Introducción.
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Ichi era un brillante estudiante de una de las mejores universidades japonesas. Su vida era fantástica, lo tenía todo, dinero, belleza, inteligencia y un buen físico. Era bueno en todo lo que hacía, su familia estaba muy orgullosa de él. Se podría decir que Ichi era el que iba a sacar su familia del sus problemas económicos, porque en su último curso de universitario una empresa ya estaba interesado en él. Ichi estaba muy orgulloso de sí mismo, pero sobretodo del apoyo que le ha dado su familia y el esfuerzo que hicieron para que él pudiera ir a la universidad y seguir un buen camino.
Unas semanas antes de los exámenes finales de la universidad Ichi tuvo que ausentarse, debido a que su padre sufrió un grave accidente. Estaba muy agobiado con los estudios, pero su conciencia decidió ir a ayudar a su padre y hacerle compañía, por lo que no pudo asistir a clases. Estuvo todos los días, de la mañana hasta la noche, hasta que de pronto era el primer día de sus exámenes. Tuvo que dejar a su padre, pero su familia le apoyaba, dado que su futuro dependía de lo que hiciera en los exámenes.
Al llegar a clase Ichi sintió como un sudor frió le recorría la espalda. Los nervios, debido a las ausencias a clases, le atormentaban. El ruido de las agujas del reloj le retumbaban en la cabeza, cualquier cosa le distraía, no podía controlarse. No pensaba en el examen, si no en el estado que estaba su padre. La profesora empezó a entregar los exámenes, los latidos del corazón de Ichi empezó a dispararse, le temblaba el pulso, ya no había vuelta atrás, su futuro dependía de lo que hiciera en el examen.
La hora del examen se acabó, Ichi se tranquilizó y lo primero que hizo fue coger un taxi para ver a su padre. Pero algo terrible había pasado e Ichi no era consciente de ello.
Cuando llegó al pasillo en el que estaba ubicado su padre vio a su madre y su hermana fuera llorando. Las sensaciones que experimentó en el examen se volvía a repetir, pero con un vació interior muy grande. Se acercó a su madre, con mucha preocupación. Lo primero que hizo su madre al verle fue darle un abrazo muy fuerte, intentaba hablar, pero su voz parecía rota, como si algo realmente había pasado. Ichi empezó a llorar a ver que su hermana también le abrazó, no hacían falta palabras para decir lo que había pasado. El Padre de Ichi había muerto.
Unas semanas antes de los exámenes finales de la universidad Ichi tuvo que ausentarse, debido a que su padre sufrió un grave accidente. Estaba muy agobiado con los estudios, pero su conciencia decidió ir a ayudar a su padre y hacerle compañía, por lo que no pudo asistir a clases. Estuvo todos los días, de la mañana hasta la noche, hasta que de pronto era el primer día de sus exámenes. Tuvo que dejar a su padre, pero su familia le apoyaba, dado que su futuro dependía de lo que hiciera en los exámenes.
Al llegar a clase Ichi sintió como un sudor frió le recorría la espalda. Los nervios, debido a las ausencias a clases, le atormentaban. El ruido de las agujas del reloj le retumbaban en la cabeza, cualquier cosa le distraía, no podía controlarse. No pensaba en el examen, si no en el estado que estaba su padre. La profesora empezó a entregar los exámenes, los latidos del corazón de Ichi empezó a dispararse, le temblaba el pulso, ya no había vuelta atrás, su futuro dependía de lo que hiciera en el examen.
La hora del examen se acabó, Ichi se tranquilizó y lo primero que hizo fue coger un taxi para ver a su padre. Pero algo terrible había pasado e Ichi no era consciente de ello.
Cuando llegó al pasillo en el que estaba ubicado su padre vio a su madre y su hermana fuera llorando. Las sensaciones que experimentó en el examen se volvía a repetir, pero con un vació interior muy grande. Se acercó a su madre, con mucha preocupación. Lo primero que hizo su madre al verle fue darle un abrazo muy fuerte, intentaba hablar, pero su voz parecía rota, como si algo realmente había pasado. Ichi empezó a llorar a ver que su hermana también le abrazó, no hacían falta palabras para decir lo que había pasado. El Padre de Ichi había muerto.