para aturdirlas. Tragué saliva. No tenía ninguna garantía de que la corrupción les afectase.

En cuanto se abalanzaran sobre mí, me apartaría en el último momento, pero no podía olvidar que habían dos aberraciones. Ejecutaría Esquive, para materializarme unos metros hacia la dirección de la que ellos venían. No podía fiarme de poder esquivar a ambas sin absolutamente nada.

Si les aturdía, correría por donde había venido hasta llegar a la puerta, lo que deberíamos haber establecido como nuestro punto de encuentro, antes de que ninguna otra criatura me relacionase con el trozo metálico o con el hechizo que había lanzado.


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▪ Esquive (HM) [Nivel 18] [Requiere Afinidad a Espacio; Reflejos 25; Poder Mágico: 20] El usuario permanece quieto a la espera del ataque de un enemigo, lo que le permitirá teletransportarse cerca y esquivar el ataque.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Rol:

Ficha

Wiki

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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor H.S Sora » Dom Ago 13, 2017 5:10 pm

El trozo resplandeciente llegó a mis manos, y tuve el tiempo suficiente como para echarle un vistazo rápido: amarillento y de metal, no parecía ser gran cosa ni tener mucho más que ofrecer. ¿Entonces por qué lo vigilaban las aberraciones? ¿Por qué tenía el mismo brillo que la casa? Le di la vuelta, llevándome una sorpresa.

Tenía un pequeño vórtice, muy parecido a los que habíamos visto en lugar de la cerradura... ¿encajaría? Chasqueé la lengua. Eso podía significar que aún teníamos una oportunidad si reuníamos la misma cantidad de partes que de agujeros negros. Quizá eso sirviera para reconstruir la entrada, o fabricar una temporal. Pero si yo tenía una, significaba que todavía quedaban tres más escondidas por todo el bosque.

El estruendo llamó mi atención, poniéndome en alerta. Tres aberraciones habían caído del techo, precipitándose contra el suelo. Había tenido un ojo puesto en ellas desde que había cogido el fragmento. Parecían haberse fijado en mí nada más empezar a utilizar magia.

Tragué saliva al ver como se ponían en pie, sin heridas aparentes. Aquel trompazo tendría que haberlas dejado fuera de combate durante unos minutos, pero aquellas criaturas eran verdaderas bestias capaces de aguantarlo todo. Eran tres contra uno, y había que tener en cuenta que ni Ariasu había sido capaz de librarse de ellas en combate.

La luz rojiza que tanto me había llamado la atención se manifestó con aún más intensidad, acabando con las peligrosas ramas en el proceso. Cada vez tenía más curiosidad por ver lo que era, pero tenía demasiada prisa como para quedarme a verlo. Su esplendor había servido ara atraer la atención de dos de las aberraciones, pero aún tendría que despistar a la otra.

Empecé a retroceder, sin dejar de mirar al frente, cuando algo salió de aquella maleza podrida: Dark Light. Me costó reconocerle al principio, debido al aura que lo envolvía. Era espeluznante y me recordaba, en cierto modo, a Xihn.

¡¡¡DEJAD DE METEROS EN MI CAMINO!!!

La copia del ex Maestro de Tierra de Partida alzó el vuelo, pero eso no fue un impedimento para que las criaturas lo hicieran caer al pozo al ir tras él. Éste acabó por derrumbarse por el impacto.

¡¡¡VOY A MATAROS!!!

Sin ganas de quedarme a ver el espectáculo, salí corriendo deshaciendo mis pasos. Era consciente de que la aberración restante iría tras de mí, pero tenía que llegar hasta mis compañeros para hablarles de mis sospechas. Y desde luego para instarles a que nos diéramos prisa en reunir los fragmentos restantes.

Dark Light estaba ahí, probablemente por la misma razón que nosotros. Y si aún no había dado con la puerta, sería cuestión de tiempo que lo hiciera. Y quién sabía lo que sería capaz de hacer uno de los enviados de Xihn.

Durante el camino de vuelta evité utilizar magia, incluso invocar mis armas. Aunque me llevara más cortes que al principio, necesitaba pasar desapercibido y, con suerte, darle esquinazo.

Tanto si veía que me seguía como si no, necesitaba dar con mis compañeros primero. Si éramos capaces de poner todos los fragmentos a la vez, necesitaríamos menos viajes y por ende, habría menos posibilidades de encontrarnos con sorpresas desagradables. Atisbé como el sendero en el que había estado la aberración danzante ya no estaba vigilado por la criatura en cuestión y cambié de idea.

Quizá por el camino pudiera encontrar a alguno de mis acompañantes o dar con otra pista que nos ayudara a encontrar los trozos restantes. Sí, era consciente de que Simbad había propuesto dejarlo para el final, pero la situación había cambiado.

Con el general de Xihn más cerca de lo que pensábamos, necesitábamos hacer las cosas con todavía más prisa de la que teníamos. Además si extendía la corrupción por todo el Bosque de Lotos, quién sabía lo mucho que podría llegar a afectar al mundo.

Me apresuré a coger esa senda, buscando cualquier pista o información. En caso de que la aberración que vigilaba volviera, trataría de esconderme en el primer lugar que sirviera para camuflarme.
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Re: [Minievento] El Último Regalo.

Notapor Denna » Lun Ago 14, 2017 12:24 am



Bastó con dar un solo paso en una dirección para que las otras tres desaparecieran. Sin dejar de correr, contemplé cómo una de las criaturas del caos surgía al final de cada camino. A nosotras no nos ocurrió nada, sin embargo; debía de ser el «premio» por haber acertado la adivinanza. O puzle, como Keiko lo había llamado.

No voy a dejarte sola, Celeste —había dicho la chica con rotundidad—. No pienso dejar tirado a nadie. En Ciudad de Paso me dejé capturar por ese tal Andrei y fui una carga para el resto de Caballeros. Quiero enmendar mi error. Y aunque no tuviera que enmendarlo, no te dejaría sola.

La alegría y el alivio que me habían causado esas palabras se desvanecieron, dando paso a un terror paralizante, ante la mención de Andrei.

Daba igual adónde fuera o con quién hablara. Siempre, siempre era él.

Su recuerdo despertó de nuevo el miedo por mi mundo, que a duras penas conseguía controlar. De no haber estado en una situación crítica como aquella, puede que me hubiera derrumbado ahí mismo, a merced de las aberraciones y del Caos, perdida de nuevo en la oscuridad, las dudas y el pánico.

Pero tenía que controlarme. Podía controlarme. Al menos hasta que acabara la misión. Tenía suficiente dominio de mí misma para ello.

La parte positiva era que todo el estrés y la adrenalina combatían el dolor de vientre. ¡Ojalá pudiera hacer algo con la sangre!

El corazón me latía desbocado cuando llegamos a ese altar. Llevábamos un largo rato avanzando en línea recta, y el único atisbo de color era la pieza dorada que brillaba encima de él. Era siniestro. El bosque entero parecía oscurecerse a medida que nos acercábamos. Pero la calma, la ausencia de criaturas y de... ruido...

Estate preparada para correr.

Crucé una mirada con Keiko y, tras un momento de vacilación, extendí una mano hacia el fragmento.

No pasó nada.

Exhalé todo el aire que contenía y le hice un gesto a mi compañera para que se acercara e inspeccionara el objeto. Era un trozo de metal que, quitando ese extraño resplandor, no tenía nada de especial. Le di la vuelta. Un diminuto vórtice giraba detrás.

Solté una exclamación y por poco no arrojé el fragmento lo más lejos posible. Pero el Caos —si de verdad lo era—, era demasiado pequeño para hacer daño. De momento.

Un torbellino y luz dorada. ¿Y si...?

No tuve tiempo de sonreír a Keiko. El mundo que nos rodeaba cedió en ese momento y una marabunta de zarzas se abalanzó sobre nosotras. La corrupción había llegado a esa zona del bosque también.

¡Vamos! ¡A la casa! —logré gritar.

Procuraría en todo momento que Keiko no se quedara atrás, cediéndole el fragmento de puerta si hacía falta con tal de que no la atraparan las espinas. Si se nos echaban encima, agarraría a Keiko y utilizaría Gran alcance para transportarnos tan cerca de la casa como nos fuera posible. Había que llegar ya mismo y colocar el trozo en la puerta.

Si lo conseguía, una vez hecho eso, buscaría con la mirada a Saito o a Simbad, y correría a ayudar al que estuviera más cerca.

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Sólo si las zarzas van a alcanzarlas:

▪ Gran alcance (HC) [Nivel 9] [Requiere Afinidad a Espacio; Elasticidad: 15; Habilidad Doble salto]. Transporta al usuario a una localización que tenga a la vista. No puede atravesar paredes ni ningún tipo de materia orgánica. Combinado con Doble salto puede escalar muros y trepar a sitios altos.
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4-Aberración

Notapor Sombra » Jue Ago 17, 2017 3:01 am

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Simbad




La persecución fue espantosa. El aprendiz tuvo que correr hasta casi quedar sin aliento con tal de tener alguna posibilidad. Aquellas criaturas corrían a una velocidad similar a la de un humano normal, no era un excesivo peligro en ese aspecto, pero necesitaba sacarles ventaja si de verdad pretendía derrotarlas de la manera que se le ocurrió.

Frente al caballero apareció el creciente muro de corrupción que iba expandiéndose rápidamente y suponía su posible salvación.

Se colocó de espalda contra la corrupción, pudo notar como ésta se iba acercando y trataba de alcanzarle con aquellas ramas que parecían poseer vida propia. Por fortuna, las aberraciones llegaron al virar la esquina de un gran árbol.

Los monstruos no se dieron cuenta de lo que pretendía Simbad. Simplemente perseguían a aquel que tenía magia, aquel que dejaba ver su corazón al utilizar sus poderes. El joven esperó con paciencia mientras que ambas criaturas se lanzaban contra él. Incluso si no esquivaba, Simbad se habría llevado a ambos por delante puesto que se meterían los dos de lleno en la corrupción.

Saltaron y Simbad utilizó el Esquive. El efecto fue el esperado: cuando la corrupción tocó sus pieles, las criaturas aullaron de dolor y sus cuerpos empezaron a desmoronarse mostrando como si de un cascarón se tratase la imagen de unos seres humanoides. Las criaturas, desaparecieron dentro de la corrupción, perdiendo su forma física a gran velocidad. Se volvieron unos espectros que se difuminaron hasta desaparecer.

Simbad notaría una luz tras él. El joven gitano se encontraría tras él un brillante trozo de metal. Con aquello, el caballero tenía dos trozos de la cerradura.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando vio a lo lejos como el sendero por el que había venido empezaba a cerrarse con corrupción, era por donde estaba la casa. O iba rápido hacia allí o quedaría atrapado.

Celeste, Saito y Keiko




Celeste necesitó el Gran Alcance para escapar con Keiko de las zarzas de la corrupción cuando las raíces oscuras se expandieron a un ritmo vertiginoso, casi como si tuviesen conciencia propia o fuesen algún tipo de organismo desesperado por cazar a las portadoras del fragmento de cerradura. El pasillo empezó a deformarse a medida que la corrupción avanzaba, como indicando una cuenta atrás al mundo. Los minutos estaban contados, ¿cuánto le quedaba al mundo? ¿Media hora? ¿Menos? Desde luego, no tenían mucho tiempo y no había forma de que creasen un Portal, ninguno era Maestro y era demasiado arriesgado. Con el Caos tan cerca podían llevar consigo la destrucción a la base de la Orden... Eso si fuesen capaces de controlar donde iban a aparecer en caso de que lograsen abrir un portal (algo imposible sin el Título de Maestría) Keiko y Celeste lograron escapar y saltar a una de las ramas mientras veían como las ramas se desbordaban y caían hacia el suelo empezando a inundar todo con su maldad.

Por otro lado, Saito acababa de atravesar el angosto sendero, acosado por una aberración que resultó ser muy persistente aunque lenta por fortuna, pues no tardó en sacarle mucha ventaja. El aprendiz no demoró en encontrarse a Celeste y a Keiko. Los tres pudieron ponerse al día, aunque el tiempo se les echaría encima. El sendero donde había estado el monstruo danzante fue aplastado (literalmente) por una oleada de corrupción que venía de donde Keiko y Celeste habían salido (por lo que Saito no podría ir por ahí, que era por donde pretendía continuar explorando al principio) y por el otro se acercaba la aberración. Ambos grupos tenían dos partes de la cerradura y no eran suficientes, si tuviesen las otras dos tal vez serían capaces de abrir la puerta y ver lo que había dentro... De escapar del monstruo, pero no era el caso.

La aberración se acercó tambaleante hacia ellos, casi arrastrando los brazos y rugió con fuerza mientras les obligaba a retroceder hacia el jardín de la casa. Podían descargar sobre el monstruo tantos hechizos, tantos ataques como deseasen: El resultado sería nulo. Era inmune a todo daño físico y mágico y, aunque lo más lógico era tirarlo a la corrupción, aquel ente no se comportaba de la misma manera que los otros, parecía más... inteligente. La criatura agarró un palo a modo de garrote que zarandeaba con torpeza.

—E̵̝ͫͯͬ̆͗̋̅.̛̰̥͒̾͑͛ͤͨ.̡̲̙̘̜̪͍͉̯̑͗ͨ̍̃̾͢.͊͂҉̙͉̫̯̜̹̲ͅL̴͖̦̜̜̪̦̮̙̋̚I̴̶͍̖͐̓̏ͣ̐̈͘.̴̫͎͚̥̝̯ͨ̀ͫ͐̄ͪͧ͢͝.̓̄̃͊͆͏̙̥͎̣̥̥̗̖.̪͇̱̬͍̥͂ͪ͑̿ͅM̷̲̻͉̫̦̻̺ͮ̏̿͂͛ͧ̊͗Î̴̗̝̯̲̤͍̖̆̾.̨̧̦͖͌̀̈́́ͮͦ͒̓.̸̺̺̮͙͌ͯ.͕̳̮͍̯̝͎̐̏̈́̀̑́N̢̳̰̫̦̲̪͂̔̉ͭA̱̣̞̩̼͐͘̕͡R̩͓̰̣͂ͣͩͦ̎͗.̜͎̻̆͌ͩ̔̍ͣ̋ͣ͜.͕͍̻̪̬̭̻͇̓̕͜͠.͕̹̐ͯͣͤ̕͠Ľ̅͐҉̰͍͈̗̩͓͎̠͟U͒̉̏̚҉̸̹̻̲͔̠͇̜͓Z͛̕̕͏̜̱̜̗̩̱.̢͌ͮ͑͗͆̊͒ͧ҉̦̞̱͍.̵̞̗̜͖͇̼̪̬͒͟͝

La criatura giró su cabeza directamente hacia Celeste tras pronunciar esas palabras con una voz grotesca e imposible. Empezó a acercarse hacia ella sin prisa, pero sin pausa. Tenía todo el tiempo del mundo para alcanzarla... Y la corrupción se iba cerniendo sobre ellos.

El único camino disponible se cerraría pronto por la corrupción que Keiko y Celeste habían traído consigo (por el que estaba Simbad)... Y si se alejaban de la casa tal vez no podrían volver. Tenían que ganar tiempo o destruir de algún modo la monstruosidad. No debían dejar la casa atrás bajo ningún concepto.

Debían confiar en que Simbad llegaría a tiempo.

Spoiler: Mostrar
Simbad llega a la casa en esta ronda también, puede elegir si se une a pelear contra el monstruo. Estáis entrando en la recta final del evento.

PD: La falta de Keiko no cuenta por aviso de ausencia.

Cualquier duda dadme un toque por el grupo de Skype ;)


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