[Fic Grupal]Persona: Mirror World

[GuinCoome]

Y, al fin, hemos entrado.
Bienvenidos a Persona: Mirror World.

[Light]

Tengo ganas de empezar a escribir el 2º capitulo. Esto va muy bien

[Ichi]

He aqui el guion, para facilitar su busqueda:

Spoiler: Mostrar

1-Finaliza el primer dia de clases, Seth y Roland se hacen amigos.Seth empieza a ver en el espejo a las personas desaparecidas(Listo)
2-Segundo dia de clases. Complementar la relacion Seth-Roland, Hajime se une al grupo(Light)
3-Tercer dia de clases, complementar la relacion entre los 3 personajes, despues del colegio van a un restaurante, el cual es dirigido por la familia de Kenji. Kenji esta de camarero.(Narra)
4-Capitulo de Relleno, desde el punto de vista de Alexia(Jeanny)
5-Primera incursion al MW, Seth despierta su Persona(Ichi)
6-Aparece la Shadow de Roland, esta lo muestra tal cual es. Seth mantiene a su shadow a raya mientras Roland relfexiona sobre si mismo, aceptandola al final(GUincoome)
7-Salen del mundo de los espejos, pequeña charla sobre lo que acaba de pasar, los 3 quedan deacuerdo en que no se lo diran a nadie. Se van los 3 a su respectivas viviendas.Se muestra como una persona es asesinada por su Shadow(Minato)
8-El grupo piensa un poco sobre lo que paso en el mundo de los espejos y les nace la curiosidad de seguir investigando lo referente a ese mundo. Se riega el rumor sobre la persona asesinada(Zero)
9-Capitulo de relleno, desde el punto de vista de Yuuki(Viku)

See Ya!!

[Dr. Claus]

Ichi, ponlo en spoiler para los lectores, a ver si les vamos a fastidiar esto D:

Aparte de eso, suerte a los demas para cuando escribais!

[Light]

Capítulo 2:

Spoiler: Mostrar

9/4/2014

¿Desaparecido? Las dudas sometían a Seth a una ráfaga de remordimientos. Incluso se sentía culpable, como si hubiera echo algo malo. Como si hubiera cometido un crimen. El empresario desaparecido era exactamente idéntico a la ilusión reflejada que había contemplado en un espejo. Le vino a la cabeza cuando al frotarse los ojos no vio nada más que un reflejo, seguramente hubiera sido una alucinación causal.
La clase de matemáticas siempre le había disgustado y no podía pensar en otra cosa. La señorita Sally, una mujer aproximadamente de 40 años. Tenía el pelo rubio y unos ojos grandes y azules, no parecía asiática, debía ser británica o americana. Era más bien bajita, delgada con unas gafas enormes, de un tamaño extravagante. Acaba de entrar por la puerta, las risas de los niños privilegiados aumentaron en su totalidad cuando la mujer se tropezó y se cayó de bruces. La extraña individuo miraba a los alrededores sin cambiar su serio rostro. Tampoco parecía que diera miedo, más bien era tonta. Seth y Roland se mostraron impasibles con la mirada de éste perdida, y del segundo medio dormido.

— Hola. Bienvenidos a la clase de matemáticas. Tenéis suerte de estar aquí, es muy difícil entrar en el instituto más elitista del momento. Yo también me considero privilegiada…

Roland se colocó los auriculares al escuchar la palabra “suerte” para evitar presentaciones innecesarias. Seth deseó haber traído sus auriculares también y empezó a presenciar la horrible clase.

— Necesitáis un alto nivel, y yo os lo voy a dar. Vamos a empezar por el álgebra…

— ¿Perdone? — preguntó un chico de la primera fila, lejano a Seth. — ¿Y las presentaciones?

— Perdone… señor…

— Suzuki… — dijo el chico

Era el joven que no se había presentado el día anterior. Hajime Suzuki, impertinente de pelo castaño con sus ojos amarillos extravagantes, eran lentillas de color.

— Señor Suzuki, yo creo que es innecesario las presentaciones. Yo os conoceré por sus resultados en mis exámenes — respondió la señora con un tono calmado y borrachín

— Simplemente, no me apetecía dar clase, me da pereza. De todas formas no me presentaría…

— Pues saldrá usted a la pizarra. Por pijos que seáis vais a trabajar mucho conmigo eso os lo aseguró — bramó la señora en tono serio

— No me voy a negar…

Seth no quería salir a la pizarra ni en sueños, así que dejó de mirar a la profesora para evitarlo.

— A ver señor Suzuki, vas a resolver la siguientes ecuaciones y sistemas de radicales y logaritmos. En 4 días tenemos examen ya os lo aviso.

La torpe mujer cogió una tiza de manera dificultosa a la vez que los alumnos se quejaban de la decisión de Sally y empezó a escribir ecuaciones con símbolos que él no había visto nunca. Hajime cogió otra tiza y empezó a operar, moviendo los ojos a los dos lados de par en par. Sally no daba crédito a los ojos y los compañeros no se molestaban en prestar atención, aprovechaban para no hacer nada. Seth se preguntaba como podía hacer todo eso. Operaba a una velocidad desorbitada como si escribiera números al azar

— ¿Ya? Prefiero las integrales y la optimización… — opinó el alumno Hajime Suzuki volviendo a su sitio.

La clase se volcó en un silencio sepulcral. Todos miraron al muchacho como un bicho raro, y éste les ignoró completamente con mucha clase. La profesora se dio cuenta de las miradas de sus compañeros.

— Que brillante. ¿De que colegio vienes? Luego me gustaría hablar contigo

Sally empezó a explicar la primera lección y sacando a varios alumnos a la pizarra para averiguar sus habilidades. Roland se quitó los auriculares y empezaron a tomar apuntes mientras conversaba con Seth

— Ese chico de antes ha hecho un montón de operaciones complicadas — dijo Seth con curiosidad

— Hay cada caso en este lugar... esto es muy extraño — respondió Roland mirando con ojos en blanco su libro

— Pues si

— Me da un poco de lástima ese Hajime, parece muy introvertido. Le entiendo un poco. No me gustaría que se metieran con el

— Opino… lo…

— ¿Seth?

Seth estaba mirando en la mesa de una alumna, que se estaba retocando las cejas con un pequeño espejo. Pudo ver a la cara del mismo hombre sufriendo y pidiendo auxilio intentando salir del espejo de la muchacha, que lo tenía a escondidas de la vista de la profesora. La chica no se inmutaba y Seth empezó a sentirse presionado, tal que se desplomó en el pupitre. Roland intentó reanimarle pero el no podía dirigir palabra alguna. Hajime se giró al escuchar los murmullos. No era la primera vez que presenciaba sus derrumbamientos.

— ¿Señor… se encuentra bien? — preguntó Sally. — Que alguien le acompañe a la enfermería; esta es la primera vez que veo a alguien con alergia a las matemáticas.

— Yo voy — respondió Roland rápidamente

— No. Si esos apuntes en blanco que veo desde aquí son los suyos no le puedo permitir librarse de la explicación. ¿Hajime?

— ¿Si?- respondió el citado muchacho

— Acompáñale a la enfermería. Está en el tercer pasillo del 3º piso. No le importa, ¿verdad?

— Será un placer.

Hajime cargó con Seth y se marcharon de la clase de la señorita Sally. Seth tenía la imagen del hombre pidiendo ayuda en el cerebro y tenía la sensación que debía de ayudarle, de que su vida pendía de ello. Seth murmuraba en bajo, Hajime no podía entender lo que decía. En principio, pensó que el chico se drogaba, pero algo le decía que era algo más extraño. Subió las escaleras, y siguió hacia la enfermería, donde les recibieron rápidamente. La enfermera encargada de la enfermería en ese momento era la señora Taylor, una mujer de unos 60 años, que era muy amable, como una abuela cariñosa con sus nietos. Hajime dejó a un Seth despierto en la camilla. Ya se mostraba consciente. No se acordaba de casi nada, estaba confuso.

— Te has desmayado y éste chico te ha traído aquí — dijo la amable enfermera

— Pues…

— Tu no te levantes

— Pero…

Taylor sometió a Seth a un interrogatorio y a pruebas médicas. Análisis de sangre, exploraciones de la boca …etc. Hajime visualizó la escena desde una silla sentado. Era un bombardeo.

— A ver, dime, que has hecho recientemente

— No lo sé…

— ¿Has consumido algo extraño?

— Yo…

— Es que eres el colmo mi amigo Seth. — improvisó Hajime. - ¿Ves? Te dije que desayunaras, el desayuno es la comida más importante.

— Pues… es que no tenía hambre — contestó Seth siguiéndole la corriente

— Pues ya sabes para la próxima vez — dijo la enfermera. — Vete a comer algo.

— Si

Seth se levantó de la camilla y salió rápidamente de la enfermería. Hajime me dirigió a clase también.

— Podíamos decir que me has salvado — comentó Seth.

— No sé lo que te pasa, creo que ocultas algo así que no hace falta que me lo cuentes…

— No te creas, ni yo sé lo que me pasa…

— De todas formas ha sido un placer, me presento, soy Hajime Suzuki

— Encantado Hajime, yo soy Seth. Seth Faith.

— Démonos prisa. Ésa profesora me cae como el culo…

Siguió el transcurso normal de las clases. Roland le preguntó a Seth a que se debían esos mareos, y le dijo la excusa del desayuno, que últimamente no comía demasiado y que seguramente estaba incubando algo.
Se encargó de meditar y pensar sobre el asunto del hombre de los espejos durante las clases. ¿Podía el hacer algo para salvarle? A nadie más le había pasado eso… así que el debía ser especial.
El día de clases había terminado y Seth y Roland salieron de las clases. Estaban muy cargados de deberes gracias a la señorita Sally, que además ordenó a Seth deberes extras por su larga ausencia.
A la salida de la escuela, tres chicos de aspecto bruto, de gran altura y de potentes músculos rodeaban en un corro a otro más pequeño. Seth se estiró de puntillas para ver de quien se trataba. Hajime Suzuki estaba en problemas.

— Haznos los ejercicios. Nosotros no tenemos porque hacerlos, tenemos más vida social que tu más un gimnasio — ordenó uno de los chicos

— Vale, os lo haré — dijo Hajime con un aire simpático y alegre

Hajime recogió los cuadernos de un en uno. Abrió su mochila con la intención de guardarlos, pero no fue así, cogió un mechero y lo encendió, ardiendo los cuadernos de ejercicios en cenizas. El joven más cercano a Hajime le cogió del cuello levantándole. Éste se liberó con una patada en la entrepierna, pero los otros dos se dispusieron a rematar la faena. Seth y Roland.

— Ey, vosotros. ¿Qué hacéis? — preguntó Seth enfadado

— Que pasa imbéciles, esto no es cosa vuestra — contestó uno de los brutos

— No soporto a la gente como vosotros, imbéciles. — bramó Roland

La víctima de la patada tiró a Hajime al suelo. Seth y Roland ayudaron a levantarle al suelo. Los tres chicos se fueron rápidamente antes de que los guardias de la entrada se dieran cuenta. Hajime avergonzado empezó a sacudirse las mangas.

— Como odio a esa gente — dijo Roland. — No tolero estas injusticias

— Me pasa lo mismo — contestó Seth apoyándole

— Yo… si, panda de inferiores… como odio a la gente que se intenta aprovechar de mi. Creo que ya van siendo demasiados…

Un largo silenció recorrió a los jóvenes. Hajime me sentía avergonzado y Seth lo detectó rápidamente.

— Oye, que os parece si nos vamos a tomar algo por ahí, ¿eh? — preguntó Seth para cortar el frío momento. ¿Tenéis algo que hacer?

— Si... tengo algunos asuntos— dijo Hajime entrecortado

— Tenemos muchos deberes. La señora Sally se ha cebado con nosotros — susurró Roland mirando al suelo

— Cierto, mañana, ¿va? — dijo Seth con tristeza

[Sombra]

Muy bueno, Ligth! Creo que has plasmado muy bien todas las personalidades. Además narraste muy bien. Tienes un par fe fallitos pero nada de importancia. Un saludo ^^

[Light]

Muy bueno, Ligth! Creo que has plasmado muy bien todas las personalidades. Además narraste muy bien. Tienes un par fe fallitos pero nada de importancia. Un saludo ^^

Gracias, he intentado ajustarme un poco al capítulo 1. Espero poder mejorar, porque yo ya estoy jubilado en estas cosas xD no escribo desde... PUM
La proxima vez me lo curraré mejor, no estaba inspirado >o<...

[GuinCoome]

Muy bueno, aunque había alguna repetición de palabras seguida, pero el capítulo en sí me ha gustado mucho.

[Soul Artist]

[10/04/14]

Cuando Seth entró en clase, para su sorpresa, el profesor con el que le tocaba ya estaba allí; un hombre sobre los cuarenta años, pero que no los aparentaba nada. Su pelo, blanco con el tiempo, estaba cuidadosamente peinado de punta, llamando la atención junto a su piel morena y pocas arrugas bien atendidas y su perilla corta bien cuidada. Llevaba una camiseta de Pink Floyd, “the Dark Side of the Moon”, y unos pantalones vaqueros que, lejos de parecer anticuados, le quedaban genial e incluso perfectos. Junto a él, apoyado en la mesa, pudo ver un casco de motorista negro llamativo. El profesor le saludó con una sonrisa y Seth no pudo evitar la sensación de que le caía bien, sin ni siquiera saber qué clase le iba a dar.

Roland y Hajime no tardaron en hacer acto de presencia en el aula y sentarse en sus respectivos sitios, cerca de él. Les saludó y dirigió su vista hacia ellos.

—¿Qué tal estáis? —preguntó Roland, a lo que Seth contestó encogiéndose de hombros.

—Yo bien, he desayunado fuerte. Pero me pregunto si Seth lo habrá hecho —comentó pícaramente Hajime.

—Ja, ja, ja, me parto —contestó Seth—. Pues que sepas que yo he desayunado ligero. Me he quedado con algo de hambre.

—Siempre podemos comer algo al salir. Hay unos cuantos restaurantes por aquí de buena calidad, podemos probar suerte en alguno.

—Pero los debe…

—¡A la porra con los deberes! —sentenció Roland—. Con permiso, claro. Si nos preocupamos por eso nunca llegaremos a hacer algo divertido. Tendremos tiempo de sobra para hacerlos más tarde, o al día siguiente, o a saber cuándo. ¿Qué decís?

—Está bien —aceptó Seth. Lanzó una mirada a Hajime, esperando su respuesta.

—Malditos seáis vosotros, acepto. Pero como la señora Sally nos mandé el mismo número de deberes que ayer, me los hacéis vosotros.

—¿Estáis ya todos? —preguntó el profesor delante de ellos— ¿Sí? ¡Perfecto! Dejad de hablar y prestad atención a la clase.

El profesor hizo una palmada y comenzó a caminar entre los estudiantes. Cerró la puerta de la clase y se llevó una mano a la barbilla, acariciándose la perilla.

—Bien, buenos días a todos. Mi nombre es Jaime Ferrán, español, y os voy a dar Historia del Mundo Contemporáneo.

Una ola de quejidos inundó de golpe la clase. Seth se sintió decepcionado; había pensado que aquel profesor sería algo distinto al resto, con una asignatura mejor y mucho menos aburrida.

El señor Jaime se abrió de brazos, observando a todos y con una pequeña sonrisa, incapaz de creer lo que oía.

—¡Esos ánimos! —pidió—. Tenéis dos modos de ver la historia, la verdad; como un libro aburrido como el que tenéis en vuestras mochilas o como una telenovela con enredos y amores imposibles. ¿Sabéis lo que os digo? A mí no me gusta verlo de ninguno de esos dos modos. Prefiero pensar que es una serie de películas con su propia continuidad. ¿Alguien ha visto Blade Runner?

Parte de la clase prestó de inmediato atención al oír aquel título, como un imán de potente atracción.

—¿Quiénes han visto Blade Runner? Levantad la mano, sin miedo —unos pocos lo hicieron, algunos con timidez y otros con entusiasmo—. Vaya, menos de los que pensaba. ¿Y Orgullo y Prejuicio? —gran parte de las chicas se pusieron a cotillear y levantaron la mano— ¿Gladiator? ¡Podría mencionar miles de millones de películas que nos recuerdan la historia o la reproducen a su modo!

La clase siguió con interés y finalmente no se hizo nada aburrida, como uno podía esperarse. Resultó que aquel profesor también tenía conocimiento en cómics y series, por lo que llamaba la atención de los alumnos de forma constante y hacía comparaciones fáciles de memorizar y aprender, hablando de la conquista de América y los orígenes de la Revolución Francesa. Al terminar la clase hubo una gran queja general cuando el profesor Jaime comentó que no sería él quien les daría Historia de Japón, reduciendo a sólo dos horas semanales con aquel fantástico profesor.

Finalmente, al terminar las clases, el trío de amigos se aventuraron a caminar por las calles de aquella todavía desconocida ciudad para Seth. Probaron primero en ir al centro comercial, pero el lugar estaba exageradamente lleno de adolescentes que acababan de salir que era imposible entrar a cualquier establecimiento del lugar, por lo que optaron en moverse a la calle comercial más cercana.

—Dios santo, aquí se está mucho mejor —aseguró Roland, casi ahogado por el asfixiante agobio del centro comercial—. Recordadme que no me acerque a ese lugar en mucho tiempo.

—No tardarán en abrir el segundo centro comercial en la ciudad —señaló Hajime—. Cuando lo hagan toda esa multitud se moverán como polillas hacia la luz y tendremos más espacio.

—Tengo hambre —se quejó Seth—. Prometiste invitarnos a algo, cabrón.

—¿Qué yo prometí qué? —Roland soltó una carcajada— ¡Yo dije que…!

—Sí, ya que perdemos el tiempo lo ideal es que nos invitaras —señaló Hajime.

—¡Pero…!

—¡Tú sí que eres un amigo, Roland! —le interrumpió de nuevo Hajime, rodeando con su brazo derecho el cuello de su compañero para acallarle. Observó un restaurante cercano y lo señaló con su mano izquierda en aquella dirección— ¡Ese lugar me parece perfecto! ¡Vamos, Seth!

—¡Seréis cabrones…! —les maldijo Roland— ¡Esperadme, zorras!



Dentro del restaurante, los tres buscaron un lugar donde sentarse. Finalmente optaron cerca de la entrada, junto a una de las ventanas. El restaurante, de aspecto de comida rápida variada, tenía un buen número de mesas repartidas por todo el local, pero las mejores aparentaban ser las de la entrada; unos muebles acolchados, perfecto para sentirse cómodo en ellos y relajarse.

El local no estaba muy lleno cuando entraron, viendo tres de las mesas ocupadas. En una de ellas había dos chicos con el mismo uniforme que ellos, por lo que se podía deducir que también eran del mismo instituto, uno bajito de pelo rubio tirando a castaño y el otro más alto con el pelo marrón clarito. Les ignoraron y se centraron en ellos mismos.

—¿Y qué os han parecido los profesores de hoy? —preguntó Hajime— Personalmente, cada vez aguanto más a la señorita Sally.

—Bueno, por suerte, no tenemos más clase con ella hasta el día 12, sábado —señaló Roland—. A mí me ha caído bien el de Historia. Ha sabido ponerle emoción a la asignatura.

—No como el tipo de Historia de Japón —comentó Seth—. O como nuestro tutor, el de Literatura. Es completamente odioso.

—Lo que pasa es que nunca ha mojado.

—Bienvenidos. ¿Qué van a tomar?

Un muchacho de más o menos la misma edad que el grupo se había presentado ante ellos, vestido como un trabajador más y con una agenda electrónica en la mano para tomarles nota sujetada por una mano con guanteletes. Lo primero que les llamó la atención de él eran sus ojos morados, profundos y misteriosos. Su pelo negro era largo y caía en modo de cortina.

—Sí, esto… —Roland echó un vistazo rápido a la carta— ¿Os parece bien si compartimos una pizza?

—Sin champiñones, por favor —pidió Seth—. Y mucho queso.

—Una cuatro estaciones, por favor —le pidió Roland al muchacho.

—¿Para beber?

—Dos Cola-Cocas y una Tanfa naranja.

—Marchando.

El muchacho se alejó y los tres se quedaron a solas de nuevo, con el sonido de fondo de los otros dos chicos del mismo instituto que ellos dando voces y charlando mientras comían ramen recién hecho.

La pizza y las bebidas no se hicieron esperar. El mismo chico trajo todo junto y charlaron sobre los profesores y el horario que tenían, a la vez que echaban pestes sobre las pijas típicas del instituto y los brutos descerebrados que iban a clase a roncar solamente. Sólo hablaron de aquello hasta que, finalmente, Roland sacó un tema que hizo que Seth casi se ahogara al beber su Tanfa:

—¿Y ya habéis echado el ojo a alguna?

Cuando Seth pudo recuperarse de aquella sorprendente pregunta, Hajime se adelantó.

—Tú primero —le animó a Roland.

—Bueno, hay una… Muy guapa… No la conoceréis seguramente.

—¡Tú habla! —Hajime sonreía pícaramente.

—Bueno… —Roland se sonrojó— ¡Vosotros primero!

—Yoko, de 3º A —contestó Hajime.

—¡Pero si es de las pijas! —saltó inmediatamente Roland.

—Pero está buena.

—¡Pero si es una zorra!

—Pero está buena. ¿Y tú, Seth?

—Nadie —contestó secamente él, tomando un nuevo sorbo de su bebida.

—Pues si Seth no lo dice, yo tampoco —se aprovechó Roland.

—¡Eh, yo he dicho quién me gusta a mí! —se quejó Hajime, exigiendo que le soltara un nombre.

—Y me has decepcionado, tío —contestó Roland junto con una pequeña carcajada.

Los tres siguieron conversando un rato después de haber acabado la comida y las bebidas, hasta que decidieron finalmente salir del local y volver a sus respectivos hogares con algo de pesar.

—¡Venga, mañana más y mejor! —animó Roland—. Que además, tenemos deberes y no podemos dejarlos abandonados.

—Está bien, está bien —Hajime levantó la mano en modo de despedida—. Hasta mañana entonces, chicos.

—¡Adiós a los dos! —se despidió Seth, alejándose.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Bueno, justo a tiempo tengo aquí el capítulo. No es muy largo porque el guión tampoco lo era, pero bueno. Siento no haber comentado los capítulos anteriores, pero cuando se colgaron yo estaba de vacaciones y mi turno también me fue una sorpresa. Aquí los traigo, en forma de crítica contructiva:

- Capítulo 1, por Sombra.

Lo primero que noto en el capítulo es que la descripción de la clase es lanzada, sin pausa, demasiadas comas y pocos puntos. Esto agota y, junto con algunos errores ortográficas, no agrada. Lo de los puntos también te pasa en otras descripciones, como la del profesor; debes ser más tranquilo.

Lo siguiente que veo es sobre los nombres de la lista. Un pequeño detalle que me ha llamado la atención es que no sigue un orden lógico; lo normal sería seguir por el orden de apellidos, pero salta de uno a otro sin objetivo.

Nada más a destacar.


- Capítulo 2, por Light.

Ey, me gusta tu estilo, y me gusta mucho. No puedo sacar muchos errores, excepto que cuando hay números cortos, es mejor nombrarlos que poner su símbolo (es decir, mejor "cuatro" que "4"). Hay algún error ortográfico por ahí, pero no me voy a centrar hoy en ellos.


Por último, comentar que Guin me dijo que hablara con Ichi para acordar los detalles del capítulo, pero ha sido misión imposible; no hemos coincidido desde que me lo comentó hasta la fecha. Así que si no veis esos detalles que comentasteis en una de esas reuniones, pido disculpas, pero desconociéndolos no puedo añadirlos.

[Light]

Historia del Mundo Contemporáneo.

WTF LA ODIO XD (y eso que soy de letras) Prefiero historia de España xD... nuestros personajes sufriráan jua jua
El capítulo ha estado muy bien, tengo ganas de que entremos ya en profundidad.
PD: introduciré a la Yoko esa la proxima vez que escriba, como personaje secundario claro xD xD

[Jeanne24]

[11/04/14]




—¿¡Es qué no sabes comportarte, franchute!?—gritó una de sus compañeras. Tenía el cabello corto, por debajo del mentón, y era castaño con mechas más claras. Sus ojos eran grandes y castaños. Tenía cara de niña buena, pero se contradijo empujando a Alexia hasta la pared.

La inocente muchacha le escupió en la cara. Alexia no se movió un ápice. Sus ojos estaban cerrados para evitar que la saliva de aquella demoníaca persona llegara a ella del todo. Escuchó unas risillas de fondo. Sabía que se trataba de su otra compañera de cuarto, una tal Kassia, y la china que estaba al otro lado no es que se cortara tampoco. La chica tragó saliva y se llevó una mano al bolsillo, sacando un pañuelo de él y limpiándose la cara de aquella porquería.

—Oh, miss, me va a disculpar si mi estilo no es cracher…oh, escupir a la gente.—respondió mirando a la chica con cierto desprecio. Eso la enfureció más.

—¿Tengo cara de idiota?—preguntó ella, totalmente enervada. Alexia se lo pensó.

—Oui. Oh, pero tranquila, lo de renard tiene arreglo.

—¿Renard…?—pronunció la chica con acento japonés. Hizo un gesto con la cabeza a la china, la cual fue al baño.—¿No te atreves a decirlo en japonés, estúpida?

—No encuentro la palabra exacta para describirte, querida.

—Yo si la encuentro para ti, estúpida. Eres un desecho humano. Déchets de l´homme, ¿me entiendes ya?

Ella tenía una sonrisa de satisfacción, pero Alexia solo pudo enarcar una ceja.
“¿Derechos humanos? Me encanta ver como está la educación japonesa.” Pensó ella para si, y sonriendo con total tranquilidad. Asintió la cabeza para despedirse.

—Querida, es déchets humains. —comentó Alexia mientras comenzaba a caminar hacia la salida del apartamento. La japonesa enrojeció de vergüenza y coraje al ver su equivocación. —Me pregunto…—comenzó la muchacha.—…qué pasaría si te sacara los ojos. Seguro que sería divertido. ¿Quieres jugar? Juguemos, petite, juguemos.

Y, tras tomar su preciada maleta y su mochila, salió de la habitación.

Llevaba varios días de problemas con sus tres compañeras de habitación. Se llamaban Yui “la japonesa”, Kassia “la egipcia” y Mo Li “la china”. No le gustaba ninguno de los tres nombres, pero eran sus compañeras de cuarto y tenía que tragar con todo lo que conllevaban. Iban de superiores, pero eran lo vulgar entre lo vulgar. Utilizaban escotes para intentar que los profesores las aprobaran y se divertían creando falsos rumores y dándole problemas a todo aquel que se atreviera a contrariarlas. Sin embargo, tenían dinero y sabían acallar a todo aquel que necesitaran hacerlo. Eran inteligentes, retorcidas y malvadas. Eran las mujeres perfectas. Ella sabía que muy en el fondo era como ellas. Superficial, altanera, y apestosamente bonita.

La única diferencia que existía entre Alexia y las demás era el egocentrismo del que ella carecía, y la profunda oscuridad que nacía de sus entrañas, extendiéndose alrededor de su cuerpo como una vomitiva ponzoña de la cual nunca se iba a deshacer. Apretó los labios, afectada por sus propios pensamientos, y colocó su mochila a sus espaldas. Arropó la maleta contra su pecho, susurrando una canción en su idioma natal, y comenzó a caminar por los pasillos hasta salir de la residencia.

Caminó por las calles con la expresión de una estatua griega. La gente observaba su curioso aspecto, que, a pesar del uniforme, vestía. Llevaba un guante de encaje en la mano izquierda, y en la mano derecha un reloj con los motivos de una tela de araña y una pulsera de pinchos bastante intimidatorio. Las New Rock seguían brillando en sus pies, y no le importaba lo que le dijeran en el centro, pues su única función era la de hacer que ella sacara buenas notas. ¿Tan estúpida la creía como para no saber que su madre le tenía prohibido sacar menos de un ocho en todas las asignaturas? Hasta por el ocho le reclamaba. Inconscientemente, puso una expresión de asco que apagó enseguida al entrar al edificio de la escuela.

Allí ignoró totalmente el hecho de que tuviera que cambiarse de zapatillas y entró dentro del edificio. Los alumnos la miraron de arriba abajo y murmuraron entre si, pero ella los ignoró. Un profesor la vio también, pero cuando le iba a llamar la atención ella se apresuró en entrar en la primera habitación que viera. Tal y como quería hacer, entró en una bastante grande. El salón de actos.

Era una sala grande y espaciosa, pero no era eso lo que realmente le interesaba a Alexia de aquella habitación, eran las voces que estaba escuchando al final. Una voz femenina, soprano. Sin entreno alguno, y a decir verdad demasiado histérica, pero si se lo hubiera pensado de pequeña habría sido buena. Una chica estaba tomando apuntes y otra observaba la actuación. Alexia se acercó lentamente, haciendo resonar paso por paso en el suelo. Todas se giraron y suspiraron de alegría, hablando entre ellas. La recién llegada no comprendió eso.

—¡Hola, hola! Me llamo Nadeshiko, ¿vienes a unirte al club de canto?—expresó la chica. Era regordeta, con el pelo corto y la cara llena de pecas. Para desagrado de Alexia, volvía a ser otra japonesa. Ya se esperaba a una nueva compañera de cuarto desagradable e interesada.

—¿Club de canto?—preguntó la francesa, haciendo especial ápice en su acento. Quería que resonara y marcara la diferencia entre las dos.

—¡Oui, oui!—respondió la japonesa. ¿Se creía graciosa?—Versionamos canciones, ¡hasta hacemos musicales! No te robaríamos mucho tiempo para estudiar, deberes o tiempo libre.

—Mmm…interesante, pero…

—¡Olvídalo de una maldita vez, Nade!—gritó la chica que había estado sentada con ella, observando la actuación. Tenía el pelo revuelto y un piercing en el labio inferior. Esa chica si que llamaba la atención. —¡Vamos a cerrar este maldito club y a bajar la cabeza de una santa vez!

—No…—dijo la chica que estaba cantando. Su acento era ruso.—Todavía tenemos tiempo.

—¡Sasha, cállate la jodida boca!

—¡Que interesante!—exclamó de pronto Alexia, caminando por el salón de actos.—¿Cuántos miembros hacen falta para que el club siga abierto?

—¡Uno!—exclamó Sasha, efusiva.

—¡Quelle coïncidence!—Alexia llegó hasta donde esta la susodicha y, con una sonrisa un tanto malévola, se colocó de forma que todas pudieran verla. —Precisamente estoy buscando un club en el que unirme, y este es muy interesante.

—¿Ah, si? Pues demuéstranos que vales algo, bonita.

Alexia supo enseguida que era la chica de cabello revuelto. Su acento no le decía nada, pues parecía entre británico y latino. Sonrió, satisfecha con aquel carácter tan salvaje. Le traía buenos recuerdos.
Le indicó a Sasha que bajara del escenario, la chica gótica comenzó a pasear por el escenario, pensando en qué canción podría cantar. Cuando la tuvo en la mente, se giró a sus compañeras.

If you are near to the dark
I will tell you 'bout the sun
You are here, no escape
From my visions of the world
You will cry all alone
But it does not mean a thing to me…

Soprano. Clases durante toda una vida. Si hubiera un violín de por medio, eso sería una canción propia de las ninfas. Tanto Sasha como Nadeshiko parecían contentas con la actuación, pero no podía decir lo mismo de la otra. La cara le llegaba al suelo, por decirlo con la mayor descripción visual. Preciosa escena cuando se trataba de una persona que era borde por serlo. ¡Já!

—¿Y bien?—preguntó Alexia.—¿Puedo unirme?

—¡Por favor!—exclamó Nadeshiko, llena de alegría.

—¿Dónde aprendiste a cantar?—preguntó Sasha.

—Desde pequeña he ido a clases.

La chica de pelo revuelto se levantó.

—¿Adonde vas, Noelia?

—Bienvenida al club, francesita. Espero que disfrutes de tu estancia.

Y tras decir eso abrió la puerta y dejó a Alexia con sus amigas.
No sabía que podía haber llegado a caerle tan mal a aquella chica sin siquiera haber hecho realmente nada malo. Ya se la ganaría, si de verdad podía ganarse a alguien como ella. Con sus otras amigas lo había tenido bastante fácil puestos que habían obtenido lo que necesitaban: una voz que permitiera tener su club abierto. No parecían malas chicas, y seguramente no lo serían, así que sentía que lo había hecho bien.

Tras despedirse de ellas e intercambiar números de teléfono, recordó que era hora de ir a clase por el sonido del timbre. Tomando su maleta y la mochila, corrió entre la gente de una forma tan asquerosamente afeminada que llamaba la atención en los pasillos, además del curioso vestuario. Paseando entre pasillos, subiendo escaleras y volviendo a pasear por los pasillos tuvo el fallo más grande que cualquier estudiante pudo haber tenido.

“¿Dónde narices se encuentra mi clase?”

Segundo año, eso si que lo sabía, pero no recordaba la letra. Y encima entre tanto número se perdía aun más. Confusa y desesperada por introducirse en una clase para que no le marcaran falta, o por lo menos que no dijera que se ha dormido. Podría ser un despiste al no estar los cursos como en Francia o cualquier demencia que pudiera ocurrírsele. Abrió la puerta que se encontraba a su derecha y se dispuso a entrar, pero algo la llevó al suelo de manera estrepitosa y la desplomó, haciendo caer tanto su mochila como su preciada maleta en ello. Su rostro se horrorizó.

—¡Ma valise!—casi chilló Alexia. Se giró rápidamente, buscando su maleta, la cual estaba cerrada y cerca de ella, pero al fin y al cabo había caído. Podía haberse roto su interior, y entonces ya si que no le importaría mandar todo al diablo. —¡Voy a matarte, seas quien seas, maldito!

Extendió su mano a la maleta y la llevó a su pecho, abrazándola con mimo. Tras ello, la abrió lentamente y con la delicadeza con la que debería tratarse a un bebé, mostrando su contenido. Con una sonrisa iluminando su mortecino rostro, vio que todo seguía en su sitio y que nada le había pasado. Sin embargo, el que había puesto en peligro su contenido debía pagar, y eso pensaba hacer. Alexia miró enfurecida a la pared que le había bloqueado el paso, y poco a poco su expresión cambió de una forma que jamás lo había hecho.

Al principio solo vio una muñequera negra, pero a medida que ascendió pudo ver aquel fantástico colgante con forma de cruz, el cual le atraía tanto como los encajes. Aquel cabello de color bronce, mate y lleno de una vida que no mostraba su rostro. Impasible, callado, pensativo. Podía sentir un mundo a través de él, y eso la dejó aun más petrificada. Y aquellos ojos…dulce miel entremezclada con un ácido tono verdoso, uno en cada ojo, divididos y en armonía. Era la imagen perfecta, el hombre perfecto, era él.

Extendió su mano hacia Alexia. Ella, abrumada, la tomó.

—¡Yuuki, tenemos que irnos, tío!

El chico asintió, y se abrió camino con cuidado de no tocarla. Ella extendió su mano, rozándole. Su amigo salió también, pero para los ojos de Alexia era solo una sombra difusa, un borrón que no existía en su mente, pues solo era ocupada por él.

“¿Qué es este dolor en mi pecho…esta necesidad…? ¿Podría ser…?”

Yuuki se alejó. Alexia se quedó contemplándole, en lo lejos, como una curiosa más. Una curiosa que a partir de ahora solo tendría ojos para él. Una curiosa que pronto…se catalogaría de otra forma.






----------------------------

Ostras leches,por fin va el foro.
Siento la tardanza,siento si es cutre,lo siento todo xDDD Saben la velocidad con la que lo ideé y escribí.¡Saludos!

[GuinCoome]

Caminó por las calles con la expresión de una estatua griega. La gente observaba su curioso aspecto, que, a pesar del uniforme, llevaba. Llevaba un guante de encaje en la mano izquierda

Por lo demás, muy bueno, y muy bien narrado. No me esperaba lo de Yuuki xD

[Jeanne24]

Fail.Caguentó,ahora lo cambio.
Sugerencia: Que en el primer post se actualice con los personajes secundarios que vayan surgiendo,aspecto físico,caracter y posición en la historia.Así podríamos usarlos todos cuando conveniera.

[Sombra]

¡Coñé! Que bien narras. ¡Y lo de Viku no me lo esperaba! Love in the air~

[Ichi]

Capitulo 5:

Spoiler: Mostrar

|12/04/14 Temprano en la mañana |
Seth se levanto de improvisto ¿Habría tenido otra pesadilla? Por alguna razón se sentía agitado. También sentía una especie de sensación de ansiedad, como si ese día fuera a ocurrir algo importante, aunque no se le venia a la mente ningún evento importante que tuviera lugar hoy.

Miro al reloj de su mesita de noche, para ver la hora. Las 6:04. Bastante temprano para ir al instituto, que comenzaba a las 8:30, pero lo suficientemente tarde como para terminar saltándose las clases si volvía a dormirse, así que decidió que seria lo mejor levantarse de una vez de la cama.

Con el pijama aun puesto, salió de su habitación hacia la sala principal. Para su sorpresa el señor Fukushima ya estaba despierto, vestido con su traje formal, para ir a trabajar. Estaba comiendo el desayuno, el cual era un par de huevos revueltos y una taza de café.

-Buenos días, señor Fukushima-Saludo Seth.

-Buenos días Seth ¿Qué tal has dormido?-Le respondió este.

-Bien… Me imagino.

-Te veo algo pálido ¿Te encuentras bien?-Le pregunto su padrastro.

Y tenia razón, al mirarse al espejo Seth vio su reflejo, algo pálido comparado con su color habitual, cosa que dejo de serlo cuando, de repente, su reflejo cambio por el de un joven, unos cuantos años mayor que el, con un traje de empresario, que lo miraba con la mirada angustiada. Otra de sus alucinaciones, pensó Seth. No habían dejado de parecerle espeluznantes, pero ya estaba empezando a acostumbrarse al hecho de que, al parecer, se estaba volviendo loco.

-¿Seth?

-…¿Ah? Si…si. Me encuentro bien. ¿Todavía quedan huevos?

-Si claro. Ten, sírvete a gusto.

->Por cierto, tu madre y tu hermana llegan hoy del viaje de negocios.

-¿Ah si?

-Si. Se supone que vendrían unos cuantos días mas temprano, debido al comienzo de las clases, pero al parecer se les paso un poco el tiempo.

-…Típico de mi madre. No le interesa nada mas que ella misma.

-Vamos, tampoco es para tanto. Ya se que Aiko se esta perdiendo unos cuantos días de clases, pero son los primeros, así que dudo que hayan hecho mucho todavía.

-Nosotros ya tenemos bastante tarea-Se excuso Seth- Se supone que una madre se debe preocupar por la educación de sus hijos, no por llevarles de compras o mimarles a pijadas.

-¡Ja , ja , ja!- Se rio el señor Fukushima.

-¿Eh?

-¡Nada! Nada… Es que me hace gracia ver salir ese tipo de comentarios de la boca de un crio de tu edad. La mayoría de la gente de tu edad son unos guarros sin escrúpulos que se creen dueños del mundo. Créeme, se la pasan causándome problemas.

-Ya, en eso tiene razón señor Fukushima.

-Es un comentario muy maduro Seth, si tu madre lo escuchara me imagino que estaría muy orgullosa de ti.

-…Claro…

-Bueno, ya es hora de que me vaya-Dijo consultando su reloj- Hoy tengo que llegar temprano ya que tengo un papeleo extra de anoche, y encima unas cuantas desapariciones y homicidios extraños a los cuales atender. Al parecer es un asesino en serie, que tiende dejar a sus victimas junto a un espejo roto.

-¿Junto a un espejo roto?-A Seth le había llamado mucho la atención ese comentario, sin saber por que.

-Si, es un enigma total, ni siquiera sabemos el modus operanti que usa el asesino. Vale pues, me voy, cuídate Seth, y que tengas un buen día en el instituto.-Se despidió su padrastro.

Sin duda alguna, su padrastro le caía muy bien.


|8:17|


Las casi dos horas pasaron volando para Seth mientras veía televisión en la sala y se arreglaba para ir al instituto. Había comenzado a llover poco antes de salir de su casa, así que Seth se vio obligado a ponerse un impermeable negro con rayas rojas encima de su uniforme habitual (Chaqueta roja incluida)

Seth llego a las puertas interiores del instituto totalmente empapado. No era el único, otros estudiantes también habían llegado empapados de pies a cabeza, algunos sin impermeables. Seth tuvo especial interés en una tía la cual estaba tan empapada al punto de que sus ropas eran casi traslucidas, pero por cortesía trato de no mirarla.

Dejo sus zapatos en su casilla y se puso los del instituto. Se agacho para amarrarse los cordones.

Entonces sintió un pequeño golpe en su costado, seguido por un gritito y varias disculpas. Seth se incorporo.

-D-disculpa… Lo siento mucho. No era mi intención…-Decía apresuradamente una joven pelirroja.

Se encontraba frente a una joven alta, unos centímetros mas baja que el, de cabello rojo oscuro y rizado que le llegaba hasta los hombros y unos hermosos ojos azules. Llevaba una chaqueta azul celeste, algo mojada por la lluvia. A Seth le pareció bastante atractiva.

-Eh…N-no. Descuida, n-no es tu culpa-Dijo con una risita un tanto nerviosa-Es mi culpa. Yo estaba arrodillado amarrándome los cordones y me imagino que tú no me habrás visto y…

-No no, ha sido mi culpa, disculpa. Estaba viendo el mapa de la escuela-Dijo con un acento al parecer ingles, mientras sostenía un pequeño panfleto doblado-Es mi primer día aquí ¿Sabes? Llegue hace apenas dos días. Ni siquiera me ha dado tiempo de desempacar…

-¿Enserio? Yo también llegué aquí hace poco. El domingo para ser exactos. Vengo de Estados Unidos ¿Y tu?

-¿¡Enserio!? Yo vengo de Irlanda.-Dijo en un perfecto ingles, aunque con acento.- De Dublin, para ser exactos.

-Yo de Nueva York. Por cierto, mi nombre es Seth. Seth Faith.

-Yo soy…

¡¡Riiiiiing!!

-Ah, es hora de las clases-Dijo el joven- Sera mejor que vayas zumbando, los profesores son muy estrictos con respecto a los horarios.

-Sera mejor que no despierte la ira de estos en el primer día ¿No?-Contesto la joven, esbozando una sonrisa, mientras se alejaba.

->Por cierto, me llamo Melissa. Melissa Lockhart, un placer en conocerte, Seth.

|Hora del almuerzo|

Después de un largo día de escribir sin parar en su cuaderno, gracias a las materias teóricas que tenían ese mismo día, Seth, Hajime y Roland estaban cansados de tanto escribir. Habian escrito casi unas 8 paginas en total, sin contar los deberes que mandaron los profesores, que sumaban aproximadamente, otra pagina mas.

-¡Puf! Tío, estoy hecho polvo de tanto escribir- Se quejo Roland- Malditos profesores ¿Es que creen que somos maquinas para meternos tanto en la cabeza o que?

-Lo peor de todo ha sido el profe de historia de Japón, no ha parado de dictar EXACTAMENTE lo que estaba en el libro-Se quejo Hajime-Ni siquiera una interpretación ni nada, ha sido leer lo que estaba en el libro y ya. Me di cuenta a la segunda pagina y deje de copiar…

-¿¡Y por que no lo dijiste? Mamon! Que nosotros también nos cansamos y tenemos el libro.

-Nunca me lo preguntaste…-Respondió Hajime con una sonrisa picara en sus labios.

-Por cierto Seth, te noto algo callado ¿Te pasa algo?-Pregunto Roland.

-¿Qué? No, nada. Simplemente estaba pensando un poco.

-Aaah, ya que se es lo que tienes…-Dijo Hajime, mientras le ponía un brazo alrededor del cuello

-Yo no tengo nada. Y suéltame…-Respondió Seth, mientras se quitaba el brazo de su colega del cuello

-…¡Nuestro querido Seth esta enamorado Roland! ¿Puedes creerlo?

-¡¿Qué?!

-¿Anda, y eso? Cuenta un poco Hajime- Dijo Roland, pidiendo detalles.

-Pues resulta que esta mañana vi a Seth coqueteando con una chica nueva. Era muy mona si te digo la verdad…

-¡No estaba coqueteando con ella! Simplemente nos trope…

-``Soy Seth Faith, vengo de Nueva Yooooork´´-Imito Hajime, con un tono de voz excesivamente agudo-``¡Hay! ¿Enserio? ¡No me lo creeeo! ¡Yo vengo de Irlanda, Usea! Me llamo Mellisa Algo, por cierto, mucho guuusto.´´

-¡N-No exageres! ¡La conversación no fue así! De igual manera ¡¿Cómo diablos sabes de lo que hable con ella?! ¿Me estas espiando?

-Tengo ojos donde menos te lo imaginas, Romeo.
-Según lo que pintas, parecía todo menos coqueteo, Hajime- Puntualizo Roland.

-¡Seras…!

Pero lo que sea que fuera a ser Roland no llego a pronunciarlo, ya que, de repente, le había venido otro mareo. Bastante fuerte, al punto que tuvo que se desplomo en el suelo, agarrándose de uno de sus colegas(no pudo distinguir cual debido a que estaba muy mareado para ello) para no caer directamente al suelo.

-¡Hey, tio! ¿Te encuentras bien?-Le pregunto Roland, mientras le ayudaba a reincorporarse.

-¿Sigues con los mareos, Seth?-Le pregunto Hajime- Creo que deberías ver a un doctor urgentemente. Llevémosle a la enfermería Roland…

-…Vomitar…-Balbuceo Seth.

-Oh no…

-¡Rapido, al baño!-Sentencio Roland.

Y se encaminaron al baño, apurando el paso para llegar antes de que Seth vomitara. En el camino Hajime se tropezó con otro estudiante, pero siguió de largo.

-¡Maldta sea! ¡Ve por donde caminas imbécil!-Le grito el estudiante con el cual se había tropezado.

-Vamos Mark, tampoco es para tanto…-Le calmo otro estudiante.

Una vez en el baño, Seth se apoyo contra el lavamanos. Se sentía extremadamente mareado, al punto de que volvió a desplomarse otra vez, esta vez, rozando una superficie lisa.

-¡Seth!-Gritaron Hajime y Roland al Unisono, intentando agarrarlo.

De repente, un haz de luz ilumino la habitación y, antes de darse cuenta, los tres habían desaparecido del cuarto de baño.


Seth se sintió inmediatamente mejor. En menos de un segundo, había pasado de un angustioso mareo a sentirse perfectamente bien. Aunque, aun así, seguía con el sentimiento de ansiedad, que había aumentado considerablemente.

Se reincorporo. Nuevamente, sentía el ambiente mucho mas pesado de lo normal, y el baño en si estaba en penumbra de nuevo y el color verde enfermizo había vuelto a colorear el entorno. Había entrado otra vez a esa especie de zona.

Para su sorpresa, no estaba solo. Tanto Roland como Hajime estaban con el, a su lado. Ambos estaban sorprendidos por el súbito cambio de la atmosfera.

-…¿Dónde estamos?-Pregunto Hajime.

Nadie respondió.

-¡¿Dónde estamos?!-Volvió a preguntar.

Una vez mas, nadie volvió a responder.

-No…No se donde estamos-Respondió Seth, con un hilo de voz- …Pero ya he estado aquí antes.

-¿Cómo?-Pregunto Roland.

-Como escuchas. Ya he estado aquí antes. El primer día de clases para ser exactos.

-¿…Y como llegaste aquí?

-No tengo idea.-Contesto Seth- Pero…Se que aquí hay una especie de criatura extraña. Me ataco esa vez que vine. Trate de huir de ella pero me había arrinconado, pero cuando me di cuenta ya estaba de vuelta en el baño.

-Y te desplomaste sobre los lavamanos ¿No?-Completo Hajime.

-Exacto…¿Cómo lo sabes?

-Te vi mientras te reincorporabas y salías del baño corriendo.

-Vaya…

-Tú lo has dicho. Tienes ojos en todas partes colega-Corroboro Roland-Pero si lo de la supuesta criatura es verdad, deberíamos salir de aquí cuanto antes-Dijo mientras se dirigía a la salida del baño.-¿Me seguís?

-Vale, tienes razón, pero ¿No estaba la puerta del baño del otro lado?-Pregunto Hajime.

-Ahora que lo dices… Es verdad.

-¿No os parece como si todo el baño en si estuviera invertido?-Puntualizo Seth.

-Es cierto… El espejo estaba de aquel lado, y recuerdo perfectamente que los sanitarios estaban hacia el lado derecho de la habitación, no el izquierdo.-Dijo Hajime.

-Entonces…¿Quiere decir que estamos en una versión invertida de los baños del instituto?-Dijo Roland

-O del instituto en si tal vez.-Remarco Seth.

-¿Pero como hemos llegado hasta acá?-Pregunto Roland mientras salía hacia el pasillo del instituto.

-Recuerdo que Seth estaba mareado, apunto de vomitar en el lavamanos…

-Espera, la ultima vez también estaba mareado.-Dijo Seth.-Y el mareo desapareció totalmente cuando entre a este…¿Lugar? Ahora que me doy cuenta, mi malestar en general también desapareció en esta ocasión.

-Entonces podríamos estar seguros de que este lugar esta relacionado de alguna manera con tus mareos.

-Puede ser…

-Seth ¿Recuerdas algo mas?

-Pues…

¡¡GROOOAR!!

Lo que sea que fuera a decir Seth no pudo completarlo, ya que un rugido infernal proveniente de detrás suyo le interrumpió e hizo que se le erizaran los pelos de la nuca.

Los tres jóvenes se voltearon rápidamente, para poder apreciar al causante de ese rugido. Era una especie de masa viscosa. Al parecer estaba viva, ya que tenia dos brazos, dos ojos rojos que resaltaban bastante y, al parecer, respiraba. La criatura reptaba lentamente, paso por paso hacia donde estaban los jóvenes.

-¡¡E-E-ES ESA COSA!!-Grito Seth-¡¡Corred!!

No hizo falta repetirlo dos veces para que el grupo echara a correr, ya que los tres huían despavoridos en dirección contraria a la de la criatura. Sin embargo esta no se quedo tranquila, ya que al percibir que sus victimas se escapaban, acelero su paso. Los jóvenes eran considerablemente mas rápidos que la extraña bestia, pero esta no se quedaba muy atrás.

Rápidamente llegaron a las puertas del instituto, estaban a punto de salir de este cuando se les apareció otra criatura enfrente de ellos. El alma se les había venido a los pies. Ambas criaturas les habían rodeado.

-Se acabo…-Dijo Roland.

-¡¿Qué son estas cosas?!-Grito Hajime

-Aagh…-Seth se sentía mareado otra vez. Esta vez se sentía diferente. Sentía una especie de euforia junto al mareo.
Las extrañas criaturas de repente pararon su avance. Estas sufrieron unos cuantos espasmos y se contrajeron en una especie de masa negra. Luego volvieron a tomar forma, esta vez la forma de unas manos enormes, del tamaño de sillas de madera aproximadamente. Estaban paradas sobre dos de sus dedos, cambiando de posición a cada instante. Donde se supone que empezaba el antebrazo, había una especie de cabeza, totalmente negra, a excepción de la cara, en la que parecía que había una mascara azul.

-¡¿Qué diablos?!-Exclamo Roland-¡¿Se ha transformado?!

Una de las manos se abalanzo contra el grupo, preparándose para asestarles lo que se podría considerar un manotazo.

Cuando estaba apunto, por alguna extraña razón salió despedida hacia atrás. Seth estaba despidiendo una especie de resplandor dorado, que, al parecer, repelía a las extrañas criaturas.

Ya no se sentía mareado. Incluso se sentía fenomenal, la sensación de euforia había sustituido a todo el malestar que había sentido en los últimos días. Levanto su mano derecha. Podía ver como se formaba una especie de orbe dorado en su mano. Empezó a apretarlo. Por alguna razón algo le decía que lo hiciera, y a diferencia de lo que pensó, no se sentía duro, para nada.

-Per...so…na-

El orbe exploto, liberando una gran cantidad de energía. Frente a Seth se materializo una figura en armadura. La armadura era gris con unos toques de rojo y un casco dorado, el conjunto se parecía a la armadura de un samurái. Llevaba dos lanzas, plateadas también. La figura media aproximadamente dos metros, e imponía bastante. Las dos criaturas se alejaron unos cuantos metros.

-¡Tsuguri!

El ente junto ambas lanzas en una sola y dio una estocada a la mano que tenia en frente. Esta se desintegro en varios orbes de color negro, los cuales pasados pocos segundos desaparecieron.

Seth se volteo en dirección hacia el otro monstruo. Señalándolo con una mano y con una sonrisa macabra en su rostro.

-¡Hama!

Tsuguri también se volteo en dirección hacia el monstruo. Dio varias vueltas a la lanza por sobre su cabeza y luego termino señalando a la criatura con una de las puntas de esta.

Bajo la criatura apareció una especie de sello blanco, luego, aparecieron varios talismanes, rodeando al monstruo y pegándose a su cuerpo. A continuación, el sello emitió un brillo dorado y la criatura desapareció en medio de varios orbes.

Tsuguri se convirtió otra vez en un orbe, que volvió a la mano de Seth. Luego tomo la forma de una lanza que combinaba los colores plateado y rojo, con un poco de dorado en la punta de la lanza.

-Flipante…-Sentencio Hajime.

-¿Qué ha sido eso?-Pregunto Roland.

-Es mi Persona. Tsuguri.-Dijo Seth- No se como lo se… Pero se que es eso.

Disculpad la tardanza, pero como ya dije, he estado ocupado con el instituto, que justamente empeze hoy

el capitulo no me ha quedado del todo bien, podria ser muy mejorable. tampoco me dio tiempo de corregirlo bien debido a el apuro

Aqui el segundo tema de la OST:


Siguiente en la ronda: Guin. Cualquier duda me la comentas por MSN.

See Ya!!