Last Fight

[ita]

4.- Claro de Luna.

Bajo el oscuro cielo, las estrellas brillan.

Sentado en lo alto de la torre de la Frauenkirche, contempla la inmensidad de la ciudad que se extiende ante sus pies.

Con la mirada perdida, la busca entre la multitud que, diminuta, se pierde entre el amasijo de calles y casas. Sus ojos escrutan cada centímetro de cemento, desesperados por verla, por volver a cruzar sus pupilas con las verdes de ella. Pero no está. Ella se ha ido... y no volverá. Y la luna palidece y llora, mojando el suelo y llenando las avenidas con el dulce aroma de la humedad tardía, mezclada con las hojas caídas que, levemente, flotan en el aire, buscando un lugar donde morir.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sabía que debía hacerlo, era su última oportunidad para poder volver a existir. Revivir su fantasía, hacerla real, regresar junto a ella... Ya no tendría que luchar más; ninguno de ellos, nunca más. Pero... no era capaz. Su dulce imagen aparecía ante sus ojos, fugaz y plateada, bailando bajo el claro de luna, con su sonrisa amable, su cuerpo de mariposa revoloteando, feliz y alegre, a su alrededor, con sus ojos fijos verdes mirándolo...Y todos sus recuerdos y ensoñaciones se mostraban ante él, crueles e irreales, dolorosas, confundiéndole y asfixiándole, matándolo dulcemente, haciendo que vagase, concientemente sonámbulo, en su realidad fingida que nunca iba a ser verdad.

Su mente luchaba contra su corazón extraviado, perdido entre los recuerdos de su amor. Enloquecía, furioso, delirante. Y no podía hacerlo... No, no iba a ser capaz. Pero... ¿Los demás?, pero... ¿volvería a dejarla ir? ¿lo haría? No, no podría soportarlo, no otra vez. La simple idea le hacía estremecerse, abrasaba su alma como hielo ardiante, desgarraba sus entrañas cual cuchillas que envenenaban su cuerpo, haciéndolo retorcerse de locura y dolor. Y no había nada que pudiese hacer, salvo vagar bajo la luna plateada, buscando sus ojos, una vez más, mientras su vida pasada le capturaba en una maraña de sueños confusos, falsa realidad, retales de memoria deshilada y loca.

Y siempre la encontraba.

Sentada frente a su piano, con el cabello recogido en un moño, tocaba. Sus ojos entrecerrados, la mirada perdida en el infinito y sus manos deslizándose, rápidas, seguras, por el teclado. Elegante y exquisita, como si el tiempo no pasase. Y las notas fluían en el aire y sonaban claras bajo la luna; una sonata.

Y viéndola allí, frente al piano, tenuemente plateada, bañada por los rayos de aquella noche serena. Tan perfecta, tan majestuosa... No podía ser real. Pero sus ojos verdes, hipnóticos, brillaban en la oscura habitación, tan iguales, tan simétricos... ¿Era un recuerdo o sucedía de verdad?

Y entonces ella volteó la cabeza y sus ojos, finalmente, se encontraron.

- ¿Quién eres?

-------------------------------------------------------------------------------

Spoiler: Mostrar

Canción: Moonlight Sonata, Beethoven.
http://www.youtube.com/watch?v=u7TUYgHQTTE

Para los posibles lectores:

¡Muchas gracias por leer esta historia! Espero que sea de su agrado.
Les agradezco a todos que dediquen su valioso tiempo leyendo ésto, y mucho más a los que se animan a comentar. ¡Muchísimas gracias a todos!

Y siento el retraso que sufre el relato. Dije que intentaría actualizar cada semana, pero veo que por ahora ha sido imposible, pero espero poder solventar eso en breves.

¡Muchas gracias por leer y espero que hayan disfrutado del capítulo de hoy!

[Sophonax]

Me he leído los dos primeros. Como dicen algunos, tus escritos tienen una gran capacidad de sugestión. A medida que vas leyendo, tu mente imagina preciosos cuadros (y, leches, nunca pensé que un suicidio podría llegar a ser tan bonito xD). Es como si te transportasen a un mundo hermoso, inquietante y surrealista. Al igual que la música a la que homenajeas!! Creo que, si ese era el objetivo, lo has logrado con creces.

[ita]

Me he leído los dos primeros. Como dicen algunos, tus escritos tienen una gran capacidad de sugestión. A medida que vas leyendo, tu mente imagina preciosos cuadros (y, leches, nunca pensé que un suicidio podría llegar a ser tan bonito xD). Es como si te transportasen a un mundo hermoso, inquietante y surrealista. Al igual que la música a la que homenajeas!! Creo que, si ese era el objetivo, lo has logrado con creces.

¡Muchas gracias por el comentario! Y, desde luego, por tomarte la molestia y el tiempo de leer.
Me alegro de que te gusten y los encuentres de tu agrado. Espero que sigas leyendo y que continue siendo de tu gusto. ¡Muchas gracias!

Muy bueno, puede que exagere, pero lo haces realmente bien. Las descripciones son tu fuerte. Y yo, como no soy escritor, no puedo hacerte una crítica constructiva, pero como lector puedo decirte que te seguiré leyendo. Sigue así y continúa, espero con ganas el capítulo 4.

Bueno, siento estar tardando tanto en publicar, crisis de inspiración, supongo. Aunque el cuarto capítulo ya lo has leido, creo recordar. En fin, como sea, muchas gracias por leer y tomarte el tiempo para comentar. Aunque no sea una crítica constructiva, me gusta saber que la gente lee lo que escribo y que plasme sus opiniones al respeto, así como las cosas que les gustan, las que les disgustan...

Y bueno, posteo más que nada para responder a los dos comentarios que tenía y decir que, lamentablemente, el capítulo 5 se retrasará un poco, pero que en cuanto pueda, estará.

¡Muchas gracias por su atención, su tiempo y por leer! Y disculpen las molestias.

[Sophonax]

Bueno, ya me los he leído todos. Lo cierto es que no es fácil de leer, pero el hecho de no ser demasiado explícito le da un toque especial. A ver si me explico. A veces conversamos por mucho tiempo pero no decimos nada realmente. Y luego basta una mirada para decirlo todo. Pues esta historia es como lo segundo, hay un montón de descripciones que a primera vista parecen solo un ejercicio de estética, pero yo sé que hay algo escondido ahí! Peeeeero al mismo tiempo es tan personal, tan hermética, que se puede hacerse difícil entrar en ella. Estoy más liado que un pulpo en un garaje... Tienes un estilo poco común, pero trabajadísimo.

[ita]

5.- Liebesträume.

Sus ojos brillaban, delirantes, locos, sobre los de ella, verde sobre azul.

Su corazón latía desesperado, cada segundo junto a ella era un puñal clavándose en sus entrañas, partiéndole por la mitad. Porque ella no le reconocía… Y era él, nada había cambiado, era su amor…
Y estaba allí, frente a él, mirándole confundida, perdida entre el mar de notas que se difuminaban en el cielo, queriendo escapar de la habitación.
Sus manos deseaban acariciar su piel, estrechar su cintura entre sus brazos, rozar sus trémulas mejillas asustadas. Sumergirse en su cuerpo, embriagarse con su perfume, morir a su lado, feliz, contemplando aquel verde infinito.
Pero ella no le reconocía, le miraba extrañada, sorprendida, aterrada. Su presencia la asustaba… y eso le mataba. Porque, ¿qué había cambiado? Era él, nunca le haría daño. Y sus ojos la buscaban desesperados, suplicantes, cálidos y llenos de amor. Pero ella no los podía ver porque ahora el fuego brillaba en sus pupilas.
Todo a su alrededor ardía. Las llamas bailaban, enloquecidas, en un ballet psicópata y destructivo, consumiendo todo lo que lamían.

Un apasionado rojo se fundía enroscándose sobre el naranja crepitante, confundiéndose en una devastadora y arrebatadora columna deslumbrante que, arrogante, avanzaba segura, ennegreciendo todo a su paso, reduciéndolo a cenizas que se dispersaban por el aire, desapareciendo en el olvido del fuego.
Era el primer movimiento, lo sabía. Tenían que haber sido ellos. Pero no podía permitirlo, no podía permitírselo… aún no, no era capaz de romper aquel instante mágico, sus pupilas borrándose en sus ojos, su presencia, su respiración… su sueño de amor. Y, lentamente, las llamas la envolvían y la melodía del fuego llenaba todos los rincones de la habitación.


Las llamaradas danzaban, expectantes, arrinconando su cuerpo en un mar de ardor, de amarillo y rojo asfixiante. Sentía el calor en su piel, en cada átomo de su ser. Notaba el sabor de la adrenalina cubriéndole los labios y el palpitar alocado de su corazón, mezclado con su agitada respiración, componiendo ritmos descompasados. Y sus ojos se perdían entre el denso humo negro. Y entre aquel abismo de locura y fuego unas pupilas azules la contemplaban, emergiendo de la oscuridad. Un azul brillante y claro, como de cristal. Y algo dentro de ella cambió.

Abrazó su cuerpo, protegiéndolo del calor, cubriendo con su propia piel la de ella que yacía, inconciente, entre sus brazos. Miró furioso las llamas que, intimidadas por su mirada azul retrocedieron, cercándolos. Desde el piano salían notas que languidecían, extenuadas ya, perdiéndose en el mar de las brasas.
Miró sus ojos fijos, absorbiendo cada movimiento. Tenía el rostro contraído, tiznado de negro que las lágrimas, que fluían por su piel, se iban llevando poco a poco. Estrechó más aquel frágil cuerpo de muñeca, y, desesperado, besó aquellos labios rojos, con furia y pasión. Aquellos labios prohibidos, aquellos labios sagrados, los mismos que le hacían perder la razón.

− Ya está pequeña, no volveré a alejarme de ti.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Lamento mucho la tardanza.
Espero que les guste el nuevo capítulo y, ya saben, críticas y comentarios son todos bien recibidos.

¡Gracias por leer!

Spoiler: Mostrar

Liebesträum de Franz Listz

http://www.youtube.com/watch?v=KpOtuoHL45Y

Para los posibles lectores:

Sophonax: ¡Muchas gracias por el tiempo que te has tomado en leer el relato! Y me alegra ver que no te ha decepcionado. La verdad es que tienes razón en lo que dices de que no es muy entendible. Pero bueno, igual pronto se descubre alguna cosa.
Espero que este capítulo también haya sido de tu agrado. ¡Gracias por leer!

[Deja]

Bueno, ¿qué te puedo decir? Para empezar, el mini-relato me ha gustado lo suyo. Más que nada por las descripciones, lo haces muy bien. Quizás sea por el hecho de haberlos leído todos juntos y no tener que esperar meses a que los publicaras o quizás no. Pero está bien, ¡qué leches! está muy bien. Me gustaría que algún día escribieras un relato largo y más fluido. Pero quizás no combinen bien tantas descripciones en una novela, se haría pesado. El hecho de que sea pequeño lo hace "mejor". Me ha recordado mucho a Becquer, el amor, la mujer malvada y esas cosas. También a las leyendas de Becquer, en muchas también relata suicidios o muertes... Me estoy yendo del tema. A lo que íbamos, supongo que no vas a sacar otro capítulo pero sinceramente estaría bien uno nuevo.

Por cierto: No ha sido para nada una pérdida de tiempo.

[ita]

6.− The blue Danube Waltz

Todo había terminado. Ante sus ojos verdes, la luz clara de la luna volvía a brillar, tenue y distante, danzando en el horizonte del firmamento, entre las estrellas.

Él se había ido. Había protegido su cuerpo a expensas de su propia vida. El fuego lo había consumido; las cenizas revoloteaban a su alrededor, entre la oscuridad, centelleando, sonrojadas aún. A lo lejos las llamas seguían ardiendo, pero lentamente se consumían, hasta la extenuación, apagándose en un leve suspiro, llevadas por el aire.
La había salvado cuando la oscuridad se cernía sobre ella, cuando el abrasador calor la cercaba, había mecido su cuerpo desfallecido, había escuchado el febril latir de su corazón, galopando demente, loco y furioso contra su piel, en su pecho. Sus manos habían estrechado fuertemente las suyas, deseosas, con fuerza, con temor a perderla. Y sus labios buscaban, desesperados, su piel surcada de tizna, pintada con el color del barniz. Y había apresado el carmín de su boca entre los suyos, besándola mientras las llamas, aterradas por su mirar, huían.

Y ahora la calma había regresado. Todo volvía a estar tranquilo bajo sus pupilas verdes.
La estaba contemplando desde la orilla de la ventana, oculto por la noche, protegido entre las sombras de la oscuridad. Y allí estaba ella, como danzando entre las ruinas, bailando entre el fuego que se extinguía, como en un vals, clara y hermosa, con más fuerza, con más intensidad, la luz de sus ojos brillaba, buscándole, mientras susurraba al viento.

Todo estaba perdido, no había más esperanza. Todo por lo que había luchado se rompía ahora como un débil cristal, como hojas consumidas por las lágrimas. Su corazón empezaba a marchitarse. Su tiempo, a consumirse. No podía hacer más. Sabía que iba a ganar, y a perder.
Sí, volvería a ser libre, pero ella sería el precio. Y no estaba decidido a perderla de nuevo. Años había vagado entre las sombras del mundo, errante, acompañado por otros dos prisioneros de la oscuridad de su misma condición, que se hallaban en su misma situación. Habían luchado juntos, trabajado para conseguir su único objetivo. Y estaba tan cercano el final… pero no podía. La había encontrado, era ella, su Elisa, su preciosa muñeca de cristal, frágil y hermosa, tan delicada y bella… Y tras tanto tiempo volvía a estar frente a ella, como entonces. Pero no era lo mismo. Sus ojos brillaban aún, su cabello flotaba en el aire, el aroma de su piel embriagaba sus sentidos, pero ella no le recordaba. Y el final se acercaba, inexorable, inevitable. Su destino, el destino de todos ellos.

Sujetó su mano entre la suya y apoyó la otra sobre su cintura. Atrajo su cuerpo al suyo, con cuidado de no lastimarla. De nuevo sus miradas se encontraron, pero ahora una sonrisa brotó de sus labios. Colocó sus dos manos alrededor de su cuerpo y, en silencio, bailaron, hasta que el día empezó a amanecer.

− Ha pasado tanto tiempo, pero tú sigues igual, como entonces.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que actualicé. Lo lamento.

Espero que el capítulo sea de su agrado, de lo contrario, lamento las molestias.
¡Gracias por leer!

Spoiler: Mostrar

El Danubio Azul: Johann Strauss

http://www.youtube.com/watch?v=_CTYymbbEL4

Para los posibles lectores:

Lamento mucho el retraso, pero andaba escasa de imaginación, pero puse mucho esfuerzo en este relato como para dejarlo a medias. No prometo postear otro capítulo pronto, pero sí que no lo abandonaré.

Muchas gracias por su tiempo y espero que hayan disfrutado de la lectura.
Cualquier crítica, como siempre, es bien recibida.

[ita]

7- Adagio

Sus ojos vagaban, perdidos, entre la inmensidad de la noche, buscando algo, buscándola a ella, su vida, su eternidad.
Había pasado siglos en el olvido, luchando entre las sombras, melancólico, triste y negro. Su alma se consumía, su corazón había dejado de latir, sólo la sentía a ella, sus ojos claros, de un verde brillante, profundos, dulces, inconmensurables... y aquel frío desgarrador, que se clavaba en su pecho, arañando su piel, sangrándolo, hasta vaciarlo, dejándole solo con su dolor, con aquel pesar infinito, tormento devastador que confundía su mente, envenenaba su razón y tornaba la realidad en fantasía y la vida en ficción.
Había hecho un pacto y por ello había dado su vida, por volverla a ver, por volver a tenerla frente suyo, por sostener aquella mirada clara y sentir el calor de su piel. No le había importado el precio, pues no tenía nada, sólo a ella... y ya la había perdido. Y ahora estaba tan cerca de reencontrarla... Tan cerca del final... Pero... Ella había regresado, sentía sus ojos buscándole, su voz susurrando su nombre al viento, sin hallarle. Y dolía, dolía hasta la extenuación, hasta arrancarse del pecho su corazón vacío, para detenerlo, para que terminase aquella locura. Y las horas pasaban en vano, mientras se buscaban sin encontrarse, huyendo de ese magnetismo furioso, de aquel imperativo del que no podía escapar, que le empujaba a regresar hacia ella, hacia sus labios, de vuelta a su hogar... Pero... su vida estaba marchita, débil, como una hoja revoloteando bajo el cielo otoñal. Su amo era inclemente y debía cumplir su última misión. Y, por mucho que él se negase, sabía que todo terminaría. Pronto, muy pronto. Y no podía hacer nada, sólo protegerla, dar su mísera vida por la de ella. Pero nada de lo que pudiese hacer serviría, su destino estaba marcado, su final, cerca. Y estallaba en lágrimas, lleno de ira y dolor.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sus ojos azules aparecían frente a ella.

Sentada en la banqueta, con las manos perdidas en aquel mar nacarado que llenaba el aire con una dulce melodía, entre sus pesadillas, perdidos entre la multitud mientras regresaba a casa... cerraba los ojos, y ahí estaban los suyos. Como una obsesión, le perseguían. Y ya se había cansado de rehuirlos, así que los esperaba, mientras tocaba el piano, entre las paredes lamidas por el fuego y la madera quemada.

Había pasado de un adagio moderado a tocar con frenesí y violencia. Sus dedos se estrellaban contra las teclas, con una furia desmedida, mientras desde sus pupilas, las lágrimas caían, silenciosas, hacia el suelo, en un viaje suicida.
Volvía a sentir aquella presencia, oscura y peligrosa, maligna. La seguía, la acechaba, la cercaba en la noche y la perseguía de día. Como un soplo de aire frío y cruel, que le helaba el alma, un nombre susurrado, como una plegaria, un deseo ardiente de verla reducida a la nada... y era ella, lo sabía, la estaban llamando. Elisa.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Siento haber tardado tantísimo en actualizar, pero tras estos múltiples meses, traigo la séptima parte de Last Fight. Espero que sea de su agrado.

Muchas gracias por leer y, ya saben, todas las críticas son bien recibidas.

Spoiler: Mostrar

Adagio in G Minor: Tomaso Albinoni
http://www.youtube.com/watch?v=XMbvcp480Y4