Le he puesto el nombre "El origen de la causa" por que realmente, es el origen de la causa de algún acontecimiento.
Acepto cualquier tipo de crítica, si puede ser constructiva, espero que os guste el prologo.
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El Origen del causante. Kingdom Hearts.
Prólogo
Un nuevo viajero.
Era casi mediodía en la plaza, un grupo de personas hablaban sobre la última noticia acontecida, no eran comunes las aventuritas inusuales en aquel lugar. Siempre había sido una villa tranquila, cualquier cosa podía alborotar a todo el mundo durante días o incluso más.
-Un nuevo chico inconsciente fue encontrado por el viejo de las afueras, -dijo el hombre del polvoriento sombrero, mientras discutían algunos pueblerinos.
-Yo lo vi, es más, pasé por su lado, tenía el pelo plateado, era al anochecer cerca de los jardines de la Srta.Iria, y su padre el Sr.Kai, "que era un hombre muy amigable y respetado, además de un gran propietario en territorios"
-¿Y por qué no le ayudaste? -se escuchó de una voz de hombre afónico que sonaba por alguno de los alrededores de la pequeña aglomeración de personas.
-El chico tenía arena en la ropa, eso me dio mal augurio, ¿y si es de otro mundo? -contestó, otra voz se alzó y gritó…
-¡No digas bobadas, eso sólo son leyendas, cuentos de niños! -la misma persona se añadió a sus palabras,
-¿dices que el viejo de las afueras lo ha recogido? pobre joven.
El hombre de la voz afónica volvió a entrometerse y esta vez pensativo, recordó al pueblo que hace algún tiempo, otro joven apareció y también lo acogió el viejo, un niño añadió que aquel chico del que hablan a veces pasa por la ciudad, y que es muy extraño, dijo que una vez le enseñó un juguete en forma de llave. La gente miró extrañada al niño, y todo el mundo pensó que aquel joven estaría loco, o peor aún, aquel viejo lo habría convertido en uno.
-¡Entonces hará lo mismo con este! -dijo una joven mujer.
-Posiblemente ya es un caso perdido, -asintió el hombre que vio al muchacho la noche anterior.
Después de unos minutos la gente se fue dispersando y cada uno volviendo a sus asuntos, pero de sus cabezas no salía lo que podría haber pasado con aquel joven. El sol estaba cada vez más alto, muy llamativo, aunque nada podía hacer para llamar la atención de alguien que hubiera participado en la conversación.
Lo que de verdad ocurrió esa noche escapó a los oídos de cualquier habitante de aquel alborotado lugar…
Tal y como dijo el hombre del sombrero arapiento, el muchacho se encontraba al lado de los jardines del Sr.Kai, pero no fue al viejo de las afueras al que se encontró.
*voces*Despierta, despierta, ¡despierta!
-¡Uohh! -Grito el muchacho sorprendido.
-¿Estás bien chico? ¿qué haces ahí tirado en el suelo? -preguntó la extraña voz.
Su nombre se repetía en su cabeza una y otra vez, lo cansaba, lo mareaba y también le provocaba molestia. Poco a poco fue abriendo los ojos, y podía ir divisando a una bella joven,de un cabello rojo granate, no era mucho más mayor que él mismo, tendría unos 16 años, él tenía 14.
La joven le preguntó -¿quién eres?- su nombre se le volvía a repetir en la cabeza, cada vez con más fuerza y además también oía en susurros...
-Tú eres uno de los elegidos. Albergas el poder de controlar el arma más poderosa…-En ese momento gastando sus últimas energías gritó...
-¡¿Dónde estoy, este no es mi mundo, lo habré conseguido?! -después cayó rendido al cansancio que le provocaban las voces de su cabeza.
El padre de la joven se acercó corriendo… -¡¿qué pasa Iria?! he oído un grito, ¿estás bien?
-Sí papa, estoy bien.-contestó, -pero debemos llevarlo a casa, no podemos dejarlo aquí.
Entonces su padre, el Sr.Kai, se puso a los hombros al joven y lo llevó hasta su casa. El Sr.Kai era un hombre grande y forzudo, aunque barrigón y con algunas canas. Era el tipo de cuerpo que podía tener un hombre que había sido muy fuerte en su juventud.
Mientras tanto, cerca de la casa de Iria, daban un paseo nocturno el viejo de las afueras y su acompañante, "sí, era el chico que mencionó el niño de la villa".
El joven miró hacia el viejo y le dijo… -Maestro Barik, ¿qué haremos mañana?
-Mañana deberás estar practicando en el acueducto -le contestó.
-¡Sí mi maestro! -asintiendo.
-Ya *tos* ¡pero todo el día! -añadió.
-¡¿Qué?! ¡no es justo, no tienes derecho a tratarme así!, -replicó el joven, a lo que el maestro dijo:
-¡Calla! ¡¿no eres tú un elegido de la llave espada?! ¡si gente como tú se tiene que encargar de salvaguardar la luz en el mundo, estamos listos! -el joven se humilló y pidió disculpas.
Barik, era un hombre de momentos serios, y otros cordiales, era firme y seguro, de alta estatura y aún siendo muy viejo, conservaba el color rubio de su pelo natural. Vestía una túnica con un salteado de varios colores, entre ellos destacaba el negro, y el azul. Por alguna razón, ocultaba su verdadero nombre, quizás no fuera apropiado que nadie lo supiese. Su pupilo vestía prendas blancas grisáceas, pero llevaba un torso y unas botas metálicas, como partes de una armadura, tenía el pelo negro y lo llevaba recogido con una cinta, no llegaba ni por asomo a la estatura de su maestro, pero esa diferencia era debida casi totalmente a la edad. Era un joven energético, sobretodo a la hora de querer contradecir al que posiblemente podría ser como un padre para él.
Una noche despejada, no había ni una nube, las estrellas eran más brillantes que nunca, a lo lejos se podía ver la plaza del pueblo, luminosa, un paisaje que hacía sentirse feliz solo con verlo. Era en general un vergel lleno de árboles y huertos, que en medio tenía una pequeña villa construida totalmente por piedra, una preciosidad a los ojos de cualquiera. Se estaba extendiendo la villa sobre los bosques, hasta se estaba pensando la construcción de un castillo.
Al rato el viejo Barik notó una extraña presencia, algo que debía ser importante, entonces siguió caminando intentando guiar sus propios pasos hasta donde quiera que se encuentre el sujeto que le ha hecho sentir esa sensación. Llegaron hasta la puerta de los jardines del Sr.Kai, su pupilo se le adelantó, y Barik le dijo repentinamente…
-¡Para! entramos en los jardines -a lo que el joven le contestó,
-¡Pero si nos descubren nos podemos meter en problemas muy serios! ¿y qué pretendes hacer aquí? -de momento dejó de respirar, y no articuló ninguna palabra más, posiblemente también él hubiera notado esa presencia.
-No te preocupes, no seremos mal recibidos, por cierto, lo que sientes ahora no es un engaño a tus sentidos, hay algo ahí dentro.
Oían unas voces, las de Iria y su padre Kai. A sus oídos entendieron, pequeños fragmentos de frases como: su ropa está llena de arena, no puede quedarse aquí, que prendas más raras lleva puestas, escucharon lo suficiente, y decidieron llamar a la puerta. El Sr.Kai, algo confuso se acercó a la puerta y abrió sin dudar un instante…
-¡Ah, eres tú, el viejo Barik! hacía semanas que no te veía amigo… por cierto, hemos encontrado a un joven inconsciente cerca de nuestros jardines, ¿es otro de tus alumnos?
Barik entró y se dirigió hacia la cama en la que descansaba el joven, junto a un fuego con abundante leña. El Sr.Kai volvió a preguntarle si era uno de sus alumnos, pero esta vez con más seriedad que antes,
-nunca antes lo había visto, sin embargo, es el motivo por el cual he venido hasta aquí, parece irónico, sentí su presencia… -contestó Barik algo satisfecho por el hallazgo.
El joven dormido se retorció durante un instante, y lentamente abrió los ojos. Eran de un dorado, muy parecido al color de la miel de las abejas. A Iria le parecieron preciosos, pero realmente le daban un toque terrorífico al joven. Se incorporó y preguntó.
-¿Dónde estoy? -preguntó el joven inseguro y asustado.
-Parece que de alguna forma has encontrado el modo de escapar de tu mundo, -dijo el maestro Barik.
Entre susurros su alumno le dijo, -no deberíamos hablar de eso delante del Sr. Kai y su hija.
-No te preocupes chico, el Sr.Kai es un hombre en el que confío desde hace mucho tiempo, además si no supiera nada de que existen otros mundos, posiblemente pensaría que estoy loco, como todos los demás. El joven recién despertado, empezó a hablar sobre su hogar, unas islas, las cuales él las veía como una prisión rodeada de agua. Pero un día consiguió escapar.
-Además, puedo hacer aparecer un objeto, -extendió el brazo, luego dobló la muñeca hacia arriba y ¡zas! una hermosa llave plateada apareció en sus manos.
-Eso es una llave espada, -dijo la joven Iria, -sólo sus portadores pueden viajar a través de los mundos. Tú eres uno de los elegidos.
-Sí, con lo cual ahora tendrás que venir con nosotros, yo también tengo una llave espada, -dijo el alumno del viejo.
-A partir de ahora tendrás que venir conmigo, nuestro encuentro no ha sido una casualidad. - advirtió Barik.
-Si también tenéis llaves espada ¡demostradlo! y os creeré, -dijo el joven en cama.
El otro chico le guiñó el ojo y estiró el brazo hacia un lado y… ¡zas! derrepente apareció una llave espada de un tono muy oscuro, y muy simétrica, encabezada por una letra E.
-No se hable más, mañana al atardecer vendré a recogerte, y empezaremos con tu entrenamiento,
-dijo el viejo sin dejar decir ni una palabra al nuevo muchacho, - ¿no os importará tenerlo entre vosotros hasta mañana al atardecer?
-De acuerdo, -dijo el Sr.Kai, a Iria no pareció importarle que su padre aceptara.
El muchacho asintió con la cabeza y volvió a tumbarse y seguir durmiendo, el viejo maestro y el Sr.Kai se despidieron, y el otro joven guiñó un ojo a Iria, esta lo miró con cara de enfado, y pensó que nunca tendría éxito con las mujeres si se comportaba de esa manera. Los dos portadores abandonaron la casa, mañana sería un día algo especial para el joven recién dormido.
Decidieron acostarse, ya era muy tarde y mañana tendrían mucho que explicar al muchacho.
Prólogo
Un nuevo viajero.
Era casi mediodía en la plaza, un grupo de personas hablaban sobre la última noticia acontecida, no eran comunes las aventuritas inusuales en aquel lugar. Siempre había sido una villa tranquila, cualquier cosa podía alborotar a todo el mundo durante días o incluso más.
-Un nuevo chico inconsciente fue encontrado por el viejo de las afueras, -dijo el hombre del polvoriento sombrero, mientras discutían algunos pueblerinos.
-Yo lo vi, es más, pasé por su lado, tenía el pelo plateado, era al anochecer cerca de los jardines de la Srta.Iria, y su padre el Sr.Kai, "que era un hombre muy amigable y respetado, además de un gran propietario en territorios"
-¿Y por qué no le ayudaste? -se escuchó de una voz de hombre afónico que sonaba por alguno de los alrededores de la pequeña aglomeración de personas.
-El chico tenía arena en la ropa, eso me dio mal augurio, ¿y si es de otro mundo? -contestó, otra voz se alzó y gritó…
-¡No digas bobadas, eso sólo son leyendas, cuentos de niños! -la misma persona se añadió a sus palabras,
-¿dices que el viejo de las afueras lo ha recogido? pobre joven.
El hombre de la voz afónica volvió a entrometerse y esta vez pensativo, recordó al pueblo que hace algún tiempo, otro joven apareció y también lo acogió el viejo, un niño añadió que aquel chico del que hablan a veces pasa por la ciudad, y que es muy extraño, dijo que una vez le enseñó un juguete en forma de llave. La gente miró extrañada al niño, y todo el mundo pensó que aquel joven estaría loco, o peor aún, aquel viejo lo habría convertido en uno.
-¡Entonces hará lo mismo con este! -dijo una joven mujer.
-Posiblemente ya es un caso perdido, -asintió el hombre que vio al muchacho la noche anterior.
Después de unos minutos la gente se fue dispersando y cada uno volviendo a sus asuntos, pero de sus cabezas no salía lo que podría haber pasado con aquel joven. El sol estaba cada vez más alto, muy llamativo, aunque nada podía hacer para llamar la atención de alguien que hubiera participado en la conversación.
Lo que de verdad ocurrió esa noche escapó a los oídos de cualquier habitante de aquel alborotado lugar…
Tal y como dijo el hombre del sombrero arapiento, el muchacho se encontraba al lado de los jardines del Sr.Kai, pero no fue al viejo de las afueras al que se encontró.
*voces*Despierta, despierta, ¡despierta!
-¡Uohh! -Grito el muchacho sorprendido.
-¿Estás bien chico? ¿qué haces ahí tirado en el suelo? -preguntó la extraña voz.
Su nombre se repetía en su cabeza una y otra vez, lo cansaba, lo mareaba y también le provocaba molestia. Poco a poco fue abriendo los ojos, y podía ir divisando a una bella joven,de un cabello rojo granate, no era mucho más mayor que él mismo, tendría unos 16 años, él tenía 14.
La joven le preguntó -¿quién eres?- su nombre se le volvía a repetir en la cabeza, cada vez con más fuerza y además también oía en susurros...
-Tú eres uno de los elegidos. Albergas el poder de controlar el arma más poderosa…-En ese momento gastando sus últimas energías gritó...
-¡¿Dónde estoy, este no es mi mundo, lo habré conseguido?! -después cayó rendido al cansancio que le provocaban las voces de su cabeza.
El padre de la joven se acercó corriendo… -¡¿qué pasa Iria?! he oído un grito, ¿estás bien?
-Sí papa, estoy bien.-contestó, -pero debemos llevarlo a casa, no podemos dejarlo aquí.
Entonces su padre, el Sr.Kai, se puso a los hombros al joven y lo llevó hasta su casa. El Sr.Kai era un hombre grande y forzudo, aunque barrigón y con algunas canas. Era el tipo de cuerpo que podía tener un hombre que había sido muy fuerte en su juventud.
Mientras tanto, cerca de la casa de Iria, daban un paseo nocturno el viejo de las afueras y su acompañante, "sí, era el chico que mencionó el niño de la villa".
El joven miró hacia el viejo y le dijo… -Maestro Barik, ¿qué haremos mañana?
-Mañana deberás estar practicando en el acueducto -le contestó.
-¡Sí mi maestro! -asintiendo.
-Ya *tos* ¡pero todo el día! -añadió.
-¡¿Qué?! ¡no es justo, no tienes derecho a tratarme así!, -replicó el joven, a lo que el maestro dijo:
-¡Calla! ¡¿no eres tú un elegido de la llave espada?! ¡si gente como tú se tiene que encargar de salvaguardar la luz en el mundo, estamos listos! -el joven se humilló y pidió disculpas.
Barik, era un hombre de momentos serios, y otros cordiales, era firme y seguro, de alta estatura y aún siendo muy viejo, conservaba el color rubio de su pelo natural. Vestía una túnica con un salteado de varios colores, entre ellos destacaba el negro, y el azul. Por alguna razón, ocultaba su verdadero nombre, quizás no fuera apropiado que nadie lo supiese. Su pupilo vestía prendas blancas grisáceas, pero llevaba un torso y unas botas metálicas, como partes de una armadura, tenía el pelo negro y lo llevaba recogido con una cinta, no llegaba ni por asomo a la estatura de su maestro, pero esa diferencia era debida casi totalmente a la edad. Era un joven energético, sobretodo a la hora de querer contradecir al que posiblemente podría ser como un padre para él.
Una noche despejada, no había ni una nube, las estrellas eran más brillantes que nunca, a lo lejos se podía ver la plaza del pueblo, luminosa, un paisaje que hacía sentirse feliz solo con verlo. Era en general un vergel lleno de árboles y huertos, que en medio tenía una pequeña villa construida totalmente por piedra, una preciosidad a los ojos de cualquiera. Se estaba extendiendo la villa sobre los bosques, hasta se estaba pensando la construcción de un castillo.
Al rato el viejo Barik notó una extraña presencia, algo que debía ser importante, entonces siguió caminando intentando guiar sus propios pasos hasta donde quiera que se encuentre el sujeto que le ha hecho sentir esa sensación. Llegaron hasta la puerta de los jardines del Sr.Kai, su pupilo se le adelantó, y Barik le dijo repentinamente…
-¡Para! entramos en los jardines -a lo que el joven le contestó,
-¡Pero si nos descubren nos podemos meter en problemas muy serios! ¿y qué pretendes hacer aquí? -de momento dejó de respirar, y no articuló ninguna palabra más, posiblemente también él hubiera notado esa presencia.
-No te preocupes, no seremos mal recibidos, por cierto, lo que sientes ahora no es un engaño a tus sentidos, hay algo ahí dentro.
Oían unas voces, las de Iria y su padre Kai. A sus oídos entendieron, pequeños fragmentos de frases como: su ropa está llena de arena, no puede quedarse aquí, que prendas más raras lleva puestas, escucharon lo suficiente, y decidieron llamar a la puerta. El Sr.Kai, algo confuso se acercó a la puerta y abrió sin dudar un instante…
-¡Ah, eres tú, el viejo Barik! hacía semanas que no te veía amigo… por cierto, hemos encontrado a un joven inconsciente cerca de nuestros jardines, ¿es otro de tus alumnos?
Barik entró y se dirigió hacia la cama en la que descansaba el joven, junto a un fuego con abundante leña. El Sr.Kai volvió a preguntarle si era uno de sus alumnos, pero esta vez con más seriedad que antes,
-nunca antes lo había visto, sin embargo, es el motivo por el cual he venido hasta aquí, parece irónico, sentí su presencia… -contestó Barik algo satisfecho por el hallazgo.
El joven dormido se retorció durante un instante, y lentamente abrió los ojos. Eran de un dorado, muy parecido al color de la miel de las abejas. A Iria le parecieron preciosos, pero realmente le daban un toque terrorífico al joven. Se incorporó y preguntó.
-¿Dónde estoy? -preguntó el joven inseguro y asustado.
-Parece que de alguna forma has encontrado el modo de escapar de tu mundo, -dijo el maestro Barik.
Entre susurros su alumno le dijo, -no deberíamos hablar de eso delante del Sr. Kai y su hija.
-No te preocupes chico, el Sr.Kai es un hombre en el que confío desde hace mucho tiempo, además si no supiera nada de que existen otros mundos, posiblemente pensaría que estoy loco, como todos los demás. El joven recién despertado, empezó a hablar sobre su hogar, unas islas, las cuales él las veía como una prisión rodeada de agua. Pero un día consiguió escapar.
-Además, puedo hacer aparecer un objeto, -extendió el brazo, luego dobló la muñeca hacia arriba y ¡zas! una hermosa llave plateada apareció en sus manos.
-Eso es una llave espada, -dijo la joven Iria, -sólo sus portadores pueden viajar a través de los mundos. Tú eres uno de los elegidos.
-Sí, con lo cual ahora tendrás que venir con nosotros, yo también tengo una llave espada, -dijo el alumno del viejo.
-A partir de ahora tendrás que venir conmigo, nuestro encuentro no ha sido una casualidad. - advirtió Barik.
-Si también tenéis llaves espada ¡demostradlo! y os creeré, -dijo el joven en cama.
El otro chico le guiñó el ojo y estiró el brazo hacia un lado y… ¡zas! derrepente apareció una llave espada de un tono muy oscuro, y muy simétrica, encabezada por una letra E.
-No se hable más, mañana al atardecer vendré a recogerte, y empezaremos con tu entrenamiento,
-dijo el viejo sin dejar decir ni una palabra al nuevo muchacho, - ¿no os importará tenerlo entre vosotros hasta mañana al atardecer?
-De acuerdo, -dijo el Sr.Kai, a Iria no pareció importarle que su padre aceptara.
El muchacho asintió con la cabeza y volvió a tumbarse y seguir durmiendo, el viejo maestro y el Sr.Kai se despidieron, y el otro joven guiñó un ojo a Iria, esta lo miró con cara de enfado, y pensó que nunca tendría éxito con las mujeres si se comportaba de esa manera. Los dos portadores abandonaron la casa, mañana sería un día algo especial para el joven recién dormido.
Decidieron acostarse, ya era muy tarde y mañana tendrían mucho que explicar al muchacho.