El problema principal. Expediente número Zero.
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Zero es el representante perfecto de los crímenes que ocurrían en Olympia. Junto con otros posibles casos de violación, es el delincuente —en el sentido más amplio de la palabra— más buscado por la policía local. Algunos casos de secuestro, desaparición, o incluso violación de mujeres, denotan la capacidad de inteligencia del sujeto. Está prácticamente comprobado que la policía del lugar no es lo suficiente competente como para curar heridos, o llegar a tiempo para salvar a alguien. Aún así, había pequeños habitantes valientes —o más bien atrevidos— que viven inadvertidos por las calles de la ciudad.
Sumado a esto, una serie de atentados contra los derechos de la mujer, provocan una epidemia moral en los barrios de Olympia. Podría apuntar que, los sueldos de los agentes de la ley en ese caso son, llegado al extremo, mucho más altos en comparación con otras ciudades vecinas. En la prueba de acceso al trabajo, se requiere un mínimo, saber leer, escribir y usar una pistola. Existe una gran escasez de demanda por el trabajo, incluso se ha llegado al punto de obligar a ciudadanos sin trabajo a supervisar el sitio.
Con una pequeña lámpara, de muy poca potencia, me encuentro en la habitación destinada al estudio de casos. Es mi trabajo, me gano el pan de día a día con ello. Tengo unos informes sobre los últimos altercados en Olympia, la mayoría llevan escritos en letras mayúsculas, al principio de la hoja, la palabra Zero. Lo tachaban de criminal número cero, para enfatizar su importancia frente a los otros. Sus acciones eran terriblemente espantosas, luego las "cuelga" —interesante palabra que utilizan los usuarios de internet para referirse a un archivo o un video que está disponible y gratuito en la red— en internet. Según algunos compañeros, usa una encriptación —medida de seguridad para dificultar la búsqueda de datos personales— bastante difícil. Mis "ayudantes" de Olympia llevaban a cabo una "guerra cibernética" con sus códigos.
Detrás de la lámpara se encuentra mi bolígrafo azul. Tengo una manía con los bolígrafos, me encantan. Colecciono bolígrafos de todos los colores. Y, la mayoría son regalados por lo que nunca los cambio, únicamente renuevo la tinta cuando queda poca. Lo cojo para apuntar los datos más importantes del informe. Los que me conocen, saben que me gusta mucho la lectura, en ella invierto la mayor parte de mi tiempo. Los que no me conocen, lo único que deben saber es que me gusta recibir documentos bien definidos y estructurados.
Como es este, una narración perfecta, sublime. Subrayo palabras importantes, a destacar como son: mujeres, violación, víctimas en el hospital aún con vida. Repaso mentalmente todas las frases y dispongo el clip para quitar la hoja. El documento, en la segunda página ofrece el logo de las autoridades de Olympia, así como dos imágenes de las mujeres. Una antes de la violación, y otra después. Zero es un bruto, el primer adjetivo que me vino a la cabeza. Una pequeña explicación de el oficial al mando y una pequeña anotación.
Es de Zero. Está escrito con una tinta borrosa negra, "Cleves, te estoy vigilando. Creo que no te merece este caso."
Yo soy Cleves, Johan Cleves. ¿Cuál es ese término que se utiliza cuando sientes un terrible miedo interno, a causa de algo, y tiendes a cubrirte con la mirada? Me está ocurriendo eso. No merezco el caso, según Zero. Pero me dan un dinero por hacerlo. Además, soy un detective, o por lo menos tengo fama de serlo. Un detective de los buenos, sin "echarme flores", de los que resuelven los casos, capturan a los delincuentes, y en algunos casos ayudo a reestablecer la salud de las víctimas.
Llámeme como quiera, pero yo soy Johan Cleves. El mejor pensador de esta época. No voy a parar mi carrera por culpa de un simple delincuente. El enemigo público número cero, no me conoce si piensa que lo voy a hacer.
Sumado a esto, una serie de atentados contra los derechos de la mujer, provocan una epidemia moral en los barrios de Olympia. Podría apuntar que, los sueldos de los agentes de la ley en ese caso son, llegado al extremo, mucho más altos en comparación con otras ciudades vecinas. En la prueba de acceso al trabajo, se requiere un mínimo, saber leer, escribir y usar una pistola. Existe una gran escasez de demanda por el trabajo, incluso se ha llegado al punto de obligar a ciudadanos sin trabajo a supervisar el sitio.
Con una pequeña lámpara, de muy poca potencia, me encuentro en la habitación destinada al estudio de casos. Es mi trabajo, me gano el pan de día a día con ello. Tengo unos informes sobre los últimos altercados en Olympia, la mayoría llevan escritos en letras mayúsculas, al principio de la hoja, la palabra Zero. Lo tachaban de criminal número cero, para enfatizar su importancia frente a los otros. Sus acciones eran terriblemente espantosas, luego las "cuelga" —interesante palabra que utilizan los usuarios de internet para referirse a un archivo o un video que está disponible y gratuito en la red— en internet. Según algunos compañeros, usa una encriptación —medida de seguridad para dificultar la búsqueda de datos personales— bastante difícil. Mis "ayudantes" de Olympia llevaban a cabo una "guerra cibernética" con sus códigos.
Detrás de la lámpara se encuentra mi bolígrafo azul. Tengo una manía con los bolígrafos, me encantan. Colecciono bolígrafos de todos los colores. Y, la mayoría son regalados por lo que nunca los cambio, únicamente renuevo la tinta cuando queda poca. Lo cojo para apuntar los datos más importantes del informe. Los que me conocen, saben que me gusta mucho la lectura, en ella invierto la mayor parte de mi tiempo. Los que no me conocen, lo único que deben saber es que me gusta recibir documentos bien definidos y estructurados.
Como es este, una narración perfecta, sublime. Subrayo palabras importantes, a destacar como son: mujeres, violación, víctimas en el hospital aún con vida. Repaso mentalmente todas las frases y dispongo el clip para quitar la hoja. El documento, en la segunda página ofrece el logo de las autoridades de Olympia, así como dos imágenes de las mujeres. Una antes de la violación, y otra después. Zero es un bruto, el primer adjetivo que me vino a la cabeza. Una pequeña explicación de el oficial al mando y una pequeña anotación.
Es de Zero. Está escrito con una tinta borrosa negra, "Cleves, te estoy vigilando. Creo que no te merece este caso."
Yo soy Cleves, Johan Cleves. ¿Cuál es ese término que se utiliza cuando sientes un terrible miedo interno, a causa de algo, y tiendes a cubrirte con la mirada? Me está ocurriendo eso. No merezco el caso, según Zero. Pero me dan un dinero por hacerlo. Además, soy un detective, o por lo menos tengo fama de serlo. Un detective de los buenos, sin "echarme flores", de los que resuelven los casos, capturan a los delincuentes, y en algunos casos ayudo a reestablecer la salud de las víctimas.
Llámeme como quiera, pero yo soy Johan Cleves. El mejor pensador de esta época. No voy a parar mi carrera por culpa de un simple delincuente. El enemigo público número cero, no me conoce si piensa que lo voy a hacer.