Eterna Oscura

[Yachi~Chan]

Me ha encantado este último capítulo, yo creo que ha sido el mejor T^T
Dices que te ha costado ponerte desde el punto de vista del niño pero lo has hecho muy bien, incluso he llorado y todo ;_;

Espero tu nueva saga con ansias, seguro que te sale genial

Ah, respecto a fallos no he encontrado ninguno (estaba demasiado ocupada llorando )

[Quiniki]

Olaa, Yo los veo muy bien, sigo sin encontrarle fallos de ningun tipo , seguire leiendo los siguentes capitulos con emocion, XD.
Me s gustado desde el punto de vista del pobre Tim, ^^.

Saludos

[Soul Artist]

[center]Capítulo 1
El futuro está en el pasado[/center]

2007, 18 de Septiembre. Madrid.


Soiartze frunció el entrecejo e insultó en su mente, uno por uno, a todos los abogados que se le pasaron por la cabeza.

Se encontraba en un juicio, su primer juicio en España. Hacía pocos días que se había mudado allí con su hijo adoptivo Tim, y no tuvo problemas en lograr un trabajo. Normal, ella era una leyenda de los juicios, una gran fiscal que castigaba el crimen, una diosa. Bueno, y también el Gobierno movió sus hilos para lograrle el trabajillo…

Pero no tardó en saber que los abogados de España eran como los del resto del mundo; sin escrúpulos, lava cerebros y cerdos. Se enfrentaba a uno llamado Guillermo Torres, que defendía a un cabronazo que había asesinado a su pareja sentimental por haberle dejado. Las pruebas en su contra sobraban incluso, pero ese capullo lo defendía y lavaba el cerebro al jurado, como si… Como si…

Soiartze no terminó la frase. El abogado, tras dar su discurso, se volvió a sentar junto al asesino y murmuró algo con él. Se levantó, puso sus papeles en orden y se acercó al jurado; era la hora de mostrarles el camino correcto.

-Señoras y señores del jurado. La verdad es que no voy a dedicarme a dar una charla de lo que es el bien y el mal, porque ustedes ya sabrán mucho de esto. El bien es no matar a alguien. El mal es hacerlo, como ha hecho el acusado.

-Protesto, Señoría –dijo alzando la voz el abogado.

-Protesta aceptada –señaló el Juez-. Fiscal, intente no señalar como culpable al acusado.

Soiartze giró algo la cabeza con media sonrisa en la cara.

-¿Por qué debería hacerlo? –Murmuró en bajo, sin que nadie la oyera-. Señores del jurado, existe una frase que la policía, fiscales y abogados usan frecuentemente: “inocente hasta que se demuestre lo contrario”. Es decir, si usamos esa regla de tres, alguien que mata a cuatro personas delante de cien testigos y mil pruebas en su contra, es inocente. Y si se le declara inocente a pesar de seguir siendo un asesino, sigue siendo inocente.

-Protesto, Señoría –Guillermo se había levantado de la silla, nervioso-. Está intentando confundir al Jurado.

El Juez se mostró pensativo, y Soiartze aprovechó para terminar su jugada.

-La verdad es que tampoco tengo mucho más que contar. Ya han visto las pruebas, ellas lo dicen todo. He terminado, Señoría.

Soiartze volvió a su mesa y se sentó. Suspiró y levantó la cabeza; esperaba que el juicio terminara ya, quería llegar a casa lo antes posible para ver a Tim y preguntarle qué tal había llevado su primer día en Bachiller.

“Ha sido un discurso algo blandengue, la verdad. Pero tampoco debías esforzarte mucho; tienen su decisión tomada desde hace rato.”

-¿Cómo?

La fiscal levantó la cabeza y miró a su alrededor. No había nadie a su lado, y había escuchado aquella voz muy cerca.

-Fiscal, ¿le sucede algo? –preguntó el Juez, preocupado.

Soiartze negó con la cabeza. ¿Quién le había hablado?

-No, Señoría –le contestó-. Estoy… Bien.

-Muy bien entonces –afirmó con la cabeza-. El jurado irá a una sala aparte a tomar su veredicto. Se cierra la sesión.

El Juez golpeó el martillo contra la mesa y se levantó. Soiartze recogió sus cosas, las metió en su maletín y miró su reloj; eran las cinco y cuarto. Tenía tiempo más que de sobra para hablar con Tim más tarde. Se levantó y se dirigió a la salida.

-Señorita…

Soiartze se giró y vio a una mujer mayor que se acercaba a ella, junto con otra chica. Se detuvo allí y las esperó; se trataba de la madre de la víctima y de su hermana.

-Señorita, gracias de nuevo por su trabajo –le dijo la madre-. Ese maldito joven merece ser encarcelado por lo que ha hecho.

-No pasa nada, señora –le contestó-. Es mi trabajo.

Ya había interrogado a la mujer antes, y le había salido redondo. Ella la trató como un ser humano, con delicadeza y cuidado… Pero aquel maldito abogado…

-Qué hombre tan maleducado el que defiende a ese asesino, ¿no, hija? –le preguntó a la chica.

-Mamá, es su trabajo…

-Sí, pero en su trabajo no pone nada de atacar a viejas ancianitas.

-Venga, señora, no se llame a usted misma ancianita –le animó Soiartze-. Está en la flor de la vida.

La mujer le sonrió ampliamente y ella dejó escapar una risita. Pero lo dejó casi de inmediato, ya que notó el vibrador de su móvil en el bolsillo del pantalón.

-Disculpen –se perdonó ella. Se alejó un poco y miró la pantalla del teléfono; se trataba de un número desconocido para ella. Pulsó un botón y se lo colocó en la oreja-. ¿Dígame?

-Buenas tardes, señorita Aran –contestó una voz varonil-. Creo que no nos conocemos, aunque yo la he visto un par de veces en su despacho. Me llamo Cristián Casanova, policía.

-Ah, sí –recordó ella, echando a andar y despidiéndose con la mano de las mujeres-. Leí su ficha, me la pasaron. ¿Va a ser usted mi contacto de la policía?

-Sí, así es –respondió Cristián-. Ya sabe, pruebas, testimonios, antiguos casos… Cualquier cosa para crearse su propia serie televisiva de investigación. ¿Podríamos quedar para charlarlo más a fondo?

-Claro, pero, si no le importa… Ahora mismo tiene que dar un veredicto cierto jurado y después debo estar con mi hijo.

-Muy bien, pues quedamos mañana. Conozco un restaurante muy cerca de donde trabaja, podríamos ir sobre las dos y media a comer. ¿Qué le parece?

Soiartze desconfió de ello. Sonaba a cita, pero no tenía más remedio.

-Está bien. Pero mañana.

Colgó el teléfono sin despedirse y miró a su alrededor. Había deambulado por el edificio y ahora se encontraba en un pasillo al azar. Le daba igual, quería un café, así que se acercó a una máquina, metió un euro y esperó a que saliera el café al vasito de plástico.

“Yo en tu lugar no tomaría café de esa máquina, es francamente horrible”.

Soiartze giró la cabeza y lo vio.

“Hola, Eterna Oscura”.
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Vale, no debería, pero por poner un poco en situación: Soiartze Aran dejó de ser Eterna Oscura hace seis años. Se dice en la siguiente parte, pero da igual.

[-Ebony-]

Muy buen capítulo Narra ^^(como simpre vamos)
No he visto ningún fallo, será porque lo leo rápido...
Eso que pongas el siguiente pronto ^^

[Soul Artist]

Era la misma voz. La misma voz que en el juicio, la que había sonado. Tragó saliva y lo observó un momento, a través de la oscuridad del pasillo.

Se trataba de alguien, seguramente un hombre. Vestía con ropajes extraños, que mostraban rasguños y trozos arrancadas por todas partes; una gabardina azul oscura, con botones grises que cerraban su pecho. Debajo, unos pantalones largos negros, destrozados completamente, y unas botas marrón grisáceas tapadas en gran parte por los pantalones, sin dejar ver si llevaba calcetines o no. A su espalda, caía una capa azul oscura, también destrozada, que llegaba hasta las rodillas de sus piernas.

Se acercó ligeramente a ella, y pudo ver más de cerca su cabeza. El pelo, canoso y caído, estaba tapado por un gran sombrero puntiagudo algo decaído, sin llegar a apuntar al suelo, de color azul grisáceo. Presentaba muchos arañazos y se notaba que había sido cosido en múltiples ocasiones, destrozado por el tiempo. El cuello del traje escondía casi completamente su cuello, exceptuando parte de la barbilla, también oculta. Un pañuelo azul fuerte tapaba desde allí hasta gran parte de la nariz, dejando así visibles únicamente parte de su cara y sus ojos. Ojos grises, aparentemente muertos, abiertos como platos, que la observaban de cerca.

Extendió su mano izquierda, tapada con un guante, para coger el café de Soiartze, el cual ya estaba listo. Notó que los guantes de las dos manos eran distintos. El derecho concordaba con el resto del ropaje, de color verde grisáceo y muy gastado. Pero el izquierdo era verde, un verde muy claro que saltaba a la vista a kilómetros. Venían una serie de signos desconocidos para ella en él, parecidos, tal vez, a los árabes.

El desconocido le entregó en la mano a Soiartze el café, y ésta se asustó de forma instintiva al verle la piel de la cara. Nada había visto nada parecido; parecía muerta, pero no era pálida. Era… Gris. Ligeramente gris, pero gris, después de todo. Parecía desgastada, como la ropa, y junto con sus ojos le daba un aspecto… Inhumano.

Se volvió a meter entre las sombras, percibiendo el susto de la mujer. Miró a ambos lado del pasillo y la miró a los ojos.

-¿Quién es usted? –Preguntó ella, reaccionando al fin-. ¿Por qué me ha llamado así?

“Vamos, pequeña. No te hagas la tonta.”

Soiartze suspiró y le volvió a dirigir la mirada. Cada vez que lo hacía notaba cómo su oscuridad, su poder, volvía a llegar a su corazón, queriendo envolverle con ella, deseando atraparle entre las sombras.

-No sé de qué me habla.

“Sí lo sabes. No lo intentes esconder, no llevo mucho buscándote. Te capto. Sé dónde estabas, y sé adónde irás. Así que terminemos esto.”

Soiartze negó con la cabeza.

-Oiga, déjeme tranquila, ¿de acuerdo? –Ordenó, pasando por su lado y siguiendo su camino-. Y póngase ropa más normal, eso no es precisamente la última moda.

El desconocido expulsó algo de aire por la nariz, insatisfecho, y la miró de reojo.

“Debes volver a ponerte tu traje. Van a suceder cosas.”

-Cosas. Ya –Soiartze le volvió a dirigir la vista, esta vez a su espalda-. Un gran hechicero se acerca, o un hombre ha sido rociado con radiación y va a vengarse de la humanidad, ¡o ya sé! ¡El fin del mundo! ¿A que es eso?

El hombre se giró hacia ella, y Soiartze volvió a sentir el impulso de capturarle con su poder, estando más cerca de él en esta ocasión.

“Ya has aceptado quién eres, ¿verdad? Bien, el siguiente paso es vestir un traje ridículo e ir salvando gente.”

-Es usted realmente odioso. Pues no, no volveré a hacer nada. Ya me retiré hace mucho tiempo, y creo que hay un superhéroe en Florencia que seguro que le puede ayudar.

El desconocido negó con la cabeza.

“No dejes que te afecte.”

-¿Disculpe?

“No fue tu culpa. En la guerra, hay caídos. Y por ellos, debes levantarte.”

Soiartze echó un paso hacia atrás, disgustada por lo que acababa de decir. Al hacerlo, intuitivamente, su pie se inundó en oscuridad, que se movía deseando entrar en acción. Se llevó una mano al pecho, del cual comenzaban a salir también sombras, y le miró con ira.

-¿Cómo puedes decir eso? –Preguntó, con un tono de asco y odio-. ¿Cómo puedes dar tan poca importancia a aquella gente, aquellas vidas? ¿Cómo puedes insultarles así?

El hombre cerró levemente los ojos, observando cómo la oscuridad de la mujer que tantos años había dejado a la sombra comenzaba a revelarse.

-¿¡Cómo puedes hacerlo!? –gritó finalmente, mientras las sombras se la tragaban.

La oscuridad salida de la mujer inundó completamente el pasillo, atrapándole dentro de ella. El hombre cerró los ojos y se quedó quieto en su sitio, escuchando. El sonido de unos pasos surgió ante él, suaves y lentos, pero se quedó quieto en su sitio. Después, un puño desde su derecha rompiendo el aire apareció de la nada, dirección a su mejilla, pero no hizo nada. Al tocarle, el puño se desvaneció en la oscuridad, descomponiéndose por completo y desapareciendo de la vista, sin haberlo dañado. Finalmente, una copia de oscuridad salió delante de él preparada para golpearle, pero el hombre levantó su brazo izquierdo y le cogió de la cabeza. La oscuridad se desplegó y mostró a la mujer, la cual se había quedado sorprendida con el ataque, y las sombras se retiraron del pasillo.

“Veamos qué guarda tu mente.”

Notó una descarga en su cabeza y sus ojos se quedaron en blanco. En un solo segundo, volvió a ver recuerdos de su vida, algunos ya olvidados, de comienzo a fin. Recuerdos que deseó no volver a ver.[center]- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -[/center]

Sip, después de más de un año, lo continúo. ¿La razón? Me gusta demasiado este trabajo, y por pocos lectores que seguramente tenga, lo continuaré (a menos que tenga 0...), ya que es uno de mis relatos favoritos.

Bueno, comentar que, para que la gente pueda leer sin problemas, "Nueva Generación" será publicado semanalmente ahora, y éste también semanalmente, para no agobiar con lecturas. Así que podéis leer desde el principio, no es mucho y, personalmente, el final del prólogo me encanta.

Espero que os agrade y que no os dé miedo leer desde el principio. ¡Y espero críticas!

P.D.: La publicación de este relato será los viernes. De Nueva Generación, aún lo desconozco, ya avisaré en el otro tema cuando lo tenga.

[Sophonax]

A mi me encanta todo el prólogo, ¡que digo, todo el fic!

También me gustan los personajes, te interesas por ellos y le das profundidad. La trama, pues fantástica. No estoy siendo objetivo xD pero si lo fuera... ¡diria lo mismo! xD


“No fue tu culpa. En la guerra, hay caídos. Y por ellos, debes levantarte.”

Maravillosa esa frase

[Yari is watching you]

Bueno, espero que no dejes de lado el otro fic, ehhh :3

[so.ro.ri]

O dios que bien hecho *O*
A eso se le llama una buena historia,seguro que si publicas un libro se hará muy famoso,quien sabes quizás llegue a la gran pantalla ^^
XD ¬¬ ya me gustaria a mi escribir así y tener esa imaginación!
Pues mucha suerte,continua así^^

[babasss]

aunq diferente fic tu nivel sigue siendo el mismo, fantástico

los únicos problemillas q veo son en la descripción del hombre extraño:
partes arrancadas por todas partes
y tambien dices mucho destrozados y pienso q qdaría mejor sin en alguna ocasión lo cambiases, por ejemplo, en la capa podría qdar bien hecha jirones, aunq no se porq alomejor qda muy exageradoXD como veas^^

a parte de la crítica del fic, me parece bien lo de las publicaciones semanales, así no dejarás ninguno de los relatos desatendido =)

[Zee]

O.o Narra, me has asombrado, como siempre. Te felicito por tener ese gran talento, espero que sigas escribiendo y que no dejes Nueva Generación.

¿Qué decir que no hayan dicho los demás? Perfecto

[Soul Artist]

El timbre de la casa sonó. Una niña pequeña, de unos cuatro años, miraba la puerta con dulzura desde las escaleras, sabiendo quién era. ¡Tito Adolf! Cada semana le traía un paquete de golosinas que cogía de una tienda cercana, la mejor tienda de dulces del mundo para ella. Pero no había nadie cerca de la puerta, y sólo ella podía abrirla.

-“Io” voy, “io” voy –dijo, agarrándose fuerte a los barrotes de la barandilla.

Era pequeña, pero podía hacerlo. Decidida, bajó el pie al primer escalón con cuidado, y una vez allí, dio un rápido salto para tener los dos pies. Bajó el segundo escalón precavidamente, haciendo un gesto con la boca, y bajó otro pie más.

Sonó de nuevo el timbre. La chica dirigió la vista a él mientras bajaba el otro pie.

-¡“Io” voy, “io”…!

Pero, al no mirar dónde ponía el pie, se pasó el escalón y resbaló. Se soltó de los barrotes y dio una voltereta en el aire, cayendo por las escaleras, mientras inevitablemente rodaba. Chocó contra la pared y siguió rodando, para finalmente caer al pie de las escaleras. Se enderezó y se llevó una mano a la cabeza, de donde le salía algo rojo y pegajoso donde le hacía pupa. Instintivamente, se puso a llorar, a voz en grito, sollozando la palabra “mamá”. Pero nadie acudía a ella.


Esta vez, la chica tenía once años más. Estaba estudiando latín, una asignatura bien interesante y que le encantaba. Una lengua no usada ya, pero con tanto pasado, tanta historia. Era la mejor de su clase, en absolutamente todas las asignaturas. Sus abuelos le habían enseñado la importancia de la cultura, de no ser una analfabeta, desde pequeña.

El teléfono de la casa sonó, e interrumpió un momento su estudio. Se levantó, algo cansada, y salió de su habitación, en dirección a la cocina, donde estaba el teléfono. Bostezó un momento y lo cogió, sin prestar mucha atención.

-Familia Aran al habla, ¿dígame?

-¿Es usted Soiartze Aran? –preguntó una voz femenina desde el otro del teléfono.

-Así es –contestó ella-. ¿Qué desea?

-Sentimos comunicarle que sus tutores hoy han fallecido.

La chica notó cómo su corazón se rompía en aquel momento, mientras las últimas palabras sonaban, de un modo tan repentino. Se pegó a la pared y fue descendiendo hasta el suelo, sin dar crédito. Tragó saliva y con la voz ahogada, habló de nuevo.

-¿Cómo? –preguntó, sin querer creérselo.

-Sé que es duro de oír –dijo la voz-. Pero hoy han fallecido después de la operación de ayer. No sucede a menudo, pero…

-Se iban a recuperar –señaló, con los ojos lagrimosos-. La operación fue bien. Se iban a salvar. Ya no tenían cáncer.

-A veces, cuando la operación es tan dura, no se llega al final. Y menos cuando…

-¡¡Se iban a recuperar!! –gritó ella, sollozando-. ¡¡Se iban a recuperar e iban a vivir!! ¡¡Íbamos a ser una familia, de nuevo!! ¡¡No tenían cáncer!!

-Yo…

-¡¡Cállese!! –ordenó, mientras arrancaba el teléfono y lo tiraba lejos-. ¡¡Cállese!! ¡Cállese, cállese, cállese…!

Bajó la cabeza y, tumbándose en el frío suelo, ahogó sus lágrimas entre sus brazos. La cocina se inundó en la oscuridad que ella misma expulsaba de su cuerpo, aislándola del resto de la casa, del resto de sonidos. Estaba sola. Lloraba. Pero nadie oía sus lamentos. Nadie acudía a ella.


-Detente… -suplicó, intentando apartarse del hombre. No tenías fuerzas ni para mover un insignificante lápiz, por lo que él continuó con la mano agarrando su cabeza.

“Te conviene recordar estas cosas. Tu origen, tu auténtico deber. Has olvidado quién eres, y por eso estoy aquí.”


Apenas habían pasado dos semanas desde la muerte de sus abuelos. Había sido enviada a un orfanato, y desde entonces, no había salido ni un solo día den su habitación, ni siquiera para comer, sólo para ir al baño. Pasaba todas las horas encerrada allí, en la soledad, apartada. No quería estar con nadie.

Un hombre estaba frente a ella, sentado en una silla. Apenas recordaba su cara, oculta por la oscuridad, pero iba perfectamente vestido, con ropa de ricachón. Le sonrió, y ella abrazó con más fuerza su almohada, tumbada en su cama.

-Hola, Soiartze –le saludó el hombre cariñosamente-. Soy tu nuevo papi.

Los ojos de la chica se humedecieron al oír la palabra “papi”. Nadie podía ocupar el lugar de los abuelos. Ni ahora, ni nunca.

-Siento lo de tus abuelos –continuó el hombre-. La verdad es que nunca les conocí en persona. Pero estábamos en contacto. Tú eras el motivo. Esas cosas que haces… Ese poder…

Soiartze aguantó el llorar. Cada mínima mención de sus abuelos era una puñalada para ella. Una sensación horrible dentro de su corazón, que la envenenaba y consumía. El hombre lo vio, y le levantó un poco la barbilla.

-Eh, eh –le dijo, mirándola a los ojos-. ¿Tienes ganas de llorar? Llora. No lo reprimas, llora. Llora hasta quedarte sin lágrimas, hasta dejar de sentir eso en el corazón, hasta que se te pase. Porque antes o después se te pasará, y entonces dejarás de llorar. Pero si lo reprimes ahora, mañana tendrás que hacerlo, y el tiempo que dure esto se alargará.

Soiartze no lo aguantó más. Abrazó al hombre con fuerza y, entre sus brazos, derramó sus lágrimas, sollozando. El hombre la abrazó con fuerza, animándola, y ella continuó llorando, recordando los buenos tiempos que tuvo con sus abuelos. Y, por fin, lloraba. Alguien oía sus lamentos. Alguien, por fin, había acudido a ella.[center]- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -[/center]

Lo pongo hoy, ya que mañana no me conectaré. Espero que os siga gustando...

[babasss]

me encantó *____* de lo mejor que he leído tuyo, transmite muchísimo

lo único:
Decidida, bajó el pie al primer escalón con cuidado, y una vez allí, dio un rápido salto para tener los dos pies. Bajó el segundo escalón con cuidado, haciendo un gesto con la boca, y bajó otro pie más.

[Zee]

♪ Parara ♪ ♫ Lalala ♫ Canto de felicidad porque hay nuevo capi xD
Estuvo muy bien narrado y me encantó, como siempre.
Está perfecto, sólo dos cosas, y no son importantes:
1- Lo que dijo babasss
2-

...ni un solo día den su habitación...

Error de dedo, nada importante.

[Sophonax]

Es triste pero en ningún momento se hace pasteloso xD

Todo fluye con naturalidad en este fic los diálogos, la narración... a mi me custa horrores escribir sin que se sienta muy artificial.

No sé si me he explicado bien xD

Sigue, sabes como captar la atención del lector

[Arte]

Pues me gusta mucho xD

Siempre me han molado bastante las historias de superhéroes y, además, esta es una de las pocas veces en las que la protagonista es mujer xD

Del último post que has publicado sólo comentar que, si son recuerdos, tal vez deberías señalarlo poniéndolo en cursiva, o entre comillas, o algo que resalte. Es que creo que hay un momento en el que vuelve al presente, por otro lado, se trata de varios recuerdos distintos, y que esté todo junto sin distinción lía un poco.

Nos vemos!