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Índex de episodios
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1x02
1x03
1x04
1x05
1x06
1x07
1x08
1x09
1x10
1x11
1x12
1x13 & 1x14
1x15
1x16
1x17
Arts
Hawk
Cuerpo entero (1ª Temporada):
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Primer plano de la cabeza (1ª Temporada):
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Explicación
"KHWorld: Nueva Generación", o KHW: NG, es un FanFiction basado en este foro. Los personajes que salen en él son los usuarios de aquí y, los parajes que visitan, los sub-foros y temas que hay en él. Pero no, no es un Fic en grupo.
La historia hay que ir viéndola. Se trata de un FF de acción con toques de humor barato, aunque gracioso. Se ha puesto como si de una serie se tratase.
Espero que os agrade y os haga pasar un buen rato. [center]“Narrador STuDios” presenta…
Con la colaboración especial de KHWorld…
Y la ayuda de “Chocolatinas Willy Wonka”…
KHWorld
Nueva Generación
Episodio 1x01
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“Un corazón malvado es como un corazón vacío”.
El joven hizo una mueca y se bajó de la moto. Iba vestido con una cazadora que ondeaba al viento fuerte que había, de cuero y color negro. Su cabeza estaba tapada por un gran casco rojo que no pegaba con la moto, y llevaba guantes de piel oscuros. Sus botas marrones comenzaron a caminar por la carretera, acercándose hacia un cartel en el que ponía esa frase tan fría. No había nada más allí, excepto tierra y un paraje naranja.
Sacó su móvil de la cazadora y comprobó un mensaje de texto. Maldijo a los padres de alguien y se lo guardó en un bolsillo, enfadado. Se acercó a la moto y se apoyó en ella, mirando al cielo. Se quitó el casco y se pasó la mano por el pelo, muy corto y de castaño claro. Su nariz sobresalía, algo larga, y sus ojos, pequeños y de color café.
Miró a su alrededor y maldijo otra vez. Una tormenta de arena se acercaba desde el sur, lo que hizo que odiase más al “amigo” que le había entregado la información. Sacó el móvil y ojeó un poco la agenda, preguntándose a quién podía llamar para saber adónde dirigirse. Se detuvo ante el nombre en clave de “Axelpower”, y se acordó de su madre. Por su culpa estaba allí, tirado en la nada, buscando una ciudad fantasma.
Finalmente, decidió llamar a Terra, antiguo compañero suyo. Pulsó el botón de llamada y esperó a que cogiera el teléfono.
-Hola, ¿dígame? –contestó Terra con voz de poco interesado.
-Soy yo, Hawk.
-¡Hawk, cuánto tiempo! –Se alegró su amigo al oír su voz-. No reconozco tu número. ¿Te has cambiado de móvil?
-Sí, es un móvil independiente. Los Alquimistas cayeron y me cogí uno. La factura es algo cara, pero sobrevivo.
-Ah, sí, la caída. Tengo entendido que volvieron a levantar el Clan.
-Pero sin GodAnsem no me interesa –se lamentó; le echaba de menos, hacía tiempo que no le veía-. Oye, verás, estoy jodido. Compré un poco de información sobre una ciudad y resulta que he acabado tirado en mitad de un desierto donde no hay nada, y una tormenta de arena se acerca. ¿Puedes mirarme dónde está la ciudad más cercana?
-Oh, Hawk. No puedes salir de misión sin un GPS.
-Tú siempre tan pesado. Cuestan una pasta, ¿para qué los quiero?
-Algún día necesitarás uno de verdad –le riñó Terra-. A ver, ¿qué coordenadas tienes?
Hawk sacó un mapa del bolsillo y señaló su posición.
- Latitud 40° 29' 54.3474 norte, longitud -3° 30' 37.0074 oeste…
-Vale, dame un minuto… Vale, de acuerdo. Tienes un pueblo abandonado cerca de allí, llamado… Programa de Edición de Imágenes… Está hacia el noreste.
-Siempre me he preguntado quién coño pone los nombres de las ciudades de este país –señaló con una risa-. En fin, gracias, Terry. Si necesito algo más, te llamaré.
-Un placer, tú llámame cuando sea. Pero ten cuidado con los Sincorazón, ¿eh?
-No te preocupes –dijo mientras colgaba el teléfono y se subía a la moto.
El pueblo estaba completamente abandonado. En la entrada no habría más de diez edificios, todos con las ventanas tapadas por tablas de madera. Al fondo había una estación de gasolina, pero ya la comprobaría cuando tuviese tiempo.
La tormenta de arena comenzó a arreciar, y levantando un poco la moto, embistió contra la puerta de un edificio. Cargándose las tablas que tapaban la entrada, entró y se detuvo, mirando a su alrededor. Se quitó el casco y se aproximó a la entrada, la cual cerró con un golpe. Se acercó a su vehículo y lo apoyó en la pared, con cuidado de que no se hiciese ningún rasguño.
Miró a su alrededor e hizo una mueca. Se trataba de un hall, seguramente de un hotel, y no había nada allí. Seguramente, algún saqueador se habría pasado por allí y habría cogido todo lo de valor. Se dio una vuelta y se acercó al mostrador, completamente vacío, con las llaves de las habitaciones al fondo. Se quedó mirando el timbre de mesa y, como un niño pequeño, lo pulsó varias veces.
-“¿Dígame?” –Dijo él mismo, saltando al otro lado de la recepción-. Oh, sí, verá, me gustaría hospedarme aquí está noche. “¿En serio? Pues mire qué suerte, tenemos la suite especial que tendrá que compartir con Yoko Ritona, y debido a que usted es el cliente un millón, dormirá aquí gratis…” –cogió las llaves de la suite, contento-. ¡Oh, vaya, qué suerte! Pues muchísimas gracias…
Se giró y vio un Sincorazón Sombra en la mesa de recepción, que saltó hacia él. Se tiró al suelo, esquivando el monstruo, y sacó una pistola de la cintura con la que le disparó, derribándolo al suelo.
-Dios, qué susto –susurró, mientras se guardaba la pistola-. Tendré que andarme con ojo.
Se acercó al ascensor y pulsó al botón de llamar, pero no contestó. Se dio cuenta de que no habría electricidad, y se maldijo al haber cogido la suite. A pesar de ello, comenzó a subir escaleras arriba, aguantando el peso de su alma y su orgullo. No se encontró gran cosa, sólo un par de Sombras bastante molestas.
Finalmente llegó a la suite, respirando con fuerza y cansado. Abrió la puerta, la cerró de un golpe y se tiró en la cama, con forma de corazón y vacía. Veinte pisos. Veinte malditos pisos subidos andando.
Y, cansado, se quedó dormido allí mismo.
Se despertó de golpe, ya de noche, con una cara completamente desconocida delante. Su primera reacción fue coger su pistola y apuntar a la cara a aquel joven. Se trataba de un chico, de unos 16 años, con cara de tonto y pelo marrón claro con puntas por todas partes. Iba con ropas negras y bastante extrañas, pero lo peor eran sus zapatos. De color rojo bastante llamativos, que debían medir… ¿Medio metro? ¿Más?
-Eh, eh, tranquilo –dijo el joven, con las manos en alto.
-¿Quién eres? –preguntó Hawk.
-Yo… Vivo aquí. No soy más que un pobre inocente que venía a dormir como de costumbre cuando se ha encontrado a un… Lo que seas… En su cama.
Hawk bajó el arma y se tapó los ojos. Genial, visitas inesperadas.
-Verás, joven, siento haber ocupado tu cama, pero quien se fue a Sevilla, perdió su silla. ¿Lo captas?
-Bueno, sí, pero es que…
-¡Oh, comida! –Saltó Hawk, saltando a la bolsa que llevaba el muchacho-. Veamos… Una caja de Oreos, una bolsa de Ruffles… ¿No es de Jamón? Bah, qué poco gusto tienes… ¡Oh, la revista oficial de los patinadores de Skateboard de KHWorld! De hace dos años…
-¿Es de hace dos años? –Preguntó el muchacho-. Vaya, no lo sabía.
-Bienvenido al 2009, chaval. Dime, ¿cómo te llamas?
-La verdad es que no lo sé –se lamentó el joven-. Me desperté aquí y no recuerdo más. Pero en una de mis mangas viene un nombre, no sé si de la marca de la ropa…
Hawk le agarró del brazo y lo miró. No le sonaba nada el nombre que venía ahí como una marca, así que lo soltó y le miró a la cara mientras abría la caja de Oreos y sacaba una galleta.
-Pues te llamaré por ese nombre, Sora.
¡En el próximo episodio…!
-Me suena… -Sora intentó recordar-. He oído ese sonido antes…
¡No os perdáis el próximo episodio!