Examen: [Fátima Laforet]

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Examen: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Jue Nov 12, 2015 2:53 am

Días atrás, Lyn citó a Fátima para hablar con ella en privado sobre un asunto importante. Le hizo saber que la había propuesto ante Ronin como candidata a Maestra, para que tomara el Examen de Graduación que tan lejano les parecía al resto de aprendices. Sin más. Por lo general los otros Maestros preguntaban antes a sus protegidos para saber si estaban de acuerdo en intentarlo, pero no Lyn; aunque, después de tantos años, Fátima se lo tendría que haber imaginado.

La Maestra creía que era un paso clave que Fátima tenía que afrontar y que no habría necesitado pensarse nada.

Estás preparada de sobra y lo mejor es tomarlo con ganas, para que no tengas dudas, ni te pongas nerviosa ―sentenció, con su manera de ver las cosas.

Estuviera o no de acuerdo con el procedimiento, lo cierto es que Ronin le mandó un mensaje a Fátima para notificarle que aceptaba la propuesta de la Maestra Lyn y que se presentara al día siguiente a mediodía en la sala del trono. Iba a tomar el Examen. Y lo único que le habían dicho es que llevara lápiz y borrador.

El día señalado, al entrar en la sala del trono, vería que habían dispuesto dos pupitres separados frente a los tronos, donde tan solo estaba sentado Ronin. Lyn le esperaba. Le indicó que se sentara en el que quedaba libre; el otro ya había sido ocupado por el aprendiz que tomaría la prueba con ella: Derhe Yeno, acompañado por Akio. Iwashi cerró la puerta después de que pasara, y se quedó a un lado, custodiando la entrada de posibles fisgones. Si había más Maestros rondando por allí, para cuidar que nadie paseara sospechosamente por los alrededores, Fátima no los vio.

En cuanto hubo tomado asiento, Ronin se levantó y se dirigió a ambos candidatos. Fue al grano:

El Examen constará de tres pruebas. Tendréis que superarlas todas para aprobar y no conoceréis los resultados hasta el final del examen. Vuestros Maestros os supervisarán durante la mayor parte del tiempo, pero debéis afrontar este desafío en solitario y confiando únicamente en las capacidades y experiencias que os han guiado hasta aquí.

»El camino hasta este Examen siempre es duro y largo, más de lo que nos gustaría, sobre todo en estos tiempos. El futuro no pronostica mejores expectativas; y es por eso que necesitamos de jóvenes, como vosotros, dispuestos a asumir los riesgos, a continuar luchando y a seguir llevando nuestro emblema, pese a los peligros que nos acechan, ahora más que nunca. Este será vuestro primer paso tras la meta, pero pronto comprobaréis que os esperan muchas más. Buscadlas. Y, sobre todo, buscadlas siguiendo a vuestro corazón.

»Que dé comienzo el Examen.

Ronin volvió a sentarse y, a la vez, Lyn y Akio se situaron frente a sus aprendices, les entregaron un folio a cada uno y empezaron a recitarles las instrucciones. Fátima notaría que su Maestra estaba visiblemente nerviosa: tenía un tic en una de sus orejas y le temblaron las manos cuando le pasó la hoja.

La primera prueba es sencilla: responde de forma sincera y ordenada las siguientes preguntas. ¿Has traído algo para escribir? Puedo prestarte un bolígrafo. El tiempo máximo será de una hora, pero te sobrará. Siempre sobra ―comentó. Luego, bajó el tono de voz, para decirle algo de manera confidencial―. Puedes hacerlo, no es más que una chorrada de test, de cosas que ya sabemos por tus informes o que Ronin quiere comprobar antes de nombrar a nadie Maestro. Hazlo rápido para que podamos pasar a las auténticas pruebas. ―Volvió al tono normal―. Si Akio lo aprobó, cualquiera puede hacerlo ―Akio gruñó al otro lado, pero no dijo nada―. Plantea ahora cualquier duda que tengas. No se podrá hablar en mitad de la prueba.

Lyn le dejó unos minutos para que leyera atentamente las preguntas del papel. Como había dicho, aquel sería el último momento para consultar las dudas.

Spoiler: Mostrar
1. ¿Algunas vez has estado a punto de morir o has pensado que ibas a hacerlo? ¿Mereció la pena el riesgo en esa ocasión? ¿Has pensado cómo afrontarías de nuevo esa misma situación, o qué harías para que no se repitiera en el futuro?

2. ¿Alguna vez has querido matar a alguien? ¿Por qué? ¿Crees que lo merecía/lo sigue mereciendo? ¿Volverías a actuar igual? ¿Aprendiste algo de esa experiencia?

3. ¿Alguna vez has asumido la responsabilidad en una misión o tarea (tanto dentro como fuera de la Orden)? ¿Te has sentido como una líder o ejerciendo una superioridad frente a otros? ¿Crees que lo hiciste bien? ¿Volverías a hacerlo?

4. ¿Alguna vez has dudado o puesto en duda a la Orden? ¿Te parece que en ocasiones actuó mal o te avergonzó ser parte de ella? ¿Habrías hecho algo de haber podido? Si las respuestas anteriores han sido afirmativas, ¿por qué, aún con ello, continuaste tu camino de aprendiza?

Código: Seleccionar todo
[b]1. ¿Algunas vez has estado a punto de morir o has pensado que ibas a hacerlo? ¿Mereció la pena el riesgo en esa ocasión? ¿Has pensado cómo afrontarías de nuevo esa misma situación, o qué harías para que no se repitiera en el futuro?[/b]

[b]2. ¿Alguna vez has querido matar a alguien? ¿Por qué? ¿Crees que lo merecía/lo sigue mereciendo? ¿Volverías a actuar igual? ¿Aprendiste algo de esa experiencia?[/b]

[b]3. ¿Alguna vez has asumido la responsabilidad en una misión o tarea (tanto dentro como fuera de la Orden)? ¿Te has sentido como una líder o ejerciendo una superioridad frente a otros? ¿Crees que lo hiciste bien? ¿Volverías a hacerlo?[/b]

[b]4. ¿Alguna vez has dudado o puesto en duda a la Orden? ¿Te parece que en ocasiones actuó mal o te avergonzó ser parte de ella? ¿Habrías hecho algo de haber podido? Si las respuestas anteriores han sido afirmativas, ¿por qué, aún con ello, continuaste tu camino de aprendiza?[/b]


Lo primordial, según Lyn, es que fuera sincera. Aunque, ¿cómo lo iban a comprobar? ¿Y de verdad hacía falta que contara esas cosas? Algunas podían considerarse algo personales. Otras parecían especialmente diseñadas para que Fátima contara lo que a cualquier Maestro le gustaría oír.

Cuando Fátima estuvo conforme y dispuesta, la Maestra se lo notificó a Ronin, que dio el pistoletazo de salida:

Empezad.

Buena suerte ―murmuró Lyn, mientras se alejaba.

¿Dónde pongo el nombre?

¡Shh!

Estaba sola, frente a tan terrible enemigo, el examen de cuatro preguntas. ¿O eran más? Porque, al otro lado de una pantalla invisible para Fátima, otras cuatro preguntas más se dibujaban para la persona que había tras ella.

Spoiler: Mostrar
5. Piensa en algún momento en el que Fátima haya tenido problemas con las autoridades, o con alguien superior a ella. ¿Cómo actuó y por qué?

6. Piensa en algún momento en el que Fátima mintió. ¿Cómo actuó y por qué?

7. Piensa en algún momento en el que Fátima quiso proteger a alguien a toda costa. ¿Cómo actuó y por qué?

8. Piensa en algún momento, al final de una misión o tema, en el que Fátima no estuviera satisfecha con los resultados obtenidos. ¿Cómo actuó y por qué?

Código: Seleccionar todo
[b]5. Piensa en algún momento en el que Fátima haya tenido problemas con las autoridades, o con alguien superior a ella. ¿Cómo actuó y por qué?[/b]

[b]6. Piensa en algún momento en el que Fátima mintió. ¿Cómo actuó y por qué?[/b]

[b]7. Piensa en algún momento en el que Fátima quiso proteger a alguien a toda costa. ¿Cómo actuó y por qué?[/b]

[b]8. Piensa en algún momento, al final de una misión o tema, en el que Fátima no estuviera satisfecha con los resultados obtenidos. ¿Cómo actuó y por qué?[/b]


Al fin y al cabo, ambas habían llegado hasta allí juntas y, por lo tanto, lo justo era que tomaran la prueba, a su vez, juntas.



¡Bienvenida a tu Examen de Graduación de Maestría!

En primer lugar, calma. Este es un tema como otro cualquiera. La clave del aprobado es sencilla, ya puede serlo después de 30 niveles hasta aquí. Escribe los posts como siempre (quizá con alguna revisión de más) y piensa bien en tus acciones.

Luego, sobre las pruebas, solo voy a darte unos pequeños datos: la primera (como puedes ver) y la tercera prueba son de un único post; la segunda, en cambio, es la única con margen para explayarnos, puede ser también de un único post, o de dos o tres, según lo que quieras o necesites.

Si tienes alguna pregunta on-rol sobre esta prueba, plantéamela en privado y luego la transcribes con Fátima, de ese modo no malgastamos turnos. Y naturalmente, las off-rol también.

Como puedes ver, en esta primera prueba tienes dos planteamientos diferentes de preguntas: las cuestiones del 1 al 4 las responderá Fátima on-rol; y del 5 al 8, tú off-rol. No quiero que me linkees la respuesta con el post donde esto se reflejó, sino que lo explique Fátima con sus palabras y que lo hagas tú con las tuyas.

Buena suerte.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Sab Nov 14, 2015 12:03 am

Fátima casi no podía respirar cuando, estrujando el lápiz y manoseando la goma, se dirigió hacia la sala del trono. La cabeza le latía por la falta de sueño, tenía los ojos enrojecidos y los labios despellejados de tanto mordérselos. Repetía una y otra vez las palabras con las que Lyn anunció que la había propuesto para el Examen. Sin su permiso, claro.

Fátima llevaba tiempo dándole vueltas a la idea y preparándose para solicitar el Examen, pero Lyn no le había dejado tiempo.

Sí, tendría que haberse imaginado que pasaría y casi era mejor así, si lo consideraba con frialdad; ella habría retrasado la elección con toda clase de excusas porque no se sentía preparada —y pensar en el suspenso casi le arrancaba gimoteos de pura angustia—. Lyn decía que sí lo estaba, que ni siquiera tenía que pensárselo. Era su Maestra, si lo decía ella, sería con conocimiento de causa. Debería confiar en su criterio y, por lo general, lo hacía, pero no podía librarse de la convicción de que estaban cometiendo un grave error.

«Estás preparada de sobra y lo mejor es tomarlo con ganas, para que no tengas dudas, ni te pongas nerviosa

Contuvo una risita histérica. Que no se pusiera nerviosa. ¡Ni siquiera le había dicho en qué consistiría el Examen! Miró a su alrededor y se alegró de que no hubiera nadie. Parecía que la noticia no se había extendido. Menos mal. No habría soportado que todo el mundo estuviera pendiente de si superaba o fracasaba la Prueba.

Se detuvo frente a las puertas de la sala y sufrió un nuevo retortijón. Contuvo un gemido, apretó los instrumentos de escritura contra su pecho.

«Puedo hacerlo. Lyn dice que puedo. Si no confío en mi misma, me quedaré estancada para siempre.»

Las ganas de salir corriendo amenazaron con superarla por un momento. Después respiró hondo y se obligó a avanzar: si no lo conseguía, lo intentaría de nuevo más tarde, cuando ella se sintiera lista. No había dejado de dar la murga con que deseaba ser más fuerte, así que no debía escapar de los desafíos.

Cruzó el umbral y apretó los labios al ver a Ronin sentado en uno de los dos tronos. Lyn aguardaba no muy lejos y la invitó a sentarse frente a un pupitre colocado frente a los tronos. Junto a este había otro, ocupado por…

Frenó en seco al reconocer al odioso Derhe Yeno, a quien parecía haber traído Akio, que esperaba a su lado. Miró a Lyn murmurando un «¿en serio?» sin hacer ruido antes de tomar asiento. No sabía si sentirse más tranquila o no por su presencia. No le gustaba que estuviera en «su» Examen pero, por otra parte, se consoló diciéndose que no haría el ridículo sola…

Espera. Si fracasaba, ¿sería equivalente a quedar a la altura de Derhe Yeno?

Por suerte para ella, Ronin se incorporó y comenzó a hablar, evitando que sucumbiera a una nueva y potente oleada de pánico.

El Examen constará de tres pruebas. Tendréis que superarlas todas para aprobar y no conoceréis los resultados hasta el final del examen. Vuestros Maestros os supervisarán durante la mayor parte del tiempo, pero debéis afrontar este desafío en solitario y confiando únicamente en las capacidades y experiencias que os han guiado hasta aquí.

Fátima tragó saliva y miró de reojo a Lyn. ¿Eso significaba que podía o no podía hacerle preguntas?

El camino hasta este Examen siempre es duro y largo, más de lo que nos gustaría, sobre todo en estos tiempos. El futuro no pronostica mejores expectativas; y es por eso que necesitamos de jóvenes, como vosotros, dispuestos a asumir los riesgos, a continuar luchando y a seguir llevando nuestro emblema, pese a los peligros que nos acechan, ahora más que nunca. Este será vuestro primer paso tras la meta, pero pronto comprobaréis que os esperan muchas más. Buscadlas. Y, sobre todo, buscadlas siguiendo a vuestro corazón.

»Que dé comienzo el Examen.

Aspiró una bocanada de aire y volvió a mirar a Lyn, que se puso frente a ella y le entregó un folio. Percatarse del tic de la oreja de su Maestra y de que las manos le temblaban estuvo a punto de hacerla gritar de angustia. ¡Lo sabía, lo sabía, no estaba preparada, se habían precipitado, hasta Lyn debía reconocer que se había equivocado…!

La primera prueba es sencilla: responde de forma sincera y ordenada las siguientes preguntas. ¿Has traído algo para escribir? Puedo prestarte un bolígrafo. El tiempo máximo será de una hora, pero te sobrará. Siempre sobra.

N-no, no hace falta—farfulló, mostrándole el lápiz y la goma—. Gracias.

Desde que Lyn le dijo que iba a presentarla como candidata, Fátima se había pasado buena parte de las noches repasando lo que había dado en las clases, desde la historia de Tierra de Partida a toda la magia que Kazuki y los demás les habían enseñado. Era el único punto de todo el Examen que creía que podía aprobar sin miedo. O eso esperaba.

El problema era que se trataban de tres pruebas. Tres. ¿Y de verdad esperaban que terminara en menos de una hora la primera? ¿Serían preguntas cortas? ¿Cuánto iba a durar en total el Examen?

Lyn bajó la voz y dijo:

Puedes hacerlo, no es más que una chorrada de test, de cosas que ya sabemos por tus informes o que Ronin quiere comprobar antes de nombrar a nadie Maestro. Hazlo rápido para que podamos pasar a las auténticas pruebas. ―Antes de que Fátima pudiera responder o similar lo que había dicho alzó un poco la voz―. Si Akio lo aprobó, cualquiera puede hacerlo. ―Akio gruñó y Fátima resopló, divertida a su pesar―. Plantea ahora cualquier duda que tengas. No se podrá hablar en mitad de la prueba.

Fátima se las apañó para sonreír, algo más relajada. Agachó la cabeza y leyó las preguntas. Su boca se fue abriendo poco a poco y se debatió entre gritar de alivio y preguntar si iba en serio. No por nada había dicho Lyn que era una «chorrada de test». La Maestra le recomendó que fuera sincera. No era lo que se había esperado y la había cogido completamente desprevenida pero… Tenía que tomárselo en serio.

No tengo preguntas—dijo en un susurro, mirando de reojo a Derhe Yeno y preguntándose si él ya habría hecho un Examen y cuáles serían sus respuestas.

Empezad.

Buena suerte.

«Gracias» vocalizó sin hacer ruido.

¿Dónde pongo el nombre?

¡Shh!

Su sonrisa se amplió un poco sin poder evitarlo. Luego adoptó una expresión de concentración.

1. ¿Algunas vez has estado a punto de morir o has pensado que ibas a hacerlo? ¿Mereció la pena el riesgo en esa ocasión? ¿Has pensado cómo afrontarías de nuevo esa misma situación, o qué harías para que no se repitiera en el futuro?

Entrelazó los dedos y se sorprendió al recordar todas las ocasiones en las que había rozado la muerte. Pensándolo bien, eran unas preguntas más duras de lo que esperaba. Se quedó un par de minutos dándole vueltas antes de coger el lápiz y ponerse a escribir:


He vivido numerosas situaciones en las que he estado a punto de morir. No todas merecieron la pena. La que más me ha afectado ha sido la que vivimos en Tierra de Partida o, más bien, el Castillo del Olvido hace pocos días.

Ahí el riesgo sí mereció la pena, sin lugar a dudas; era luchar con todo lo que teníamos o permitir que los Sincorazón invadieran nuestro hogar. Si no hubiera arriesgado mi vida puede que hubieran muerto más personas y probablemente yo habría estado entre ellas.

En cuanto a cómo afrontaría la misma situación… Estoy convencida de que haría lo mismo: me quedaría a luchar. A menos que fuera más útil para acabar con la amenaza en otro sitio, permanecería en mi puesto.

Para evitar que se repita algo así sólo puedo pensar en estudiar sobre las defensas que hemos tenido hasta el momento y buscar una forma de reforzarlas o añadir patrullas para evitar que nos vuelvan a coger desprevenidos.


Consciente de que sus respuestas eran vagas, pero que tampoco podía inventar un nuevo sistema de defensa que sustituyera al que habían tenido hasta entonces, pasó a la siguiente pregunta, que era peliaguda. Vaciló en varias ocasiones sobre si contar o no la verdad. Lyn le había recomendado que fuera sincera, pero dudaba que fuera a servirle de mucho decir que sí, que había querido matar. Que seguía planteándose matar a alguien.

Al final, sin embargo, se dijo que si no era capaz de ir con la verdad por delante frente a la gente a la que quería servir, no sería digna de convertirse en Maestra. Al menos no una que ella fuera capaz de respetar.

2. ¿Alguna vez has querido matar a alguien? ¿Por qué? ¿Crees que lo merecía/lo sigue mereciendo? ¿Volverías a actuar igual? ¿Aprendiste algo de esa experiencia?


Sí. Andrei Saavedra. Las razones son el daño que hizo a los chinos y que fue culpable de actos como…



Se detuvo. Estaba edulcorando la realidad. Tuvo que obligarse a borrar y reescribir.


Sí. Andrei Saavedra. Tengo muchos motivos. Creó a un clon mío del que se ha aprovechado en innumerables ocasiones. Provocó una guerra y me utilizó para dividir al ejército chino y condenar así a muchísimas personas. Torturó a amigas delante de mí. También me atacó de una forma que no puedo perdonar.

He deseado matarlo más de una vez. Puedo decir sin miedo que lo odio, pero que siempre ha sido demasiado fuerte para mí. No soy una rival para él o, al menos, no una rival que pueda ponerse a su altura por ahora. Es algo que quiero remediar cueste lo que cueste.

Si lo pienso seriamente, no sé si deseo que muera. Estoy enferma de ver muertos. Sí que quiero hacerle daño. Eso es lo primero que se me pasa por la cabeza cuando le veo.

No sé si volvería a actuar igual. Quizás, si un día soy más fuerte que él, pueda enfrentarme a Andrei sin tener que pensar en matarlo porque sabré que puedo detenerlo y que no tengo que recurrir a darle muerte para ello. Es decir, que mi seguridad o la de los que me rodean está garantizada.

Andrei me enseñó que sólo por tener una Llave Espada no era invencible, que hay enemigos mucho más difíciles que un Sincorazón, y que el poder en manos de la gente equivocada es terrible.


Podría haber escrito más pero se sentía terriblemente incómoda revelando todos aquellos pensamientos, casi era como ir a un confesionario por la fuerza. No le había dicho las cosas tan claras ni siquiera a Malik. Resistiendo las ganas de borrar, saltó a la siguiente pregunta.

3. ¿Alguna vez has asumido la responsabilidad en una misión o tarea (tanto dentro como fuera de la Orden)? ¿Te has sentido como una líder o ejerciendo una superioridad frente a otros? ¿Crees que lo hiciste bien? ¿Volverías a hacerlo?


Sí, en China y en alguna que otra misión. No, nunca me he sentido líder, aunque sí responsable de los demás por ser la aprendiza de más experiencia del grupo. Creo que en ocasiones lo he hecho bien, pero que no tenía la suficiente experiencia para ejercer el papel de líder de la manera más eficiente.

Si no hay nadie con más capacidades de liderazgo para dirigir a un grupo, sí, volvería a ponerme al mando, siempre que el resto del equipo lo aceptara.



«Me van a suspender, joder.»

Continuó, apretando los dientes y dando gracias porque fuera la última pregunta. Maldijo por lo bajo al releerla. Habría preferido un examen sobre hechizos.

4. ¿Alguna vez has dudado o puesto en duda a la Orden? ¿Te parece que en ocasiones actuó mal o te avergonzó ser parte de ella? ¿Habrías hecho algo de haber podido? Si las respuestas anteriores han sido afirmativas, ¿por qué, aún con ello, continuaste tu camino de aprendiza?

Sólo me he avergonzado por ser aprendiz de la Orden cuando no he podido ayudar a la gente o cuando he sentido que nuestros actos no eran suficientes para solucionar el conflicto que estábamos provocando/contemplando.

No, en realidad, ha habido más ocasiones en las que he puesto en duda a la Orden: cuando Nanashi me obligó a unirme, cuando he sentido que no se explicaba con la suficiente claridad a los que querían unirse lo que les esperaba ahí fuera. Cuando las dos Órdenes entraron en guerra abierta y cuando me descubrí haciendo cosas horribles por el bien de las misiones.

Todavía sigo preguntándome hasta dónde llega la ley de no-intervención, qué es correcto y qué no lo es. Si alguien que no es del mundo de Tierra de Dragones acicatea una guerra, ¿por qué no podemos intentar detenerla? Conozco la respuesta, pero sigue doliéndome saber que podríamos haber salvado muchas vidas si hubiéramos dado un paso al frente y descubierto la verdad. No creo que yo lo hubiera hecho, ya que la realidad es que estuvo en mi mano hacerlo y decidí obedecer las leyes de Tierra de Partida. Sigo sin saber si actué bien.

Continúo siendo aprendiz es porque creo en los ideales de Tierra de Partida, por mucho que considere que algunos deben cambiarse o por mucho que no esté totalmente de acuerdo con ellos. Quiero seguir aquí porque somos de los pocos que podemos evitar que la gente muera a las manos de los Sincorazón o que acabe dominada por personas que pueden trastocar los mundos.

Sigo aquí porque ahora considero Tierra de Partida mi hogar. Mi vida está aquí y ya no lo querría de otro modo.



Suspiró y se masajeó una mano antes de ponerse a repasar para asegurarse de que se había expresado bien y que no había faltas de ortografía.

Spoiler: Mostrar
5. Piensa en algún momento en el que Fátima haya tenido problemas con las autoridades, o con alguien superior a ella. ¿Cómo actuó y por qué?

No ha tenido problemas —directos, al menos que yo recuerde— ya que Fátima obedece a sus Maestros. Considera que son los que tienen experiencia y, por tanto, se les debe hacer caso y respetar.

Sí que se ha molestado por el comportamiento poco serio de Ronin o con Lyn por no confiar en ella para las misiones.

En la última trama de Quién teme al lobo feroz se encontró en un conflicto entre las órdenes de Ronin y Lyn. Ronin le había pedido que no dejara que Lyn se acercara al bosque y la Maestra pretendía ir hacia el mismo. Confiando en Ronin, pidió a Lyn que le dejara a ella lidiar con el problema y se sintió herida porque interpretó que Lyn pensaba que era débil. Ni entonces se enfrentó a ella de forma directa, sólo le pidió que confiara en sus habilidades.

En caso de NPCs, Fátima tiene la política de no llamar la intención y de tragarse sus opiniones. A menos que haya un enemigo amenazando su vida o la de sus compañeros de forma directa, en cuyo caso saldría a defenderlos. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando quiso defender a Mulan frente a Shang (la autoridad del momento) y Andrei: estuvo más que dispuesta a atacarlo para evitar que matara a su amiga —aunque al final no hizo falta—.

6. Piensa en algún momento en el que Fátima mintió. ¿Cómo actuó y por qué?

En una de las primeras tramas de Tierra de Dragones, Fátima cubrió a Mulán aunque su padre les había enviado a ella y a Ronin a buscarla, y decidió mentir diciendo que no la había encontrado. Respetó su disfraz —aunque quedó casi claro que Ronin sabía que Fátima no le había dicho la verdad— porque se identificó con ella y creía que el sexo no debía ser un obstáculo para vivir la vida que uno considera correcta — también porque el género no debería interponerse en el camino de una persona—.
Generalmente miente por ayudar a otra persona o por el bien de la misión, otra cosa es que le salga bien decir una mentira.

7. Piensa en algún momento en el que Fátima quiso proteger a alguien a toda costa. ¿Cómo actuó y por qué?

En la trama de The Game Never Ends Fátima intentó proteger a Clío a pesar de que ella la atacó. Se esforzó por no hacerle daño e incluso se la llevó consigo —tras haberla dejado inconsciente— porque no quería dejarla tirada aunque era peligrosa tanto para ella como para Light. Poco después le gritó de todo a Andrei cuando este las capturó, porque no podía soportar la idea de que siguiera manipulando y haciendo daño a Clío. Gritar así, teniendo en cuenta que Andrei controlaba su cuerpo, es una locura pero estaba demasiado furiosa como para no intentar alejarle de Clío aunque fuera con insultos.
Vamos, que puede ponerse en peligro —y a los que la rodean, sin darse cuenta, como el caso de Maya cuando Andrei las capturó— cuando se desespera por proteger a alguien.

8. Piensa en algún momento, al final de una misión o tema, en el que Fátima no estuviera satisfecha con los resultados obtenidos. ¿Cómo actuó y por qué?

Al final de las tramas de China Fátima estaba muy, muy insatisfecha y destrozada. No se opuso a las decisiones de Ronin, sino que se culpó a sí misma. Es su forma de ser; llora cuando no puede más y trata de razonar la realidad para asumirla, aunque la sobrepasen a menudo las emociones. Se lo traga todo, como al final de la trama de Los muertos no cuentan cuentos, cuando Ronin tomó una decisión con la que ella no estaba completamente de acuerdo.



Una vez hubo terminado le hizo una señal a Lyn con un nudo de nervios en la garganta y unas preocupantes ganas de vomitar.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Lun Nov 16, 2015 10:16 pm

Lyn captó el mensaje de Fátima, pero no se movió. Aún quedaba algo de tiempo hasta que se agotara el tiempo y la aprendiza podía revisar el examen mientras tanto.

Después de que finalizara la hora, Lyn recogió el examen de Fátima y se apartó a un lado, en silencio. Akio hizo lo mismo, aunque Derhe apenas había escrito más de dos líneas en cada pregunta y no parecía preocupado por decorarlo más. Ronin, que mientras tanto había estado leyendo unos informes, se volvió a poner en pie y les indicó a los examinados que hicieran lo mismo.

Con esto concluye la primera prueba. No ha sido tan difícil, ¿eh? —comentó, para aligerar la tensión del ambiente—. La siguiente prueba tampoco lo será tanto. La premisa es sencilla: debéis traerme algo que demuestre vuestro valor. Durante todos estos años habréis recorrido mundos muy diversos, habréis vivido numerosas aventuras, conocido a criaturas de lo más extravagantes, como piratas —dijo en voz más baja, con una sonrisa—, y visto cosas inimaginables. Quiero que salgáis hoy, de nuevo, pensando en todo lo que os ha marcado y volváis con la clave de por qué consideráis esas experiencias suficientes para ostentar el título de Maestro. Puede ser un objeto o un relato de la vivencia que tengáis durante las próximas horas. Mi consejo es que no seáis humildes: recordad que estáis en un examen y que queremos promocionar al que consideremos apto para el título, no al que no sepa valorarse correctamente.

Ronin bajó los escalones que les separaban, les indicó con un gesto que se acercaran a él y les puso a ambos la mano en el hombro, en su habitual actitud amistosa.

Esta prueba tiene dos reglas inapelables: en primer lugar, habrá un tiempo límite de seis horas; y en segundo lugar, tenéis prohibido colaborar con otros aprendices. Hemos tenido varios casos de candidatos que tardaban días en regresar, y no habían estado haciendo nada realmente. —Ronin parecía a punto de reír y de contar una anécdota, pero se contuvo a tiempo. Tragó saliva y continuó con la explicación—. Además, cuando volváis aún os quedará otra prueba más, no os vais a librar de ella por perder el tiempo. Si todo sale bien, el examen habrá acabado antes de la puesta de sol.

»Respecto a la otra regla, dado que se trata de un examen, parece obvio que no podéis tener ayuda de otros. Sin embargo, me preocupa más que el resto de aprendices intentaran aprovechar de esas aportaciones para su beneficio cuando seáis Maestros. No sé si se habrá corrido ya la noticia de que estamos celebrando hoy un Examen, pero en mis tiempos estas cosas se seguían casi al minuto y no eran pocos los que buscaban a los candidatos para saber qué estaba ocurriendo. Es cierto que hace tiempo que se prohibió el contacto entre unos y otros, pero para mí se trata más bien de un consejo: el Examen es vuestro, no de nadie más. Y por cierto, esta norma no incluye a personas ajenas de la Orden.

»El incumplimiento explícito de cualquiera de ellas supondrá el suspenso de la prueba y, por lo tanto, del Examen. Pero son fáciles de recordar, ¿no? Ni lleguéis tarde, ni busquéis la ayuda de otros aprendices. Y si os pillamos, ¡no os preocupéis! ¡Podréis intentarlo de nuevo más adelante! Algunos estamos en uno de esos intentos, ¿eh? —comentó, palmeando el hombro de Derhe, quien en respuesta soltó un bufido—. Los Maestros no irán con vosotros. Y entre vosotros tampoco podéis acompañaros. Estaréis solos —aclaró, con gesto más solemne, que varió otra vez con rapidez al esbozar una sonrisa—. ¿Alguna pregunta?

Derhe negó con la cabeza. Si Fátima se había quedado con dudas, no podría regresar para preguntar durante la prueba, así que más le valía aprovechar la oportunidad.

¡Pues que comience la segunda prueba! —Extendió los brazos, liberándoles del agarre de los hombros, como si les invitara a volar—. Tenéis seis horas a partir de este momento.

Ni Lyn ni Akio intervinieron más. Les dejaron marcharse, e Iwashi se encargó de cerrar la puerta de la sala del trono detrás de ellos, evidenciando que ya no recibirían más ayuda del interior.

Antes de que pudiera marcharse, Derhe se volvió hacia Fátima con una sonrisa de suficiencia.

En mi primera vez yo también estaba muy perdido —supuso, sin preguntar—. Pero ya sabes cómo son, con esos rollos del corazón y de quedar muy misteriosos, sin dar pistas ni gilipolleces. Por eso la mayoría de la gente suspende, no te deprimas mucho cuando te ocurra —intentó consolarla, mientras sus ojos revoloteaban por debajo de la cara de Fátima—. Te ayudaré en el siguiente examen, cuando sea Maestro, porque tengo un plan genial que no puede fallar. La última vez esto no me salió bien por una tontería: dijeron que secuestrar y traer a un enanito mudo no demostraba nada e iba contra las reglas de la no intervención, bla, bla, bla. Pero en esta ocasión les voy a dejar flipando.

Esperó a que Fátima admirara su inteligencia y, sin apenas despedirse, se marchó a poner en práctica ese plan genial. Ahora sí, estaba sola y ella también tenía que pensar en algo.



Como puedes comprobar, esta prueba sobre todo versa en la creatividad. Por ahora no pasa nada si no sabes muy bien qué quieres hacer. En tu siguiente post debes decidir adónde ir (mundo y lugar) y una vaga idea de qué buscas o qué esperas encontrar. Incluso puedes optar por no salir de Tierra de Partida. Lo único prohibido, como ha dicho Ronin, será intentar interactuar con personajes de otros jugadores, por motivos obvios; pero eso no incluye a NPCs, tuyos o de mundo (cuya interacción correrá a mi cargo, claro).

De nuevo, si tienes preguntas, házmelas off-rol, transcríbelas on-rol y así no gastamos turnos.

Aclaraciones: Ronin se refiere al valor en el sentido de importancia, no de coraje. Y como ha dicho, no hay una pauta general sobre lo que se debe presentar para aprobar: eso depende de Fátima. Puede irse a Notre Dame y robar una campana, o ir a reflexionar al Big Ben sobre el significado de la vida y volver para soltar un discurso espontáneo. No hay una respuesta correcta. Puedes tenerlo muy claro o puedes vagar por ahí hasta que se te ocurra o se dé una situación propicia. Como imaginarás, eso lo iremos viendo según se desarrollen los turnos (por eso puede ser más o menos variable la duración). En un principio, cada turno corresponderá con una hora, aunque eso puede ser excesivamente optimista por mi parte (al delimitar el máximo a seis de lo que gastaremos), sobre todo si hay turnos donde no puede transcurrir tanto tiempo.

¡Lo siento, pero eres mi primer experimento!
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Jue Nov 19, 2015 8:17 pm

Ronin se incorporó, indicándoles que lo imitaran. A Fátima le temblaron las rodillas.

Con esto concluye la primera prueba. No ha sido tan difícil, ¿eh? —Fátima sonrió, pero el nudo de nervios que le cerraba la boca del estómago era tan grande que en seguida apretó los labios y se concentró en respirar hondo—. La siguiente prueba tampoco lo será tanto. La premisa es sencilla: debéis traerme algo que demuestre vuestro valor. Durante todos estos años habréis recorrido mundos muy diversos, habréis vivido numerosas aventuras, conocido a criaturas de lo más extravagantes, como piratas —esta vez la sonrisa de Fátima duró más, sobre todo al ver que Ronin sonreía también. Era un alivio verle recuperar una parte de la chispa que había tenido antes de la guerra—, y visto cosas inimaginables. Quiero que salgáis hoy, de nuevo, pensando en todo lo que os ha marcado y volváis con la clave de por qué consideráis esas experiencias suficientes para ostentar el título de Maestro. Puede ser un objeto o un relato de la vivencia que tengáis durante las próximas horas. Mi consejo es que no seáis humildes: recordad que estáis en un examen y que queremos promocionar al que consideremos apto para el título, no al que no sepa valorarse correctamente.

Fátima arqueó mucho las cejas. De nuevo era una prueba que no se esperaba y no sabía si sentirse aliviada o no. No había nada a lo que aferrarse, ningún conocimiento convencional del que tirar para demostrar que era una buena maga o digna luchadora…

Ronin se les acercó y les puso una mano en el hombro a cada uno.

Esta prueba tiene dos reglas inapelables: en primer lugar, habrá un tiempo límite de seis horas; y en segundo lugar, tenéis prohibido colaborar con otros aprendices. Hemos tenido varios casos de candidatos que tardaban días en regresar, y no habían estado haciendo nada realmente. —Ronin se controló para no soltar algo inapropiado, probablemente alguna anécdota, y continuó explicándoles lo que tenían que hacer. Fátima tomaba nota mental de todo sin atreverse a respirar por miedo a perderse algo importante—. Además, cuando volváis aún os quedará otra prueba más, no os vais a librar de ella por perder el tiempo. Si todo sale bien, el examen habrá acabado antes de la puesta de sol.

«Al menos no será una tortura tan larga» se dijo con ironía.

Respecto a la otra regla, dado que se trata de un examen, parece obvio que no podéis tener ayuda de otros. Sin embargo, me preocupa más que el resto de aprendices intentaran aprovechar de esas aportaciones para su beneficio cuando seáis Maestros. No sé si se habrá corrido ya la noticia de que estamos celebrando hoy un Examen, pero en mis tiempos estas cosas se seguían casi al minuto y no eran pocos los que buscaban a los candidatos para saber qué estaba ocurriendo. Es cierto que hace tiempo que se prohibió el contacto entre unos y otros, pero para mí se trata más bien de un consejo: el Examen es vuestro, no de nadie más. Y por cierto, esta norma no incluye a personas ajenas de la Orden.

Se contuvo para no mirar de reojo a Lyn y se llevó una mano al pelo para retorcerse un mechón. Sí, tenía toda la lógica del mundo. No se podían hacer trampas. El problema era que lo que le estaba pidiendo Ronin era tan, tan subjetivo que no sabía… qué diantres hacer. También era algo privado y dudaba mucho que los Maestros hubieran podido echarle un cable, lo cual significaba, por otra parte, que lo que para ella pudiera resultar válido, a ellos les parecería insuficiente. El suelo se tambaleó bajo sus pies.

El incumplimiento explícito de cualquiera de ellas supondrá el suspenso de la prueba y, por lo tanto, del Examen. Pero son fáciles de recordar, ¿no? Ni lleguéis tarde, ni busquéis la ayuda de otros aprendices. Y si os pillamos, ¡no os preocupéis! ¡Podréis intentarlo de nuevo más adelante! Algunos estamos en uno de esos intentos, ¿eh? —Derhe Yeno bufó—. Los Maestros no irán con vosotros. Y entre vosotros tampoco podéis acompañaros. Estaréis solos . ¿Alguna pregunta?

Fátima cerró los ojos y se estrujó el cerebro para ver si tenía alguna. Estuvo a punto de preguntarle a Ronin qué era lo que había presentado él, pero se mordió la lengua en el último segundo. Gracias a dios. Al final terminó por menear la cabeza. Las cosas estaban bastante claras a pesar de la ambigüedad de la prueba.

¡Pues que comience la segunda prueba!. Tenéis seis horas a partir de este momento.

Fátima se despidió de los Maestros con un gesto nervioso y se dirigió a la puerta, donde Iwashi aguardaba para cerrar una vez estuvieran fuera. Cuando escuchó cómo se juntaban los portones, se puso una mano en el pecho y soltó un largo suspiro. Ahora que por fin se habían alejado de los Maestros, consiguió distender un poco la tensión que se había apoderado de sus músculos.

En mi primera vez yo también estaba muy perdido.—Levantó la vista hacia Derhe Yeno, que esbozaba una sonrisita prepotente que la sacó de quicio—. Pero ya sabes cómo son, con esos rollos del corazón y de quedar muy misteriosos, sin dar pistas ni gilipolleces. Por eso la mayoría de la gente suspende, no te deprimas mucho cuando te ocurra .—Entornó los ojos y trató de fulminarlo con la mirada, pero Derhe parecía más interesado en la zona de su busto. Se ruborizó y a la vez le ardieron las entrañas y por poco no le estampó un puñetazo contra la nariz—. Te ayudaré en el siguiente examen, cuando sea Maestro, porque tengo un plan genial que no puede fallar. La última vez esto no me salió bien por una tontería: dijeron que secuestrar y traer a un enanito mudo no demostraba nada e iba contra las reglas de la no intervención, bla, bla, bla. Pero en esta ocasión les voy a dejar flipando.

Fátima se quedó boquiabierta, algo que Derhe Yeno debió interpretar como admiración. Mejor, porque no sabía qué decir, porque lo peor era que no le estaba tomando el pelo. Al final tragó saliva y dijo:

Buena suerte, entonces.

«Capullo

Derhe Yeno la dejó a solas y Fátima lo vio marchar con la seguridad de que, si suspendía, no sería la única. No le hacía demasiada ilusión, desde luego, pero como mínimo no traería a un enanito mudo para demostrar que merecía ser una Maestra.

Y eso la llevaba de vuelta al problema. Tenía una prueba que superar y no se le ocurría cómo. Se quedó plantada unos instantes en el vestíbulo hasta que recordó lo que había dicho Ronin de lo rápido que se transmitían las noticias y se apresuró a salir a los jardines. No quería encontrarse con alguien y que le hiciera preguntas o que sus Maestros interpretaran que estaba haciendo trampas.

Una vez fuera, invocó su glider. Mejor alejarse, ir a algún sitio donde pudiera pensar. Se quedó subida en el transporte, pero sin llegar a despegar, mordisqueándose el labio inferior. No podía acudir a Malik, ni a Nadhia, ni a ninguno de sus amigos. ¿Y volver a casa? Tras un instante desechó la idea. Ya, claro. Tras tres años. No resistiría la tentación de pasarse a ver a sus padres. Y... No, mejor no.

Trató de pensar en sitios que la hubieran marcado y se le vino China a la cabeza. No, tampoco. No era buena idea ir. Siempre pasaba algo malo y le traía muy malos recuerdos.

Suspiró. Cómo quería poder hablar con Malik aunque sólo fuera por cinco minutos. O que le diera un abrazo y le asegurara que todo iba a salir bien.

Sacó el móvil. Quizás un mensaje…

Entonces vio su nombre y se le ocurrió una idea.

«No seas imbécil, la última vez casi te pillaron

Pero si tenía cuidado, si se disfrazaba y, sobre todo, si no decía nada en voz alta sobre la Orden… Además, necesitaba hablar con alguien y quién mejor que ella.

Marcó el número y esperó a que respondieran.

¿Clío?—preguntó con un hilo de voz—. ¿Te pillo trabajando? Sé que no debería, que es peligroso y puede darte problemas pero… ¿Puedo ir a verte? ¿En algún bar seguro? Iría disfrazada. Me maquillaré y todo eso, para que no me reconozcan. Es que…

»Me han pedido algo para el Examen de Maestra y estoy totalmente perdida. Necesito… hablar… Si crees que es posible.


Le habían pedido que trajera algo que la hubiera marcado, algo que la hiciera digna de ser Maestra. No tenía ni idea de qué podía ser. ¿Cuándo empezaron a cambiar las cosas? ¿Cuándo… quiso ser de verdad una Caballero?

«Tras China. Tras… Andrei

Reprimió un gruñido. Su vida se fue a pique tras Andrei. Pero también vinieron cosas buenas. No todo había sido tan horrible, aunque todavía quisiera meterle por el trasero su Llave Espada a ese cabrón; sirvió para darse cuenta de que los Caballeros tenían un propósito.

Y por culpa de su incompetencia, Clío había nacido. Dios, jamás le diría eso pero, le gustara o no, Clío era uno de sus motivos para ser Maestra. Si ella no hubiera existido, quizás Fátima no estaría decidida a convertirse en una —aunque creyera que no estaba preparada para hacerlo—. Porque habían sido lentos, porque no habían tenido cuidado, Andrei había jugado con incontables vidas. Como no habían sido suficiente dedicados, como no habían cumplido bien con su trabajo, el equilibrio se había alterado y podría haber llegado a resultar fatal.

Sí, tendría que tirar por ahí.

Si Clío le daba permiso, se metería corriendo, sin hablar con nadie, en su habitación para ponerse unos pantalones, una camisa y un chaleco. Luego se recogería todo el pelo bajo una gorra y se quitaría el maquillaje que usaba normalmente. Se oscurecería un poco la cara y rezaría porque no se la reconociera a primera vista.

Luego se encaminaría hacia Ciudad de Paso —a menos que su compañera no estuviera, en cuyo caso suponía que se quedaría en Tierra de Partida, o le dijera que podían encontrarse en otro mundo—, rezando porque pudiera tener una charla tranquila con Clío.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Dom Nov 29, 2015 2:43 am

Naturalmente, Clío aceptó la propuesta de Fátima y la citó dentro de un local del Distrito 1. Le pareció que el tono de su original era lo suficiente urgente como para correr el riesgo.

Ciudad de Paso estaba como siempre. Como siempre lo había estado, al menos, tras la llegada de los Villanos Finales. Allí no era bien recibido ningún aprendiz de la Orden, y Fátima ya había pensado en que no sería buena idea llamar la atención. Por suerte, además, no se encontró con ningún conocido, ni notó que nadie la identificara mientras se dirigía al punto de reunión.

Cuando llegó al bar, Clío ya había reservado una mesa apartada para ambas. Al igual que Fátima, por precaución, iba disfrazada. Curiosamente, habían tenido ideas semejantes, y lo que había hecho la chica era cambiar su maquillaje común y su forma de vestir por otra más casual, más coqueta y de paisana, con un estilo irreconocible para quien la viera habitualmente. Esperó a que Fátima pidiera una bebida (ella no quería nada) y a que el camarero se la trajera para hablar con libertad.

¿Y de qué va ese Examen? ―preguntó, omitiendo cualquier mención directa a los Maestros o a la Orden―. ¿No estás haciendo trampas por hablar conmigo?

La respuesta de Fátima, salvo que estuviera cuidadosamente encriptada, tendría que posponerse, puesto que una vendedora ambulante se detenía ese momento junto a su mesa para enseñarles su maletín lleno de mercancía. Llevaba llaveros (de los de colgar, no para la Llave precisamente) hechos por sí misma, con formas diferentes: una cobra peligrosa, un barco con aspecto fantasmagórico, un violín, una osa enorme, un sincorazón de tipo brujo, etcétera. ¡Y cada uno costaba solo diez platines!

En cuanto le despachara, le hubiese comprado algo o no, podría retomar su conversación con Clío.

En el bar había dos personas más (aparte del camarero ya despachado, que les dejaría solas un buen rato), pero su mesas estaban a suficiente distancia como para no preocuparse de que escuchaban algo. Además, estaban inmersos en una acalorada discusión acerca de los últimos titulares del periódico de Ciudad de Paso, uno a favor de sacar a la luz los crímenes de la Orden, otro en contra de entrometerse en los asuntos de los Caballeros… y ninguno partidario de que intervinieran en su mundo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Dom Nov 29, 2015 2:33 pm

Al principio no reconoció a Clío, aunque pasó la vista varias veces por las mesas del local. Después se dio cuenta de que le sonaban las facciones de una chica y sonrió, un poco sorprendida, al ver que Clío también se había cambiado el maquillaje —aunque ella no iba de chico—. No por primera vez experimentó sentimientos encontrados, pero se los tragó y se sentó frente a ella con una sonrisa.

Estás muy guapa—le comentó a modo de saludo. Y vaya si lo estaba—. ¿Quieres algo? Invito.

Como Clío no quería, Fátima pidió una bebida sin alcohol, para no arriesgarse y después se enfrentó a la chica.

Siento haberte hecho venir. Sé que es una «molestia» y… Gracias—dijo al camarero. Dio un sorbo a la bebida. Tenía la boca seca.

¿Y de qué va ese Examen? ¿No estás haciendo trampas por hablar conmigo?

Fátima sonrió con algo de nerviosismo.

Mi jefe dijo que estaría bien mientras no hablara con otros profesores y alumnos.—No miró a su alrededor. Sabía que podían charlar en un tono normal mientras no tocaran temas de la Orden porque las mesas llenas estaban un poco alejadas—. En realidad quería…

No pudo continuar porque las asaltó una vendedora que por poco provocó que Fátima volcara su bebida y se le saliera el corazón por la boca, con los nervios a flor de piel. Teniendo en cuenta el día que era y el mundo en el que se encontraba, no creía que fuera tan raro. La mujer quería que le compraran unos llaveros hechos a mano. Fátima se habría fijado mejor en ellos, le resultaron curiosamente evocadores, de no haber querido continuar su conversación con Clío. Así que sacó veinte platines y le compró la cobra y el violín. La primera se la regalaría a Malik, por la gracia, y el segundo se lo colgaría de algún lado para recordarse que tenía que seguir practicando. Miró de reojo a Clío, por si quería alguno, en cuyo caso también se lo compraría. ¡Que no fuera por dinero!

En cuanto despacharon a la vendedora, Fátima intentó buscar las palabras mientras escuchaba una acalorada discusión de fondo que sostenían dos clientes. No terminó de sorprenderle que hablaran mal de los Caballeros, aunque le sorprendió que quisieran entrometerse en sus asuntos. Si ellos supieran que eso supondría arriesgarse a enfrentarse a los Sincorazón… Porque por mucho que los Villanos Finales patrullaran las calles, no los estaban eliminando.

Suspiró y entrelazó los dedos.

Me han pedido que dé un… Un motivo por el cuál quiero convertirme en profesora. Parece una tontería pero de eso en gran medida depende mi examen... Ya sabes, es una responsabilidad enorme. Tendría que enseñar a otros niños, algunos casi de mi edad, y se esperarían de mí muchas cosas. El problema es… —Carraspeó y la miró—. ¿Tú crees que hacemos bien? Yo sólo tengo mi propia visión y sé que esta es limitada. No es lo mismo aprender de un manual a intentar imponérselo a los demás. La gente odia a los profesores porque son autoritarios, porque les quieren imponer su punto de vista pero, sin ellos, ¿qué pasaría? Quizás no sería tan grave. —Se contuvo para no mirar de reojo a los dos clientes—. No puedo dejar de pensar en ello. Si no fuera porque hemos cometido errores, no habrían pasado muchas cosas. Tenemos la responsabilidad de intentar arreglarlas pero quizás no estamos usando el mejor método.

No sabía si Clío la estaría comprendiendo. La jovenvivía allí su día a día, sabría cuánto odiaba la gente a Tierra de Partida y a Bastión Hueco. Ella misma debía tener recuerdos falsos de sus días en la Orden aunque ahora viviera fuera de ella. Era alguien que sabría mirar desde otro punto de vista y, quizás, darle una respuesta adecuada. Si no fuera por los Caballeros, Clío no habría nacido. Aun así, debía odiar o al menos sentir repugnancia por Andrei después de todo lo que le había hecho. Alguien como ella, que viviera en Ciudad de Paso, debía saber o tener una mejor idea de hasta qué punto los Caballeros eran o no eran necesarios.

Podía parecer una estupidez, pero Fátima necesitaba saberlo porque no quería ser una Maestra que se moviera por puro egoísmo ni dejara de escuchar a los demás. No quería ser como Andrei ni dedicar su vida a la venganza, aunque a veces pudiera parecerlo y aunque ese hijo de puta hubiera sido un pivote importante en su existencia Respiró hondo. A pesar de que todavía ni sabía si iba a aprobar el examen, de pronto sentía un enorme peso sobre los hombros al saber que en unos días podía estar dando órdenes a otros aprendices y que, dependiendo de lo que ella eligiera, la vida de la gente podría dar vuelcos radicales y no precisamente para bien.

Siento todo esto, pero ya que quizás voy a ser una profesora, quiero saber hasta qué punto puedo intentar ayudar a cambiar las cosas… O a empeorarlas.—La miró con intensidad—. Quiero ayudar. De verdad que quiero hacerlo, pero no sé si estoy equivocándome y me parece que tú, que vives… fuera del mundo académico podrías decirme una opinión no tan… sesgada como la que darían mis compañeros o mis profesores.

No era la pregunta exacta que quería hacer, pero le daba demasiada vergüenza saltar y preguntarle a Clío, como una niña pequeña, si creía que sería una buena Maestra. Eso nadie podía decírselo, sino que se vería con el paso del tiempo. Así que debía intentar ver qué era lo que la gente necesitaba… Y si ella estaba dispuesta a ofrecerlo. Si no, tendría que intentar formar su respuesta en algún otro lado.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Dom Nov 29, 2015 4:06 pm

Clío rechazó los llaveros. Ni siquiera echó un vistazo al maletín para fingir interés, sino que esquivó la mirada de la vendedora hasta que se hubo ido. Estaba algo áspera y esquiva, quizá porque le incomodaba la reunión clandestina; no obstante, demostró que la estaba escuchando cuando respondió a sus dudas con más preguntas:

¿Crees que tus profesores se han equivocado? ¿Contigo, con lo que hacen y lo que haces? ¿Les odias por eso? Puede que ahora estés preocupada por esas cosas, pero, ¿cómo puedes estar segura de que ellos no tenían tus mismas inquietudes? Puede que con el tiempo, en ese cargo de profesor, hayan cambiado, y que eso también te ocurra a ti. Es imposible conocer todos los puntos de vista, sobre todo cuando estás por encima de otros, aunque hayas estado en su situación. ―Hizo una pausa, por si Fátima quería responderle antes de continuar―. Los profesores existen, sea eso bueno o malo, y nunca sabremos qué habría ocurrido de no ser así. No todo puede ser solo blanco o negro, aunque algunos lo parezcan ―gruñó, pensando probablemente en la misma persona que Fátima―. Desde dentro puedes cambiarlo… o puede que te cambie a ti. Tendrías que preguntarte si quieres correr ese riesgo o prepararte un poco más.

Por primera vez desde que se habían encontrado, Clío pareció incómoda y dubitativa. Esperó, por si Fátima quería decir algo más, antes de transmitirle lo que le rondaba por la cabeza:

Antes de, ya sabes, el Juego…, creo que habría tenido las mismas dudas que tú. Me habría sentido presionada e indecisa, por cumplir con las expectativas, como ya has dicho… ―Le estaba costando mucho ser completamente franca, por lo que hacía pausas para buscar las palabras correctas―. Ahora que la Orden no forma parte de mi vida me siento más liberada. Y al mismo tiempo, ahí fuera hay otras personas que tienen sus ojos puestos en mí, que me están esperando. Haré todo lo posible por ellas, sabiendo que lo que hago puede tener consecuencias mayores o menores en su vida. Si algo sale mal, no voy a culpabilizarme u olvidarme de mis errores. Tendré que seguir adelante, por ellas o por otras. ¿Entiendes lo que quiero decir? ―Puso cara de disculpa, ya que quizá le había dado demasiadas vueltas al asunto.

Puede que no lo hubiera hecho del modo que Fátima hubiera querido, pero Clío le había dado su opinión sincera. Por el motivo que fuera, el lugar o la situación, no había hablado sobre qué le parecía a ella realmente la existencia de la Orden. Tal vez no lo tuviera claro aún o no quería confundir a Fátima en mitad de su examen. En cualquier caso, salvo que le insistiera en eso o en cualquier otro punto, no diría nada más.

Después de escuchar a Fátima, Clío se levantó y dio por finalizada la reunión. Cuánto más tiempo pasaran juntas, más peligroso sería para ambas. No se disculpó por tener que abandonarla en tan crítico momento, pero pagó amablemente la bebida de la candidata a Maestra como compensación.

Te invitaré a otra si tomas la decisión correcta ―le prometió, sin especificar si eso significaba aprobar el examen o no.

Se despidió educadamente y se marchó, como si de repente tuviera prisa, para evitar seguir tentando a la suerte. Fátima se quedaría sola, de nuevo, como empezaba a ser habitual desde que había comenzado el Examen. Podía dar una vuelta por Ciudad de Paso, irse a otro mundo o mirar las musarañas. En cualquier caso, habían pasado casi dos horas, así que más le valía aprovechar el resto del tiempo.

Entonces, por si no tenía suficientes dudas de qué hacer, vería algo que quizá le diera una pista. O alguien, mejor dicho: Nanashi. No la habría reconocido si no hubiese visto su perfil antes de que entrara a una de las tiendas del Distrito 1, puesto que también iba disfrazada. ¿De qué? Fátima no lo llegó a ver. La perdió de vista antes de fijarse. El local era pequeño, discreto y pasaba muy desapercibido; no tenía ni siquiera vitrina, aunque sí una ventanita de cristal a través del cual Fátima podía curiosear el interior.

¿Contaría ella como parte del profesorado? ¿Y merecería la pena perder más tiempo con ella?
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Dom Nov 29, 2015 11:07 pm

¿Crees que tus profesores se han equivocado? ¿Contigo, con lo que hacen y lo que haces? ¿Les odias por eso? Puede que ahora estés preocupada por esas cosas, pero, ¿cómo puedes estar segura de que ellos no tenían tus mismas inquietudes? Puede que con el tiempo, en ese cargo de profesor, hayan cambiado, y que eso también te ocurra a ti. Es imposible conocer todos los puntos de vista, sobre todo cuando estás por encima de otros, aunque hayas estado en su situación.

Fátima frunció el ceño. No estaba por encima de nadie. Al menos no todavía. Comprendía lo que Clío quería decir pero se sintió herida por su tono. ¿Había metido la pata al preguntarle? Quizás debería haberla dejado tranquila. Puede que hubiera hecho que lo pasara mal al consultarle sus dudas… En cualquier caso dio vueltas a sus preguntas.

Todos nos equivocamos, así que no les… odio por ello. Supongo que es más fácil juzgar desde abajo, cuando no tienes la responsabilidad de… enseñar nada.—Se encogió de hombros. En el fondo daba igual que hubieran tenido sus mismas dudas, lo que importaba era el camino que habían escogido al final. ¿No?

Dejó que Clío continuara.

Los profesores existen, sea eso bueno o malo, y nunca sabremos qué habría ocurrido de no ser así. No todo puede ser solo blanco o negro, aunque algunos lo parezcan. ―Fátima se removió en el asiento, segura de que las dos pensaban en la misma persona gruñó―. Desde dentro puedes cambiarlo… o puede que te cambie a ti. Tendrías que preguntarte si quieres correr ese riesgo o prepararte un poco más.

Se puso tensa. Esa era la duda que había estado corroyéndola desde el principio. No se sentía preparada, pero algo le decía que jamás se creería lista porque no se consideraba lo suficiente buena. Ni a los veinticinco ni a los treinta. Era una sensación que se había instalado en lo más profundo de su mente y sólo ahora comenzaba a darse cuenta, con creciente frustración.

Pero ¿y si no era una sensación y era la verdad? Se mordió el labio inferior.

Entiendo lo que quieres decir pero… Es imposible no cambiar. Y quedarse en una mentalidad para siempre es lo peor.—Esta vez fue ella la que gruñó.

Antes de, ya sabes, el Juego…, creo que habría tenido las mismas dudas que tú. Me habría sentido presionada e indecisa, por cumplir con las expectativas, como ya has dicho… ―Fátima asintió, invitándola a seguir, ansiosa por una parte y a la vez preocupada. Sólo entonces cayó en la cuenta de que le estaba recordando a Clío que todo lo que ella había soñado con ser una vez lo había perdido, en cierta manera, por «su» culpa y fue como si le volcaran por encima un cubo de agua helada. ¿Cómo había podido ser tan ciega, tan egoísta?―. Ahora que la Orden no forma parte de mi vida me siento más liberada. Y al mismo tiempo, ahí fuera hay otras personas que tienen sus ojos puestos en mí, que me están esperando. Haré todo lo posible por ellas, sabiendo que lo que hago puede tener consecuencias mayores o menores en su vida. Si algo sale mal, no voy a culpabilizarme u olvidarme de mis errores. Tendré que seguir adelante, por ellas o por otras. ¿Entiendes lo que quiero decir?

Asintió con lentitud, con los ojos enrojecidos. Sonrió con algo de amargura. ¿No era consejo lo que había ido a buscar? Entonces que no le sentara mal que la hicieran sentirse como una mocosa quejica. Se estaba comportando como una. Clío, en cambio… Y eso que ella que era una niña.

Gracias—murmuró con la voz tomada—. Perdón por haberte hecho venir.

Después de aquello Clío insistió en marcharse y Fátima no la retuvo, aunque sí se indignó cuando pagó la bebida.

¡No hace falta!

Te invitaré a otra si tomas la decisión correcta

Y se marchó. Fátima se quedó quieta, siguiéndola con la mirada, luchando contra la envidia que la asaltaba siempre que la veía. Se obligó a respirar hondo y a calmarse, a darle vueltas a lo que le había dicho Clío y se preguntó qué sería lo que ella consideraba correcto. O cuándo tomarían una copa juntas. Y si la próxima vez sería capaz de sentarse frente a ella como una igual y dejar de ser tan hipócrita.

Salió del local y echó un vistazo a su alrededor, calándose la gorra. Entonces fue cuando la vio de refilón. Dio un respingo y el corazón comenzó a palpitarle con fuerza en el pecho. ¿Qué hacía Nanashi en Ciudad de Paso? Se había puesto una ropa discreta, muy en contraste con sus habituales túnicas blancas, y sólo porque vio su perfil fue capaz de reconocerla.

«Hoy vamos todas de incógnito…»

Echó un vistazo a su alrededor y después se acercó al cristal de la puertecita, que no llamaba demasiado la atención, y miró, preguntándose qué estaría haciendo. Que ella supiera, los Villanos Finales estaban tan en contra de Tierra de Partida como de Bastión Hueco…

De pronto se preguntó qué pasaría si Nanashi se daba cuenta de que la estaba espiando y un escalofrío le subió por la espina dorsal. Mejor irse cuanto antes. Aun así, sentía curiosidad y se dijo que echaría un vistacito y se iría rápidamente.

A la vez, pensó en las decisiones que había tomado Nanashi. Una mujer firme que no había dudado en declarar la guerra y volverse contra sus antiguos alumnos. No la conocía lo suficiente como para saber si lo hizo por egoísmo, por venganza o por unos ideales claros. Se le formó un nudo en el estómago. No sabía si ella sería capaz de hacer algo igual, ni tampoco estaba muy segura de querer parecerse a alguien que decidía eliminar vidas ajenas con tanta facilidad.

«Tú también has hecho cosas terribles» se recriminó, recordándose cómo se retorcía de dolor el huno.

La bilis le subió a la boca y sonrió con resignación. Hipócrita, eso es lo que estaba hecha. Una verdadera hipócrita.

Pero ¿por qué habían querido convertirse en Maestros gente como Nanashi, Ronin o Lyn? ¿Qué era lo que habían perseguido? Jamás se le había pasado por la cabeza preguntárselo, asumiendo de alguna forma que ellos siempre habían sido así, y se arrepentía como nunca.

Te invitaré a otra si tomas la decisión correcta.

«¿Y si la decisión que a mi me parece correcta no es la misma que tú esperas?»

Exacto. Entonces ¿qué?

Esperó a ver qué hacía Nanashi y luego se apartó de la puerta, pero no se alejó. Le dio la impresión de que sus pies habían echado raíces. No tenía ni idea de si Nanashi contaría como parte de los Maestros a los que no podía preguntar. El caso era que tenía la sensación de que la providencia la había plantado frente a sus narices por algo. Nanashi fue quien le dio su Llave Espada. Por ella su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados y todavía no sabía si debía darle las gracias o no. Nanashi la habría dejado ahogarse de no haber aceptado...

Se apoyó contra la pared, con las manos agarrotadas cruzada a la espalda y la boca seca. Decidió esperar, preguntándose si tendría alguna revelación al ver a Nanashi salir o si la Maestra la reconocería.

Hacía tres años, Nanashi se la encontró en un barco que se hundía y la convirtió en su aprendiz. Después la dejó atrás in dedicarle una mirada —tampoco se la merecía, apenas sí hablaron la una con la otra— y estuvo a punto de matarla en Port Royal. Ahora estaban en medio de una ciudad que odiaba a los Portadores y la guerra, en teoría, había terminado. Quería creer que no la atacaría. Podía ser que ni la reconociera y pasara de largo.

Puede que no.

Lo cierto era que las cosas habían cambiado muchísimo desde la primera vez que se encontraron. Resultaba irónico que volviera a encontrársela cuando su vida estaba —quizás— a punto de cambiar de nuevo.

Entonces se preguntó si lo que estaba haciendo se podía considerar trampa y se encogió. No, no. No quería hacer trampas. Aun así, la pregunta bullía en su interior. ¿Por qué Bastión Hueco? ¿Qué tenía de bueno?

Se quedó ahí plantada unos segundos, luchando consigo misma y con los sentimientos que le suscitaba Nanashi. Había sido su primer ejemplo a seguir y, después, su enemiga. Ahora ya no la admiraba, al menos no de esa extraña y retorcida forma que tenía antes, pero sí sentía cierto respeto por ella. Todo cubierto por una capa de rencor. Rencor porque se hubiera marchado, rencor porque hubiera declarado la guerra y ocasionado tanto sufrimiento.

Quizás rencor por haberla traicionado.

Aun así, sin ella, no estaría allí.

Se retorció un mechón de pelo, respiró hondo y esperó a que Nanashi saliera. La viera o no, inclinaría la cabeza en su dirección y musitaría:

Gracias.

«A pesar de todo, gracias por sacarme de allí, por darme una nueva vida y mi Llave Espada. Gracias por darme la oportunidad de ser yo misma, aunque no tengas ni idea de lo que hablo.»

Después se marchó apresuradamente, tomando un camino diferente y, en cuanto pudo, sacó el glider y se dirigió hacia China. Había un último lugar que quería visitar con la esperanza de aclararse las ideas: la «tumba» de Mulán, la montaña donde la avalancha se la llevó por delante.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Lun Nov 30, 2015 2:02 am

Al acercarse a la ventana, Fátima pudo ver que la tienda era un sencillo comercio de antigüedades. Había toda clase de muebles viejos y carcomidos, varios de ellos curiosos que parecían pertenecer a otros mundos, como toda clase de instrumentos musicales (incluidos algunos acuáticos), una estantería repleta de botellas de ron polvorientas, un mapa del tesoro para colgar en la pared, un puesto de teatro para marionetas, una medalla con el dibujo de un rayo, etcétera.

Nanashi (que al final solo llevaba una capa por encima de una ropa diferente a la suya, y que no se había hecho en el pelo su recogido habitual), se dirigió directamente al mostrador, donde mantuvo una agradable charla con el dependiente. Puesto que no entró, no pudo escuchar nada de la conversación. Y durante el rato que estuvo observando, ninguno de los dos notó su presencia.

Al cabo de un rato salió de la tienda, con un paquete envuelto bajo el brazo. Sin embargo, no se detuvo a mirar a su alrededor, sino que se dirigió con la seguridad que le caracterizaba hacia el Distrito 2. Por lo tanto, ni vio ni escuchó a Fátima. Tal vez aquello fuera lo mejor, o puede que fuera el momento ideal para enfrentarse a ella. En cualquier caso, tenía un Examen antes que superar.

Se dirigió sin perder más tiempo a China, concretamente a la montaña donde Mulán había muerto, salvándoles de Shan Yu y finalizando la guerra. Cuando aterrizó, contempló el mismo paisaje nevoso de la última vez. Podía pasear libremente por la zona de la avalancha: no parecía que fuera un terreno inestable (aunque no convenía chillar en aquella zona).

Sin embargo, algo sí había cambiado. Junto al precipicio de la colina, dos niñas chinas estaban acuchilladas una frente a la otra, haciendo trazos en la nieve que Fátima solo podría apreciar si se acercaba: dibujos de algunos tipos de sincorazón. Ambas hablaban en voz baja, como si compartieran secretos.

Al cabo de un rato, salvo que Fátima les hubiese interrumpido, se pondrían a jugar con una muñeca cosida a mano, turnándosela entre ellas. No prestarían atención a la extranjera, salvo que hiciera algo muy llamativo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Lun Nov 30, 2015 4:34 am

Se arrepintió de no haberse traído un abrigo en cuanto aterrizó. Dio un par de saltos en la nieve, se estremeció y se dijo que no podía quedarse demasiado tiempo o llegaría congelada al Examen y lo temía seriamente: aquel mundo no le había dado demasiada suerte y no quería jugársela. Suponía que ya no había riesgo de avalancha, aunque aun así se anduvo con cuidado. No quería repetir la mala experiencia.

Miró la nieve y apretó los labios, recordando cómo Shiva se había presentado y toda la loca aventura en el templo. Dios, si sólo… Si sólo hubiera sabido lo que iba a pasar.

Se encaminó hacia el lugar donde ella había asumido que podía despedirse de Mulan; el verdadero cuerpo no se había encontrado, evidentemente, y no tenía una lápida concreta ante la que arrodillarse. Se preguntó qué habría hecho Shang tras enterarse. La guerra había terminado, pero por el camino había perdido a su amigo más cercano. Suponía que debía valer la pena. Se habían salvado muchísimas vidas a cambio de unos cuantos sacrificios.

Un destino que muchos de los Caballeros podrían correr, como Kazuki.

Se arrodilló en el primer sitio alto que encontró y juntó las manos tras un titubeo. Sentía no poder rezar como debería, pero supuso que a Mulan no le importaría demasiado, por lo que murmuró una oración en voz baja. Después dejó que su mirada se perdiera en el infinito blanco, que competía en pureza con el cielo.

Al principio se había sentido identificada con Mulan, aunque eran bastante diferentes. Mulan había sido una persona que se rebeló contra las normas y, por amor, fue capaz de arriesgar a su integridad a pesar de no haber tocado una espada en su vida. Consiguió prosperar, obtener cargos en el ejército, e incluso… acercarse a alguien. Si lo pensaba, habían recorrido un camino similar.

Y la carrera de Mulan se había cortado en seco. Quizás lo habría hecho igual aunque Shiva, Andrei o los Caballeros no hubieran intervenido. Pero habría sido mejor a esto. Se merecía algo mejor, reconocimiento y honor, aunque no se conociera su verdadera identidad. No ser vilipendiada frente a sus hombres y obligada a caer de rodillas ante el hombre que le gustaba, no morir en una guerra impulsada por armas que no eran de aquel mundo.

Las piernas se le empezaron a entumecer, pero no hizo demasiado caso. Clío había dicho que los Maestros existían y no se podía hacer nada por evitarlo y tenía razón. Fátima quería a la Orden, incluso con sus fallos, y quería formar parte de ella. Supuso que fue lo que le pasó a Mulan. Si no hubiera querido permanecer en el ejército habría sido tan fácil como fingir su muerte y regresar a casa para recuperar su identidad. Pero Mulan había querido algo más. Demostrarse a sí misma, más que a nadie, que era alguien de valía.

No sabía si era eso lo que buscaba ella. Puede que sí. Puede que sólo quisiera ser algo que había escogido, algo que no le había impuesto la sociedad o su género.

«Está muy bien querer pero ¿por qué crees que te lo mereces, eh? Porque he trabajado duro para mejorar, para no ver sufrir más a la gente en silencio. Porque…»

Suspiró. Cómo se odiaba por ser tan indecisa en momentos como aquel. Cuando dependía sólo de ella, nunca sabía bien qué hacer.

Espero que estés bien, allí donde te encuentres, Mulan—murmuró.

De pronto se dio cuenta de que sus padres quizás ni sabían que había muerto y la se quedó de piedra. ¿Cómo no había pensado en ello? Aturdida, permaneció un rato inmóvil, impresionada por su egocentrismo y su falta de tacto. Se pasó una mano por los ojos y la nariz helada.

Se lo diré. Les diré lo que hiciste—susurró.

Se incorporó y se obligó a caminar para no convertirse en un cubito de hielo. Frotándose los brazos, avanzó un rato hasta que vio algo inesperado arqueó mucho las cejas. Eran dos niñas pequeñas. Dibujaban en la nieve. No parecieron darse cuenta de su presencia, absorbidas por completo en su entretenimiento, por lo que Fátima avanzó con cuidado, lanzando miradas aprensivas al precipicio y preguntándose si debería decirles que se alejaran un poco del borde.

Al acercarse vio que estaban haciendo figuritas que recordaban a los Sincorazón. Se mordió el labio inferior.

«¿Es que nunca van a acabarse…?»

Las niñas comenzaron a jugar con una muñeca de trapo que le recordó, dolorosamente, a la que Andrei le había lanzado a la entrada de aquel pueblo destrozado. Todavía la tenía en su dormitorio, como recordatorio de lo que había vivido en Tierra de Dragones.

Aguzó el oído, curiosa por lo que estaban susurrando. Si no conseguía escuchar o las niñas continuaban jugando sin prestarle atención, se adelantaría con cuidado y diría, sonriendo e intentando no parecer agresiva ni peligrosa:

Perdonad, me he perdido un poco.—Seguro que se fijarían en sus pintas y sospecharían pero, gracias a Dios, no se parecía a la indumentaria de un huno—. Vengo de muy lejos y me he fijado en esos dibujos. ¿Qué son?—Luego señaló, sin dejar de sonreír, a la muñeca—. ¿Puedo verla? Es muy bonita. ¿La habéis hecho vosotras?

No debería perder el tiempo, pero no dejaba de preguntarse qué harían unas niñas jugando tan cerca de un antiguo campo de batalla. Miró disimuladamente a su alrededor, buscando a unos adultos responsables. Luego, si ellas le daban permiso, se acercaría y acuclillaría para poder ver de cerca los dibujos o la muñeca.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Lun Nov 30, 2015 3:44 pm

Las niñas pararon de cuchichear en cuanto la vieron acercarse. Se quedaron en silencio, observando cómo la extranjera se les aproximaba. Fátima no llegó a saber de qué hablaban, ya que solo había alcanzado a oír un bisbiseo, y vio cómo intercambiaban una mirada cuando les preguntó por los dibujos. Una de ellas, tras vacilar, le hizo una seña para que se pusiera junto a ambas, como si fuera a compartir su secreto.

Son los demonios. Por las noches se llevan a los mayores y los maldicen para que sean demonios como ellos ―le susurró, dibujando mientras tanto la forma de un sincorazón de tipo rapsodia.

La única forma de defenderse contra ellos es tapar todas las entradas y rezar a los ancestros para que te protejan ―intervino la otra, deseosa de demostrar sus conocimientos―. Mi papá dice que los trajeron los hunos, y que cuando nuestros hombres los aniquilaron, se unieron a los demonios y por eso siguen aquí.

¿A ti no te han atacado? ―preguntó la primera, de pronto recelosa, como si bajo la inofensiva apariencia de Fátima hubiera un demonio oculto o un huno, aunque no tenía pinta ni de lo uno ni de lo otro.

A la segunda no pareció importarle ese detalle y siguió cotorreando con todo lo que sabía, después de prestarle a Fátima la muñeca de trapo que, muy orgullosamente, habían hecho ente las dos sin ninguna ayuda. La aprendiza se dio cuenta de lo frágil que era: las costuras estaban mal hiladas y podían deshacerse en cualquier momento; incluso la leve sonrisa que le habían puesto con un cordón se despegaría tarde o temprano.

Las niñas vivían al pie de aquella montaña, en una cueva cercana al que había sido su poblado antes de que los hunos lo quemaran. Algunos habían logrado huir durante el ataque. En su caso, una de las niñas se había quedado huérfana; la otra, ya solo le quedaba su padre. Sin embargo, debido a que la guerra aún estaba muy reciente, no habían podido reconstruir su aldea, ni regresar a su vida normal. Los hombres supervivientes se habían ido a trabajar a la capital y les llevaban cuando podían algunos suministros. Mientras tanto, se alimentaban de lo que encontraban… que no era mucho.

Este es el único lugar donde podemos jugar en paz ―le siguió contando―. A nadie le gusta venir aquí, porque… ¿Conoces la leyenda del héroe?

La niña, expectante, esperó a que Fátima le dejara narrarle la historia que estaba deseando transmitir a alguien más. Al parecer, era una leyenda de la que todos hablaban en su cueva, aunque no sabía si se había expandido por el resto de China.

Papá me contó que esta montaña quedó cubierta por una avalancha de nieve durante la última batalla contra los hunos. Shan Yu había traído consigo a su ejército y a sus demonios, y los echó contra nuestros soldados. Como temía perder contra el bravo ejército chino, planeó provocar un derrumbe sobre nuestros hombres con la ayuda de un Gran Demonio. Pero un joven no chino, cuya piel era del color del cuero, averiguó sus intenciones y derrotó al Gran Demonio. El maleficio se volvió contra Shan Yu y la nieve cayó sobre los suyos ―sonrió, satisfecha de poder contar la historia―. Gracias a él estamos vivos. Si no fuera así, los hunos habrían tomado China. Sin embargo, nadie ha vuelto a ver a ese valiente guerrero. Probablemente murió salvándonos a todos ―añadió, con tristeza.

Por desgracia, al ser extranjero, ninguna de las dos sabía si las plegarias a los ancestros le llegarían. Se conformaban con seguir expandiendo el mito, a fin de que nadie olvidara la valentía del joven. Aunque no se lo dijeron a Fátima, esperaban que ella supiera algo sobre él, puesto que también venía de otro lugar y su piel se parecía más a la del héroe que a la suya.

Si Fátima no tomaba la iniciativa, ninguna de las dos mencionaría más al chico, pero la primera de las niñas le haría una sencilla petición:

¿Puedes contarnos una leyenda de tus tierras?

Probablemente, aparte de la muñeca y los dibujos, no tenían ningún otro entretenimiento en tan duro invierno. Solo le quedaban las historias. Y ambas estarían encantadas de escuchar cualquier cosa que quisiera contarles la candidata a Maestra.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Lun Nov 30, 2015 5:36 pm

Son los demonios. Por las noches se llevan a los mayores y los maldicen para que sean demonios como ellos.

Fátima frunció los labios y reconoció el tipo de Sincorazón, una rapsodia, que la niña estaba dibujando.

La única forma de defenderse contra ellos es tapar todas las entradas y rezar a los ancestros para que te protejan ―intervino la otra, deseosa de demostrar sus conocimientos―. Mi papá dice que los trajeron los hunos, y que cuando nuestros hombres los aniquilaron, se unieron a los demonios y por eso siguen aquí.

¿A ti no te han atacado?

Le dolió el recelo de la niña, no porque sospechara de ella, sino porque tuviera que hacerlo. Los Caballeros debían encargarse de purgar aquel mundo cuanto antes. No iban a poder librarse de los Sincorazón al completo, eso estaba claro, pero al menos había que intentar reducir su número.

No, de momento. Será que mis ancestros me han protegido de momento—dijo con suavidad.

La otra niña le prestó la muñeca, que Fátima cogió con el corazón encogido. Casi no se sostenía, porque los hilos estaban mal cosidos, se le escapaba el relleno y daba la impresión de que con moverla un poco se desmoronaría por completo. Aun así, sonrió de oreja a oreja y dijo:

Estáis hechas unas artistas. Es preciosa. ¿Tiene nombre?

Entre tanto se enteró, con creciente desazón, de que las chiquillas vivían en una cueva. Al menos el padre de una de ellas todavía vivía y les llevaba la poca comida que podía desde la capital. Hizo cálculos y se estremeció al pensar en la cantidad de camino que tendría que recorrer el hombre sólo para reencontrarse con su hija… Y con altas probabilidades de que lo atacaran Sincorazón. Cuando supo que las niñas se alimentaban por su cuenta, no pudo evitar mirar a su desolado alrededor y pensó que era un milagro que encontraran algo que llevarse a la boca.

Este es el único lugar donde podemos jugar en paz. A nadie le gusta venir aquí, porque… ¿Conoces la leyenda del héroe?

Fátima sonrió ante esos ojitos resplandecientes.

No. ¿Me la cuentas, por favor?

Papá me contó que esta montaña quedó cubierta por una avalancha de nieve durante la última batalla contra los hunos. Shan Yu había traído consigo a su ejército y a sus demonios, y los echó contra nuestros soldados. Como temía perder contra el bravo ejército chino, planeó provocar un derrumbe sobre nuestros hombres con la ayuda de un Gran Demonio. Pero un joven no chino, cuya piel era del color del cuero, averiguó sus intenciones y derrotó al Gran Demonio. El maleficio se volvió contra Shan Yu y la nieve cayó sobre los suyos. ―Poco a poco, el rostro de Fátima había ido adoptando una expresión neutra. Por suerte ya estaba tensa por culpa del frío, por lo que las niñas no se percatarían de cómo endurecía los músculos y apretaba las mandíbulas―. Gracias a él estamos vivos. Si no fuera así, los hunos habrían tomado China. Sin embargo, nadie ha vuelto a ver a ese valiente guerrero. Probablemente murió salvándonos a todos.

Respiró hondo varias veces, con mucha lentitud, intentando contener las ganas de rugir por la pura injusticia. En algún lugar, Andrei debía estar carcajeándose de lo lindo.

O no, porque era un maldito Incorpóreo y se le había arrebatado el privilegio de sentir.

Eso la calmó.

Se dio cuenta de que las niñas parecían esperar que ella conociera al guerrero y, de pronto, se le ocurrió una idea. Una que la hizo sonreír.

¿Sabéis? Creo que me suena un poco lo que me decís. Lo que pasa es que creo que… No sé. ¿Os lo cuento?—Se hizo algo de rogar, mirando al cielo con expresión dubitativa—. Es que quizás os sorprenda, pero he oído de un héroe muy parecido, que vino de muy lejos, de la frontera de China. Lo que pasa es que, según lo que yo he escuchado, no era un hombre. —Bajó la voz y las miró con complicidad—. Era una mujer disfrazada de hombre. Como sabía que los hombres no la aceptarían, se disfrazó de uno de ellos y se convirtió en una capitana muy importante. No sé si murió aquí o no, pero sí que se enfrentó a sus enemigos para proteger a su pueblo y a su familia. Quizás estemos hablando de la misma persona, solo que nadie tiene muy claro cómo era su piel, ¿no?

¿Puedes contarnos una leyenda de tus tierras?

Se acordó de las noches que pasaba con sus hermanos, escuchando la voz ajada de su madre o de su padre, y sonrió, aunque una vocecilla le susurró que tampoco podía quedarse mucho tiempo.

Claro que sí. Yo vengo de muy lejos, de un reino a las orillas de un mar frío y donde suele haber muchas tormentas. Los marineros tienen miedo y respeto al mar y le rinden tributo, ¿sabéis por qué? Porque en las profundidades hay otro reino, donde vive el Rey Tritón.

Les habló de las sirenas, haciendo dibujos —algo esquemáticos, pero tendrían que valer— para que supieran cómo eran, de cómo a veces asustaban a los marineros si estos pescaban demasiados peces, y de las bonitas voces de las sirenas.

El Rey Tritón tiene varias hijas, cada una más guapa y con mejor voz que la anterior, y cuando las regaña por hacer alguna travesura hace que el mar se estremezca y provoca grandes tormentas. Así que siempre que alguien quiere salir de viaje, dan comida y regalos al Rey Tritón con la esperanza de tener una buena travesía, no se vaya a enfadar. Al fin y al cabo, están viajando sobre su reino. Un poco de cortesía siempre es necesaria, ¿no creéis?

Mezcló algunos detalles de las sirenas de Port Royal, sobre las que tanto le había hablado Malik, y les contó a las niñas cómo eran capaces de volcar barcos enteros si los piratas amenazaban sus aguas

Cuando terminó tenía las manos congeladas de hacer dibujitos y mapas en la nieve, pero no le molestaba demasiado. Si había contribuido a entretenerlas aunque fuera un poco, estaba satisfecha.

Por cierto, yo me llamo Daliao. ¿Y vosotras?—Esperó y luego, si le dejaban, les acariciaría el pelo a las dos—. Sois muy valientes. Yo no me habría atrevido a quedarme solo. Seguro que sois más listas que los mayores y sabéis cómo tenéis que esconderos de los demonios.—Suspiró—. Me tendré que ir pronto. ¿Puedo hacer algo por ayudaros? ¿Para que le deis una sorpresa a los mayores?—Quizás darles dinero… O algo de su ropa porque, comida, no tenía.

Era duro mirarlas y pensar en el hambre que debían estar pasando, en que una de ellas era huérfana y la otra había perdido a su madre. Cerró los ojos y se contuvo para no dejarse arrastrar de nuevo por el ciclo de acusaciones y arrepentimientos. Acarició la muñeca una vez más.

¿Los demonios acosan mucho a los mayores que están reconstruyendo el pueblo?—preguntó, aunque ya podía imaginar la respuesta—. Seguro que pronto empezarán a descender. Ya lo veréis. Los ancestros escucharán vuestras plegarias. Hasta entonces, mejor tened mucho cuidado, ¿de acuerdo?

Esperaría por si querían decirle algo y después, a menos que le pidieran que se quedara un poco más —o quisieran que las acompañara a la cueva—, haría amago de marcharse. Creía tener una idea firme, por fin, en la cabeza y qué era lo que quería decirle a Ronin. Que fuera suficiente o no, dependería del Maestro.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Mar Dic 01, 2015 12:55 am

La muñeca no tenía nombre. A las niñas ni se les había pasado por la cabeza ponerle uno. Por otro lado, escucharon la versión de Fátima atentamente, pero no las convenció demasiado.

No, no, nuestro héroe era de mucho más lejos de China, se le notaba que no era chino… al igual que tú. No puede ser ella.

No le dieron más vueltas, puesto que estaban expectantes por la historia de Fátima. Además, las preguntas no se hicieron de rogar: ¿dónde estaba ese mar (ellas nunca habían visto uno en su vida, solo ríos)? ¿Eran demonios esas sirenas? ¿Comían hombres o los hombres las comían a ellas (como eran medio pescado…)? ¿Y ellas no podían caminar? En definitiva, la leyenda les encantó, pero no llegaban a concebirlo del todo, aunque los dibujos ayudaban.

Se presentaron como respectivamente como Fen y Xia. No dejaron que Fátima les acariciara el pelo, porque no querían ser tan confiadas, pero les agradaba la compañía del exótico extranjero. Tampoco supieron que pedirle cuando les ofreció cualquier cosa. El dinero no les servía y la aprendiza no podía darles comida. Se les ocurrió preguntarle si tenía algo de ropa, ya que el invierno sería largo y ellas apenas contaban con varias capas de harapos. Cogerían todo lo que Fátima quisiera ofrecer.

Nos cuidamos mutuamente ―dijo orgullosamente Xia―. Si los demonios vienen a por nosotras, nos ayudaremos a escapar de ellos. Y cuando seamos mayores, le pediremos a la casamentera que busque a nuestros maridos en el mismo pueblo, para que no nos separemos nunca, nunca, nunca.

Desde que se fueron los hunos, los demonios son menos ―hizo notar Fen―. Pero siguen dándonos mucho miedo. Honra a tus antepasados, Daliao, o dejarán de protegerte ―añadió, preocupada.

Las niñas quisieron ayudarla indicando el camino hacia la capital, por si quería buscar trabajo en aquella temporada. No iban a bajar de la montaña aún (los adultos tardarían un poco más en notar su ausencia), así que se despidieron de Fátima cuando esta tuvo que marcharse y continuaron con sus juegos.

De regreso a Tierra de Partida, Ronin le esperaba en la sala del trono, en su asiento. La hora límite estaba a punto de llegar. El Maestro estaba cuchicheando con Iwashi, mientras se reía a carcajadas de algo que a la mujer no le hacía tanta gracia. Cuando Fátima se hubo posicionado, recobró la compostura y se puso en pie.

Déjalo, Iwashi, Akio lo está reprendiendo ahora. Creía que después de ese enanito no podía superarse. ―Contuvo la sonrisa y se dirigió a Fátima, mientras Iwashi bajaba para situarse en uno de los laterales―. Perdona por hacerte esperar. Dime, ¿qué traes?

No se refería, como había explicado anteriormente, a nada obligatoriamente material. Bastaba con que Fátima le presentara lo que quisiera como prueba de su valor como futura Maestra.

Y, por cierto, no había rastro de ningún otro Maestro. Solo estaban presentes Ronin e Iwashi. Fátima podía figurarse qué andaría haciendo Akio, pero, ¿dónde se había metido Lyn? ¿No iba a presenciar su debut?
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Suzume Mizuno » Mar Dic 01, 2015 6:21 pm

Aunque no creyeron su versión, al menos consiguió que las niñas disfrutaran con sus historias. No le sorprendió que en seguida averiguaran parte de la naturaleza de las sirenas, al menos de las de Port Royal, y les confirmó que algunas comían a hombres, pero que las mujeres estaban a salvo con ellas. Les contó que el mar se llamaba Atlántica y que estaba muy, muy al oeste, tan lejos que tardarían años en llegar. Y no, no eran demonios. Sólo unas criaturas más, como los dragones. Lo que pasa es que convenía no molestarlas.

Fen y Xia eran inteligentes y no querían que una extraña se acercara demasiado a ellas, así que no se ofendió cuando no le dejaron tocarle la cabeza. En cambio, le pidieron ropa. Fátima se lamentó por no haber traído nada de abrigo, pero se quitó la gorra y se la puso a Fen, le dio su chaleco a Xia, diciéndole que más les valía venderlo y comprarse algo mejor y luego se quitó las botas para sacarse los calcetines y cedérselos a las niñas. Tras pensárselo, les dio también las botas. No les servirían, pero podían venderlas. Total, en cuanto se pusiera la armadura dejaría de sentir frío y tenía más zapatos en casa.

Sus pies chillaron de dolor cuando se desplazó descalza por la nieve, pero se mordió la lengua y siguió adelante, dejando que las niñas la guiaran hacia la capital un trecho, mientras le aseguraban que sabrían cuidarse solitas.

Nos cuidamos mutuamente. Si los demonios vienen a por nosotras, nos ayudaremos a escapar de ellos. Y cuando seamos mayores, le pediremos a la casamentera que busque a nuestros maridos en el mismo pueblo, para que no nos separemos nunca, nunca, nunca.

Estoy seguro de que ningún marido se atrevería a separaros—dijo con una sonrisa.

Desde que se fueron los hunos, los demonios son menos. Pero siguen dándonos mucho miedo. Honra a tus antepasados, Daliao, o dejarán de protegerte.

Por un momento se olvidó de los pies y sólo pudo mirar con el corazón en un puño. Luego asintió con seriedad.

Lo haré.


****


Cuando entró en el Salón del Trono, lo hizo vestida con su ropa de entrenamiento. Había recobrado el calor con una rápida ducha caliente que había diluido a su vez, en gran parte, el nerviosismo. Miró la luz que entraba por las cristaleras y le sorprendió que sólo hubieran pasado unas horas desde que se había ido. Sí que le había cundido el tiempo.

Ronin, sentado en el trono, se carcajeaba de algo que le había contado a Iwashi. La nueva maestra no parecía compartir su diversión. Con un asomo de curiosidad, Fátima se acercó despacio; quizás Ronin se lo estaba pasando tan bien que no se fijaría en ella y podría enterarse de qué estaba pasando. Aunque, pensándolo bien, quizás fuera una broma sórdida de piratas…

Al final llegó a su pupitre sin que Ronin le prestara atención y sólo entonces el Maestro de Maestros recobró algo de control y dijo:

Déjalo, Iwashi, Akio lo está reprendiendo ahora. Creía que después de ese enanito no podía superarse. ―Fátima abrió mucho los ojos. Se había olvidado por completo de Derhe Yeno. ¿Qué habría hecho esta vez…? ―. Perdona por hacerte esperar. Dime, ¿qué traes?

Fátima ya se había dado cuenta de que se encontraba a solas con Ronin e Iwashi y no supo si sentirse aliviada o decepcionada porque Lyn no estuviera allí. Quizás debería haber ido a buscarla, en vez de dirigirse directamente a la Sala del Trono. Cerró los ojos y luego relajó los hombros. No importaba.

Dejó la muñeca de trapo que Andrei le había dado en China sobre el pupitre. Estaba mejor hecha que la de Xia y Fen, pero era casi igual de humilde. La mayor diferencia era que nunca había visto a su propietaria y lo agradecía. Suponía que la habría perseguido en sus pesadillas. Respiró hondo y dijo, intentando que no le flaqueara la voz:

Cuando entré a la Orden no pensé seriamente en que había vidas que dependían de nosotros; iba de misión en misión y me preocupaba más por mi propia seguridad que otra cosa. Sólo quería cumplir con lo que me habían mandado y regresar a casa entera. Ahora ya no.—Hizo una pequeña pausa, buscando las palabras—. Esta muñeca me la dio Andrei cuando llegamos a un pueblo que habían destrozado los hunos… Con armas que obtuvieron gracias a Andrei…—Miró de reojo a Ronin—. Y eso significa, que en parte, fue nuestra culpa. Hoy he visitado la tumba de una amiga y he encontrado a dos niñas con una muñeca muy parecida. Estaban haciendo dibujos de Sincorazón en el suelo. Una de ellas dibujó incluso una Rapsodia. La tuvo que ver muy de cerca. Dicen que son demonios que vinieron con los hunos y que se llevan a sus padres. Que sólo los ancestros pueden protegerlos.—Se humedeció los labios—. He cometido muchos errores y he hecho cosas mal, muy mal. Pero ahora soy consciente de que existen vidas que cambian por nuestras acciones y puedo intentar que los cambios sean para mejor. Puedo intentar que no haya más niñas que mueran porque no fuimos lo suficiente rápidos, porque éramos muy pocos o porque no estaba concienciada de cuál es mi deber y no me atreví a arriesgarme por los demás.

»Sé que puede que esta muñeca no represente el valor que uno espera que se traiga a un Examen, pero a mí me recuerda todos los días que no puedo olvidar lo que hice mal y… también que tengo un trabajo del que me siento orgullosa y que quiero hacer bien, cueste lo que cueste. Puede que no sea lo suficiente poderosa o que no sepa dar órdenes, pero cambiaré todo lo que sea necesario para estar a la altura.

»Eso es lo que he aprendido: que tengo que cambiar, no dejar de aprender y hacer lo que esté en mi mano, porque hubo cosas que por mi culpa se truncaron. Pero también que hice bien a algunas personas. Y si siendo Maestra puedo ayudar, conseguir que lleguemos más lejos y que podamos salvar a más gente, quiero serlo. Creo que merezco la oportunidad. Hoy o el año que viene o el siguiente. Porque voy a dedicar mi vida a esto a la Orden lo intentaré cuantas veces sea necesario
—añadió con una sonrisa incómoda.

Cruzó las manos a la espalda para que no vieran cómo le temblaban y esperó conteniendo el aliento.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Fátima Laforet]

Notapor Nell » Mié Dic 02, 2015 1:30 am

Ronin asintió levemente.

Acepto tu prueba. Aquí finaliza la segunda fase del Examen de Maestría ―anunció. Sin embargo, como había dicho al principio, no conocería el resultado de cada test hasta el final, por lo que sus palabras no significaban necesariamente que lo hubiera aprobado―. Iniciaremos la tercera y última parte en un rato, cuando vuelva Lyn.

No mencionó adónde o por qué se había ido. Le dijo a Fátima que podía esperar donde quisiera, siempre que no saliera de la sala, y él regresó a su trono, desde donde continuó hablando con la Maestra en un tono más confidencial. Probablemente valorando lo que la candidata acababa de hacer.

Al cabo de varios minutos, Lyn reapareció por la puerta y se dirigió directamente a Fátima. No preguntó sobre cómo había ido la segunda prueba; de hecho, parecía apurada, como si se hubiera dado prisa por llegar. Y fue directa al grano:

La tercera prueba es una demostración de fuerza. ―Por si acaso Fátima imaginaba lo peor, aclaró―. No fuerza bruta, sino capacidad de lucha. Un Maestro tiene que demostrar que sabe desenvolverse bien contra los enemigos de la Orden. En este caso, contarás con ventaja: tú misma elegirás a tu adversario. Debe ser uno de los Maestros o el otro candidato, no puedes escoger a ningún otro aprendiz.

»Es más simple de lo que parece. Como te he dicho, será una simple muestra. Ronin o yo seremos el árbitro y finalizaremos el combate cuando hayamos visto lo suficiente. No será largo, descuida, sabemos que puede estar algo descompensado. Lo importante es que demuestres lo que vales.

»Ahora piensa en quién quieres que sea tu rival y lo llamaremos para que venga.

Dejaría a Fátima todo el tiempo que necesitara para reflexionarlo, o para preguntar dudas. Una vez estuviera lista, se acercaría a Ronin para comunicarle la decisión de Fátima y haría que Iwashi, de ser necesario, fuera en busca de la persona que solicitara la aprendiza. Mientras tanto, Lyn se acercaría de nuevo a Fátima, quizá para darle apoyo moral (y si la había elegido a ella, solo para liberar la tensión del ambiente).

Además, le contó lo que había sucedido:

Adivina qué: Derhe ha sido suspendido. No se le hará formalmente la tercera prueba. De hecho, ahora está ocupado reparando el lío en el que nos ha metido ―comentó, haciéndose de rogar hasta soltar el bombazo―. Se le ocurrió la idea de traernos una aguja… del Big Ben. Por si eso fuera poco, se coronó con un discursito sobre que representaba la guía que él mismo sería para los futuros aprendices ―gruñó. A ella no le resultaba tan gracioso como a Ronin.

Cuando llegó el contrincante solicitado por Fátima (o cuando cualquiera de los presentes anunció estar listo), el árbitro les ordenaría colocarse frente a frente, a unos diez pasos de distancia el uno del otro. Y a su señal, comenzarían a atacar. Debía ser algo rápido e intenso, puesto que el fin lo marcaría el árbitro cuando quisiera. Habría penalización para quien continuara el combate después del aviso.

―Recordad, no habrá ganador, solo verdades. Pues cuando dos iguales se enfrentan, emerge su verdadera naturaleza ―dijo enigmáticamente, antes del…―. ¿Preparados? Y…

¡Ya!


¡Y aquí está la última!

Esta es una ronda única de combate. Eliges a tu oponente y desencadenas todo lo que quieras de tu repertorio, en el orden y con la estrategia que quieras. En mi siguiente post estará la respuesta a dicho ataque (por lo que deberías tener en consideración también la defensa que te hagan), pero sea como sea, no habrá un segundo para ti: finalizará con el pitido del árbitro. Y como ya sabes, será el último post y finalizaremos el Examen.

Como te ha dicho Lyn, Fátima debe elegir a su contrincante entre los Maestros (Ronin, Yami, Iwashi, Lyn, Akio o Rebecca) y el otro candidato (Derhe, sí, te puedes enfrentar a él aunque haya sido suspendido). ¿Influye que elija a uno u otro? Claro que influye. Para bien y para mal. Depende de cómo quieras enfocarlo. No hay una respuesta correcta.

Aclaración: Si eliges a Ronin, Lyn será el árbitro, y viceversa. En caso de que no sea ninguno de los dos, le tocará a Lyn. Por eso la última línea de diálogo está en gris, rellénala con el color de quien lo vaya a ser.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Siguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: Google [Bot], Majestic-12 [Bot] y 1 invitado

cron