Habemus CAP. Dejaré con un poco de intriga. JEJE. Soy malo.
[spoiler] CAP 3: El principio del fin
-Xe-Xehanort?-Preguntaron los tres al mismo tiempo.
-Si. Veo que su nombre se recuerda incluso ahora. Eso no es muy bueno. Se convirtió en una leyenda.
-No es eso. Xehanort era uno de los aprendices de Ansem el Sabio.
Al oír eso, la cara de Ven cambió.
-Xehanort…El anciano Xehanort…Aprendiz del GRAN ANSEM?!
-Anciano?-Preguntó Riku.
-Ese vejestorio engañó al GRAN ANSEM para que le enseñara. Será….
-Esto…-Interrumpió Kairi.
-QUE?!
-Que el Xehanort que fue aprendiz de Ansem el Sabio era muy joven.
-Eso no es posible. Xehanort era de los más ancianos Maestros.
-Pues el aprendiz era joven. De eso estamos seguros.-Respondió Sora.
-No comprendo. Hay algún método para rejuvenecer 60 años en este tiempo?
-Pues no…Que sepamos.
-Esto es muy raro…Bueno. Olvidémonos de eso. Seguiré contando. Después de estar entrenando en varios mundos, volví a Vergel Radiante. Allí, me emboscaron y quedé malherido. Allí me encontré a alguien que no esperaba encontrar. Era Terra, mi antiguo compañero. Al parecer, él también se emfrentó una vez a Xehanort. Y, al parecer, también había perdido. Él me rescató y me llevó junto al Consejo. El Consejo era el consejo que se encargaba de mandar sobre los Maestros. Nuestro Maestro, presente allí, votó por encargarnos a Terra, a Aqua, mi otra compañera, y a mi a luchar contra ellos en tres meses. Durante ese tiempo, Terra se volvió increíblemente fuerte y pudo vencer al aprendiz de Xehanort. Pero, al vencerle, descubrió algo. El aprendiz de Xehanort era Kyo. Bueno, más bien su sincorazón. O eso creemos. Era una cosa rara, ya que seguía con su cuerpo…En fin. Después de que Terra derrotase parcialmente a Kyo.
-Espera, espera. Como has dicho que se llamaba?
-Kyo. Kyo Yagami. Era el último heredero del clan Yagami.
Entonces, el trío empezó a susurrar. Como era posible que Kyo estuviese aquí y hubiese luchado en el pasado y no se acordase?
-Que os pasa. Al oír ese nombre os habeis quedado como piedra.-Comentó.
-Es que…-Comenzó Kairi a explicar.
-Digamos que alguien llamado Kyo Yagami vino a las Islas del Destino recientemente.-Continuó Riku
-Que?-Preguntó sobresaltado. Su cara cambió de golpe.-Entonces todo comienza ahora. Decidme: Tiene en el pelo el flequillo de color blanco.-Preguntó e instantáneamente asistieron con la cabeza.
-Que pasa, que no me entero de nada?-Preguntó Sora.
-Que todo comienza ahora. Las profecías se empiezan a cumplir. Debemos apresurarnos.
Ven se levanta y hace señas para que hagan lo mismo. Luego, los dirige por un pasillo de ese castillo tenebroso y llegan a una puerta. Esa puerta tenía símbolos grabados. Y, además, a cuatro personas con llaves dibujadas entrando por esa puerta.
-Esta puerta es el principio y el fin de todo. Debeis entrar.
-Tu no vienes?-Preguntó Kairi.
-Yo no puedo entrar ahí ya. Mi tiempo ya ha concluido. Ahora os toca a vosotros.
El trío, obedeciendo a Ven, entró sin rechistar. Allí, les esperaba una sorpresa.
Mientras, Kyo apareció en un lugar extraño. Era muy blanco y parecía un castillo. Todo el jardín estaba decorado con extrañas figuras. Despacio, sin prisas, se acercó a la puerta más cercana y caminó por los enormes pasillos, también blancos, hasta pararse en una enorme puerta de color blanco. Preguntándoselo dos veces, por si acaso, abrió lentamente la puerta. Echó una mirada y vio a pequeños seres con aspecto de animales. Entró con cuidado y se acercó a los que estaban hablando.
-Hola?-Dijo, esperando respuesta.
-Oh!Un visitante!Hola.-Respondió el que parecía un pato.
-Ahiak!Tenemos visita, Majestad.-Dijo el que parecía un perro al ratón.
-Vaya. No nos suele visitar nadie.-Dijo el más pequeño, con aspecto de ratón, apareciendo detrás de los otros.-Anda, tu cara me suena. Pero de que?
Entonces el ratón empieza a pensar. Su cara se iluminó de golpe. Y, entonces, se volvió muy brusca.
-Tú eres…Privaron Espada Kyo Yagami.-Contestó, sacando su dorada llave.
-Que soy que? Creo que se equivoca. Aunque dice lo mismo que el tipo de la armadura. Privaron Espada…¿Tu sabes algo de esto, ratoncito?
-No le llames ratoncito!-Le gritó el pato.-Es su Majestad, el Rey Mickey Mouse.
-¿Un Rey? Creo que a todo el mundo le gusta tomarme el pelo. Los reyes no suelen ser…como decirlo…más altos y fuertes?
-Cuidado con tu vocabulario, chico. No digas eso o te las verás con nosotros.-Le amenazó con su bastón el pato.
-Vale…Vale. No quiero que me pinches con el bastoncito. Vale. Ahora en serio. Quienes sois?
-Yo soy Donald, el mago de la corte.-Dijo el pato
-Ahiak! Yo soy Goofy.-Dijo el perro.
-Y usted es el Rey. Ya…Creo que estoy en un sueño de nunca despertar de esos.-Dice mientras se pellizca.-Mierda, entonces, si no estoy dormido, estoy loco. Animales que hablan.
-No estás loco. Hielo!-Dice el pato, ahora lanzando una bola de hielo de su bastón y casi dándole a Kyo.
-Veamos…Examinemos la situación. Un pato me acaba de lanzar hielo de un bastón. Ahora si estoy convencido de que estoy loco. Quereis hacer el favor de matarme ya para poder vivr en paz allí arriba.
Entonces, Donald, Goofy y el Rey se juntaron para hablar en secreto. Kyo miraba el techo. Era como querer estar en el cielo.
-Bien. Después de conversar debidamente, hemos descubierto que no estás loco.-Dijo el pato.-Pero si creemos que deberías ir al psicólogo.
-Donald, no seas así. Bienvenido al Castillo Disney, muchacho. Yo soy el rey. Me llamo Mickey Mouse.
-Vale, vale…Dejadme tomar aire y…Ya está, mejor. A ver, podeis empezar a explicarme por que al meterme en esa cosa aparecí aquí?
-Que cosa?-Pregunta el rey.
-Pues el agujero que hizo el tipo de la armadura.
-Armadura? Terra…Ya te encontraste con él.
-Si. Y era un tipo de lo más raro. Pensaba que lo había visto todo, pero hoy…La llevo ganada. Vi más cosas raras que en toda mi vida.
-No somos cosas raras. Somos seres vivos.-Respondió Donald.
-No hay tiempo que perder ahora. Kyo, ven conmigo.-Le dice el rey.
Kyo, desconcertado, le siguió. Bajaron por unas escaleras debajo del trono y llegaron a un cristal. Allí, se veía una holografía de una mesa circular con varias personas sentadas alrededor.
-Por fin llega, Rey Mickey.-Dice una de esas personas.
-Hacía mucho que no nos reuníamos, verdad?
-Pero que mierda pasa aquí?
Mientras, Sora y los otros entraron en la habitación. Allí, había una mesa redonda. Entraron y se pusieron en el centro de la sala.
-Nos hacen entrar para nada… Pues vaya.-Se queja Sora.
-No es para nada, Elegido.-Dice una voz.
Entonces, todas las sillas vacías se llenan con hologramas.
-Que mierda?-Dice Sora.
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