Publicado: Mié Jun 10, 2009 5:12 pmOye, pues el capítulo está muy bien ^^ ¡Continúa cuando puedas, quiero que desveles secretos!
[center]Capítulo 16 Día en la mansión [/center]
—Félix… Estoy dispuesta a decirte todo…
—Xion… ¿Estás… estás llorando? Si es por algo que hice…
—¡No! Tú nunca me harías nada malo… —interrumpió Xion, ladeando un poco la cabeza.
—¿Entonces? ¿Te… sucede algo malo?
—La red de mentiras no tardará en atraparme.
—¿Mentiras?
—Escúchame. Yo no…—se dio la vuelta— yo no soy un Incorpóreo.
Félix sintió como si le hubieran electrocutado. ¿Xion no era un Incorpóreo? ¿Entonces qué…?
—¿No…? ¿Entonces…?
—Soy otro ser… Algo de lo que jamás se ha hablado. Soy una Pensamiento.
—G-g-gah. Perdón. Haberme mentido no debe de avergonzarte. Pero, ¿qué son en sí los Pensamiento?
—Debo hacer esto…
Xion dio un salto enorme, cayendo de pie en el borde del muro. Unas luces empezaron a brillar en el suelo. Empezaron a salir una especie de lobos brillantes, de dos colas. Brillaban como si la luz de la luna se reflejara en su pelaje. Los dientes, tan afilados como las dagas de Félix, parecían estar hechos de espejos, por la luz que irradiaban. Los ojos, en cambio, no tenían brillo alguno, como los de un cadáver.
Música: The Encounter
—Se llaman Pecados. Y tienen hambre. Por cada siete pecados que derrotes, te contestaré una pregunta.
—¡¡Xion!! ¡¿Qué estás haciendo?!
Un Pecado se lanzó sobre Félix, con las fauces abiertas. El chico se lanzó hacia un lado, mientras hacia aparecer sus dagas azules.
—¡¡A mí!! —gritó el muchacho, alzando la mano. Varios portales de oscuridad se abrieron, dejando salir a tres Gárgolas de Diamante.
Félix se lanzó contra la primer horda de Pecados. Cinco, para ser exacto. Flotó un poco y encajó la daga derecha en la nuca del Pecado más cercano. Utilizándola como soporte, giró e hizo lo mismo con la segunda daga, en otro Pecado. La usó de nuevo como apoyo y saltó, materializando la espada blanca. Se dejó caer, atravesando a otro Pecado en el lomo. Dio otro salto, levitando un poco y tomó las dagas, luego le rebanó la cabeza a una criatura más. Lanzó las dagas al aire, tomó la espada y la metió dentro del hocico del último enemigo.
Las Gárgolas ya se habían ocupado de otros tres Pecados, subiendo la cuenta a ocho.
—Bien. Contesta, ¿qué es un Pensamiento? —preguntó Félix, lanzándose contra más Pecados.
—Pensamientos. Seres del cuarto camino, el Eclipse. Hechos a partir de los recuerdos, personalidad y habilidades de un ser engullido por la oscuridad.
—Y tú eres uno. Bien. Segunda pregunta —dijo Félix, después de decapitar al décimo cuarto Pecado— Explícame sobre el Eclipse.
—Los cuatro caminos. Luz, por el que caminan los Existentes; Oscuridad, morada de los Sincorazón; Crepúsculo, hogar de los Incorpóreos. Eclipse, de los Pensamiento. El Eclipse es en una convivencia entre Luz y Oscuridad.
—Como el Crepúsculo. Diecinueve…
—No. El Crepúsculo es una mezcla de Luz y Oscuridad, mientras en el Eclipse uno se impone sobre otro, pero ambas esencias siguen juntas. Los ignorantes la equivocan con el Crepúsculo.
—Je. Gracias por llamarme ignorante —se lanzó sobre otro Pecado encajando la espada en el lomo. <Treinta>— ¿Cualquier esencia puede imponerse a la otra? Si es así, ¿hay alguna diferencia?
—Sí. Si la luz se impone sobre la oscuridad, nace un Pensamiento, liderado por la luz. Pero si la oscuridad domina a la luz, se crea un No-Nacido.
—Bien, entonces la otra pregunta…
—Esas fueron dos, Félix.
—Maldita sea… ¡¡Piro!! Treinta y cinco. ¿Cómo sabes el nombre de mi “otro”?
—Mi conexión con los recuerdos de Sora. Ésa es la razón.
—¿Sora?
Embistió contra otro Pecado, esta vez rebanándole las patas. Una de sus Gárgolas escupió la masa anti-gravedad, haciendo que cinco pecados flotaran en el aire. Los mutiló sin piedad.
—Cuarenta y tres. ¿De quién eres Pensamiento?
—Yo… Soy… Por decir algo, una mestiza.
—¿Qué? No comprendo. Cuarenta y… ¡cinco!
—Soy una mezcla de… Sora y Kairi…
—¡¡¿Quéeeee?!! —Félix dejó de luchar contra los Pecados. Simplemente, no podía creerlo. Tanto tiempo identificado con ella. Era por Sora. Seguramente Naminé lo había sentido…
—¡Arg! —Félix se había descuidado y un Pecado le había mordido la pierna izquierda—. ¡¡Maldito!! —le encajó la espada entre los ojos. El Pecado se deshizo, dejando un plasma de color negro, con manchas blancas y brillantes.
Música: Tema de Xion
Xion bajó de donde estaba. Se lanzó a los brazos de Félix, mientras se echaba a llorar.
—Perdóname. Es el… instinto… No quería…
—Descuida. Todo está bien ahora. Última pregunta: ¿Por qué estabas en la Organización XIII?
—Las… Llaves… Xemnas las quiere… Cada Llave tiene un núcleo… de donde viene el rayo… Xemnas quiere forjar…. una hecha enteramente… de núcleos…
—Xemnas. Maldito idiota.
Xion se limpió las lágrimas con la manga de su capa. Abrazó más fuerte a Félix, como si estuviera buscando ayuda.
—Yo… no me separaré de ti. Detendremos a Xemnas, juntos.
—Gracias, Xefil.
—No. Ahora llámame Félix. Ese soy yo.
—Ji. Gracias, Félix. Y por haber derrotado más de cincuenta No-Nacidos, te ganaste un premio.
Se puso de puntillas y puso sus labios sobre los de Félix. El chico se sorprendió, pero, para no herirla, no se separó. Le fue tan raro verla de cerca, que no pudo cerrar los ojos.
—Perdón —dijo la chica, después de separarse. Se dio la vuelta y corrió hacia la mansión.
—¿Ella… acaba de…?
Música: Lazy Afternoons
—Despierta. Es hora de levantarse.
Se tapó más con la sábana, cubriendo su cabeza.
—Dije: Ya es hora.
Jaló aun más. Se puso la almohada sobre la cabeza.
—¡Despierta, maldita sea!
Riku retiró la sábana de un tirón, haciendo a Félix caer de la cama. El chico se sentó en el suelo, sobándose la coronilla, mientras se quejaba. Se pusó de pie, sin soltarse la cabeza. Irritado, le gritó a Riku:
—¡¿Cuál es tu problema, coño?! ¡¿Por qué siempre haces eso?!
—Deberías aprender a levantarte con el alba.
—Con la Organización tenía un despertador decente…
—Pero ya no estás en la Organización. Vístete. Hoy entrenaremos armas de filo.
—¿De nuevo? Pero si ya practicamos…
—Hace dos días —interrumpió Riku— Sabes la rutina: Armas, magia, físico. Armas, magia, físico.
Félix se quejó de nuevo. Ya llevaba una semana en aquella mansión. DiZ y Riku seguían con su proyecto, aunque éste último siempre tenía tiempo para entrenar con Félix y Xion.
Naminé aún seguía intentando investigar el asunto del reloj, pero todavía no había avances. La chica siempre estaba dispuesta a recibir a Félix en su pequeño laboratorio, en la última habitación del subterráneo.
Al muchacho ya se le había formado una pequeña rutina en el poco tiempo que habia estado allí: Riku le levantaba, y nunca faltaban los golpes. Iban a entrenar durante una hora, turnando los disintos tipos de entrenamiento. Luego se daban una ducha e iban a desayunar (DiZ decía que entrenar después de comer es malo, pues el cuerpo necesita energía para la digestion). Félix acompañaba a Naminé el resto de la mañana, hasta la hora de comer. Alrededor de las dos de la tarde, Xion invocaba a varios Pecados para que Félix entrenara un poco más. Iba con Naminé un poco más, luego volaba alrededor por una media hora, para finalmente ir con Xion a comer helado a la Torre del Reloj. Se daba otra ducha y terminaba el día, para repetirlo todo de nuevo a la mañana siguiente.
—Anda. Xion seguro que te espera. ¡Ea, ea!
—Mj. Soy un Incorpóreo y ella… ella también lo es. Simplemente no puede haber nada.
Después de una semana, Xion parecía haber olvidado lo del beso, aunque Félix estaba seguro que era imposible. Ahora sí que estaba confundido. Esa extraña sensación que aparecía cada vez que veía a Naminé ahora era mucho más fuerte. Pero después de lo sucedido con Xion, no sabía qué era lo que debía hacer.
—Sal de tu mundo. Es hora de entrenar, rata del desierto —le dijo Riku, lanzándole la ropa a Félix.
Música: Night of Fate
—Bien, Romeo. Protege el filo —dijo Riku, pasando el dedo por la “Devora-Almas”, que era el nombre de su espada.
—Reflejo —dijo Félix, mientras pasaba su mano por el filo de su espada. Hizo lo mismo con las dagas.
Xion estaba sentada en el muro. Observando a los dos muchachos. Por un momento, su mirada se cruzó con la de Félix, pero ambos la retiraron al instante.
—Adelante —dijeron al unísono.
Los dos chicos corrieron hacia delante, con las armas en alto. En el último momento, Félix se desvió hacia un lado, giró, y terminó la vuelta tratando de golpear a Riku con el filo. El otro chico dio un salto en el segundo justo, haciendo que, por su propia fuerza, Félix perdiera el equilibrio. Flotó antes de estrellarse contra el suelo, pero le dejó completamente vulnerable. Escuchó el silbido del aire, mas el hechizo hizo efecto y, antes de que la espada le golpease, la magia bloqueó el ataque. Sin embargo, aunque el filo jamás llegue a tocar la piel, el hechizo no puede detener el impacto por completo, por lo que aun así se recibe un fuerte golpe.
—¿Qué es mejor? ¿Un golpe en el rostro o una espada en la espalda? —se burló Riku, regresando a su posición original.
Félix volvió a lanzarse, intentando golpear a Riku. Las espadas golpearon filo contra filo, haciendo saltar chispas. Ambos hicieron fuerza, intentando repeler al otro.
Finalmente, Riku bajó un poco la espada y la atascó en la empuñadura de la de Félix. Se la quitó de un tirón y la lanzó lejos. Félix materializó las dagas y volvió a atacar a Riku. El muchacho bloqueó el ataque con una fuerza sorprendente. Félix flotó hasta atrás y lanzó una de sus dagas.
La punta aprisionó la manga de Riku contra la pared. Félix lanzó la otra y atrapó la otra manga de su oponente. Flotó hasta donde estaba su espada, la tomó y se colocó frente a Riku.
—Muerto —dijo Riku.
—¡¿Qué?!
Félix miró hacia arriba, donde la Devora-Almas estaba suspendida, sostenida por una esfera de oscuridad.
—Hora de comer.
Félix desmaterializó sus armas y se fue caminando hacia la mansión, no sin antes soltar una maldición.
Música: Naminé
—¿Naminé?
—Pasa, Félix.
El chico abrió la puerta y entró al pasillo, blanco, como la habitación de la chica. En el pasillo descansaban varias cápsulas en forma de flor, que Naminé usaba para reestablecer recuerdos.
La chica estaba haciendo unos apuntes en el cuaderno, mientras observaba el reloj de muñeca, que se encontraba en una pequeña mesa.
Félix no podía dejar de verla. Cada vez que ella se giraba, él fingía ver con atención los apuntes, pero volvía a observarla cuando ella retiraba la mirada.
—¿Algún avance?
—No, aún nada.
—¿Y Sora?
—Avanza a buen ritmo. No tardará en despertar, calculo tal vez un mes.
Félix miró al final del pasillo, donde había una puerta, tan blanca como las demás. Jamás lo había visto, pero sabía que Sora dormía en una cápsula, dentro de esa habitación.
Pensar que Xion dormía a sólo unas habitaciones de donde se encontraba su ser original.
—Nami —después de unos días, Félix ya sentía la suficiente confianza para ponerle un apodo.
—¿Sí?
—Vamos por un poco de helado.
—Quisiera pero… el proyecto de DiZ ya está muy avanzado, no puedo perder tiempo ahora.
—Ya… Te traeré uno de sal marina, entonces. Hasta luego.
Félix salió y cerró la puerta tras de él. Su primer intento había fallado.
Música: Félix
Se sacudió el plasma restante del último Pecado y se tiró de espaldas al suelo.
—Aero.
El aire circuló a su alrededor, refrescándole.
—Te gusta volar, ¿cierto? —preguntó Xion, que estaba sentada en el muro, como siempre.
—Me encanta. Es lo… —se levantó dos centímetros del suelo, sin cambiar su posición—…. mejor.
Xion rió un poco. Sin saber por qué, Félix también soltó una carcajada.
—Me preguntó por qué a la gente les asusta el volar… ¡Auch!
Félix se había dejado llevar y se había golpeado la cabeza contra una de las estatuas del jardín.
—Más cuidado, jiji.
—Ah, qué gracioso. Ou… ¿Para qué quiere DiZ éstas estatuas si nunca sale?
—Son trampas para tontos.
Félix soltó un gruñido. Sumó más fuerza al hechizo, aumentando la altura.
—Bien, vamos a comer helado.
—Voy volando.
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1- Música de Félix por: max05233157 (Sí, tengo su permiso xD)
2- Este capítulo es relleno, francamente xDDDDD Muy fea, la segunda parte.
3- Secreto de Xion desvelado (Mi teoría antes de 358/2 Days)
4- La música vuelve e_e DEBEN escuchar el último tema.
5- Disfrútenlo (Yo no lo hice D: )
Zero says: Cya!
