Vuelve a sonar el móvil, que extraño ¿se le habrá olvidado decirme algo?
Cojo el móvil, solo es mama.
-¿Qué pasa mamá?
-Hija ¿recuerdas que te ibas a quedar con tu padre este fin de semana?
-Si ¿por?
-Ha habido un pequeño cambio de planes
¿Un pequeño cambio de planes? ¿¡Significa que no voy!?
-¿de qué se trata?
-Vas a estar con tu padre durante… tres meses
¿¡Tres meses!? ¿¡Esta de broma!?
Deje caer el móvil y con cara de preocupación mire Laura.
Ella al momento me entendió, se levanto y me dio un tierno abrazo mientras yo lloraba en su hombro.
Ya era tarde y después de las explicaciones de mi madre y el consuelo de Laura bajamos de la casita del árbol y nos dirigimos a nuestras respectivas casas.
Al llegar a casa me di cuenta que mi padrastro había llegado.
Que lata, seguramente el me regañara por cualquier tontería que se le pase por esa minúscula cabeza.
-Hola…
-¡¡¡Hermanita!!!
Se me había olvidado mencionar que tengo una hermanastra de cinco años, es muy cariñosa y afectuosa conmigo.
Con tan solo cinco años sabe perfectamente que es perder a alguien.
-Hola Carolina ¿mamá está en casa?
-Si, está peleando otra vez con papá
Bufe. Inmediatamente me dirigí al salón, a saber qué desastre habrán montado.
Pues no, nada, los dos cabizbajos con cara de preocupación.
-¿Estoy en medio de un funeral o qué?
-Oh, Coco no te habíamos oído llegar.
-…
-¿Se ha enterado ya?- pegunto mi padre.
-Si…
-Lo siento mucho Coco- dijo mi padrastro cogiéndome de las manos.
Tras una pequeña charla, me dirigí a mi cuarto.
No me apetecía chatear, ni hablar con nadie, solo aclarar mis ideas.
-*una semana con papa*- pensé.
Me quede dormida, soñé que no volvía a ver a mi madre…