[Fic Grupal]Persona: Mirror World

[Zee]

Me disculpo por no tener el prólogo listo todavía, pero es que estoy de exámenes.

[Jeanne24]

Me disculpo por no tener el prólogo listo todavía, pero es que estoy de exámenes.

Don´t worry,sin prisa.Si ves que necesitas ayuda para terminarlo o no puedes,tan solo avisa.

[Soul Artist]

Prólogo de Sheva.

Spoiler: Mostrar

8/04/14

>Hoy es mi día. Estoy preparada.

Una joven se observaba en el espejo, colocando unos conjuntos de ropa delante de ella para decidir cuál ponerse. Se fijaba bien en que lo que decidiese combinara a la perfección con su bajo y esbelto cuerpo, delgado como el de una modelo y cuidado con todo tipo de cremas y baños. Su cara debía congeniar aún más, de piel oscura y ojos con rasgos orientales, de color azul; pero sobre todo debía hacerlo su pelo, azul oscuro teñido y recogido en unas trenzas que se acumulaban en una coleta detrás de su cabeza.

>Debo ser perfecta. Ni demasiado divina, ni tampoco imponente; de ningún modo debo parecer inocentona, pero no quiero parecer una puta. Quiero ser la más guapa, la única en la que los chicos se fijen, pero sin invocar los celos de las demás chicas. Debo atraer a las populares hacia mí, debo ser su luz.

Se colocó delante del espejo un conjunto de un pantalón corto rosa y una camiseta blanca con un corazón gótico, acompañado de una chaqueta de cuero, pero lo desechó de inmediato sabiendo que era demasiado atrevido. Observó bien su reflejo; la ropa interior había sido cuidadosamente seleccionada, de color negro y que hacía resaltar más sus pechos.

>No encuentro nada perfecto, ¡nada! Necesito más ropa. Este fin de semana voy a quemar la tarjeta de crédito.

Observó su reloj; 7:20 a.m. Tenía tiempo de sobra, y que la ropa que quería era para ponérsela aquella tarde.

>Bueno, al menos tengo tiempo. Creo que… Tenía un conjunto ideal, pero no sé si lo dejé en casa…

La joven se abalanzó al armario de la habitación, deseosa de comprobar si tenía lo que buscaba. La habitación de la residencia estaba bien de tamaño; en el centro tenía su cama de matrimonio, que aunque durmiese ella sola allí le gustaba tener espacio en sus horas de sueño; enfrente de la cama tenía un espejo grande, en el cual se había estado observando, y un pequeño televisor plano de 27’’ pegado en la pared, cuyo mando se encontraba en la mesilla izquierda de la cama, junto con una lámpara pequeña; al fondo de la habitación estaba el armario a la derecha, y en el centro una amplia ventana doble con unas preciosas cortinas blancas, junto con su mesa de estudio a la izquierda, completamente desordenado con libros y algo de ropa. A la derecha de la entrada estaba su baño, medianamente equipado con una bañera que servía también de ducha, un retrete y el lavabo, con su pasta de dientes y poco más.

>¡Sí, sí, sí, aquí está!

La muchacha sacó su conjunto del armario rápidamente y se lo puso delante del espejo. Le pareció perfecto, justo lo que andaba buscando; un pantalón largo, de color morado, que se hacía más amplio al final de las piernas, junto con una camiseta de rombos blancos y negros y una chaqueta rosa con líneas negras que se levantaba hasta su cuello.

>Es perfecto, pero creo que falta algo.

La chica se giró para observar la cómoda de la derecha. Se acercó a ella lentamente y abrió el cajón inferior, sin mucho contenido aparentemente. Sacó de él primero un marco de fotos y con la otra mano una gorra verde bien cuidada. Observó ambos atentamente y con una sonrisa volvió a guardar la foto.

Se acercó al espejo y se colocó la gorra. Se probó la ropa y sonrió levemente.

>Estoy perfecta.



Ya con el uniforme habitual, pero sin quitarse la gorra, se presentó en la entrada de su nuevo instituto poco antes de que comenzara realmente el horario, preparada para conocer el terreno y la gente, sentada de brazos cruzados en un banco cerca de la entrada. Estaba algo nerviosa por el hecho de no conocer a nadie, pero tenía en cuenta que nadie lo hacía realmente allí; el instituto era nuevo, y por lo tanto todos eran desconocidos. Era una clara ventaja para preparar un grupo de populares, en vez de tener que enfrentarse a uno ya existente y tener que desbancar a su líder.

>Ser la reina de un instituto es una auténtica guerra en todos sus sentidos; primero debes conocer a la que manda y parecer una más de las suyas. Después, hurgar en sus trapos sucios y soltarlos sin que se descubra su origen, para después ocupar su lugar con un pequeño golpe final. Pero una vez en la cima debes cuidar bien tus espaldas, porque cada cierto tiempo surge alguien como tú que quiere quitarte…

>Mi nombre es Sheva Hardy. Después de ciertos… Sucesos donde vivía, le pedí a mi padre que me mandara a otro lugar, lejos de casa. El instituto donde estaba ya no quiere tener nada que ver conmigo, y las que pensé que eran mis amigas me apuñalaron por la espalda y se hicieron con mi poder. Lo mejor era empezar desde cero.

>Vivía con mi madre, japonesa, y durante mucho tiempo estuve mucho tiempo aprendiendo el idioma para algún día encargarme del imperio de mi padre en Tokyo, mientras que mi hermano mayor heredará las empresas de Europa y el menor las de América. Soy muy inteligente, aunque allí donde estaba no se apreciara, así que tuve que fingir ser otra idiota más. Cualquier cosa por encajar.

>Hablo inglés, japonés, chino mandarín, español, francés y ahora doy clases de alemán que tendré que retomar antes o después. Parece que en Japón se estima más ser inteligente a la hora de la popularidad, pero procuraré no parecerlo demasiado. No quiero que me tachen de nerd.

Un chico se sentó al lado de Sheva, con la cara llena de acné, gomina mal repartida por el pelo y gafas de culo de botella. La chica hizo una mueca que no pretendió en absoluto ocultar y se agarró los brazos con fuerza.

–Eh, bonito día, ¿eh? –señaló el chico. Sheva le lanzó una mirada asesina.

–¿Se te ha perdido algo en este asiento? –le preguntó con dureza. El chico tragó saliva.

–Yo…

–Piérdete.

El muchacho levantó y se apresuró a huir de allí, decepcionado por el innegable fracaso que había tenido intentando ligar con la preciosa joven. Sheva sonrió para sí misma por asustar a tal monstruo y disfrutó un poco más del sol.

–¿Puedo sentarme?

Sheva levantó la vista para ver una chica japonesa delante de ella, sonriendo y con los labios pintados de rosa. Sheva la observó de arriba hacia abajo, analizándola; guapa, pelo negro cayendo por la espalda con mechas naranjas en el flequillo, media estatura… Perfecta candidata para ser popular y comenzar su escalada.

–Claro, adelante –contestó señalando con la mano el sitio libre. La chica se alegró y se sentó.

–Gracias, el camino desde mi casa es horrible, estoy muerta. Mi nombre es Sasuka, encantada de conocerte.

–Yo soy Sheva, lo mismo digo.

–He visto lo que le has hecho a ese chico –señaló con una risita Sasuka–. Te felicito. Ese bicho raro llevaba todo el verano detrás de las chicas, yo incluida. Era un auténtico pesado, ya era hora de que alguien le pusiera en su sitio.

–No me gusta relacionarme con gilipollas semejantes –sentenció Sheva–. Me ponen enferma con sólo pensar en sus caras. O sea, ¿no pueden comprar una crema?

–¡Ya te digo! Todos esos granos… Con pus… Son un ascazo.

>Primer paso completado; hacer que repitan lo que tú digas.

–¿Y de dónde eres, Sheva?

–De California, en Estados Unidos. Me mudé este verano a la Residencia Sakura.

–¡Pero si esa residencia es carísima! –se sorprendió su nueva amiga– ¡Y tiene de todo! Piscina privada, mini-golf… ¡Parece casi un hotel!

–Bueno, es menos de lo que tenía en mi casa –presumió la joven, observándose sus cuidadas uñas.

–¡Cómo te envidio! Me recuerdas a mi amiga Yoko. ¡Hablando de ella, por allí viene!

Yoko era una chica de estatura media, pelo castaño clarito y recogido en dos coletas a ambos lados que se acercaba hacia ellas haciendo señales con el brazo derecho a su amiga.

>Otra ricachona. Debo imponerme ante ella, o podría perder mi postura de forma inmediata.

–Sheva, ésta es Yoko, la amiga que te comenté –les presentó Sasuka–. Yoko, ésta es Sheva, americana. La he conocido hoy.

–Encantada –se presentó Yoko, dando dos besos rápidos a Sheva que ésta devolvió–. Bueno, ¿qué os contáis?

–¡Sheva ha destrozado con dos frases a Danny! –se emocionó Sasuka–. Deberías haberlo visto, ha sido increíble. Danny se acercó a ella y ha hecho que desista completamente.

–Ya era hora, Dios mío –Yoko se sentó al lado de Sheva, mostrando algo de admiración por ella–. Estuvo detrás de mí una semana entera, y dijera lo que dijera seguía acosándome. Fue una pesadilla.

–Los hombres son idiotas, pero los nerds lo son todavía más –concluía Sheva–. Creen que por estudiar elevarán su estatus el día de mañana, cuando realmente no son más que un grupo de frikis inmaduros incapaces de encontrarsu lugar. Acosarnos sólo empeora las cosas.

–¡Cuanta razón tienes, tía!

>Ya tengo a dos en el bote.

La primera campana sonó. Las clases comenzaron.

Me quedan un par de prólogos todavía por leer y ando con el tiempo en mi contra, espero que me perdonéis por no comentarlos por ahora ^^U

PD: Arreglados los dos fallitos señalados por Guin, gracias

[Sombra]

Bueno, ya quedan menos prologos por colgar...Aunque aún quedan demasiados. ¡Estoy deseando que empiece la historia de verdad!

[Jeanne24]

Como odio a tu personaje,Narra...has creado el efecto debido.Nuestros personajes se van a llevar como el culo. xDDDD
En fin,ya quedan menos prólogos.¡Animo!

[GuinCoome]

Dos pequeñas anotaciones:

Se presentó en la entrada de su nuevo instituto poco antes de que comenzara realmente el instituto,
...

La chica hizo una mueca que no pretendió en absoluto ocultarla y se agarró los brazos con fuerza.

Sólo eso. Me ha gustado mucho el prólogo, la personalidad de Sheva ha quedado muy bien plasmada y se ha destapado su carisma.

[Zee]

Spoiler: Mostrar

07/04/14 - Tarde

Aquel adolescente alto y de cabello negro se despidió efusivo de sus padres con un “Ya me voy” y agitando la mano sin mirar atrás. Escuchó sus ahogadas voces diciéndole “Adiós” mientras abría la delgada reja blanca del jardín y salía a la tranquila y solitaria calle.

Mientras caminaba, el joven encendió su reproductor MP3, el cual descansaba en el bolsillo de su chaqueta. Presionando los botones que ya conocía, logró activar el modo “Al azar” sin siquiera sacar el aparato de su abrigo. Tomó sus diminutos audífonos blancos, se los pasó por debajo de su bufanda de líneas rojas y amarillas para que no se le cayeran, y luego se los colocó en los oídos. Inmediatamente pudo reconocer Mass Destruction, de Lotus Juice.

El chico dejó que sus pies le guiaran. Eso le gustaba: salir, sin tener rumbo alguno, e ir a donde se le diera la gana. Tal vez él le llamaría “improvisar”.

La pequeña calle donde se encontraba su casa se transformó pronto en una transitada avenida; luego en un melancólico y solitario barrio bastante parecido al suyo... Una tranquila avenida al lado de la costa artificial, un oscuro callejón, el centro comercial de la ciudad...

Como era de esperarse, el lugar se encontraba plagado de jóvenes adolescentes, quienes rondaban la edad de nuestro amigo. El chico hizo lo posible para ignorarles, mientras se concentraba en la música que brotaba de sus audífonos.

Odiaba que los lugares estuvieran tan repletos. Odiaba que la gente se riera de él. Odiaba... Odiaba ser como era. Un chico tímido incapaz de pedirle la hora a alguien siquiera. Caminando sin mirar a los variados grupos de adolescentes, el chico sintió envidia. ¿Cómo podían desenvolverse con tanta facilidad?

Con su mente de vuelta en la realidad, el joven pasó de largo el restaurante de su familia. Para ser sincero, le era indiferente cuando no se encontraba atendiéndolo. Era como un segundo hogar para él. Y la gente no suele decir dónde vive sólo por presumir, ni tampoco suele seguirla con la mirada mientras camina frente a ella, ¿no? Para ser franco, al chico le molestaba que sacaran el tema del restaurante. No era la gran cosa, y termina por hacerse hartante.

El cielo comenzó a teñirse de rojo.

Tras quedarse un tiempo admirando la fuente del centro comercial, Kenji dio media vuelta y emprendió el rumbo en dirección a su casa, esta vez con la intención de no tomar desviación alguna.


08/04/14 – Temprano

>Camisa... Pantalón... Bufanda... Guanteletas... Cabello peinado... Dientes cepillados... Ah, desodorante, claro... ¡Mierda, tengo que quitarme la camisa de nuevo!

>Soy Kenji Takayama, estudiante de 10° grado, y cuento con 17 años. Actualmente resido en la célebre isla artificial Yatsunova, a la cual me mudé hace poco. Mi padre opinaba que era un lugar con oportunidades, por lo que le pidió a su superior que le dejara administrar una sucursal de la más reciente cadena de restaurantes, “Spicy's”, en Yatsunova.

>Hoy es el primer día de clases. Aparentemente el paseo que di ayer no sirvió de nada: aún me tiemblan las manos.

-¡Kenji, se hace tarde! -llamó su madre desde el piso inferior.

-¡Ya voy! -respondió el chico. Presionado, tomó torpemente su teléfono móvil y su billetera y se apresuró a salir por la puerta de su habitación.

Bajó el primer tramo de la escalera de un salto, tal y como le gustaba hacer. Bajó el resto de los escalones corriendo, con esa agilidad de la que tanto hacía alarde.

-¡Kenji! ¡Vas a terminar golpeándote la cabeza! -le regañó su madre, una vez el chico había pasado por la puerta de la cocina casi volando. Con la mayor rapidez que le fue posible, se sentó y comenzó a engullir los huevos con tocino que su madre había preparado.

-Ah... Sí... Que aproveche, y eso... -expresó el chico, con comida en la boca. Su padre, quien ya se encontraba sentado en la mesa, negó con la cabeza, cómo sintiéndose avergonzado por la actitud del muchacho.

-Espero que no te comportes así fuera de casa, hijo...

-Ah, no. -respondió-. No, la verdad es que no lo haría. Pero bueno, gracias por la comida.

Sorprendentemente, el chico ya había terminado su desayuno. Sin duda alguna, su inhumana rapidez había sido producto de las prisas.

-¡Ah, tengo que cepillarme los dientes de nuevo!


-¡Me voy! -gritó, echando a correr por la calle. Cuando sus padres le respondieron, ya había dado vuelta en la esquina y le fue imposible escucharles.Intentó ponerse sus audífonos mientras corría, pero el maletín en una mano y la prisa que llevaba fueron los obstáculos que le impidieron llevar a cabo tal acto.

Siguió el rumbo que ya había recorrido varias veces días antes con el propósito de recordar siempre la ruta hacia el instituto. En pocos minutos, el edificio se alzó frente a él, junto con una multitud de estudiantes. De inmediato le sorprendió la cantidad de personas que se encontraba allí.

>Y para colmo, extranjeros... Eso es inglés... Aquello francés... ¿Qué es eso, español o italiano?

>Ay... No sé cómo lidiar con los extranjeros...

Un poco rezagado, Kenji comenzó a caminar en dirección a la puerta principal, adornada por montones de arbustos y algunos árboles, ahora tranquilo y con más tiempo de sobra del que esperaba.

Le sorprendió lo alta que era la puerta del instituto. Sin duda alguna, imponía más que nada en el edificio. Aunque tal vez eso estaría por verse; después de todo, no había visto gran cosa. Sintiéndose tremendamente pequeño, la atravesó, pues muy pronto había comenzado a ser empujado por varios estudiantes.

>3° A... ¿Era 3° A? Sí, sí era A... ¿Pero dónde está el aula?

-Emm... D-Disculpen... -murmuró Kenji, intentando llamar la atención de un grupo de muchachos. Estos detuvieron su conversación de repente y se giraron en dirección al chico-. ¿D-dónde... dónde está la clase 3° A?

-Mírate el mapa ése. -espetó el más grande de ellos, con voz desinteresada, señalando el susodicho con el dedo. A Kenji le desagradó desde el principio.

-Gracias... -murmuró Kenji, y luego añadió en voz baja, mientras se alejaba-: ...gorila.


Kenji se dejó caer en su asiento. Apagó su reproductor MP3, pues un estudiante se encontraba tocando una guitarra desenchufada.

>Ugh... No sé cómo tratar a los músicos. Me pregunto si le agrada la gente que no toca ningún instrumento.

Finalmente, sonó la campana que daría inicio a las clases. Aparentemente, iba a ser un año común y corriente, con nerds, abusivos, emos deprimentes. Todos personas con las que sería difícil tratar.
Sí, seguramente iba a ser un monótono, seco y deprimente año común y corriente...

Caca caca.

Me leeré los otros prólogos después. Los he leído entre clases, así que no me bastó para entender todo.

[GuinCoome]

Buen prólogo, la personalidad del personaje queda muy bien definida.
Ya va quedando menos gente, pronto dejaremos las preliminares .

[Ichi]

Its a Surprise!!



;D

See Ya!!

[Sombra]

XD Me gusta tu prologo, Zero. Me recuerda a un personaje de Soul Eater que siempre decía eso de; No se como lidiar con...

La cancion que subió Ichi está bastante bien, si tengo ocasión pasaré alguna para hacerla parte de la NOST

[Minato]

Spoiler: Mostrar

(7/4/2014 Tarde)

El avión despegó de la capital italiana con destino a Yatsunova sin problemas.
Ésta era una isla artificial construida en territorio nipón y que supuestamente tenía un alto nivel académico para los tiempos que corrían.
No tenía un especial interés en irme a estudiar fuera de Italia y mucho menos a Japón, pero los problemas familiares habían obligado a Padre a enviarme fuera del país un tiempo.
>>Cosas de la mafia… -pensé para mis adentros al recordar la conversación que había mantenido días antes.

Seguí absorto en mis pensamientos durante casi una hora, hasta que una voz bastante agradable anuncio por megafonía que en breves momentos aterrizaríamos en el aeropuerto la isla.

A los pocos minutos de salir del avión, tras recoger mis pertenencias de la cinta transportadora cogí un taxi con destino a la residencia de estudiantes.

Según me habían comentado por teléfono, estaría en una habitación compartida.
Las habitaciones individuales eran más grandes y caras y, citando a mi padre, bajo ningún concepto debía llamar la atención

El taxi aparcó justo enfrente de la puerta de la residencia, la cual era de un tamaño bastante considerable comparándola con las viviendas más lujosas de su ciudad natal.

Nada mas entrar, una chica de aspecto afable se le acercó con celeridad y le preguntó sus datos.

- Así que tu eres el Italiano. Te imaginaba diferente…– Dijo la joven mirándome de arriba a abajo- Tu habitación esta arriba, es la 4-D.

La chica, que no debía tener mas de veinte hizo un gesto con la mano para que la siguiera hacia las escaleras y empezó a subirlas apresuradamente, al llegar a la cuarta planta me indicó el camino a la sala D y me dio un llavero con dos llaves.

-La de la entrada y la de tu habitación, si quieres acceder al resto de instalaciones tendrás que pedirlas – comentó al tiempo que se despedía con la mano.

Tras curiosear por la que sería su vivienda durante todo un año y poner en orden sus pertenencias, Erio decidió hacer el mantenimiento rutinario de la Katana de Laido.

Pocos minutos después de empezar a limpiar la hoja, el silencio que había en la sala fue interrumpido de golpe por el ruido de la cerradura de la puerta siendo accionada. Enseguida apareció un joven por la puerta. Su aspecto resultaba bastante extraño a sus ojos, pues él estaba acostumbrado al buen vestir y a una lujosa elegancia. Vestía una chaqueta negra bastante vulgar, combinada con unos pantalones del mismo color y una camiseta decorada con unos un poco más chillones. Llevaba unas sneakers, y lucía un revoltoso pelo castaño oscuro, que se enroscaba formando un remolino que caía sobre su frente. Su aspecto, en general, le confería una imagen un tanto rebelde.

-Buenas -saludó el joven con una voz bastante animada. Tras permanecer impasible frente a él durante unos instantes, pretendiendo que le dejara en paz, se sorprendió al escuchar cómo seguía insistiendo. - Me llamo Roland, ¿y tú?

-Me llamo Erio- dijo, al mismo tiempo que volvía a dedicar su atención a las tareas de limpieza.

Roland, o como dijese que se llamase el chico, simplemente se dio la vuelta y siguió con sus tareas hasta que unas horas mas tarde salio de la habitación con destino a cualquiera sabe donde. Por mi parte, salí a dar una vuelta por los alrededores de la residencia para hacer tiempo hasta la hora de dormir.


[8/4/2014] Mañana

El sonido de los camiones de recogida de desechos me despertó a una hora temprana, así que aproveche para preparar las cosas para el día de hoy. El uniforme de la escuela estaba perfectamente guardado en el armario junto con una mochila tipo bandolera que contenía unos pocos cuadernos, bolígrafos, diccionario y un pequeño ordenador portátil.
Un pequeño reloj de pared que había en la habitación me anunciaba que aun era demasiado pronto para ir hacia el instituto, pero aun así, decidí hacer una excepción y marcharme antes de la habitación para ver los alrededores de la escuela antes de la apertura de esta.
El tiempo pasó volando, y antes de que me diera cuanta la gente había empezado a llegar al recinto de la escuela y ya habían abierto las puertas de esta.
El instituto por dentro era igual de lujoso que por fuera, el único problema visible era la gran cantidad de capullos que había allí. Quería evitar problemas el primer día así que me dirigí directamente al salón de clase y me senté en uno de los últimos asientos del aula, el que mas cerca estaba de la pared del fondo y de las ventanas.
Poco después me percate de que iba a tener que soportar a alguien el resto del curso puesto que las mesas estaban colocadas por parejas, así que aun sabiendo que no iba a servir para nada, decidí apartar la que estaba a mi lado, en clara señal de desprecio.

________________________
Un prologo mas y nos metemos de lleno en la trama Principal .3.

[Dr. Claus]

Spoiler: Mostrar

[8/4/2014] Mañana


> Bueno… lo mío nunca ha sido las presentaciones, pero que remedio… Me llamo Mark… Mark Deven, sí, tengo 17. Alguno pensará que provengo de América o similares, pero no, provengo de Japón, tan solo es que mi padre procede de Estados Unidos y me puso este nombre…

> Me fui de casa hace unos meses, la relación familiar que había ya era pésima, aunque eso es ya otra historia… un día mi tío me ofreció el mudarme con él a la nueva isla de Yatsunova, en un pequeño apartamento cerca del Instituto, y aquí estoy.

> Sobre mi… no tengo mucho que decir, mi aspecto físico consta de 1.80m de altura, pelo castaño de forma ondulada, aunque si me lo dejo crecer se me riza, ojos color café y de peso medianamente normal. Luego, mi forma de ser es… poco atractiva para una persona en general, soy algo reacio con los demás, casi nunca estoy de acuerdo con la gente y tiendo a ser temperamental… Aparte, soy deportista, me apasiona el béisbol, y este año quiero apuntarme al club del instituto, también me encantan los videojuegos, sobre todo el rol. En fin, para que enrollarme más, no os voy a aburrir con lo mío.

- ¡Mark, espabila, o llegarás tarde al instituto! - Afirma el tío de Mark, que le intenta despertar con un meneo continuo en el cuerpo para hacer que reaccione.

Estaba en una pequeña habitación de pared blanca, bastante simple, con una ventana sin cortinas con vistas a la ciudad, una cama en la que estaba tumbada el chico junto a la ventana bastante desecha de moverse durante la noche, un escritorio con silla, lámpara y un portátil, y al lado de esto un armario empotrado.

- Joder tío Shinji, que pareces mi madre, déjame que duerma 5 minutos más, que tengo el instituto a dos pasos y aún queda media hora para que empiece. - Le responde Mark.

> El se preocupa mucho por mí, me tiene como si fuera el hijo que nunca tuvo… pero a veces pienso que es algo pesado haciendo el intento de parecer un padre/madre.

- Siempre igual, si es que... - Shinji se pone la mano sobre la frente haciendo un gesto de negación. Pues haz lo que quieras, yo me voy, tengo que trabajar, hasta luego. El tío sale de la habitación haciendo un gesto de despedida y cerrando la puerta.

> Pero todo hay que decirlo, paciencia tiene poca y se rinde en seguida, porque solo me lo ha dicho una vez y se cansó. En fin… ya que me ha despertado me visto.

El joven se levantó de la cama, todavía adormilado va hacia el armario para abrirlo mientras se esta frotando el ojo derecho con la mano acompañado de un bostezo.

> Como odio madrugar. Y no os voy a contar como me visto que sois todos unos pervertidos.

Éste se puso el uniforme del instituto. Consta una chaqueta negra de cuello alto con insignia y un pantalón conjuntado a color con la chaqueta, luego aparte se puso debajo una camisa negra que tiene una estrella en medio blanca.
> Al menos el uniforme es de mi color favorito, aunque la insignia es una horterada.


Mark salió de casa, no muy entusiasmado que digamos, más bien parecía ir un poco con mala gana, tal vez porque no pudo disfrutar de su descanso. Atravesó la calle entera hasta llegar al instituto, que lo tenía justo en frente, tan solo era bajar una cuesta hacia abajo. Perdería unos pocos minutos de su tiempo sin más.

Al llegar a la entrada, se fijo que la puerta era muy alta, comparable a la de una iglesia como aquellas de las que le hablaba su padre cuando vivía en Estados Unidos.

> ¿Para qué tan altas? Ni que fueran a venir aquí alguien a robar algo. - Se ríe.

Mark no se paró a observar el patio a pesar de los bonitos cerezos en flor que se encontraba, simplemente se dirigió a la entrada, hubo unas pocas personas que le saludaron, aunque no las conociera, sería por simpatía. Aún así pasó haciendo solo un pequeño gesto con la mano levantando el brazo. Justo cuando llega a la entrada
lo primero que ve es a un chico de pelo plateado que parecía ir despistado chocándose contra otro que estaba de espaldas.

> ¿Quién sería esa gente? no los conozco de nada ¿y el chico aquel? Me pareció curioso el color del pelo que llevaba, aunque menuda torta, en fin, voy al tablón para ver que clase me ha tocado… - Se descalza, deja sus zapatos en la taquilla, que estaban junto a la entrada, y se puso el calzado reglamentario – Que incómodo me está esto, por dios…

El pasillo del instituto era blanco, casi igual que afuera, muchas puertas correderas a los lados, y enfrente de las taquillas estaba el tablón, con los nombres repartidos en las distintas clases entre primer y tercer año.

- Veamos… a ver… los de tercer año… Mmm… ¡Aquí estoy! ¡¿Qué, la clase C?! -Exclama - Vaya asco, parece que me ha tocado encima con lo peor, la C, parece que le ponen C porque la B y A serán superiores… menuda decepción. – Se queja el joven de nuevo, pero esta vez lo dijo pensando en voz alta, los del alrededor que le oyeron se le quedaron mirando con mala cara, éste se intimidó un poco al ver que se dio cuenta de lo ocurrido, y se va lentamente cabizbajo por el pasillo.

> Menuda manera de empezar, seguro que alguno pertenecía a la misma clase que yo, siempre la lío…

El chico se dirigió para su clase siguiendo el mapa para poder guiarse por el sitio, tan solo tenía que subir a unas escaleras y a mano derecha en el pasillo la segunda puerta.

- ¡Anda, si tengo el servicio al lado, que suerte! - Asegura Mark y esta vez con una pequeña sonrisa.

Y al fin llega a su clase, éste abre la puerta y ve el aula muy vacía, el color de las paredes era igual al resto del colegio, tenía un suelo de madera, las mesas estaban todas separadas entre sí, estaban hechas de metal, luego cerca de la mesa del profesor había un escalón que llevaba a la pizarra para que los alumnos salieran, y tres ventanas. En ella se encontraba una persona que miraba absorta por la ventana sentada con unos cascos a los demás estudiantes que aún seguían por el patio. Tenía el pelo rubio, aunque con el brillo parecía mas bien castaño, su pelado era uno moderno japonés de los que suelen llevar los adolescentes hoy en día. Sus ojos eran bastante especiales, ya que cada uno era de un color distinto.

> Que corte… llegar de los primeros a clase, no se porque los demás siguen a fuera si quedan apenas minutos para que toque la campana… irresponsables. En fin, debería saludar al chico de la ventana, para ver si al menos no termino tan mal el día como he empezado allí en el tablón…

Mark se acerca poco a poco hasta donde estaba él, y le da un pequeño toque en el hombro para que se diera cuenta de su presencia. El adolescente se quita los cascos y se le queda mirando un poco extrañado.

- Hola, así que a ti también te asignaron aquí, eh… ¿Cómo que estás aquí solo? ¿Es qué eres nuevo por aquí?

- Hola, supongo… - Le dice el joven con un tono apagado.

- ¿Te pasa algo? Te veo algo desanimado – Le responde Mark.

- ¿Eh? No, nada, solo escuchaba música…

- ¿Te importa qué escuche lo que tienes puesto? Perdona si parezco algo atrevido… así nada más conocernos. - Le comenta Mark con una pequeña risa. - Solo es curiosidad.

- No hombre, claro que no, escucha – Éste se quita uno de sus cascos y se lo pone en su oreja.

- Mmm… oye, no está nada mal, incluso me suena de algún anime. Aunque no recuerdo cual. – Le comenta Mark mientras sigue escuchando por el casco.

- Yo no recuerdo ni tan siquiera la música que tengo en mi reproductor y ni porque tengo uno de estos. - Le responde el joven.

- Vaya, así que un tipo despistado, ja ja ja – Se ríe Mark con él.

> Eso es raro… ¿Sufrirá algún tipo de amnesia?

- Esto… se me olvidó presentarme, me llamo Mark, ¿Y tú? - Le pregunta él mientras se rasca la nuca con la mano.

- Yo… me llamo Yuuki, o al menos eso es el nombre que recuerdo… - Dijo el chico mientras le cogía el casco a Mark y recogía el reproductor de música.

- Así que Yuuki…

Las campanas que daban la señal de que comenzarían las clases pronto empiezan a sonar.

Ding dong ding.

Aqui dejo mi prologo, siento la tardanza, se que es un churro, pero en fin xD me enrolle un poquito y tendra mas de un fallo, asi que disculpad, ya podeis empezar el fic!

Silla doods!

[Sheldon]

Queria felicitaros a todos por el buen fic que estais haciendo en especial a Zero porque me veo reflejado en su personaje(xD) y a Viku, por ser tu primer fic y que te ha quedao mu bien ijjiij.

[Sombra]

Bueno, gente. Aquí está el primer capítulo de esta (espero que exitosa) historia de Persona. Sin mas dilacion, bienvenidos al mundo de los espejos...

Capítulo 1

Spoiler: Mostrar

[8/04/2014]

Seth llegó a su clase un par de minutos después de que la campana sonara. Era una amplia aula, bien iluminada, las paredes eran blancas y brillantes, el suelo era de madera impecable que daba un toque rustico a aquella estancia, frente al encerado (el cual era electronico) había una mesa grande acompañado de un asiento con aspecto mucho mas comodo que las sillas de los alumnos, sin duda era la del profesor, un corcho adornaba la parte del fondo de la clase aunque por ahora estaba completamente vacio a excepción de un par de hojas con los nombres y apellidos de todos los compañeros que tendría ese curso, finalmente un total de veinticiuatro mesas con sus respectivas sillas juntadas en pares de dos ocupaban todo el resto de la clase. Seth entró rapidamente sin prestar demasiada atención a ninguno de los compañeros que tendría, estaba exhausto por todas aquellas cosas raras que le estaban sucediendo. Si, sin duda era el cansancio, seguramente se desmayó y tuvo una pesadilla, era la única explicación racional que podía encontrarle a aquello. Y aunque fuera cierto...Lo único que podría hacer era actuar como si nada hubiera pasado.

Cuando Seth se relajó un poco comenzó a hacer un reconocimiento visual de sus compañeros de clase, la gran mayoria aparentaban no ser japoneses, seguramente esa isla sería un lugar internacional para juntarse la creme de la creme de la sociedad de todo el mundo. Multimillonarios que se deshacian de sus hijos enviandolos a esa isla, por suerte no todos eran de esa calaña, había gente normal y corriente...Como los dueños de restaurantes o tiendas y por supuesto los hijos de estes. Paró la vista en cuanto vió a un chico que le sonaba particularmente, estaba sentado solo en una de las filas de en medio callado escuchando música por unos auriculares conectados a su movil. Seth se acercó a el

-Disculpa-. Dijo Seth para llamar la atención de aquel individuo. El muchacho se quitó los auriculares y le miró con un gesto algo desagradable. Era el chico con el que había sido borde pese a que solo quería ayudarle.

-¿Que quieres?-. Preguntó despues de suspirar. Sin duda no quería saber nada de el, tendría que esforzarse para no llevarse mal con el.

-Solo quería disculparme por lo de antes...Estaba nervioso y no me encontraba demasiado bien ¿Puedo sentarme a tu lado?

-No pasa nada...Supongo que todos estamos un poco nerviosos, es nuestro primer día y casi nadie se conoce es normal que acabemos comportandonos así-. Le quitó importancia el chico.- Sientate-. Le ofreció echando hacia atrás la silla para que este tomara asiento.

-Seth Faith-. Se presentó tendiendole la mano.

-Roland Agna-. Le estrechó la mano con una calida sonrisa.

Tras la breve charla un profesor con cara de malas pulgas entró en el aula, rapidamente todos los estudiantes se sentaron en sus sitios esperando en silencio, el hombre, que rondaría los cincuenta años sonrió con una sadica sonrisa que amedrentó a mas de uno, se pasó su mano por su canoso pelo peinado hacia atrás para colocar varios mechones de pelo que se habían posado en su frente. Caminó en silencio hasta la mesa del tutor que había sobre la tarima frente al encerado y se aclaró la voz.

-Soy el profesor de Literatura y tutor de esta clase, Katsui Omunuichi. Para empezar la clase iré nombrando por orden de lista vustros nombres, os pondreis en pié y hablareis brevemente de vuestras aficiones y objetivos en la vida-.Su voz aspera y reseca hizo que un escalofrío recorriera a algunos de los alumnos de la clase. Sus ojos de un verde intenso se posaron sobre la hoja y fue leyendo el nombre del primero en la lista.

-Anarushi Akyo-. Llamó con su tenebrosa voz. Una chica sentada en la primera fila se levantó timidamente y con un hilillo de voz se presentó hablando sobre el lugar del que procedía originalmente y sobre sus planes de futuro.

Justo cuando la chica se sentó de nuevo el profesor volvió a llamar a un nuevo alumno.

-Agna Roland-.Nombró el hombre. El chico se levantó de golpe haciendo que unos pelos rizos de su cabello bailotearan ligeramente.

-Vengo de EEUU. Mi objetivo en la vida sería...Tener una vida normal con mis seres queridos y tener un buen trabajo para mantener a mi familia-.Roland habló todo lo tranquilo que pudo pese a que se notaba bastante tenso. Se sentó de nuevo suspirando, el profesor volvió a llamar uno por uno a toda la clase.

-Faith Seth-.Llamó con el tutor de la clase con su carraspeante voz.

-...Vengo de Nueva York, no tengo ningun plan de futuro todavía-. Seth se dejó caer de nuevo en la silla escuchando a todos sus compañeros, algo que podría sacar en claro es que la mayoría de sus compañeros eran unos egocentricos.

-Suzuki Hajime-.Dijo en voz alta de nuevo el maestro. Un chico que estaba justo detrás de Roland se puso en pié con una mirada de superioridad.

-Presente-. Contestó al profesor para posteriormente volverse a sentar.

-¿No piensas hablar sobre ti?-. Preguntó el profesor. El chico, el cual parecía haber esperado la pregunta volvió a hablar.

-Esta presentación no es más que una perdida de tiempo, solo la hago corta para acabar antes-. Respondió, el profesor le miró con desprecio, cerro los ojos seguramente para no echarle la bronca a nadie el primer día y continuo con la presentación.

El timbre sonó justo cuándo el úlimo de la lista, un tal Zaws Erld, se sentó. El profesor dejó la lista en la mesa y se echó hacia atrás unos mechones de su blanco cabello. Miró con cierto desprecio a su clase, seguramente pensando que eran todos unos inutiles o algo peor y se fué como un rayo.

-Voy un momento al cuarto de baño-. Informó Seth a su nuevo amigo.

-Si, yo también voy. Estaba bastante nervioso y me entraron bastantes ganas-. Sonrió.

Los dos salieron de la clase 3-B y caminaron hacia el cuarto de baño, el cual estaba pegado a 3-A. Un grupo de chicas paradas alrededor de la clase impedían el paso, al parecer todas ellas hablaban animadamente sin darse cuenta de que molestaban allí paradas. Los dos trataron de atravesar al grupo por un lado cuando una de las chicas, la cual llevaba una gorra verde se puso justo enfrente con los brazos cruzados mirandolos con una sonrisita que parecía una burla, todas las chicas miraron la escenita riendose con una risa estupida.

La chica de la gorra empujó a Roland sin previo aviso.

-Uy, lo siento-. Se disculpó falsamente la bella chica. Roland se incorporó y la apartó de un fuerte empujón que la tiró al suelo haciendo que la gorra se le cayera y el pelo se le revolviera por completo. La chica miró con profundo odio a aquel que había osado enfrentarse a ella mientras se colocaba el pelo y recogía su gorra, Roland pasó por el medio del grupo apartando a las chicas a empujones mientras que Seth le seguía sin llegar a empujar a ninguna de ellas, cuando lograron atravesar al grupo de chicas entraron al lavabo el cual estaba impecable.
Seth y Roland entraron en dos de las cuatro cabinas de vaters que había en aquel baño. Seth fue el primero en salir y en dirigirse a lavarse las manos, observó atentamente su reflejo, sin duda lo que le pasara antes en el baño de la planta baja había sido una pesadilla provocada por el cansancio. La mente humana podía jugar muy malas pasadas en algunas ocasiones. Un chico que llevaba a su espalda una funda de guitarra entró en el baño, con una cara bastante animada. Seth recordó haberlo visto en el patio tocando en el cesped del instituto un poco antes de que tocara el timbre.

-¡Buenas!-.Saludó alegre y con confianza, como si lo conociera de toda la vida con un claro acento británico.

-Hola-.Respondió por educación pese a que no sabía si era un idiota que se hacía el simpatico para hacer alguna clase de broma como la de la chica de antes o si era una buena persona que solo quería hacer amigos.

-He visto lo que le habeis echo a aquellas chicas, se lo merecían-. Rió.-Son un poco idiotas e insoportables, en clase durante la presentación hablaban y criticaban a todos los que se levantaban para presentarse-.Se quejó, Seth dedució al momento que a el también le habían tocado la moral de alguna manera, aunque desconocía como pensó que no era ninguna mala persona.

-La verdad es que si son un tanto imbeciles, debe de creerse la reina del instituto o algo-.Le dió la razón.-Entonces tu debes de ser de la clase 3-A ¿No? Al menos esa chica parecía ser de aquella clase-

-¡Afirmativo! Soy de esa clase. ¡Jack Osiris!-. Se presentó.

-Seth, Seth Faith-.Sonrió.-¿Tocas la guitarra electrica?-. Preguntó por curiosidad.

-Si, quiero montar un grupo o algo, si conoces a alguien que sepa tocar algún instrumento o cantar avisame-. Pidió .- Bueno, me largo a clase, ya nos veremos en otro momento-.Se despidió corriendo hacia la salida con una amplia sonrisa.

-Vaya energia tiene-. Suspiró. Le había sorprendido que no tuviera pinta de típico niño pijo y mimado, quizas era el hijo de algún trabajador de una tienda o algo así y por eso no parecía un idiota como la mayor parte de los estudiantes de aquella academia.

Tras unos segundos de silencio, solo escuchandose el sonido de algo pesado cayendo sobre el agua del interior del retrete Seth se giró y se miró otra vez en el espejo, lo que vió le asustó como nunca pese a que no gritó, solamente su corazón se aceleró descontroladamente como si fuera a salirsele del pecho. Donde debía de estar su reflejo, vió a otra persona que sin duda no era el en su lugar había un hombre que no superaría por mucho los vente años vestido de traje como el de un empresario, rubio y alto con los ojos entre marron y verde le miraba desde el otro lado del espejo, Seth movió un brazo y pudo ver como aquel reflejo hacía justo lo que el había echo. Se frotó los ojos y volvió a mirar al espejo, solo veía su propio reflejo ¿Había vuelto a imaginarse cosas?. El ruido de una cadena de vater alertó que Roland había acabado de usar el baño.

-Ufff...Que a gusto se queda uno después de cagar como dios manda-. Sonrió dirigiendose hacia el.
¿Debería de contarle lo que acabava de ver? ¿O mejor se lo callaba para si mismo para que nadie le tachara de loco?

Decidió no pensar mas en eso y actuar como si nada pasara. Tras acabar las clases Seth volvió a casa solo, Roland le había dicho que le acompañaría si no fuera porque vivía en la residencia del instituto.

Nada más entrar dejó los zapatos en un zapatero justo a la entrada y los cambió por un par de zapatillas bastante comodas. Se dirigió a la sala desde donde venían varias voces masculinas.

-No comprendo como alguien puede desaparecer de esa manera-. Decía la voz más grave.-Esta isla tampoco es tan grande como para llegar a esos extremos, y si hubiera salido de la isla alguien lo habría visto-. Continuó esa voz.

-Tampoco podemos negar un posible secuestro o en el peor de los casos un asesinato-. Contestó una voz que pudo identificar como la del señor Fukushima.

-Buenas tardes-. Saludó Seth entrando en el salón en el que dos hombres, vestidos con el uniforme de la policía hablaban con su padrastro seguramente sobre algún caso importante.

-Ah, hola Seth-. Respondió.- Este es el hijo de mi esposa del que os hablé antes-. Le presentó.

-Un placer-. Dijo mostrando un gesto agradable con la cara.-Disculpad mi atrevimiento, pero ¿A pasado algo?-. Preguntó.

-Si, denunciaron que anoche desapareció una persona-. Uno de los policias le pasó una fotografía del supuesto desaparecido.- Si te suena haberlo visto avisanos cuanto antes, cualquier pista podría significar mucho-. Habló el policía de la voz grave.

Seth miró la foto, se trataba de un hombre rubio de ojos de color verde y marrón, vestía un traje como el de un empresario. Estupefacto se llevó la mano a la cara para cubrirsela ¿Era acaso una broma de mal gusto que le estaban haciendo? Ese hombre, era el de esa mañana, el del reflejo en el espejo.

-No, no me suena-. Mintió a la vez que devolvía la fotografía ¿Quien creería que vió a ese hombre por un espejo del instituto? Le tomarian por un loco o por un bromista de mal gusto.

[Jeanne24]

Buen capítulo x3 Tengo ganas de hacerme con los carácteres de los personajes y tal.¡Buen capítulo! Me encantó lo de las pijas...yo lo hice alguna vez,lo reconozco. xDDD
¡Saludos,hamijos! Seguro que este fic sale genial.